Lecturas del domingo

Domingo 05 de Mayo: Sexto Domingo de Pascua. Año B

ORACIÓN COLECTA Dios todopoderoso, concédenos continuar celebrando con intenso fervor estos días de alegría en honor de Cristo resucitado, de manera que prolonguemos en nuestra vida el misterio de fe que recordamos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

PRIMERA LECTURA

Lectura de los Hechos de los Apóstoles 10,25-26.34-35.44-48
En aquel tiempo, entró Pedro en la casa del oficial Cornelio, y éste le salió al encuentro y se postró ante él en señal de adoración. Pedro lo levantó y le dijo: “Ponte de pie, pues soy un hombre como tú”. Luego añadió: “Ahora caigo en la cuenta de que Dios no hace distinción de personas, sino que acepta al que lo teme y practica la justicia, sea de la nación que fuere”. Todavía estaba hablando Pedro, cuando el Espíritu Santo descendió sobre todos los que estaba escuchando el mensaje. Al oírlos hablar en lenguas desconocidas y proclamar la grandeza de Dios, los creyentes judíos que habían venido con Pedro, se sorprendieron de que el don del Espíritu Santo se hubiera derramado también sobre los paganos.
Entonces Pedro sacó esta conclusión: “¿Quién puede negar el agua del bautismo a los que han recibido el Espíritu Santo lo mismo que nosotros? Y los mandó a bautizar en el nombre de Jesucristo. Luego le rogaron que se quedara con ellos algunos días. 

SALMO RESPONSORIAL   97, 1-4

R/. El Señor reveló su victoria a las naciones.
- Canten al Señor un canto nuevo, porque Él hizo maravillas: su mano derecha y su santo brazo le obtuvieron la victoria.
- El Señor manifestó su victoria, reveló su justicia a los ojos de las naciones: se acordó de su amor y su fidelidad en favor del pueblo de Israel.
- Los confines de la tierra han contemplado el triunfo de nuestro Dios. Aclame al Señor toda la tierra, prorrumpan en cantos jubilosos.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta de san Juan 4, 7-10
Queridos míos, amémonos los unos a los otros, porque el amor procede de Dios, y el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. Así Dios nos manifestó su amor: envió a su Hijo único al mundo, para que tuviéramos Vida por medio de Él. Y este amor no consiste en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó primero, y envió a su Hijo como víctima propiciatoria por nuestros pecados.

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO    Jn 14,23

Aleluya. “El que me ama será fiel a mi palabra, y mi Padre lo amará e iremos a él”, dice el Señor. Aleluya.
EVANGELIO

No hay amor más grande que dar la vida por los amigos.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 15, 9-17
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: Como el Padre me amó, también Yo los he amado a ustedes.  Permanezcan en mi amor. Si cumplen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, como Yo cumplí los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.  Les he dicho esto para que mi gozo sea el de ustedes, y ese gozo sea perfecto.
Éste es mi mandamiento: Ámense los unos a los otros, como Yo los he amado. No hay amor más grande que dar la vida por los amigos. Ustedes son mis amigos si hacen lo que Yo les mando.
Ya no los llamo servidores, porque el servidor ignora lo que hace su señor; Yo los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que oí de mi Padre.
No son ustedes los que me eligieron a mí, sino Yo el que los elegí a ustedes, y los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea duradero.  Así todo lo que pidan al Padre en mi Nombre, Él se los concederá.  Lo que Yo les mando es que se amen los unos a los otros.

ORACIÓN DE LOS FIELES

Unidos a Cristo, que intercede siempre por nosotros, elevemos, hermanos, nuestras súplicas al Padre diciendo:
R/. Te rogamos, Señor.
- Para que el que estaba muerto y ahora vive por los siglos de los siglos conceda a la Iglesia ser, con firmeza y valentía, testimonio perseverante de su resurrección, roguemos al Señor.
- Para que el resucitado, que dio a los apóstoles su paz, quiera concederla también en abundancia a todos los pueblos, roguemos al Señor.
- Para que el vencedor de la muerte transforme los sufrimientos de los enfermos, de los moribundos y de todos los que sufren en aquella alegría que nunca nadie les podrá quitar, roguemos al Señor.
- Para que el que tiene las llaves de la muerte y de su reino nos conceda celebrar un día su resurrección con los ángeles y los santos en su reino, roguemos al Señor.
SAC: Dios nuestro, que has sido el primero en amarnos, enviándonos a tu Hijo, para que vivamos por medio de él, escucha nuestra oración y haz que, llenos del Espíritu Santo, aprendamos a amarnos los unos a los otros como Cristo nos ha amado. Por Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina, inmortal y glorioso, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Lleguen hasta ti, Señor, nuestras oraciones junto con estas ofrendas, para que, purificados por tu gracia, recibamos el sacramento de tu inmensa bondad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

PREFACIO de Pascua II  La nueva vida en Cristo

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación glorificarte siempre. Señor: pero más que nunca en este tiempo en que Cristo, nuestra pascua, fue inmolado. Por Él, los hijos de la luz nacen a la vida eterna. Y las puertas de los cielos han vuelto a abrirse para los que creen en Él, ya que en su muerte murió nuestra muerte y en su gloriosa resurrección hemos resucitado todos. Por eso, con esta efusión de gozo pascual, el mundo entero se desborda de alegría y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria:  Santo, Santo, Santo...

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN   Jn 14, 15-16

Si me aman, cumplirán mis mandamientos, dice el Señor; y yo rogaré al Padre, y él les dará otro Abogado, que permanecerá con ustedes para siempre. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios todopoderoso y eterno, que, por la resurrección de Cristo, nos has hecho renacer a la vida eterna, multiplica en nosotros el efecto de este sacramento pascual, e infunde en nuestros corazones el vigor que comunica este alimento de salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.



Domingo 28 de Abril 2024, Quinto Domingo de Pascua. Año B

ORACIÓN COLECTA
Dios omnipotente y eterno, realiza plenamente en nosotros el misterio pascual para que, renacidos por el santo bautismo, con tu ayuda demos fruto abundante y alcancemos la alegría de la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

PRIMERA LECTURA
Lectura de los Hechos de los Apóstoles 9, 26-31
Cuando Pablo regreso a Jerusalén, trato de unirse a los discípulos, pero todos le tenían miedo, por que no creían que se hubiera convertido en discípulo.
Entonces, Bernabé lo presento a los apóstoles y le refirió como Saulo había visto al Señor en el camino, como el Señor le había hablado y como el había predicado en Damasco, con valentía, en el nombre de Jesús. Desde entonces, vivió con ellos en Jerusalén, iba y venía, predicando abiertamente en el nombre del Señor, hablaba y discutía con los judíos de habla griega y éstos intentaban matarlo. Al enterarse de esto, los hermanos condujeron a Pablo a Cesarea y lo despacharon a Tarso.
En aquellos días, las comunidades cristianas gozaban de paz en toda Judea, Galilea y Samaria, con lo cual se iban consolidando, progresaban en la fidelidad a Dios y se multiplicaban, animadas por el Espíritu Santo.

SALMO RESPONSORIAL 21, 26b-28. 30-32
R/. Te alabaré, Señor, en la gran asamblea.
- Cumpliré mis votos delante de los fieles: los pobres comerán hasta saciarse y los que buscan al Señor lo alabarán. ¡Que sus corazones vivan para siempre!
- Todos los confines de la tierra se acordarán y volverán al Señor; todas las familias de los pueblos se postrarán en su presencia.
- Todos los que duermen en el sepulcro se postrarán en su presencia; todos los que bajaron a la tierra doblarán la rodilla ante Él.
- Mi alma vivirá para el Señor, y mis descendientes lo servirán. Hablarán del Señor a la generación futura, anunciarán su justicia a los que nacerán después, porque ésta es la obra del Señor.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta de san Juan 3, 18-24
Hijitos míos, no amemos con la lengua y de palabra, sino con obras y de verdad. En esto conoceremos que somos de la verdad, y estaremos tranquilos delante de Dios aunque nuestra conciencia nos reproche algo, porque Dios es más grande que nuestra conciencia y conoce todas las cosas.
Queridos míos, si nuestro corazón no nos hace ningún reproche, podemos acercarnos a Dios con plena confianza, y ÉI nos concederá todo cuanto le pidamos, porque cumplimos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada.
Su mandamiento es éste: que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos los unos a los otros como Él nos ordenó. ÉI que cumple sus mandamientos permanece en Dios, y Dios permanece en él; y sabemos que Él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado.
ACLAMACIÓN AL EVANGELIO Jn 15, 4a. 5b
Aleluya. Permanezcan en mí, como Yo permanezco en ustedes. El que permanece en mí, da mucho fruto. Aleluya.
EVANGELIO
El que permanece en mí, y Yo en él, da mucho fruto.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 15, 1-8
Durante la Última Cena, Jesús dijo a sus discípulos: Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. Él corta todos mis sarmientos que no dan fruto; al que da fruto, lo poda para que dé más todavía. Ustedes ya están limpios por la palabra que Yo les anuncié. Permanezcan en mí, como Yo permanezco en ustedes. Así como el sarmiento no puede dar fruto si no permanece en la vid, tampoco ustedes, si no permanecen en mí.
Yo soy la vid, ustedes los sarmientos. EI que permanece en mi, y Yo en él, da mucho fruto, porque separados de mí, nada pueden hacer. Pero el que no permanece en mí, es como el sarmiento que se tira y se seca; después se recoge, se arroja al fuego y arde. Si ustedes permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y lo obtendrán. La gloria de mi Padre consiste en que ustedes den fruto abundante, y así sean mis discípulos.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Invoquemos a Cristo, camino verdad y vida y, como pueblo sacerdotal, pidámosle por las necesidades de todo el mundo diciendo:
R/. Te rogamos, Señor.
- Para que Cristo, esposo de la Iglesia, llene de alegría pascual a todos los que se han consagrado a la extensión de su reino, roguemos al Señor.
- Para que Cristo, piedra angular del edificio, ilumine con el anuncio evangélico a los pueblos que aún desconocen la buena nueva de la resurrección, roguemos al Señor.
- Para que Cristo, estrella luciente de la mañana, seque las lágrimas de los que lloran y aleje del dolor las penas de los que sufren, roguemos al Señor.
- Para que Cristo, testigo fidedigno y veraz, nos conceda ser, con nuestra alegría evangélica, sal y luz para los hombres que desconocen la victoria de la resurrección, roguemos al Señor.
SAC: Dios nuestro, que nos has unido a Cristo como sarmientos a la verdadera vid, escucha nuestra oración y danos tu Espíritu Santo, para que, amándonos los unos a los otros, demos frutos abundantes de santidad y de paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Dios nuestro, que por el santo valor de este sacrificio nos hiciste participar de tu misma y gloriosa vida divina, concédenos que, así como hemos conocido tu verdad, de igual manera vivamos de acuerdo con ella. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO de Pascua IV Restauración universal por el Misterio Pascual
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y fuente de salvación darte gracias y alabarte siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque misericordiosamente estableciste este tiempo especial de gracia para que tus hijos busquen de nuevo la pureza del corazón y así, libres de todo afecto desordenado, de tal manera se apliquen a las realidades transitorias, que más bien pongan su corazón en las que duran para siempre. Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales cantamos sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 15, 1. 5
Yo soy la vid verdadera y ustedes los sarmientos, dice el Señor; si permanecen en mí y yo en ustedes darán fruto abundante. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, muéstrate benigno con tu pueblo, y ya que te dignaste alimentarlo con los misterios celestiales, hazlo pasar de su antigua condición de pecado a una vida nueva. Por Jesucristo, nuestro Señor.



Domingo 21 de Abril 2024, Cuarto Domingo de Pascua. Año B.

Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones

ANTÍFONA DE ENTRADA    Cf. Sal 32, 5-6 
Toda la tierra está llena del amor del Señor, y su Palabra hizo el cielo. Aleluya.

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, te pedimos que nos lleves a gozar de las alegrías celestiales para que tu rebaño a pesar de su fragilidad, llegue también a donde lo precedió su glorioso Pastor. Él que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

PRIMERA LECTURA
Lectura de los Hechos de los Apóstoles 4, 8-12
En aquellos días, Pedro, lleno del Espíritu Santo, dijo: "Jefes del pueblo y ancianos: Puesto que hoy se nos interroga acerca del beneficio hecho a un hombre enfermo, para saber cómo fue curado, sépanlo ustedes y sépalo todo el pueblo de Israel: este hombre ha quedado sano en el nombre de Jesús de Nazaret, a quien ustedes crucificaron y a quien Dios resucitó de entre los muertos. Este mismo Jesús es la piedra que ustedes, los constructores, han desechado y que ahora es la piedra angular. Ningún otro puede salvarnos, pues en la tierra no existe ninguna otra persona a quien Dios haya constituido como salvador nuestro". 

SALMO RESPONSORIAL   117, 1. 8-9. 21-23. 26. 28-29

R/. Den gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterno su amor.
- ¡Den gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterno su amor! Es mejor refugiarse en el Señor que fiarse de los hombres; es mejor refugiarse en el Señor que fiarse de los poderosos.
- Yo te doy gracias porque me escuchaste y fuiste mi salvación. La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular. Esto ha sido hecho por el Señor y es admirable a nuestros ojos.
- ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! Nosotros los bendecimos desde la Casa del Señor: Tú eres mi Dios, y yo te doy gracias; Dios mío, yo te glorifico. ¡Den gracias al Señor porque es bueno, porque es eterno su amor!

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta de san Juan   3, 1-2
Queridos hijos: Miren cuánto amor nos ha tenido el Padre, pues no sólo nos llamamos hijos de Dios, sino que lo somos. Si el mundo no nos reconoce, es porque tampoco lo ha reconocido a él.
Hermanos míos, ahora somos hijos de Dios, pero aún no se ha manifestado cómo seremos al fin. Y ya sabemos que, cuando él se manifieste, vamos a ser semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO    Jn 10, 14
Aleluya. “Yo soy el buen Pastor: conozco a mis ovejas, y mis ovejas me conocen a mí”, dice el Señor. Aleluya.

EVANGELIO

El buen Pastor da su vida por las ovejas.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según San Juan 10, 11-18
En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: “Yo soy el buen Pastor. El buen Pastor da su vida por las ovejas. El asalariado, en cambio, que no es el pastor y al que no pertenecen las ovejas, cuando ve venir al lobo las abandona y huye, y el lobo las arrebata y las dispersa. Como es asalariado, no se preocupa por las ovejas. Yo soy el buen Pastor: conozco a mis ovejas, y mis ovejas me conocen a mí, -como el Padre me conoce a mí y Yo conozco al Padre- y doy mi vida por las ovejas. Tengo, además, otras ovejas que no son de este corral y a las que debo también conducir: ellas oirán mi voz, y así habrá un solo rebaño y un solo Pastor.
El Padre me ama porque Yo doy mi vida para recobrarla. Nadie me la quita, sino que la doy por mí mismo. Tengo el poder de darla y de recobrarla: éste es el mandato que recibí de mi Padre”.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Levantemos, hermanos, nuestros ojos a Cristo, obispo y pastor de nuestras almas, y pongamos en sus manos, con toda confianza, las necesidades de los hombres diciendo:
R/. Jesús, Buen Pastor, sálvanos.
- Para que los obispos, los presbíteros y diáconos apacienten santamente a los pueblos que tienen encomendados, roguemos al Señor.
- Para que la paz que Jesucristo concedió a los discípulos arraigue con fuerza en nuestro mundo, y se alejen de las naciones el odio y las guerras, roguemos al Señor.
- Para que los enfermos, los pobres y todos los que sufren encuentren en Cristo resucitado luz y esperanza, roguemos al Señor.
- Para que Dios derrame en las familias cristianas el espíritu de piedad y de renuncia a lo mundano, de manera que germinen abundantes vocaciones al ministerio eclesial, roguemos al Señor.
SAC: Dios nuestro, Padre todopoderoso, que hiciste resplandecer la gloria de Cristo resucitado cuando, en su nombre, devolviste la salud al inválido, reúne en una sola familia a los hombres dispersos por el pecado y haz que, uniéndose a Cristo, el buen pastor, experimenten la alegría de pertenecer a tu rebaño. Por Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina, por los siglos de los siglos.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor Dios, por estos misterios pascuales concédenos ser constantes en la acción de gracias, para que la continua eficacia de tu obra redentora sea fuente de inagotable alegría. Por Jesucristo, nuestro Señor.

PREFACIO de Pascua V  Cristo, sacerdote y víctima
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y fuente de salvación glorificarte siempre, Señor, pero más que nunca en este tiempo, en que Cristo nuestra Pascua, fue inmolado. Porque El, con la oblación de su cuerpo en la cruz, llevó a plenitudes los sacrificios de la antigua alianza, y al ofrecerse a ti por nuestra salvación, quiso ser a un tiempo, víctima, sacerdote y altar. Por eso, con esta efusión de gozo pascual, el mundo entero se desborda de alegría y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria:  Santo, Santo, Santo...

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN   

Resucitó el buen Pastor, que dio la vida por sus ovejas y se entregó a la muerte por su rebaño. Aleluya. 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 
Te pedimos, Pastor bueno, que cuides con solicitud a tu rebaño, y conduzcas hacia las praderas eternas a las ovejas que redimiste con la preciosa sangre de tu Hijo. Que vive y reina por los siglos de los siglos.



Domingo 14 de Abril 2024, Tercer Domingo de Pascua. Año B

ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que tu pueblo se alegre siempre por la nueva vida recibida, para que, con el gozo de los hijos, aguarde con firme esperanza el día de la resurrección final. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
Lectura de los Hechos de los Apóstoles 3. 13-15. 17-19
En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo: "El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su siervo Jesús, a quien ustedes entregaron a Pilato, y a quien rechazaron en su presencia, cuando él ya había decidido ponerlo en libertad. Rechazaron al santo, al justo, y pidieron el indulto de un asesino; han dado muerte al autor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos y de ello nosotros somos testigos.
Ahora bien, hermanos, yo sé que ustedes han obrado por ignorancia, de la misma manera que sus jefes; pero Dios cumplió así lo que había predicho por boca de los profetas: que su Mesías tenía que padecer. Por lo tanto, arrepiéntanse y conviértanse para que se les perdonen sus pecados".
SALMO RESPONSORIAL 4, 2.4. 7. 9
R/. Muéstranos, Señor, la luz de tu rostro.
- Respóndeme cuando te invoco, Dios, mi defensor, Tú, que en la angustia me diste un desahogo: ten piedad de mí y escucha mi oración.
- Sepan que el Señor hizo maravillas por su amigo: Él me escucha siempre que lo invoco. Hay muchos que preguntan: “¿Quién nos mostrará la felicidad, si la luz de tu rostro, Señor, se ha alejado de nosotros?”
- Me acuesto en paz y en seguida me duermo, porque sólo Tú, Señor, aseguras mi descanso.

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del apôstol san Juan 2, 1-5
Hijitos míos: Les escribo esto para que no pequen. Pero, si alguien peca, tenemos como intercesor ante el Padre, a Jesucristo, el justo. Porque él se ofreció como víctima de expiación por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino por los del mundo entero.
En esto tenemos una prueba de que conocemos a Dios: en que cumplimos sus mandamientos. Quien dice: "Yo lo conozco", pero no cumple sus mandamientos, es un mentiroso y la verdad no está en él. Pero en aquel que cumple su palabra, el amor de Dios ha llegado a su plenitud, y precisamente en esto conocemos que estamos unidos a él.

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO Lc 24, 32
Aleluya, aleluya. Señor Jesús, haz que comprendamos la Sagrada Escritura. Enciende nuestro corazón mientras nos hablas. Aleluya.
EVANGELIO
Está escrito que Cristo tenía que padecer y tenía que resucitar de entre los muertos al tercer día.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 24, 35-48
Los discípulos, que retornaron de Emaús a Jerusalén, contaron lo que les había pasado en el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.
Todavía estaban hablando de esto, cuando Jesús se apareció en medio de ellos y les dijo: “La paz esté con ustedes”.

Atónitos y llenos de temor, creían ver un espíritu, pero Jesús les preguntó: “¿Por qué están turbados y se les presentan esas dudas? Miren mis manos y mis pies, soy yo mismo. Tóquenme y vean. Un espíritu no tiene carne ni huesos, como ven que Yo tengo”.
Y diciendo esto, les mostró sus manos y sus pies. Era tal la alegría y la admiración de los discípulos que se resistían a creer.
Pero Jesús les preguntó: “¿Tienen aquí algo para comer?” Ellos le presentaron un trozo de pescado asado; Él lo tomó y lo comió delante de todos.
Después les dijo: “Cuando todavía estaba con ustedes, Yo les decía: Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito de mí en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos”.

Entonces les abrió la inteligencia para que pudieran comprender las Escrituras, y añadió: “Así estaba escrito: el Mesías debía sufrir y resucitar de entre los muertos al tercer día, y comenzando por Jerusalén, en su Nombre debía predicarse a todas las naciones la conversión para el perdón de los pecados. Ustedes son testigos de todo esto”.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Lc 24, 46-47
El Mesías debía sufrir y resucitar de entre los muertos al tercer día, y en su nombre debía predicarse a todas las naciones la conversión para el perdón de los pecados. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Padre, mira con bondad a tu pueblo y, ya que lo has renovado con los sacramentos de la vida eterna, concédele alcanzar la gloria de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.



Domingo 7 de Abril 2024, Segundo Domingo de Pascua. Año B

DOMINGO DEL SEÑOR DE LA MISERICORDIA

ANTÍFONA DE ENTRADA    1 Pedro 2,2
Como niños recién nacidos, anhelen una leche pura y espiritual que los haga crecer hacia la salvación. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Dios de eterna misericordia, que en la celebración anual de las fiestas pascuales reavivas la fe del Pueblo santo, acrecienta en nosotros los dones de tu gracia para comprender, verdaderamente, la inestimable grandeza del bautismo que nos purificó, del Espíritu que nos regeneró y de la sangre que nos redimió. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

PRIMERA LECTURA

Lectura de los Hechos de los Apóstoles 4, 32-35
La multitud de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma. Nadie consideraba sus bienes como propios, sino que todo era común entre ellos.  Los Apóstoles daban testimonio con mucho poder de la resurrección del Señor Jesús y gozaban de gran estima. Ninguno padecía necesidad, porque todos los que poseían tierras o casas las vendían y ponían el dinero a disposición de los Apóstoles, para que se distribuyera a cada uno según sus necesidades. 

SALMO RESPONSORIAL   117, 2-4. 16-18. 22-24

R/. ¡Den gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterno su amor!
- Que lo diga el pueblo de Israel: ¡es eterno su amor! Que lo diga la familia de Aarón: ¡es eterno su amor! Que lo digan los que temen al Señor: ¡es eterno su amor!
- “La mano del Señor es sublime, la mano del Señor hace proezas”. No, no moriré: viviré para publicar lo que hizo el Señor. El Señor me castigó duramente, pero no me entregó a la muerte.
- La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular. Esto ha sido hecho por el Señor y es admirable a nuestros ojos. Este es el día que hizo el Señor: alegrémonos y regocijémonos en él.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del apôstol san Juan 5, 1-6
Queridos hermanos: El que cree que Jesús es el Cristo ha nacido de Dios; y el que ama al Padre ama también al que ha nacido de Él.  La señal de que amamos a los hijos de Dios es que amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos.
El amor a Dios consiste en cumplir sus mandamientos, y sus mandamientos no son una carga, porque el que ha nacido de Dios vence al mundo. Y la victoria que triunfa sobre el mundo es nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? Jesucristo vino por el agua y por la sangre; no solamente con el agua, sino con el agua y con la sangre. Y el Espíritu da testimonio porque el Espíritu es la verdad.

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO    Jn 20, 29

“Ahora crees, Tomás, porque me has visto. ¡Felices los que creen sin haber visto!”, dice el Señor. Aleluya.

EVANGELIO

Ocho días más tarde, apareció Jesús.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 20, 19-31
Al atardecer del primer día de la semana, los discípulos se encontraban con las puertas cerradas por temor a los judíos. Entonces llegó Jesús y poniéndose en medio de ellos, les dijo: “¡La paz esté con ustedes!”

Mientras decía esto, les mostró sus manos y su costado. Los discípulos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor.
Jesús les dijo de nuevo:
“¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí, yo también los envío a ustedes”.
Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió:
“Reciban el Espíritu Santo. Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan”.
Tomás, uno de los Doce, de sobrenombre el Mellizo, no estaba con ellos cuando llegó Jesús. Los otros discípulos le dijeron: “¡Hemos visto al Señor!”
Él les respondió: “Si no veo la marca de los clavos en sus manos, si no pongo el dedo en el lugar de los clavos y la mano en su costado, no lo creeré”.
Ocho días más tarde, estaban de nuevo los discípulos reunidos en la casa, y estaba con ellos Tomás.
Entonces apareció Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio de ellos y les dijo: “¡La paz esté con ustedes!”
Luego dijo a Tomás: “Trae aquí tu dedo: aquí están mis manos. Acerca tu mano: métela en mi costado. En adelante no seas incrédulo, sino hombre de fe”.
Tomás respondió: “¡Señor mío y Dios mío!” Jesús le dijo: “Ahora crees, porque me has visto. ¡Felices los que creen sin haber visto!”
Jesús realizó además muchos otros signos en presencia de sus discípulos, que no se encuentran relatados en este Libro. Estos han sido escritos para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y creyendo, tengan Vida en su Nombre.


ORACIÓN DE LOS FIELES
Oremos a Jesús resucitado, vida y esperanza de la humanidad entera. Después de cada petición diremos:
R/. Jesús resucitado, escúchanos.
- Por los que creemos en Jesús resucitado. Que vivamos con alegría la vida nueva que nace de la Pascua. Oremos.
- Por las comunidades cristianas de todo el mundo. Que sean ejemplo y testimonio de comunión, alegría, esperanza y amor. Oremos.
- Por los que recibirán durante este Tiempo de Pascua los sacramentos de la Iniciación Cristiana: el Bautismo, la Confirmación y la Eucaristía. Oremos.
- Por todos nosotros, reunidos como cada domingo, convocados por Cristo resucitado. Que él mismo nos dé la alegría, la paz, la fuerza de su Espíritu. Oremos.
SAC: Escucha, Jesús resucitado, nuestras oraciones, y derrama tu amor sobre nosotros. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, las ofrendas de tu pueblo (y de los recién bautizados), para que, renovados por la confesión de tu nombre y por el bautismo, consigamos la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

PREFACIO de Pascua I   El misterio pascual

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación glorificarte siempre, Señor, pero más que nunca (en esta noche) (en este día) (en este tiempo), en que Cristo, nuestra pascua, fue inmolado. Porque Él es el Cordero de Dios que quitó el pecado del mundo: muriendo, destruyó nuestra muerte, y resucitando, restauró la vida. Por eso, con esta efusión de gozo pascual, el mundo entero se desborda de alegría y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria:  Santo, Santo, Santo...

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Jn 20, 27
Jesús dijo a Tomás: Acerca tu mano, toca los agujeros que dejaron los clavos y no seas incrédulo, sino creyente. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios todopoderoso, concédenos que la gracia recibida en este sacramento pascual permanezca siempre en nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.







Domingo 31 de Marzo 2024, SOLEMNIDAD DEL DOMINGO DE RESURRECCIÓN. Año B.

ANTÍFONA DE ENTRADA     Cfr.  Sal 138, 18. 5-6 

He resucitado, y estoy de nuevo contigo, aleluya. Pusiste tu mano sobre mí, aleluya: ¡Qué admirable es tu sabiduría! aleluya, aleluya.

Gloria.

ORACIÓN COLECTA   Dios nuestro, que hoy has abierto para nosotros las puertas de la eternidad por la victoria de tu Hijo unigénito sobre la muerte, te pedimos que quienes celebramos la Resurrección del Señor, por la acción renovadora de tu Espíritu, alcancemos la luz de la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. 


PRIMERA LECTURA

Lectura de los Hechos de los Apóstoles 10, 34a. 37-43

Pedro, tomando la palabra, dijo: “Ustedes ya saben qué ha ocurrido en toda Judea, comenzando por Galilea, después del bautismo que predicaba Juan: cómo Dios ungió a Jesús de Nazaret con el Espíritu Santo, llenándolo de poder. Él pasó haciendo el bien y sanando a todos los que habían caído en poder del demonio, porque Dios estaba con Él.
Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en el país de los judíos y en Jerusalén. Y ellos lo mataron, suspendiéndolo de un patíbulo. Pero Dios lo resucitó al tercer día y le concedió que se manifestara, no a todo el pueblo, sino a testigos elegidos de antemano por Dios: a nosotros, que comimos y bebimos con Él, después de su resurrección.
Y nos envió a predicar al pueblo, y a atestiguar que Él fue constituido por Dios Juez de vivos y muertos. Todos los profetas dan testimonio de Él, declarando que los que creen en Él reciben el perdón de los pecados, en virtud de su Nombre”.

SALMO RESPONSORIAL  117, 1-2. 16-17. 22-23

R/. Este es el día que hizo el Señor: alegrémonos y regocijémonos en él.
- ¡Den gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterno su amor! Que lo diga el pueblo de Israel: ¡es eterno su amor!
- La mano del Señor es sublime, la mano del Señor hace proezas. No, no moriré: viviré para publicar lo que hizo el Señor.
- La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular. Esto ha sido hecho por el Señor y es admirable a nuestros ojos.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta de san Pablo a los Corintios 5,6-8

Hermanos: ¿No saben ustedes que un poco de levadura hace fermentar toda la masa? Tiren la antigua levadura, para que sean ustedes una masa nueva, ya que son pan sin levadura, pues Cristo, nuestro cordero pascual, ha sido inmolado.
Celebremos, pues, la fiesta de la Pascua, no con la antigua levadura, que es de vicio y maldad, sino con el pan sin levadura, que es de sinceridad y verdad.

SECUENCIA

Cristianos, ofrezcamos al Cordero pascual nuestro sacrificio de alabanza. El Cordero ha redimido a las ovejas: Cristo, el inocente, reconcilió a los pecadores con el Padre.
La muerte y la vida se enfrentaron en un duelo admirable: el Rey de la vida estuvo muerto, y ahora vive.
Dinos, María Magdalena, ¿qué viste en el camino? He visto el sepulcro del Cristo viviente y la gloria del Señor resucitado.
He visto a los ángeles, testigos del milagro, he visto el sudario y las vestiduras. Ha resucitado Cristo, mi esperanza, y precederá a los discípulos en Galilea.
Sabemos que Cristo resucitó realmente; Tú, Rey victorioso, ten piedad de nosotros.

ACLAMACIÓN   1Cor. 5, 7b-8a

Aleluya, aleluya. Cristo, nuestro cordero pascual, ha sido inmolado; celebremos, pues, la Pascua. Aleluya, aleluya.

EVANGELIO

Él debía resucitar de entre los muertos.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 20, 1-9

El primer día de la semana, de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, María Magdalena fue al sepulcro y vio que la piedra había sido sacada. Corrió al encuentro de Simón Pedro y del otro discípulo al que Jesús amaba, y les dijo: “Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto”.
Pedro y el otro discípulo salieron y fueron al sepulcro. Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió más rápidamente que Pedro y llegó antes. Asomándose al sepulcro, vio las vendas en el suelo, aunque no entró. Después llegó Simón Pedro, que lo seguía, y entró en el sepulcro; vio las vendas en el suelo, y también el sudario que había cubierto su cabeza; este no estaba con las vendas, sino enrollado en un lugar aparte. Luego entró el otro discípulo, que había llegado antes al sepulcro: Él también vio y creyó. Todavía no habían comprendido que, según la Escritura, Él debía resucitar de entre los muertos.

CREDO

ORACIÓN DE LOS FIELES

Llenos de gozo por la santa resurrección del Señor, purificados nuestros sentimientos y renovado nuestro espíritu, supliquemos con insistencia al Señor diciendo: Rey vencedor, escúchanos.
R/. Rey vencedor, escúchanos.
- A Cristo, que, con su gloriosa resurrección, ha sido constituido Cabeza de la Iglesia, pidámosle que, por su amor, conceda abundante felicidad, gozo y exultación a todos los fieles que celebran su triunfo.
- A Cristo, con su santa resurrección ha otorgado el perdón y la paz a los pecadores, supliquémosle que quienes han regresado al camino de la vida conserven íntegramente los dones que la misericordia del Padre les ha restituido.
- A Cristo, que, con su gloriosa resurrección, ha inaugurado la resurrección universal, pidámosle que alegre el corazón de los hombres que aún desconocen su victoria y, con el anuncio evangélico, llene de gozo a todos los pueblos y naciones.
- A Cristo, que, con su santa resurrección. ha colmado de alegría a los pueblos, los ha enriquecido con sus dones y ha hecho vibrar de gozo nuestros corazones, pidámosle que renueve la esperanza de los que sufren y lloran.
- A Cristo, que, con su gloriosa resurrección, ha alegrado al mundo entero, pidámosle que renueve nuestro espíritu y nos conceda la esperanza firme de compartir su triunfo y de resucitar con él a una vida nueva.
SAC: Señor Jesucristo, que en el cielo eres glorificado por los ángeles y los santos y en la tierra eres enaltecido y adorado por tu Iglesia, en esta fiesta gloriosa de tu resurrección te pedimos que escuches nuestras plegarias y extiendas tu diestra misericordiosa sobre este pueblo que tiene puesta toda su esperanza en tu resurrección. Tú, que vives y reinas, inmortal y glorioso, por los siglos de los siglos.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 

Llenos de júbilo por el gozo pascual te ofrecemos, Señor, este sacrificio, mediante el cual admirablemente nace y se nutre tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

PREFACIO de Pascua I   El misterio pascual

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación glorificarte siempre, Señor, pero más que nunca (en esta noche) (en este día) (en este tiempo), en que Cristo, nuestra pascua, fue inmolado. Porque Él es el Cordero de Dios que quitó el pecado del mundo: muriendo, destruyó nuestra muerte, y resucitando, restauró la vida. Por eso, con esta efusión de gozo pascual, el mundo entero se desborda de alegría y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria:  Santo, Santo, Santo...

ANTÍFONA DE COMUNIÓN    1 Cor 5,7-8

Cristo nuestro Cordero Pascual ha sido inmolado. Aleluya. Celebremos, pues, la Pascua, con el pan sin levadura, que es sinceridad y verdad. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios de bondad, protege paternalmente con amor incansable a tu Iglesia, para que renovada por los misterios pascuales, pueda llegar a la gloria de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.

DESPEDIDA

Anuncien a todos la alegría del Señor resucitado. Pueden ir en paz. Aleluya, aleluya.
R. Demos gracias a Dios, aleluya, aleluya.




Domingo 24 de Marzo 2024, Santo DOMINGO DE RAMOS o DOMINGO DE LA PASIÓN. Año B.

(En la entrada del Templo)
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Mateo 21,9
Hosanna al Hijo de David. Bendito el que viene en nombre del Señor, el Rey de Israel. Hosanna en el cielo.
BENDICIÓN DE RAMOS
SAC: Oh Dios eterno y todopoderoso, bendice + estos ramos, para que, siguiendo con alegría a Cristo, nuestro rey, lleguemos por él a la eterna Jerusalén. Por Cristo, nuestro Señor.
EVANGELIO Marcos 11, 1-10
Cuando Jesús y los suyos iban de camino a Jerusalén, al llegar a Betfagé y Betania, cerca del monte de los Olivos, les dijo a dos de sus discípulos: "Vayan al pueblo que ven allí enfrente; al entrar, encontrarán amarrado un burro que nadie ha montado todavía. Desátenlo y tráiganmelo. Si alguien les pregunta por qué lo hacen, contéstenle: 'El Señor lo necesita y lo devolverá pronto' ". "Fueron y encontraron al burro en la calle, atado junto a una puerta, y lo desamarraron.
Algunos de los que allí estaban les preguntaron: "¿Por qué sueltan al burro?". Ellos les contestaron lo que había dicho Jesús y ya nadie los molestó. Llevaron el burro, le echaron encima los mantos y Jesús montó en él. Muchos extendían su manto en el camino, y otros lo tapizaban con ramas cortadas en el campo. Los que iban delante de Jesús y los que lo seguían, iban gritando vivas: "¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Bendito el reino que llega, el reino de nuestro padre David! ¡Hosanna en el cielo!".
PROCESIÓN hacia el Templo con cánticos a Cristo Rey

R/. Los niños hebreos, llevando ramos de olivo, salieron al encuentro del Señor, clamando: "Hosanna en el cielo".
Aplaudan, pueblos todos; aclamen al Señor, de gozo llenos; que el Señor, el Altísimo, es terrible y de toda la tierra, rey supremo.
Fue él quien nos puso por encima de todas las naciones y los pueblos, al elegirnos como herencia suya, orgullo de Jacob, su predilecto.
Entre voces de júbilo y trompetas, Dios, el Señor, asciende hasta su trono. Cantemos en honor de nuestro Dios, al rey honremos y cantemos todos.
Porque Dios es el rey del universo, cantemos el mejor de nuestros cantos. Reina Dios sobre todas las naciones desde su trono santo.
HIMNO A CRISTO REY
Que viva mi Cristo, que viva mi Rey. que impere doquiera triunfante su ley. Viva Cristo Rey, Viva Cristo Rey. Uun Padre tenemos, que nos dio de la patria la unión. A ese Padre gozosos cantemos, empuñando con fe su pendón.
Demos gracias al Padre que ha hecho que tengamos de herencia la luz y al darnos vida en el Reino que su Hijo nos dio por la cruz.
Dios le dio el poder, la victoria. Pueblos todos, venid y alabad a este Rey de los cielos y tierra, en quien sólo tenemos la paz.
Rey eterno, Rey universal, en quien todo ya se restauró, te rogamos que todos los pueblos sean unidos en un solo amor.
MISA.
ORACIÓN COLECTA Dios todopoderoso y eterno, que quisiste que nuestro Salvador se hiciera hombre y padeciera en la cruz para dar al género humano ejemplo de humildad, concédenos, benigno, seguir las enseñanzas de su pasión y que merezcamos participar de su gloriosa resurrección. Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del profeta Isaías 50, 4-7
En aquel entonces, dijo Isaías: "El Señor me ha dado una lengua experta, para que pueda confortar al abatido con palabras de aliento. Mañana tras mañana, el Señor despierta mi oído, para que escuche yo, como discípulo. El Señor Dios me ha hecho oír sus palabras y yo no he opuesto resistencia ni me he echado para atrás. Ofrecí la espalda a los que me golpeaban, la mejilla a los que me tiraban de la barba. No aparté mi rostro de los insultos y salivazos. Pero el Señor me ayuda, por eso no quedaré confundido, por eso endurecí mi rostro como roca y sé que no quedaré avergonzado".
SALMO RESPONSORIAL 21
R/. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
- Todos los que me ven, de mí se burlan; me hacen gestos y dicen: "Confiaba en el Señor, pues que él lo salve; si de veras lo ama, que lo libre". R/.
- Los malvados me cercan por doquiera como rabiosos perros. Mis manos y mis pies han taladrado y se pueden contar todos mis huesos. R/.
- Reparten entre sí mis vestiduras y se juegan mi túnica a los dados. Señor, auxilio mío, ven y ayúdame, no te quedes de mí tan alejado. R/.
- Contaré tu fama a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré. Fieles del Señor, alábenlo; glorifícalo, linaje de Jacob; témelo, estirpe de Israel. R/.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta de san Pablo a los Filipenses 2, 6-11
Hermanos: Cristo, siendo Dios, no consideró que debía aferrarse a las prerrogativas de su condición divina, sino que, por el contrario, se anonadó a sí mismo, tomando la condición de siervo, y se hizo semejante a los hombres. Así, hecho uno de ellos, se humilló a sí mismo y por obediencia aceptó incluso la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo exaltó sobre todas las cosas y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre, para que, al nombre de Jesús, todos doblen la rodilla en el cielo, en la tierra y en los abismos, y todos reconozcan públicamente que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
ACLAMACIÓN
Cristo se humilló por nosotros y por obediencia aceptó incluso la muerte y una muerte de cruz. Por eso Dios lo exaltó sobre todas las cosas y le otorgó el “Nombre-sobre-todo-nombre”.

EVANGELIO
† Sacerdote; C: Cronista; A: Lector 2; S: Todos/asamblea
+ Pasión de Nuestro Señor Jesucristo según san Marcos: 14,1-15,47
C. Faltaban dos días para la fiesta de la Pascua y de los panes Ácimos. Los sumos sacerdotes y los escribas buscaban la manera de arrestar a Jesús con astucia, para darle muerte. Porque decían:
A. “No lo hagamos durante la fiesta, para que no se produzca un tumulto en el pueblo”.
C. Mientras Jesús estaba en Betania, comiendo en casa de Simón el leproso, llegó una mujer con un frasco lleno de un valioso perfume de nardo puro, y rompiendo el frasco, derramó el perfume sobre la cabeza de Jesús. Entonces algunos de los que estaban allí se indignaron y comentaban entre sí:
S. “¿Para qué este derroche de perfume? Se hubiera podido vender por más de trescientos denarios para repartir el dinero entre los pobres”.
C. Y la criticaban. Pero Jesús dijo:
+ “Déjenla, ¿por qué la molestan? Ha hecho una buena obra conmigo. A los pobres los tienen siempre con ustedes y pueden hacerles el bien cuando quieran, pero a mí no me tendrán siempre. Ella hizo lo que podía; ungió mi cuerpo anticipadamente para la sepultura. Les aseguro que allí donde se proclame la Buena Noticia, en todo el mundo, se contará también en su memoria lo que ella hizo”.
C. Judas Iscariote, uno de los Doce, fue a ver a los sumos sacerdotes para entregarles a Jesús. Al oírlo, ellos se alegraron y prometieron darle dinero. Y Judas buscaba una ocasión propicia para entregarlo.
C. El primer día de la fiesta de los panes Ácimos, cuando se inmolaba la víctima pascual, los discípulos dijeron a Jesús:
S. “¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la comida pascual?”
C. Él envió a dos de sus discípulos, diciéndoles:
+ “Vayan a la ciudad; allí se encontrarán con un hombre que lleva un cántaro de agua. Síganlo, y díganle al dueño de la casa donde entre: El Maestro dice: “¿Dónde está mi sala, en la que voy a comer el cordero pascual con mis discípulos?” Él les mostrará en el piso alto una pieza grande, arreglada con almohadones y ya dispuesta; prepárennos allí lo necesario”.
C. Los discípulos partieron y, al llegar a la ciudad, encontraron todo como Jesús les había dicho y prepararon la Pascua. Al atardecer, Jesús llegó con los Doce. Y mientras estaban comiendo, dijo:
+ “Les aseguro que uno de ustedes me entregará, uno que come conmigo”.
C. Ellos se entristecieron y comenzaron a preguntarle, uno tras otro:
S. “¿Seré yo?”
C. Él les respondió:
+ “Es uno de los Doce, uno que se sirve de la misma fuente que Yo. El Hijo del hombre se va, como está escrito de Él, pero ¡ay de aquél por quien el Hijo del hombre será entregado: más le valdría no haber nacido!”
C. Mientras comían, Jesús tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo:
+ “Tomen, esto es mi Cuerpo”.
C. Después tomó una copa, dio gracias y se la entregó, y todos bebieron de ella. Y les dijo:
+ “Esta es mi Sangre, la Sangre de la Alianza, que se derrama por muchos. Les aseguro que no beberé más del fruto de la vid hasta el día en que beba el vino nuevo en el Reino de Dios”.
C. Después del canto de los Salmos, salieron hacia el monte de los Olivos. Y Jesús les dijo:
+ “Todos ustedes se van a escandalizar, porque dice la Escritura: "Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas". Pero después que Yo resucite, iré antes que ustedes a Galilea”.
C. Pedro le dijo:
S. “Aunque todos se escandalicen, yo no me escandalizaré”.
C. Jesús le respondió:
+ “Te aseguro que hoy, esta misma noche, antes que cante el gallo por segunda vez, me habrás negado tres veces”.
C. Pero él insistía:
S. “Aunque tenga que morir contigo, jamás te negaré”.
C. Y todos decían lo mismo.
C. Llegaron a una propiedad llamada Getsemaní, y Jesús dijo a sus discípulos:
+ “Quédense aquí, mientras Yo voy a orar”.
C. Después llevó con Él a Pedro, Santiago y Juan, y comenzó a sentir temor y a angustiarse. Entonces les dijo:
+ “Mi alma siente una tristeza de muerte. Quédense aquí velando”.
C. Y adelantándose un poco, se postró en tierra y rogaba que, de ser posible, no tuviera que pasar por esa hora. Y decía:
+ “Abbá -Padre- todo te es posible: aleja de mí este cáliz, pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya”.
C. Después volvió y encontró a sus discípulos dormidos. Y Jesús dijo a Pedro:
+ “Simón, ¿duermes? ¿No has podido quedarte despierto ni siquiera una hora? Permanezcan despiertos y oren para no caer en la tentación, porque el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil”.
C. Luego se alejó nuevamente y oró, repitiendo las mismas palabras. Al regresar, los encontró otra vez dormidos, porque sus ojos se cerraban de sueño, y no sabían qué responderle. Volvió por tercera vez y les dijo:
+ “Ahora pueden dormir y descansar. Esto se acabó. Ha llegado la hora en que el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los pecadores. ¡Levántense! ¡Vamos! Ya se acerca el que me va a entregar”.
C. Jesús estaba hablando todavía, cuando se presentó Judas, uno de los Doce, acompañado de un grupo con espadas y palos, enviado por los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos. El traidor les había dado esta señal:
S. “Es aquél a quien voy a besar. Deténganlo y llévenlo bien custodiado”.
C. Apenas llegó, se le acercó y le dijo:
S. “Maestro”.
C. Y lo besó. Los otros se abalanzaron sobre Él y lo arrestaron. Uno de los que estaban allí sacó la espada e hirió al servidor del Sumo Sacerdote, cortándole la oreja. Jesús les dijo:
+ “Como si fuera un bandido, han salido a arrestarme con espadas y palos. Todos los días estaba entre ustedes enseñando en el Templo y no me arrestaron. Pero esto sucede para que se cumplan las Escrituras”.
C. Entonces todos lo abandonaron y huyeron. Lo seguía un joven, envuelto solamente con una sábana, y lo sujetaron; pero él, dejando la sábana, se escapó desnudo.
C. Llevaron a Jesús ante el Sumo Sacerdote, y allí se reunieron todos los sumos sacerdotes, los ancianos y los escribas. Pedro lo había seguido de lejos hasta el interior del palacio del Sumo Sacerdote y estaba sentado con los servidores, calentándose junto al fuego. Los sumos sacerdotes y todo el Sanedrín buscaban un testimonio contra Jesús, para poder condenarlo a muerte, pero no lo encontraban. Porque se presentaron muchos con falsas acusaciones contra Él, pero sus testimonios no concordaban. Algunos declaraban falsamente contra Jesús:
S. “Nosotros lo hemos oído decir: “Yo destruiré este Templo hecho por la mano del hombre, y en tres días volveré a construir otro que no será hecho por la mano del hombre””.
C. Pero tampoco en esto concordaban sus declaraciones. El Sumo Sacerdote, poniéndose de pie ante la asamblea, interrogó a Jesús:
S. “¿No respondes nada a lo que estos atestiguan contra ti?”
C. Él permanecía en silencio y no respondía nada. El Sumo Sacerdote lo interrogó nuevamente:
S. “¿Eres el Mesías, el Hijo del Dios bendito?”
C. Jesús respondió:
+ “Sí, Yo lo soy: y ustedes verán “al Hijo del hombre sentarse a la derecha del Todopoderoso y venir entre las nubes del cielo””.
C. Entonces el Sumo Sacerdote rasgó sus vestiduras y exclamó:
S. “¿Qué necesidad tenemos ya de testigos? Ustedes acaban de oír la blasfemia. ¿Qué les parece?”
C. Y todos sentenciaron que merecía la muerte. Después algunos comenzaron a escupirlo y, tapándole el rostro, lo golpeaban, mientras le decían:
S. “¡Profetiza!”
C. Y también los servidores le daban bofetadas.
C. Mientras Pedro estaba abajo, en el patio, llegó una de las sirvientas del Sumo Sacerdote y, al ver a Pedro junto al fuego, lo miró fijamente y le dijo:
S. “Tú también estabas con Jesús, el Nazareno”.
C. Él lo negó, diciendo:
S. “No sé nada; no entiendo de qué estás hablando”.
C. Luego salió al vestíbulo y en ese momento cantó el gallo. La sirvienta, al verlo, volvió a decir a los presentes:
S. “Éste es uno de ellos”.
C. Pero él lo negó nuevamente. Un poco más tarde, los que estaban allí dijeron a Pedro:
S. “Seguro que eres uno de ellos, porque tú también eres galileo”.
C. Entonces él se puso a maldecir y a jurar que no conocía a ese hombre del que estaban hablando. En seguida cantó el gallo por segunda vez. Pedro recordó las palabras que Jesús le había dicho: “Antes que cante el gallo por segunda vez, tú me habrás negado tres veces”. Y se puso a llorar.
C. En cuanto amaneció, los sumos sacerdotes se reunieron en Consejo con los ancianos, los escribas y todo el Sanedrín. Y después de atar a Jesús, lo llevaron y lo entregaron a Pilato. Éste lo interrogó:
S. “¿Eres Tú el rey de los judíos?”
C. Jesús le respondió:
+ “Tú lo dices”.
C. Los sumos sacerdotes multiplicaban las acusaciones contra Él. Pilato lo interrogó nuevamente:
S. “¿No respondes nada? ¡Mira de todo lo que te acusan!”
C. Pero Jesús ya no respondió a nada más, y esto dejó muy admirado a Pilato. En cada Fiesta, Pilato ponía en libertad a un preso, a elección del pueblo. Había en la cárcel uno llamado Barrabás, arrestado con otros revoltosos que habían cometido un homicidio durante la sedición. La multitud subió y comenzó a pedir el indulto acostumbrado. Pilato les dijo:
S. “¿Quieren que les ponga en libertad al rey de los judíos?”
C. Él sabía, en efecto, que los sumos sacerdotes lo habían entregado por envidia. Pero los sumos sacerdotes incitaron a la multitud a pedir la libertad de Barrabás. Pilato continuó diciendo:
S. “¿Qué quieren que haga, entonces, con el que ustedes llaman rey de los judíos?”
C. Ellos gritaron de nuevo:
S. “¡Crucifícalo!”
C. Pilato les dijo:
S. “¿Qué mal ha hecho?”
C. Pero ellos gritaban cada vez más fuerte:
S. “¡Crucifícalo!”
C. Pilato, para contentar a la multitud, les puso en libertad a Barrabás; y a Jesús, después de haberlo hecho azotar, lo entregó para que fuera crucificado.
C. Los soldados lo llevaron dentro del palacio, al pretorio, y convocaron a toda la guardia. Lo vistieron con un manto de púrpura, hicieron una corona de espinas y se la colocaron. Y comenzaron a saludarlo:
S. “¡Salud, rey de los judíos!”

C. Y le golpeaban la cabeza con una caña, le escupían y, doblando la rodilla, le rendían homenaje. Después de haberse burlado de Él, le quitaron el manto de púrpura y le pusieron de nuevo sus vestiduras. Luego lo hicieron salir para crucificarlo.
C. Como pasaba por allí Simón de Cirene, padre de Alejandro y de Rufo, que regresaba del campo, lo obligaron a llevar la cruz de Jesús. Y condujeron a Jesús a un lugar llamado Gólgota, que significa: “lugar del Cráneo”.
Le ofrecieron vino mezclado con mirra, pero Él no lo tomó. Después lo crucificaron. Los soldados “se repartieron sus vestiduras, sorteándolas” para ver qué le tocaba a cada uno. Ya mediaba la mañana cuando lo crucificaron. La inscripción que indicaba la causa de su condena decía: “El rey de los judíos”. Con Él crucificaron a dos bandidos, uno a su derecha y el otro a su izquierda.
C. Los que pasaban lo insultaban, movían la cabeza y decían:
S. “¡Eh, Tú, que destruyes el Templo y en tres días lo vuelves a edificar, sálvate a ti mismo y baja de la cruz!”
C. De la misma manera, los sumos sacerdotes y los escribas se burlaban y decían entre sí:
S. “¡Ha salvado a otros y no puede salvarse a sí mismo! Es el Mesías, el rey de Israel, ¡que baje ahora de la cruz, para que veamos y creamos!”
C. También lo insultaban los que habían sido crucificados con Él.
C. Al mediodía, se oscureció toda la tierra hasta las tres de la tarde; y a esa hora, Jesús exclamó en alta voz:
+ “Eloi, Eloi, lemá sabactaní”.
C. Que significa:
+ “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”
C. Algunos de los que se encontraban allí, al oírlo, dijeron:
S. “Está llamando a Elías”.
C. Uno corrió a mojar una esponja en vinagre y, poniéndola en la punta de una caña le dio de beber, diciendo:
S. “Vamos a ver si Elías viene a bajarlo”.
C. Entonces Jesús, dando un gran grito, expiró.

(Aquí todos se arrodillan, breve silencio de adoración)
C. El velo del Templo se rasgó en dos, de arriba abajo. Al verlo expirar así, el centurión que estaba frente a Él, exclamó:
S. “¡Verdaderamente, este hombre era Hijo de Dios!”
C. Había también allí algunas mujeres que miraban de lejos. Entre ellas estaban María Magdalena, María, la madre de Santiago el menor y de José, y Salomé, que seguían a Jesús y lo habían servido cuando estaba en Galilea; y muchas otras que habían subido con Él a Jerusalén.
C. Era día de Preparación, es decir, vísperas de sábado. Por eso, al atardecer, José de Arimatea -miembro notable del Sanedrin, que también esperaba el Reino de Dios- tuvo la audacia de presentarse ante Pilato para pedirle el cuerpo de Jesús.
Pilato se asombró de que ya hubiera muerto; hizo llamar al centurión y le preguntó si hacía mucho que había muerto. Informado por el centurión, entregó el cadáver a José. Este compró una sábana, bajó el cuerpo de Jesús, lo envolvió en ella y lo depositó en un sepulcro cavado en la roca. Después hizo rodar una piedra a la entrada del sepulcro. María Magdalena y María, la madre de José, miraban dónde lo habían puesto.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Por la Pasión de tu Hijo unigénito danos, Señor, tu perdón y aunque no lo merecen nuestras obras, haz que lo recibamos de tu misericordia por este único sacrificio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO: Prefacio propio de la Pasión del Señor
En verdad, es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor. Jesús, siendo inocente quiso sufrir por los pecadores, siendo Santo, quiso ser condenado a morir en medio de criminales.
Su muerte pagó nuestros pecados, y su resurrección nos trajo nueva vida. Por él, los ángeles cantan tu grandeza, y lo santos proclaman tu gloria. Concédenos, también a nosotros asociarnos a sus alabanzas, cantando a una sola voz:
Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Mt 26, 42
Padre mío, si no es posible evitar que yo beba este cáliz, hágase tu voluntad.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Tú que nos has alimentado con esta Eucaristía, y por medio de la muerte de tu Hijo nos das la esperanza de alcanzar lo que la fe nos promete, concédenos, Señor, llegar, por medio de su resurrección, a la meta de nuestras esperanzas. Por Jesucristo, nuestro Señor.




Domingo 3 de Marzo 2024, Tercer Domingo de Cuaresma. Año B

ANTÍFONA DE ENTRADA     Sal 24,15-16
Mis ojos están siempre fijos en el Señor, pues él libra mis pies de toda trampa. Mírame, Señor, y ten piedad de mí, que estoy solo y afligido.
ORACIÓN COLECTA   Señor Dios, fuente de misericordia y de toda bondad, que enseñaste que el remedio contra el pecado está en el ayuno, la oración y la limosna, mira con agrado nuestra humilde confesión, para que a quienes agobia la propia conciencia nos reconforte siempre tu misericordia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Éxodo 20, 1-17
En aquellos días, el Señor promulgó estos preceptos para su pueblo en el monte Sinaí, diciendo: "Yo soy el Señor, tu Dios, que te sacó de la tierra de Egipto y de la esclavitud. No tendrás otros dioses fuera de mí; no te fabricarás ídolos ni imagen alguna de lo que hay arriba, en el cielo, o abajo, en la tierra, o en el agua y debajo de la tierra. No adorarás nada de eso ni le rendirás culto, porque yo, el Señor, tu Dios, soy un Dios celoso, que castiga la maldad de los padres en los hijos hasta la tercera y cuarta generación de aquellos que me odian; pero soy misericordioso hasta la milésima generación de aquellos que me aman y cumplen mis mandamientos.
No harás mal uso del nombre del Señor, tu Dios, porque no dejará el Señor sin castigo a quien haga mal uso de su nombre.
Acuérdate de santificar el sábado. Seis días trabajarás y en ellos harás todos tus quehaceres; pero el día séptimo es día de descanso, dedicado al Señor, tu Dios. No harás en él trabajo alguno, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tus animales, ni el forastero que viva contigo. Porque en seis días hizo el Señor el cielo, la tierra, el mar y cuanto hay en ellos, pero el séptimo, descansó. Por eso bendijo el Señor el sábado y lo santificó.
Honra a tu padre y a tu madre para que vivas largos años en la tierra que el Señor, tu Dios, te va a dar. No matarás. No cometerás adulterio. No robarás. No darás falso testimonio contra tu prójimo. No codiciarás la casa de tu prójimo, ni a su mujer, ni a su esclavo, ni a su esclava, ni su buey, ni su burro, ni cosa alguna que le pertenezca".

SALMO RESPONSORIAL   115, 10. 15-19
R/. Señor, Tú tienes palabras de Vida eterna.
- La ley del Señor es perfecta, reconforta el alma; el testimonio del Señor es verdadero, da sabiduría al simple.
- Los preceptos del Señor son rectos, alegran el corazón; los mandamientos del Señor son claros, iluminan los ojos.
- La palabra del Señor es pura, permanece para siempre; los juicios del Señor son la verdad, enteramente justos.
- Son más atrayentes que el oro, que el oro más fino; más dulces que la miel, más que el jugo del panal.

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 1, 22-25
Hermanos: Los judíos exigen señales milagrosas y los paganos piden sabiduría. Pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, que es escándalo para los judíos y locura para los paganos; en cambio, para los llamados, sean judíos o paganos, Cristo es la fuerza y la sabiduría de Dios. Porque la locura de Dios es más sabia que la sabiduría de los hombres, y la debilidad de Dios es más fuerte que la fuerza de los hombres.
ACLAMACIÓN   Juan 3, 16
Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en Él tenga Vida eterna.

EVANGELIO
Destruyan este templo y en tres días lo reconstruiré
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 2, 13-25
Cuando se acercaba la Pascua de los judíos, Jesús llegó a Jerusalén y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas con sus mesas. Entonces hizo un látigo de cordeles y los echó del templo, con todo y sus ovejas y bueyes; a los cambistas les volcó las mesas y les tiró al suelo las monedas; y a los que vendían palomas les dijo: "Quiten todo de aquí y no conviertan en un mercado la casa de mi Padre".
En ese momento, sus discípulos se acordaron de lo que estaba escrito: El celo de tu casa me devora.
Después intervinieron los judíos para preguntarle: "¿Qué señal nos das de que tienes autoridad para actuar así?". Jesús les respondió: "Destruyan este templo y en tres días lo reconstruiré". Replicaron los judíos: "Cuarenta y seis años se ha llevado la construcción del templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?".
Pero Él hablaba del templo de su cuerpo. Por eso, cuando resucitó Jesús de entre los muertos, se acordaron sus discípulos de que había dicho aquello y creyeron en la Escritura y en las palabras que Jesús había dicho.
Mientras estuvo en Jerusalén para las fiestas de Pascua, muchos creyeron en Él, al ver los prodigios que hacía. Pero Jesús no se fiaba de ellos, porque los conocía a todos y no necesitaba que nadie le descubriera lo que es el hombre, porque Él sabía lo que hay en el interior del hombre.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Instruidos por el ejemplo de Jesús, el Señor, que en el desierto se entregaba a la oración, oremos también nosotros con insistencia a nuestro Dios:
R/. Escúchanos, Señor.
- Para que todos los fieles, por medio de las penitencias y prácticas cuaresmales, sean purificados de sus culpas y vean fortalecida su vida cristiana, roguemos al Señor.
- Para que todos los pueblos alcancen la paz, la tranquilidad y el bienestar necesario y puedan así buscar más fácilmente los bienes del cielo, roguemos al Señor.
- Para que el Señor conceda su fuerza a los que se ven tentados o se sienten turbados, infunda el deseo de la conversión a los pecadores y otorgue el consuelo del cielo a los que están tristes o abatidos, roguemos al Señor.
- Para que infunda en todos nosotros el deseo de una verdadera conversión, a fin de que nos preparemos a celebrar debidamente el sacramento pascual de la penitencia, roguemos al Señor.
Celebrante: Señor, Dios nuestro, abre nuestros corazones a tus mandatos y haz que penetremos en la sabiduría de la cruz, para que, liberados del egoísmo que nos aprisiona, alcancemos los dones del Espíritu Santo y lleguemos a ser aquel templo vivo en el que tú deseas recibir nuestra adoración. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 
Por estas ofrendas, Señor, concédenos benigno el perdón de nuestras ofensas, y ayúdanos a perdonar a nuestros hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO: Cuaresma III  Los frutos de la penitencia
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque has querido que en nuestras privaciones voluntarias encontremos un motivo para bendecirte, ya que nos ayudan a refrenar nuestras pasiones desordenadas y, al damos ocasión de compartir nuestros bienes con los necesitados, nos hacen imitadores de tu generosidad. Por eso, con todos los ángeles, te glorificamos y te aclamamos diciendo: Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE COMUNIÓN    Sal 83, 4-5
El gorrión ha encontrado una casa, y la golondrina un nido donde poner sus polluelos: junto a tus altares, Señor de los ejércitos, Rey mío y Dios mío. Dichosos los que viven en tu casa y pueden alabarte siempre.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados en la tierra con el pan del cielo, prenda de eterna salvación, te suplicamos, Señor, que lleves a su plenitud en nuestra vida la gracia recibida en este sacramento. Por Jesucristo, nuestro Señor.





Domingo 25 de Febrero 2024, Segundo Domingo de Cuaresma. Año B

ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 26, 8.9
Mi corazón sabe que dijiste: busquen mi rostro. Yo busco tu rostro, Señor, no lo apartes de mí.

ORACIÓN COLECTA Padre santo, que nos mandaste escuchar a tu Hijo amado, alimenta nuestro espíritu con tu Palabra, para que, después de haber purificado nuestra mirada interior, podamos contemplar gozosos la gloria de su rostro. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.


PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Génesis 22, 1-2. 9-13. 15-18
En aquel tiempo, Dios le puso una prueba a Abraham y le dijo: "¡Abraham, Abraham!". El respondió: "Aquí estoy". Y Dios le dijo: "Toma a tu hijo único, Isaac, a quien tanto amas; vete a la región de Moria y ofrécemelo en sacrificio, en el monte que yo te indicaré".
Cuando llegaron al sitio que Dios le había señalado, Abraham levantó un altar y acomodó la leña. Luego ató a su hijo Isaac, lo puso sobre el altar, encima de la leña, y tomó el cuchillo para degollarlo.
Pero el ángel del Señor lo llamó desde el cielo y le dijo: "¡Abraham, Abraham!". Él contestó: "Aquí estoy". El ángel le dijo: "No descargues la mano contra tu hijo, ni le hagas daño. Ya veo que temes a Dios, porque no le has negado a tu hijo único".
Abraham levantó los ojos y vio un carnero, enredado por los cuernos en la maleza. Atrapó el carnero y lo ofreció en sacrificio en lugar de su hijo.
El ángel del Señor volvió a llamar a Abraham desde el cielo y le dijo: "Juro por mí mismo, dice el Señor, que por haber hecho esto y no haberme negado a tu hijo único, yo te bendeciré y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y las arenas del mar. Tus descendientes conquistarán las ciudades enemigas. En tu descendencia serán bendecidos todos los pueblos de la tierra, porque obedeciste a mis palabras".

SALMO RESPONSORIAL 115, 10. 15-19
R/. Caminaré en presencia del Señor.
- Tenía confianza, incluso cuando dije: “¡Qué grande es mi desgracia!” ¡Qué penosa es para el Señor la muerte de sus amigos!
- Yo, Señor, soy tu servidor, lo mismo que mi madre: por eso rompiste mis cadenas. Te ofreceré un sacrificio de alabanza, e invocaré el nombre del Señor.
- Cumpliré mis votos al Señor, en presencia de todo su pueblo, en los atrios de la Casa del Señor, en medio de ti, Jerusalén.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la apóstol san Pablo a los romanos: 8, 31-34
Hermanos: Si Dios está con nosotros, ¿quién estará en contra nuestra? El que no nos escatimó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no va a estar dispuesto a dárnoslo todo, junto con su Hijo? ¿Quién acusara a los elegidos de Dios? Si Dios mismo es quien los perdona, ¿quién será el que los condene? ¿Acaso Jesucristo, que murió, resucitó y está a la derecha de Dios para interceder por nosotros?
ACLAMACIÓN Mateo 17,5
Desde la nube resplandeciente se oyó la voz del Padre: “Éste es mi Hijo amado; escúchenlo”.
EVANGELIO
Éste es mi Hijo muy querido.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 9, 2-10
En aquel tiempo, Jesús tomó a Pedro, Santiago y Juan, y los llevó a ellos solos a un monte elevado. Allí se transfiguró en presencia de ellos. Sus vestiduras se volvieron resplandecientes, tan blancas como nadie en el mundo podría blanquearlas. Y se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús.
Pedro dijo a Jesús: “Maestro, ¡qué bien estamos aquí! Hagamos tres carpas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías”. Pedro no sabía qué decir, porque estaban llenos de temor.
Entonces una nube los cubrió con su sombra, y salió de ella una voz: “Éste es mi Hijo muy querido, escúchenlo”. De pronto miraron a su alrededor y no vieron a nadie, sino a Jesús solo con ellos. Mientras bajaban del monte, Jesús les prohibió contar lo que habían visto, hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos. Ellos cumplieron esta orden, pero se preguntaban qué significaría “resucitar de entre los muertos”.
CREDO
ORACIÓN DE LOS FIELES
Oremos, hermanos, al Padre de la misericordia, árbitro de nuestros actos y Dios que escudriña lo profundo de nuestros corazones, y, con espíritu contrito, pidámosle que escuche la oración de su pueblo penitente:
R/. Escúchanos, Señor.
- Para que Dios conceda a sus fieles vivir estos días de Cuaresma con verdadero espíritu de penitencia y prepararse a celebrar con fruto el sacramento del perdón. Roguemos al Señor.
- Para que quienes se han apartado del camino del bien y han muerto a causa del pecado escuchen en estos días de Cuaresma la voz del Hijo de Dios y vivan, roguemos al Señor.
- Para que Dios inspire sentimientos de caridad a los que tienen riquezas y multiplique los bienes de la tierra en bien de todos, roguemos al Señor.
- Para que la penitencia cuaresmal aleje de nosotros el amor desordenado a los bienes visibles y sane nuestra aridez espiritual con el deseo de los bienes del cielo. Roguemos al Señor.
Celebrante: Señor, Padre santo, que no perdonaste a tu Hijo, sino que lo entregaste por nosotros, pecadores, escucha nuestras súplicas y fortalécenos en la obediencia a la fe, para que, siguiendo en todo las huellas de Jesucristo, seamos transfigurados con él en la luz de la gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te pedimos, Señor, que este sacrificio borre nuestros pecados y santifique el cuerpo y el alma de tus fieles, para que podamos celebrar dignamente las fiestas pascuales. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO: La Transfiguración del Señor
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor Nuestro.
Él mismo, después de anunciar su muerte a los discípulos, les reveló el esplendor de su gloria en la montaña santa, para mostrar, con el testimonio de la Ley y los Profetas, que por la pasión, debía llegar a la gloria de la resurrección.
Por eso, con los coros celestiales, te alabamos en la tierra llenos de alegría, cantando sin cesar: Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Mt 17, 5
Éste es mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta mi predilección: escúchenlo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Después de haber recibido estos gloriosos misterios, Padre, te damos gracias porque, aun viviendo en la tierra, ya nos haces partícipes de los bienes del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.



Domingo 4 de Febrero 2024, Quinto Domingo del Tiempo Ordinario. Año B

ANTÍFONA DE ENTRADA     Sal 94, 6-7

Entremos, inclinémonos y adoremos al Señor, creador nuestro, porque él es nuestro Dios.

ORACIÓN COLECTA   Te rogamos, Señor, que guardes con incesante amor a tu familia santa, que tiene puesto su apoyo sólo en tu gracia, para que halle siempre en tu protección su fortaleza. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de Job   7, 1-4. 6-7
En aquel día, Job tomó la palabra y dijo: "La vida del hombre en la tierra es como un servicio militar y sus días, como días de un jornalero. Como el esclavo suspira en vano por la sombra y el jornalero se queda aguardando su salario, así me han tocado en suerte meses de infortunio y se me han asignado noches de dolor. Al acostarme, pienso: `¿Cuándo será de día?' La noche se alarga y me canso de dar vueltas hasta que amanece.

Mis días corren más aprisa que una lanzadera y se consumen sin esperanza. Recuerda, Señor, que mi vida es un soplo. Mis ojos no volverán a ver la dicha".

SALMO RESPONSORIAL   146, 1-6
R/. Alaben al Señor, que sana a los afligidos.
- ¡Qué bueno es cantar a nuestro Dios, qué agradable y merecida es su alabanza! El Señor reconstruye a Jerusalén y congrega a los dispersos de Israel.
- Sana a los que están afligidos y les venda las heridas. Él cuenta el número de las estrellas y llama a cada una por su nombre.
- Nuestro Señor es grande y poderoso, su inteligencia no tiene medida. El Señor eleva a los oprimidos y humilla a los malvados hasta el polvo.

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los Corintios 9, 16-19. 22-23
Hermanos: Si anuncio el Evangelio, no lo hago para gloriarme: al contrario, es para mí una necesidad imperiosa. ¡Ay de mí si no predicara el Evangelio!
Si yo realizara esta tarea por iniciativa propia, merecería ser recompensado, pero si lo hago por necesidad, quiere decir que se me ha confiado una misión.
¿Cuál es, entonces, mi recompensa? Predicar gratuitamente el Evangelio, renunciando al derecho que esa Buena Noticia me confiere.
En efecto, siendo libre, me hice esclavo de todos, para ganar al mayor número posible. Y me hice débil con los débiles, para ganar a los débiles. Me hice todo para todos, para ganar por lo menos a algunos, a cualquier precio. Y todo esto, por amor a la Buena Noticia, a fin de poder participar de sus bienes.
ACLAMACIÓN   Mateo 8,17
Aleluya.  Cristo tomó nuestras debilidades y cargó sobre sí nuestras enfermedades. Aleluya.

EVANGELIO
Sanó a muchos, que sufrían diversos males.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 1, 29-39
En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo dijeron de inmediato. Él se acercó, la tomó de la mano y la hizo levantar. Entonces ella no tuvo más fiebre y se puso a servirlos.
Al atardecer, después de ponerse el sol, le llevaron a todos los enfermos y endemoniados, y la ciudad entera se reunió delante de la puerta. Jesús sanó a muchos enfermos, que sufrían de diversos males, y expulsó a muchos demonios; pero a éstos no los dejaba hablar, porque sabían quién era Él.
Por la mañana, antes que amaneciera, Jesús se levantó, salió y fue a un lugar desierto; allí estuvo orando.
Simón salió a buscarlo con sus compañeros, y cuando lo encontraron, le dijeron: “Todos te andan buscando”. Él les respondió: “Vayamos a otra parte, a predicar también en las poblaciones vecinas, porque para eso he salido”.
Y fue por toda la Galilea, predicando en las sinagogas de ellos y expulsando demonios.


ORACIÓN DE LOS FIELES
Oremos, hermanos, al Padre del Unigénito, al Hijo del Dios eterno y al Espíritu, fuente de todo bien:
R/. Escúchanos, Señor.
- Por la santa Iglesia, extendida por todo el mundo, pidamos la plena riqueza del amor de Dios, roguemos al Señor.
- Por los que gobiernan los pueblos y tienen en su mano el destino de los hombres, pidamos el espíritu de justicia y el deseo de servir con dedicación a sus súbditos, roguemos al Señor.
- Por los débiles que se ven oprimidos y por los justos que sufren persecuciones, roguemos al Señor.
- Por nosotros mismos, pidamos al Señor un temor filial, un amor ferviente, que Él nos sane de lo que nos impide servirle con sincero corazón y de lo que nos aparta de nuestros hermanos, roguemos al Señor.
Celebrante: Escucha, Señor, las oraciones de tu pueblo, Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 
Señor y Dios nuestro, que has creado los frutos de la tierra para sostener nuestra fragilidad, haz que estos dones se conviertan en sacramento de vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN   Cf. Salmo  106, 8-9 
Den gracias al Señor por su misericordia y por sus maravillas en favor de los hombres, porque Él sació a los que sufrían sed y colmó de bienes a los hambrientos. 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 
Señor, que nos hiciste compartir el mismo pan y el mismo cáliz, concédenos vivir de tal manera que, unidos en Cristo, demos fruto con alegría para la salvación del mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor.



Domingo 28 de Enero 2024, Cuarto Domingo del Tiempo Ordinario. Año B

ANTÍFONA DE ENTRADA      Salmo 105, 47
Sálvanos, Señor y Dios nuestro; reúnenos de entre las naciones, para que podamos agradecer tu poder santo y sea nuestra gloria el alabarte.

ORACIÓN COLECTA   Señor y Dios nuestro, concédenos honrarte con todo el corazón y amar a todos con amor verdadero. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro del Deuteronomio 18, 15-20
Moisés dijo al pueblo: El Señor, tu Dios, te suscitará un profeta como yo; lo hará surgir de entre ustedes, de entre tus hermanos, y es a Él a quien escucharán. Esto es precisamente lo que pediste al Señor, tu Dios, en el Horeb, el día de la asamblea, cuando dijiste: “No quiero seguir escuchando la voz del Señor, mi Dios, ni miraré más este gran fuego, porque de lo contrario moriré”.
Entonces el Señor me dijo: “Lo que acaban de decir está muy bien. Por eso, suscitaré entre sus hermanos un profeta semejante a ti, pondré mis palabras en su boca, y él dirá todo lo que Yo le ordene. Al que no escuche mis palabras, las que este profeta pronuncie en mi Nombre, Yo mismo le pediré cuenta. Y si un profeta se atreve a pronunciar en mi Nombre una palabra que Yo no le he ordenado decir, o si habla en nombre de otros dioses, ese profeta morirá”.

SALMO RESPONSORIAL   94, 1-2.7-10

R/. Ojalá hoy escuchen la voz del Señor
- ¡Vengan, cantemos con júbilo al Señor, aclamemos a la Roca que nos salva! ¡Lleguemos hasta Él dándole gracias, aclamemos con música al Señor!
- ¡Entren, inclinémonos para adorarlo! ¡Doblemos la rodilla ante el Señor que nos creó! Porque Él es nuestro Dios, y nosotros, el pueblo que Él apacienta, las ovejas conducidas por su mano. 
- Ojalá hoy escuchen la voz del Señor: “No endurezcan su corazón como en Meribá, como en el día de Masá, en el desierto, cuando sus padres me tentaron y provocaron, aunque habían visto mis obras”.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los Corintios 7, 32-35
Hermanos: Yo quisiera que ustedes vivieran sin preocupaciones. El hombre soltero se preocupa de las cosas del Señor y de cómo agradarle; en cambio, el hombre casado se preocupa de las cosas de esta vida y de cómo agradarle a su esposa, y por eso tiene dividido el corazón. En la misma forma, la mujer que ya no tiene marido y la soltera se preocupan de las cosas del Señor y se pueden dedicar a él en cuerpo y alma. Por el contrario, la mujer casada se preocupa de las cosas de esta vida y de cómo agradarle a su esposo.
Les digo todo esto para bien de ustedes. Se lo digo, no para ponerles una trampa, sino para que puedan vivir constantemente y sin distracciones en presencia del Señor, tal como conviene.

ACLAMACIÓN   Mateo 4,16

Aleluya.  El pueblo que caminaba en tinieblas vio una gran luz. Sobre los que vivían en tierra de sombras una luz resplandeció. Aleluya.
EVANGELIO
Les enseñaba como quien tiene autoridad.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 1, 21-28

En aquel tiempo, llegó Jesús a Cafarnaúm y el sábado siguiente fue a la sinagoga y se puso a enseñar. Los oyentes quedaron asombrados de sus palabras, pues enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas.
Había en la sinagoga un hombre poseído por un espíritu inmundo, que se puso a gritar: "¿Qué quieres tú con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a acabar con nosotros? Ya sé quién eres: el Santo de Dios". Jesús le ordenó: "¡Cállate y sal de él!". El espíritu inmundo, sacudiendo al hombre con violencia y dando un alarido, salió de él. Todos quedaron estupefactos y se preguntaban: "¿Qué es esto? ¿Qué nueva doctrina es ésta? Este hombre tiene autoridad para mandar hasta a los espíritus inmundos y lo obedecen". Y muy pronto se extendió su fama por toda Galilea.

ORACIÓN DE LOS FIELES

Invoquemos, hermanos, con corazón unánime y plegaria ferviente, a Dios Padre, fuente y origen de todo bien:
R/. Escúchanos, Señor.
- Por la santa Iglesia, reunida aquí en el nombre del Señor y extendida por todo el mundo, roguemos al Señor.
- Por nuestros países, por los que los gobiernan, y por todos los que en ellos habitan, que sepamos vivir en la paz y la solidaridad, roguemos al Señor.
- Por los que están de viaje, por los enfermos y prisioneros, por los pobres y todos los que sufren, roguemos al Señor.
- Por nuestros hermanos difuntos, para que Dios los reciba en su reino de luz y felicidad, roguemos al Señor.
Celebrante: Dios nuestro, que en Cristo, tu Hijo, nos has dado el único maestro de sabiduría y el verdadero libertador de las fuerzas del mal, escucha nuestras oraciones y haz que seamos fuertes en la confesión de la fe, para que proclamemos siempre, de palabra y de obra, tu verdad y demos testimonio de cómo son felices cuantos en ti ponen su esperanza. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 
Presentamos ante tu altar, Señor, los dones de nuestra entrega; te rogamos que los aceptes con bondad y los conviertas en el sacramento de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor. 
ANTÍFONA DE COMUNIÓN   Cf. Salmo 30, 17-18 
Que brille tu rostro sobre tu servidor, sálvame por tu misericordia. Señor, que no me avergüence de haberte invocado. 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 
Alimentados con el don de nuestra redención, te pedimos, Padre, que con este auxilio de salvación eterna se acreciente siempre en nosotros la verdadera fe. Por Jesucristo, nuestro Señor.


Domingo 21 de Enero 2024, Tercer Domingo del Tiempo Ordinario. Año B

ANTÍFONA DE ENTRADA      Salmo 95,1.6
Canten al Señor un canto nuevo, cante al Señor toda la tierra. En su presencia hay esplendor y majestad, en su santuario, poder y hermosura.
ORACIÓN COLECTA   Dios todopoderoso y eterno, ordena nuestra vida según tu voluntad para que, en el nombre de tu Hijo amado, podamos dar con abundancia frutos de buenas obras. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro del profeta Jonás 3, 1-5.10
En aquellos días, el Señor volvió a hablar a Jonás y le dijo: "Levántate y vete a Nínive, la gran capital, para anunciar ahí el mensaje que te voy a indicar".
Se levantó Jonás y se fue a Nínive, como le había mandado el Señor. Nínive era una ciudad enorme: hacían falta tres días para recorrerla. Jonás caminó por la ciudad durante un día, pregonando: "Dentro de cuarenta días Nínive será destruida".
Los ninivitas creyeron en Dios, ordenaron un ayuno y se vistieron de sayal, grandes y pequeños. Cuando Dios vio sus obras y cómo se convertían de su mala vida, cambió de parecer y no les mandó el castigo que había determinado imponerles.

SALMO RESPONSORIAL    24, 4-5b. 6. 7b-9

R/. Muéstrame, Señor, tus caminos.
- Muéstrame, Señor, tus caminos, enséñame tus senderos. Guíame por el camino de tu fidelidad; enséñame, porque Tú eres mi Dios y mi salvador.
- Acuérdate, Señor, de tu compasión y de tu amor, porque son eternos. Por tu bondad, Señor, acuérdate de mí según tu fidelidad.
- El Señor es bondadoso y recto: por eso muestra el camino a los extraviados; Él guía a los humildes para que obren rectamente y enseña su camino a los pobres.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los Corintios 7, 29-31
Lo que quiero decir, hermanos, es esto: queda poco tiempo. Mientras tanto, los que tienen mujer vivan como si no la tuvieran; los que lloran, como si no lloraran; los que se alegran, como si no se alegraran; los que compran, como si no poseyeran nada; los que disfrutan del mundo, como si no disfrutaran. Porque la apariencia de este mundo es pasajera.

ACLAMACIÓN   Marcos 1,15

Aleluya. El Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en el Evangelio. Aleluya.

EVANGELIO

Conviértanse y crean en la Buena Noticia.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 1, 14-20
Después que Juan Bautista fue arrestado, Jesús se dirigió a Galilea. Allí proclamaba la Buena Noticia de Dios, diciendo: “El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la Buena Noticia”.
Mientras iba por la orilla del mar de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que echaban las redes en el agua, porque eran pescadores. Jesús les dijo: “Síganme, y Yo los haré pescadores de hombres”. Inmediatamente, ellos dejaron sus redes y lo siguieron.
Y avanzando un poco, vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban también en su barca arreglando las redes. En seguida los llamó, y ellos, dejando en la barca a su padre Zebedeo con los jornaleros, lo siguieron.

CREDO

ORACIÓN DE LOS FIELES
Oremos, hermanos, a Dios Padre todopoderoso, en cuyas manos está el destino del universo, y pidámosle confiadamente que escuche las oraciones de su pueblo: 
- Por la santa Iglesia de Dios, para que busque cada día con mayor afán el rostro de su Señor, y sus fieles se esfuercen en purificarse de todas sus faltas y pecados, roguemos al Señor.
- Por los que gobiernan las naciones, para que trabajen con interés y constancia por la paz y el bienestar de sus comunidades, a fin de que reine entre los pueblos la justicia y la paz, roguemos al Señor.
- Por los enfermos, los encarcelados y por todos los que sufren, para que Dios, Padre de misericordia, venga en auxilio de sus males, roguemos al Señor.
- Por todos los que estamos aquí reunidos, para que el Señor nos conceda perseverar en la fe y progresar en el mutuo amor, roguemos al Señor.
Celebrante: Dios nuestro, que en Cristo, el Verbo eterno, nos has dado la plenitud de tu palabra, escucha la oración de la Iglesia y haz que sintamos la urgencia de convertirnos a ti y de adherirnos con toda el alma al Evangelio, para que toda nuestra vida anuncie a los que dudan y viven alejados al único Salvador de los hombres, Jesucristo, tu Hijo y Señor nuestro, que vive y reina por los siglos de los siglos.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 

Recibe con bondad nuestros dones, Señor; y al santificarlos, haz que se conviertan en causa de salvación para nosotros. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN   Cf. Salmo 33,6 
Miren hacia el Señor, y quedarán resplandecientes, y sus rostros no se avergonzarán. 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 
Dios todopoderoso, concédenos, a los que somos vivificados por tu gracia, alegrarnos siempre con el don recibido. Por Jesucristo, nuestro Señor.



Domingo 31 de Diciembre 2023  La Sagrada Familia de Jesús, María y José (Año B). Fiesta

ANTÍFONA DE ENTRADA  Lc 2, 16
Llegaron los pastores a toda prisa y encontraron a María y a José, y al niño recién nacido recostado en un pesebre.

ORACIÓN COLECTA   Dios y Padre nuestro, que en la Sagrada Familia nos ofreces un verdadero modelo de vida, concédenos que, imitando en nuestros hogares las mismas virtudes y unidos por el amor, podamos llegar, todos juntos, a gozar de los premios eternos en la casa del cielo. Por Jesucristo nuestro Señor.

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro del Génesis 15, 1-6; 17, 5; 21, 1-3
En aquellos días, la palabra del Señor llegó a Abrám en una visión, en estos términos: “No temas, Abrám. Yo soy para ti un escudo. Tu recompensa será muy grande”. “Señor, respondió Abrám, ¿para qué me darás algo, si yo sigo sin tener hijos, y el heredero de mi casa será Eliezer de Damasco?” Después añadió: “Tú no me has dado un descendiente, y un servidor de mi casa será mi heredero”.
Entonces el Señor le dirigió esta palabra: “No, ése no será tu heredero; tu heredero será alguien que nacerá de ti”. Luego lo llevó afuera y continuó diciéndole: “Mira hacia el cielo y si puedes, cuenta las estrellas”. Y añadió: “Así será tu descendencia”.
Abrám creyó en el Señor, y el Señor se lo tuvo en cuenta para su justificación. Y le dijo: “Ya no te llamarás más Abrám: en adelante tu nombre será Abraham, para indicar que Yo te he constituido Padre de una multitud de naciones”.
El Señor visitó a Sara como lo había dicho, y obró con ella conforme a su promesa.
En el momento anunciado por Dios, Sara concibió y dio un hijo a Abraham, que ya era anciano. Cuando nació el niño que le dio Sara, Abraham le puso el nombre de Isaac.

SALMO RESPONSORIAL    104, 1b-6. 8-9
R/. El Señor, se acuerda eternamente de su Alianza.
- ¡Den gracias al Señor, invoquen su Nombre, hagan conocer entre los pueblos sus proezas; canten al Señor con instrumentos musicales, pregonen todas sus maravillas!
- ¡Gloríense en su santo Nombre, alégrense los que buscan al Señor! ¡Recurran al Señor y a su poder, busquen constantemente su rostro!
- ¡Recuerden las maravillas que Él obró, sus portentos y los juicios de su boca! Descendientes de Abraham, su servidor, hijos de Jacob, su elegido.
- Él se acuerda eternamente de su Alianza, de la palabra que dio por mil generaciones, del pacto que selló con Abraham, del juramento que hizo a Isaac.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta a los Hebreos 11, 8. 11-12. 17-19
Hermanos:  Por la fe, Abraham, obedeciendo al llamado de Dios, partió hacia el lugar que iba a recibir en herencia, sin saber a dónde iba. También por la fe, Sara, siendo estéril, recibió el poder deconcebir, a pesar de su edad avanzada, porque juzgó digno de fe al que se lo prometía. Y por eso, de un solo hombre, y de un hombre ya cercano a la muerte, nació una descendencia numerosa como las estrellas del cielo e incontable como la arena que está a la orilla del mar.
Por la fe, Abraham, cuando fue puesto a prueba, presentó a Isaac como ofrenda: él ofrecía a su hijo único, al heredero de las promesas, a aquél de quiense había anunciado: “De Isaac nacerá la descendencia que llevará tu nombre”. Y lo ofreció, porque pensaba que Dios tenía poder, aun para resucitar a los muertos. Por eso recuperó a su hijo, y esto fue como un símbolo.
ACLAMACIÓN AL EVANGELIO    Heb 1, 1-2
Aleluya. Después de haber hablado a nuestros padres por medio de los profetas, en este tiempo final, Dios nos habló por medio de su Hijo. Aleluya.

EVANGELIO

El niño crecía, lleno de sabiduría.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 2, 22-40

Cuando llegó el día fijado por la Ley de Moisés para la purificación, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, como está escrito en la Ley: “Todo varón primogénito será consagrado al Señor”. También debían ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o de pichones de paloma, como ordena la Ley del Señor.
Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, que era justo y piadoso, y esperaba el consuelo de Israel. El Espíritu Santo estaba en él y le había revelado que no moriría antes de ver al Mesías del Señor. Conducido por el mismo Espíritu, fue al Templo, y cuando los padres de Jesús llevaron al niño para cumplir con él las prescripciones de la Ley, Simeón lo tomó en sus brazos y alabó a Dios, diciendo: “Ahora, Señor, puedes dejar que tu servidor muera en paz, como lo has
prometido, porque mis ojos han visto la salvación que preparaste delante de todos los pueblos: luz para iluminar a las naciones paganas y gloria de tu pueblo Israel”.
Su padre y su madre estaban admirados por lo que oían decir de él. Simeón, después de bendecirlos, dijo a María, la madre: “Este niño será causa de caída y de elevación para muchos en Israel; será
signo de contradicción, y a ti misma una espada te atravesará el corazón.
Así se manifestarán claramente los pensamientos íntimos de muchos”.
Había también allí una profetisa llamada Ana, hija de Fanuel, de la familia de Aser, mujer ya entrada en años, que, casada en su juventud, había vivido siete años con su marido. Desde entonces había permanecido viuda, y tenía ochenta y cuatro años. No se apartaba del Templo, sirviendo a Dios noche y día con ayunos y oraciones. Se presentó en ese mismo momento y se puso a dar gracias a Dios. Y hablaba acerca del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén.
Después de cumplir todo lo que ordenaba la Ley del Señor, volvieron a su ciudad de Nazaret, en Galilea. El niño iba creciendo y se fortalecía, lleno de sabiduría, y la gracia de Dios estaba con Él.

ORACIÓN DE LOS FIELES

Oremos, hermanos, a Jesucristo, el Señor, que, para santificar la familia, quiso compartir la vida de un hogar humano:
Para que el Señor, que quiso participar de la vida de familia en el hogar de María y José, mantenga en paz y armonía a todas las familias cristianas, roguemos al Señor.
Para que los novios sientan la presencia de Dios en la vivencia de su amor mutuo y se preparen santamente para su matrimonio, roguemos al Señor.
Para que Dios ilumine y consuele a las familias desunidas, a los esposos que han de vivir separados por causa del trabajo, a los hijos de los divorciados, a los hogares sin hijos y a los que lloran la muerte de sus familiares, roguemos al Señor.
Para que nos esforcemos por vivir en paz y armonía con nuestros familiares (con los miembros de nuestra comunidad), superando con bondad, comprensión y caridad fraterna nuestras mutuas desavenencias, roguemos al Señor.
Señor Dios nuestro, que has querido que tu Hijo, engendrado antes de todos los siglos, fuera miembro de una familia humana, escucha nuestras súplicas y haz que los padres y madres de familia participen de la fecundidad de tu amor, y que sus hijos crezcan en sabiduría, entendimiento y gracia ante ti y ante los hombres. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 

Te ofrecemos, Padre, el sacrificio de la reconciliación y, por la intercesión de la Virgen María y de san José, te pedimos que edifiques nuestras familias sobre el fundamento de tu gracia y de tu paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN  Baruc 3, 38
Nuestro Dios apareció en la tierra y vivió en medio de los hombres.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Padre misericordioso, haz que, reanimados con este sacramento celestial, imitemos constantemente los ejemplos de la Sagrada Familia, para que, superadas las aflicciones de esta vida, consigamos gozar eternamente de su compañía. Por Jesucristo, nuestro Señor.




24 de diciembre 2023, NAVIDAD: Misa de Noche Buena. Solemnidad.

Se canta el GLORIA.

ORACIÓN COLECTA  Dios nuestro, que has iluminado esta santísima noche con la claridad de Cristo, luz verdadera, concédenos que, después de haber conocido en la tierra los misterios de esa luz, podamos también gozar de ella en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.


PRIMERA LECTURA

Lectura del libro del profeta Isaías 9, 1-6
El pueblo que caminaba en las tinieblas ha visto una gran luz; sobre los que habitaban en el país de la oscuridad ha brillado una luz. Tú has multiplicado la alegría, has acrecentado el gozo; ellos se regocijan en tu presencia, como se goza en la cosecha, como cuando reina la alegría por el reparto del botín.
Porque el yugo que pesaba sobre él, la barra sobre su espalda y el palo de su carcelero, todo eso lo has destrozado como en el día de Madián. Porque las botas usadas en la refriega y las túnicas manchadas de sangre, serán presa de las llamas, pasto del fuego.
Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado. La soberanía reposa sobre sus hombros y se le da por nombre: “Consejero maravilloso, Dios fuerte, Padre para siempre, Príncipe de la paz”. Su soberanía será grande, y habrá una paz sin fin para el trono de David y para su reino; él lo establecerá y lo sostendrá por el derecho y la justicia, desde ahora y para siempre. El celo del Señor de los ejércitos hará todo esto.

SALMO RESPONSORIAL   95, 1-3. 11-13

R/. Hoy nos ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor.
- Canten al Señor un canto nuevo, cante al Señor toda la tierra; canten al Señor, bendigan su Nombre. 
- Día tras día, proclamen su victoria, anuncien su gloria entre las naciones, y sus maravillas entre los pueblos. 
- Alégrese el cielo y exulte la tierra, resuene el mar y todo lo que hay en él; regocíjese el campo con todos sus frutos, griten de gozo los árboles del bosque. 
- Griten de gozo delante del Señor, porque Él viene a gobernar la tierra: Él gobernará al mundo con justicia, y a los pueblos con su verdad. 

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a Tito   2, 11-14
La gracia de Dios, que es fuente de salvación para todos los hombres, se ha manifestado. Ella nos enseña a rechazar la impiedad y los deseos mundanos, para vivir en la vida presente con sobriedad, justicia y piedad, mientras aguardamos la feliz esperanza y la Manifestación de la gloria de nuestro gran Dios y Salvador, Cristo Jesús. Él se entregó por nosotros, a fin de librarnos de toda iniquidad, purificarnos y crear para sí un Pueblo elegido y lleno de celo en la práctica del bien.

ACLAMACIÓN  Lucas, 2,10-11

Aleluya. Les traigo una buena noticia, una gran alegría: hoy les ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor. Aleluya.


EVANGELIO

Hoy les ha nacido un Salvador.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas   2, 1-14
Apareció un decreto del emperador Augusto, ordenando que se realizara un censo en todo el mundo. Este primer censo tuvo lugar cuando Quirino gobernaba la Siria. Y cada uno iba a inscribirse a su ciudad de origen.
José, que pertenecía a la familia de David, salió de Nazaret, ciudad de Galilea, y se dirigió a Belén de Judea, la ciudad de David, para inscribirse con María, su esposa, que estaba embarazada.
Mientras se encontraban en Belén, le llegó el tiempo de ser madre; y María dio a luz a su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque donde se alojaban no había lugar para ellos.
En esa región acampaban unos pastores, que vigilaban por turno sus rebaños durante la noche. De pronto, se les apareció el Ángel del Señor y la gloria del Señor los envolvió con su luz. Ellos sintieron un gran temor, pero el Ángel les dijo: “No teman, porque les traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor. Y esto les servirá de señal: encontrarán a un niño recién nacido envuelto en pañales y acostado en un pesebre”. Y junto con el Ángel, apareció de pronto una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo:  “¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los hombres amados por Él!”

CREDO.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Exultantes en la fe unámonos, hermanos, a los cristianos de todo el mundo y oremos para que la salvación inaugurada con el nacimiento de Cristo llegue a los confines de la tierra:
- Para que los hijos de la Iglesia, que celebran hoy con alegría el misterio de la Navidad, renazcan a una nueva vida de justicia, de amor y de paz, roguemos al Señor.
- Para que todos los hombres lleguen a conocer a Cristo, el Señor, y se reúnan alrededor del que ha venido a buscar y a salvar a los que estaban perdidos, roguemos al Señor.
- Para que el Hijo de Dios, que ha querido compartir nuestra naturaleza humana, dé alegría a los que lloran, salud a los enfermos, ayuda a los moribundos y consuelo divino a los que en estas fiestas se sienten solos y tristes, roguemos al Señor.
- Para que crezca en nuestras familias, reunidas en estas fiestas, la fe en Jesús, Hijo de Dios y Salvador nuestro, roguemos al Señor.
Celebrante: Señor Jesucristo, que por el misterio de la Navidad has querido compartir las fatigas y limitaciones de la familia humana, escucha las oraciones de tu Iglesia y haz que arraigue en nosotros la certeza de que la vida eterna consiste en conocer al Padre y a ti, su enviado, que vives y reinas por los siglos de los siglos.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te rogamos, Señor, que la ofrenda de esta festividad sea de tu agrado, para que, mediante este sagrado intercambio, lleguemos a ser semejantes a aquel por quien nuestra naturaleza quedó unida a la tuya. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

PREFACIO DE NAVIDAD

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno:
Porque gracias al misterio de la Palabra hecha carne, la luz de tu gloria brilló ante nuestros ojos con nuevo resplandor, para que, conociendo a Dios visiblemente, lleguemos al amor de lo invisible.
Por eso con los ángeles y los arcángeles, y con todos los coros celestiales, cantamos un himno a tu gloria, diciendo sin cesar:
Santo, Santo, Santo... 
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 1, 14
La Palabra se hizo carne, y nosotros hemos visto su gloria.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, Dios nuestro, que nos has concedido el gozo de celebrar el nacimiento de nuestro Redentor, haz que después de una vida santa, merezcamos alcanzar la perfecta comunión con él. Que vive y reina por los siglos de los siglos.



Domingo 24 de diciembre, Cuarto Domingo de Adviento (8° día de la octava preparatoria)

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Is 45, 8
Cielos, destilen el rocío; nubes, lluevan la salvación; que la tierra se abra y germine el salvador
ORACIÓN COLECTA Señor, derrama tu gracia en nuestros corazones, y ya que hemos conocido por el anuncio del Ángel la encarnación de tu Hijo Jesucristo, condúcenos por su Pasión y su Cruz, a la gloria de la resurrección. Él que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

PRIMERA LECTURA
Lectura del segundo libro de Samuel 7, 1-5. 8b-12. 14a. 16
Tan pronto como el rey David se instaló en su palacio y el Señor le concedió descansar de todos los enemigos que lo rodeaban, el rey dijo al profeta Natán: "¿Te has dado cuenta de que yo vivo en una mansión de cedro, mientras el arca de Dios sigue alojada en una tienda de campaña?". Natán le respondió: ''Anda y haz todo lo que te dicte el corazón, porque el Señor está contigo".
Aquella misma noche habló el Señor a Natán y le dijo: "Ve y dile a mi siervo David que el Señor le manda decir esto: '¿Piensas que vas a ser tú el que me construya una casa, para que yo habite en ella? Yo te saqué de los apriscos y de andar tras las ovejas, para que fueras el jefe de mi pueblo, Israel. Yo estaré contigo en todo lo que emprendas, acabaré con tus enemigos y te haré tan famoso como los hombres más famosos de la tierra.
Le asignaré un lugar a mi pueblo, Israel; lo plantaré allí para que habite en su propia tierra. Vivirá tranquilo y sus enemigos ya no lo oprimirán más, como lo han venido haciendo desde los tiempos en que establecí jueces para gobernar a mi pueblo, Israel. Y a ti, David, te haré descansar de todos tus enemigos.
Además, yo, el Señor, te hago saber que te daré una dinastía; y cuando tus días se hayan cumplido y descanses para siempre con tus padres, engrandeceré a tu hijo, sangre de tu sangre, y consolidaré su reino. Yo seré para él un padre y él será para mí un hijo. Tu casa y tu reino permanecerán para siempre ante mí, y tu trono será estable eternamente' ".
SALMO RESPONSORIAL 88, 2-5. 27. 29
R/. Cantaré eternamente el amor del Señor.
- Cantaré eternamente el amor del Señor, proclamaré tu fidelidad por todas las generaciones. Porque Tú has dicho: “Mi amor se mantendrá eternamente, mi fidelidad está afianzada en el cielo”.
- Yo sellé una alianza con mi elegido, hice este juramento a David, mi servidor: “Estableceré tu descendencia para siempre, mantendré tu trono por todas las generaciones”.
- Él me dirá: “Tú eres mi padre, mi Dios, mi Roca salvadora”. Le aseguraré mi amor eternamente, y mi alianza será estable para él.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los Romanos 16, 25-27
Hermanos: A aquel que puede darles fuerzas para cumplir el Evangelio que yo he proclamado, predicando a Cristo, conforme a la revelación del misterio, mantenido en secreto durante siglos, y que ahora, en cumplimiento del designio eterno de Dios, ha quedado manifestado por las Sagradas Escrituras, para atraer a todas las naciones a la obediencia de la fe, al Dios único, infinitamente sabio, démosle gloria, por Jesucristo, para siempre. Amén.
ACLAMACIÓN AL EVANGELIO Lc 1, 38
Aleluya. Yo soy la servidora del Señor, que se haga en mí según tu Palabra. Aleluya.
EVANGELIO
Concebirás y darás a luz un hijo.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 1, 26-38
En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón de la estirpe de David, llamado José. La virgen se llamaba María.
Entró el ángel a donde ella estaba y le dijo: ''Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo". Al oír estas palabras, ella se preocupó mucho y se preguntaba qué querría decir semejante saludo.
El ángel le dijo: "No temas, María, porque has hallado gracia ante Dios. Vas a concebir y a dar a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús. El será grande y será llamado Hijo del Altísimo; el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, y él reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reinado no tendrá fin".
María le dijo entonces al ángel: "¿Cómo podrá ser esto, puesto que yo permanezco virgen?". El ángel le contestó: "El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso, el Santo, que va a nacer de ti, será llamado Hijo de Dios. Ahí tienes a tu parienta Isabel, que a pesar de su vejez, ha concebido un hijo y ya va en el sexto mes la que llamaban estéril, porque no hay nada imposible para Dios". María contestó: "Yo soy la esclava del Señor; cúmplase en mí lo que me has dicho". Y el ángel se retiró de su presencia.

PLEGARIA UNIVERSAL
Pidamos, hermanos, el auxilio del Señor, para que, apiadado del pobre y del oprimido, venga a salvar al mundo de sus males: Digamos confiadamente:
R/. Ven Señor Jesús.
Para que todos los fieles se dispongan a recibir a Cristo como lo recibió María y como ella conserven sus palabras en el corazón, roguemos al Señor.
Para que aquellos hermanos nuestros que han abandonado las prácticas cristianas pero acudirán a la iglesia en las próximas fiestas de Navidad descubran la buena noticia del Evangelio, no como un rayo fugaz en la noche, sino como luz permanente que ilumina y alegra toda la vida, roguemos al Señor.
Para que las fiestas del nacimiento del Señor, alejen las tinieblas de quienes viven sumergidos en dudas e incertidumbres y colmen los deseos de quienes se sienten descorazonados y tristes, roguemos al Señor.
Para que el nacimiento de Cristo nos ayude a renunciar a los deseos mundanos y a vivir sobria y honradamente, esperando la aparición definitiva del Señor, roguemos al Señor.
Oremos: Dios de bondad y misericordia, que eliges a los humildes para llevar a término tus designios de salvación, escucha nuestras plegarias y concede a tu Iglesia los dones del Espíritu Santo, para que, a imitación de María, acoja a tu Hijo, el Verbo de vida, y se alegre como madre feliz de una descendencia santa e incorruptible. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que santifique, Señor, estos dones, colocados en tu altar, el mismo Espíritu que fecundó con su poder el seno de la bienaventurada Virgen María. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Is 7,14
Miren: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien le pondrá el nombre de Emmanuel.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Habiendo recibido esta prenda de redención eterna, te rogamos, Dios todopoderoso, que, cuanto más se acerca el día de la festividad que nos trae la salvación, con tanto mayor fervor nos apresuremos a celebrar dignamente el misterio del nacimiento de tu Hijo. El, que vive y reina por los siglos de los siglos.


Domingo 17 de Diciembre 2023, Tercer Domingo de Adviento

Domingo de la Alegría: el Señor pronto nacerá

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Flp 4, 4. 5
Estén siempre alegres en el Señor, les repito, estén alegres. El Señor está cerca.
(No se dice Gloria)
ORACIÓN COLECTA Dios nuestro, que contemplas a tu pueblo esperando fervorosamente la fiesta del nacimiento de tu Hijo, concédenos poder alcanzar la dicha que nos trae la salvación y celebrarla siempre, con la solemnidad de nuestras ofrendas y con vivísima alegría. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del profeta Isaías 61, 1-2.10-11
El espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido y me ha enviado para anunciar la buena nueva a los pobres, a curar a los de corazón quebrantado, a proclamar el perdón a los cautivos, la libertad a los prisioneros, y a pregonar el año de gracia del Señor.
Me alegro en el Señor con toda el alma y me lleno de júbilo en mi Dios, porque me revistió con vestiduras de salvación y me cubrió con un manto de justicia, como el novio que se pone la corona, como la novia que se adorna con sus joyas.
Así como la tierra echa sus brotes y el jardín hace germinar lo sembrado en él, así el Señor hará brotar la justicia y la alabanza ante todas las naciones.
SALMO RESPONSORIAL Lc 1, 46-50. 53-54
R/. Mi alma se regocija en mi Dios.
- Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador, porque Él miró con bondad la pequeñez de su servidora. En adelante todas las generaciones me llamarán feliz.
- Porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas: ¡su Nombre es santo! Su misericordia se extiende de generación en generación sobre aquellos que lo temen.
- Colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías. Socorrió a Israel, su servidor, acordándose de su misericordia.

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 5, 16-24
Hermanos: Vivan siempre alegres, oren sin cesar, den gracias en toda ocasión, pues esto es lo que Dios quiere de ustedes en Cristo Jesús. No impidan la acción del Espíritu Santo, ni desprecien el don de profecía; pero sométanlo todo a prueba y quédense con lo bueno. Absténganse de toda clase de mal. Que el Dios de la paz los santifique a ustedes en todo y que todo su ser, espíritu, alma y cuerpo, se conserve irreprochable hasta la llegada de nuestro Señor Jesucristo. El que los ha llamado es fiel y cumplirá su promesa.
ACLAMACIÓN AL EVANGELIO Isaías 61,1
Aleluya. El Espíritu del Señor está sobre mí; Él me envió a llevar la buena noticia a los pobres. Aleluya.
EVANGELIO
En medio de ustedes hay alguien a quien no conocen.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 1, 6-8. 19-28
Apareció un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Este vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. Él no era la luz, sino testigo de la luz.
Éste es el testimonio que dio Juan el Bautista, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén a unos sacerdotes y levitas para preguntarle: "¿Quién eres tú?".
Él reconoció y no negó quién era. Él afirmó: "Yo no soy el Mesías". De nuevo le preguntaron: "¿Quién eres, pues? ¿Eres Elías?". Él les respondió: "No lo soy". "¿Eres el profeta?". Respondió: "No". Le dijeron: "Entonces dinos quién eres, para poder llevar una respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo?". Juan les contestó: "Yo soy la voz que grita en el desierto: 'Enderecen el camino del Señor', como anunció el profeta Isaías".
Los enviados, que pertenecían a la secta de los fariseos, le preguntaron: "Entonces ¿por qué bautizas, si no eres el Mesías, ni Elías, ni el profeta?". Juan les respondió: "Yo bautizo con agua, pero en medio de ustedes hay uno, al que ustedes no conocen, alguien que viene detrás de mí, a quien yo no soy digno de desatarle las correas de sus sandalias". Esto sucedió en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde Juan bautizaba.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Confortados por el anuncio de la venida del Señor, oremos, hermanos, mientras esperamos confiadamente nuestra total liberación. Digamos confiadamente: R/. Ven Señor Jesús.

- Para que Dios visite a la santa Iglesia con su venida y la gobierne con su asistencia, roguemos al Señor.
- Para que con la tutela divina nuestros tiempos sean tranquilos y nuestra vida feliz, roguemos al Señor.
- Para que el Señor con su venida cure los dolores de los enfermos, dé paz y alegría a los que no la tienen y libre al mundo de todos los males, roguemos al Señor.
- Para que quienes ahora recordamos con piedad la primera venida del Señor en la carne, merezcamos participar también con gozo en su gloriosa aparición al final de los tiempos, roguemos al Señor.
Señor Dios, Padre de los pobres y desamparados, que llamas a todos los hombres a participar de la paz y bienestar de tu reino, escucha nuestra oración, muéstranos tu bondad y danos un corazón puro y generoso para allanar el camino al Salvador. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 

Ayúdanos, Padre, a ofrecerte este sacrificio como expresión de nuestra propia entrega, para que así cumplamos debidamente lo que tú mismo nos mandaste celebrar y obtengamos la plenitud de la salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

PREFACIO DE ADVIENTO I: Las dos venidas de Cristo
Realmente es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, por Jesucristo, Señor nuestro.
Quien al venir por primera vez en la humildad de nuestra carne, dio cumplimiento al antiguo designio y nos abrió el sendero de la salvación.  Y así, cuando venga por segunda vez, en el esplendor de su grandeza, revelando su obra plenamente realizada, alcanzaremos los bienes prometidos que ahora aguardamos en vigilante espera. Por eso, con los ángeles y los arcángeles, los tronos y las dominaciones, y con toda la milicia del ejército celestial, cantamos un himno a tu gloria, diciendo sin cesar:
Santo, Santo, Santo ...
ANTÍFONA DE COMUNIÓN     Cf. Is 35, 4 
Digan a los que están desalentados: sean fuertes, no teman, nuestro Dios viene y nos salvará. 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 
Señor y Dios nuestro, imploramos tu clemencia para que la fuerza de este alimento divino, liberándonos de todo pecado, nos prepare para la celebración del nacimiento de tu Hijo. Que vive y reina por los siglos de los siglos.



Domingo 10 de Diciembre 2023, Segundo Domingo de Adviento (Año B)

ORACIÓN COLECTA  Dios todopoderoso y rico en misericordia, que nuestras ocupaciones cotidianas no nos impidan acudir presurosos al encuentro de tu Hijo, para que, guiados por tu sabiduría divina, podamos gozar siempre de su compañía. Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.


PRIMERA LECTURA

Lectura del libro del profeta Isaías  40, 1-5. 9-11
"Consuelen, consuelen a mi pueblo, dice nuestro Dios. Hablen al corazón de Jerusalén y díganle a gritos que ya terminó el tiempo de su servidumbre y que ya ha satisfecho por sus iniquidades, porque ya ha recibido de manos del Señor castigo doble por todos sus pecados".
Una voz clama: "Preparen el camino del Señor en el desierto, construyan en el páramo una calzada para nuestro Dios. Que todo valle se eleve, que todo monte y colina se rebajen; que lo torcido se enderece y lo escabroso se allane. Entonces se revelará la gloria del Señor y todos los hombres la verán". Así ha hablado la boca del Señor.
Sube a lo alto del monte, mensajero de buenas nuevas para Sión; alza con fuerza la voz, tú que anuncias noticias alegres a Jerusalén. Alza la voz y no temas; anuncia a los ciudadanos de Judá: ''Aquí está su Dios. Aquí llega el Señor, lleno de poder, el que con su brazo lo domina todo. El premio de su victoria lo acompaña y sus trofeos lo anteceden. Como pastor apacentará su rebaño; llevará en sus brazos a los corderitos recién nacidos y atenderá solícito a sus madres".

SALMO RESPONSORIAL 84, 9ab-10.11-12.13-14.

R/. Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos al Salvador.
- Escucharé las palabras del Señor, palabras de paz para su pueblo santo. Está ya cerca nuestra salvación y la gloria del Señor habitará en la tierra.
- La misericordia y la verdad se encontraron, la justicia y la paz se besaron, la fidelidad brotó en la tierra y la justicia vino del cielo.
- Cuando el Señor nos muestre su bondad, nuestra tierra producirá su fruto. La justicia le abrirá camino al Señor e irá siguiendo sus pisadas.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la segunda carta del Apóstol san Pedro 3, 8-14
Queridos hermanos, no deben ignorar que, delante del Señor, un día es como mil años y mil años como un día. El Señor no tarda en cumplir lo que ha prometido, como algunos se imaginan, sino que tiene paciencia con ustedes porque no quiere que nadie perezca, sino que todos se conviertan. Sin embargo, el Día del Señor llegará como un ladrón, y ese día, los cielos desaparecerán estrepitosamente; los elementos serán desintegrados por el fuego, y la tierra, con todo lo que hay en ella, será consumida.
Ya que todas las cosas se desintegrarán de esa manera, ¡qué santa y piadosa debe ser la conducta de ustedes, esperando y acelerando la venida del Día del Señor! Entonces se consumirán los cielos y los elementos quedarán fundidos por el fuego. Pero nosotros, de acuerdo con la promesa del Señor, esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva donde habitará la justicia.
Por eso, queridos hermanos, mientras esperan esto, procuren vivir de tal manera que Él los encuentre en paz, sin mancha ni reproche.

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO    Lucas 3,4.6

Aleluya. Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos. Todos los hombres verán la Salvación de Dios. Aleluya.
EVANGELIO
Allanen los senderos del Señor.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 1, 1-8

Comienzo de la Buena Noticia de Jesús, Mesías, Hijo de Dios. Como está escrito en el libro del profeta Isaías: “Mira, Yo envío a mi mensajero delante de ti para prepararte el camino. Una voz grita en el desierto: Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos.” Así se presentó Juan el Bautista en el desierto, proclamando un bautismo de conversión para el perdón de los pecados. Toda la gente de Judea y todos los habitantes de Jerusalén acudían a él, y se hacían bautizar en las aguas del Jordán, confesando sus pecados.
Juan estaba vestido con una piel de camello y un cinturón de cuero, y se alimentaba con langostas y miel silvestre. Y predicaba, diciendo: “Detrás de mí vendrá el que es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de ponerme a sus pies para desatar la correa de sus sandalias. Yo los he bautizado a ustedes con agua, pero Él los bautizará con el Espíritu Santo”.

ORACIÓN DE LOS FIELES

Salgamos al encuentro del Señor, que se acerca a nosotros con designios de paz, y presentémosle confiados nuestra plegaria:
R/. Ven Señor Jesús.
- Para que la Iglesia viva alegre, sin inquietarse por nada, y, llena de esperanza, crea que el Señor está cerca de ella, roguemos al Señor.
- Para que nuestro tiempo, con la ayuda de Dios, goce de seguridad, de alegría y de paz, roguemos al Señor.
- Para que el Señor, con su venida, conforte los corazones abatidos y fortalezca las rodillas que se doblan, roguemos al Señor.
- Para que nuestra fe crea firmemente en los dones que Dios nos promete y, ayudados por la gracia divina, nos dispongamos a recibir los auxilios que él nos envía, roguemos al Señor.

Señor Dios, grande en el amor, que llamas a los humildes al esplendor de tu reino, escucha nuestra oración y endereza nuestro camino hacia ti; abaja los montes elevados de nuestra soberbia, para que celebremos con fe ardiente la venida de Jesucristo, tu Hijo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 
Que te sean agradables, Señor, nuestras humildes súplicas y ofrendas, y puesto que no tenemos méritos en qué apoyarnos, nos socorra el poderoso auxilio de tu benevolencia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

PREFACIO DE ADVIENTO I: Las dos venidas de Cristo

Realmente es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, por Jesucristo, Señor nuestro.
Quien al venir por primera vez en la humildad de nuestra carne, dio cumplimiento al antiguo designio y nos abrió el sendero de la salvación.  Y así, cuando venga por segunda vez, en el esplendor de su grandeza, revelando su obra plenamente realizada, alcanzaremos los bienes prometidos que ahora aguardamos en vigilante espera. Por eso, con los ángeles y los arcángeles, los tronos y las dominaciones, y con toda la milicia del ejército celestial, cantamos un himno a tu gloria, diciendo sin cesar:
Santo, Santo, Santo ...
ANTÍFONA DE COMUNIÓN    Baruc 5, 5; 4, 36
Levántate, Jerusalén, sube a lo alto, para que contemples la alegría que te viene de Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Saciados por el alimento que nutre nuestro espíritu, te rogamos, Señor, que, por nuestra participación en estos misterios, nos enseñes a valorar sabiamente las cosas de la tierra y a poner nuestro corazón en las del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.



PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO (Año B)

ANTÍFONA DE ENTRADA   Sal 24, 1-3 
A ti, Señor, elevo mi alma; Dios mío, yo pongo en ti mi confianza. Que no tenga que avergonzarme ni se rían de mí, mis enemigos. Ninguno de los que esperan en ti tendrá que avergonzarse.

ORACIÓN COLECTA  Dios todopoderoso y eterno, te rogamos que la práctica de las buenas obras nos permita salir al encuentro de tu Hijo que viene hacia nosotros, para que merezcamos estar en el Reino de los cielos junto a Él. Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.


PRIMERA LECTURA

Lectura del libro del profeta Isaías  63, 16b-17. 19b; 64, 2-7
¡Tú, Señor, eres nuestro padre, “nuestro Redentor” es tu Nombre desde siempre! ¿Por qué, Señor, nos desvías de tus caminos y endureces nuestros corazones para que dejen de temerte? ¡Vuelve, por amor a tus servidores y a las tribus de tu herencia!  ¡Si rasgaras el cielo y descendieras, las montañas se disolverían delante de ti! Cuando hiciste portentos inesperados, que nadie había escuchado jamás, ningún oído oyó, ningún ojo vio a otro Dios, fuera de ti, que hiciera tales cosas por los que esperan en Él.  Tú vas al encuentro de los que practican la justicia y se acuerdan de tus caminos.  Tú estás irritado, y nosotros hemos pecado, desde siempre fuimos rebeldes contra ti. Nos hemos convertido en una cosa impura, toda nuestra justicia es como un trapo sucio. Nos hemos marchitado como el follaje y nuestras culpas nos arrastran como el viento. No hay nadie que invoque tu Nombre, nadie que despierte para aferrarse a ti, porque Tú nos ocultaste tu rostro y nos pusiste a merced de nuestras culpas.  Pero Tú, Señor, eres nuestro padre; nosotros somos la arcilla, y Tú, nuestro alfarero: ¡todos somos la obra de tus manos!

SALMO RESPONSORIAL 79, 2ac. 3b. 15-16. 18-19

R/. Restáuranos, Señor del universo.
- Escucha, Pastor de Israel, Tú que tienes el trono sobre los querubines, reafirma tu poder y ven a salvamos.
- Vuélvete, Señor de los ejércitos, observa desde el cielo y mira: ven a visitar tu vid, la cepa que plantó tu mano, el retoño que Tú hiciste vigoroso.
- Que tu mano sostenga al que está a tu derecha, al hombre que Tú fortaleciste, y nunca nos apartaremos de ti: devuélvenos la vida e invocaremos tu Nombre.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los Corintios 1, 3-9
Hermanos: Les deseo la gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre, y de Cristo Jesús, el Señor. Continuamente agradezco a mi Dios los dones divinos que les ha concedido a ustedes por medio de Cristo Jesús, ya que por él los ha enriquecido con abundancia en todo lo que se refiere a la palabra y al conocimiento; porque el testimonio que damos de Cristo ha sido confirmado en ustedes a tal grado, que no carecen de ningún don, ustedes, los que esperan la manifestación de nuestro Señor Jesucristo. Él los hará permanecer irreprochables hasta el fin, hasta el día de su advenimiento. Dios es quien los ha amado a la unión con su Hijo Jesucristo, y Dios es fiel.

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO    Salmo 84,8

Aleluya. Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación. Aleluya.
EVANGELIO
Estén prevenidos, porque no saben cuándo llegará el dueño de casa.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 13, 33-37

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: Tengan cuidado y estén prevenidos, porque no saben cuándo llegará el momento. Será como un hombre que se va de viaje, deja su casa al cuidado de sus servidores, asigna a cada uno su tarea, y recomienda al portero que permanezca en vela. Estén prevenidos, entonces, porque no saben cuándo llegará el dueño de casa: si al atardecer, a medianoche, al canto del gallo o por la mañana. No sea que llegue de improviso y los encuentre dormidos. Y esto que les digo a ustedes, lo digo a todos: ¡Estén prevenidos!


CREDO.
ORACIÓN DE LOS FIELES

Oremos, hermanos, al Señor y pidámosle confiadamente que despierte su poder y venga a salvarnos. Digamos confiadamente: Ven Señor Jesús. (R/. Ven Señor Jesús.)
- Para que los fieles despierten del sueño de sus indolencias y reciban con alegría la salvación que se acerca, roguemos al Señor.
- Para que se afiance la paz en el mundo, y las riquezas de la creación se transformen en instrumento de progreso y bienestar para todos los hombres, roguemos al Señor.
- Para que el Señor, con su venida, alivie los dolores de los enfermos, dé paz y alegría a los que sufren en su espíritu y libre al mundo de sus males, roguemos al Señor.
- Para que nosotros mismos vivamos siempre alerta sin que las preocupaciones de la vida nos impidan mantenemos en pie cuando llegue el Hijo del hombre, roguemos al Señor.
Señor Dios, Padre y Redentor nuestro, que nunca olvidas la obra de tus manos, escucha las plegarias de tu pueblo y no permitas que nos desviemos de tu camino, sino que, como siervos responsables, vivamos siempre en vela" aguardando el día de la venida de tu Hijo Jesucristo. El, que vive y reina por los siglos de los siglos.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 

Recibe, Señor, estos dones que te ofrecemos, tomados de los mismos bienes que nos has dado, y haz que lo que nos das en el tiempo presente para aumento de nuestra fe, se convierta para nosotros en prenda de tu redención eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

PREFACIO DE ADVIENTO I: Las dos venidas de Cristo

Realmente es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, por Jesucristo, Señor nuestro.
Quien al venir por primera vez en la humildad de nuestra carne, dio cumplimiento al antiguo designio y nos abrió el sendero de la salvación.  Y así, cuando venga por segunda vez, en el esplendor de su grandeza, revelando su obra plenamente realizada, alcanzaremos los bienes prometidos que ahora aguardamos en vigilante espera. Por eso, con los ángeles y los arcángeles, los tronos y las dominaciones, y con toda la milicia del ejército celestial, cantamos un himno a tu gloria, diciendo sin cesar:
Santo, Santo, Santo ...

ANTÍFONA DE COMUNIÓN    Salmo 84,13 
El mismo Señor nos dará sus bienes y nuestra tierra producirá sus frutos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 
Te pedimos, Padre, que fructifique en nosotros la celebración de los santos misterios con los que tú nos enseñas a amar y adherirnos a los bienes eternos, mientras peregrinamos en medio de las realidades transitorias de esta vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.





Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo

ORACIÓN COLECTA Dios todopoderoso y eterno, que quisiste restaurar todas las cosas por tu amado Hijo, Rey del universo, te pedimos que la creación entera, liberada de la esclavitud del pecado, te sirva y te alabe eternamente. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos.

PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del profeta Ezequiel: 34, 11-12.15-17
Esto dice el Señor Dios: "Yo mismo iré a buscar a mis ovejas y velaré por ellas. Así como un pastor vela por su rebaño cuando las ovejas se encuentran dispersas, así velaré yo por mis ovejas e iré por ellas a todos los lugares por donde se dispersaron un día de niebla y oscuridad.
Yo mismo apacentaré a mis ovejas, yo mismo las haré reposar, dice el Señor Dios. Buscaré a la oveja perdida y haré volver a la descarriada; curaré a la herida, robusteceré a la débil, y a la que está gorda y fuerte, la cuidaré. Yo las apacentaré con justicia.
En cuanto a ti, rebaño mío, he aquí que yo voy a juzgar entre oveja y oveja, entre carneros y machos cabríos".
SALMO RESPONSORIAL 22, 1-3. 5-6
R/. El Señor es mi pastor, nada me puede faltar.
- El Señor es mi pastor, nada me puede faltar. Él me hace descansar en verdes praderas. Me conduce a las aguas tranquilas y repara mis fuerzas; me guía por el recto sendero, por amor de su Nombre.
- Tú preparas ante mí una mesa, frente a mis enemigos; unges con óleo mi cabeza y mi copa rebosa.
- Tu bondad y tu gracia me acompañan a lo largo de mi vida; y habitaré en la Casa del Señor por muy largo tiempo.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los Corintios: 15, 20-26. 28
Hermanos: Cristo resucitó, y resucitó como la primicia de todos los muertos. Porque si por un hombre vino la muerte, también por un hombre vendrá la resurrección de los muertos.
En efecto, así como en Adán todos mueren, así en Cristo todos volverán a la vida; pero cada uno en su orden: primero Cristo, como primicia; después, a la hora de su advenimiento, los que son de Cristo.
Enseguida será la consumación, cuando, después de haber aniquilado todos los poderes del mal, Cristo entregue el Reino a su Padre. Porque él tiene que reinar hasta que el Padre ponga bajo sus pies a todos sus enemigos. El último de los enemigos en ser aniquilado, será la muerte. Al final, cuando todo se le haya sometido, Cristo mismo se someterá al Padre, y así Dios será todo en todas las cosas.
ACLAMACIÓN AL EVANGELIO Marcos 11,9-10
Aleluya. ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Bendito sea el Reino que ya viene, el Reino de nuestro padre David! Aleluya.
EVANGELIO
Se sentará en su trono glorioso y separará a unos de otros.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 25, 31-46
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Cuando venga el Hijo del hombre, rodeado de su gloria, acompañado de todos sus ángeles, se sentará en su trono de gloria. Entonces serán congregadas ante él todas las naciones, y él apartará a los unos de los otros, como aparta el pastor a las ovejas de los cabritos, y pondrá a las ovejas a su derecha y a los cabritos a su izquierda.
Entonces dirá el rey a los de su derecha: 'Vengan, benditos de mi Padre; tomen posesión del Reino preparado para ustedes desde la creación del mundo; porque estuve hambriento y me dieron de comer, sediento y me dieron de beber, era forastero y me hospedaron, estuve desnudo y me vistieron, enfermo y me visitaron, encarcelado y fueron a verme'. Los justos le contestarán entonces: 'Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer, sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos de forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o encarcelado y te fuimos a ver?'. Y el rey les dirá: 'Yo les aseguro que, cuando lo hicieron con el más insignificante de mis hermanos, conmigo lo hicieron'.
Entonces dirá también a los de la izquierda: 'Apártense de mí, malditos; vayan al fuego eterno, preparado para el diablo y sus ángeles; porque estuve hambriento y no me dieron de comer, sediento y no me dieron de beber, era forastero y no me hospedaron, estuve desnudo y no me vistieron, enfermo y encarcelado y no me visitaron'.
Entonces ellos le responderán: 'Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, de forastero o desnudo, enfermo o encarcelado y no te asistimos?'. Y él les replicará: 'Yo les aseguro que, cuando no lo hicieron con uno de aquellos más insignificantes, tampoco lo hicieron conmigo'. Entonces irán éstos al castigo eterno y los justos a la vida eterna".

ORACIÓN DE LOS FIELES
Dirijamos, llenos de confianza, nuestras súplicas a Cristo, supremo Señor de la vida y de la muerte y rey de todas las creaturas del cielo y de la tierra y digamos:
R/. Rey de la gloria, escúchanos.
- Para que los pastores y fieles de la Iglesia se esfuercen con celo para reconciliar al universo con Dios y en pacificar por la sangre de la cruz de Jesucristo a todas las creaturas, roguemos al Señor.
- Para que la semilla evangélica, escondida en las diversas religiones y culturas, germine y se manifieste, y todos los hombres reconozcan con gozo que Cristo es Señor, para gloria de Dios Padre, roguemos al Señor.
- Para que quienes aún viven bajo el dominio de la ignorancia, el pecado o el sufrimiento sean trasladados al reino de Cristo y encuentren el fin de sus penas, roguemos al Señor.
- Para que los que hoy celebramos la solemnidad de Cristo, Señor supremo del universo, a quien están destinadas todas las cosas, participemos también un día en la herencia del pueblo santo, en el reino de la luz, roguemos al Señor.
Dios todopoderoso y eterno, que, para edificar tu reino en medio de los cambios y dificultades de la historia, has constituido a tu Hijo rey único y pastor universal de todos los hombres, escucha nuestras oraciones y afianza en nosotros la certeza de que llegará el día en que, aniquilado el último enemigo, la muerte, Cristo, tu Hijo, someterá a ti su reino, y tú lo serás todo para todos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Al ofrecerte, Señor, el sacrificio de la reconciliación humana, te suplicamos humildemente que tu Hijo conceda a todos los pueblos los dones de la unidad y de la paz. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
PREFACIO: Cristo, Rey del universo.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque has ungido con el óleo de la alegría, a tu Hijo único, nuestro Señor Jesucristo, como Sacerdote eterno y Rey del universo, para que, ofreciéndose a sí mismo como víctima perfecta y pacificadora en el altar de la cruz, consumara el misterio de la redención humana; y, sometiendo a su poder la creación entera, entregara a tu majestad infinita un Reino eterno y universal: Reino de la verdad y de la vida, Reino de la santidad y de la gracia, Reino de la justicia, del amor y de la paz. Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo ...
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Salmo 28,10-11
En su trono reinará el Señor para siempre y le dará a su pueblo la bendición de la paz.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Habiendo recibido, Señor, el alimento de vida eterna, te rogamos que quienes nos gloriamos de obedecer los mandamientos de Jesucristo, Rey del universo, podamos vivir eternamente con él en el reino de los cielos. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.





Domingo 19 de Noviembre 2023 Trigésimo Tercero Domingo del Tiempo Ordinario (Ciclo A)
ORACIÓN COLECTA  Señor y Dios nuestro, concédenos vivir siempre con alegría bajo tu mirada, ya que la felicidad plena y duradera consiste en servirte a ti, fuente y origen de todo bien. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.


PRIMERA LECTURA
Lectura del libro delProverbios 31, 10-13. 19-20. 30-31
Una buena ama de casa, ¿quién la encontrará? Es mucho más valiosa que las perlas. 
El corazón de su marido confía en ella y no le faltará compensación. 
Ella le hace el bien, y nunca el mal, todos los días de su vida.
Se procura la lana y el lino, y trabaja de buena gana con sus manos.
Aplica sus manos a la rueca y sus dedos manejan el huso.
Abre su mano al desvalido y tiende sus brazos al indigente.
Engañoso es el encanto y vana la hermosura: la mujer que teme al Señor merece ser alabada.
Entréguenle el fruto de sus manos y que sus obras la alaben públicamente.

SALMO RESPONSORIAL 127, 1-5
R/. ¡Feliz quien ama al Señor!
- ¡Feliz el que teme al Señor y sigue sus caminos! Comerás del fruto de tu trabajo, serás feliz y todo te irá bien.
- Tu esposa será como una vid fecunda en el seno de tu hogar; tus hijos, como retoños de olivo alrededor de tu mesa.
- ¡Así será bendecido el hombre que teme al Señor! ¡Que el Señor te bendiga desde Sión todos los días de tu vida: que contemples la paz de Jerusalén!

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 5, 1-6
Hermanos: Por lo que se refiere al tiempo y a las circunstancias de la venida del Señor, no necesitan que les escribamos nada, puesto que ustedes saben perfectamente que el día del Señor llegará como un ladrón en la noche. Cuando la gente esté diciendo: "¡Qué paz y qué seguridad tenemos!", de repente vendrá sobre ellos la catástrofe, como de repente le vienen a la mujer encinta los dolores del parto, y no podrán escapar.
Pero a ustedes, hermanos, ese día no los tomará por sorpresa, como un ladrón, porque ustedes no viven en tinieblas, sino que son hijos de la luz y del día, no de la noche y las tinieblas.
Por lo tanto, no vivamos dormidos, como los malos; antes bien, mantengámonos despiertos y vivamos sobriamente.

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO    Juan 15,4.5
Aleluya. Permanezcan en mí, como yo permanezco en ustedes. El que permanece en mí da mucho fruto, dice el Señor. Aleluya.

EVANGELIO
Respondiste fielmente en lo poco, entra a participar del gozo de tu Señor.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 25, 14-30
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: "El Reino de los Cielos es como un hombre que, al salir de viaje, llamó a sus servidores y les confió sus bienes. A uno le dio cinco talentos, a otro dos, y uno solo a un tercero, a cada uno según su capacidad; y después partió.
En seguida, el que había recibido cinco talentos, fue a negociar con ellos y ganó otros cinco. De la misma manera, el que recibió dos, ganó otros dos, pero el que recibió uno solo, hizo un pozo y enterró el dinero de su señor.
Después de un largo tiempo, llegó el señor y arregló las cuentas con sus servidores. El que había recibido los cinco talentos se adelantó y le presentó otros cinco. “Señor, le dijo, me has confiado cinco talentos: aquí están los otros cinco que he ganado”. “Está bien, servidor bueno y fiel, le dijo su señor; ya que respondiste fielmente en lo poco, te encargaré de mucho más: entra a participar del gozo de tu señor”.
Llegó luego el que había recibido dos talentos y le dijo: “Señor, me has confiado dos talentos: aquí están los otros dos que he ganado”. “Está bien, servidor bueno y fiel; ya que respondiste fielmente en lo poco, te encargaré de mucho más: entra a participar del gozo de tu señor”.
Llegó luego el que había recibido un solo talento. “Señor, le dijo, sé que eres un hombre exigente: cosechas donde no has sembrado y recoges donde no has esparcido. Por eso tuve miedo y fui a enterrar tu talento: ¡aquí tienes lo tuyo!”. Pero el señor le respondió: “Servidor malo y perezoso, si sabías que cosecho donde no he sembrado y recojo donde no he esparcido, tendrías que haber colocado el dinero en el banco, y así, a mi regreso, lo hubiera recuperado con intereses. Quítenle el talento para dárselo al que tiene diez, porque a quien tiene, se le dará y tendrá de más, pero al que no tiene, se le quitará aun lo que tiene. Echen afuera, a las tinieblas, a este servidor inútil; allí habrá llanto y rechinar de dientes”.


ORACIÓN DE LOS FIELES

Pidamos, hermanos, al Señor que escuche nuestras súplicas y acoja con bondad nuestras peticiones, digamos con fe y devoción:
R/. Te rogamos, Señor.
- Para que el Señor, el único que puede inspirar y llevar a término los buenos propósitos, multiplique el número de fieles que, abandonando todas las cosas, se consagren exclusivamente a él en la vida religiosa, roguemos al Señor.
- Para que Dios, al que han de servir los poderes humanos, conceda a los jefes de las naciones, buscar la voluntad divina, temer a Dios en el cumplimiento de su misión y acertar en sus decisiones, roguemos al Señor.
- Para que Dios, que ha creado los alimentos para los seres vivos, mire con misericordia a las creaturas que en distintos lugares pasan hambre y les conceda el alimento necesario, roguemos al Señor.
- Para que el Señor, que nos ha dado el mandamiento nuevo del amor, nos dé fuerza para amar a nuestros enemigos y para cumplir su precepto de devolver bien por mal, roguemos al Señor.
Dios nuestro, que has confiado al hombre los bienes de la creación y de la gracia, escucha nuestras oraciones y haz que nuestro trabajo multiplique los dones que tu providencia ha puesto a nuestra disposición; que siempre estemos atentos y en vela, mientras esperamos el regreso de tu Hijo, de manera que podamos alegrarnos de que en el último día nos llame servidores fieles y cumplidores, buenos y de toda confianza, y entremos así en el gozo de tu reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, que esta ofrenda sea agradable a tus ojos, nos otorgue la gracia de servirte con amor, y nos obtenga los gozos eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN    Salmo 72, 28 
Mi dicha es estar cerca de Dios, y poner mi refugio en el Señor. 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 
Después de haber recibido los dones pascuales te pedimos humildemente, Señor, que la Eucaristía que tu Hijo nos mandó celebrar en su memoria aumente la caridad en todos nosotros. Él que vive y reina por los siglos de los siglos.



Domingo 12 de Noviembre Trigésimo Segundo Domingo del Tiempo Ordinario (Ciclo A)

ANTÍFONA DE ENTRADA   Cf.Salmo 87,3 

Que mi plegaria llegue a tu presencia, Señor; inclina tu oído a mi clamor.

ORACIÓN COLECTA  Dios todopoderoso y rico en misericordia, aleja de nosotros todos los males, para que, sin impedimentos en el alma y en el cuerpo, cumplamos tu voluntad con libertad de espíritu. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.


PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de la Sabiduría 6, 12-16
La Sabiduría es luminosa y nunca pierde su brillo: se deja contemplar fácilmente por los que la aman y encontrar por los que la buscan. Ella se anticipa a darse a conocer a los que la desean. El que madruga para buscarla no se fatigará, porque la encontrará sentada a su puerta. Meditar en ella es la perfección de la prudencia, y el que se desvela por su causa pronto quedará libre de inquietudes. La Sabiduría busca por todas partes a los que son dignos de ella, se les aparece con benevolencia en los caminos y les sale al encuentro en todos sus pensamientos.

SALMO RESPONSORIAL 62, 2-8

R/. Mi alma tiene sed de ti, Señor.
- Señor, Tú eres mi Dios, yo te busco ardientemente; mi alma tiene sed de ti, por ti suspira mi carne como tierra sedienta, reseca y sin agua.
- Sí, yo te contemplé en el Santuario para ver tu poder y tu gloria. Porque tu amor vale más que la vida, mis labios te alabarán.
- Así te bendeciré mientras viva y alzaré mis manos en tu Nombre. Mi alma quedará saciada como con un manjar delicioso, y mi boca te alabará con júbilo en los labios.
- Mientras me acuerdo de ti en mi lecho y en las horas de la noche medito en ti, veo que has sido mi ayuda y soy feliz a la sombra de tus alas.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 4, 13-18
No queremos, hermanos, que vivan en la ignorancia acerca de los que ya han muerto, para que no estén tristes como los otros, que no tienen esperanza. Porque nosotros creemos que Jesús murió y resucitó: de la misma manera, Dios llevará con Jesús a los que murieron con Él.
Queremos decirles algo, fundados en la Palabra del Señor: los que vivamos, los que quedemos cuando venga el Señor, no precederemos a los que hayan muerto. Porque a la señal dada por la voz del Arcángel y al toque de la trompeta de Dios, el mismo Señor descenderá del cielo. Entonces, primero resucitarán los que murieron en Cristo. Después nosotros, los que aún vivamos, los que quedemos, seremos llevados con ellos al cielo, sobre las nubes, al encuentro de Cristo, y así permaneceremos con el Señor para siempre.
Consuélense mutuamente con estos pensamientos.

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO    Mateo 24,42a.44

Aleluya. Estén prevenidos y preparados, porque el Hijo del hombre vendrá a la hora menos pensada. Aleluya.

EVANGELIO

Ya viene el esposo, salgan a su encuentro.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 25, 1-13
En aquel tiempo,  Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: "El Reino de los cielos es semejante a aquellas diez jóvenes, que tomando sus lámparas, salieron al encuentro del esposo. Cinco de ellas eran descuidadas y cinco, previsoras. Las descuidadas llevaron sus lámparas, pero no llevaron aceite para llenarlas de nuevo; las previsoras, en cambio, llevaron cada una un frasco de aceite junto con su lámpara.
Como el esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron. A medianoche se oyó un grito: '¡Ya viene el esposo! ¡Salgan a su encuentro!'. Se levantaron entonces todas aquellas jóvenes y se pusieron a preparar sus lámparas, y las descuidadas dijeron a las previsoras: 'Dennos un poco de su aceite, porque nuestras lámparas se están apagando'. Las previsoras les contestaron: 'No, porque no va a alcanzar para ustedes y para nosotras. Vayan mejor a donde lo venden y cómprenlo'.
Mientras aquéllas iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban listas entraron con él al banquete de bodas y se cerró la puerta. Más tarde llegaron las otras jóvenes y dijeron: 'Señor, señor, ábrenos'. Pero él les respondió: 'Yo les aseguro que no las conozco'. Estén pues, preparados, porque no saben ni el día ni la hora".

CREDO.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Oremos, hermanos, por todos los hombres y por sus necesidades, para que nunca falte a nadie la ayuda de nuestra caridad y digamos confiadamente:

R/. Te rogamos, Señor.
- Para que la Iglesia viva en paz, crezca constantemente, se extienda por todo el mundo y persevere con alegría en la presencia del Señor, confortada por el Espíritu Santo, roguemos al Señor.
- Para que el Señor conceda a los que gobiernan el espíritu de sabiduría y de prudencia, a fin de que rijan a sus pueblos pensando en la paz común y en el bien y la prosperidad de sus súbditos, roguemos al Señor.
- Para que Dios Padre libere al mundo de toda falsedad, hambre y miseria, y auxilie a los perseguidos, a los encarcelados y a los que son tratados injustamente, roguemos al Señor.
- Para que todos nosotros realicemos nuestro trabajo con espíritu cristiano y consigamos frutos abundantes por nuestras obras, roguemos al Señor.
Señor Dios, que miras complacido a los que aman tu sabiduría y te das a conocer a los que la buscan, escucha nuestras oraciones y haz que seamos dignos partícipes del banquete de bodas de tu Hijo; que no se apague el aceite de nuestras lámparas mientras esperamos la venida de Cristo, sino que, preparados para salir al encuentro, podamos entrar con él en su banquete nupcial. El, que vive y reina por los siglos de los siglos.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 
Señor, mira con bondad este sacrificio, y concédenos alcanzar los frutos de la pasión de tu Hijo, que ahora celebramos sacramentalmente. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN    Cf. Salmo 22, 1-2 
El Señor es mi pastor, nada me puede faltar. Él me hace descansar en verdes praderas y me conduce a las aguas tranquilas. 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 
Te damos gracias, Padre, por la eucaristía que nos ha alimentado; imploramos tu misericordia para que, por el Espíritu Santo, quienes recibimos la fuerza de lo alto perseveremos fielmente. Por Jesucristo, nuestro Señor.





Domingo 5 de Noviembre 2023 Trigésimo Domingo del Tiempo Ordinario (Ciclo A)

ORACIÓN COLECTA Dios omnipotente y lleno de misericordia, que concedes a tus fieles celebrar dignamente esta liturgia de alabanza; te pedimos que nos ayudes a caminar sin tropiezos hacia los bienes prometidos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del profeta Malaquías 1, 14-2, 2. 8-10
"Yo soy el rey soberano, dice el Señor de los ejércitos; mi nombre es temible entre las naciones. Ahora les voy a dar a ustedes, sacerdotes, estas advertencias: Si no me escuchan y si no se proponen de corazón dar gloria a mi nombre, yo mandaré contra ustedes la maldición".
Esto dice el Señor de los ejércitos: "Ustedes se han apartado del camino, han hecho tropezar a muchos en la ley; han anulado la alianza que hice con la tribu sacerdotal de Leví. Por eso yo los hago despreciables y viles ante todo el pueblo, pues no han seguido mi camino y han aplicado la ley con parcialidad". ¿Acaso no tenemos todos un mismo Padre? ¿No nos ha creado un mismo Dios? ¿Por qué, pues, nos traicionamos entre hermanos, profanando así la alianza de nuestros padres?
SALMO RESPONSORIAL 130, 1-3
R/. Señor, guarda mi alma en la paz junto a ti.
- Mi corazón no se ha enorgullecido, Señor, ni mis ojos se han vuelto altaneros. No he pretendido grandes cosas ni he tenido aspiraciones desmedidas.
- Yo aplaco y modero mis deseos: como un niño tranquilo en brazos de su madre, así está mi alma dentro de mí.
- Espere Israel en el Señor, desde ahora y para siempre.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 1, 5b; 2, 7b-9. 13
Hermanos: Ya saben cómo procedimos cuando estuvimos allí al servicio de ustedes. Fuimos tan condescendientes, como una madre que alimenta y cuida a sus hijos. Sentíamos por ustedes tanto afecto, que deseábamos entregarles, no solamente la Buena Noticia de Dios, sino también nuestra propia vida: tan queridos llegaron a sernos.
Recuerden, hermanos, nuestro trabajo y nuestra fatiga cuando les predicamos la Buena Noticia de Dios, trabajábamos día y noche para no serles una carga.
Nosotros, por nuestra parte, no cesamos de dar gracias a Dios, porque cuando recibieron la Palabra que les predicamos, ustedes la aceptaron no como palabra humana, sino como lo que es realmente, como Palabra de Dios, que actúa en ustedes, los que creen.
ACLAMACIÓN AL EVANGELIO Cf. Mateo 23, 9-10
Aleluya. Ustedes no tienen sino un padre: el Padre celestial; sólo tienen un doctor, que es el Mesías. Aleluya.
EVANGELIO
No hacen lo que dicen.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 23, 1-12
En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud y a sus discípulos: Los escribas y fariseos ocupan la cátedra de Moisés; ustedes hagan y cumplan todo lo que ellos les digan, pero no se guíen por sus obras, porque no hacen lo que dicen. Atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de los demás, mientras que ellos no quieren moverlas ni siquiera con el dedo.
Todo lo hacen para que los vean: agrandan las filacterias y alargan los flecos de sus mantos; les gusta ocupar los primeros puestos en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas, ser saludados en las plazas y oírse llamar “mi maestro”por la gente.
En cuanto a ustedes, no se hagan llamar “maestro”, porque no tienen más que un Maestro y todos ustedes son hermanos. A nadie en el mundo llamen “padre”, porque no tienen sino uno, el Padre celestial. No se dejen llamar tampoco “doctores”, porque sólo tienen un Doctor, que es el Mesías.
El mayor entre ustedes será el que los sirve, porque el que se eleva será humillado, y el que se humilla será elevado.

ORACIÓN DE LOS FIELES
Pidamos, hermanos, al Señor que escuche nuestras oraciones y nos conceda el auxilio que necesitamos, y respondemos::
R/. Escúchanos Padre, y aumenta nuestra fe.
- Para que Dios derrame en su Iglesia el Espíritu de piedad y fortaleza, que suscite numerosos y dignos ministros del altar y testigos celosos y humildes del Evangelio, roguemos al Señor.
- Para que Dios infunda en el corazón de los gobernantes la voluntad de promover el bien de sus súbditos, a fin de que todos puedan desarrollarse debidamente y reinen en el mundo la justicia y la igualdad, roguemos al Señor.
- Para que el Señor fortalezca a los moribundos que luchan en su último combate, los libre de las tentaciones y no permita que nosotros, al llegar la hora de abandonar este mundo, caigamos en manos del enemigo, roguemos al Señor.
- Para que Dios conceda a nuestros familiares y amigos el perdón de sus pecados, una vida próspera y el don de la caridad, roguemos al Señor.
Escucha, Señor, nuestras oraciones y haz que estemos siempre atentos a honrar tu nombre y acoger tu palabra como la única que salva; que no nos limitemos a proclamar el Evangelio, sino que lo vivamos también con nuestras obras, para ser así verdaderos discípulos de tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, que este sacrificio sea para ti una ofrenda pura, y nos obtenga la plenitud de tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Cf. Salmo 15,11
Señor, me darás a conocer el camino de la vida, saciándome de gozo en tu presencia.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te pedimos, Padre, que crezca en nosotros la acción de tu poder para que, restaurados con estos sacramentos celestiales, tu gracia nos prepare a recibir lo que ellos nos prometen. Por Jesucristo, nuestro Señor.




Domingo 29 de Octubre 2023 Trigésimo Domingo del Tiempo Ordinario (Ciclo A)

ORACIÓN COLECTA  Dios todopoderoso y eterno, aumenta nuestra fe, esperanza y caridad, y para conseguir lo que nos prometes, ayúdanos a amar lo que nos mandas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.


PRIMERA LECTURA

Lectura del libro del ëxodo 22, 20-26
Éstas son las normas que el Señor dio a Moisés: No maltratarás al extranjero ni lo oprimirás, porque ustedes fueron extranjeros en Egipto.  No harás daño a la viuda ni al huérfano. Si les haces daño y ellos me piden auxilio, Yo escucharé su clamor Entonces arderá mi ira, y Yo los mataré a ustedes con la espada; sus mujeres quedarán viudas, y sus hijos huérfanos. Si prestas dinero a un miembro de mi pueblo, al pobre que vive a tu lado, no te comportarás con él como un usurero, no le exigirás interés.  Si tomas en prenda el manto de tu prójimo, devuélveselo antes que se ponga el sol, porque ese es su único abrigo y el vestido de su cuerpo. De lo contrario, ¿con qué dormirá? Y si él me invoca, Yo lo escucharé, porque soy compasivo.

SALMO RESPONSORIAL   17, 2-4. 47. 51ab

R/. Yo te amo, Señor, mi fortaleza y salvación.
- Yo te amo, Señor, mi fuerza, Señor, mi Roca, mi fortaleza y mi libertador.
- Mi Dios, el peñasco en que me refugio, mi escudo, mi fuerza salvadora, mi baluarte. Invoqué al Señor, que es digno de alabanza y quedé a salvo de mis enemigos.
- ¡Viva el Señor! ¡Bendita sea mi Roca! ¡Glorificado sea el Dios de mi salvación! Él concede grandes victorias a su rey y trata con fidelidad a su Ungido.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 1,5c-10
Hermanos: Bien saben cómo hemos actuado entre ustedes para su bien. Ustedes, por su parte, se hicieron imitadores nuestros y del Señor, pues en medio de muchas tribulaciones y con la alegría que da el Espíritu Santo, han aceptado la palabra de Dios en tal forma, que han llegado a ser ejemplo para todos los creyentes de Macedonia y Acaya, porque de ustedes partió y se ha difundido la palabra del Señor; y su fe en Dios ha llegado a ser conocida, no sólo en Macedonia y Acaya, sino en todas partes; de tal manera, que nosotros ya no teníamos necesidad de decir nada. Porque ellos mismos cuentan de qué manera tan favorable nos acogieron ustedes y cómo, abandonando los ídolos, se convirtieron al Dios vivo y verdadero para servido, esperando que venga desde el cielo su Hijo, Jesús, a quien él resucitó de entre los muertos, y es quien nos libra del castigo venidero.

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO    Juan 14,23

Aleluya. El que me ama será fiel a mi palabra, y mi Padre lo amará e iremos a él”, dice el Señor. Aleluya.
EVANGELIO
Amarás al Señor, tu Dios, y a tu prójimo como a ti mismo.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 22, 34-40

Cuando los fariseos se enteraron de que Jesús había hecho callar a los saduceos, se reunieron con Él, y uno de ellos, que era doctor de la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba: “Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la Ley”.  Jesús le respondió: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu espíritu. Este es el más grande y el primer mandamiento, El segundo es semejante al primero: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas”.



ORACIÓN DE LOS FIELES
Confiados en que la oración de los pobres llega hasta el Señor, elevemos con humildad nuestras peticiones a Dios y digamos:

R/. Te rogamos, Señor.

- Para que el Señor conceda el espíritu de consejo, fortaleza, ciencia y piedad a nuestro obispo N., y a todos los pastores de la Iglesia, roguemos al Señor.
- Para que los gobiernos de las naciones edifiquen sus comunidades en la paz, equilibrando toda desigualdad injusta, roguemos al Señor.
- Para que el Señor alivie los dolores de los que sufren en el cuerpo o en el espíritu y les dé fuerza para no desfallecer ante la tribulación, roguemos al Señor.
- Para que mantenga a nuestras familias firmes en la concordia y seguras en su gracia y amistad, roguemos al Señor.
Dios nuestro, refugio en las adversidades, escucha nuestras oraciones y haz que, llenos de tu Espíritu, abandonemos los ídolos, nos volvamos sinceramente a ti y cumplamos plenamente el mandamiento de amar te a ti con todo el corazón y al prójimo como a nosotros mismos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 

Mira, Señor, los dones que presentamos a tu majestad, para que lo que hacemos en tu servicio esté siempre ordenado a tu mayor gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN    Cf. Salmo 19,6
Aclamemos tu victoria y alcemos los estandartes en nombre de nuestro Dios. 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 
Señor y Dios nuestro, te pedimos que lleves a su plenitud en nosotros lo que significan estos sacramentos, para que poseamos plenamente lo que ahora celebramos en esta liturgia. Por Jesucristo, nuestro Señor.








Domingo 15 de Octubre 2023 Vigesimoctavo Domingo del Tiempo Ordinario

ORACIÓN COLECTA  Dios todopoderoso, que tu gracia siempre nos preceda y acompañe, y nos ayude en la práctica constante de las buenas obras. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Profeta Isaías 25, 6-10a
El Señor de los ejércitos ofrecerá a todos los pueblos sobre esta montaña un banquete de manjares suculentos, un banquete de vinos añejados, de manjares suculentos, medulosos, de vinos añejados, decantados. Él arrancará sobre esta montaña el velo que cubre a todos los pueblos, el paño tendido sobre todas las naciones. Destruirá la muerte para siempre;  el Señor enjugará las lágrimas de todos los rostros, y borrará sobre toda la tierra el aprobio de su pueblo, porque lo ha dicho Él, el Señor.
Y se dirá en aquel día: “Ahí está nuestro Dios, de quien esperábamos la salvación: es el Señor, en quien nosotros esperábamos; ¡alegrémonos y regocijémonos de su salvación!” Porque la mano del Señor se posará sobre esta montaña.

SALMO RESPONSORIAL   22, 1-6

R/. El Señor nos prepara una mesa.
- El Señor es mi pastor, nada me puede faltar. Él me hace descansar en verdes praderas, me conduce a las aguas tranquilas y repara mis fuerzas.
- Me guía por el recto sendero, por amor de su Nombre. Aunque cruce por oscuras quebradas, no temeré ningún mal, porque Tú estás conmigo; tu vara y tu bastón me infunden confianza.
- Tú preparas ante mí una mesa, frente a mis enemigos; unges con óleo mi cabeza y mi copa rebosa.
- Tu bondad y tu gracia me acompañan a lo largo de mi vida; y habitaré en la Casa del Señor, por muy largo tiempo.

SEGUNDA LECTURA

Todo lo puedo unido a aquel que me da fuerza.

Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los Filipenses 4, 12-14.19-20
Hermanos: Yo sé lo que es vivir en pobreza y también lo que es tener de sobra. Estoy acostumbrado a todo: lo mismo a comer bien que a pasar hambre; lo mismo a la abundancia que a la escasez. Todo lo puedo unido a aquel que me da fuerza.
Sin embargo, han hecho ustedes bien en socorrerme cuando me vi en dificultades. Mi Dios, por su parte, con su infinita riqueza, remediará con esplendidez todas las necesidades de ustedes, por medio de Cristo Jesús. Gloria a Dios, nuestro Padre, por los siglos de los siglos. Amén.

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO    Cf.Efesios 1,17-18

Aleluya. El Padre de nuestro Señor Jesucristo ilumine nuestros corazones, para que podamos valorar la esperanza a la que hemos sido llamados. Aleluya.

EVANGELIO
Inviten al banquete nupcial a todos los que encuentren.


+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 22, 1-14

En aquel tiempo, Jesús habló en parábolas a los sumos sacerdotes y a los fariseos, diciendo: “El Reino de los Cielos se parece a un rey que celebraba las bodas de su hijo. Envió entonces a sus servidores para avisar a los invitados, pero éstos se negaron a ir.
De nuevo envió a otros servidores con el encargo de decir a los invitados: ’Mi banquete está preparado; ya han sido matados mis terneros y mis mejores animales, y todo está a punto: Vengan a las bodas’. Pero ellos no tuvieron en cuenta la invitación, y se fueron, uno a su campo, otro a su negocio; y los demás se apoderaron de los servidores, los maltrataron y los mataron.
Al enterarse, el rey se indignó y envió a sus tropas para acabaran con aquellos homicidas e incendiaran su ciudad. Luego dijo a sus servidores: ’El banquete nupcial está preparado, pero los invitados no eran dignos de él. Salgan a los cruces de los caminos e inviten a todos los que encuentren’.
Los servidores salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, buenos y malos, y la sala nupcial se llenó de convidados.
Cuando el rey entró para ver a los comensales, encontró a un hombre que no tenía el traje de fiesta. ’Amigo, le dijo, ¿cómo has entrado aquí sin el traje de fiesta?’. El otro permaneció en silencio. Entonces el rey dijo a los guardias: ’Átenlo de pies y manos, y arrójenlo afuera, a las tinieblas. Allí habrá llanto y rechinar de dientes’.  Porque muchos son llamados, pero pocos son elegidos”.

CREDO.

ORACIÓN DE LOS FIELES
Llenos de confianza en el Señor, oremos, hermanos, por todos los hombres y por todas sus necesidades y digamos confiadamente:
R/. Te rogamos, Señor.
- Para que Dios conceda el espíritu de paciencia y de caridad a los cristianos perseguidos por su nombre y los ayude a ser testigos fieles y verídicos de su Evangelio, roguemos al Señor.
- Para que Dios conceda prudencia a los gobernantes y honradez a todos los súbditos, a fin de que se mantengan la armonía y la justicia en la sociedad, roguemos al Señor.
- Para que el Señor, el único que puede hacer prosperar el trabajo del hombre, bendiga los esfuerzos de los trabajadores y haga que la tierra dé frutos abundantes para todos, roguemos al Señor.
- Para que Dios no permita que en la hora de nuestra muerte, desesperados y sin acordarnos de él, nos sintamos como arrancados de este mundo, sino que, confiados y con una gran paz, lleguemos a la vida feliz y eterna, roguemos al Señor.
Dios nuestro, que invitas a todos los hombres al banquete de tu Hijo, escucha nuestras súplicas y concédenos la sabiduría de tu Espíritu, para que sepamos discernir y anunciar la esperanza a la que estamos llamados y la gloria que nos tienes reservada en la mesa del reino de tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 

Recibe, Señor, las súplicas de tus fieles junto con estas ofrendas que te presentamos, para que, lo que celebramos con devoción, nos lleve a alcanzar la gloria del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor. 

ANTÍFONA DE COMUNIÓN    Cf. Salmo 33, 11
Los ricos se empobrecen y sufren hambre, pero los que buscan al Señor no carecen de nada. 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 
Padre, humildemente te pedimos que así como nos alimentas con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, nos hagas partícipes de la naturaleza divina. Por Jesucristo, nuestro Señor.




Domingo 8 de Octubre 2023 Vigesimoseptimo Domingo del Tiempo Ordinario (Ciclo A)

ORACIÓN COLECTA  Dios todopoderoso y eterno, que con amor generoso sobrepasas los méritos y los deseos de los que te suplican, derrama sobre nosotros tu misericordia perdonando lo que inquieta nuestra conciencia y concediéndonos aun aquello que no nos atrevemos a pedir. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.


PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Profeta Isaías 5, 1-7
Voy a cantar en nombre de mi amigo el canto de mi amado a su viña. Mi amigo tenía una viña en una loma fértil. La cavó, la limpió de piedras y la plantó con cepas escogidas; edificó una torre en medio de ella y también excavó un lagar. Él esperaba que diera uvas, pero dio frutos agrios.
Y ahora, habitantes de Jerusalén y hombres de Judá, sean ustedes los jueces entre mi viña y yo. ¿Qué más se podía hacer por mi viña que yo no lo haya hecho? Si esperaba que diera uvas, ¿por qué dio frutos agrios?
Y ahora les haré conocer lo que haré con mi viña; quitaré su valla, y será destruida, derribaré su cerco y será pisoteada. La convertiré en una ruina, y no será podada ni escardada. Crecerán los abrojos y los cardos, y mandaré a las nubes que no derramen lluvia sobre ella.
Porque la viña del Señor de los ejércitos es la casa de Israel, y los hombres de Judá son su plantación predilecta. ¡Él esperó de ellos equidad, y hay efusión de sangre; esperó justicia, y hay gritos de angustia!

SALMO RESPONSORIAL  79, 9. 12-16. 19-20

R/. La viña del Señor es su pueblo.
- Tú sacaste de Egipto una vid, expulsaste a los paganos y la plantaste; extendió sus sarmientos hasta el mar y sus retoños hasta el Río.
- ¿Por qué has derribado sus cercos para que puedan saquearla todos los que pasan? Los jabalíes del bosque la devastan y se la comen los animales del campo.
- Vuélvete, Señor de los ejércitos, observa desde el cielo y mira: ven a visitar tu vid, la cepa que plantó tu mano, el retoño que Tú hiciste vigoroso.
- Nunca nos apartaremos de ti: devuélvenos la vida e invocaremos tu Nombre. ¡Restáuranos, Señor de los ejércitos, que brille tu rostro y seremos salvados!

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los Filipenses 4, 6-9
Hermanos: No se angustien por nada, y en cualquier circunstancia, recurran a la oración y a la súplica, acompañadas de acción de gracias, para presentar sus peticiones a Dios. Entonces la paz de Dios, que supera todo lo que podemos pensar, tomará bajo su cuidado los corazones y los pensamientos de ustedes en Cristo Jesús.
En fin, mis hermanos, todo lo que es verdadero y noble, todo lo que es justo y puro, todo lo que es amable y digno de honra, todo lo que haya de virtuoso y merecedor de alabanza, debe ser el objeto de sus pensamientos.
Pongan en práctica lo que han aprendido y recibido, lo que han oído y visto en mí, y el Dios de la paz estará con ustedes.
ACLAMACIÓN AL EVANGELIO    Cf.Jn 15,16
Aleluya. Yo los he elegido del mundo, dice el Señor, para que vayan y den fruto y su fruto permanezca. Aleluya.

EVANGELIO
Arrendará el viñedo a otros viñadores.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 21, 33-43

En aquel tiempo, Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo esta parábola: "Había una vez un propietario que plantó un viñedo, lo rodeó con una cerca, cavó un lagar en él, construyó una torre para el vigilante y luego lo alquiló a unos viñadores y se fue de viaje.
Llegado el tiempo de la vendimia, envió a sus criados para pedir su parte de los frutos a los viñadores; pero éstos se apoderaron de los criados, golpearon a uno, mataron a otro, y a otro más lo apedrearon. Envió de nuevo a otros criados, en mayor número que los primeros, y los trataron del mismo modo.
Por último, les mandó a su propio hijo, pensando: 'A mi hijo lo respetarán'. Pero cuando los viñadores lo vieron, se dijeron unos a otros: 'Este es el heredero. Vamos a matarlo y nos quedaremos con su herencia'. Le echaron mano, lo sacaron del viñedo y lo mataron.
Ahora díganme: cuando vuelva el dueño del viñedo, ¿qué hará con esos viñadores?". Ellos le respondieron: "Dará muerte terrible a esos desalmados y arrendará el viñedo a otros viñadores, que le entreguen los frutos a su tiempo".
Entonces Jesús les dijo: "¿No han leído nunca en la Escritura: La piedra que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular. Esto es obra del Señor y es un prodigio admirable?
Por esta razón les digo que les será quitado a ustedes el Reino de Dios y se le dará a un pueblo que produzca sus frutos".


CREDO.

ORACIÓN DE LOS FIELES
Unidos a Jesucristo como sarmientos de una vid productiva, pidamos al Padre todo lo que la Iglesia y el mundo necesita:
R/. Escucha, Señor, a tu pueblo.
- Para que la Iglesia, mediante la santidad de sus fieles y el celo de sus ministros, anuncie a todos los hombres y realice en todos los pueblos la salvación de Dios, roguemos al Señor.
- Para que el Señor ayude a los gobernantes, a fin de que se logre en todas las naciones la paz, el desarrollo, el progreso y la libertad religiosa, roguemos al Señor.
- Para que las naciones que sufren a causa de las guerras vean alejarse de sus pueblos las crueldades, la violencia, la destrucción y las lágrimas, roguemos al Señor.
- Para que el Señor ilumine los ojos de nuestro corazón, a fin de que sepamos descubrir la esperanza de gloria a la que nos ha llamado, roguemos al Señor.
Protege, Señor, con amor constante a tu Iglesia y no abandones la viña que tú mismo has plantado; cultívala con misericordia, enriquécela incesantemente con sarmientos vigorosos y haz que, injertados en Cristo, la verdadera cepa, todos demos frutos abundantes de vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 
Recibe, Señor, la oblación instituida por ti y, por estos sagrados misterios que celebramos, danos la gracia de tu redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN       Lamentaciones 3, 25
El Señor es bondadoso con los que esperan en él, con aquellos que lo buscan. 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 
Dios todopoderoso, sácianos con el sacramento del Cuerpo y de la Sangre de tu Hijo, para que nos transformemos en aquello que hemos recibido. Por Jesucristo, nuestro Señor.




Domingo 24 de Septiembre 2023 Vigesimoquinto Domingo del Tiempo Ordinario (Ciclo A)

JORNANDA MUNDIAL DEL MIGRANTE Y REFUGIADO

ORACIÓN COLECTA Dios nuestro, que estableciste el fundamento de la ley divina en el amor a ti y al prójimo, concédenos que, cumpliendo lo que mandas, merezcamos alcanzar la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de Isaías 55, 6-9
¡Busquen al Señor mientras se deja encontrar, llámenlo mientras está cerca!
Que el malvado abandone su camino y el hombre perverso, sus pensamientos; que vuelva al Señor, y Él le tendrá compasión, a nuestro Dios, que es generoso en perdonar.
Porque los pensamientos de ustedes no son los míos, ni los caminos de ustedes son mis caminos -oráculo del Señor-.
Como el cielo se alza por encima de la tierra, así sobrepasan mis caminos y pensamientos a los caminos y a los pensamientos de ustedes.

SALMO RESPONSORIAL 144, 2-3. 8-9. 17-18
R/. El Señor está cerca de aquellos que lo invocan.
- Día tras día te bendeciré, y alabaré tu Nombre sin cesar. ¡Grande es el Señor y muy digno de alabanza: su grandeza es insondable!
- El Señor es bondadoso y compasivo, lento para enojarse y de gran misericordia; el Señor es bueno con todos y tiene compasión de todas sus criaturas.
- El Señor es justo en todos sus caminos y bondadoso en todas sus acciones; está cerca de aquellos que lo invocan, de aquellos que lo invocan de verdad.

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Filipos 1, 20b-26
Hermanos: Estoy completamente seguro de que ahora, como siempre, sea que viva, sea que muera, Cristo será glorificado en mi cuerpo. Porque para mí la vida es Cristo, y la muerte, una ganancia. Pero si la vida en este cuerpo me permite seguir trabajando fructuosamente, ya no sé qué elegir. Me siento urgido de ambas partes: deseo irme para estar con Cristo, porque es mucho mejor, pero por el bien de ustedes es preferible que permanezca en este cuerpo.
Tengo la plena convicción de que me quedaré y permaneceré junto a todos ustedes, para que progresen y se alegren en la fe. De este modo, mi regreso y mi presencia entre ustedes les proporcionarán un nuevo motivo de orgullo en Cristo Jesús.

ACLAMACIÓN Cf. Hech 16, 14b
Aleluya. Señor, toca nuestro corazón, para que aceptemos las palabras de tu Hijo. Aleluya.
EVANGELIO
¿Por qué tomas a mal que yo sea bueno?

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 19, 30-20, 16

Jesús dijo a sus discípulos: “Muchos de los primeros serán los últimos, y muchos de los últimos serán los primeros, porque el Reino de los Cielos se parece a un propietario que salió muy de madrugada a contratar obreros para trabajar en su viña. Trató con ellos un denario por día y los envió a su viña.
Volvió a salir a media mañana y, al ver a otros desocupados en la plaza, les dijo: “Vayan ustedes también a mi viña y les pagaré lo que sea justo”. Y ellos fueron.
Volvió a salir al mediodía y a media tarde, e hizo lo mismo. Al caer la tarde salió de nuevo y, encontrando todavía a otros, les dijo: “¿Cómo se han quedado todo el día aquí, sin hacer nada?” Ellos les respondieron: “Nadie nos ha contratado”. Entonces les dijo: “Vayan también ustedes a mi viña”.
Al terminar el día, el propietario llamó a su mayordomo y le dijo: “Llama a los obreros y págales el jornal, comenzando por los últimos y terminando por los primeros”.
Fueron entonces los que habían llegado al caer la tarde y recibieron cada uno un denario. Llegaron después los primeros, creyendo que iban a recibir algo más, pero recibieron igualmente un denario. Y al recibirlo, protestaban contra el propietario, diciendo: “Estos últimos trabajaron nada más que una hora, y tú les das lo mismo que a nosotros, que hemos soportado el peso del trabajo y el calor durante toda la jornada”.
El propietario respondió a uno de ellos: “Amigo, no soy injusto contigo, ¿acaso no habíamos tratado en un denario? Toma lo que es tuyo y vete. Quiero dar a este que llega último lo mismo que a ti. ¿O no tengo derecho a disponer de mis bienes como me parece? ¿Por qué tomas a mal que yo sea bueno?”
Así, los últimos serán los primeros y los primeros serán los últimos”.

CREDO
ORACIÓN DE LOS FIELES
Oremos, hermanos, por todos los hombres y por todas sus necesidades, para que nunca falte a nadie la ayuda de nuestro amor:
R/. Señor, escucha nuestra súplica.
Por el santo Padre, el Papa Francisco, por nuestro obispo N. y por todos los demás obispos, por los presbíteros y diáconos; para que cuiden santamente el pueblo que tienen encomendado, roguemos al Señor.
Por los jefes de Estado y por los demás gobernantes, por los responsables del bien común y por los que tienen en sus manos las riquezas del mundo; para que fomenten la justicia, el bienestar, la paz y la libertad, roguemos al Señor.
Por los que padecen hambre u otras necesidades, por los que están enfermos o se sienten oprimidos, por los que añoran la patria o viven lejos de sus familias y de sus hogares; para que experimenten el consuelo y la fortaleza de Dios, roguemos al Señor.
Para que Dios nos conceda el gozo del Espíritu, el perdón de los pecados, la perseverancia en la fe y en las buenas obras y la salvación eterna de nuestras almas, roguemos al Señor.
Padre Justo y Dios lleno de bondad, que das a los primeros lo mismo que a los últimos, escucha nuestras oraciones y haz que comprendamos que, como el cielo es más alto que la tierra, así tus caminos son más altos que los nuestros y que es un gran honor haber sido llamados, desde el amanecer, a trabajar en tu viña. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Acepta con bondad, Señor, las ofrendas de tu pueblo, y, por medio de este sacramento celestial, haz que se haga vida en nosotros cuanto proclamamos por la fe. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN Sal 118, 4-5

Tú promulgaste tus mandamientos para que se cumplieran íntegramente. Ojalá yo me mantenga firme en la observancia de tus preceptos.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos, Padre, que acompañes siempre con tu auxilio a los que alimentas con tus sacramentos, para que en estos misterios recibamos los frutos de la redención y la conversión de nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.




Domingo 17 de Septiembre 2023 Vigesimocuarto Domingo del Tiempo Ordinario (Ciclo A)

ORACIÓN COLECTA Míranos, Dios nuestro, creador y Señor del universo, y concédenos servirte de todo corazón, para experimentar los efectos de tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Eclesiástico 27, 30--28,7
El rencor y la ira son abominables, y ambas cosas son patrimonio del pecador.
El hombre vengativo sufrirá la venganza del Señor, que llevará cuenta exacta de todos sus pecados.
Perdona el agravio a tu prójimo y entonces, cuando ores, serán absueltos tus pecados.
Si un hombre mantiene su enojo contra otro, ¿cómo pretende que el Señor lo sane?
No tiene piedad de un hombre semejante a él ¡y se atreve a implorar por sus pecados!
Él, un simple mortal, guarda rencor: ¿quién le perdonará sus pecados?
Acuérdate del fin, y deja de odiar; piensa en la corrupción y en la muerte, y sé fiel a los mandamientos; acuérdate de los mandamientos, y no guardes rencor a tu prójimo; piensa en la Alianza del Altísimo, y pasa por alto la ofensa.
SALMO RESPONSORIAL 102, 1-4. 9-12
R/. El Señor es bondadoso y compasivo.
Bendice al Señor, alma mía, que todo mi ser bendiga a su santo Nombre; bendice al Señor, alma mía, y nunca olvides sus beneficios.
Él perdona todas tus culpas y sana todas tus dolencias; rescata tu vida del sepulcro, te corona de amor y de ternura.
No acusa de manera inapelable ni guarda rencor eternamente; no nos trata según nuestros pecados ni nos paga conforme a nuestras culpas.
Cuanto se alza al cielo sobre la tierra, así de inmenso es su amor por los que lo temen; cuanto dista el oriente del occidente, así aparta de nosotros nuestros pecados.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los Romanos 14, 7-9
Hermanos: Ninguno de nosotros vive para sí, ni tampoco muere para sí. Si vivimos, vivimos para el Señor, y si morimos, morimos para el Señor: tanto en la vida como en la muerte, pertenecemos al Señor. Porque Cristo murió y volvió a la vida para ser Señor de los vivos y de los muertos.

ACLAMACIÓN Juan 13, 34
Aleluya. Les doy un mandamiento nuevo, dice el Señor, que se amen los unos a los otros, como yo los he amado. Aleluya.
EVANGELIO
No perdones sólo siete veces, sino setenta veces siete.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo18, 21-35

En aquel tiempo, Pedro se acercó a Jesús y le preguntó: "Si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces tengo que perdonarlo? ¿Hasta siete veces?". Jesús le contestó: "No sólo hasta siete, sino hasta setenta veces siete".
Entonces Jesús les dijo: "El Reino de los cielos es semejante a un rey que quiso ajustar cuentas con sus servidores. El primero que le presentaron le debía muchos millones. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él, a su mujer, a sus hijos y todas sus posesiones, para saldar la deuda. El servidor, arrojándose a sus pies, le suplicaba, diciendo: 'Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo'. El rey tuvo lástima de aquel servidor, lo soltó y hasta le perdonó la deuda.
Pero, apenas había salido aquel servidor, se encontró con uno de sus compañeros, que le debía poco dinero.
Entonces lo agarró por el cuello y casi lo estrangulaba, mientras le decía: 'Págame lo que me debes'. El compañero se le arrodilló y le rogaba: 'Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo'. Pero el otro no quiso escucharlo, sino que fue y lo metió en la cárcel hasta que le pagara la deuda.
Al ver lo ocurrido, sus compañeros se llenaron de indignación y fueron a contar al rey lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo: 'Siervo malvado. Te perdoné toda aquella deuda porque me lo suplicaste. ¿No debías tú también haber tenido compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?'. Y el señor, encolerizado, lo entregó a los verdugos para que no lo soltaran hasta que pagara lo que debía.
Pues lo mismo hará mi Padre celestial con ustedes, si cada cual no perdona de corazón a su hermano".

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Escucha nuestras súplicas, Señor, y recibe con bondad la ofrenda de tu pueblo, para que los dones presentados en honor de tu nombre sirvan para la salvación de todos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Cf. Sal 35, 8
¡Qué inapreciable es tu misericordia, Señor! Los hombres se refugian a la sombra de tus alas.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te rogamos, Dios nuestro, que el don celestial que hemos recibido impregne nuestra alma y nuestro cuerpo, para que nuestras obras no respondan a impulsos puramente humanos sino a la acción de este sacramento. Por Jesucristo, nuestro Señor.



Domingo 10 de Septiembre 2023 Vigesimotercer Domingo del Tiempo Ordinario (Ciclo A)

ANTÍFONA DE ENTRADA  Salmo 118, 137. 124 
Tú eres justo, Señor, y tus juicios son rectos; trátame conforme a tu bondad.
GLORIA.
ORACIÓN COLECTA  Señor Dios, que nos has redimido para hacemos hijos tuyos, míranos siempre con amor de Padre, para que cuantos hemos creído en Cristo alcancemos la verdadera libertad y la herencia eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del profeta Ezequiel 33, 7-9
Así habla el Señor: Hijo de hombre, Yo te he puesto como centinela de la casa de Israel: cuando oigas una palabra de mi boca, tú les advertirás de mi parte. Cuando yo diga al malvado: “Vas a morir”, si tú no hablas para advertir al malvado que abandone su mala conducta, el malvado morirá por su culpa, pero a ti te pediré cuenta de su sangre. Si tú, en cambio, adviertes al malvado para que se convierta de su mala conducta, y él no se convierte, él morirá por su culpa, pero tú habrás salvado tu vida.

SALMO RESPONSORIAL   94, 1-2. 6-9

R/. Ojalá hoy escuchen la voz del Señor.
- ¡Vengan, cantemos con júbilo al Señor, aclamemos a la Roca que nos salva! ¡Lleguemos hasta Él dándole gracias, aclamemos con música al Señor!
- ¡Entren, inclinémonos parar adorarlo! ¡Doblemos la rodilla ante el Señor que nos creó! Porque Él es nuestro Dios, y nosotros, el pueblo que Él apacienta, las ovejas conducidas por su mano.
- Ojalá hoy escuchen la voz del Señor: “No endurezcan su corazón como en Meribá, como en el día de Masá, en el desierto, cuando sus padres me tentaron y provocaron, aunque habían visto mis obras”.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los Romanos 13, 8-10
Hermanos: Que la única deuda con los demás sea la del amor mutuo: el que ama al prójimo ya cumplió toda la ley. Porque los mandamientos: “No cometerás adulterio, no matarás, no robarás, no codiciarás”, y cualquier otro, se resumen en éste: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.
El amor no hace mal al prójimo. Por lo tanto, el amor es la plenitud de la Ley.

ACLAMACIÓN   2 Corintios 5,19

Aleluya. Dios estaba en Cristo, reconciliando al mundo consigo, confiándonos la palabra de la reconciliación. Aleluya.
EVANGELIO
Si te escucha, habrás ganado a tu hermano.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo   18, 15-20

Jesús dijo a sus discípulos: Si tu hermano peca contra ti, ve y corrígelo en privado. Si te escucha, habrás ganado a tu hermano. Si no te escucha, busca una o dos personas más, para que el asunto se decida por la declaración de dos o tres testigos. Si se niega a hacerles caso, dilo a la comunidad. Y si tampoco quiere escuchar a la comunidad, considéralo como pagano o publicano.
Les aseguro que todo lo que ustedes aten en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desaten en la tierra, quedará desatado en el cielo.
También les aseguro que si dos de ustedes se unen en la tierra para pedir algo, mi Padre que está en el cielo se lo concederá. Porque donde hay dos o tres reunidos en mi Nombre, Yo estoy presente en medio de ellos.

ORACIÓN DE LOS FIELES

Pidamos, hermanos, al Señor que escuche nuestras plegarias y atienda a nuestras peticiones:
R/. Señor, escucha nuestra súplica.
- Por la santa Iglesia de Dios, para que el Señor le conceda la paz y la unidad, la guarde de todo mal y acreciente el número de sus hijos, roguemos al Señor.
- Por la paz del mundo, para que cesen las rivalidades entre las naciones, renazca en el corazón de los hombres el amor y arraigue entre todos los pueblos la mutua comprensión, roguemos al Señor.
- Para que Dios, Padre todopoderoso, purifique al mundo de todo error, devuelva la salud a los enfermos, aleje el hambre, abra las prisiones injustas y conceda el regreso a los que añoran la patria, roguemos al Señor.
- Para que el Señor nos conceda perseverar en la fe hasta el fin de nuestra vida y, después de la muerte, nos admita en el reino de la felicidad, de la luz y de la paz, roguemos al Señor.
Señor Jesucristo, que has prometido que el Padre del cielo escucharía la plegaria de los que se reúnen en tu nombre, danos un espíritu y un corazón nuevo, para que, amándonos los unos a los otros, cumplamos de verdad tu ley. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 

Dios nuestro, fuente del amor sincero y de la paz, concédenos glorificar tu nombre con estas ofrendas que te presentamos; y por la participación en la eucaristía ayúdanos a vivir unidos en un sólo corazón. Por Cristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN   Salmo 41,2-3
Como la cierva sedienta busca las corrientes de agua, así mi alma suspira por ti, mi Dios. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios viviente. 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 
Señor nuestro, que alimentas y vivificas a tus fieles con tu palabra y con los sacramentos del cielo, concédenos aprovechar de tal manera estos dones de tu Hijo amado que merezcamos participar siempre de su vida divina. Él que vive y reina por los siglos de los siglos.



Domingo 27 de agosto Vigesimoprimer Domingo del Tiempo Ordinario

ANTÍFONA DE ENTRADA  Salmo 85, 1.3 
Inclina tu oído, Señor, respóndeme; salva a tu servidor que en ti confía. Ten piedad de mí, Señor, que te invoco todo el día.
ORACIÓN COLECTA  Señor Dios, que unes a tus fieles en una sola voluntad; concédenos amar lo que mandas y esperar lo que prometes, para que, en la inestabilidad del mundo presente, nuestros corazones estén firmes donde se encuentra la alegría verdadera. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del profeta Isaías 22,19-23
Esto dice el Señor a Sebná, mayordomo del palacio: "Te echaré de tu puesto y te destituiré de tu cargo. Aquel mismo día llamaré a mi siervo, a Eleacín, el hijo de Elcías; le vestiré tu túnica, le ceñiré tu banda y le traspasaré tus poderes.
Será un padre para los habitantes de Jerusalén y para la casa de Judá. Pondré la llave del palacio de David sobre su hombro. Lo que él abra, nadie lo cerrará; lo que él cierre, nadie lo abrirá. Lo fijaré como un clavo en muro firme y será un trono de gloria para la casa de su padre".

SALMO RESPONSORIAL  137, 1-2a. 2bc-3. 6. 8bc.

R/. Señor, tu misericordia es eterna, no abandones la obra de tus manos.
- Te doy gracias, Señor, de todo corazón, te cantaré en presencia de los ángeles. Me postraré ante tu santo Templo y daré gracias a tu Nombre.
- Daré gracias a tu Nombre por tu amor y tu fidelidad, porque tu promesa ha superado tu renombre. Me respondiste cada vez que te invoqué y aumentaste la fuerza de mi alma.
- El Señor está en las alturas, pero se fija en el humilde y reconoce al orgulloso desde lejos. Tu amor es eterno, Señor, ¡no abandones la obra de tus manos!

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los Romanos 11, 33-36
¡Qué profunda y llena de riqueza es la sabiduría y la ciencia de Dios! ¡Qué insondables son sus designios y qué incomprensibles sus caminos!
“¿Quién penetró en el pensamiento del Señor? ¿Quién fue su consejero? ¿Quién le dio algo, para que tenga derecho a ser retribuido?”
Porque todo viene de Él, ha sido hecho por Él, y es para Él. ¡A Él sea la gloria eternamente! Amén.
ACLAMACIÓN   Mateo 16,18
Aleluya. Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y los poderes del infierno no prevalecerán sobre ella, dice el Señor. Aleluya.

EVANGELIO

Tú eres Pedro y yo te daré las llaves del Reino de los cielos.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 16, 13-20
En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: “¿Qué dice la gente sobre el Hijo del hombre? ¿Quién dicen que es?”
Ellos le respondieron: “Unos dicen que es Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías o alguno de los profetas”.
“Y ustedes, les pregunto, ¿quién dicen que soy?”
Tomando la palabra, Simón Pedro respondió: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”.
Y Jesús le dijo: “Feliz de ti, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en el cielo. Y Yo te digo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder de la muerte no prevalecerá contra ella. Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo”.
Entonces, ordenó severamente a sus discípulos que no dijeran a nadie que Él era el Mesías.

ORACIÓN DE LOS FIELES
Pidamos, hermanos, al Señor que nos llama a la santidad, que escuche nuestra oración:
R/. Por tu misericordia, sálvanos, Señor.
- Padre Santo, protege a la Iglesia, al Papa, anuestro Obispo, y a todos los que anuncian el Evangelio, y haznos testigos del Amor de Cristo en este país. Roguemos al Señor.
- Padre Santo, por todos nuestros hermanos que sufren, de modo especial por los enfermos. Roguemos al Señor.
- Padre Santo, te pedimos estés cerca de los que sufren persecución por causa de la justici, y fortalece a los discriminados por la fe; protégelos con tu Amor. Roguemos al Señor.
- Padre Santo, extiende tu Mano de bendición sobre los catequistas y anunciadores de tu Palabra, que sean fieles a comunicar el mensaje de Cristo y ayuden a los que desean pertenecer de Cristo para iniciarlos en la comunidad en el camino de la fe. Roguemos al Señor.
Oh Dios nuestro, atiende nuestros pedidos, para que sigiendo a Cristo tu Hijo, hagamos tu Voluntad. Por Cristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 

Señor, que en el sacrificio único de Cristo, te has adquirido un pueblo de hijos, sé bondadoso con nosotros y concede a tu Iglesia los dones de la unidad y de la paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN   Cf.Salmo 103,13-15

Señor, la tierra se sacia con el fruto de tus obras: el pan que sale de la tierra y el vino que alegra el corazón del hombre.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 
Padre nuestro, realiza plenamente en nosotros la obra de tu misericordia, y concédenos tu gracia para que podamos agradarte en todo. Por Jesucristo, nuestro Señor.







Domingo 20 de agosto Vigésimo Domingo del Tiempo Ordinario

ANTÍFONA DE ENTRADA Salmo 83, 10-11
Señor, protector nuestro, mira el rostro de tu Ungido, porque vale más un día en tus atrios que mil en otra parte.
ORACIÓN COLECTA Dios nuestro, que has preparado bienes invisibles para los que te aman, infunde en nuestros corazones la ternura de tu amor para que, amándote en todas y sobre todas las cosas, alcancemos tus promesas que superan todo deseo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.


PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del profeta Isaías 56,1.6-7
Así habla el Señor: Observen el derecho y practiquen la justicia, porque muy pronto llegará mi salvación y ya está por revelarse mi justicia. Y a los hijos de una tierra extranjera que se han unido al Señor para servirlo, para amar el nombre del Señor y para ser sus servidores, a todos los que observen el sábado sin profanarlo y se mantengan firmes en mi alianza, Yo los conduciré hasta mi santa Montaña y los colmaré de alegría en mi Casa de oración; sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptados sobre mi altar, porque mi Casa será llamada Casa de oración para todos los pueblos..
SALMO RESPONSORIAL 66, 2-3. 5-6. 8
R/. ¡Que los pueblos te den gracias, Señor!
- El Señor tenga piedad y nos bendiga, haga brillar su rostro sobre nosotros, para que en la tierra se reconozca su dominio, y su victoria entre las naciones.
- Que todos los pueblos te den gracias. Que canten de alegría las naciones, porque gobiernas a los pueblos con justicia y guías a las naciones de la tierra.
- ¡Que los pueblos te den gracias, Señor, que todos los pueblos te den gracias! Que Dios nos bendiga, y lo teman todos los confines de la tierra.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los Romanos 11, 13-15. 29-32
Hermanos: Tengo algo que decirles a ustedes, los que no son judíos, y trato de desempeñar lo mejor posible este ministerio. Pero esto lo hago también para ver si provoco los celos de los de mi raza y logro salvar a algunos de ellos. Pues, si su rechazo ha sido reconciliación para el mundo, ¿qué no será su reintegración, sino resurrección de entre los muertos? Porque Dios no se arrepiente de sus dones ni de su elección.
Así como ustedes antes eran rebeldes contra Dios y ahora han alcanzado su misericordia con ocasión de la rebeldía de los judíos, en la misma forma, los judíos, que ahora son los rebeldes y que fueron la ocasión de que ustedes alcanzarán la misericordia de Dios, también ellos la alcanzarán. En efecto, Dios ha permitido que todos cayéramos en la rebeldía, para manifestarnos a todos su misericordia.
ACLAMACIÓN Cf.Mateo 4,23
Aleluya. Jesús proclamaba la Buena Noticia del Reino y sanaba todas las dolencias de la gente. Aleluya.
EVANGELIO
Mujer, ¡qué grande es tu fe!
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 15, 21-28
En aquel tiempo, Jesús se retiró a la comarca de Tiro y Sidón. Entonces una mujer cananea le salió al encuentro y se puso a gritar: "Señor, hijo de David, ten compasión de mí. Mi hija está terriblemente atormentada por un demonio". Jesús no le contestó una sola palabra; pero los discípulos se acercaron y le rogaban: '¡Atiéndela, porque viene gritando detrás de nosotros". Él les contestó: "Yo no he sido enviado sino a las ovejas descarriadas de la casa de Israel".
Ella se acercó entonces a Jesús y, postrada ante él, le dijo: "¡Señor, ayúdame!". Él le respondió: "No está bien quitarles el pan a los hijos para echárselo a los perritos".
Pero ella replicó: "Es cierto, Señor; pero también los perritos se comen las migajas que caen de la mesa de sus amos". Entonces Jesús le respondió: "Mujer, ¡qué grande es tu fe! Que se cumpla loc que deseas". Y en aquel mismo instante quedó curada su hija.

ORACIÓN DE LOS FIELES
Presentemos, hermanos, nuestras súplicas al Señor y pidámosle que nos enseñe a servir como Jesús, respondiendo:
R/. Señor, escucha nuestra plegaria.
- Roguemos por la Iglesia, y por todos los que anuncian el Evangelio y realizan obras de misericordia en favor de sus hermanos, para que Dios cnceda su Gracia para cumplir su misión de servicio. Roguemos al Señor.
- Roguemos al Señor por quienes, por la enfermedad, por el servicio a sus hermanos u otro motivo, no pueden venir a celebrar con nosotros el domingo; a fin de que, ya que no pueden participar de la alegría de esta celebración, no se vean privados del gozo y consuelo del Señor. Roguemos al Señor.
- Roguemos por los gobernantes de las naciones y por los que están al servicio en la sociedad, instituciones, hospitales, cárceles, que toda persona pueda ser atentida, y todos aprendamos al servicio en bien de la paz y la defensa de los demás. Roguemos al Señor.
- Roguemos finalmente por nosotros mismos y los que tienen que vivir fuera de su hogar o alejados de sus familiares y amigos, para que Dios nos proteja de todo peligro, nos ayude en las dificultades, nos haga perseverar en la fe cristiana, fortalezca nuestra voluntad para perseverar en el bien. Roguemos al Señor.
Dios nuestro, que con el ejemplo de tu Hijo, nos has manifestado tu designio de salvar a todos los pueblos, escucha nuestras oraciones, para que, demos siempre testimonio de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, nuestra ofrenda, en la cual se realiza un admirable intercambio, para que, al ofrecerte lo que nos diste, podamos recibirte a ti mismo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Salmo 129,7
En el Señor se encuentra la misericordia y la redención en abundancia.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor y Padre nuestro, unidos a Cristo por este sacramento, imploramos humildemente tu misericordia, para que, hechos semejantes a Él en la tierra, merezcamos gozar de su compañía en el cielo. Él que vive y reina por los siglos de los siglos.





Domingo 13 de agosto Decimonoveno Domingo del Tiempo Ordinario

ANTÍFONA DE ENTRADA Salmo 73, 20. 19. 22. 23
Acuérdate, Señor, de tu alianza; no olvides por más tiempo la suerte de tus pobres. Levántate, Señor, a defender tu causa; no olvides las voces de los que te buscan.
ORACIÓN COLECTA Dios todopoderoso y eterno, a quien, movidos por el Espíritu Santo, nos animamos a llamar Padre; confirma en nuestros corazones la condición de hijos tuyos, para que podamos entrar en la herencia prometida. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

PRIMERA LECTURA
Lectura del primer libro de los Reyes 19, 9. 11-13a
Habiendo llegado Elías a la montaña de Dios, el Horeb, entró en la gruta y pasó la noche. Allí le fue dirigida la palabra del Señor. El Señor le dijo: “Sal y quédate de pie en la montaña, delante del Señor”.
Y en ese momento el Señor pasaba. Sopló un viento huracanado que partía las montañas y resquebrajaba las rocas delante del Señor. Pero el Señor no estaba en el viento. Después del viendo hubo un terremoto. Pero el Señor no estaba en el terremoto. Después del terremoto, se encendió un fuego. Pero el Señor no estaba en el fuego. Después del fuego, se oyó el rumor de una brisa suave. Al oírla, Elías se cubrió el rostro con su manto, salió y se quedó de pie a la entrada de la gruta.
SALMO RESPONSORIAL 84, 9-14
R/. Muéstranos, Señor, tu misericordia, y danos tu salvación.
- Voy a proclamar lo que dice el Señor: el Señor promete la paz para su pueblo y sus amigos. Su salvación está muy cerca de sus fieles, y la Gloria habitará en nuestra tierra.
- El Amor y la Verdad se encontrarán, la Justicia y la Paz se abrazarán; la Verdad brotará de la tierra y la Justicia mirará desde el cielo.
- El mismo Señor nos dará sus bienes y nuestra tierra producirá sus frutos. La Justicia irá delante de Él, y la Paz, sobre la huella de sus pasos.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los Romanos 9, 1-5
Hermanos: Digo la verdad en Cristo, no miento, y mi conciencia me lo atestigua en el Espíritu Santo. Siento una gran tristeza y un dolor constante en mi corazón. Yo mismo desearía ser maldito, separado de Cristo, en favor de mis hermanos, los de mi propia raza.
Ellos son israelitas: a ellos pertenecen la adopción filial, la gloria, las alianzas, la legislación, el culto y las promesas. A ellos pertenecen también los patriarcas, y de ellos desciende Cristo según su condición humana, el cual está por encima de todo, Dios bendito eternamente. Amén.
ACLAMACIÓN Salmo 129,5
Aleluya. Mi alma espera en el Señor, y yo confío en su palabra. Aleluya
EVANGELIO
Mándame ir a tu encuentro sobre el agua.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 14, 22-33
Después de la multiplicación de los panes, Jesús obligó a los discípulos que subieran a la barca y pasaran antes que Él a la otra orilla, mientras Él despedía a la multitud. Después, subió a la montaña para orar a solas. Y al atardecer, todavía estaba allí, solo.
La barca ya estaba muy lejos de la costa, sacudida por las olas, porque tenían viento en contra. A la madrugada, Jesús fue hacia ellos, caminando sobre el mar. Los discípulos, al verlo caminar sobre el mar, se asustaron. “Es un fantasma”, dijeron, y llenos de temor se pusieron a gritar.
Pero Jesús les dijo: “Tranquilícense, soy Yo; no teman”.
Entonces Pedro le respondió: “Señor, si eres Tú, mándame ir a tu encuentro sobre el agua”.
“Ven”, le dijo Jesús. Y Pedro, bajando de la barca, comenzó a caminar sobre el agua en dirección a Él. Pero, al ver la violencia del viento, tuvo miedo, y como empezaba a hundirse, gritó: “Señor, sálvame”. Enseguida, Jesús le tendió la mano y lo sostuvo, mientras le decía: “Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?”
En cuanto subieron a la barca, el viento se calmó. Los que estaban en ella se postraron ante Él, diciendo: “Verdaderamente, Tú eres el Hijo de Dios”.


CREDO
ORACIÓN DE LOS FIELES
Oremos, hermanos, a nuestro Señor Jesucristo, para que, acordándose de su promesa, escuche la oración de los que nos hemos reunido en su nombre:
R/. Escúchanos, Señor.
- Por la paz que desciende del cielo, por la unión de las Iglesias y por la salvación de nuestras almas, roguemos al Señor.
- Por los que trabajan por el bien de los pobres, por los que ayudan a los ancianos y por los que cuidan a niños y desvalidos, roguemos al Señor.
- Por los que están abatidos o sometidos a una prueba, por los que están en peligro, por el retorno de los extraviados y por la libertad de los encarcelados, roguemos al Señor.
- Por los que en este momento están orando con nosotros, por los que han pedido nuestras oraciones y por el reposo eterno de nuestros hermanos difuntos, roguemos al Señor.
Dios omnipotente y eterno, que con tu poder dominas la creación, escucha nuestras oraciones y haz que te reconozcamos presente y activo en todos los acontecimientos de nuestra historia, para que sepamos así afrontar las pruebas con serenidad y avancemos confiados hacia la paz de tu reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe benignamente, Señor, los dones de tu Iglesia, y, al concederle en tu misericordia que te los pueda ofrecer, haces al mismo tiempo que se conviertan en sacramento de nuestra salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Salmo 147,12.14
Alaba, Jerusalén, al Señor, porque te alimenta con lo mejor de su trigo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
La comunión de tus sacramentos que hemos recibido, Señor, nos salven y nos confirmen en la luz de tu verdad. Por Jesucristo, nuestro Señor.





Domingo 6 de agosto Fiesta de LA TRANSFIGURACIÓN DEL SEÑOR

ANTÍFONA DE ENTRADA  Mateo 17, 5
Apareció el Espíritu Santo en una nube luminosa y se oyó la voz del Padre celestial que decía: Este es mi Hijo muy amado, en quien tengo puestas mis complacencias; escúchenlo.
ORACIÓN COLECTA  Dios nuestro, que en la transfiguración gloriosa de tu Hijo unigénito confirmaste los misterios de la fe con el testimonio de los profetas y prefiguraste admirablemente la perfecta adopción como hijos tuyos, concédenos que, escuchando la voz de tu Hijo amado, merezcamos ser coherederos suyos. Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.


PRIMERA LECTURA
Lectura de la profecía de Daniel 7, 9-10. 13-14
Daniel continuó el relato de sus visiones, diciendo: “Yo estuve mirando hasta que fueron colocados unos tronos y un Anciano se sentó. Su vestidura era blanca como la nieve y los cabellos de su cabeza como la lana pura; su trono, llamas de fuego, con ruedas de fuego ardiente. Un río de fuego brotaba y corría delante de Él. Miles de millares lo servían, y centenares de miles estaban de pie en su presencia. El tribunal se sentó y fueron abiertos unos libros.
Yo estaba mirando, en las visiones nocturnas, y vi que venía sobre las nubes del cielo como un Hijo de hombre; Él avanzó hacia el Anciano y lo hicieron acercar hasta Él. Y le fue dado el dominio, la gloria y el reino, y lo sirvieron todos los pueblos, naciones y lenguas. Su dominio es un dominio eterno que no pasará, y su reino no será destruido”.

SALMO RESPONSORIAL 96, 1-2. 5-6. 9

R/. El Señor reina, altísimo por encima de toda la tierra.
- ¡El Señor reina! Alégrese la tierra, regocíjense las islas incontables. Nubes y Tinieblas lo rodean, la Justicia y el Derecho son la base de su trono.
- Las montañas se derriten como cera delante del Señor, que es el dueño de toda la tierra. Los cielos proclaman su justicia y todos los pueblos contemplan su gloria.
- Porque Tú, Señor, eres el Altísimo: estás por encima de toda la tierra, mucho más alto que todos los dioses. 

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la segunda carta del Apóstol san Pedro 1, 16-19
Queridos hermanos: No les hicimos conocer el poder y la Venida de nuestro Señor Jesucristo basados en fábulas ingeniosamente inventadas, sino como testigos oculares de su grandeza. En efecto, Él recibió de Dios Padre el honor y la gloria, cuando la Gloria llena de majestad le dirigió esta palabra: “Este es mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta mi predilección”. Nosotros oímos esta voz que venía del cielo, mientras estábamos con Él en la montaña santa.
Así hemos visto confirmada la palabra de los profetas, y ustedes hacen bien en prestar atención a ella, como a una lámpara que brilla en un lugar oscuro hasta que despunte el día y aparezca el lucero de la mañana en sus corazones.
ACLAMACIÓN   Mateo 17, 5c
Aleluya. Éste es mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta mi predilección: escúchenlo. Aleluya.

EVANGELIO
Su rostro se puso resplandeciente como el sol.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 17, 1-9
En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, el hermano de éste, y los hizo subir a solas con él a un monte elevado. Ahí se transfiguró en su presencia: su rostro se puso resplandeciente como el sol y sus vestiduras se volvieron blancas como la nieve. De pronto aparecieron ante ellos Moisés y Elías, conversando con Jesús.
Entonces Pedro le dijo a Jesús: "Señor, ¡qué bueno sería quedarnos aquí! Si quieres, haremos aquí tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías".
Cuando aún estaba hablando, una nube luminosa los cubrió y de ella salió una voz que decía: "Éste es mi Hijo muy amado, en quien tengo puestas mis complacencias; escúchenlo". Al oír esto, los discípulos cayeron rostro en tierra, llenos de un gran temor. Jesús se acercó a ellos, los tocó y les dijo: "Levántense y no teman".
Alzando entonces los ojos, ya no vieron a nadie más que a Jesús. Mientras bajaban del monte, Jesús les ordenó: "No le cuenten a nadie lo que han visto, hasta que el Hijo del hombre haya resucitado de entre los muertos".


ORACIÓN DE LOS FIELES

Cuando Jesús oraba, la Luz de Dios lo envolvió y transfifuró su rostro. Nosotros también, iluminados con la certeza que Dios nos escucha, recemos:
R/. Padre de Gloria, escúchanos.
- Tú que nos has mandado escuchar la voz de tu Hijo predilecto, haz que la Iglesia la predique hasta los últimos confines de la tierra. Oremos.
- Tú que unes hoy a las Iglesias de Oriente y Occidente en esta fiesta, haz que lleguemos pronto a la unidad por la que Cristo oró en la Última Cena. Oremos.
- Tú que quieres que toda la humanidad conozca a Jesucristo, tu enviado, concede que los gobiernos de las naciones respeten la libertad para profesar la fe, garanticen la paz, la justicia y el progreso para todos. Oremos.
- Tú que nos mostraste la condición gloriosa de Jesús, antes de padecer en la cruz, fortalece a los enfermos con la esperanza de que su frágil condición también será transformada. Oremos.
- Tú que nos llamas a vivir en tu presencia, danos la gracia de escuchar con más profundidad y silencio la voz de tu Hijo amado. Oremos.
Padre Santo, escucha nuestra oración, e ilumínanos con tu gracia, para que vivamos siempre en la espera de la manifestación de Jesucristo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 

Santifica, Señor, las ofrendas que te presentamos en la gloriosa transfiguración de tu Hijo único, y, por el resplandor de su luz, purifícanos de nuestros pecados. Por Jesucristo, nuestro Señor.

PREFACIO de la TRANSFIGURACIÓN
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro. 
Porque Él reveló su gloria ante los testigos que había elegido, y revistió su cuerpo, semejante al de todos los hombres, de un extraordinario esplendor, para apartar del corazón de sus discípulos el escándalo de la cruz, y manifestar que se cumpliría en la totalidad del cuerpo de la Iglesia lo que brilló admirablemente en él mismo, su cabeza. 
Por eso, unidos a los ángeles en el cielo, cantamos en la tierra un himno a tu gloria, diciendo sin cesar: 
Santo, Santo, Santo...

ANTÍFONA DE COMUNIÓN   Cf.1 Juan 3, 2

Cuando se manifieste el Señor, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 
Te rogamos, Señor, que el alimento celestial que hemos recibido, nos transforme a imagen de aquel cuyo esplendor quisiste manifestar en su gloriosa Transfiguración. Por Jesucristo, nuestro Señor. 






Domingo 30 de Julio: Decimoséptimo Domingo del Tiempo Ordinario

ANTÍFONA DE ENTRADA Salmo 67, 6-7. 36
Dios habita en su santa morada. Él congrega en su casa a los dispersos. El dará poder y fortaleza a su pueblo.
ORACIÓN COLECTA Dios nuestro, protector de los que esperan en ti, fuera de quien nada tiene valor ni santidad; acrecienta sobre nosotros tu misericordia, para que, bajo tu guía providente, usemos los bienes pasajeros de tal modo que ya desde ahora podamos adherirnos a los eternos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

PRIMERA LECTURA
Lectura del primer libro de los Reyes 3, 5-6a. 7-12
El Señor se apareció a Salomón en un sueño, durante la noche. Y le dijo: “Pídeme lo que quieras”.
Salomón respondió: “Señor, Dios mío, has hecho reinar a tu servidor en lugar de mi padre David, a mí, que soy apenas un muchacho y no sé valerme por mí mismo. Tu servidor está en medio de tu pueblo, el que Tú has elegido, un pueblo tan numeroso que no se puede contar ni calcular. Concede entonces a tu servidor un corazón comprensivo, para juzgar a tu pueblo, para discernir entre el bien y el mal. De lo contrario, ¿quién sería capaz de juzgar a un pueblo tan grande como el tuyo?”
Al Señor le agradó que Salomón le hiciera este pedido, y le dijo: “Porque tú has pedido esto, y no has pedido para ti una larga vida, ni riqueza, ni la vida de tus enemigos, sino que has pedido el discernimiento necesario para juzgar con rectitud, Yo voy a obrar conforme a lo que dices: Te doy un corazón sabio y prudente, de manera que no ha habido nadie como tú antes de ti, ni habrá nadie como tú después de ti”.
SALMO RESPONSORIAL 118, 57. 72. 76-77. 127-130
R/. ¡Cuánto amo tu ley, Señor!
- El Señor es mi herencia: yo he decidido cumplir tus palabras. Para mí vale más la ley de tus labios que todo el oro y la plata.
- Que tu misericordia me consuele, de acuerdo con la promesa que me hiciste. Que llegue hasta mí tu compasión, y viviré, porque tu ley es toda mi alegría.
- Yo amo tus mandamientos y los prefiero al oro más fino. Por eso me guío por tus preceptos y aborrezco todo camino engañoso.
- Tus prescripciones son admirables: por eso las observo. La explicación de tu palabra ilumina y da inteligencia al ignorante.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los Romanos 8, 28-30
Hermanos: Sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de los que lo aman, de aquéllos que Él llamó según su designio.
En efecto, a los que Dios conoció de antemano, los predestinó a reproducir la imagen de su Hijo, para que Él fuera el Primogénito entre muchos hermanos; y a los que predestinó, también los llamó; y a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los glorificó.
ACLAMACIÓN Cf.Mateo 11,25
Aleluya. Bendito eres, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque revelaste los misterios del Reino a los pequeños. Aleluya.

EVANGELIO
Vende todo lo que posee y compra el campo.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 13, 44-52
En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido en un campo; un hombre lo encuentra, lo vuelve a esconder, y lleno de alegría, vende todo lo que posee y compra el campo.
El Reino de los Cielos se parece también a un negociante que se dedicaba a buscar perlas finas; y al encontrar una de gran valor, fue a vender todo lo que tenía y la compró.
El Reino de los Cielos se parece también a una red que se echa al mar y recoge toda clase de peces. Cuando está llena, los pescadores la sacan a la orilla y, sentándose, recogen lo bueno en canastas y tiran lo que no sirve.
Así sucederá al fin del mundo: vendrán los ángeles y separarán a los malos de entre los justos, para arrojarlos en el horno ardiente. Allí habrá llanto y rechinar de dientes.
“¿Comprendieron todo esto?” “Sí”, le respondieron.
Entonces agregó: “Todo escriba convertido en discípulo del Reino de los Cielos se parece a un dueño de casa que saca de sus reservas lo nuevo y lo viejo”.

CREDO
ORACIÓN DE LOS FIELES
Unidos en torno a Jesucristo, formando Iglesia, presentemos al Padre nuestras plegarias. Después de cada petición diremos:
R/. Escúchanos, Señor.
- Por la Iglesia. Que sepamos transmitir al mundo entero el tesoro del amor de Dios que hemos descubierto. Oremos.
- Por nuestra patria y todos sus habitantes y por todos los pueblos y naciones. Que el Señor les conceda prosperidad abundante y la paz. Oremos.
- Por quienes sufren los efectos de la trata de personas. Que luchemos para que recuperen su libertad y dignidad. Oremos.
- Por todos nosotros. Que sepamos comprometernos en favor de la justicia, de la protección de los más débiles, de la igualdad, para hacer real y visible el Reino de Dios. Oremos.
Señor Dios, que en Cristo nos has hecho descubrir el tesoro escondido, concédenos la luz de tu Espíritu para que sepamos valorar las riquezas inestimables de tu Reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Padre, estos dones recibidos de tu generosidad, y, por la acción poderosa de tu gracia, haz que estos sagrados misterios santifiquen nuestra vida presente y nos conduzcan a los gozos eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Salmo 102,2
Bendice al Señor, alma mía, y nunca olvides sus beneficios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te pedimos, Padre, que alimentados con este sacramento divino, memorial perpetuo de la Pasión de tu Hijo, este don de su amor inefable nos conduzca a la salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.





Domingo 23 de Julio: Decimosexto Domingo del Tiempo Ordinario

ORACIÓN COLECTA  Señor nuestro, mira con bondad a tus servidores y multiplica en nosotros los dones de tu gracia, para que, fervorosos en la fe, la esperanza y la caridad, perseveremos con asidua vigilancia en el cumplimiento de tus mandamientos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. 


PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de la Sabiduría 12,12, 13. 16-19
Fuera de ti, Señor, no hay otro dios que cuide de todos, a quien tengas que probar que tus juicios no son injustos. Porque tu fuerza es el principio de tu justicia, y tu dominio sobre todas las cosas te hace indulgente con todos. Tú muestras tu fuerza cuando alguien no cree en la plenitud de tu poder, y confundes la temeridad de aquéllos que la conocen. Pero, como eres dueño absoluto de tu fuerza, juzgas con serenidad y nos gobiernas con gran indulgencia, porque con sólo quererlo puedes ejercer tu poder. Al obrar así, Tú enseñaste a tu pueblo que el justo debe ser amigo de los hombres y colmaste a tus hijos de una feliz esperanza, porque, después del pecado, das lugar al arrepentimiento.

SALMO RESPONSORIAL   85, 5-6. 9-10. 15-16a
R/. Tú, Señor, eres bueno, clemente y misericordioso.
- Tú, Señor, eres bueno e indulgente, rico en misericordia con aquellos que te invocan: ¡atiende, Señor, a mi plegaria, escucha la voz de mi súplica!
- Todas las naciones que has creado vendrán a postrarse delante de ti, y glorificarán tu Nombre, Señor, porque Tú eres grande, Dios mío, y eres el único que hace maravillas.
- Tú, Señor, Dios compasivo y bondadoso, lento para enojarte, rico en amor y fidelidad, vuelve hacia mí tu rostro y ten piedad de mí.

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los Romanos 8, 26-27
Hermanos: El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad porque no sabemos orar como es debido; pero el Espíritu intercede con gemidos inefables. Y el que sondea los corazones conoce el deseo del Espíritu y sabe que su intercesión en favor de los santos está de acuerdo con la voluntad divina.

ACLAMACIÓN   Cf.Mateo 11,25
Aleluya. Bendito eres, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque revelaste los misterios del Reino a los pequeños. Aleluya.

EVANGELIO

Dejen que crezcan juntos hasta la siega.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 13, 24-43

En aquel tiempo, Jesús propuso esta parábola a la muchedumbre: "El Reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras los trabajadores dormían, llegó un enemigo del dueño, sembró cizaña entre el trigo y se marchó. Cuando crecieron las plantas y se empezaba a formar la espiga, apareció también la cizaña.
Entonces los trabajadores fueron a decirle al amo: 'Señor, ¿qué no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, salió esta cizaña?'. El amo les respondió: 'De seguro lo hizo un enemigo mío'. Ellos le dijeron: '¿Quieres que vayamos a arrancarla?'. Pero él les contestó: 'No. No sea que al arrancar la cizaña, arranquen también el trigo. Dejen que crezcan juntos hasta el tiempo de la cosecha y, cuando llegue la cosecha, diré a los segadores: Arranquen primero la cizaña y átenla en gavillas para quemarla, y luego almacenen el trigo en mi granero'". Luego les propuso esta otra parábola: "El Reino de los cielos es semejante a la semilla de mostaza que un hombre siembra en un huerto. Ciertamente es la más pequeña de todas las semillas, pero cuando crece, llega a ser más grande que las hortalizas y se convierte en un arbusto, de manera que los pájaros vienen y hacen su nido en las ramas".
Les dijo también otra parábola: "El Reino de los cielos se parece a un poco de levadura que tomó una mujer y la mezcló con tres medidas de harina, y toda la masa acabó por fermentar".
Jesús decía a la muchedumbre todas estas cosas con parábolas, y sin parábolas nada les decía, para que se cumpliera lo que dijo el profeta: Abriré mi boca y les hablaré con parábolas; anunciaré lo que estaba oculto desde la creación del mundo. Luego despidió a la multitud y se fue a su casa. Entonces se le acercaron sus discípulos y le dijeron: "Explícanos la parábola de la cizaña sembrada en el campo".
Jesús les contestó: "El sembrador de la buena semilla es el Hijo del hombre, el campo es el mundo, la buena semilla son los ciudadanos del Reino, la cizaña son los partidarios del maligno, el enemigo que la siembra es el diablo, el tiempo de la cosecha es el fin del mundo, y los segadores son los ángeles.
Y así como recogen la cizaña y la queman en el fuego, así sucederá al fin del mundo: el Hijo del hombre enviará a sus ángeles para que arranquen de su Reino a todos los que inducen a otros al pecado y a todos los malvados, y los arrojen en el horno encendido. Allí será el llanto y la desesperación. Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga".



ORACIÓN DE LOS FIELES

Pidamos, hermanos, al Dios de la misericordia que auxilie nuestra pequeñez, para que podamos invocarlo. Digamos confiadamente:
R/. Escúchanos, Señor.
- Por la paz y concordia de las Iglesias, por la unión de todos los cristianos y por la salvación de nuestras almas, roguemos al Señor.
- Por los responsables de las naciones, para que bajo su gobierno tengamos una vida feliz y pacífica, roguemos al Señor.
- Por los que están lejos de casa, por los enfermos y los encarcelados y por todos los que sufren, roguemos al Señor.
- Por nuestra comunidad, reunida en la fe, la piedad y el temor de Dios, por los que hacen el bien a nuestras parroquias y por los que ayudan a los pobres, roguemos al Señor
Escucha, Padre, nuestra oración y haz que la semilla de tu Palabra produzca fruto abundante. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 

Padre Santo, por el sacrificio único de tu Hijo llevaste a la perfección las ofrendas de la antigua ley; te pedimos que recibas la oblación de tus fieles y la santifiques como lo hiciste con la ofrenda de Abel, para que los dones presentados en honor de tu nombre sirvan para la salvación de todos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN   Salmo 110,4-5
El Señor hizo portentos memorables, es bondadoso y compasivo; dio alimento a sus fieles. 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 
Padre, ayuda con bondad a tu pueblo, que has alimentado con los sacramentos celestiales; concédele apartarse del pecado y comenzar una vida nueva. Por Jesucristo, nuestro Señor.








Domingo 16 de Julio: Decimoquinto Domingo del Tiempo Ordinario  (Año A)

ORACIÓN COLECTA  Señor Dios, que muestras la luz de tu verdad a los que andan extraviados para que puedan volver al buen camino, concede a cuantos se profesan como cristianos rechazar lo que sea contrario al nombre que llevan y cumplir lo que ese nombre significa. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. 


PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del profeta Isaías 55,10-11
Esto dice el Señor: "Como bajan del cielo la lluvia y la nieve y no vuelven allá, sino después de empapar la tierra, de fecundarla y hacerla germinar, a fin de que dé semilla para sembrar y pan para comer, así será la palabra que sale de mi boca: no volverá a mí sin resultado, sino que hará mi voluntad y cumplirá su misión".

SALMO RESPONSORIAL  64, 10-14
R/. La semilla cayó en tierra buena y dio fruto.
- Tú cuidas de la tierra, la riegas y la enriqueces sin medida; la acequia de Dios va llena de agua, preparas los trigales.
- Riegas los surcos, igualas los terrones, tu llovizna los deja mullidos, bendices sus brotes.
- Coronas el año con tus bienes, tus carriles rezuman abundancia; rezuman los pastos del páramo, y las colinas se orlan de alegría.
- Las praderas se cubren de rebaños, y los valles se visten de mieses, que aclaman y cantan.

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los Romanos 8, 18-23
Hermanos: Considero que los sufrimientos de esta vida no se pueden comparar con la gloria que un día se manifestará en nosotros; porque toda la creación espera, con seguridad e impaciencia, la revelación de esa gloria de los hijos de Dios.
La creación está ahora sometida al desorden, no por su querer, sino por voluntad de aquel que la sometió. Pero dándole al mismo tiempo esta esperanza: que también ella misma, va a ser liberada de la esclavitud de la corrupción, para compartir la gloriosa libertad de los hijos de Dios.
Sabemos, en efecto, que la creación entera gime hasta el presente y sufre dolores de parto; y no sólo ella, sino también nosotros, los que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos interiormente, anhelando que se realice plenamente nuestra condición de hijos de Dios, la redención de nuestro cuerpo.
ACLAMACIÓN
Aleluya. La semilla es la palabra de Dios y el sembrador es Cristo; todo aquel que lo encuentra vivirá para siempre.. Aleluya.
EVANGELIO
El sembrador salió a sembrar.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 13, 1-23
Un día salió Jesús de la casa donde se hospedaba y se sentó a la orilla del mar. Se reunió en torno suyo tanta gente, que él se vio obligado a subir a una barca, donde se sentó, mientras la gente permanecía en la orilla. Entonces Jesús les habló de muchas cosas en parábolas y les dijo: "Una vez salió un sembrador a sembrar, y al ir arrojando la semilla, unos granos cayeron a lo largo del camino; vinieron los pájaros y se los comieron. Otros granos cayeron en terreno pedregoso, que tenía poca tierra; ahí germinaron pronto, porque la tierra no era gruesa; pero cuando subió el sol, los brotes se marchitaron, y como no tenían raíces, se secaron. Otros cayeron entre espinos, y cuando los espinos crecieron, sofocaron las plantitas. Otros granos cayeron en tierra buena y dieron fruto: unos, ciento por uno; otros, sesenta; y otros, treinta. El que tenga oídos, que oiga".
Después se le acercaron sus discípulos y le preguntaron: "¿Por qué les hablas en parábolas?". Él les respondió: "A ustedes se les ha concedido conocer los misterios del Reino de los cielos, pero a ellos no. Al que tiene, se le dará más y nadará en la abundancia; pero al que tiene poco, aun eso poco se le quitará. Por eso les hablo en parábolas, porque viendo no ven y oyendo no oyen ni entienden.
En ellos se cumple aquella profecía de Isaías que dice: Oirán una y otra vez y no entenderán; mirarán y volverán a mirar, pero no verán; porque este pueblo ha endurecido su corazón, ha cerrado sus ojos y tapado sus oídos, con el fin de no ver con los ojos, ni oír con los oídos, ni comprender con el corazón. Porque no quieren convertirse ni que yo los salve.
Pero, dichosos ustedes, porque sus ojos ven y sus oídos oyen. Yo les aseguro que muchos profetas y muchos justos desearon ver lo que ustedes ven y no lo vieron y oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron. Escuchen, pues, ustedes lo que significa la parábola del sembrador.
A todo hombre que oye la palabra del Reino y no la entiende, le llega el diablo y le arrebata lo sembrado en su corazón. Esto es lo que significan los granos que cayeron a lo largo del camino.
Lo sembrado sobre terreno pedregoso significa al que oye la palabra y la acepta inmediatamente con alegría; pero, como es inconstante, no la deja echar raíces, y apenas le viene una tribulación o una persecución por causa de la palabra, sucumbe.
Lo sembrado entre los espinos representa a aquel que oye la palabra, pero las preocupaciones de la vida y la seducción de las riquezas la sofocan y queda sin fruto.
En cambio, lo sembrado en tierra buena representa a quienes oyen la palabra, la entienden y dan fruto: unos, el ciento por uno; otros, el sesenta; y otros, el treinta".



ORACIÓN DE LOS FIELES
Que nuestras oraciones lleguen, hermanos, a la presencia del Señor y que nuestros ruegos sean escuchados por aquel que escruta el corazón de todos. Digamos confiadamente:
R/. Escúchanos, Señor.
- Pidamos la sabiduría del Hijo de Dios para los que proclaman con fidelidad la palabra divina y para todos los ministros que sirven a la Iglesia. Roguemos al Señor.
- Por Israel, el pueblo de la antigua alianza, por los cristianos separados de la Iglesia católica, y por los que no conocen al Dios verdadero, invoquemos al Señor, dueño de toda verdad.
- Por los que viven lejos de su casa, por los encarcelados, por los débiles y oprimidos, por los enfermos, y por los justos que sufren persecución, oremos a Jesús el Salvador.
- Invoquemos con fe y devoción por la paz, por nuestra comunidad, oremos.
Escucha, Padre, nuestra oración y haz que la semilla de tu Palabra dé fruto abundante. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira, Señor, los dones de tu Iglesia suplicante, y concede que, al recibirlos, sirvan a tus fieles para crecer en santidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Salmo 83,4-5
El gorrión ha encontrado una casa, y la golondrina un nido donde poner sus polluelos; junto a tus altares, Señor de los ejércitos, Rey mío y Dios mío. Dichosos los que viven en tu casa y pueden alabarte siempre.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados con los dones que hemos recibido, te suplicamos, Señor, que, participando frecuentemente de este sacramento, crezcan los efectos de nuestra salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.


Domingo 9 de Julio: Decimocuarto Domingo del Tiempo Ordinario  (Año A)

ORACIÓN COLECTA  Dios nuestro, que por la humillación de tu Hijo levantaste a la humanidad caída; concédenos una santa alegría, para que, liberados de la servidumbre del pecado, alcancemos la felicidad que no tiene fin. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del profeta Zacarías 9,9-10a
Así habla el Señor: ¡Alégrate mucho, hija de Sión! ¡Grita de júbilo, hija de Jerusalén! Mira que tu Rey viene hacia ti; Él es justo y victorioso, es humilde y está montado sobre un asno, sobre la cría de un asna. Él suprimirá los carros de Efraím y los caballos de Jerusalén; el arco de guerra será suprimido y proclamará la paz a las naciones. Su dominio se extenderá de un mar hasta el otro, y desde el Río hasta los confines de la tierra.

SALMO RESPONSORIAL  144, 1-2. 8-11. 13c-14

R/. Bendeciré tu Nombre eternamente.
- Te alabaré, Dios mío, a ti, el único Rey, y bendeciré tu Nombre eternamente; día tras día te bendeciré, y alabaré tu Nombre sin cesar.
- El Señor es bondadoso y compasivo, lento para enojarse y de gran misericordia; el Señor es bueno con todos y tiene compasión de todas sus criaturas.
- Que todas tus obras te den gracias, Señor, y tus fieles te bendigan; que anuncien la gloria de tu reino y proclamen tu poder.
- El Señor es fiel en todas sus palabras y bondadoso en todas sus acciones. El Señor sostiene a los que caen y endereza a los que están encorvados.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los Romanos 8, 9.11-13
Hermanos: Ustedes no viven conforme al desorden egoísta del hombre, sino conforme al Espíritu, puesto que el Espíritu de Dios habita verdaderamente en ustedes. Quien no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo.
Si el Espíritu del Padre, que resucitó a Jesús de entre los muertos, habita en ustedes, entonces el Padre, que resucitó a Jesús de entre los muertos, también les dará vida a sus cuerpos mortales, por obra de su Espíritu, que habita en ustedes.
Por lo tanto, hermanos, no estamos sujetos al desorden egoísta del hombre, para hacer de ese desorden nuestra regla de conducta. Pues si ustedes viven de ese modo, ciertamente serán destruidos. Por el contrario, si con la ayuda del Espíritu destruyen sus malas acciones, entonces vivirán.

ACLAMACIÓN   Cf.Mateo 11, 25
Aleluya. Bendito eres, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque revelaste los misterios del Reino a los pequeños. Aleluya.

EVANGELIO
Soy paciente y humilde de corazón.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo   11, 25-30
En aquel tiempo, Jesús exclamó: "¡Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a la gente sencilla! Gracias, Padre, porque así te ha parecido bien. El Padre ha puesto todas las cosas en mis manos. Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga y yo les daré alivio. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso, porque mi yugo es suave y mi carga, ligera".

ORACIÓN DE LOS FIELES
Pidamos, hermanos, al Señor que escuche nuestras súplicas y acoja nuestras peticiones, diciendo:
R/. Te rogamos, Señor.
- Oremos a Dios por el Papa Francisco, por nuestro obispo N., y por todos aquellos a los que se han confiado nuestras almas; que nuestro Señor les dé la fuerza y sabiduría para dirigir y gobernar santamente las comunidades que les han sido encomendadas y puedan así dar buena cuenta cuando se les pida. Roguemos al Señor.
- Oremos también para que Dios nos conceda la paz; que él, que es la verdadera paz y el origen de toda concordia, transmita la paz del ciclo a la tierra, la paz espiritual para nuestras almas y la paz temporal para nuestros días. Roguemos al Señor.
- Pidamos por los que se esfuerzan en seguir las sendas del Evangelio, para que nuestro Señor los mantenga en este santo propósito hasta el fin de sus días; oremos también por los que viven en pecado, para que nuestro Señor les dé la gracia de convertirse, hacer penitencia y purificarse en el sacramento del perdón y alcanzar así la salvación eterna. Roguemos al Señor.
- Oremos, finalmente, a Dios nuestro Señor por los fieles difuntos, que han salido ya de este mundo, especialmente por nuestros familiares, amigos y bienhechores, para que el Señor, por su gran misericordia, los reciba en su gloria y los coloque entre los santos y elegidos.
Señor Dios, que has revelado a los sencillos las riquezas de tu reino, escucha nuestras oraciones y haz que, como discípulos de tu Hijo, llevemos con él el yugo suave de la cruz y anunciemos a los hermanos el descanso eterno que solo se encuentra en ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 
Padre del cielo, que este sacrificio consagrado a tu nombre nos purifique y nos encamine, cada día más, hacia la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. 
ANTÍFONA DE COMUNIÓN   Salmo 33,9
Gusten y vean qué bueno es el Señor. Feliz el hombre que espera en Él. 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 
Alimentados con tan grandes dones, te pedimos, Padre, recibir sus frutos de salvación y no dejar nunca de alabarte. Por Jesucristo, nuestro Señor.



Domingo 2 de Julio: Décimotercer Domingo del Tiempo Ordinario

ORACIÓN COLECTA Dios nuestro, que por la gracia de la adopción quisiste hacernos hijos de la luz; concédenos que no seamos envueltos en las tinieblas del error, sino que permanezcamos siempre en el esplendor de la verdad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

PRIMERA LECTURA
Lectura del segundo libro de los Reyes 4, 8-11. 14-16a
Un día, Eliseo pasó por Sunám. Había allí una mujer pudiente, que le insistió para que se quedara a comer. Desde entonces, cada vez que pasaba, él iba a comer allí. Ella dijo a su marido: “Mira, me he dado cuenta de que ese que pasa siempre por nuestra casa es un santo hombre de Dios. Vamos a construirle una pequeña habitación en la terraza; le pondremos allí una cama, una mesa, una silla y una lámpara, y así, cuando él venga, tendrá donde alojarse”.
Un día Eliseo llegó por allí, se retiró a la habitación de arriba y se acostó. Entonces llamó a Guejazí, su servidor, y le preguntó: “¿Qué se puede hacer por esta mujer?” Guejazí respondió: “Lamentablemente, no tiene un hijo y su marido es viejo”. “Llámala”, dijo Eliseo. Cuando la llamó, ella se quedó junto a la puerta, y Eliseo le dijo: “El año próximo, para esta misma época, tendrás un hijo en tus brazos”.
SALMO RESPONSORIAL 88, 2-3. 16-19
R/. Cantaré eternamente el amor del Señor.
- Cantaré eternamente el amor del Señor, proclamaré tu fidelidad por todas las generaciones. Porque Tú has dicho: “Mi amor se mantendrá eternamente, mi fidelidad está afianzada en el cielo”.
- ¡Feliz el pueblo que sabe aclamarte! Ellos caminarán a la luz de tu rostro; se alegrarán sin cesar en tu Nombre, serán exaltados a causa de tu justicia.
- Porque Tú eres su gloria y su fuerza; con tu favor, acrecientas nuestro poder. Sí, el Señor es nuestro escudo, el Santo de Israel es realmente nuestro rey.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los Romanos 6,3-4.8-11
Hermanos: ¿No saben ustedes que todos los que fuimos bautizados en Cristo Jesús, nos hemos sumergido en su muerte? Por el bautismo fuimos sepultados con Él en la muerte, para que así como Cristo resucitó por la gloria del Padre, también nosotros llevemos una Vida nueva.
Pero si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con Él. Sabemos que Cristo, después de resucitar, no muere más, porque la muerte ya no tiene poder sobre Él. Al morir, Él murió al pecado, una vez por todas; y ahora que vive, vive para Dios. Así también ustedes, considérense muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús.
ACLAMACIÓN 1 Pedro 2,9
Aleluya. Ustedes, son una raza elegida, un sacerdocio real, una nación santa, un pueblo adquirido para anunciar las maravillas de Aquel que los llamó de las tinieblas a su admirable luz. Aleluya.
EVANGELIO
El que no toma su cruz no es digno de mí. El que los recibe a ustedes me recibe a mí.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 10, 37-42
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: "El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí.
El que salve su vida la perderá y el que la pierda por mí, la salvará.
Quien los recibe a ustedes me recibe a mí; y quien me recibe a mí, recibe al que me ha enviado.
El que recibe a un profeta por ser profeta, recibirá recompensa de profeta; el que recibe a un justo por ser justo, recibirá recompensa de justo.
Quien diere, aunque no sea más que un vaso de agua fría a uno de estos pequeños, por ser discípulo mío, yo les aseguro que no perderá su recompensa".

ORACIÓN DE LOS FIELES
Pidamos, hermanos, al Señor que escuche nuestras oraciones, para que podamos alegrarnos al recibir su ayuda, respondiendo:
R/. Escúchanos, Señor.
- Por los ministros de la Iglesia que han consagrado su vida al Señor y por todos los pueblos que adoran al Dios verdadero, roguemos al Señor.
- Para que el tiempo sea bueno y todos podamos gozar de una naturaleza limpia en la bella sucesión de las diversas estaciones, roguemos a Dios, que con sabiduría gobierna al mundo.
- Por los que son víctimas de la debilidad humana, del espíritu de odio o de envidia o de los otros vicios del mundo, roguemos al Redentor misericordioso.
- Encomendémonos mutuamente al Señor, pongamos toda nuestra existencia en sus manos y oremos con confianza al autor y guardián de todo lo que tenemos y poseemos.
Escucha, Padre santo, Dios todopoderoso, las oraciones de tu pueblo e infunde en nosotros la sabiduría del Espíritu Santo, para que, unidos a Cristo, sigamos sus huellas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Cf. Salmo 102,1
Bendice al Señor, alma mía, que todo mi ser bendiga a su santo nombre.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que la víctima divina que hemos ofrecido y recibido nos llene de vida, Señor, para que, unidos a ti por el amor, demos frutos que permanezcan eternamente. Por Jesucristo, nuestro Señor.



Domingo 25 de Junio: Duodécimo Domingo del Tiempo Ordinario

ANTÍFONA DE ENTRADA  Cf.Salmo 27, 8-9
El Señor es la fuerza de su pueblo, el baluarte de salvación para su Ungido. Señor, salva a tu pueblo y bendice a tu heredad; apaciéntalo, y sé su guía para siempre.
GLORIA.
ORACIÓN COLECTA  Concédenos, Señor y Dios nuestro, vivir siempre en el amor y respeto a tu santo nombre, ya que en tu providencia nunca abandonas a quienes estableces en el sólido fundamento de tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.


PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de Jeremías  20, 10-13
Dijo el profeta Jeremías: Oía los rumores de la gente: “¡Terror por todas partes! ¡Denúncienlo! ¡Sí, lo denunciaremos!”  Hasta mis amigos más íntimos acechaban mi caída: “Tal vez se lo pueda seducir; prevaleceremos sobre él y nos tomaremos nuestra venganza”.
Pero el Señor está conmigo como un guerrero temible: por eso mis perseguidores tropezarán y no podrán prevalecer; se avergonzarán de su fracaso, será una confusión eterna, inolvidable.
Señor de los ejércitos, que examinas al justo, que ves las entrañas y el corazón, ¡que yo vea tu venganza sobre ellos!, porque a ti he encomendado mi causa.
¡Canten al Señor, alaben al Señor, porque Él libró la vida del indigente del poder de los malhechores!

SALMO RESPONSORIAL   68, 8-10. 14. 17. 33-35
R/. Respóndeme, Dios mío, por tu gran amor.
- Por ti he soportado afrentas y la vergüenza cubrió mi rostro; me convertí en un extraño para mis hermanos, fui un extranjero para los hijos de mi madre: porque el celo de tu Casa me devora, y caen sobre mí los ultrajes de los que te agravian.
- Pero mi oración sube hasta ti, Señor, en el momento favorable: respóndeme, Dios mío, por tu gran amor, sálvame, por tu fidelidad. Respóndeme, Señor, por tu bondad y tu amor, por tu gran compasión vuélvete a mí.
- Que lo vean los humildes y se alegren, que vivan los que buscan al Señor: porque el Señor escucha a los pobres y no desprecia a sus cautivos. Que lo alaben el cielo, la tierra y el mar, y todos los seres que se mueven en ellos.

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los Romanos 5,12-15
Hermanos: Por un solo hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte, y así la muerte pasó a todos los hombres, porque todos pecaron.
En efecto, el pecado ya estaba en el mundo, antes de la Ley, pero cuando no hay Ley, el pecado no se tiene en cuenta. Sin embargo, la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, incluso en aquellos que no habían pecado, cometiendo una transgresión semejante a la de Adán, que es figura del que debía venir.
Pero no hay proporción entre el don y la falta. Porque si la falta de uno solo provocó la muerte de todos, la gracia de Dios y el don conferido por la gracia de un solo hombre, Jesucristo, fueron derramados mucho más abundantemente sobre todos.

EVANGELIO
No teman a los que matan el cuerpo.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo   10, 26-33
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: No teman a los hombres. No hay nada oculto que no deba ser revelado, y nada secreto que no deba ser conocido. Lo que Yo les digo en la oscuridad, repítanlo en pleno día; y lo que escuchen al oído, proclámenlo desde lo alto de las casas.
No teman a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Teman más bien a aquél que puede arrojar el alma y el cuerpo al infierno.
¿Acaso no se vende un par de pájaros por unas monedas? Sin embargo, ni uno solo de ellos cae en tierra, sin el consentimiento del Padre de ustedes. También ustedes tienen contados todos sus cabellos. No teman entonces, porque valen más que muchos pájaros.
Al que me reconozca abiertamente ante los hombres, Yo lo reconoceré ante mi Padre que está en el cielo. Pero Yo renegaré ante mi Padre que está en el cielo de aquel que reniegue de mí ante los hombres.


ANTÍFONA DE COMUNIÓN   Cf. Salmo 144,15
Los ojos de todos esperan en ti, Señor, y tú les das la comida a su tiempo. 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 
Renovados con el sagrado Cuerpo y Sangre de tu Hijo, imploramos, Señor, tu clemencia; haz que en la plenitud de la redención alcancemos lo que celebramos en cada eucaristía. Por Jesucristo, nuestro Señor.







Domingo 18 de Junio: Undécimo Domingo del Tiempo Ordinario  (Año A)

¡Feliz Día del Padre!

ANTÍFONA DE ENTRADA  Salmo 26, 7.9
Escucha, Señor, la voz de mi clamor: no me rechaces ni me abandones, Dios, mi salvador, porque tú eres mi refugio. 
GLORIA.
ORACIÓN COLECTA  Dios nuestro, fuerza de los que esperan en ti, escucha con bondad nuestras súplicas, ya que sin tu ayuda nada puede la fragilidad humana, y concédenos la gracia de cumplir tus mandamientos para agradarte con nuestras acciones y deseos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. 

PRIMERA LECTURA
Lectura  del libro del Éxodo   19, 1b-6a
Los israelitas llegaron al desierto del Sinaí. Habían partido de Refidím, y cuando llegaron al desierto del Sinaí, establecieron allí su campamento. Israel acampó frente a la montaña.
Moisés subió a encontrarse con Dios, El Señor lo llamó desde la montaña y le dijo: 
“Habla en estos términos a la casa de Jacob y anuncia este mensaje a los israelitas:
“Ustedes han visto cómo traté a Egipto, y cómo los conduje sobre alas de águila y los traje hasta mí. Ahora, si escuchan mi voz y observan mi alianza, serán mi propiedad exclusiva entre todos los pueblos, porque toda la tierra me pertenece. Ustedes serán para mí un reino de sacerdotes y una nación que me está consagrada””.

SALMO RESPONSORIAL   99, 1b-3. 5
R/. Nosotros somos su pueblo y ovejas de su rebaño.
- Aclame al Señor toda la tierra, sirvan al Señor con alegría, lleguen hasta Él con cantos jubilosos.
- Reconozcan que el Señor es Dios: Él nos hizo y a Él pertenecemos; somos su pueblo y ovejas de su rebaño.
- ¡Qué bueno es el Señor! Su misericordia permanece para siempre, y su fidelidad por todas las generaciones.

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los romanos 5,6-11
Hermanos: Cuando todavía éramos débiles, Cristo, en el tiempo señalado, murió por los pecadores.
Difícilmente se encuentra alguien que dé su vida por un hombre justo; tal vez alguno sea capaz de morir por un bienhechor. Pero la prueba de que Dios nos ama es que Cristo murió por nosotros cuando todavía éramos pecadores. Y ahora que estamos justificados por su sangre, con mayor razón seremos librados por Él de la ira de Dios.
Porque, si siendo enemigos fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más ahora que estamos reconciliados, seremos salvados por su vida.
Y esto no es todo: nosotros nos gloriamos en Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo, por quien desde ahora hemos recibido la reconciliación.

ACLAMACIÓN   Marcos 1, 15
Aleluya. El Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en el Evangelio. Aleluya.
EVANGELIO
Jesús convocó a sus doce discípulos y los envió.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo   9, 36-10, 8
En aquel tiempo, al ver Jesús a las multitudes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y desamparadas, como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos: “La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha”.
Jesús convocó a sus doce discípulos y les dio el poder de expulsar a los espíritus impuros y de sanar cualquier enfermedad o dolencia.
Los nombres de los doce Apóstoles son: en primer lugar, Simón, de sobrenombre Pedro, y su hermano Andrés; luego, Santiago, hijo de Zebedeo, y su hermano Juan; Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo, el publicano; Santiago, hijo de Alfeo, y Tadeo; Simón, el Cananeo, y Judas Iscariote, el mismo que lo entregó.
A estos Doce, Jesús los envió con las siguientes instrucciones: “No vayan a regiones paganas, ni entren en ninguna ciudad de los samaritanos. Vayan, en cambio, a las ovejas perdidas del pueblo de Israel. Por el camino, proclamen que el Reino de los Cielos está cerca. Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, purifiquen a los leprosos, expulsen a los demonios. Ustedes han recibido gratuitamente, den también gratuitamente”.


CREDO
ORACIÓN DE LOS FIELES
Oremos, hermanos, al Señor, que conoce lo que está escondido a nuestros ojos y sabe cuáles son las verdaderas necesidades de los hombres:
- Oremos por la santa Iglesia, para que Dios, nuestro Señor, aumente el número de sus fieles, aleje de ella toda división y escuche las plegarias que le dirigen todos los cristianos del mundo.
- Oremos también a nuestro Señor por los gobernantes de todos los pueblos, para que Dios les dé sabiduría y fuerza para gobernar y dirigir con paz y justicia al pueblo que Dios les ha encomendado.
- Oremos también por los que están lejos de su hogar, para que nuestro Señor les conceda un viaje feliz, retornar con salud a sus familias, y la realización plena de los proyectos de su viaje.
- Oremos por todos los padres de familia, para que den testimonio en todas partes del amor del Padre por nosotros, especialmente en sus propios hogares.
Escucha, Padre, nuestra oración y muéstranos tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 
Señor, que nos alimentas con estos dones, y nos renuevas con tu sacramento, concédenos que nunca nos falte el sustento para el alma y para el cuerpo. Por Jesucristo, nuestro Señor.


ANTÍFONA DE COMUNIÓN   Cf.Salmo 26,4
Una sola cosa he pedido al Señor, y esto es lo que quiero: vivir en la casa del Señor todos los días de mi vida. 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 
Te pedimos Padre, que así como la comunión que hemos recibido es signo de la unión de los creyentes en ti, también se realice la unidad en tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.



Domingo 11 de Junio: Solemnidad del CORPUS CHRISTI CUERPO Y SANGRE DE JESUCRISTO

ANTÍFONA DE ENTRADA  Salmo 80, 17
El Señor alimentó a su pueblo con lo mejor del trigo y lo sació con miel sacada de la roca.
GLORIA.
ORACIÓN COLECTA  Señor Jesucristo, que en este admirable sacramento nos dejaste el memorial de tu Pasión, concédenos venerar de tal manera los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que podamos experimentar siempre en nosotros los frutos de tu redención. Que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo, y eres Dios, por los siglos de los siglos.


PRIMERA LECTURA
Lectura  del libro del Deuteronomio   8, 2-3. 14b-16a
Moisés habló al pueblo diciendo: Acuérdate del largo camino que el Señor, tu Dios, te hizo recorrer por el desierto durante esos cuarenta años. Allí él te afligió y te puso a prueba, para conocer el fondo de tu corazón y ver si eres capaz o no de guardar sus mandamientos. Te afligió y te hizo sentir hambre, pero te dio a comer el maná, ese alimento que ni tú ni tus padres conocían, para enseñarte que el hombre no vive solamente de pan, sino de todo lo que sale de la boca del Señor.
No olvides al Señor, tu Dios, que te hizo salir de Egipto, de un lugar de esclavitud, y te condujo por ese inmenso y temible desierto, entre serpientes abrasadoras y escorpiones. No olvides al Señor, tu Dios, que en esa tierra sedienta y sin agua, hizo brotar para ti agua de la roca, y en el desierto te alimentó con el maná, un alimento que no conocieron tus padres.

SALMO RESPONSORIAL   147, 12-15. 19-20
R/. ¡Glorifica al Señor, Jerusalén!
- ¡Glorifica al Señor, Jerusalén, alaba a tu Dios, Sión! Él reforzó los cerrojos de tus puertas y bendijo a tus hijos dentro de ti. 
- Él asegura la paz en tus fronteras y te sacia con lo mejor del trigo. Envía su mensaje a la tierra, su palabra corre velozmente. 
- Revela su palabra a Jacob, sus preceptos y mandatos a Israel: a ningún otro pueblo trató así ni le dio a conocer sus mandamientos

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios 10, 16;17
Hermanos: La copa de bendición que bendecimos, ¿no es acaso comunión con la Sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ¿no es comunión con el Cuerpo de Cristo? Ya que hay un solo pan, todos nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo Cuerpo, porque participamos de ese único pan.


SECUENCIA
Éste es el pan de los ángeles, convertido en alimento de los hombres peregrinos: es el verdadero pan de los hijos, que no debe tirarse a los perros.
Varios signos lo anunciaron: el sacrificio de Isaac, la inmolación del Cordero pascual y el maná que comieron nuestros padres.
Jesús, buen Pastor, pan verdadero, ten piedad de nosotros: apaciéntanos y cuídanos; permítenos contemplar los bienes eternos en la tierra de los vivientes.
Tú, que lo sabes y lo puedes todo, Tú, que nos alimentas en este mundo, conviértenos en tus comensales del cielo, en tus coherederos y amigos, junto con todos los santos.


ACLAMACIÓN   Juan 6, 51
Aleluya. “Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente”, dice el Señor. Aleluya.
EVANGELIO
Mi carne es la verdadera comida, y mi sangre, la verdadera bebida.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan   6, 51-58
Jesús dijo a los judíos:
“Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan que Yo daré es mi carne para la Vida del mundo”.
Los judíos discutían entre sí, diciendo: “¿Cómo este hombre puede darnos a comer su carne?”
Jesús les respondió:
“Les aseguro que si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no tendrán Vida en ustedes.
El que come mi carne y bebe mi sangre tiene Vida eterna, y Yo lo resucitaré en el último día. Porque mi carne es la verdadera comida y mi sangre, la verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y Yo en él. Así como Yo, que he sido enviado por el Padre que tiene Vida, vivo por el Padre, de la misma manera, el que me come vivirá por mí. Éste es el pan bajado del cielo; no como el que comieron sus padres y murieron. El que coma de este pan vivirá eternamente”.

CREDO
ORACIÓN DE LOS FIELES
Antes de disponer la mesa santa donde el Señor hará nuevamente presente su tránsito pascual que salva a todos los hombres, elevemos nuestras súplicas a Dios Padre con la plena confianza de ser escuchados:
- Para que los obispos y presbíteros cuando presidan la celebración eucarística, vivan tan plenamente identificados con el Señor, que el pueblo vea en ellos la imagen viva de Cristo, que preside a quienes se han reunido en su nombre, roguemos al Señor.
- Para que pronto llegue el día en que todos los cristianos celebremos la eucaristía en la unidad de una sola Iglesia y todos los hombres, de un extremo al otro del mundo, ofrezcan el sacrificio del Cuerpo y la Sangre de Cristo, roguemos al Señor.
- Para que los fieles que se encuentran a las puertas de la muerte dejen este mundo llenos de paz y, confiando en las promesas del Señor y fortalecidos con el Cuerpo de Cristo, lleguen al reino de la felicidad y de la vida, roguemos al Señor.
- Para que el Señor fortalezca constantemente nuestra fe y acreciente nuestro amor, a fin de que adoremos siempre en espíritu y verdad a Cristo realmente presente en el admirable sacramento de la Eucaristía, roguemos al Señor.
Dios nuestro, siempre fiel a tus promesas, que alimentas a tu pueblo con amor, escucha nuestras oraciones y acrecienta en nosotros el deseo de saciarnos de ti, fuente inagotable de todo bien; y haz que, fortalecidos con el sacramento del Cuerpo y la Sangre de Cristo, avancemos por la senda de nuestra vida hasta llegar a la asamblea de los santos y allí participemos eternamente en el banquete de tus elegidos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 
Señor y Dios nuestro, concede bondadosamente a tu Iglesia los dones de la unidad y de la paz, significados en las ofrendas que te presentamos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO  de la EUCARISTÍA II
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Él mismo, mientras comía con los apóstoles en la última cena, para perpetuar el memorial salvífico de la cruz, se entregó a sí mismo como Cordero inmaculado y sacrificio perfecto de reconciliación. 
Con este venerable sacramento alimentas y santificas a tus fieles, para que todos los que habitamos en el mundo, seamos iluminados por una misma fe y congregados en una misma caridad. 
Nos acercamos así a la mesa de este sacramento admirable para que la abundancia de tu gracia nos conduzca a la vida eterna. 
Por eso, todas las criaturas del cielo y de la tierra te adoran entonando un cántico nuevo, y también nosotros, con los ángeles, te alabamos cantando sin cesar:
Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE COMUNIÓN   Cf.Juan 6, 56
Dice el Señor: el que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él. 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 
Señor Jesucristo, te pedimos que podamos saciarnos con el eterno gozo de tu divinidad, anticipado en la comunión de tu Cuerpo y de tu Sangre. Que vives y reinas por los siglos de los siglos.



Domingo 4 de Junio: Solemnidad de la SANTÍSIMA TRINIDAD

ANTÍFONA DE ENTRADA  
Bendita sea la Santísima Trinidad: Dios Padre, el Hijo unigénito de Dios y el Espíritu Santo, porque ha tenido misericordia con nosotros.

ORACIÓN COLECTA  Dios Padre, que revelaste a los hombres tu misterio admirable al enviar al mundo la Palabra de verdad y el Espíritu santificador; te pedimos que, en la profesión de la fe verdadera, podamos conocer la gloria de la eterna Trinidad y adorar al único Dios todopoderoso. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. 


PRIMERA LECTURA
Lectura  del libro del Éxodo   34, 4b-6. 8-9
En aquellos días: Moisés subió a la montaña del Sinaí, como el Señor se lo había ordenado, llevando las dos tablas en sus manos.
El Señor descendió en la nube, y permaneció allí, junto a él. Moisés invocó el Nombre del Señor. El Señor pasó delante de él y exclamó: “El Señor es un Dios compasivo y bondadoso, lento para enojarse, y pródigo en amor y fidelidad”.
Moisés cayó de rodillas y se postró, diciendo: “Si realmente me has brindado tu amistad, dígnate, Señor, ir en medio de nosotros. Es verdad que éste es un pueblo obstinado, pero perdona nuestra culpa y nuestro pecado, y conviértenos en tu herencia”.

SALMO RESPONSORIAL   Dn 3, 52-56
R/. A ti, eternamente, gloria y honor.
- Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres, alabado y exaltado eternamente. Bendito sea tu santo y glorioso Nombre, alabado y exaltado eternamente. 
- Bendito seas en el Templo de tu santa gloria, aclamado y glorificado eternamente por encima de todo. Bendito seas en el trono de tu reino, aclamado por encima de todo y exaltado eternamente. 
- Bendito seas Tú, que sondeas los abismos y te sientas sobre los querubines, alabado y exaltado eternamente por encima de todo. Bendito seas en el firmamento del cielo, aclamado y glorificado eternamente. 

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los corintios 13, 11-13
Hermanos: Alégrense, trabajen para alcanzar la perfección, anímense unos a otros, vivan en armonía y en paz. Y entonces, el Dios del amor y de la paz permanecerá con ustedes.
Salúdense mutuamente con el beso santo. Todos los hermanos les envían saludos.
La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo permanezcan con todos ustedes.

ACLAMACIÓN  Cf.Apocalipsis 1,8
Aleluya. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, al Dios que es, que era y que viene. Aleluya.
EVANGELIO
Dios envió a su Hijo para que el mundo se salve por Él.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 3, 16-18
Dijo Jesús: Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único para que todo el que cree en Él no muera, sino que tenga Vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por Él. El que cree en Él, no es condenado; el que no cree, ya está condenado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios.

CREDO
ORACIÓN DE LOS FIELES
Oremos, hermanos,  a Dios, Padre entrañable, que por Jesucristo nos ha revelado su amor y que escucha complacido los gemidos inefables con que el Espíritu intercede por nosotros respondiendo:
R/. Santísima Trinidad, escúchanos.
- Para que Dios Padre, Creador todopoderoso del Universo, lleve el mundo a su plenitud y haga nacer aquel cielo nuevo y aquella tierra nueva que nos ha prometido, en la que la humanidad entera encontrará la felicidad y podrá contemplar su rostro glorioso, roguemos al Señor.
- Para que el Hijo Unigénito de Dios, que se hizo hombre para desposarse con la Iglesia, infunda en ella un amor semejante al suyo, como corresponde a su condición de esposa amada, roguemos al Señor.
- Para que el Espíritu del Señor, que enriquece al mundo con sus dones, sea padre para los pobres, consuelo para los tristes, salud para los enfermos y fuerza para los decaídos, roguemos al Señor.
- Para que los que conocemos el misterio de la vida íntima de Dios, uno en tres Personas, tengamos celo para anunciarlo a quienes lo desconocen, a fin de que también ellos encuentren gozo y descanso en Dios, que se nos ha revelado como Padre, Hijo y Espíritu Santo, roguemos al Señor.
Padre fiel y misericordioso, que enviaste al mundo a tu Hijo Unigénito y quisiste que tu Espíritu fuera para nosotros principio de vida, constructor de unidad y fuente de amor, escucha nuestras oraciones, fortalece nuestra fe e inspíranos sentimientos de paz y de esperanza para que, reunidos en la comunión de tu Iglesia, bendigamos siempre tu nombre glorioso y santo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 
Por la invocación de tu nombre, santifica, Señor, estos dones que te presentamos y transfórmanos por ellos en una continua oblación a ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.

PREFACIO  El Misterio de la Santísima Trinidad.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Que con tu Hijo único y el Espíritu Santo, eres un solo Dios, un solo Señor, no en la singularidad de una sola persona, sino en la trinidad de una sola sustancia. Y lo que creemos de tu gloria, porque tú lo revelaste, eso mismo lo afirmamos de tu Hijo y también del Espíritu Santo, sin diferencia ni distinción. De modo que al proclamar nuestra fe en la verdadera y eterna divinidad, adoramos a tres personas distintas, en la unidad de un solo ser e iguales en su majestad. A quien alaban los ángeles y los arcángeles, y todos los coros celestiales, que no cesan de aclamarte con una sola voz:
Santo, Santo, Santo...

ANTÍFONA DE COMUNIÓN   Gálatas 4, 6.2
Porque ustedes son hijos de Dios, Dios infundió en sus corazones el Espíritu de su Hijo, que clama: Abbá, Padre.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que la recepción de este sacramento y nuestra profesión de fe en la Trinidad santa y eterna, y en su Unidad indivisible, nos aprovechen, Señor, Dios nuestro, para la salvación de cuerpo y alma. Por Jesucristo, nuestro Señor.



Domingo 28 de MayoSolemnidad de PENTECOSTÉS (Año A)

Envío del Espíritu Santo y Nacimiento de la Iglesia

ANTÍFONA DE ENTRADA  Sabiduría 1, 7
El Espíritu del Señor llena toda la tierra; él da consistencia al universo y sabe todo lo que el hombre dice. Aleluya.
GLORIA.

ORACIÓN COLECTA  Dios nuestro, que por el misterio de esta fiesta santificas a tu Iglesia extendida entre las naciones, derrama sobre toda la tierra los dones del Espíritu Santo e infunde en el corazón de tus fieles las maravillas que obraste en los comienzos de la predicación evangélica. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. 


PRIMERA LECTURA
Lectura de los Hechos de los Apóstoles 2, 1-11
Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar. De pronto, vino del cielo un ruido, semejante a una fuerte ráfaga de viento, que resonó en toda la casa donde se encontraban. Entonces vieron aparecer unas lenguas como de fuego, que descendieron por separado sobre cada uno de ellos. Todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en distintas lenguas, según el Espíritu les permitía expresarse.
Había en Jerusalén judíos piadosos, venidos de todas las naciones del mundo. Al oírse este ruido, se congregó la multitud y se llenó de asombro, porque cada uno los oía hablar en su propia lengua. Con gran admiración y estupor decían:
“¿Acaso estos hombres que hablan no son todos galileos? ¿Cómo es que cada uno de nosotros los oye en su propia lengua? Partos, medos y elamitas, los que habitamos en la Mesopotamia o en la misma Judea, en Capadocia, en el Ponto y en Asia Menor, en Frigia y Panfilia, en Egipto, en la Libia Cirenaica, los peregrinos de Roma, judíos y prosélitos, cretenses y árabes, todos los oímos proclamar en nuestras lenguas las maravillas de Dios”.

SALMO RESPONSORIAL  103, 1ab. 24ac. 29b-31. 34

R/. Señor, envía tu Espíritu y renueva la faz de la tierra.
- Bendice al Señor, alma mía: ¡Señor, Dios mío, qué grande eres! ¡Qué variadas son tus obras, Señor! ¡La tierra está llena de tus criaturas! 
- Si les quitas el aliento, expiran y vuelven al polvo. Si envías tu aliento, son creados, y renuevas la superficie de la tierra.
- ¡Gloria al Señor para siempre, alégrese el Señor por sus obras! Que mi canto le sea agradable, y yo me alegraré en el Señor. 

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la  primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 12,3-7.12-13
Hermanos: Nadie puede llamar a Jesús "Señor", si no es bajo la acción del Espíritu Santo.
Hay diferentes dones, pero el Espíritu es el mismo.
Hay diferentes servicios, pero el Señor es el mismo. Hay diferentes actividades, pero Dios, que hace todo en todos, es el mismo. En cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común.
Porque así como el cuerpo es uno y tiene muchos miembros y todos ellos, a pesar de ser muchos, forman un solo cuerpo, así también es Cristo. Porque todos nosotros, seamos judíos o no judíos, esclavos o libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu para formar un solo cuerpo, y a todos se nos ha dado a beber del mismo Espíritu.

SECUENCIA
Ven, Espíritu Santo, manda tu luz desde el Cielo.
Ven, Padre amoroso del pobre,  don, en tus dones espléndido.
Luz que penetras las almas, fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestros esfuerzos.
Tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego.
Gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma, divina luz y enriquécenos.
Mira el vacío del alma si Tú le faltas por dentro.
Mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo.
Lava las manchas. Infunde calor de vida en el hielo.
Doma el espíritu indómito. Guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos.
Por tu bondad y tu gracia, dale al esfuerzo su mérito.
Salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.


ACLAMACIÓN  
Aleluya. Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Aleluya.

EVANGELIO
Como el Padre me envió a mí, yo también los envío a ustedes: Reciban el Espíritu Santo.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan  20, 19-23
Al atardecer del primer día de la semana, los discípulos se encontraban con las puertas cerradas por temor a los judíos. Entonces llegó Jesús y poniéndose en medio de ellos, les dijo: “¡La paz esté con ustedes!”  Mientras decía esto, les mostró sus manos y su costado. Los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor.
Jesús les dijo de nuevo: “¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí, Yo también los envío a ustedes”.
Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió: “Reciban el Espíritu Santo. Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan”.


ORACIÓN DE LOS FIELES
Oremos, hermanos, e invoquemos a Cristo, que, entronizado a la diestra de Dios, ha recibido del Padre el Espíritu Santo prometido, y pidámosle que lo derrame sobre la Iglesia y sobre todo el mundo:
- Oremos a Cristo, el buen pastor de la Iglesia, que nos mereció la efusión del Espíritu Santo, y pidámosle que sean iluminados por este mismo Espíritu el papa Francisco, nuestro obispo N. y todos los demás pastores de la Iglesia, a fin de que conduzcan su grey por las sendas de la salvación.
- Pidamos también al Señor resucitado, que envió su Espíritu en forma de lenguas para destruir la división de Babel, que congregue en la unidad y conceda la paz a todos los pueblos y naciones del mundo.
- Supliquemos al vencedor de la muerte que envíe el Consolador a los que sufren, para que encuentren fuerza y consuelo en la contemplación del misterio pascual, y les dé la firme esperanza de que están llamados a la resurrección y a la felicidad de su reino.
- Pidamos al Hijo de Dios, que desde el Padre nos ha enviado el Espíritu Santo, que este mismo Espíritu nos recuerde constantemente sus palabras y nos dé la fuerza que necesitamos para dar testimonio de él hasta los confines del mundo.
- Terminemos nuestra oración pidiendo al mismo Espíritu que resucitó a Cristo de entre los muertos, que permanezca en nosotros y nos disponga así para ser piedras vivas del templo eterno de Dios.

Escucha, Señor, las oraciones de tu pueblo y haz que quienes nos disponemos a clausurar, con la solemnidad de hoy, las fiestas pascuales, renovados y fortalecidos por tu Espíritu, vivamos continuamente la novedad pascual y lleguemos también a las fiestas de la Pascua eterna. Por Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina, inmortal y glorioso, por los siglos de los siglos.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 

Señor y Dios nuestro, concédenos, según la promesa de tu Hijo, que el Espíritu Santo nos revele con más claridad el misterio de este sacrificio y nos manifieste toda su verdad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

PREFACIO  El Misterio de Pentecostés

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. 
Para llevar a su plenitud el misterio pascual, enviaste hoy el Espíritu Santo sobre aquellos que habías adoptado como hijos, haciéndolos partícipes de la vida de tu Hijo Único; el mismo Espíritu que, al nacer la Iglesia, dio a todos los pueblos el conocimiento del Dios verdadero y unió a las diversas lenguas en la confesión de una sola fe. 
Por eso, con esta efusión del gozo pascual, el mundo entero desborda de alegría y también los coros celestiales cantan un himno a tu gloria, diciendo sin cesar: 
Santo, Santo, Santo...

ANTÍFONA DE COMUNIÓN   Hochos 2, 4.11
Todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y proclamaban las maravillas de Dios. Aleluya. 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 
Señor Dios, que concedes a tu Iglesia los bienes del cielo, conserva en ella la gracia que le has dado, para que el Espíritu Santo sea siempre nuestra fuerza y esta eucaristía nos sirva para la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. 





Domingo 21 de Mayo: Solemnidad de la ASCENSIÓN DEL SEÑOR (Año A)

ANTÍFONA DE ENTRADA Hechos 1,11
Hombres de Galilea, ¿qué hacen allí parados mirando al cielo? Ese mismo Jesús, que los ha dejado para subir al cielo, volverá como lo han visto marcharse. Aleluya.

ORACIÓN COLECTA Concédenos, Dios todopoderoso, darte gracias con santa alegría, porque en la ascensión de Cristo, tu Hijo, nuestra humanidad es elevada junto a ti, ya que él, como cabeza de la Iglesia, nos ha precedido en la gloria que nosotros, su cuerpo, esperamos alcanzar. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

PRIMERA LECTURA
Lectura de los Hechos de los Apóstoles 1, 1-11
En mi primer libro, querido Teófilo, escribí acerca de todo lo que Jesús hizo y enseñó, hasta el día en que ascendió al cielo, después de dar sus instrucciones, por medio del Espíritu Santo, a los apóstoles que había elegido. A ellos se les apareció después de la pasión, les dio numerosas pruebas de que estaba vivo y durante cuarenta días se dejó ver por ellos y les habló del Reino de Dios.
Un día, estando con ellos a la mesa, les mandó: "No se alejen de Jerusalén. Aguarden aquí a que se cumpla la promesa de mi Padre, de la que ya les he hablado: Juan bautizó con agua; dentro de pocos días ustedes serán bautizados con el Espíritu Santo".
Los ahí reunidos le preguntaban: "Señor, ¿ahora sí vas a restablecer la soberanía de Israel?". Jesús les contestó: "A ustedes no les toca conocer el tiempo y la hora que el Padre ha determinado con su autoridad; pero cuando el Espíritu Santo descienda sobre ustedes, los llenará de fortaleza y serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta los últimos rincones de la tierra".
Dicho esto, se fue elevando a la vista de ellos, hasta que una nube lo ocultó a sus ojos. Mientras miraban fijamente al cielo, viéndolo alejarse, se les presentaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron: "Galileos, ¿qué hacen allí parados, mirando al cielo? Ese mismo Jesús que los ha dejado para subir al cielo, volverá como lo han visto alejarse".
SALMO RESPONSORIAL 46, 2-3. 6-9
R/. El Señor asciende entre aclamaciones.
- Aplaudan, todos los pueblos, aclamen al Señor con gritos de alegría; porque el Señor, el Altísimo, es temible, es el soberano de toda la tierra.
- El Señor asciende entre aclamaciones, asciende al sonido de trompetas. Canten, canten a nuestro Dios, canten, canten a nuestro Rey.
- El Señor es el Rey de toda la tierra, cántenle un hermoso himno. El Señor reina sobre las naciones el Señor se sienta en su trono sagrado.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los Efesios 1, 17-23
Hermanos: Que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, les conceda un espíritu de sabiduría y de revelación que les permita conocerlo verdaderamente. Que Él ilumine sus corazones, para que ustedes puedan valorar la esperanza a la que han sido llamados, los tesoros de gloria que encierra su herencia entre los santos, y la extraordinaria grandeza del poder con que Él obra en nosotros, los creyentes, por la eficacia de su fuerza.
Éste es el mismo poder que Dios manifestó en Cristo, cuando lo resucitó de entre los muertos y lo hizo sentar a su derecha en el cielo, elevándolo por encima de todo Principado, Potestad, Poder y Dominación, y de cualquier otra dignidad que pueda mencionarse tanto en este mundo como en el futuro.
Él puso todas las cosas bajo sus pies y lo constituyó, por encima de todo, Cabeza de la Iglesia, que es su Cuerpo y la Plenitud de Aquél que llena completamente todas las cosas.
ACLAMACIÓN Mateo 28, 19-20
Aleluya. “Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos. Yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo”, dice el Señor. Aleluya.
EVANGELIO
Yo he recibido todo poder en el cielo y en la tierra.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 28,16-20
En aquel tiempo, los once discípulos fueron a Galilea, a la montaña donde Jesús los había citado. Al verlo, se postraron delante de Él; sin embargo, algunos todavía dudaron.
Acercándose, Jesús les dijo: “Yo he recibido todo poder en el cielo y en la tierra. Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a cumplir todo lo que Yo les he mandado. Y Yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo”.

CREDO
ORACIÓN DE LOS FIELES
Pongamos, hermanos, nuestra mirada en Jesús, nuestro gran sacerdote, que ha atravesado el cielo para interceder por nosotros, y pidámosle por las necesidades de todos los hombres:
- Para que Cristo, desde el trono de su gloria, venga en ayuda de su Iglesia, que lucha en medio de las dificultades del mundo, y no permita que sus fieles se dejen cautivar por los bienes de la tierra, roguemos al Señor.
- Para que Jesús, el Señor, que prometió que, al ser elevado sobre la tierra, atraería a todos hacia sí, revele su nombre a los hombres que aún no lo conocen, roguemos al Señor.
- Para que el Señor, que con su triunfo ha glorificado nuestra carne colocándola cerca de Dios Padre, llene de esperanza a los que sufren enfermedades en el cuerpo o angustias en el espíritu, roguemos al Señor.
- Para que el Señor, elevado al cielo, nos envíe el Espíritu Santo, para que nos enseñe a amar los bienes de arriba y a no dejarnos cautivar por las cosas de la tierra, roguemos al Señor.
Dios, Padre todopoderoso, que has resucitado a Cristo, tu Hijo, y lo has hecho Señor del universo, reconoce la voz de tu amado en las oraciones de la Iglesia y concédenos lo que, con fe, te hemos pedido. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te ofrecemos humildemente este sacrificio, Señor, en la admirable ascensión de tu Hijo; concédenos por este sagrado intercambio elevarnos hacia los bienes celestiales. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO ASCENSIÓN DEL SEÑORI
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno:
Porque el Señor Jesús, Rey de la gloria, triunfador del pecado y de la muerte, ante la admiración de los ángeles ascendió (hoy) a lo más alto de los cielos, como Mediador entre Dios y los hombres, Juez del mundo y Señor de los espíritus celestiales. No lo hizo para apartarse de la pequeñez de nuestra condición humana sino para que lo sigamos confiadamente como miembros suyos, al lugar donde nos precedió él, cabeza y principio de todos nosotros.
Por eso, con esta efusión del gozo pascual, el mundo entero está llamado a la alegría junto con los ángeles y los arcángeles que cantan un himno a tu gloria, diciendo sin cesar:
Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Mateo 28,20
Yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios todopoderoso y eterno, que nos permites participar en la tierra de los misterios divinos, concede que nuestro fervor cristiano nos oriente hacia el cielo, donde ya nuestra naturaleza humana está contigo. Por Jesucristo, nuestro Señor.





Domingo 14 de Mayo: Sexto Domingo de Pascua (Año A)
¡FELIZ DÍA DE LAS MADRES! : De parte de todo e equipo de Apala.

ANTÍFONA DE ENTRADA  Cf.Isaías 48, 20 
Con gritos de alegría anuncien y proclámenlo hasta los confines de la tierra: El Señor ha liberado a su pueblo. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA  Dios todopoderoso, concédenos continuar celebrando con intenso fervor estos días de alegría en honor de Cristo resucitado, de manera que prolonguemos en nuestra vida el misterio de fe que recordamos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

PRIMERA LECTURA
Lectura de los Hechos de los Apóstoles 8, 5-8. 14-17
En aquellos días, Felipe descendió a una ciudad de Samaría y allí predicaba a Cristo. Al oírlo y al ver los milagros que hacía, todos recibían unánimemente las palabras de Felipe. Porque los espíritus impuros, dando grandes gritos, salían de muchos que estaban poseídos, y buen número de paralíticos y lisiados quedaron sanos. Y fue grande la alegría de aquella ciudad.
Cuando los Apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que los samaritanos habían recibido la Palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan. Estos, al llegar, oraron por ellos para que recibieran el Espíritu Santo. Porque todavía no había descendido sobre ninguno de ellos, sino que solamente estaban bautizados en el nombre del Señor Jesús. Entonces les impusieron las manos y recibieron el Espíritu Santo.

SALMO RESPONSORIAL  65, 1-3a. 4-7a. 16. 20
R/. ¡Aclame al Señor toda la tierra!
- ¡Aclame al Señor toda la tierra! ¡Canten la gloria de su Nombre! Tribútenle una alabanza gloriosa, digan al Señor: “¡Qué admirables son tus obras!”
- Toda la tierra se postra ante ti, y canta en tu honor, en honor de tu Nombre. Vengan a ver las obras del Señor, las cosas admirables que hizo por los hombres. 
- Él convirtió el Mar en tierra firme, a pie atravesaron el Río. Por eso, alegrémonos en Él, que gobierna eternamente con su fuerza. 
- Los que temen al Señor, vengan a escuchar, yo les contaré lo que hizo por mí: Bendito sea Dios, que no rechazó mi oración ni apartó de mí su misericordia.

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del Apóstol san Pedro 3, 15-18
Queridos hermanos: Glorifiquen en sus corazones a Cristo, el Señor. Estén siempre dispuestos a defenderse delante de cualquiera que les pida razón de la esperanza que ustedes tienen. Pero háganlo con suavidad y respeto, y con tranquilidad de conciencia. Así se avergonzarán todos aquéllos que difaman el buen comportamiento que ustedes tienen en Cristo, porque ustedes se comportan como servidores de Cristo. Es preferible sufrir haciendo el bien, si ésta es la voluntad de Dios, que haciendo el mal.
Cristo padeció una vez por los pecados -el Justo por los injustos- para que, entregado a la muerte en su carne y vivificado en el Espíritu, los llevara a ustedes a Dios.

ACLAMACIÓN  Juan 14,23
Aleluya. “El que me ama será fiel a mi palabra, y mi Padre lo amará e iremos a él”, dice el Señor. Aleluya.

EVANGELIO
Yo rogaré al Padre, y Él les dará otro Paráclito.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 14, 15-21
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: Si ustedes me aman, cumplirán mis mandamientos. Y Yo rogaré al Padre, y Él les dará otro Paráclito para que esté siempre con ustedes: el Espíritu de la Verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no lo ve ni lo conoce. 
Ustedes, en cambio, lo conocen, porque Él permanece con ustedes y estará en ustedes. No los dejaré huérfanos, volveré a ustedes. Dentro de poco el mundo ya no me verá, pero ustedes sí me verán, porque Yo vivo y también ustedes vivirán. Aquel día comprenderán que Yo estoy en mi Padre, y que ustedes están en mí y Yo en ustedes.  El que recibe mis mandamientos y los cumple, ése es el que me ama; y el que me ama será amado por mi Padre, y Yo lo amaré y me manifestaré a él.

CREDO
ORACIÓN DE LOS FIELES
Unidos a Cristo, que intercede siempre por nosotros, elevemos, hermanos, nuestras súplicas al Padre diciendo:  R/. Envía, Señor, tu Espíritu.
- Para que el que estaba muerto y ahora vive por los siglos de los siglos conceda a la Iglesia ser, con firmeza y valentía, testimonio perseverante de su resurrección, roguemos al Señor.
- Para que el resucitado, que dio a los apóstoles su paz, quiera concederla también en abundancia a todos los pueblos, roguemos al Señor.
- Para que el vencedor de la muerte transforme los sufrimientos de los enfermos, de los moribundos y de todos los que sufren en aquella alegría que nunca nadie les podrá quitar, roguemos al Señor.
- Para que el que tiene las llaves de la muerte y de su reino nos conceda celebrar un día su resurrección con los ángeles y los santos en su reino, roguemos al Señor.
Dios nuestro, que nos has redimido en Cristo, muerto por nuestros pecados y resucitado para nuestra justificación, escucha nuestra oración e infúndenos tu Espíritu de la verdad, para que, llenos de su sabiduría, sepamos siempre dar razón de nuestra esperanza. Por Cristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 
Lleguen hasta ti, Señor, nuestras oraciones junto con estas ofrendas, para que, purificados por tu gracia, recibamos el sacramento de tu inmensa bondad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO DE PASCUA II
La nueva vida en Cristo
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación glorificarte siempre, Señor, pero más que nunca en este tiempo en que celebramos que Cristo, nuestra pascua, ha resucitado de entre los muertos.
Porque Él, los hijos de la luz nacen a la vida eterna, y las puertas de los cielos han vuelto a abrirse para quienes en Él creen, ya que con su muerte destruyó nuestra muerte y en su gloriosa resurrección hemos resucitado todos. Por eso, llenos de la alegría pascual, liberados de la esclavitud, en la libertad de la nueva creación, nos unimos a los coros celestiales, a los ángeles y a los arcángeles, y exultantes de gozo proclamamos tu gloria:
Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE COMUNIÓN   Juan 14,15-16
Dice el Señor: si me aman, cumplirán mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre y él les dará otro Paráclito, para que esté siempre con ustedes. Aleluya. 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 
Dios todopoderoso, que nos haces renacer a la vida eterna por la resurrección de Cristo, concede que los sacramentos pascuales den fruto abundante en nosotros, e infunde en nuestros corazones la fuerza de este alimento de salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.


¡FELIZ DÍA DE LAS MADRES!



Domingo 7 de Mayo 2023Quinto Domingo de Pascua (Año A)

ANTÍFONA DE ENTRADA  Cf.Salmo 97, 1-2 
Canten al Señor un canto nuevo, porque él hizo maravillas; reveló su victoria a los ojos de las naciones. Aleluya. 
ORACIÓN COLECTA  Dios omnipotente y eterno, realiza plenamente en nosotros el misterio pascual para que, renacidos por el santo bautismo, con tu ayuda demos fruto abundante y alcancemos la alegría de la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.


PRIMERA LECTURA
Lectura de los Hechos de los Apóstoles 6, 1-7
En aquellos días: Como el número de discípulos aumentaba, los helenistas comenzaron a murmurar contra los hebreos porque se desatendía a sus viudas en la distribución diaria de los alimentos.
Entonces los Doce convocaron a todos los discípulos y les dijeron: “No es justo que descuidemos el ministerio de la Palabra de Dios para ocupamos de servir las mesas. Es preferible, hermanos, que busquen entre ustedes a siete hombres de buena fama, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, y nosotros les encargaremos esta tarea. De esa manera, podremos dedicamos a la oración y al ministerio de la Palabra”.
La asamblea aprobó esta propuesta y eligieron a Esteban, hombre lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe y a Prócoro, a Nicanor y a Timón, a Pármenas y a Nicolás, prosélito de Antioquía. Los presentaron a los Apóstoles, y éstos, después de orar, les impusieron las manos.
Así la Palabra de Dios se extendía cada vez más, el número de discípulos aumentaba considerablemente en Jerusalén y muchos sacerdotes abrazaban la fe.

SALMO RESPONSORIAL   32, 1-2. 4-5. 18-19
R/. Señor, que descienda tu amor sobre nosotros.
- Aclamen, justos, al Señor: es propio de los buenos alabarlo. Alaben al Señor con la cítara, toquen en su honor el arpa de diez cuerdas. 
- Porque la palabra del Señor es recta y Él obra siempre con lealtad; Él ama la justicia y el derecho, y la tierra está llena de su amor. 
- Los ojos del Señor están fijos sobre sus fieles, sobre los que esperan en su misericordia, para librar sus vidas de la muerte y sustentarlos en el tiempo de indigencia. 

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del Apóstol san Pedro 2, 4-10
Queridos hermanos: Al acercarse al Señor, la piedra viva, rechazada por los hombres pero elegida y preciosa a los ojos de Dios, también ustedes, a manera de piedras vivas, son edificados como una casa espiritual, para ejercer un sacerdocio santo y ofrecer sacrificios espirituales, agradables a Dios por Jesucristo. Porque dice la Escritura: “Yo pongo en Sión una piedra angular, elegida y preciosa: el que deposita su confianza en ella, no será confundido”.
Por lo tanto, a ustedes, los que creen, les corresponde el honor. En cambio, para los incrédulos, “la piedra que los constructores rechazaron ha llegado a ser la piedra angular: piedra de tropiezo y roca de escándalo”. Ellos tropiezan porque no creen en la Palabra: esa es la suerte que les está reservada.
Ustedes, en cambio, son «una raza elegida, un sacerdocio real, una nación santa, un pueblo adquirido» para anunciar las maravillas de Aquél que los llamó de las tinieblas a su admirable luz.
Ustedes, que antes no eran un pueblo, ahora son el Pueblo de Dios; ustedes, que antes no habían obtenido misericordia, ahora la han alcanzado. 

ACLAMACIÓN  Juan 14,6
Aleluya. “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí”, dice el Señor. Aleluya.

EVANGELIO
Yo soy el Camino, y la Verdad y la Vida.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 14, 1-12
Durante la última cena, Jesús dijo a sus discípulos: “No se inquieten. Crean en Dios y crean también en mí. En la Casa de mi Padre hay muchas habitaciones; si no fuera así, ¿les habría dicho a ustedes que voy a prepararles un lugar?  Y cuando haya ido y les haya preparado un lugar, volveré otra vez para llevarlos conmigo, a fin de que donde Yo esté, estén también ustedes.  Ya conocen el camino del lugar a donde voy”.
Tomás le dijo: “Señor, no sabemos a dónde vas. ¿Cómo vamos a conocer el camino?”
Jesús le respondió: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Si ustedes me conocen, conocerán también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto”.
Felipe le dijo: “Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta”. Jesús le respondió: “Felipe, hace tanto tiempo que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conocen?
El que me ha visto, ha visto al Padre. ¿Cómo dices: “Muéstranos al Padre”? ¿No crees que Yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí? Las palabras que digo no son mías: el Padre que habita en mí es el que hace las obras. Créanme: Yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Créanlo, al menos, por las obras. Les aseguro que el que cree en mí hará también las obras que Yo hago, y aún mayores, porque Yo me voy al Padre”.

CREDO
ORACIÓN DE LOS FIELES
Invoquemos a Cristo, camino, verdad y vida, y, como pueblo sacerdotal, pidámosle por las necesidades de todo el mundo:
R/. Jesús, camino nuestro, escucha nuestra plegaria.
- Para que Cristo, esposo de la Iglesia, llene de alegría pascual a todos los que se han consagrado a la extensión de su reino, roguemos al Señor.
- Para que Cristo, piedra angular del edificio, ilumine con el anuncio evangélico a los pueblos que aún desconocen la buena nueva de la resurrección, roguemos al Señor.
- Para que Cristo, estrella luciente de la mañana, seque las lágrimas de los que lloran y aleje el dolor y las penas de los que sufren, roguemos al Señor.
- Para que Cristo, testigo fidedigno y veraz, nos conceda ser, con nuestra alegría evangélica, sal y luz para los hombres que desconocen la victoria de la resurrección, roguemos al Señor.

Señor Dios, Padre todopoderoso, que te has revelado en Cristo como maestro y redentor, escucha las oraciones de tu Iglesia y haz que, acercándonos a él, la piedra angular desechada por los hombres, pero escogida y preciosa ante ti, seamos edificados, también nosotros, como templo del Espíritu y sacerdocio sagrado. Por Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina, inmortal y glorioso, por los siglos de los siglos.
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 
Dios nuestro, que por este santo sacrificio nos concedes participar de tu vida divina, te pedimos que así como hemos conocido tu verdad, vivamos de acuerdo con ella. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO DE PASCUA IV
Cristo, sacerdote y víctima
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación glorificarte siempre, Señor, pero más que nunca en este tiempo en que celebramos que Cristo, nuestra pascua, ha resucitado de entre los muertos.
Porque Él, con la oblación de su cuerpo en la cruz, llevó a plenitud los sacrificios de la antigua ley, y al ofrecerse a ti por nuestra salvación quiso ser a un tiempo: víctima, sacerdote y altar. Por eso, llenos de la alegría pascual, liberados de la esclavitud, en la libertad de la nueva creación, nos unimos a los coros celestiales, a los ángeles y a los arcángeles, y exultantes de gozo proclamamos tu gloria:
Santo, Santo, Santo...

ANTÍFONA DE COMUNIÓN   Juan 15,5
Dice el señor: Yo soy la vid, ustedes los sarmientos, el que permanece en mí y yo en él, da mucho fruto. Aleluya. 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 
Padre, ayuda con bondad a tu pueblo, que has alimentado con los sacramentos celestiales; concédele apartarse del pecado y comenzar una vida nueva. Por Jesucristo, nuestro Señor.



Domingo 30 de Abril: Cuarto Domingo de Pascua (Año A)

Domingo mundial de oración por las vocaciones

ANTÍFONA DE ENTRADA  Cf.Salmo 32, 5-6 
Toda la tierra está llena del amor del Señor, y su Palabra hizo el cielo. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA  Dios todopoderoso y eterno, condúcenos hacia los gozos celestiales, para que tu rebaño, a pesar de su debilidad, llegue a la gloria que le alcanzó la fortaleza de Jesucristo, su pastor. Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
 


PRIMERA LECTURA
Lectura de los Hechos de los Apóstoles  2, 14a. 36-41
El día de Pentecostés, Pedro poniéndose de pie con los Once, levantó la voz y dijo:
“Todo el pueblo de Israel debe reconocer que a ese Jesús que ustedes crucificaron, Dios lo ha hecho Señor y Mesías”.
Al oír estas cosas, todos se conmovieron profundamente, y dijeron a Pedro y a los otros Apóstoles: “Hermanos, ¿qué debemos hacer?”
Pedro les respondió: “Que cada uno se convierta y se haga bautizar en el nombre de Jesucristo para que les sean perdonados los pecados, y así recibirán el don del Espíritu Santo. Porque la promesa ha sido hecha a ustedes y a sus hijos, y a todos aquellos que están lejos: a cuantos el Señor, nuestro Dios, quiera llamar”.
Y con muchos otros argumentos les daba testimonio y los exhortaba a que se pusieran a salvo de esta generación perversa.
Los que recibieron su palabra se hicieron bautizar; y ese día se unieron a ellos alrededor de tres mil.
SALMO RESPONSORIAL   22, 1-6
R/. El Señor es mi pastor, nada me puede faltar.
- El Señor es mi pastor, nada me puede faltan. Él me hace descansar en verdes praderas, me conduce a las aguas tranquilas y repara mis fuerzas. 
- Me guía por el recto sendero, por amor de su Nombre. Aunque cruce por oscuras quebradas, no temeré ningún mal, porque Tú estás conmigo: tu vara y tu bastón me infunden confianza. 
- Tú preparas ante mí una mesa, frente a mis enemigos; unges con óleo mi cabeza y mi copa rebosa. 
- Tu bondad y tu gracia me acompañan a lo largo de mi vida; y habitaré en la Casa del Señor, por muy largo tiempo. 
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del Apóstol san Pedro 2, 20b-25
Queridos hermanos: Si a pesar de hacer el bien, ustedes soportan el sufrimiento, esto sí es una gracia delante de Dios. A esto han sido llamados, porque también Cristo padeció por ustedes, y les dejó un ejemplo a fin de que sigan sus huellas. Él no cometió pecado y nadie pudo encontrar una mentira en su boca. Cuando era insultado, no devolvía el insulto, y mientras padecía no profería amenazas; al contrario, confiaba su causa al que juzga rectamente. Él llevó sobre la cruz nuestros pecados, cargándolos en su cuerpo, a fin de que, muertos al pecado, vivamos para la justicia. Gracias a sus llagas, ustedes fueron sanados. Porque antes andaban como ovejas perdidas, pero ahora han vuelto al Pastor y Guardián de ustedes.
ACLAMACIÓN  Juan 10, 14
Aleluya. “Yo soy el buen Pastor: conozco a mis ovejas, y mis ovejas me conocen a mí”, dice el Señor. Aleluya.
EVANGELIO
Yo soy la puerta de las ovejas.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 10, 1-10
Jesús dijo a los fariseos: “Les aseguro que el que no entra por la puerta en el corral de las ovejas, sino trepando por otro lado, es un ladrón y un asaltante. El que entra por la puerta es el pastor de las ovejas. El guardián le abre y las ovejas escuchan su voz. Él llama a las suyas por su nombre y las hace salir. Cuando ha sacado todas las suyas, va delante de ellas y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz. Nunca seguirán a un extraño, sino que huirán de él, porque no conocen su voz”.
Jesús les hizo esta comparación, pero ellos no comprendieron lo que les quería decir.
Entonces Jesús prosiguió: “Les aseguro que Yo soy la puerta de las ovejas. Todos aquellos que han venido antes de mí son ladrones y asaltantes, pero las ovejas no los han escuchado. Yo soy la puerta.
El que entra por mí se salvará; podrá entrar y salir, y encontrará su alimento. El ladrón no viene sino para robar, matar y destruir. Pero Yo he venido para que las ovejas tengan Vida, y la tengan en abundancia”. 

 
CREDO
ORACIÓN DE LOS FIELES
Levantemos, hermanos, nuestros ojos a Cristo, obispo y pastor de nuestras almas, y pongamos en sus manos, con toda confianza, las necesidades de los hombres:
R/. Jesús, buen Pastor, escucha nuestra plegaria.
- Para que los obispos, presbíteros y diáconos apacienten santamente a los pueblos que tienen encomendados, roguemos al Señor.
- Para que la paz que Jesucristo concedió a los discípulos arraigue con fuerza en nuestro mundo, y se alejen de las naciones el odio y las guerras, roguemos al Señor.
- Para que los enfermos, los pobres y todos los que sufren encuentren en Cristo resucitado luz y esperanza, roguemos al Señor.
- Para que Dios derrame en las familias cristianas el espíritu de piedad y de renuncia a lo mundano, de manera que germinen abundantes vocaciones al ministerio eclesial, roguemos al Señor.
Dios todopoderoso y eterno, que en tu Hijo, vencedor de la muerte, nos has abierto las puertas de la salvación, escucha nuestra oración e infunde en nuestro corazón la sabiduría de tu Espíritu, para que no nos dejemos seducir por las voces engañosas del mundo, sino que reconozcamos y sigamos siempre la voz de tu Hijo, el buen pastor, que nos da vida, y vida abundante, y que vive y reina, inmortal y glorioso, por los siglos de los siglos.
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 
Señor Dios, por estos misterios pascuales concédenos ser constantes en la acción de gracias, para que la continua eficacia de tu obra redentora sea fuente de inagotable alegría. Por Jesucristo, nuestro Señor. 
ANTÍFONA DE COMUNIÓN
Resucitó el buen Pastor, que dio la vida por sus ovejas y se entregó a la muerte por su rebaño. Aleluya. 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 
Te pedimos, Pastor bueno, que cuides con solicitud a tu rebaño, y conduzcas hacia las praderas eternas a las ovejas que redimiste con la preciosa sangre de tu Hijo. Que vive y reina por los siglos de los siglos.


Domingo 23 de Abril: Tercer Domingo de Pascua (Año A)

ANTÍFONA DE ENTRADA  Cf.Salmo 65, 1-2
Aclame al Señor toda la tierra. Canten la gloria de su nombre. Aleluya
ORACIÓN COLECTA  Dios nuestro, que tu pueblo se alegre siempre por la nueva vida recibida, para que, con el gozo de los hijos, aguarde con firme esperanza el día de la resurrección final. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

PRIMERA LECTURA
Lectura de los Hechos de los Apóstoles  2, 14. 22-33
El día de Pentecostés, Pedro, poniéndose de pie con los Once, levantó la voz y dijo: “Hombres de Judea y todos los que habitan en Jerusalén, presten atención, porque voy a explicarles lo que ha sucedido.  A Jesús de Nazaret, el hombre que Dios acreditó ante ustedes realizando por su intermedio los milagros, prodigios y signos que todos conocen, a ese hombre que había sido entregado conforme al plan y a la previsión de Dios, ustedes lo hicieron morir, clavándolo en la cruz por medio de los infieles. Pero Dios lo resucitó, librándolo de las angustias de la muerte, porque no era posible que ella tuviera dominio sobre Él.
En efecto, refiriéndose a Él, dijo David: Veía sin cesar al Señor delante de mí, porque Él está a mi derecha para que yo no vacile. Por eso se alegra mi corazón y mi lengua canta llena de gozo. También mi cuerpo descansará en la esperanza, porque Tú no entregarás mi alma al Abismo, ni dejarás que tu servidor sufra la corrupción. Tú me has hecho conocer los caminos de la vida y me llenarás de gozo en tu presencia.
Hermanos, permítanme decirles con toda franqueza que el patriarca David murió y fue sepultado, y su tumba se conserva entre nosotros hasta el día de hoy. Pero como él era profeta, sabía que Dios le había jurado que un descendiente suyo se sentaría en su trono. Por eso previó y anunció la resurrección del Mesías, cuando dijo que no fue entregado al Abismo ni su cuerpo sufrió la corrupción. A este Jesús, Dios lo resucitó, y todos nosotros somos testigos. Exaltado por el poder de Dios, Él recibió del Padre el Espíritu Santo prometido, y lo ha comunicado como ustedes ven y oyen”.

SALMO RESPONSORIAL   15, 1-2a. 5. 7-11
R/. Señor, me harás conocer el camino de la vida.
- Protégeme, Dios mío, porque me refugio en ti. Yo digo al Señor: “Señor, Tú eres mi bien”. El Señor es la parte de mi herencia y mi cáliz, ¡Tú decides mi suerte! 
- Bendeciré al Señor que me aconseja, ¡hasta de noche me instruye mi conciencia! Tengo siempre presente al Señor: Él está a mi lado, nunca vacilaré.
- Por eso mi corazón se alegra, se regocijan mis entrañas y todo mi ser descansa seguro: porque no me entregarás a la muerte ni dejarás que tu amigo vea el sepulcro. 
- Me harás conocer el camino de la vida, saciándome de gozo en tu presencia, de felicidad eterna a tu derecha. 

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del Apóstol san Pedro  1, 17-21
Queridos hermanos: Ya que ustedes llaman Padre a Aquél que, sin hacer acepción de personas, juzga a cada uno según sus obras, vivan en el temor mientras están de paso en este mundo.
Ustedes saben que “fueron rescatados” de la vana conducta heredada de sus padres, no con bienes corruptibles, como el oro y la plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, el Cordero sin mancha y sin defecto, predestinado antes de la creación del mundo y manifestado en los últimos tiempos para bien de ustedes. Por Él, ustedes creen en Dios, que lo ha resucitado y lo ha glorificado, de manera que la fe y la esperanza de ustedes estén puestas en Dios.

ACLAMACIÓN    Lucas 24, 32
Aleluya.  Señor Jesús, explícanos las Escrituras. Haz que arda nuestro corazón mientras nos hablas. Aleluya.
EVANGELIO
Lo reconocieron al partir el pan.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas   24, 13-35
El primer día de la semana, dos de los discípulos iban a un pequeño pueblo llamado Emaús, situado a unos diez kilómetros de Jerusalén. En el camino hablaban sobre lo que había ocurrido. Mientras conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó y siguió caminando con ellos. Pero algo impedía que sus ojos lo reconocieran. Él les dijo: “¿Qué comentaban por el camino?”
Ellos se detuvieron, con el semblante triste, y uno de ellos, llamado Cleofás, le respondió: “¿Eres tú el único forastero que no sabe lo que ha sucedido estos días en Jerusalén?”
“¿Qué cosa?”, les preguntó.
Ellos respondieron: “Lo referente a Jesús, el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y en palabras delante de Dios y de todo el pueblo, y cómo nuestros sumos sacerdotes y nuestros jefes lo entregaron para ser condenado a muerte y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que fuera Él quien librara a Israel. Pero a todo esto ya van tres días que sucedieron estas cosas. Es verdad que algunas mujeres que están con nosotros nos han desconcertado: ellas fueron de madrugada al sepulcro y al no hallar el cuerpo de Jesús, volvieron diciendo que se les habían aparecido unos ángeles, asegurándoles que Él está vivo. Algunos de los nuestros fueron al sepulcro y encontraron todo como las mujeres habían dicho. Pero a Él no lo vieron”.
Jesús les dijo: “¡Hombres duros de entendimiento, cómo les cuesta creer todo lo que anunciaron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías soportara esos sufrimientos para entrar en su gloria?” Y comenzando por Moisés y continuando con todos los profetas, les interpretó en todas las Escrituras lo que se refería a Él.
Cuando llegaron cerca del pueblo adonde iban, Jesús hizo ademán de seguir adelante. Pero ellos le insistieron: “Quédate con nosotros, porque ya es tarde y el día se acaba”.
Él entró y se quedó con ellos. Y estando a la mesa, tomó el pan y pronunció la bendición; luego lo partió y se lo dio. Entonces los ojos de los discípulos se abrieron y lo reconocieron, pero Él había desaparecido de su vista.
Y se decían: “¿No ardía acaso nuestro corazón, mientras nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?”
En ese mismo momento, se pusieron en camino y regresaron a Jerusalén. Allí encontraron reunidos a los Once y a los demás que estaban con ellos, y estos les dijeron: “Es verdad, ¡el Señor ha resucitado y se apareció a Simón!”
Ellos, por su parte, contaron lo que les había pasado en el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.


CREDO
ORACIÓN DE LOS FIELES
Llenos de gozo por la resurrección del Señor, supliquemos con confianza al Señor, diciendo: Escúchanos, Señor de Gloria.
- Para que Cristo, el Señor, atraiga hacia sí el corazón de los fieles y fortalezca sus voluntades, de manera que busquen los bienes de allá arriba, donde él está sentado a la derecha de Dios, roguemos al Señor.
- Para que Cristo, amo supremo de la creación, haga que todos los pueblos gocen abundantemente de la paz que en sus apariciones otorgó a los discípulos, roguemos al Señor.
- Para que Cristo, el destructor de la muerte y el médico de toda enfermedad, se compadezca de los débiles y desdichados y aleje del mundo el hambre, las guerras y todos los males, roguemos al Señor.
- Para que Cristo, el Señor, salve y bendiga nuestra parroquia (comunidad), y conceda la paz, la alegría y el descanso en las fatigas a los que hoy nos hemos reunido aquí para celebrar su triunfo, roguemos al Señor.
Dios nuestro, que en este día, memorial de la Pascua, has reunido a tu Iglesia que peregrina por el mundo, escucha nuestra oración y abre nuestros corazones para que entendamos las Escrituras y reconozcamos a tu Hijo al partir el pan. Él, que vive y reina, inmortal y glorioso, por los siglos de los siglos.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 
Recibe, Señor, las ofrendas de tu Iglesia desbordante de alegría, y después de haberle concedido el motivo de un gozo tan grande, concédele participar de la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN   Lucas 24,35
Los discípulos reconocieron al Señor Jesús al partir el pan. Aleluya. 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 
Padre, mira con bondad a tu pueblo y, ya que lo has renovado con los sacramentos de la vida eterna, concédele alcanzar la gloria de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor. 






Domingo 16 de Abril: Segundo Domingo de Pascua / Domingo de la Misericordia (Año A)

ANTÍFONA DE ENTRADA  1 Pedro 2, 2 
Como niños recién nacidos, deseen la leche pura de la Palabra, que los hará crecer para la salvación. Aleluya
ORACIÓN COLECTA  Dios de eterna misericordia, que en la celebración anual de las fiestas pascuales reavivas la fe del Pueblo santo, acrecienta en nosotros los dones de tu gracia para comprender, verdaderamente, la inestimable grandeza del bautismo que nos purificó, del Espíritu que nos regeneró y de la sangre que nos redimió. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.


PRIMERA LECTURA
Lectura de los Hechos de los Apóstoles  2, 42-47
Todos se reunían asiduamente para escuchar la enseñanza de los Apóstoles y participar en la vida común, en la fracción del pan y en las oraciones.
Un santo temor se apoderó de todos ellos, porque los Apóstoles realizaban muchos prodigios y signos. Todos los creyentes se mantenían unidos y ponían lo suyo en común: vendían sus propiedades y sus bienes, y distribuían el dinero entre ellos, según las necesidades de cada uno.
Íntimamente unidos, frecuentaban a diario el Templo, partían el pan en sus casas, y comían juntos con alegría y sencillez de corazón; ellos alababan a Dios y eran queridos por todo el pueblo. Y cada día, el Señor acrecentaba la comunidad con aquéllos que debían salvarse.

SALMO RESPONSORIAL  117, 2-4. 13-15. 22-24

R/. ¡Den gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterna su misericordia!
- Que lo diga el pueblo de Israel: ¡es eterno su amor! Que lo diga la familia de Aarón: ¡es eterno su amor! Que lo digan los que temen al Señor: ¡es eterno su amor! 
- Me empujaron con violencia para derribarme, pero el Señor vino en mi ayuda. El Señor es mi fuerza y mi protección; Él fue mi salvación. Un grito de alegría y de victoria resuena en las carpas de los justos. 
- La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular. Esto ha sido hecho por el Señor y es admirable a nuestros ojos. Éste es el día que hizo el Señor: alegrémonos y regocijémonos en él.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del Apóstol san Pedro 1, 3-9
Bendito sea Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, que en su gran misericordia, nos hizo renacer, por la resurrección de Jesucristo, a una esperanza viva, a una herencia incorruptible, incontaminada e imperecedera, que ustedes tienen reservada en el cielo. Porque gracias a la fe, el poder de Dios los conserva para la salvación dispuesta a ser revelada en el momento final.
Por eso, ustedes se regocijan a pesar de las diversas pruebas que deben sufrir momentáneamente: así, la fe de ustedes, una vez puesta a prueba, será mucho más valiosa que el oro perecedero purificado por el fuego, y se convertirá en motivo de alabanza, de gloria y de honor el día de la Revelación de Jesucristo. Porque ustedes lo aman sin haberlo visto, y creyendo en Él sin verlo todavía, se alegran con un gozo indecible y lleno de gloria, seguros de alcanzar el término de esa fe, que es la salvación.

ACLAMACIÓN    Juan 20, 29

Aleluya.  Ahora crees, Tomás, porque me has visto. ¡Felices los que creen sin haber visto!, dice el Señor. Aleluya.

EVANGELIO
Ocho días más tarde, apareció Jesús.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 20, 19-31
Al atardecer del primer día de la semana, los discípulos se encontraban con las puertas cerradas por temor a los judíos. Entonces llegó Jesús y poniéndose en medio de ellos, les dijo: “¡La paz esté con ustedes!”
Mientras decía esto, les mostró sus manos y su costado. Los discípulos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor.  Jesús les dijo de nuevo: “¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí, Yo también los envío a ustedes”.
Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió: “Reciban el Espíritu Santo. Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan”.
Tomás, uno de los Doce, de sobrenombre el Mellizo, no estaba con ellos cuando llegó Jesús. Los otros discípulos le dijeron: “¡Hemos visto al Señor!”
Él les respondió: “Si no veo la marca de los clavos en sus manos, si no pongo el dedo en el lugar de los clavos y la mano en su costado, no lo creeré”.
Ocho días más tarde, estaban de nuevo los discípulos reunidos en la casa, y estaba con ellos Tomás. Entonces apareció Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio de ellos y les dijo: “¡La paz esté con ustedes!”
Luego dijo a Tomás: “Trae aquí tu dedo: aquí están mis manos. Acerca tu mano: Métela en mi costado. En adelante no seas incrédulo, sino hombre de fe”.
Tomás respondió: “¡Señor mío y Dios mío!”
Jesús le dijo: “Ahora crees, porque me has visto. ¡Felices los que creen sin haber visto!”
Jesús realizó además muchos otros signos en presencia de sus discípulos, que no se encuentran relatados en este Libro. Estos han sido escritos para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y creyendo, tengan Vida en su Nombre.


ORACIÓN DE LOS FIELES
Llenos de gozo por la resurrección del Señor, purificados nuestros sentimientos y renovado nuestro espíritu, supliquemos con insistencia al Señor, diciendo: Rey vencedor, escúchanos.
- A Cristo que, con su gloriosa resurrección, ha vencido la muerte y ha destruido el pecado, pidámosle que todos los cristianos sean siempre fieles a las promesas del bautismo que renovaron en la noche santa de Pascua.
- A Cristo, que, con su gloriosa resurrección, ha otorgado el perdón y la paz a los pecadores, supliquémosle que quienes han regresado al camino de la vida conserven íntegramente los dones que la misericordia del Padre les ha restituido.
- A Cristo, que, con su gloriosa resurrección ha dado al mundo la vida verdadera y ha renovado toda la creación, pidámosle por los que, por no creer en su triunfo, viven sin esperanza.
- A Cristo, que, con su gloriosa resurrección ha colmado de alegría a los pueblos, los ha enriquecido con sus dones y ha hecho vibrar de gozo nuestros corazones, pidámosle que renueve la esperanza de los que sufren y lloran, de manera especial, a aquellos que hoy se alimentarán con la santa comunión.
- A Cristo, que, con su gloriosa resurrección anunció la alegría a las mujeres, y por medio de las mujeres a los apóstoles, y por medio de los apóstoles al mundo entero, pidámosle por los que nos hemos reunido para celebrar su triunfo, en especial, estos hermanos nuestros que han sido bendecidos para ponerse al servicio de los más necesitados.
Señor, Dios nuestro, que en tu gran misericordia nos has hecho nacer de nuevo para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, escucha nuestra oración y acrecienta en nosotros la fe pascual, para que, creyendo en tu Hijo, sin haberlo visto, consigamos, como meta de nuestra fe, la salvación de nuestras almas. Por Jesucristo, nuestro Señor, que vive y reina, inmortal y glorioso, por los siglos de los siglos.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 

Recibe, Señor, las ofrendas que te presentamos, y haz que, renovados por la confesión de tu nombre y por el bautismo, lleguemos a la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. 

PREFACIO de Pascua I: El Misterio Pascual
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación glorificarte siempre, Señor, pero más que nunca en este tiempo en que Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado. Porque Él es el verdadero Cordero que quitó el pecado del mundo: muriendo destruyó nuestra muerte, y resucitando restauró nuestra vida.
Por eso, con esta efusión del gozo pascual, el mundo entero está llamado a la alegría junto con los ángeles y los arcángeles que cantan un himno a tu gloria, diciendo sin cesar:
Santo, Santo, Santo …

ANTÍFONA DE COMUNIÓN   Cf Juan 20,27

Acerca tu mano, y reconoce el lugar de los clavos: en adelante no seas incrédulo, sino fiel. Aleluya. 

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 

Dios todopoderoso, concédenos que los frutos del sacramento pascual que hemos recibido, permanezcan siempre en nuestros corazones. Por Jesucristo, nuestro Señor. 











Domingo 2 de Abril: Domingo de Ramos Domiingo de la Pasión del Señor (Año A)

(Inicia fuera del Templo)
Antífona: Mt 21,9
Hosanna al Hijo de David; bendito el que viene en nombre del Señor, el Rey de Israel. ¡Hosanna en el cielo!
CEL. Hermanos y hermanas: durante las cinco semanas de Cuaresma hemos preparado nuestros corazones por la oración, la penitencia y la caridad. Hoy nos reunimos aquí y vamos a iniciar con toda la Iglesia la celebración de la Pascua de nuestro Señor. Para realizar el misterio de su muerte y resurrección, Cristo entró en Jerusalén, su ciudad. Celebrando con fe y piedad la memoria de esta entrada, sigamos los pasos de nuestro Salvador para que, asociados por la gracia a su cruz, participemos también de su resurrección y de su vida.
BENDICIÓN DE LOS RAMOS
CEL. Dios de bondad, aumenta la fe de los que esperan en ti y oye nuestras preces. Que presentando hoy a Cristo vencedor nuestros ramos, podamos fructificar en buenas obras. Por Cristo, nuestro Señor.
R. Amén.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 21, 1-11
Estaban ya cerca de Jerusalén. Cuando llegaron a Betfagé, junto al monte de los Olivos, Jesús envió a dos discípulos con esta misión: “Vayan al pueblito que está al frente, y allí encontraran una burra atada con su burrito al lado. Desátenla y tráiganmela. Si alguien les dice algo, contéstenle: El Señor los necesita y los devolverá cuanto antes.” Esto sucedió para que se cumpliera lo dicho por el profeta: Digan a la hija de Sión: “Mira que tu rey viene a ti con toda sencillez, montado en una burra, un animal de carga.” Los discípulos se fueron e hicieron como Jesús les había mandado. Le trajeron la burra con su cría, le colocaron sus mantos sobre el lomo y él se sentó encima. Había muchísima gente; extendían sus mantos en el camino, o bien cortaban ramas de árboles, con las que cubrían el suelo. Y el gentío que iba delante de Jesús, así como los que le seguían, empezaron a gritar: “¡Hosanna al hijo de David! ¡Bendito sea el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en lo más alto de los cielos!” Cuando Jesús entró en Jerusalén, toda la ciudad se alboroto y preguntaban: “¿Quién es este?” Y la muchedumbre respondía: “¡Éste es el profeta Jesús, de Nazaret de Galilea!”


PROCESIÓN (celebrante y asamblea entran en procesión al Templo)
CEL: Hermanos y hermanas, imitando al pueblo que aclamó a Jesús, comencemos con alegría nuestra procesión.

MISA

ORACIÓN COLECTA Dios todopoderoso y eterno, tú quisiste que nuestro Salvador se hiciese hombre y muriese en la cruz, para mostrar al género humano el ejemplo de una vida sumisa a tu voluntad; concédenos que las enseñanzas de su pasión nos sirvan de testimonio, y que un día participemos en su gloriosa resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
Lectura de libro del profeta Isaías 50, 4-7
El mismo Señor me ha dado una lengua de discípulo, para que yo sepa reconfortar al fatigado con una palabra de aliento. Cada mañana él despierta mi oído para que yo escuche como un discípulo. El Señor abrió mi oído y yo no me resistí ni me volví atrás. Ofrecí mi espalda a los que me golpeaban, y mis mejillas a los que me arrancaban la barba; no retiré mi rostro cuando me ultrajaban y escupían. Pero el Señor viene en mi ayuda: por eso, no quedé confundido; por eso endurecí mi rostro como el pedernal, y sé muy bien que no seré defraudado.


SALMO RESPONSORIAL 22, 8-9; 17-18; 19-20; 23-24
R/. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
- Los que me ven, se burlan de mí, hacen una mueca y mueven la cabeza, diciendo: «Confió en el Señor, que él lo libre; que lo salve, si lo quiere tanto». / R.
- Me rodea una jauría de perros, me asalta una banda de malhechores; taladran mis manos y mis pies. Yo puedo contar todos mis huesos. / R.
- Se reparten entre sí mi ropa y sortean mi túnica. Pero tú, Señor, no te quedes lejos; tú que eres mi fuerza, ven pronto a socorrerme. / R.
- Yo anunciaré tu nombre a mis hermanos, te alabaré en medio de la asamblea: «Alábenlo, los que temen al Señor; glorifíquenlo, descendientes de Jacob; témanlo, descendientes de Israel». /R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los Filipenses 2, 6-11
Jesucristo, que era de condición divina, no consideró esta igualdad con Dios como algo que debía guardar celosamente: al contrario, se anonadó a sí mismo, tomando la condición de servidor y haciéndose semejante a los hombres. Y presentándose con aspecto humano, se humilló hasta aceptar por obediencia la muerte y muerte de cruz. Por eso, Dios lo exaltó y le dio el nombre que está sobre todo nombre, para que, al nombre de Jesús, se doble toda rodilla en el cielo, en la tierra y en los abismos, y toda lengua proclame para gloria de Dios Padre: «Jesucristo es el Señor».
ACLAMACIÓN Filipenses 2, 8-9
Cristo se humilló por nosotros hasta aceptar por obediencia la muerte, y muerte de cruz. Por eso, Dios lo exaltó y le dio el Nombre que está sobre todo nombre.
EVANGELIO
(La señal de cruz † Cristo lo dice el Celebrante; C el cronista-lector 1; S la sinagoga o asamblea)
+ Pasión de nuestro Señor Jesucristo según San Mateo 26, 14 - 27, 66
Pasión de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 26, 3-5. 14—27, 66
C. En aquel tiempo, uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a los sumos sacerdotes y les propuso:
S. «¿Qué estáis dispuestos a darme, si os lo entrego?»
C. Ellos se ajustaron con él en treinta monedas. Y desde entonces andaba buscando ocasión propicia para entregarlo.
C. El primer día de los Ázimos se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron:
S. -«¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?»
C. Él contestó:
+ «Id a la ciudad, a casa de Fulano, y decidle: "El Maestro dice: Mi momento está cerca; deseo celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos."»
C. Los discípulos cumplieron las instrucciones de Jesús y prepararon la Pascua.
C. Al atardecer se puso a la mesa con los Doce. Mientras comían dijo:
+ «Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar.»
C. Ellos, consternados, se pusieron a preguntarle uno tras otro:
S. «¿Soy yo acaso, Señor?»
C. Él respondió:
+ «El que ha mojado en la misma fuente que yo, ése me va a entregar. El Hijo del hombre se va, como está escrito de él; pero, ¡ay del que va a entregar al Hijo del hombre!; más le valdría no haber nacido.»
C. Entonces preguntó Judas, el que lo iba a entregar:
S. «¿Soy yo acaso, Maestro?»
C. Él respondió:
+ «Tú lo has dicho.»
C. Durante la cena, Jesús cogió pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo:
+ «Tomad, comed: esto es mi cuerpo.»
C. Y, cogiendo una copa, pronunció la acción de gracias y se la dio diciendo:
+ «Bebed todos; porque ésta es mi sangre, sangre de la alianza, derramada por todos para el perdón de los pecados. Y os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta el día que beba con vosotros el vino nuevo en el reino de mi Padre.»
C. Cantaron el salmo y salieron para el monte de los Olivos.
C. Entonces Jesús les dijo:
+ «Esta noche vais a caer todos por mi causa, porque está escrito: "Heriré al pastor, y se dispersarán las ovejas del rebaño." Pero cuando resucite, iré antes que vosotros a Galilea.»
C. Pedro replicó:
S. «Aunque todos caigan por tu causa, yo jamás caeré.»
C. Jesús le dijo:
+ «Te aseguro que esta noche, antes que el gallo cante, me negarás tres veces.»
C. Pedro le replicó:
S. «Aunque tenga que morir contigo, no te negaré. »
C. Y lo mismo decían los demás discípulos.
C. Entonces Jesús fue con ellos a un huerto, llamado Getsemaní, y les dijo:
+ «Sentaos aquí, mientras voy allá a orar.»
C. Y, llevándose a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, empezó a entristecerse y a angustiarse. Entonces dijo:
+ «Me muero de tristeza: quedaos aquí y velad conmigo.»
C. Y, adelantándose un poco, cayó rostro en tierra y oraba diciendo:
+ «Padre mío, si es posible, que pase y se aleje de mí ese cáliz. Pero no se haga lo que yo quiero, sino lo que tú quieres.»
C. Y se acercó a los discípulos y los encontró dormidos. Dijo a Pedro:
+ «¿No habéis podido velar una hora conmigo? Velad y orad para no caer en la tentación, pues el espíritu es decidido, pero la carne es débil.»
C. De nuevo se apartó por segunda vez y oraba diciendo:
+ «Padre mío, si este cáliz no puede pasar sin que yo lo beba, hágase tu voluntad.»
C. Y, viniendo otra vez, los encontró dormidos, porque tenían los ojos cargados. Dejándolos de nuevo, por tercera vez oraba, repitiendo las mismas palabras. Luego se acercó a sus discípulos y les dijo:
+ «Ya podéis dormir y descansar. Mirad, está cerca la hora, y el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los pecadores. ¡Levantaos, vamos! Ya está cerca el que me entrega.»
C. Todavía estaba hablando, cuando apareció Judas, uno de los Doce, acompañado de un tropel de gente, con espadas y palos, mandado por los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo. El traidor les había dado esta contraseña:
S. «Al que yo bese, ése es; detenedlo.»
C. Después se acercó a Jesús y le dijo:
S. «¡Salve, Maestro!»
C. Y lo besó. Pero Jesús le contestó:
+ «Amigo, ¿a qué vienes?»
C. Entonces se acercaron a Jesús y le echaron mano para detenerlo. Uno de los que estaban con él agarró la espada, la desenvainó y de un tajo le cortó la oreja al criado del sumo sacerdote. Jesús le dijo:
+ «Envaina la espada; quien usa espada, a espada morirá. ¿Piensas tú que no puedo acudir a mi Padre? Él me mandaría en seguida más de doce legiones de ángeles. Pero entonces no se cumpliría la Escritura, que dice que esto tiene que pasar.»
C. Entonces dijo Jesús a la gente:
+ «¿Habéis salido a prenderme con espadas y palos, como a un bandido? A diario me sentaba en el templo a enseñar y, sin embargo, no me detuvisteis.»
C. Todo esto ocurrió para que se cumpliera lo que escribieron los profetas. En aquel momento todos los discípulos lo abandonaron y huyeron. Los que detuvieron a Jesús lo llevaron a casa de Caifás, el sumo sacerdote, donde se habían reunido los escribas y los ancianos. Pedro lo seguía de lejos, hasta el palacio del sumo sacerdote, y, entrando dentro, se sentó con los criados para ver en qué paraba aquello. Los sumos sacerdotes y el sanedrín en pleno buscaban un falso testimonio contra Jesús para condenarlo a muerte y no lo encontraban, a pesar de los muchos falsos testigos que comparecían. Finalmente, comparecieron dos, que dijeron:
S. «Éste ha dicho: "Puedo destruir el templo de Dios y reconstruirlo en tres días."»
C. El sumo sacerdote se puso en pie y le dijo:
S. «¿No tienes nada que responder? ¿Qué son estos cargos que levantan contra ti?»
C. Pero Jesús callaba. Y el sumo sacerdote le dijo:
S. «Te conjuro por Dios vivo a que nos digas si tú eres el Mesías, el Hijo de Dios.»
C. Jesús le respondió:
+ «Tú lo has dicho. Más aún, yo os digo: Desde ahora veréis que el Hijo del hombre está sentado a la derecha del Todopoderoso y que viene sobre las nubes del cielo.»
C. Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras, diciendo:
S. «Ha blasfemado. ¿Qué necesidad tenemos ya de testigos? Acabáis de oír la blasfemia. ¿Qué decidís?»
C. Y ellos contestaron:
S. «Es reo de muerte.»
C. Entonces le escupieron a la cara y lo abofetearon; otros lo golpearon, diciendo:
S. «Haz de profeta, Mesías; ¿quién te ha pegado?»
C. Pedro estaba sentado fuera en el patio, y se le acercó una criada y le dijo:
S. «También tú andabas con Jesús el Galileo.»
C. Él lo negó delante de todos, diciendo:
S. «No sé qué quieres decir.»
C. Y, al salir al portal, lo vio otra y dijo a los que estaban allí:
S. «Éste andaba con Jesús el Nazareno.»
C. Otra vez negó él con juramento:
S. «No conozco a ese hombre.»
C. Poco después se acercaron los que estaban allí y dijeron a Pedro:
S. «Seguro; tú también eres de ellos, te delata tu acento.»
C. Entonces él se puso a echar maldiciones y a jurar, diciendo:
S. «No conozco a ese hombre.»
C. Y en seguida cantó un gallo. Pedro se acordó de aquellas palabras de Jesús: «Antes de que cante el gallo, me negarás tres veces.» Y, saliendo afuera, lloró amargamente. Al hacerse de día, todos los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo se reunieron para preparar la condena a muerte de Jesús. Y, atándolo, lo llevaron y lo entregaron a Pilato, el gobernador. Entonces Judas, el traidor, al ver que habían condenado a Jesús, sintió remordimiento y devolvió las treinta monedas de plata a los sumos sacerdotes y ancianos, diciendo:
S. «He pecado, he entregado a la muerte a un inocente.»
C. Pero ellos dijeron:
S. «¿A nosotros qué? ¡Allá tú!»
C. Él, arrojando las monedas en el templo, se marchó; y fue y se ahorcó. Los sumos sacerdotes, recogiendo las monedas, dijeron:
S. «No es lícito echarlas en el arca de las ofrendas, porque son precio de sangre.»
C. Y, después de discutirlo, compraron con ellas el Campo del Alfarero para cementerio de forasteros. Por eso aquel campo se llama todavía «Campo de Sangre». Así se cumplió lo escrito por Jeremías, el profeta: «Y tomaron las treinta monedas de plata, el precio de uno que fue tasado, según la tasa de los hijos de Israel, y pagaron con ellas el Campo del Alfarero, como me lo había ordenado el Señor.» Jesús fue llevado ante el gobernador, y el gobernador le preguntó:
S. «¿Eres tú el rey de los judíos?»
C. Jesús respondió:
+ «Tú lo dices.»
C. Y, mientras lo acusaban los sumos sacerdotes y los ancianos, no contestaba nada. Entonces Pilato le preguntó:
S. «¿No oyes cuántos cargos presentan contra ti?»
C. Como no contestaba a ninguna pregunta, el gobernador estaba muy extrañado. Por la fiesta, el gobernador solía soltar un preso, el que la gente quisiera. Había entonces un preso famoso, llamado Barrabás. Cuando la gente acudió, les dijo Pilato:
S. «¿A quién queréis que os suelte, a Barrabás o a Jesús, a quien llaman el Mesías?»
C. Pues sabía que se lo habían entregado por envidia. Y, mientras estaba sentado en el tribunal, su mujer le mandó a decir:
S. «No te metas con ese justo, porque esta noche he sufrido mucho soñando con él.»
C. Pero los sumos sacerdotes y los ancianos convencieron a la gente que pidieran el indulto de Barrabás y la muerte de Jesús. El gobernador preguntó:
S. «¿A cuál de los dos queréis que os suelte?»
C. Ellos dijeron:
Gr. «A Barrabás.»
C. Pilato les preguntó:
S. «¿Y qué hago con Jesús, llamado el Mesías?»
C. Contestaron todos:
Gr. «Que lo crucifiquen.»
C. Pilato insistió:
S. «Pues, ¿qué mal ha hecho?»
C. Pero ellos gritaban más fuerte:
Gr. «¡Que lo crucifiquen!»
C. Al ver Pilato que todo era inútil y que, al contrario, se estaba formando un tumulto, tomó agua y se lavó las manos en presencia de la multitud, diciendo:
S. «Soy inocente de esta sangre. ¡Allá vosotros!»
C. Y el pueblo entero contestó:
Gr. «¡Su sangre caiga sobre nosotros y sobre nuestros hijos!»
C. Entonces les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de azotarlo, lo entregó para que lo crucificaran. Los soldados del gobernador se llevaron a Jesús al pretorio y reunieron alrededor de él a toda la compañía; lo desnudaron y le pusieron un manto de color púrpura y, trenzando una corona de espinas, se la ciñeron a la cabeza y le pusieron una caña en la mano derecha. Y, doblando ante él la rodilla, se burlaban de él, diciendo:
Gr. «¡Salve, rey de los judíos!»
C. Luego le escupían, le quitaban la caña y le golpeaban con ella la cabeza. Y, terminada la burla, le quitaron el manto, le pusieron su ropa y lo llevaron a crucificar. Al salir, encontraron a un hombre de Cirene, llamado Simón, y lo forzaron a que llevara la cruz. Cuando llegaron al lugar llamado Gólgota (que quiere decir: «La Calavera»), le dieron a beber vino mezclado con hiel; él lo probó, pero no quiso beberlo. Después de crucificarlo, se repartieron su ropa, echándola a suertes, y luego se sentaron a custodiarlo. Encima de su cabeza colocaron un letrero con la acusación: «Éste es Jesús, el rey de los judíos.» Crucificaron con él a dos bandidos, uno a la derecha y otro a la izquierda. Los que pasaban lo injuriaban y decían, meneando la cabeza:
Gr. «Tú que destruías el templo y lo reconstruías en tres días, sálvate a ti mismo; si eres Hijo de Dios, baja de la cruz.»
C. Los sumos sacerdotes con los escribas y los ancianos se burlaban también, diciendo:
Gr. «A otros ha salvado, y él no se puede salvar. ¿No es el rey de Israel? Que baje ahora de la cruz, y le creeremos. ¿No ha confiado en Dios? Si tanto lo quiere Dios, que lo libre ahora. ¿No decía que era Hijo de Dios?»
C. Hasta los bandidos que estaban crucificados con él lo insultaban. Desde el mediodía hasta la media tarde, vinieron tinieblas sobre toda aquella región. A media tarde, Jesús gritó:
+ «Elí, Elí, lamá sabaktaní.»
C. (Es decir:
+ «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?»)
C. Al oírlo, algunos de los que estaban por allí dijeron:
Gr. «A Elías llama éste.»
C. Uno de ellos fue corriendo; en seguida, cogió una esponja empapada en vinagre y, sujetándola en una caña, le dio a beber. Los demás decían:
Gr. «Déjalo, a ver si viene Elías a salvarlo.»
C. Jesús dio otro grito fuerte y exhaló el espíritu.
Todos se arrodillan, y se hace una pausa
C. Entonces, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; la tierra tembló, las rocas se rajaron. Las tumbas se abrieron, y muchos cuerpos de santos que habían muerto resucitaron. Después que él resucitó, salieron de las tumbas, entraron en la Ciudad santa y se aparecieron a muchos. El centurión y sus hombres, que custodiaban a Jesús, el ver el terremoto y lo que pasaba, dijeron aterrorizados:
Gr. «Realmente éste era Hijo de Dios.»
C. Había allí muchas mujeres que miraban desde lejos, aquellas que habían seguido a Jesús desde Galilea para atenderlo; entre ellas, María Magdalena y María, la madre de Santiago y José, y la madre de los Zebedeos. Al anochecer, llegó un hombre rico de Arimatea, llamado José, que era también discípulo de Jesús. Éste acudió a Pilato a pedirle el cuerpo de Jesús. Y Pilato mandó que se lo entregaran. José, tomando el cuerpo de Jesús, lo envolvió en una sábana limpia, lo puso en el sepulcro nuevo que se había excavado en una roca, rodó una piedra grande a la entrada del sepulcro y se marchó. María Magdalena y la otra María se quedaron allí, sentadas enfrente del sepulcro. A la mañana siguiente, pasado el día de la Preparación, acudieron en grupo los sumos sacerdotes y los fariseos a Pilato y le dijeron:
S. «Señor, nos hemos acordado que aquel impostor, estando en vida, anunció: "A los tres días resucitaré." Por eso, da orden de que vigilen el sepulcro hasta el tercer día, no sea que vayan sus discípulos, roben el cuerpo y digan al pueblo: "Ha resucitado de entre los muertos." La última impostura sería peor que la primera.»
C. Pilato contestó:
S. «Ahí tenéis la guardia. Id vosotros y asegurad la vigilancia como sabéis.»
C. Ellos fueron, sellaron la piedra y con la guardia aseguraron la vigilancia del sepulcro.

CREDO
ORACIÓN DE LOS FIELES
Imploremos, hermanos, a Jesús, el Sumo Sacerdote de la fe que profesamos, que en la cruz presentó, con lágrimas en los ojos, oraciones y súplicas al Padre, y oremos también nosotros por todos los hombres:
Para que el Señor, que en la cruz excusó y pidió perdón por los ignorantes, tenga piedad de los fieles que han caído en el pecado, les dé coraje para recurrir al sacramento de la penitencia y les conceda el gozo del perdón y de la paz, roguemos al Señor.
Para que la sangre de Jesús, que habla más favorablemente que la de Abel, reconcilie con Dios a los que aún están lejos a causa de la ignorancia, la indiferencia, la maldad o las propias pasiones, roguemos al Señor.
Para que el Señor, que en la cruz experimentó la amargura de sentirse triste y abandonado, se apiade de los enfermos, los afligidos y los oprimidos y les envíe a su ángel para que los conforte, roguemos al Señor.
Para que el Señor, que recibió en su reino al ladrón arrepentido, se apiade de nosotros, nos dé sentimientos de contrición y nos admita, después de la muerte, en su paraíso, roguemos al Señor.
Dios todopoderoso y eterno, que enviaste a tu Hijo al mundo, para que, con su pasión, destruyese el pecado y la muerte y, con su resurrección, nos devolviese la vida y la felicidad, escucha las oraciones de tu pueblo y haz que podamos gozar de los frutos de la cruz gloriosa de Jesucristo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
PREFACIO
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Él, que era inocente, quiso padecer por los pecadores y fue condenado injustamente para salvar a los culpables; al morir, borró nuestros pecados, y al resucitar, nos obtuvo la salvación.
Por eso, con todos los ángeles te alabamos, diciendo con alegría:
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Mateo 26,42
Padre mío, si este cáliz no puede pasar sin que yo lo beba, hágase tu voluntad.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados con tus sagrados dones, te pedimos, Padre, que así como por la muerte de tu Hijo nos haces esperar lo que creemos, por su resurrección lleguemos a la gloria que anhelamos. Por Jesucristo, nuestro Señor.







Domingo 26 de Marzo: Quinto Domingo de Cuaresma (Año A)
ANTÍFONA DE ENTRADA Cf. Salmo 42, 1-2 
Hazme justicia, Señor, y defiende mi causa contra la gente sin piedad: líbrame del hombre falso y perverso, Señor, porque tú eres mi Dios, mi fortaleza.
ORACIÓN COLECTA  Señor y Dios nuestro, te rogamos que tu gracia nos conceda participar generosamente de aquel amor que llevó a tu Hijo a entregarse a la muerte por la salvación del mundo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. 


PRIMERA LECTURA
Lectura del profeta Ezequiel 37, 12-14
Así habla el Señor: Yo voy a abrir las tumbas de ustedes, los haré salir de ellas, y los haré volver, pueblo mío, a la tierra de Israel. Y cuando abra sus tumbas y los haga salir de ellas, ustedes, mi pueblo, sabrán que Yo soy el Señor. Yo pondré mi espíritu en ustedes, y vivirán; los estableceré de nuevo en su propio suelo, y así sabrán que Yo, el Señor, lo he dicho y lo haré.
SALMO RESPONSORIAL  129, 1-5. 6c-8
R/. En el Señor se encuentra la misericordia.
- Desde lo más profundo te invoco, Señor. ¡Señor, oye mi voz! Estén tus oídos atentos al clamor de mi plegaria. 
- Si tienes en cuenta las culpas, Señor, ¿quién podrá subsistir? Pero en ti se encuentra el perdón, para que seas temido. 
- Mi alma espera en el Señor, y yo confío en su palabra. Como el centinela espera la aurora, espere Israel al Señor. 
- Porque en Él se encuentra la misericordia y la redención en abundancia: Él redimirá a Israel de todos sus pecados. 
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los Romanos 8, 8-11
Hermanos: Los que viven de acuerdo con la carne no pueden agradar a Dios. Pero ustedes no están animados por la carne sino por el espíritu, dado que el Espíritu de Dios habita en ustedes.
El que no tiene el Espíritu de Cristo no puede ser de Cristo. Pero si Cristo vive en ustedes, aunque el cuerpo esté sometido a la muerte a causa del pecado, el espíritu vive a causa de la justicia. Y si el Espíritu de Aquél que resucitó a Jesús habita en ustedes, el que resucitó a Cristo Jesús también dará vida a sus cuerpos mortales, por medio del mismo Espíritu que habita en ustedes.
ACLAMACIÓN    Juan 11, 25a. 26
“Yo soy la Resurrección y la Vida. El que cree en mí no morirá jamás”, dice el Señor.

EVANGELIO
Yo soy la resurrección y la vida.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan   11, 1-45
Había un hombre enfermo, Lázaro de Betania, del pueblo de María y de su hermana Marta. María era la misma que derramó perfume sobre el Señor y le secó los pies con sus cabellos. Su hermano Lázaro era el que estaba enfermo. Las hermanas enviaron a decir a Jesús: “Señor, el que tú amas, está enfermo”.
Al oír esto, Jesús dijo: “Esta enfermedad no es mortal; es para gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella”. Jesús quería mucho a Marta, a su hermana y a Lázaro. Sin embargo, cuando oyó que éste se encontraba enfermo, se quedó dos días más en el lugar donde estaba. Después dijo a sus discípulos: “Volvamos a Judea”.
Los discípulos le dijeron: “Maestro, hace poco los judíos querían apedrearte, ¿y quieres volver allá?” Jesús les respondió: “¿Acaso no son doce las horas del día? El que camina de día no tropieza, porque ve la luz de este mundo; en cambio, el que camina de noche tropieza, porque la luz no está en él”.
Después agregó: “Nuestro amigo Lázaro duerme, pero Yo voy a despertarlo”.
Sus discípulos le dijeron: “Señor, si duerme, se sanará”. Ellos pensaban que hablaba del sueño, pero Jesús se refería a la muerte. Entonces les dijo abiertamente: “Lázaro ha muerto, y me alegro por ustedes de no haber estado allí, a fin de que crean. Vayamos a verlo”.
Tomás, llamado el Mellizo, dijo a los otros discípulos: “Vayamos también nosotros a morir con él”.
Cuando Jesús llegó, se encontró con que Lázaro estaba sepultado desde hacía cuatro días. Betania distaba de Jerusalén sólo unos tres kilómetros. Muchos judíos habían ido a consolar a Marta y a María, por la muerte de su hermano. Al enterarse de que Jesús llegaba, Marta salió a su encuentro, mientras María permanecía en la casa. Marta dijo a Jesús: “Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto. Pero yo sé que aun ahora, Dios te concederá todo lo que le pidas”.
Jesús le dijo: “Tu hermano resucitará”.
Marta le respondió: “Sé que resucitará en la resurrección del último día”.
Jesús le dijo: “Yo soy la Resurrección y la Vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá; y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?”
Ella le respondió: “Sí, Señor, creo que Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que debía venir al mundo”. Después fue a llamar a María, su hermana, y le dijo en voz baja: “El Maestro está aquí y te llama”. Al oír esto, ella se levantó rápidamente y fue a su encuentro. Jesús no había llegado todavía al pueblo, sino que estaba en el mismo sitio donde Marta lo había encontrado. Los judíos que estaban en la casa consolando a María, al ver que ésta se levantaba de repente y salía, la siguieron, pensando que iba al sepulcro para llorar allí. María llegó adonde estaba Jesús y, al verlo, se postró a sus pies y le dijo: “Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto”.
Jesús, al verla llorar a ella, y también a los judíos que la acompañaban, conmovido y turbado, preguntó: “¿Dónde lo pusieron?”  Le respondieron: “Ven, Señor, y lo verás”.  Y Jesús lloró.
Los judíos dijeron: “¡Cómo lo amaba!”  Pero algunos decían: “Éste que abrió los ojos del ciego de nacimiento, ¿no podía impedir que Lázaro muriera?”
Jesús, conmoviéndose nuevamente, llegó al sepulcro, que era una cueva con una piedra encima, y dijo: “Quiten la piedra”.  Marta, la hermana del difunto, le respondió: “Señor, huele mal; ya hace cuatro días que está muerto”. Jesús le dijo: “¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?”
Entonces quitaron la piedra, y Jesús, levantando los ojos al cielo, dijo: “Padre, te doy gracias porque me oíste. Yo sé que siempre me oyes, pero lo he dicho por esta gente que me rodea, para que crean que Tú me has enviado”.
Después de decir esto, gritó con voz fuerte: “¡Lázaro, ven afuera!”. El muerto salió con los pies y las manos atados con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: “Desátenlo para que pueda caminar”.  Al ver lo que hizo Jesús, muchos de los judíos que habían ido a casa de María creyeron en Él.



CREDO
ORACIÓN DE LOS FIELES
Oremos, hermanos, al Señor, que no desea la muerte del pecador, sino que se convierta y viva, y pidámosle que tenga misericordia de su pueblo penitente:
- Para que el Redentor del mundo, que se entregó a la muerte para vivificar a su pueblo, libere a la Iglesia de todo mal, roguemos al Señor.
- Para que el Redentor del mundo, que oró en la cruz por quienes lo crucificaban, interceda ante del Padre por los pecadores, roguemos al Señor.
- Para que el Redentor del mundo, que experimentó en la cruz el sufrimiento y la angustia, se compadezca de los que sufren, les dé fortaleza y paciencia y ponga fin a sus dolores, roguemos al Señor.
- Para que el Redentor del mundo, a nosotros sus siervos, que en estos días nos disponemos a recordar con veneración su cruz, nos reconforte con la fuerza de su resurrección, roguemos al Señor.
Señor Dios, gloria del hombre viviente, que manifestaste tu compasión en las lágrimas que tu Hijo derramó ante la tumba de su amigo Lázaro, contempla los sufrimientos de la Iglesia, que llora por sus hijos muertos a causa del pecado, y, con la fuerza del Espíritu Santo, concede a los que han muerto por sus culpas la resurrección y la vida nueva de la gracia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 
Escúchanos, Dios todopoderoso, y por este sacrificio purifica a estos hijos tuyos que has iniciado en la fe cristiana. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO 
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro. 
Él, como hombre verdadero lloró la muerte de su amigo Lázaro, y, como Dios eterno, lo resucitó del sepulcro; compadecido de nosotros, los hombres, por estos santos misterios nos lleva a la vida nueva. 
Por él, adoran tu grandeza los coros de los ángeles, que se alegran eternamente en tu presencia. Permítenos asociarnos a sus voces cantando tu alabanza: 
Santo, Santo, Santo …
 
ANTÍFONA DE COMUNIÓN   Juan 11, 26 
Dice el Señor: todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás. 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 
Dios todopoderoso, concédenos que podamos contarnos siempre entre los miembros de Cristo, cuyo Cuerpo y Sangre hemos recibido. Que vive y reina por los siglos de los siglos. 



Domingo 19 de Marzo: Cuarto Domingo de Cuaresma (Año A)

ANTÍFONA DE ENTRADA Cf. Isaías 66,10-11
Alégrese, Jerusalén, y que se congreguen cuantos la aman. Compartan su alegría los que estaban tristes, vengan a saciarse con su felicidad.
ORACIÓN COLECTA  Dios nuestro, que reconcilias maravillosamente al género humano por tu Palabra hecha carne; te pedimos que el pueblo cristiano se disponga a celebrar las próximas fiestas pascuales con una fe viva y una entrega generosa. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

PRIMERA LECTURA
Lectura del primer libro de Samuel 16, 1b. 5b-7. 10-13a
El Señor dijo a Samuel: “¡Llena tu frasco de aceite y parte! Yo te envío a Jesé, el de Belén, porque he visto entre sus hijos al que quiero como rey”.
Samuel fue, purificó a Jesé y a sus hijos y los invitó al sacrificio. Cuando ellos se presentaron, Samuel vio a Eliab y pensó: “Seguro que el Señor tiene ante Él a su ungido”.
Pero el Señor dijo a Samuel: “No te fijes en su aspecto ni en lo elevado de su estatura, porque Yo lo he descartado. Dios no mira como mira el hombre; porque el hombre ve las apariencias, pero Dios ve el corazón”.
Así Jesé hizo pasar ante Samuel a siete de sus hijos, pero Samuel dijo a Jesé: “El Señor no ha elegido a ninguno de éstos”.
Entonces Samuel preguntó a Jesé: “¿Están aquí todos los muchachos?”
Él respondió: “Queda todavía el más joven, que ahora está apacentando el rebaño”.
Samuel dijo a Jesé: “Manda a buscarlo, porque no nos sentaremos a la mesa hasta que llegue aquí”.
Jesé lo hizo venir: era de tez clara, de hermosos ojos y buena presencia. Entonces el Señor dijo a Samuel: “Levántate y úngelo, porque es éste”.
Samuel tomó el frasco de óleo y lo ungió en presencia de sus hermanos. Y desde aquel día, el espíritu del Señor descendió sobre David.

SALMO RESPONSORIAL     22, 1-6
R/. El Señor es mi pastor, nada me puede faltar.
- El Señor es mi pastor, nada me puede faltar. Él me hace descansar en verdes praderas, me conduce a las aguas tranquilas y repara mis fuerzas. 
- Me guía por el recto sendero, por amor de su Nombre. Aunque cruce por oscuras quebradas, no temeré ningún mal, porque Tú estás conmigo: tu vara y tu bastón me infunden confianza. 
- Tú preparas ante mí una mesa, frente a mis enemigos; unges con óleo mi cabeza y mi copa rebosa. 
- Tu bondad y tu gracia me acompañan a lo largo de mi vida; y habitaré en la Casa del Señor, por muy largo tiempo.

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los Efesios 5,8-14
Hermanos: Antes, ustedes eran tinieblas, pero ahora son luz en el Señor. Vivan como hijos de la luz. Ahora bien, el fruto de la luz es la bondad, la justicia y la verdad. Sepan discernir lo que agrada al Señor, y no participen de las obras estériles de las tinieblas; al contrario, pónganlas en evidencia. Es verdad que resulta vergonzoso aun mencionar las cosas que esa gente hace ocultamente. Pero cuando se las pone de manifiesto, aparecen iluminadas por la luz, porque todo lo que se pone de manifiesto es luz.
Por eso se dice: “Despiértate, tú que duermes, levántate de entre los muertos, y Cristo te iluminará”.

ACLAMACIÓN    Juan 8,12
“Yo soy la luz del mundo, el que me sigue tendrá la luz de la Vida”, dice el Señor.
EVANGELIO
Fue, se lavó y vio.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan   9, 1-41
Jesús vio a un hombre ciego de nacimiento. Sus discípulos le preguntaron: “Maestro, ¿quién ha pecado, él o sus padres, para que haya nacido ciego?”
“Ni él ni sus padres han pecado, -respondió Jesús-; nació así para que se manifiesten en él las obras de Dios.
Debemos trabajar en las obras de Aquél que me envió, mientras es de día; llega la noche, cuando nadie puede trabajar. Mientras estoy en el mundo, soy la luz del mundo”.
Después que dijo esto, escupió en la tierra, hizo barro con la saliva y lo puso sobre los ojos del ciego, diciéndole: “Ve a lavarte a la piscina de Siloé”, que significa “Enviado”.
El ciego fue, se lavó y, al regresar, ya veía.
Los vecinos y los que antes lo habían visto mendigar, se preguntaban: “¿No es éste el que se sentaba a pedir limosna?”
Unos opinaban: “Es el mismo”. “No, respondían otros, es uno que se le parece”.
Él decía: “Soy realmente yo”.
Ellos le dijeron: “¿Cómo se te han abierto los ojos?”
Él respondió: “Ese hombre que se llama Jesús hizo barro, lo puso sobre mis ojos y me dijo: “Ve a lavarte a Siloé”. Yo fui, me lavé y vi”.
Ellos le preguntaron: “¿Dónde está?”
Él respondió: “No lo sé”.
El que había sido ciego fue llevado ante los fariseos. Era sábado cuando Jesús hizo barro y le abrió los ojos. Los fariseos, a su vez, le preguntaron cómo había llegado a ver.
Él les respondió: “Me puso barro sobre los ojos, me lavé y veo”.
Algunos fariseos decían: “Ese hombre no viene de Dios, porque no observa el sábado”.
Otros replicaban: “¿Cómo un pecador puede hacer semejantes signos?”
Y se produjo una división entre ellos. Entonces dijeron nuevamente al ciego: “Y tú, ¿qué dices del que te abrió los ojos?”El hombre respondió: “Es un profeta”.
Sin embargo, los judíos no querían creer que ese hombre había sido ciego y que había llegado a ver, hasta que llamaron a sus padres y les preguntaron: “¿Es este el hijo de ustedes, el que dicen que nació ciego? ¿Cómo es que ahora ve?”
Sus padres respondieron: “Sabemos que es nuestro hijo y que nació ciego, pero cómo es que ahora ve y quién le abrió los ojos, no lo sabemos. Pregúntenle a él: tiene edad para responder por su cuenta”.
Sus padres dijeron esto por temor a los judíos, que ya se habían puesto de acuerdo para excluir de la sinagoga al que reconociera a Jesús como Mesías. Por esta razón dijeron: “Tiene bastante edad, pregúntenle a él”.
Los judíos llamaron por segunda vez al que había sido ciego y le dijeron: “Glorifica a Dios. Nosotros sabemos que ese hombre es un pecador”.
“Yo no sé si es un pecador, respondió; lo que sé es que antes yo era ciego y ahora veo”.
Ellos le preguntaron: “¿Qué te ha hecho? ¿Cómo te abrió los ojos?”
Él les respondió: “Ya se lo dije y ustedes no me han escuchado. ¿Por qué quieren oírlo de nuevo? ¿También ustedes quieren hacerse discípulos suyos?”
Ellos lo injuriaron y le dijeron: “¡Tú serás discípulo de ese hombre; nosotros somos discípulos de Moisés! Sabemos que Dios habló a Moisés, pero no sabemos de dónde es éste”.
El hombre les respondió: “Esto es lo asombroso: que ustedes no sepan de dónde es, a pesar de que me ha abierto los ojos. Sabemos que Dios no escucha a los pecadores, pero sí al que lo honra y cumple su voluntad. Nunca se oyó decir que alguien haya abierto los ojos a un ciego de nacimiento. Si este hombre no viniera de Dios, no podría hacer nada”.
Ellos le respondieron: “Tú naciste lleno de pecado, y ¿quieres darnos lecciones?” Y lo echaron.
Jesús se enteró de que lo habían echado y, al encontrarlo, le preguntó: “¿Crees en el Hijo del hombre?”
Él respondió: “¿Quién es, Señor, para que crea en Él?”
Jesús le dijo: “Tú lo has visto: es el que te está hablando”.
Entonces él exclamó: “Creo, Señor”, y se postró ante Él.
Después Jesús agregó: “He venido a este mundo para un juicio: Para que vean los que no ven y queden ciegos los que ven”.
Los fariseos que estaban con Él oyeron esto y le dijeron: “¿Acaso también nosotros somos ciegos?” Jesús les respondió: “Si ustedes fueran ciegos, no tendrían pecado, pero como dicen: “Vemos”, su pecado permanece”.

CREDO
ORACIÓN DE LOS FIELES
Oremos, hermanos, al Señor, que no desea la muerte del pecador, sino que se convierta y viva, y pidámosle que tenga misericordia de su pueblo penitente:
- Para que Dios aumente la fe y fortalezca la voluntad de los que se preparan a recibir en estos días cuaresmales el sacramento de la penitencia y les conceda un verdadero arrepentimiento de sus culpas, roguemos al Señor.
- Para que el Señor abra la inteligencia y el corazón de los incrédulos, de manera que lleguen al conocimiento de la verdad, y en la fe encuentren aquel descanso que tanto desea su corazón, roguemos al Señor.
- Para que Dios conceda su ayuda a los enfermos, a los pobres, a los que se sienten tentados y a todos aquellos que con su sufrimiento participan de la cruz de Cristo, roguemos al Señor.
- Para que todos nosotros perseveremos en el esfuerzo cuaresmal y lleguemos, purificados e iluminados, a las fiestas de Pascua que se acercan, roguemos al Señor.
Dios nuestro, Padre de la luz, que conoces hasta lo más recóndito de nuestro corazón, no permitas que nos domine el poder de las tinieblas, antes bien abre nuestros ojos a la luz del Espíritu, para que podamos ver a aquel que has enviado para iluminar al mundo y creamos únicamente en él, Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 
Te presentamos con alegría, Señor, estos dones para la salvación eterna; ayúdanos a celebrarlos con fidelidad y a ofrecerlos dignamente por la redención del mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
PREFACIO 
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro. 
Él mismo, por el misterio de la encarnación, llevó hasta la luz de la fe a los que caminaban en las tinieblas, e hizo renacer a los que habían nacido en la esclavitud del pecado convirtiéndolos en hijos adoptivos por el bautismo. 
Por eso, Padre, te adoran el cielo y la tierra entonando un canto nuevo, y nosotros con todos los ángeles te alabamos, diciendo sin cesar: 
Santo, Santo, Santo …
 
ANTÍFONA DE COMUNIÓN   Cf. Juan 9,11.38 
El Señor hizo barro y lo puso sobre mis ojos; entonces fui, me lavé y vi, y creí en Dios. 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 
Padre, que iluminas a todo hombre que viene a este mundo, te pedimos que alumbres nuestros corazones con el esplendor de tu gracia, para que nuestros pensamientos sean dignos de ti y aprendamos a amarte de todo corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor.







Domingo 12 de Marzo: Tercer Domingo de Cuaresma (Año A)

ANTÍFONA DE ENTRADA Cf. Salmo  24,15-16 
Mis ojos están siempre fijos en el Señor, porque él sacará mis pies de la trampa. Mírame y ten piedad de mí, Señor, porque estoy solo y afligido.
 
ORACIÓN COLECTA  Dios de misericordia y origen de todo bien, que en el ayuno, la oración y la limosna nos muestras el remedio del pecado, mira con agrado el reconocimiento de nuestra pequeñez, para que seamos aliviados por tu misericordia quienes nos humillamos interiormente. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del ëxodo 17, 1-7
Toda la comunidad de los israelitas partió del desierto de Sin y siguió avanzando por etapas, conforme a la orden del Señor. Cuando acamparon en Refidim, el pueblo no tenía agua para beber. Entonces acusaron a Moisés y le dijeron: “Danos agua para que podamos beber”.
Moisés les respondió: “¿Por qué me acusan? ¿Por qué provocan al Señor?”
El pueblo, torturado por la sed, protestó contra Moisés diciendo: “¿Para qué nos hiciste salir de Egipto? ¿Sólo para hacernos morir de sed, junto con nuestros hijos y nuestro ganado?”
Moisés pidió auxilio al Señor, diciendo: “¿Cómo tengo que comportarme con este pueblo, si falta poco para que me maten a pedradas?”
El Señor respondió a Moisés: “Pasa delante del pueblo, acompañado de algunos ancianos de Israel, y lleva en tu mano el bastón con que golpeaste las aguas del Nilo. Ve, porque Yo estaré delante de ti, allá sobre la roca, en Horeb. Tú golpearás la roca, y de ella brotará agua para que beba el pueblo”.
Así lo hizo Moisés, a la vista de los ancianos de Israel.
Aquel lugar recibió el nombre de Masá -que significa “Provocación”- y de Meribá -que significa “Querella”- a causa de la acusación de los israelitas, y porque ellos provocaron al Señor, diciendo: “¿El Señor está realmente entre nosotros, o no?”

SALMO RESPONSORIAL   94, 1-2. 6-9
R/. Cuando escuchen la voz del Señor, no endurezcan el corazón.
- ¡Vengan, cantemos con júbilo al Señor, aclamemos a la Roca que nos salva! ¡Lleguemos hasta Él dándole gracias, aclamemos con música al Señor! 
- ¡Entren, inclinémonos para adorarlo! ¡Doblemos la rodilla ante el Señor que nos creó! Porque Él es nuestro Dios, y nosotros, el pueblo que Él apacienta, las ovejas conducidas por su mano. 
- Ojalá hoy escuchen la voz del Señor: “No endurezcan su corazón como en Meribá, como en el día de Masá, en el desierto, cuando sus padres me tentaron y provocaron, aunque habían visto mis obras”.
 
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los Romanos 5, 1-2. 5-8
Hermanos: Justificados por la fe, estamos en paz con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo. Por Él hemos alcanzado, mediante la fe, la gracia en la que estamos afianzados, y por Él nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Y la esperanza no quedará defraudada, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo, que nos ha sido dado.
En efecto, cuando todavía éramos débiles, Cristo, en el tiempo señalado, murió por los pecadores. Difícilmente se encuentra alguien que dé su vida por un hombre justo; tal vez alguno sea capaz de morir por un bienhechor. Pero la prueba de que Dios nos ama es que Cristo murió por nosotros cuando todavía éramos pecadores.

ACLAMACIÓN    Juan 4,42.15
Señor, Tú eres verdaderamente el Salvador del mundo; dame agua viva para que no tenga más sed.

EVANGELIO
El manantial que brotará hasta la vida eterna.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan   4, 5-42
Jesús llegó a una ciudad de Samaría llamada Sicar, cerca de las tierras que Jacob había dado a su hijo José. Allí se encuentra el pozo de Jacob. Jesús, fatigado del camino, se había sentado junto al pozo. Era la hora del mediodía.
Una mujer de Samaría fue a sacar agua, y Jesús le dijo: “Dame de beber”.
Sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar alimentos.
La samaritana le respondió: “¡Cómo! ¿Tú, que eres judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?” Los judíos, en efecto, no se trataban con los samaritanos.
Jesús le respondió: “Si conocieras el don de Dios y quién es el que te dice: “Dame de beber”, tú misma se lo hubieras pedido, y Él te habría dado agua viva”.
“Señor, le dijo ella, no tienes nada para sacar el agua y el pozo es profundo. ¿De dónde sacas esa agua viva? ¿Eres acaso más grande que nuestro padre Jacob, que nos ha dado este pozo, donde él bebió, lo mismo que sus hijos y sus animales?”
Jesús le respondió: “El que beba de esta agua tendrá nuevamente sed, pero el que beba del agua que Yo le daré, nunca más volverá a tener sed. El agua que Yo le daré se convertirá en él en manantial que brotará hasta la Vida eterna”.
“Señor, le dijo la mujer, dame de esa agua para que no tenga más sed y no necesite venir hasta aquí a sacarla”.
Jesús le respondió: “Ve, llama a tu marido y vuelve aquí”.
La mujer respondió: “No tengo marido”.
Jesús continuó: “Tienes razón al decir que no tienes marido, porque has tenido cinco y el que ahora tienes no es tu marido; en eso has dicho la verdad”.
La mujer le dijo: “Señor, veo que eres un profeta. Nuestros padres adoraron en esta montaña, y ustedes dicen que es en Jerusalén donde se debe adorar”.
Jesús le respondió: “Créeme, mujer, llega la hora en que ni en esta montaña ni en Jerusalén ustedes adorarán al Padre. Ustedes adoran lo que no conocen; nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene de los judíos. Pero la hora se acerca, y ya ha llegado, en que los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque esos son los adoradores que quiere el Padre. Dios es espíritu, y los que lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad”.
La mujer le dijo: “Yo sé que el Mesías, llamado Cristo, debe venir. Cuando Él venga, nos anunciará todo”.
Jesús le respondió: “Soy Yo, el que habla contigo”.
En ese momento llegaron sus discípulos y quedaron sorprendidos al verlo hablar con una mujer. Sin embargo, ninguno le preguntó: “¿Qué quieres de ella?” o “¿Por qué hablas con ella?”
La mujer, dejando allí su cántaro, corrió a la ciudad y dijo a la gente: “Vengan a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que hice. ¿No será el Mesías?”
Salieron entonces de la ciudad y fueron a su encuentro.
Mientras tanto, los discípulos le insistían a Jesús, diciendo: “Come, Maestro”. Pero Él les dijo: “Yo tengo para comer un alimento que ustedes no conocen”.
Los discípulos se preguntaban entre sí: “¿Alguien le habrá traído de comer?”
Jesús les respondió: “Mi comida es hacer la voluntad de Aquél que me envió y llevar a cabo su obra. Ustedes dicen que aún faltan cuatro meses para la cosecha. Pero Yo les digo: Levanten los ojos y miren los campos: ya están madurando para la siega.
Ya el segador recibe su salario y recoge el grano para la Vida eterna; así el que siembra y el que cosecha comparten una misma alegría. Porque en esto se cumple el proverbio: “Uno siembra y otro cosecha”. Yo los envié a cosechar adonde ustedes no han trabajado; otros han trabajado, y ustedes recogen el fruto de sus esfuerzos”.
Muchos samaritanos de esa ciudad habían creído en Él por la palabra de la mujer, que atestiguaba: “Me ha dicho todo lo que hice”. Por eso, cuando los samaritanos se acercaron a Jesús, le rogaban que se quedara con ellos, y Él permaneció allí dos días. Muchos más creyeron en Él, a causa de su palabra. Y decían a la mujer: “Ya no creemos por lo que tú has dicho; nosotros mismos lo hemos oído y sabemos que Él es verdaderamente el Salvador del mundo”.


CREDO
ORACIÓN DE LOS FIELES
Instruidos por el ejemplo de Jesús, el Señor, que en el desierto se entregaba a la oración, oremos también nosotros con insistencia a nuestro Dios:
- Para que todos los fieles, por medio de las penitencias y prácticas cuaresmales, sean purificados de sus culpas y vean fortalecida su vida cristiana, roguemos al Señor.
- Para que todos los pueblos alcancen la paz, la tranquilidad y el bienestar necesario y puedan así buscar más fácilmente los bienes del cielo, roguemos al Señor.
- Para que el Señor conceda su fuerza a los que se ven tentados o se sienten turbados, infunda el deseo de la conversión a los pecadores y otorgue el consuelo del cielo a los que están tristes o abatidos, roguemos al Señor.
- Para que infunda en todos nosotros el deseo de una verdadera conversión, a fin de que nos preparemos a celebrar debidamente el sacramento pascual de la penitencia, roguemos al Señor.

Señor nuestro, fuente de todo bien, que nunca dejas de ofrecernos el agua viva de la gracia que brota de la roca, que es Cristo, el Salvador, escucha nuestras oraciones y concédenos el don del Espíritu, para que manifestemos con valentía nuestra fe y anunciemos con gozo a nuestros hermanos las maravillas de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 
Señor, por este sacrificio concédenos que, así como te pedimos que perdones nuestros pecados, perdonemos también nosotros las faltas de nuestros hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor 
 
PREFACIO 
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro. 
Él mismo, cuando pedía a la Samaritana que le diera de beber, ya había infundido en ella el don de la fe; y si quiso tener sed de la fe de esa mujer fue para encender en ella el fuego de su amor divino. 
Por eso, te damos gracias y proclamamos tu grandeza cantando con los ángeles: 
Santo, Santo, Santo …

ANTÍFONA DE COMUNIÓN   Cf. Juan 4,14 
Dice el Señor: al que beba del agua que yo le daré, ella se convertirá, para él, en un manantial que brotará hasta la vida eterna. 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 
Padre, alimentados en la tierra con el pan del cielo, anticipo de la eterna salvación, te suplicamos que lleves a su plenitud el misterio que se realiza en nosotros. Por Jesucristo, nuestro Señor.






Domingo 5 de Marzo: Segundo Domingo de Cuaresma (Año A)

ANTÍFONA DE ENTRADA Cf. Salmo  26, 8. 9 
Mi corazón sabe que dijiste: busquen mi rostro. Yo busco tu rostro, Señor, no lo apartes de mí.
 
ORACIÓN COLECTA  Padre santo, que nos mandaste escuchar a tu Hijo amado, alimenta nuestro espíritu con tu Palabra, para que, después de haber purificado nuestra mirada interior, podamos contemplar gozosos la gloria de su rostro. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.


PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Génesis 12, 1-4a
El Señor dijo a Abrám: “Deja tu tierra natal y la casa de tu padre, y ve al país que Yo te mostraré. Yo haré de ti una gran nación y te bendeciré; engrandeceré tu nombre y serás una bendición.
Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré al que te maldiga, y por ti se bendecirán todos los pueblos de la tierra”.
Abrám partió, como el Señor se lo había ordenado.

SALMO RESPONSORIAL 32 ,4-5. 18-20. 22
R/. Señor, que descienda tu amor sobre nosotros.
- La palabra del Señor es recta y Él obra siempre con lealtad; Él ama la justicia y el derecho, y la tierra está llena de su amor. 
- Los ojos del Señor están fijos sobre sus fieles, sobre los que esperan en su misericordia, para librar sus vidas de la muerte y sustentarlos en el tiempo de indigencia. 
- Nuestra alma espera en el Señor: Él es nuestra ayuda y nuestro escudo. Señor, que tu amor descienda sobre nosotros, conforme a la esperanza que tenemos en ti. 

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la segunda carta del Apóstol san Pablo a Timoteo   1, 8b-10
Querido hijo: Comparte conmigo los sufrimientos que es necesario padecer por el Evangelio, animado con la fortaleza de Dios. Él nos salvó y nos eligió con su santo llamado, no por nuestras obras, sino por su propia iniciativa y por la gracia: esa gracia que nos concedió en Cristo Jesús, desde toda la eternidad, y que ahora se ha revelado en la Manifestación de nuestro Salvador Jesucristo.
Porque Él destruyó la muerte e hizo brillar la vida incorruptible, mediante la Buena Noticia.

ACLAMACIÓN    Mateo 17,5
Desde la nube resplandeciente se oyó la voz del Padre: “Este es mi Hijo amado; escúchenlo”.

EVANGELIO
Su rostro resplandecía como el sol.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo   17, 1-9
Jesús tomó a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los llevó aparte a un monte elevado. Allí se transfiguró en presencia de ellos: su rostro resplandecía como el sol y sus vestiduras se volvieron blancas como la luz. De pronto se les aparecieron Moisés y Elías, hablando con Jesús.
Pedro dijo a Jesús: “Señor, ¡qué bien estamos aquí! Si quieres, levantaré aquí mismo tres carpas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías”.
Todavía estaba hablando, cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra y se oyó una voz que decía desde la nube: “Éste es mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta mi predilección: escúchenlo”.
Al oír esto, los discípulos cayeron con el rostro en tierra, llenos de temor. Jesús se acercó a ellos y, tocándolos, les dijo: “Levántense, no tengan miedo”.
Cuando alzaron los ojos, no vieron a nadie más que a Jesús solo. Mientras bajaban del monte, Jesús les ordenó: “No hablen a nadie de esta visión, hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos”.



CREDO
ORACIÓN DE LOS FIELES
Imploremos, hermanos, al Dios de misericordia y le pedimos que escuche la oración de su pueblo penitente:
- Para que Dios conceda a sus fieles vivir estos días de Cuaresma con verdadero espíritu de penitencia y prepararse a celebrar con fruto el sacramento del perdón, roguemos al Señor.
- Para que quienes se han apartado del camino del bien y han muerto a causa del pecado escuchen en estos días de Cuaresma la voz del Hijo de Dios y vivan, roguemos al Señor.
- Para que Dios inspire sentimientos de caridad a los que tienen riquezas y multiplique los bienes de la tierra en bien de todos, roguemos al Señor.
- Para que la penitencia cuaresmal aleje de nosotros el amor desordenado a los bienes visibles y sane nuestra aridez espiritual con el deseo de los bienes del cielo, roguemos al Señor.

Dios nuestro, que nos has concedido ser iluminados con la fe del Evangelio, escucha nuestras oraciones y abre nuestros oídos, para que, escuchando siempre la voz de tu Hijo y aceptando en nuestra vida el misterio de la cruz, podamos alcanzar la gloria de tu reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 
Te pedimos, Señor, que este sacrificio borre nuestros pecados y santifique el cuerpo y el alma de tus fieles, para que podamos celebrar dignamente las fiestas pascuales. Por Jesucristo, nuestro Señor 
 
PREFACIO 
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor Nuestro. 
Él mismo, después de anunciar su muerte a los discípulos, les reveló el esplendor de su gloria en la montaña santa, para mostrar, con el testimonio de la Ley y los Profetas, que por la pasión, debía llegar a la gloria de la resurrección. 
Por eso, con los coros celestiales, te alabamos en la tierra llenos de alegría, cantando sin cesar: 
Santo, Santo, Santo …
 
ANTÍFONA DE COMUNIÓN   Mateo 17, 5 
Éste es mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta mi predilección: escúchenlo. 

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 
Después de haber recibido estos gloriosos misterios, Padre, te damos gracias porque, aun viviendo en la tierra, ya nos haces partícipes de los bienes del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 



Domingo 19 de Febrero: Séptimo Domingo del tiempo ordinario (Año A)

ANTÍFONA DE ENTRADA Cf. Salmo 12,6 
Confío, Señor, en tu misericordia. Se alegra mi corazón con tu auxilio; cantaré al Señor por el bien que me ha hecho.
GLORIA.

ORACIÓN COLECTA  Concédenos, Señor, que la constante meditación de tus misterios nos impulse a decir y hacer siempre lo que sea de tu agrado. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. 


PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Levítico 19,1-2.17-18
En aquellos días, dijo el Señor a Moisés: "Habla a la asamblea de los hijos de Israel y diles: 'Sean santos, porque yo, el Señor, soy santo.
No odies a tu hermano ni en lo secreto de tu corazón. Trata de corregirlo, para que no cargues tú con su pecado. No te vengues ni guardes rencor a los hijos de tu pueblo. Ama a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor'”

SALMO RESPONSORIAL   102, 1-4. 8. 10. 12-13
R/. El Señor es bondadoso y compasivo.
- Bendice al Señor, alma mía, que todo mi ser bendiga a su santo Nombre; bendice al Señor, alma mía, y nunca olvides sus beneficios.
- Él perdona todas tus culpas y sana todas tus dolencias; rescata tu vida del sepulcro, te corona de amor y de ternura.
- El Señor es bondadoso y compasivo, lento para enojarse y de gran misericordia; no nos trata según nuestros pecados ni nos paga conforme a nuestras culpas.
- Cuanto dista el oriente del occidente, así aparta de nosotros nuestros pecados. Como un padre cariñoso con sus hijos, así es cariñoso el Señor con sus fieles.

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los Corintios 3, 16-23
Hermanos: ¿No saben que ustedes son templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes? Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él. Porque el templo de Dios es sagrado, y ustedes son ese templo.
¡Que nadie se engañe! Si alguno de ustedes se tiene por sabio en este mundo, que se haga insensato para ser realmente sabio. Porque la sabiduría de este mundo es locura delante de Dios. En efecto, dice la Escritura: “Él sorprende a los sabios en su propia astucia”, y además: “El Señor conoce los razonamientos de los sabios y sabe que son vanos”.
En consecuencia, que nadie se gloríe en los hombres, porque todo les pertenece a ustedes: Pablo, Apolo o Cefas, el mundo, la vida, la muerte, el presente o el futuro. Todo es de ustedes, pero ustedes son de Cristo y Cristo es de Dios.

ACLAMACIÓN    Juan 2,5
Aleluya. En aquél que cumple la palabra de Cristo, el amor de Dios ha llegado verdaderamente a su plenitud. Aleluya.

EVANGELIO
Amen a sus enemigos.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 5, 38-48
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: Ustedes han oído que se dijo: “Ojo por ojo y diente por diente”. Pero Yo les digo que no hagan frente al que les hace mal: al contrario, si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, preséntale también la otra. Al que quiere hacerte un juicio para quitarte la túnica, déjale también el manto; y si te exige que lo acompañes un kilómetro, camina dos con él.
Da al que te pide, y no le vuelvas la espalda al que quiere pedirte algo prestado.
Ustedes han oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo” y odiarás a tu enemigo. Pero Yo les digo: Amen a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores; así serán hijos del Padre que está en el cielo, porque Él hace salir el sol sobre malos y buenos y hace caer la lluvia sobre justos e injustos.
Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen lo mismo los publicanos? Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen lo mismo los paganos?
Por lo tanto, sean perfectos como es perfecto el Padre que está en el cielo.

CREDO
ORACIÓN DE LOS FIELES
Imploremos, hermanos, al Dios de misericordia y pidámosle su ayuda para poder amar y servirle
- Por la paz de todo el mundo, por la prosperidad de las santas Iglesias y por la unión de todos los hombres, roguemos al Señor.
- Por nuestros gobernantes, para que bajo su dirección tengamos una vida feliz y pacífica, roguemos al Señor.
- Por la conservación de la naturaleza, por la abundancia de las cosechas y por el progreso del mundo, roguemos al Señor.
- Por nuestros familiares y amigos que han muerto en la esperanza de la resurrección, para que Dios les conceda el reposo eterno, roguemos al Señor.
 
Dios nuestro, que nos has revelado que la plenitud de la Ley se fundamenta en el amor, escucha las oraciones de tu pueblo y concede a los que hoy nos hemos reunido para ofrecerte el sacrificio perfecto, vivir siempre de acuerdo con las exigencias del Evangelio y ser así para todos los hombres signo de reconciliación y de paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 
Al celebrar estos misterios con la debida reverencia, te suplicamos, Señor, que los dones ofrecidos para tu gloria nos obtengan la salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor 

ANTÍFONA DE COMUNIÓN   Salmo 9, 2-3
Señor, proclamaré todas tus maravillas; quiero alegrarme y regocijarme en ti y cantar himnos a tu nombre, Dios Altísimo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 
Dios todopoderoso, concédenos alcanzar la salvación eterna, cuyo anticipo hemos recibido en este sacramento. Por Jesucristo, nuestro Señor. 


Domingo 12 de Febrero: Sexto Domingo del tiempo ordinario (Año A)

ANTÍFONA DE ENTRADA Cf. Sal 30, 3-4
Señor, sé para mí una roca protectora, un baluarte donde me encuentre a salvo, porque tú eres mi roca
y mi baluarte; por tu nombre, guíame y condúceme.
GLORIA.
ORACIÓN COLECTA Dios nuestro, que te complaces en habitar en los corazones rectos y sencillos, concédenos la gracia de vivir de tal manera que encuentres en nosotros una morada digna de tu agrado. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.


PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Eclesiástico (Sirácide) 15, 15-20
Si quieres, puedes observar los mandamientos y cumplir fielmente lo que agrada al Señor.
Él puso ante ti el fuego y el agua: hacia lo que quieras, extenderás tu mano.
Ante los hombres están la vida y la muerte: a cada uno se le dará lo que prefiera.
Porque grande es la sabiduría del Señor, Él es fuerte y poderoso, y ve todas las cosas. Sus ojos están fijos en aquellos que lo temen y Él conoce todas las obras del hombre.
A nadie le ordenó ser impío ni dio a nadie autorización para pecar.
SALMO RESPONSORIAL 118, 1-2. 4-5. 17-18. 33-34
R/. Felices los que siguen la ley del Señor.
- Felices los que van por un camino intachable, los que siguen la ley del Señor. Felices los que cumplen sus prescripciones y lo buscan de todo corazón.
- Tú promulgaste tus mandamientos para que se cumplieran íntegramente. ¡Ojalá yo me mantenga firme en la observancia de tus preceptos!
- Sé bueno con tu servidor, para que yo viva y pueda cumplir tu palabra. Abre mis ojos, para que contemple las maravillas de tu ley.
- Muéstrame, Señor, el camino de tus preceptos, y yo los cumpliré a la perfección. Instrúyeme, para que observe tu ley y la cumpla de todo corazón.
SEGUNDA LECTURA
Una sabiduría que Dios preparó para nuestra gloria antes que existiera el mundo.
Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto 2, 6-10
Hermanos: Es verdad que anunciamos una sabiduría entre aquéllos que son personas espiritualmente maduras, pero no la sabiduría de este mundo ni la que ostentan los dominadores de este mundo, condenados a la destrucción.
Lo que anunciamos es una sabiduría de Dios, misteriosa y secreta, que Él preparó para nuestra gloria antes que existiera el mundo; aquélla que ninguno de los dominadores de este mundo alcanzó a conocer, porque si la hubieran conocido no habrían crucificado al Señor de la gloria.
Nosotros anunciamos, como dice la Escritura, “lo que nadie vio ni oyó y ni siquiera pudo pensar, aquello que Dios preparó para los que lo aman”.
Dios nos reveló todo esto por medio del Espíritu, porque el Espíritu lo penetra todo, hasta lo más íntimo de Dios.


ACLAMACIÓN Cf. Mt. 11, 25
Aleluya. Bendito eres, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque revelaste los misterios del Reino a los pequeños. Aleluya.
EVANGELIO
Se dijo a los antepasados...pero Yo les digo.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 5, 17-37
Jesús dijo a sus discípulos: No piensen que vine para abolir la Ley o los Profetas: Yo no he venido a abolir, sino a dar cumplimiento.
Les aseguro que no quedarán ni una i ni una coma de la Ley sin cumplirse, antes que desaparezcan el cielo y la tierra.
El que no cumpla el más pequeño de estos mandamientos, y enseñe a los otros a hacer lo mismo, será considerado el menor en el Reino de los Cielos. En cambio, el que los cumpla y enseñe, será considerado grande en el Reino de los Cielos.
Les aseguro que si la justicia de ustedes no es superior a la de los escribas y fariseos, no entrarán en el Reino de los Cielos.
Ustedes han oído que se dijo a los antepasados: “No matarás, y el que mata, debe ser llevado ante el tribunal”. Pero Yo les digo que todo aquél que se irrita contra su hermano, merece ser condenado por un tribunal. Y todo aquél que lo insulta, merece ser castigado por el Tribunal. Y el que lo maldice, merece el infierno.
Por lo tanto, si al presentar tu ofrenda en el altar, te acuerdas de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda ante el altar, ve a reconciliarte con tu hermano, y sólo entonces vuelve a presentar tu ofrenda.
Trata de llegar en seguida a un acuerdo con tu adversario, mientras vas caminando con él, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al guardia, y te pongan preso. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo.
Ustedes han oído que se dijo: “No cometerán adulterio”. Pero Yo les digo: El que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón.
Si tu ojo derecho es para ti una ocasión de pecado, arráncalo y arrójalo lejos de ti: es preferible que se pierda uno solo de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno. Y si tu mano derecha es para ti una ocasión de pecado, córtala y arrójala lejos de ti: es preferible que se pierda uno solo de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno.
También se dijo: “El que se divorcia de su mujer, debe darle una declaración de divorcio”. Pero Yo les digo: El que se divorcia de su mujer, excepto en caso de unión ilegal, la expone a cometer adulterio; y el que se casa con una mujer abandonada por su marido, comete adulterio.
Ustedes han oído también que se dijo a los antepasados: “No jurarás falsamente, y cumplirás los juramentos hechos al Señor”. Pero Yo les digo que no juren de ningún modo: ni por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la Ciudad del gran Rey. No jures tampoco por tu cabeza, porque no puedes convertir en blanco o negro uno solo de tus cabellos.
Digan simplemente sí, cuando es sí; y no, cuando es no. Lo que se diga de más, viene del maligno.


CREDO
ORACIÓN DE LOS FIELES
Imploremos, hermanos, al Dios de misericordia y pidámosle su ayuda para poder invocar su nombre con sentimientos que le agraden:
- Por la paz de todo el mundo, por la prosperidad de las santas Iglesias y por la unión de todos los hombres, roguemos al Señor.
- Por nuestros gobernantes, para que bajo su dirección tengamos una vida feliz y pacífica, roguemos al Señor.
- Por la conservación de la naturaleza, por la abundancia de las cosechas y por el progreso del mundo, roguemos al Señor.
- Por nuestros familiares y amigos que han muerto en la esperanza de la resurrección, para que Dios les conceda el reposo eterno, roguemos al Señor.
Dios nuestro, que nos has revelado que la plenitud de la Ley se fundamenta en el amor, escucha las oraciones de tu pueblo y concede a los que hoy nos hemos reunido para ofrecerte el sacrificio perfecto, vivir siempre de acuerdo con las exigencias del Evangelio y ser así para todos los hombres signo de reconciliación y de paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que esta ofrenda nos purifique y renueve, Señor, y sea causa de recompensa eterna para quienes cumplen tu voluntad. Por Jesucristo, nuestro Señor
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Cf. Salmo 77, 29-30
Ellos comieron y se saciaron, el Señor les dio lo que habían pedido; no fueron defraudados.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Saciados con el pan del cielo, te pedimos, Padre, la gracia de desear siempre este alimento que nos da la vida verdadera. Por Jesucristo, nuestro Señor.






Domingo 5 de Febrero: Quinto Domingo del tiempo ordinario (Año A)

ANTÍFONA DE ENTRADA   Salmo 94, 6-7 
Vengan, inclinémonos para adorar a Dios, doblemos la rodilla ante el Señor que nos creó; porque él es nuestro Dios. 
GLORIA.
 
ORACIÓN COLECTA  Dios nuestro, cuida a tu familia con incansable bondad, y, ya que sólo en ti ha puesto su esperanza, defiéndela siempre con tu protección. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.


PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de Isaías   58,7-10
Así habla el Señor: Si compartes tu pan con el hambriento y albergas a los pobres sin techo, si cubres al que ves desnudo y no te despreocupas de tu propia carne, entonces despuntará tu luz como la aurora y tu llaga no tardará en cicatrizar; delante de ti avanzará tu justicia y detrás de ti irá la gloria del Señor. Entonces llamarás, y el Señor responderá; pedirás auxilio, y Él dirá: “¡Aquí estoy!” Si eliminas de ti todos los yugos, el gesto amenazador y la palabra maligna; si ofreces tu pan al hambriento y sacias al que vive en la penuria, tu luz se alzará en las tinieblas y tu oscuridad será como al mediodía.

SALMO RESPONSORIAL 111, 4-9
R/. Para los buenos brilla una luz en las tinieblas.
- Para los buenos brilla una luz en las tinieblas: es el Bondadoso, el Compasivo y el Justo. Dichoso el que se compadece y da prestado, y administra sus negocios con rectitud. 
- El justo no vacilará jamás, su recuerdo permanecerá para siempre. No tendrá que temer malas noticias: su corazón está firme, confiado en el Señor. 
- Su ánimo está seguro, y no temerá. Él da abundantemente a los pobres: su generosidad permanecerá para siempre, y alzará su frente con dignidad. 

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto 2, 1-5
Hermanos, cuando los visité para anunciarles el misterio de Dios, no llegué con el prestigio de la elocuencia o de la sabiduría. Al contrario, no quise saber nada, fuera de Jesucristo, y Jesucristo crucificado.
Por eso, me presenté ante ustedes débil, temeroso y vacilante.  Mi palabra y mi predicación no tenían nada de la argumentación persuasiva de la sabiduría humana, sino que eran demostración del poder del Espíritu, para que ustedes no basaran su fe en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.

ACLAMACIÓN  Juan 8,12
Aleluya. “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue tendrá la luz de la vida”, dice el Señor. Aleluya.

EVANGELIO
Ustedes son la luz del mundo.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 5, 13-16
Jesús dijo a sus discípulos:
Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal pierde su sabor, ¿con qué se la volverá a salar? Ya no sirve para nada, sino para ser tirada y pisada por los hombres.
Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad situada en la cima de una montaña. Y no se enciende una lámpara para meterla debajo de un cajón, sino que se la pone sobre el candelero para que ilumine a todos los que están en la casa.
Así debe brillar ante los ojos de los hombres la luz que hay en ustedes, a fin de que ellos vean sus buenas obras y glorifiquen a su Padre que está en el cielo.



CREDO
ORACIÓN DE LOS FIELES
Oremos, hermanos, al Padre del Unigénito, al Hijo del Dios eterno y al Espíritu, fuente de todo bien:
R/. Señor, escucha nuestra plegaria.
- Por la Iglesia inmaculada del Dios verdadero, extendida por todo el mundo, pidamos la plena riqueza del amor de Dios.
- Para los que gobiernan los pueblos y tienen en su mano el destino de los hombres, pidamos el espíritu de justicia y el deseo de servir con dedicación a sus súbditos.
- Por los débiles que se ven oprimidos y por los justos que sufren persecuciones, oremos a Jesús, el Salvador.
- Por nosotros mismos, pidamos al Señor un temor filial, un amor ferviente, una vida feliz y una santa muerte.
Dios nuestro, que en la necedad de la cruz has manifestado cómo tu sabiduría está por encima de la prudencia del mundo, escucha nuestras oraciones y haz que penetremos el verdadero espíritu del Evangelio, para que, fervorosos en la fe y fuertes en la caridad, nos convirtamos en luz del mundo que salve la tierra. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 
Señor y Dios nuestro, que has creado los frutos de la tierra para sostener nuestra fragilidad, haz que estos dones se conviertan en sacramento de vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. 
ANTÍFONA DE COMUNIÓN   Salmo  106, 8-9 
Den gracias al Señor por su misericordia y por sus maravillas en favor de los hombres, porque Él sació a los que sufrían sed y colmó de bienes a los hambrientos. 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 
Señor, que nos hiciste compartir el mismo pan y el mismo cáliz, concédenos vivir de tal manera que, unidos en Cristo, demos fruto con alegría para la salvación del mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor.



Domingo 29 de Enero: Cuarto Domingo del tiempo ordinario (Año A)

ANTÍFONA DE ENTRADA   Salmo 105,47
Sálvanos, Señor y Dios nuestro, congréganos de entre las naciones, para que podamos dar gracias a tu santo nombre y gloriarnos en tu alabanza. 
GLORIA.

ORACIÓN COLECTA  Señor y Dios nuestro, concédenos honrarte con todo el corazón y amar a todos con amor verdadero. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de Sofonías 2, 3; 3, 12-13
Busquen al Señor, ustedes, todos los humildes de la tierra, los que ponen en práctica sus decretos. Busquen la justicia, busquen la humildad, tal vez así estarán protegidos en el Día de la ira del Señor. Yo dejaré en medio de ti a un pueblo pobre y humilde, que se refugiará en el nombre del Señor. El resto de Israel no cometerá injusticias ni hablará falsamente; y no se encontrarán en su boca palabras engañosas. Ellos pacerán y descansarán sin que nadie los perturbe.

SALMO RESPONSORIAL 145, 7-10

R/. Felices los que tienen alma de pobres.
- El Señor mantiene su fidelidad para siempre, hace justicia a los oprimidos y da pan a los hambrientos. El Señor libera a los cautivos. 
- El Señor abre los ojos de los ciegos y endereza a los que están encorvados. El Señor ama a los justos. El Señor protege a los extranjeros. 
- Sustenta al huérfano y a la viuda; y entorpece el camino de los malvados. El Señor reina eternamente, reina tu Dios, Sión, a lo largo de las generaciones. 

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los Corintios 1, 26-31
Hermanos, tengan en cuenta quiénes son los que han sido llamados: no hay entre ustedes muchos sabios, hablando humanamente, ni son muchos los poderosos ni los nobles.
Al contrario, Dios eligió lo que el mundo tiene por necio, para confundir a los sabios; lo que el mundo tiene por débil, para confundir a los fuertes; lo que es vil y despreciable y lo que no vale nada, para aniquilar a lo que vale. Así, nadie podrá gloriarse delante de Dios.
Por Él, ustedes están unidos a Cristo Jesús, que por disposición de Dios, se convirtió para nosotros en sabiduría y justicia, en santificación y redención, a fin de que, como está escrito: “El que se gloría, que se gloríe en el Señor”.

ACLAMACIÓN  Mateo 5,12a
Aleluya. Alégrense y regocíjense, porque tendrán una gran recompensa en el cielo. Aleluya.

EVANGELIO
Felices los que tienen alma de pobres.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo  5, 1-12
En aquel tiempo, cuando Jesús vio a la muchedumbre, subió al monte y se sentó. Entonces se le acercaron sus discípulos. Enseguida comenzó a enseñarles y les dijo:
"Felices los que tienen espíritu de pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos.
Felices los afligidos, porque serán consolados.
Felices los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia.
Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.
Felices los compasivos, porque obtendrán misericordia.
Felices los que tienen el corazón puro, porque verán a Dios.
Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios.
Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos. Felices ustedes, cuando sean insultados y perseguidos, y cuando se los calumnie en toda forma a causa de mí.
Alégrense y regocíjense entonces, porque ustedes tendrán una gran recompensa en el cielo; de la misma manera persiguieron a los profetas que los precedieron".
CREDO
ORACIÓN DE LOS FIELES
Presentemos al Padre nuestras súplicas, con el corazón abierto  al mundo entero, diciendo:
R/. Señor, escucha nuestra plegaria.
- Por la Iglesia, por todos los que, en cualquier lugar del mundo, quieren seguir el Evangelio de Jesucristo, roguemos al Señor.
- Por los gobernantes del mundo y de nuestro país, por los políticos, por los responsables de la economía, y por los trabajadores de la administración pública, roguemos al Señor.
- Por los países que viven sometidos a la tragedia del hambre o de la guerra, por los enfermos y prisioneros, por los pobres y todos los que sufren, roguemos al Señor.
- Por todos los que estamos aquí reunidos, para que el Señor nos conceda perseverar en la fe y progresar en el mutuo amor, roguemos al Señor.
Escucha, Padre, nuestra oración, y concédenos seguir siempre el camino de felicidad que nos ha mostrado tu Hijo Jesucristo, que contigo vive y reina por los siglos de los siglos.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 
Presentamos ante tu altar, Señor, los dones de nuestra entrega; te rogamos que los aceptes con bondad y los conviertas en el sacramento de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor. 
 
ANTÍFONA DE COMUNIÓN   Salmo 30,17-18 
Vuelve, Señor tus ojos a tu siervo y sálvame por tu misericordia. A ti, Señor me acojo, que no quede yo nunca defraudado.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 
Te rogamos, Señor, que, alimentados con el don de nuestra redención, este auxilio de salvación eterna afiance siempre nuestra fe en la verdad. Por Jesucristo, nuestro Señor.






Domingo 22 de Enero: Tercer Domingo del tiempo ordinario (Año A)

ANTÍFONA DE ENTRADA   Salmo 95,1.6
Canten al Señor un canto nuevo, cante al Señor toda la tierra. En su presencia hay esplendor y majestad, en su santuario, poder y hermosura.
 
ORACIÓN COLECTA  Dios todopoderoso y eterno, ordena nuestra vida según tu voluntad para que, en el nombre de tu Hijo amado, podamos dar con abundancia frutos de buenas obras. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de Isaías 8, 23b-9,3
En un primer tiempo, el Señor humilló al país de Zabulón y al país de Neftalí, pero en el futuro llenará de gloria la ruta del mar, el otro lado del Jordán, el distrito de los paganos.
El pueblo que caminaba en las tinieblas ha visto una gran luz; sobre los que habitaban en el país de la oscuridad ha brillado una luz. Tú has multiplicado la alegría, has acrecentado el gozo; ellos se regocijan en tu presencia, como se goza en la cosecha, como cuando reina la alegría por el reparto del botín. Porque el yugo que pesaba sobre él, la barra sobre su espalda y el palo de su carcelero, todo eso lo has destrozado como en el día de Madián.

SALMO RESPONSORIAL   26, 1. 4. 13-14

R/. El Señor es mi luz y mi salvación.
- El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es el baluarte de mi vida, ¿ante quién temblaré? 
- Una sola cosa he pedido al Señor, y esto es lo que quiero: vivir en la Casa del Señor todos los días de mi vida, para gozar de la dulzura del Señor y contemplar su Templo. 
- Yo creo que contemplaré la bondad del Señor en la tierra de los vivientes. Espera en el Señor y sé fuerte; ten valor y espera en el Señor. 

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los Corintios 1,10-14.16-17
Hermanos: En el Nombre de nuestro Señor Jesucristo, yo los exhorto a que se pongan de acuerdo: que no haya divisiones entre ustedes y vivan en perfecta armonía, teniendo la misma manera de pensar y de sentir. Porque los de la familia de Cloe me han contado que hay discordias entre ustedes. Me refiero a que cada uno afirma: “Yo soy de Pablo, yo de Apolo, yo de Cefas, yo de Cristo”.
¿Acaso Cristo está dividido? ¿O es que Pablo fue crucificado por ustedes? ¿O será que ustedes fueron bautizados en el nombre de Pablo? Porque Cristo no me envió a bautizar, sino a anunciar el Evangelio, y no con sabiduría de palabras, para no hacer ineficaz la cruz de Cristo.

ACLAMACIÓN  Mateo 4,23

Aleluya. Jesús proclamaba el Evangelio del Reino y sanaba todas las dolencias de la gente. Aleluya.
EVANGELIO
Se retiró a Galilea para que se cumpliera el anuncio de Isaías.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo   4, 12-23

Cuando Jesús se enteró de que Juan Bautista había sido arrestado, se retiró a Galilea. Y, dejando Nazaret, se estableció en Cafarnaúm, a orillas del lago, en los confines de Zabulón y Neftalí, para que se cumpliera lo que había sido anunciado por el profeta Isaías:
“¡Tierra de Zabulón, tierra de Neftalí, camino del mar, país de la Transjordania, Galilea de las naciones! El pueblo que se hallaba en tinieblas vio una gran luz; sobre los que vivían en las oscuras regiones de la muerte, se levantó una luz”.
A partir de ese momento, Jesús comenzó a proclamar: “Conviértanse, porque el Reino de los Cielos está cerca”.
Mientras caminaba a orillas del mar de Galilea, Jesús vio a dos hermanos: a Simón, llamado Pedro, y a su hermano Andrés, que echaban las redes al mar porque eran pescadores. Entonces les dijo: “Síganme, y Yo los haré pescadores de hombres”.
Inmediatamente, ellos dejaron las redes y lo siguieron.
Continuando su camino, vio a otros dos hermanos: a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca con Zebedeo, su padre, arreglando las redes; y Jesús los llamó.
Inmediatamente, ellos dejaron la barca y a su padre, y lo siguieron.
Jesús recorría toda la Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, proclamando la Buena Noticia del Reino y sanando todas las enfermedades y dolencias de la gente.


CREDO

ORACIÓN DE LOS FIELES

Oremos, hermanos, a Dios Padre todopoderoso, en cuyas manos está el destino del universo, y pidámosle confiadamente que escuche las oraciones de su pueblo:
R/. Señor, escucha nuestra plegaria.
- Por la santa Iglesia de Dios, para que busque cada día con mayor afán el rostro de su Señor, y sus fieles se esfuercen en purificarse de todas sus faltas y pecados, roguemos al Señor.
- Por los que gobiernan las naciones, para que trabajen con interés y constancia por la paz y el bienestar de sus comunidades, a fin de que reine entre los pueblos la justicia y la paz, roguemos al Señor.
- Por los enfermos, los encarcelados y por todos los que sufren, para que Dios, Padre de misericordia, venga en auxilio de sus males, roguemos al Señor.
- Por todos los que estamos aquí reunidos, para que el Señor nos conceda perseverar en la fe y progresar en el mutuo amor, roguemos al Señor.
Dios nuestro, que has fundamentado tu Iglesia sobre la fe de los apóstoles, escucha nuestras oraciones y haz que, iluminados con tu palabra y unidos por los vínculos de la caridad, nos convirtamos en signo claro de salvación y de esperanza para cuantos viven en las tinieblas. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 

Recibe con bondad nuestros dones, Señor; y al santificarlos, haz que se conviertan en causa de salvación para nosotros. Por Jesucristo, nuestro Señor. 
 
ANTÍFONA DE COMUNIÓN   Salmo 33,6 
Miren hacia el Señor, y quedarán resplandecientes, y sus rostros no se avergonzarán. 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 
Dios todopoderoso, concédenos, a los que somos vivificados por tu gracia, alegrarnos siempre con el don recibido. Por Jesucristo, nuestro Señor. 




Domingo 15 de Enero: Segundo Domingo del tiempo ordinario (Año A)

ANTÍFONA DE ENTRADA   Salmo 65,4
Toda la tierra se postra ante ti, Señor, y canta en tu honor, en honor de tu nombre..  
GLORIA.
 
ORACIÓN COLECTA  Dios todopoderoso y eterno, que gobiernas el cielo y la tierra, escucha las súplicas de tu pueblo y concede tu paz a nuestro tiempo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de Isaías 49, 3-6
El Señor me dijo: “Tú eres mi Servidor, Israel, por ti Yo me glorificaré”. Pero yo dije: “En vano me fatigué, para nada, inútilmente, he gastado mi fuerza”. Sin embargo, mi derecho está junto al Señor y mi retribución, junto a mi Dios. Y ahora, habla el Señor, el que me formó desde el vientre materno para que Yo sea su Servidor, para hacer que Jacob vuelva a Él y se le reúna Israel. Yo soy valioso a los ojos del Señor y mi Dios ha sido mi fortaleza. Él dice: “Es demasiado poco que seas mi Servidor para restaurar a las tribus de Jacob y hacer volver a los sobrevivientes de Israel; Yo te destino a ser la luz de las naciones, para que llegue mi salvación hasta los confines de la tierra”.

SALMO RESPONSORIAL   39, 2. 4ab. 7-10
R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Esperé confiadamente en el Señor: Él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor. Puso en mi boca un canto nuevo, un himno a nuestro Dios. 
Tú no quisiste víctima ni oblación; pero me diste un oído atento; no pediste holocaustos ni sacrificios, entonces dije: “Aquí estoy”. 
“En el libro de la Ley está escrito lo que tengo que hacer: yo amo, Dios mío, tu voluntad, y tu ley está en mi corazón”. 
Proclamé gozosamente tu justicia en la gran asamblea; no, no mantuve cerrados mis labios, Tú lo sabes, Señor. 

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto 1, 1-3
Pablo, llamado a ser Apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Sóstenes, saludan a la Iglesia de Dios que reside en Corinto, a los que han sido santificados en Cristo Jesús y llamados a ser santos, junto con todos aquéllos que en cualquier parte invocan el nombre de Jesucristo, nuestro Señor, Señor de ellos y nuestro.
Llegue a ustedes la gracia y la paz que proceden de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.

ACLAMACIÓN  Juan 1,14a.12a
Aleluya. La Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. A todos los que la recibieron les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios. Aleluya.

EVANGELIO
Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan   1, 29-34
Juan Bautista vio acercarse a Jesús y dijo: “Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. A Él me refería, cuando dije: Después de mí viene un hombre que me precede, porque existía antes que yo.
Yo no lo conocía, pero he venido a bautizar con agua para que Él fuera manifestado a Israel”.
Y Juan dio este testimonio: “He visto al Espíritu descender del cielo en forma de paloma y permanecer sobre Él. Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: “Aquél sobre el que veas descender el Espíritu y permanecer sobre Él, ése es el que bautiza en el Espíritu Santo”.
Yo lo he visto y doy testimonio de que Él es el Hijo de Dios”.

CREDO

ORACIÓN DE LOS FIELES
Oremos, hermanos, al Señor, y pidámosle que escuche compasivamente nuestras plegarias. Digamos confiadamente:  R/. Muéstranos, Señor, tu misericordia.
- Por la santa Iglesia, para que Dios, nuestro Señor, le conceda la paz y la unidad y la proteja en todo el mundo, roguemos al Señor.
- Por los gobernantes de nuestra patria y de todas las naciones, para que Dios, nuestro Señor, dirija sus pensamientos y decisiones hacia una paz verdadera, roguemos al Señor.
- Por los que están en camino de conversión y por los que se preparan a recibir el Bautismo, para que Dios, nuestro Señor, les abra la puerta de su misericordia y les dé parte en la vida nueva de Cristo Jesús, roguemos al Señor.
- Por nuestros familiares y amigos que no están ahora aquí con nosotros, para que Dios, nuestro Señor, escuche sus oraciones y lleve a la realidad sus deseos, roguemos al Señor.
Padre todopoderoso que, en Cristo, Cordero Pascual y luz de las naciones, invitas a todos los hombres a formar parte del pueblo de la nueva alianza, escucha nuestras oraciones y, con la fuerza de tu espíritu, afianza en nosotros la gracia del bautismo, para que toda nuestra vida manifieste el mensaje alegre del Evangelio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 
Concédenos, Señor, participar dignamente de estos misterios, pues cada vez que celebramos el memorial del sacrificio de tu Hijo, se realiza la obra de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor. 
 
PREFACIO DOMINICAL I: El misterio pascual y el pueblo de Dios
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro. Quien, por su misterio pascual, realizó la obra maravillosa de llamarnos del pecado y de la muerte a la gracia de ser estirpe elegida, sacerdocio real, nación consagrada, pueblo de su propiedad, para que, trasladados de las tinieblas a tu luz admirable, proclamemos ante el mundo tus maravillas.
Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo...
 
ANTÍFONA DE COMUNIÓN   Salmo 22,5 
Tú preparas ante mí una mesa, y mi copa rebosa. 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 
Infunde en nosotros, Padre, tu espíritu de amor, para que, saciados con el único Pan de vida, permanezcamos unidos en la misma fe. Por Jesucristo, nuestro Señor.




Domingo 8 de Enero 2023  Solemnidad de la Epifanía del Señor (Año A)

ANTÍFONA DE ENTRADA             Cf. Mal 3, 1; 1Crón 29, 12 
Ya viene el Señor del universo y trae en sus manos la realeza, el poder y el imperio. 

GLORIA

ORACIÓN COLECTA   Dios nuestro, que en este día manifestaste tu Hijo unigénito a todos los pueblos, guiándolos por medio de una estrella, condúcenos a quienes te conocemos por la fe a la contemplación de la hermosura de tu gloria. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.


PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del profeta Isaías 60, 1-6
¡Levántate  y resplandece, Jerusalén, porque llega tu luz y la gloria del Señor brilla sobre ti!
Porque las tinieblas cubren la tierra y una densa oscuridad, a las naciones, pero sobre ti brillará el Señor y su gloria aparecerá sobre ti. Las naciones caminarán a tu luz y los reyes, al esplendor de tu aurora.
Mira a tu alrededor y observa: todos se han reunido y vienen hacia ti; tus hijos llegan desde lejos y tus hijas son llevadas en brazos. Al ver esto, estarás radiante, palpitará y se ensanchará tu corazón, porque se volcarán sobre ti los tesoros del mar y las riquezas de las naciones llegarán hasta ti. Te cubrirá una multitud de camellos, de dromedarios de Madián y de Efá.
Todos ellos vendrán desde Sabá, trayendo oro e incienso, y pregonarán las alabanzas del Señor.

SALMO RESPONSORIAL   71, 1-2. 7-8. 10-13
R/. ¡Que todos los pueblos de la tierra te adoren, Señor!
- Concede, Señor, tu justicia al rey y tu rectitud al descendiente de reyes, para que gobierne a tu pueblo con justicia y a tus pobres con rectitud. 
- Que en sus días florezca la justicia y abunde la paz, mientras dure la luna; que domine de un mar hasta el otro, y desde el Río hasta los confines de la tierra. 
- Que los reyes de Tarsis y de las costas lejanas le paguen tributo. Que los reyes de Arabia y de Sabá le traigan regalos; que todos los reyes le rindan homenaje y lo sirvan todas las naciones. 
- Porque Él librará al pobre que suplica y al humilde que está desamparado. Tendrá compasión del débil y del pobre, y salvará la vida de los indigentes. 

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los efesos 3, 2-6
Hermanos: Seguramente habrán oído hablar de la gracia de Dios, que me ha sido dispensada en beneficio de ustedes.
Fue por medio de una revelación como se me dio a conocer este misterio, tal como acabo de exponérselo en pocas palabras. Al leerlas, se darán cuenta de la comprensión que tengo del misterio de Cristo, que no fue manifestado a las generaciones pasadas, pero que ahora ha sido revelado por medio del Espíritu a sus santos apóstoles y profetas.
Este misterio consiste en que también los paganos participan de una misma herencia, son miembros de un mismo Cuerpo y beneficiarios de la misma promesa en Cristo Jesús, por medio del Evangelio.

ACLAMACIÓN  Mateo 2,2
Aleluya. Vimos su estrella en Oriente y hemos venido a adorar al Señor. Aleluya.
EVANGELIO
Hemos venido de Oriente a adorar al rey.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 2, 1-12
Cuando nació Jesús, en Belén de Judea, bajo el reinado de Herodes, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén y preguntaron: “¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos su estrella en Oriente y hemos venido a adorarlo”.
Al enterarse, el rey Herodes quedó desconcertado y con él toda Jerusalén. Entonces reunió a todos los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo, para preguntarles en qué lugar debía nacer el Mesías. “En Belén de Judea, le respondieron, porque así está escrito por el Profeta: ‘Y tú, Belén, tierra de Judá, ciertamente no eres la menor entre las principales ciudades de Judá, porque de ti surgirá un jefe que será el Pastor de mi pueblo, Israel’”.
Herodes mandó llamar secretamente a los magos y, después de averiguar con precisión la fecha en que había aparecido la estrella, los envió a Belén, diciéndoles: “Vayan e infórmense cuidadosamente acerca del niño, y cuando lo hayan encontrado, avísenme para que yo también vaya a rendirle homenaje”.
Después de oír al rey, ellos partieron. La estrella que habían visto en Oriente los precedía, hasta que se detuvo en el lugar donde estaba el niño. Cuando vieron la estrella se llenaron de alegría y, al entrar en la casa, encontraron al niño con María, su madre, y postrándose, le rindieron homenaje. Luego, abriendo sus cofres, le ofrecieron dones: oro, incienso y mirra. Y como recibieron en sueños la advertencia de no regresar al palacio de Herodes, volvieron a su tierra por otro camino.


CREDO

ORACIÓN DE LOS FIELES
Presentemos, hermanos, nuestras oraciones al Señor en este día santo en que Dios ha manifestado su poder a las naciones, la salvación a los pueblos y a nosotros la luz radiante de su gloria:
- Por la santa Iglesia de Dios, para que ilumine a los hombres con la luz que resplandece en el rostro de Cristo, disipe las tinieblas de los que viven en el error y dé ánimo a los fieles, para que, con valentía hagan brillar la luz del Evangelio ante todas las naciones, roguemos al Señor.
- Por las Iglesias que acaban de nacer en los diversos pueblos, para que su juventud y vigor sean levadura de vida para todas las comunidades cristianas, roguemos al Señor.
- Por los pueblos que aún no han sido iluminados por el Evangelio y por aquellos que, habiendo conocido a Cristo, han abandonado el camino de la verdad, para que confiesen a Cristo como Señor y lo adoren como a Dios verdadero, roguemos al Señor.
- Por nosotros, que hemos sido llamados de las tinieblas a la luz admirable de Cristo, para que nos afiancemos en la fe verdadera y sigamos con fidelidad las enseñanzas del Evangelio, roguemos al Señor.
Escucha nuestras oraciones, Dios todopoderoso y eterno, y haz que los que hemos conocido y adorado a tu Hijo, Rey y Señor de todos los pueblos, vivamos siempre como hijos de la luz y nos esforcemos para iluminar con la luz de Cristo a todos los pueblos y naciones. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 
Señor, mira con bondad las ofrendas de tu Iglesia que ya no son oro, incienso y mirra, sino Jesucristo mismo, que en estos dones se manifiesta, se inmola y se nos da como alimento. Él que vive y reina por los siglos de los siglos. 

PREFACIO de EPIFANÍA
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. 
Porque iluminaste a todos los pueblos revelándoles el misterio de nuestra salvación en Cristo, y al manifestarse Él en nuestra naturaleza mortal nos restauraste con la nueva gloria de su inmortalidad. 
Por eso con los ángeles y los arcángeles, y con todos los coros celestiales, cantamos un himno a tu gloria, diciendo sin cesar: Santo, Santo, Santo …

ANTÍFONA DE COMUNIÓN  Cf. Mt 2, 2 
Vimos la estrella del Señor en Oriente y hemos venido con regalos a adorarlo. 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 
Que la luz celestial, Señor, nos guíe siempre y en todo lugar, para que contemplemos con fe pura y vivamos con amor sincero el misterio del que has querido hacernos participar. Por Jesucristo, nuestro Señor.





Domingo 1° de Enero 2023 Solemnidad de Santa María Madre de Dios (Año A)

Día mundial de Oración por la Paz

ANTÍFONA DE ENTRADA   
Te saludamos, santa Madre de Dios, porque diste al mundo al Rey que gobierna para siempre el cielo y la tierra.  
GLORIA.

ORACIÓN COLECTA  Dios nuestro, que por la fecunda virginidad de María otorgaste a los hombres la salvación eterna, concédenos experimentar la intercesión de aquélla por quien recibimos al Autor de la vida, Jesucristo, tu Hijo. Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.


LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de los Números 6, 22-27
El Señor dijo a Moisés: “Habla en estos términos a Aarón y a sus hijos: Así bendecirán a los israelitas. Ustedes les dirán:
‘Que el Señor te bendiga y te proteja.
Que el Señor haga brillar su rostro sobre ti y te muestre su gracia.
Que el Señor te descubra su rostro y te conceda la paz’.
Que ellos invoquen mi Nombre sobre los israelitas, y Yo los bendeciré”.



SALMO RESPONSORIAL   66, 2-8
R/. El Señor tenga piedad y nos bendiga.
- El Señor tenga piedad y nos bendiga, haga brillar su rostro sobre nosotros, para que en la tierra se reconozca su dominio, y su victoria entre las naciones. 
- Que canten de alegría las naciones, porque gobiernas a los pueblos con justicia y guías a las naciones de la tierra. El Señor tenga piedad y nos bendiga. 
- ¡Que los pueblos te den gracias, Señor, que todos los pueblos te den gracias! Que Dios nos bendiga, y lo teman todos los confines de la tierra. 

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 4, 4-7
Hermanos: Cuando se cumplió el tiempo establecido, Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer y sujeto a la Ley, para redimir a los que estaban sometidos a la Ley y hacernos hijos adoptivos.
Y la prueba de que ustedes son hijos, es que Dios infundió en nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama a Dios llamándolo: ¡Abbá!, es decir, ¡Padre! Así, ya no eres más esclavo, sino hijo, y por lo tanto, heredero por la gracia de Dios.
ACLAMACIÓN  Hebreos 1,1-2
Aleluya. Después de haber hablado a nuestros padres por medio de los Profetas, en este tiempo final, Dios nos habló por medio de su Hijo. Aleluya.

EVANGELIO

Encontraron a María, a José y al recién nacido. Ocho días después se le puso el nombre de Jesús.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas  2, 16-21

Los pastores fueron rápidamente adonde les había dicho el Ángel del Señor, y encontraron a María, a José y al recién nacido acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que habían oído decir sobre este niño, y todos los que los escuchaban quedaron admirados de lo que decían los pastores.

Mientras tanto, María conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón. Y los pastores volvieron, alabando y glorificando a Dios por todo lo que habían visto y oído, conforme al anuncio que habían recibido.

Ocho días después, llegó el tiempo de circuncidar al niño y se le puso el nombre de Jesús, nombre que le había sido dado por el Ángel antes de su concepción.


CREDO

ORACIÓN DE LOS FIELES
Levantemos, hermanos, nuestra voz suplicante al Señor y, por la poderosa intercesión de la Madre de su Hijo, imploremos la misericordia divina en favor de todos los hombres. Digamos confiadamente:  R/. Señor, bendícenos y guárdanos en tu amor.
- Para que los fieles, a imitación de María, mediten y conserven en su corazón y anuncien con celo lo que han oído del Hijo de Dios, roguemos al Señor.
- Para que los hombres de todas las razas y pueblos descubran que tienen un único Dios, Padre de todos, y nunca se comporten como enemigos unos de otros, roguemos al Señor.
- Para que llegue a la presencia del Señor el lamento de los que sufren a causa de las guerras, y pronto puedan experimentar el retorno de la paz a sus hogares y naciones, roguemos al Señor.
- Para los que hoy nos hemos reunido para dedicar al Señor las primicias de este año nuevo, vivamos en paz todos sus días y podamos ver con salud y alegría su fin, roguemos al Señor.
 
Tu trono, Dios nuestro, permanece para siempre, y tus años no se acaban; escucha, pues, nuestras súplicas y bendice el año que hoy comenzamos: que nuestro trabajo cotidiano nos dé el pan de cada día, y nuestras almas encuentren también el alimento necesario para avanzar en el camino del bien, y en la contemplación fiel de tu palabra. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 
Dios nuestro, que con tu bondad comienzas y perfeccionas toda obra buena, concede que, así como nos alegramos en la fiesta de Santa María, Madre de Dios, al celebrar la aurora de la salvación, podamos también gozar de la plenitud de tu gracia. Por Jesucristo, nuestro Señor. 
 
PREFACIO DE La Virgen María I :    
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias, siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Y alabar, bendecir y proclamar tu gloria en la solemnidad de santa María, siempre virgen. Porque ella concibió a tu único Hijo por obra del Espíritu Santo, y sin perder la gloria de su virginidad, derramó sobre el mundo la luz eterna, Jesucristo, Señor nuestro.
Por eso, los ángeles y los arcángeles y todos los coros celestiales celebran tu gloria unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces,  cantando humildemente tu alabanza:
Santo, Santo, Santo...
 
ANTÍFONA DE COMUNIÓN   Hebreos 13,8 
Jesucristo es el mismo ayer y hoy, y lo será para siempre. 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 
Señor y Dios nuestro, hemos recibido con alegría los sacramentos celestiales; te pedimos que nos ayuden a alcanzar la vida eterna a cuantos nos gloriamos de proclamar a María, siempre Virgen, Madre de tu Hijo y Madre de la Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.




Domingo 25 de Diciembre 2022 La Natividad del Señor (Navidad )
Misa del día

Color: Blanco
ANTÍFONA DE ENTRADA   Isaías 9, 1.5
Un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado; la soberanía reposa sobre sus hombros, y su nombre será Consejero admirable.
Se canta el GLORIA.

ORACIÓN COLECTA   Dios nuestro, que admirablemente creaste la naturaleza humana y, de modo aún más admirable, la restauraste; concédenos participar de la vida divina de tu Hijo, como él compartió nuestra condición humana. Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.


LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del profeta Isaías 52, 7-10
¡Qué hermosos son sobre las montañas los pasos del que trae la buena noticia, del que proclama la paz, del que anuncia la felicidad, del que proclama la salvación y dice a Sión: “¡Tu Dios reina!”
¡Escucha! Tus centinelas levantan la voz, gritan todos juntos de alegría, porque ellos ven con sus propios ojos el regreso del Señor a Sión. ¡Prorrumpan en gritos de alegría, ruinas de Jerusalén, porque el Señor consuela a su Pueblo, Él redime a Jerusalén!
El Señor desnuda su santo brazo a la vista de todas las naciones, y todos los confines de la tierra verán la salvación de nuestro Dios.

SALMO RESPONSORIAL   97, 1-6
R/. Los confines de la tierra han contemplado el triunfo de nuestro Dios.
Canten al Señor un canto nuevo, porque Él hizo maravillas: su mano derecha y su santo brazo le obtuvieron la victoria. 
El Señor manifestó su victoria, reveló su justicia a los ojos de las naciones: se acordó de su amor y su fidelidad en favor del pueblo de Israel. 
Los confines de la tierra han contemplado el triunfo de nuestro Dios. Aclame al Señor toda la tierra, prorrumpan en cantos jubilosos. 
Canten al Señor con el arpa y al son de instrumentos musicales; con clarines y sonidos de trompeta aclamen al Señor, que es Rey. 

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta a los Hebreos   1, 1-6
Después de haber hablado antiguamente a nuestros padres por medio de los Profetas, en muchas ocasiones y de diversas maneras, ahora, en este tiempo final, Dios nos habló por medio de su Hijo, a quien constituyó heredero de todas las cosas y por quien hizo el mundo.
Él es el resplandor de su gloria y la impronta de su ser.
Él sostiene el universo con su Palabra poderosa, y después de realizar la purificación de los pecados, se sentó a la derecha del trono de Dios en lo más alto del cielo.
Así llegó a ser tan superior a los ángeles, cuanto incomparablemente mayor que el de ellos es el Nombre que recibió en herencia.
¿Acaso dijo Dios alguna vez a un ángel: “Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy”? ¿Y de qué ángel dijo: “Yo seré un padre para él y él será para mí un hijo”?
Y al introducir a su Primogénito en el mundo, Dios dice: “Que todos los ángeles de Dios lo adoren”.

ACLAMACIÓN  
Aleluya. Nos ha amanecido un día sagrado; vengan, naciones, adoren al Señor, porque hoy una gran luz ha bajado a la tierra. Aleluya.

EVANGELIO
La Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan   1, 1-18
Al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. Al principio estaba junto a Dios.
Todas las cosas fueron hechas por medio de la Palabra y sin ella no se hizo nada de todo lo que existe. En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la percibieron. Apareció un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. Él no era la luz, sino el testigo de la luz.
La Palabra era la luz verdadera que, al venir a este mundo, ilumina a todo hombre. Ella estaba en el mundo, y el mundo fue hecho por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a los suyos, y los suyos no la recibieron. Pero a todos los que la recibieron, a los que creen en su Nombre, les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios. Ellos no nacieron de la sangre, ni por obra de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino que fueron engendrados por Dios.
Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Y nosotros hemos visto su gloria, la gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de Él, al declarar: “Este es Aquél del que yo dije: El que viene después de mí me ha precedido, porque existía antes que yo”.
De su plenitud, todos nosotros hemos participado y hemos recibido gracia sobre gracia: porque la Ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo. Nadie ha visto jamás a Dios; el que lo ha revelado es el Dios Hijo único, que está en el seno del Padre.

CREDO
ORACIÓN DE LOS FIELES
Oremos, hermanos, al Señor que, siendo rico, se ha hecho pobre para enriquecemos con su pobreza:
- Por la santa Iglesia, para que todos sus fieles vivan con alegría y anuncien con valentía el misterio del Hijo de Dios, único Señor y Salvador de todos los hombres, roguemos al Señor.
- Para que los que buscan la verdad descubran el Evangelio y acojan con alegría la buena nueva del nacimiento del Salvador, roguemos al Señor.
- Por los que en estos días de Navidad lloran la ausencia de los seres queridos, para que no pierdan la esperanza de reencontrarlos en el reino de Dios, roguemos al Señor.
- Por los que otros en años celebraban con nosotros las fiestas de Navidad (esta noche santa) y han dejado ya este mundo, para que contemplen en el reino eterno la faz gloriosa de Cristo, el Señor, roguemos al Señor.
Muestra, Señor, tu bondad al pueblo que te implora, y haz que los que celebramos con gozo el nacimiento de tu Hijo consigamos los bienes que te hemos pedido. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 
En este día de fiesta acepta, Señor, este sacrificio que nos reconcilia plenamente contigo y contiene toda la alabanza que el hombre puede ofrecerte. Por Jesucristo, nuestro Señor. 

PREFACIO Navidad
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno:
Porque gracias al misterio de la Palabra hecha carne, la luz de tu gloria brilló ante nuestros ojos con nuevo resplandor, para que, conociendo a Dios visiblemente, lleguemos al amor de lo invisible.
Por eso con los ángeles y los arcángeles, y con todos los coros celestiales, cantamos un himno a tu gloria, diciendo sin cesar:
Santo, Santo, Santo …

Antífona de comunión         Sal 97, 3
Los confines de la tierra han contemplado el triunfo de nuestro Dios. 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 
Dios misericordioso, hoy nos ha nacido el Salvador del mundo; te pedimos que así como nos ha hecho hijos tuyos, también nos haga partícipes de su inmortalidad. Él que vive y reina por los siglos de los siglos.




Domingo 18 de Diciembre: Cuarto Domingo de ADVIENTO (Año A)

Color: morado. No se dice Gloria.

ANTÍFONA DE ENTRADA   Isaías 45, 8
Envíen los cielos el rocío de lo alto, y las nubes derramen la justicia. Abrase la tierra y brote el Salvador. 

ORACIÓN COLECTA  Señor, derrama tu gracia en nuestros corazones, y ya que hemos conocido por el anuncio del Ángel la encarnación de tu Hijo Jesucristo, condúcenos por su Pasión y su Cruz, a la gloria de la resurrección. Él que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.



LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de Isaías 7, 10-14
El Señor habló a Ajaz en estos términos: “Pide para ti un signo de parte del Señor, en lo profundo del Abismo, o arriba, en las alturas”.
Pero Ajaz respondió: “No lo pediré ni tentaré al Señor”.
Isaías dijo: “Escuchen, entonces, casa de David: ¿Acaso no les basta cansar a los hombres, que cansan también a mi Dios? Por eso el Señor mismo les dará un signo. Miren, la virgen está embarazada y dará a luz un hijo, y lo llamará con el nombre de Emanuel”.

SALMO RESPONSORIAL   23, 1-6

R/. Va a entrar el Señor, el rey de la gloria.
Del Señor es la tierra y todo lo que hay en ella, el mundo y todos sus habitantes porque Él la fundó sobre los mares, Él la afirmó sobre las corrientes del océano. 
¿Quién podrá subir a la Montaña del Señor y permanecer en su recinto sagrado? El que tiene las manos limpias y puro el corazón; el que no rinde culto a los ídolos. 
Él recibirá la bendición del Señor, la recompensa de Dios, su salvador. Así son los que buscan al Señor, los que buscan tu rostro, Dios de Jacob. 

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los romanos 1, 1-7
Carta de Pablo, servidor de Jesucristo, llamado para ser Apóstol, y elegido para anunciar la Buena Noticia de Dios, que Él había prometido por medio de sus Profetas en las Sagradas Escrituras, acerca de su Hijo, Jesucristo, nuestro Señor, nacido de la estirpe de David según la carne, y constituido Hijo de Dios con poder según el Espíritu santificador, por su resurrección de entre los muertos.
Por Él hemos recibido la gracia y la misión apostólica, a fin de conducir a la obediencia de la fe, para gloria de su Nombre, a todos los pueblos paganos, entre los cuales se encuentran también ustedes, que han sido llamados por Jesucristo.
A todos los que están en Roma, amados de Dios, llamados a ser santos, lleguen la gracia y la paz, que proceden de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.

ACLAMACIÓN  Mateo 1, 23

Aleluya. La virgen concebirá y dará a luz un hijo a quien pondrán el nombre de Emanuel, Dios con nosotros. Aleluya.

EVANGELIO
Jesús nacerá de María, comprometida con José, hijo de David.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo   1,18-24
Éste fue el origen de Jesucristo:
María, su madre, estaba comprometida con José y, cuando todavía no habían vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente, resolvió abandonarla en secreto.
Mientras pensaba en esto, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: “José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo. Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque Él salvará a su Pueblo de todos sus pecados”.
Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por el Profeta:
“La Virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien pondrán el nombre de Emanuel”, que traducido significa: “Dios con nosotros”.
Al despertar, José hizo lo que el Ángel del Señor le había ordenado: llevó a María a su casa.


CREDO

ORACIÓN DE LOS FIELES
Pidamos, hermanos, el auxilio del Señor, para que, apiadado del pobre y del oprimido, venga a salvar al mundo de sus males: Digamos confiadamente:  R/.  Ven, Señor Jesús.
- Para que todos los fieles se dispongan a recibir a Cristo como lo recibió María y como ella conserven sus palabras en el corazón, roguemos al Señor.
- Para que aquellos hermanos nuestros que han abandonado las prácticas cristianas pero acudirán a la iglesia en las próximas fiestas de Navidad descubran la buena noticia del Evangelio, no como un rayo fugaz en la noche, sino como luz permanente que ilumina y alegra toda la vida, roguemos al Señor.
- Para que las fiestas del nacimiento del Señor alejen las tinieblas de quienes viven sumergidos en dudas e incertidumbres y colmen los deseos de quienes se sienten descorazonados y tristes, roguemos al Señor.
- Para que el nacimiento de Cristo nos ayude a renunciar a los deseos mundanos y a vivir sobria y honradamente esperando la aparición definitiva del Señor, roguemos al Señor.

Dios de bondad y misericordia, que eliges a los humildes para llevar a término tus designios de salvación, escucha nuestras plegarias y concede a tu Iglesia los dones del Espíritu Santo, para que, a imitación de María, acoja a tu Hijo, el Verbo de vida, y se alegre como madre feliz de una descendencia santa e incorruptible. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 

Te pedimos, Padre, que el mismo Espíritu que fecundó con su poder el seno de María, la Virgen Madre, santifique estos dones que hemos depositado sobre tu altar. Por Jesucristo, nuestro Señor. 
 
PREFACIO DE ADVIENTO II :    
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo Señor nuestro.  A quien todos los profetas anunciaron y la Virgen esperó con inefable amor de madre; Juan lo proclamó ya próximo y lo señaló después presente en el mundo.  El es quien nos concede ahora prepararnos con alegría al misterio de su nacimiento, para que cada vez que llegue hasta nosotros, nos encuentre velando en oración’ y cantando su alabanza.  Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE COMUNIÓN   Isaías 7, 14 
Miren, la Virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrá el nombre de Emmanuel. 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 
Después de recibir el anticipo de nuestra redención eterna, te rogamos, Dios todopoderoso, que cuanto más se acerca el alegre día de la salvación, tanto más se acreciente nuestro fervor para celebrar dignamente el misterio del nacimiento de tu Hijo. Que vive y reina por los siglos de los siglos.





Domingo 11 de Diciembre 2022 - Tercer Domingo de ADVIENTO (Año A)

Color: morado. No se dice Gloria.
ANTÍFONA DE ENTRADA   Filipenses 4, 4. 5
Estén siempre alegres en el Señor, les repito, estén alegres. El Señor está cerca.
 
ORACIÓN COLECTA  Dios y Padre nuestro, que acompañas bondadosamente a tu pueblo en la fiel espera del nacimiento de tu Hijo, concédenos festejar con alegría su venida y alcanzar el gozo que nos da su salvación. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.



LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de Isaías 35, 1-6a. 10
¡Regocíjense el desierto y la tierra reseca, alégrese y florezca la estepa! ¡Sí, florezca como el narciso, que se alegre y prorrumpa en cantos de júbilo! Le ha sido dada la gloria del Líbano, el esplendor del Carmelo y del Sarón. Ellos verán la gloria del Señor, el esplendor de nuestro Dios.
Fortalezcan los brazos débiles, robustezcan las rodillas vacilantes; digan a los que están desalentados:
“¡Sean fuertes, no teman: ahí está su Dios!
Llega la venganza, la represalia de Dios; Él mismo viene a salvarlos”.
Entonces se abrirán los ojos de los ciegos y se destaparán los oídos de los sordos, entonces el tullido saltará como un ciervo y la lengua de los mudos gritará de júbilo. Volverán los rescatados por el Señor; y entrarán en Sión con gritos de júbilo, coronados de una alegría perpetua: los acompañarán el gozo y la alegría, la tristeza y los gemidos se alejarán.

SALMO RESPONSORIAL 145, 6-10
R/. Señor, ven a salvarnos.
- El Señor mantiene su fidelidad para siempre, hace justicia a los oprimidos y da pan a los hambrientos. El Señor libera a los cautivos. 
- El Señor abre los ojos de los ciegos y endereza a los que están encorvados. El Señor ama a los justos, y protege a los extranjeros. 
- Sustenta al huérfano y a la viuda; y entorpece el camino de los malvados. El Señor reina eternamente, reina tu Dios, Sión, a lo largo de las generaciones. 

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta de Santiago   5, 7-10
Tengan paciencia, hermanos, hasta que llegue el Señor. Miren cómo el sembrador espera el fruto precioso de la tierra, aguardando pacientemente hasta que caigan las lluvias del otoño y de la primavera. Tengan paciencia y anímense, porque la Venida del Señor está próxima. Hermanos, no se quejen los unos de los otros, para no ser condenados. Miren que el Juez ya está a la puerta. Tomen como ejemplo de fortaleza y de paciencia a los profetas que hablaron en Nombre del Señor.

ACLAMACIÓN  Isaías 61, 1
Aleluya. El Espíritu del Señor está sobre mí, él me envió a llevar la buena noticia a los pobres. Aleluya.
EVANGELIO
¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro?
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 11, 2-11
Juan el Bautista oyó hablar en la cárcel de las obras de Cristo, y mandó a dos de sus discípulos para preguntarle: “¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro?”
Jesús les respondió: “Vayan a contar a Juan lo que ustedes oyen y ven: los ciegos ven y los paralíticos caminan; los leprosos son purificados y los sordos oyen; los muertos resucitan y la Buena Noticia es anunciada a los pobres. ¡Y feliz aquél para quien Yo no sea motivo de tropiezo!”
Mientras los enviados de Juan se retiraban, Jesús empezó a hablar de él a la multitud, diciendo:
“¿Qué fueron a ver al desierto? ¿Una caña agitada por el viento? ¿Qué fueron a ver? ¿Un hombre vestido con refinamiento? Los que se visten de esa manera viven en los palacios de los reyes.
¿Qué fueron a ver entonces? ¿Un profeta? Les aseguro que sí, y más que un profeta. Él es aquél de quien está escrito:  “Yo envío a mi mensajero delante de ti, para prepararte el camino”.
Les aseguro que no ha nacido ningún hombre más grande que Juan el Bautista; y sin embargo, el más pequeño en el Reino de los Cielos es más grande que él”.


 
CREDO
ORACIÓN DE LOS FIELES
Confortados por el anuncio de la venida del Señor, oremos, hermanos, mientras esperamos confiadamente nuestra total liberación. Decimos :  R/.  Ven, Señor Jesús.
- Para que Dios visite a la santa Iglesia con su venida y la gobierne con su asistencia, roguemos al Señor.
- Para que con la tutela divina nuestros tiempos sean tranquilos y nuestra vida feliz, roguemos al Señor.
- Para que el Señor con su venida cure los dolores de los enfermos, dé paz y alegría a los que no la tienen y libre al mundo de todos los males, roguemos al Señor.
- Para que quienes ahora recordamos con piedad la primera venida del Señor en la carne merezcamos participar también con gozo en su gloriosa aparición en el fin de los tiempos, roguemos al Señor.
 
Señor Dios, Padre de los pobres y desamparados, que llamas a todos los hombres a participar de la paz y bienestar de tu reino, escucha nuestra oración, muéstranos tu bondad y danos un corazón puro y generoso para allanar el camino al Salvador. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 
Ayúdanos, Padre, a ofrecerte este sacrificio como expresión de nuestra propia entrega, para que así cumplamos debidamente lo que tú mismo nos mandaste celebrar y obtengamos la plenitud de la salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
PREFACIO DE ADVIENTO I: Las dos venidas de Cristo
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno’, por Cristo Señor nuestro. El cual, al venir por vez primera en la humildad de nuestra carne, realizó el plan de redención trazado desde antiguo y nos abrió el camino de la salvación, para que ahora, que por medio de su Espíritu sigue viniendo en la majestad de su gloria, y revelándonos así, la plenitud de su obra, podamos participar de los bienes prometidos.
Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE COMUNIÓN   Isaías 35, 4 
Digan a los que están desalentados: sean fuertes, no teman, nuestro Dios viene y nos salvará. 

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 
Señor y Dios nuestro, imploramos tu clemencia para que la fuerza de este alimento divino, liberándonos de todo pecado, nos prepare para la celebración del nacimiento de tu Hijo. Que vive y reina por los siglos de los siglos.






Domingo 4 de Diciembre: Segundo Domingo de ADVIENTO (Año A)

ANTÍFONA DE ENTRADA Isaías 30, 19. 30
Pueblo de Sión, el Señor vendrá para salvar a las naciones. Él hará oír su voz majestuosa, y llenará de alegría sus corazones.
ORACIÓN COLECTA Dios todopoderoso y rico en misericordia, que nuestras ocupaciones cotidianas no nos impidan acudir presurosos al encuentro de tu Hijo, para que, guiados por tu sabiduría divina, podamos gozar siempre de su compañía. Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.


LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de Isaías 11,1-10
En aquel día, saldrá una rama del tronco de Jesé y un retoño brotará de sus raíces.
Sobre él reposará el espíritu del Señor: espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de fortaleza, espíritu de ciencia y de temor del Señor y lo inspirará el temor del Señor. El no juzgará según las apariencias ni decidirá por lo que oiga decir:
juzgará con justicia a los débiles y decidirá con rectitud para los pobres del país; herirá al violento con la vara de su boca y con el soplo de sus labios hará morir al malvado.
La justicia ceñirá su cintura y la fidelidad ceñirá sus caderas.
El lobo habitará con el cordero y el leopardo se recostará junto al cabrito; el ternero y el cachorro de león pacerán juntos, y un niño pequeño los conducirá;
la vaca y la osa vivirán en companía, sus crías se recostarán juntas, y el león comerá paja lo mismo que el buey.
El niño de pecho jugará sobre el agujero de la cobra, y en la cueva de la víbora, meterá la mano el niño apenas destetado.
No se hará daño ni estragos en toda mi Montaña santa, porque el conocimiento del Señor llenará la tierra como las aguas cubren el mar.
Aquel día, la raíz de Jesé se erigirá como emblema para los pueblos: las naciones la buscarán y la gloria será su morada.
SALMO RESPONSORIAL 71, 1-2. 7-8. 12-13. 17
R/. ¡Ven, Señor, rey de justicia y de paz!
- Concede, Señor, tu justicia al rey y tu rectitud al descendiente de reyes, para que gobierne a tu pueblo con justicia y a tus pobres con rectitud.
- Que en sus días florezca la justicia y abunde la paz, mientras dure la luna; que domine de un mar hasta el otro, y desde el Río hasta los confines de la tierra.
- Porque Él librará al pobre que suplica y al humilde que está desamparado. Tendrá compasión del débil y del pobre, y salvará la vida de los indigentes.
- Que perdure su nombre para siempre y su linaje permanezca como el sol; que Él sea la bendición de todos los pueblos y todas las naciones lo proclamen feliz.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los Romanos 15, 4-9
Hermanos: Todo lo que ha sido escrito en el pasado, ha sido escrito para nuestra instrucción, a fin de que por la constancia y el consuelo que dan las Escrituras, mantengamos la esperanza. Que el Dios de la constancia y del consuelo les conceda tener los mismos sentimientos unos hacia otros, a ejemplo de Cristo Jesús, para que con un solo corazón y una sola voz, glorifiquen a Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo.
Sean mutuamente acogedores, como Cristo los acogió a ustedes para la gloria de Dios. Porque les aseguro que Cristo se hizo servidor de los judíos para confirmar la fidelidad de Dios, cumpliendo las promesas que Él había hecho a nuestros padres, y para que los paganos glorifiquen a Dios por su misericordia. Así lo enseña la Escritura cuando dice: “Yo te alabaré en medio de las naciones, Señor, y cantaré en honor de tu Nombre”.
ACLAMACIÓN Lucas 3, 4.6
Aleluya. Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos. Todos los hombres verán la Salvación de Dios. Aleluya.
EVANGELIO
Conviértanse, porque el Reino de los Cielos está cerca.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 3, 1-12
En aquellos días, se presentó Juan el Bautista, proclamando en el desierto de Judea: “Conviértanse, porque el Reino de los Cielos está cerca”.
A él se refería el profeta Isaías cuando dijo: “Una voz grita en el desierto: “Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos”.
Juan tenía una túnica de pelos de camello y un cinturón de cuero, y se alimentaba con langostas y miel silvestre. La gente de Jerusalén, de toda la Judea y de toda la región del Jordán iba a su encuentro, y se hacía bautizar por él en las aguas del Jordán, confesando sus pecados.
Al ver que muchos fariseos y saduceos se acercaban a recibir su bautismo, Juan les dijo: “Raza de víboras, ¿quién les enseñó a escapar de la ira de Dios que se acerca? Produzcan el fruto de una sincera conversión, y no se contenten con decir: “Tenemos por padre a Abraham”. Porque yo les digo que de estas piedras, Dios puede hacer surgir hijos de Abraham. El hacha ya está puesta a la raíz de los árboles: el árbol que no produce buen fruto será cortado y arrojado al fuego.
Yo los bautizo con agua para que se conviertan; pero Aquel que viene detrás de mí es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de quitarle las sandalias. Él los bautizará en el Espíritu Santo y en el fuego. Tiene en su mano la horquilla y limpiará su era: recogerá su trigo en el granero y quemará la paja en un fuego inextinguible”.


CREDO
ORACIÓN DE LOS FIELES
Salgamos al encuentro del Señor, que se acerca a nosotros con designios de paz, y presentémosle confiados nuestra plegaria diciendo: “VEN, SEÑOR JESÚS”
- Para que la Iglesia viva alegre, sin inquietarse por nada, y, llena de esperanza, crea que el Señor está cerca de ella, roguemos al Señor.
- Para que nuestro tiempo, con la ayuda de Dios, goce de seguridad, de alegría y de paz, roguemos al Señor.
- Para que el Señor, con su venida, conforte los corazones abatidos y fortalezca las rodillas que se doblan, roguemos al Señor.
- Para que nuestra fe crea firmemente en los dones que Dios nos promete y, ayudados por la gracia divina, nos dispongamos a recibir los auxilios que él nos envía, roguemos al Señor.
Dios de todo consuelo y Padre de misericordia, que has prometido a los hombres, peregrinos en el tiempo, un cielo nuevo y una tierra nueva, escucha nuestras súplicas y habla al corazón de tu pueblo para que lleguemos, inmaculados e irreprochables, al día de la manifestación de nuestro Señor Jesucristo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te pedimos, Dios nuestro, que te agraden nuestras humildes oraciones y ofrendas, y ya que carecemos de méritos propios socórrenos con tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO DE ADVIENTO I: Las dos venidas de Cristo
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno’, por Cristo Señor nuestro. El cual, al venir por vez primera en la humildad de nuestra carne, realizó el plan de redención trazado desde antiguo y nos abrió el camino de la salvación, para que ahora, que por medio de su Espíritu sigue viniendo en la majestad de su gloria, y revelándonos así, la plenitud de su obra, podamos participar de los bienes prometidos.
Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Baruc 5, 5; 4, 36
Levántate, Jerusalén, sube a lo alto, y contempla la alegría que te viene de Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Saciados con el alimento espiritual, te rogamos, Padre, que por la participación en este santo misterio, nos enseñes a valorar sabiamente las realidades terrenas con el corazón puesto en las celestiales. Por Jesucristo, nuestro Señor.





Domingo 27 de Noviembre 2022

Primer Domingo de ADVIENTO (Año A)

ANTÍFONA DE ENTRADA   Sal 24, 1-3 
A ti, Señor, elevo mi alma; Dios mío, yo pongo en ti mi confianza. Que no tenga que avergonzarme ni se rían de mí, mis enemigos. Ninguno de los que esperan en ti tendrá que avergonzarse.

ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, te rogamos que la práctica de las buenas obras nos permita salir al encuentro de tu Hijo que viene hacia nosotros, para que merezcamos estar en el Reino de los cielos junto a Él. Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de Isaías 2, 1-5
Palabra que Isaías, hijo de Amós, recibió en una visión, acerca de Judá y de Jerusalén:
Sucederá al fin de los tiempos, que la montaña de la Casa del Señor será afianzada sobre la cumbre de las montañas y se elevará por encima de las colinas. Todas las naciones afluirán hacia ella y acudirán pueblos numerosos, que dirán:
“¡Vengan, subamos a la montaña del Señor, a la Casa del Dios de Jacob!
Él nos instruirá en sus caminos y caminaremos por sus sendas”. 
Porque de Sión saldrá la Ley, y, de Jerusalén, la palabra del Señor. Él será juez entre las naciones y árbitro de pueblos numerosos. Con sus espadas forjarán arados y podaderas con sus lanzas.
No levantará la espada una nación contra otra ni se adiestrarán más para la guerra. ¡Ven, casa de Jacob, y caminemos a la luz del Señor!

SALMO RESPONSORIAL 121, 1-2. 4-9

R/. ¡Vamos con alegría a la Casa del Señor!
- ¡Qué alegría cuando me dijeron: “Vamos a la Casa del Señor”! Nuestros pies ya están pisando tus umbrales, Jerusalén.
- Allí suben las tribus, las tribus del Señor para celebrar el nombre del Señor. Porque allí está el trono de la justicia, el trono de la casa de David. 
- Auguren la paz a Jerusalén: “¡Vivan seguros los que te aman! ¡Haya paz en tus muros y seguridad en tus palacios!”
- Por amor a mis hermanos y amigos, diré: “La paz esté contigo”. Por amor a la Casa del Señor, nuestro Dios, buscaré tu felicidad. 

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Roma 13, 11-14a
Hermanos: Ustedes saben en qué tiempo vivimos y que ya es hora de que se despierten, porque la salvación está ahora más cerca de nosotros que cuando abrazamos la fe. La noche está muy avanzada y se acerca el día. Abandonemos las obras propias de la noche y vistámonos con la armadura de la luz. Como en pleno día, procedamos dignamente: basta de excesos en la comida y en la bebida, basta de lujuria y libertinaje, no más peleas ni envidias. Por el contrario, revístanse del Señor Jesucristo.
ACLAMACIÓN  Salmo 84, 8
Aleluya. ¡Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación! Aleluya.

EVANGELIO

Estén prevenidos y preparados.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 24, 37-44
Jesús dijo a sus discípulos: “Cuando venga el Hijo del hombre, sucederá como en tiempos de Noé. En los días que precedieron al diluvio, la gente comía, bebía y se casaba, hasta que Noé entró en el arca; y no sospechaban nada, hasta que llegó el diluvio y los arrastró a todos. Lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre. De dos hombres que estén en el campo, uno será llevado y el otro dejado. De dos mujeres que estén moliendo, una será llevada y la otra dejada.
Estén prevenidos, porque ustedes no saben qué día vendrá su Señor. Entiéndanlo bien: si el dueño de casa supiera a qué hora de la noche va a llegar el ladrón, velaría y no dejaría perforar las paredes de su casa. Ustedes también estén preparados, porque el Hijo del hombre vendrá a la hora menos pensada”.


CREDO

ORACIÓN DE LOS FIELES
Oremos, hermanos, al Señor y pidámosle confiadamente que despierte su poder y venga a salvarnos. Digamos confiadamente: Ven Señor Jesús.
R/. Ven Señor Jesús.
Para que los fieles despierten del sueño de sus indolencias y reciban con alegría la salvación que se acerca, roguemos al Señor.
Para que se afiance la paz en el mundo, y las riquezas de la creación se transformen en instrumento de progreso y bienestar para todos los hombres, roguemos al Señor.
Para que el Señor, con su venida, alivie los dolores de los enfermos, dé paz y alegría a los que sufren en su espíritu y libre al mundo de sus males, roguemos al Señor.
Para que nosotros mismos vivamos siempre alerta sin que las preocupaciones de la vida nos impidan mantenemos en pie cuando llegue el Hijo del hombre, roguemos al Señor.

Ven, Señor Jesús, ven y renueva el camino de la humanidad. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos.

 

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 
Dios nuestro, acepta los dones que recibimos de ti y ahora te presentamos; que esta ofrenda realizada en el tiempo presente, sea para nosotros anticipo de la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
ANTÍFONA DE COMUNIÓN   Salmo 84, 13
El mismo Señor nos dará sus bienes y nuestra tierra producirá sus frutos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te pedimos, Padre, que fructifique en nosotros la celebración de los santos misterios con los que tú nos enseñas a amar y adherirnos a los bienes eternos, mientras peregrinamos en medio de las realidades transitorias de esta vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.



Domingo 20 de Noviembre 2022, Trigesimocuarto Domingo del tiempo ordinario

SOLEMNIDAD DE CRISTO REY DEL UNIVERSO

ANTÍFONA DE ENTRADA   Apocalipsis 5,12; 1.6 
El Cordero que ha sido inmolado es digno de recibir el poder y la riqueza, la sabiduría, la fuerza y el honor. A él pertenecen la gloria y el imperio para siempre.

ORACIÓN COLECTA  Dios todopoderoso y eterno, que quisiste restaurar todas las cosas por tu amado Hijo, Rey del universo, te pedimos que la creacin entera, liberada de la esclavitud del pecado, te sirva y te alabe eternamente. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.


PRIMERA LECTURA
Lectura del segundo libro deSamuel 5,1-3
Todas las tribus de Israel se presentaron a David en Hebrón y le dijeron: “¡Nosotros somos de tu misma sangre! Hace ya mucho tiempo, cuando aún teníamos como rey a Saúl, eras tú el que conducía a Israel. Y el Señor te ha dicho: “Tú apacentarás a mi pueblo Israel y tú serás el jefe de Israel””.
Todos los ancianos de Israel se presentaron ante el rey en Hebrón. El rey estableció con ellos un pacto en Hebrón, delante del Señor, y ellos ungieron a David como rey de Israel.

SALMO RESPONSORIAL   121, 1-2. 4-5
R/. ¡Vamos con alegría a la Casa del Señor!
- ¡Qué alegría cuando me dijeron: “Vamos a la Casa del Señor”! Nuestros pies ya están pisando tus umbrales, Jerusalén.
- Allí suben las tribus, las tribus del Señor, según es norma en Israel, para celebrar el Nombre del Señor. Porque allí está el trono de la justicia, el trono de la casa de David.

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los Colosenses 1, 12-20
Hermanos: Demos gracias al Padre, que nos ha hecho dignos de participar de la herencia luminosa de los santos. Porque Él nos libró del poder de las tinieblas y nos hizo entrar en el Reino de su Hijo muy querido, en quien tenemos la redención y el perdón de los pecados.
Él es la Imagen del Dios invisible, el Primogénito de toda la creación, porque en Él fueron creadas todas las cosas, tanto en el cielo como en la tierra, los seres visibles y los invisibles, Tronos, Dominaciones, Principados y Potestades: todo fue creado por medio de Él y para Él.
Él existe antes que todas las cosas y todo subsiste en Él.
Él es también la Cabeza del Cuerpo, es decir, de la Iglesia.
Él es el Principio, el Primero que resucitó de entre los muertos, a fin de que Él tuviera la primacía en todo, porque Dios quiso que en Él residiera toda la Plenitud.
Por Él quiso reconciliar consigo todo lo que existe en la tierra y en el cielo, restableciendo la paz por la sangre de su cruz.

ACLAMACIÓN  Marcos 11, 9-10
Aleluya. ¡Bendito el que viene en Nombre del Señor! ¡Bendito el Reino que ya viene, el Reino de nuestro padre David! Aleluya.

EVANGELIO
Señor, acuérdate de mí cuando llegues a tu Reino.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 23, 35-43

Después que Jesús fue crucificado, el pueblo permanecía allí y miraba. Sus jefes, burlándose, decían: “Ha salvado a otros: ¡que se salve a sí mismo, sí es el Mesías de Dios, el Elegido!”
También los soldados se burlaban de Él y, acercándose para ofrecerle vinagre, le decían: “Si eres el rey de los judíos, ¡sálvate a ti mismo!”
Sobre su cabeza había una inscripción: “Este es el rey de los judíos”.
Uno de los malhechores crucificados lo insultaba, diciendo:
“¿No eres Tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros”.
Pero el otro lo increpaba, diciéndole: “¿No tienes temor de Dios, tú que sufres la misma pena que Él? Nosotros la sufrimos justamente, porque pagamos nuestras culpas, pero Él no ha hecho nada malo”.
Y decía: “Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu Reino”.
Él le respondió: “Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso”.



CREDO
ORACIÓN DE LOS FIELES
Dirijamos, llenos de confianza, nuestras súplicas a Cristo, supremo señor de la vida y de la muerte y rey de todas las criaturas del cielo y de la tierra:
Para que los pastores y fieles de la Iglesia se esfuercen con celo para reconciliar al universo con Dios y en pacificar por la sangre de la cruz de Jesucristo a todas las criaturas, roguemos al Señor.
Para que la semilla evangélica, escondida en las diversas religiones y culturas, germine y se manifieste, y todos los hombres reconozcan con gozo que Cristo es Señor, para gloria de Dios Padre, roguemos al Señor
Para que quienes aún viven bajo el dominio de la ignorancia, el pecado o la angustia sean trasladados al reino de Cristo y encuentren el fin de sus penas, roguemos al Señor.
Para que los que hoy celebramos la solemnidad de Cristo, Señor supremo del universo, a quien están destinadas todas las cosas, participemos también un día en la herencia del pueblo santo, en el reino de la luz, roguemos al Señor.

Dios nuestro, principio y origen de toda paternidad, que has enviado a tu Hijo al mundo para convertirnos en un reino y hacernos tus sacerdotes, escucha nuestras oraciones e ilumina nuestro espíritu, para que comprendamos que servirte es reinar y, al dar nuestra vida a los demás, proclamemos con obras nuestra fidelidad a Cristo, el primogénito de entre los muertos y príncipe de los reyes de la tierra. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 
Al ofrecerte, Señor, el sacrificio de la reconciliación humana, te suplicamos humildemente que tu Hijo conceda a todos los pueblos los dones de la unidad y de la paz. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

PREFACIO: Cristo, Rey del universo.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque has ungido con el óleo de la alegría, a tu Hijo único, nuestro Señor Jesucristo, como Sacerdote eterno y Rey del universo, para que, ofreciéndose a sí mismo como víctima perfecta y pacificadora en el altar de la cruz, consumara el misterio de la redención humana; y, sometiendo a su poder la creación entera, entregara a tu majestad infinita un Reino eterno y universal: Reino de la verdad y de la vida, Reino de la santidad y de la gracia, Reino de la justicia, del amor y de la paz.
Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo...

ANTÍFONA DE COMUNIÓN   Salmo 28, 10-11
En su trono reinará el Señor para siempre y le dará a su pueblo la bendición de la paz.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Habiendo recibido, Señor, el alimento de vida eterna, te rogamos que quienes nos gloriamos de obedecer los mandamientos de Jesucristo, Rey del universo, podamos vivir eternamente con él en el reino de los cielos. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.





Domingo 13 de Noviembre, Trigesimotercero Domingo del tiempo ordinario (Año C)

ANTÍFONA DE ENTRADA   Jeremías 29, 11. 12. 14 
Dice el Señor: Yo tengo designios de paz y no de aflicción. Invóquenme y los escucharé y pondré fin a su cautiverio.
 
ORACIÓN COLECTA  Señor y Dios nuestro, concédenos vivir siempre con alegría bajo tu mirada, ya que la felicidad plena y duradera consiste en servirte a ti, fuente y origen de todo bien. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.



PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del profeta Malaquías 3,19-20
"Ya viene el día del Señor, ardiente como un horno. y todos los soberbios y malvados serán como la paja. El día que viene los consumirá, dice el Señor de los ejércitos, hasta no dejarles ni raíz ni rama. Pero para ustedes, los que temen al Señor, brillará el sol de justicia, que les traerá la salvación en sus rayos"

SALMO RESPONSORIAL   97, 5-9
R/. El Señor viene a gobernar los pueblos.
- Canten al Señor con el arpa y al son de instrumentos musicales; con clarines y sonidos de trompeta aclamen al Señor, que es Rey.
- Resuene el mar y todo lo que hay en él, el mundo y todos sus habitantes; aplaudan las corrientes del océano, griten de gozo las montañas al unísono. 
- Griten de gozo delante del Señor, porque Él viene a gobernar la tierra; Él gobernará el mundo con justicia, y los pueblos con rectitud. 

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la segunda carta del Apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 3, 6-12
Hermanos: Les ordenamos, en nombre de nuestro Señor Jesucristo, que se aparten de todo hermano que lleve una vida ociosa, contrariamente a la enseñanza que recibieron de nosotros. Porque ustedes ya saben cómo deben seguir nuestro ejemplo. Cuando estábamos entre ustedes, no vivíamos como holgazanes, y nadie nos regalaba el pan que comíamos. Al contrario, trabajábamos duramente, día y noche, hasta cansarnos, con tal de no ser una carga para ninguno de ustedes. Aunque teníamos el derecho de proceder de otra manera, queríamos darles un ejemplo para imitar.
En aquella ocasión les impusimos esta regla: el que no quiera trabajar, que no coma. Ahora, sin embargo, nos enteramos de que algunos de ustedes viven ociosamente, no haciendo nada y entrometiéndose en todo. A éstos les mandamos y les exhortamos en el Señor Jesucristo que trabajen en paz para ganarse su pan.

ACLAMACIÓN  Lcas 21,28
Aleluya. Tengan ánimo y levanten la cabeza, porque está por llegarles la liberación. Aleluya.

EVANGELIO
Gracias a la constancia salvarán sus vidas.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 21, 5-19
Como algunos, hablando del Templo, decían que estaba adornado con hermosas piedras y ofrendas votivas, Jesús dijo: “De todo lo que ustedes contemplan, un día no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido”.
Ellos le preguntaron: “Maestro, ¿cuándo tendrá lugar esto, y cuál será la señal de que va a suceder?”
Jesús respondió: “Tengan cuidado, no se dejen engañar, porque muchos se presentarán en mi Nombre, diciendo: “Soy yo”, y también: “El tiempo está cerca”. No los sigan. Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones no se alarmen; es necesario que esto ocurra antes, pero no llegará tan pronto el fin”.
Después les dijo: “Se levantará nación contra nación y reino contra reino. Habrá grandes terremotos; peste y hambre en muchas partes; se verán también fenómenos aterradores y grandes señales en el cielo.
Pero antes de todo eso, los detendrán, los perseguirán, los entregarán a las sinagogas y serán encarcelados; los llevarán ante reyes y gobernadores a causa de mi Nombre, y esto les sucederá para que puedan dar testimonio de mí.
Tengan bien presente que no deberán preparar su defensa, porque Yo mismo les daré una elocuencia y una sabiduría que ninguno de sus adversarios podrá resistir ni contradecir.
Serán entregados hasta por sus propios padres y hermanos, por sus parientes y amigos; y a muchos de ustedes los matarán. Serán odiados por todos a causa de mi Nombre. Pero ni siquiera un cabello se les caerá de la cabeza. Gracias a la constancia salvarán sus vidas”.
CREDO

ORACIÓN DE LOS FIELES
Pidamos, hermanos, al Señor que escuche nuestras súplicas y acoja con bondad nuestras peticiones:
Para que el Señor, el único que puede inspirar y llevar a término los buenos propósitos, multiplique el número de fieles que, abandonando todas las cosas, se consagren exclusivamente a él en la vida religiosa, roguemos al Señor.
Para que Dios, al que han de servir los poderes humanos, conceda a los jefes de las naciones buscar la voluntad divina, temer a Dios en el cumplimiento de su misión y acertar en sus decisiones, roguemos al Señor.
Para que Dios, que ha creado los alimentos para los seres vivos, mire con misericordia a las criaturas que en distintos lugares pasan hambre y les conceda el alimento necesario, roguemos al Señor.
Para que el Señor, que nos ha dado el mandamiento nuevo del amor, nos dé fuerza para amar a nuestros enemigos y para cumplir su precepto de devolver bien por mal, roguemos al Señor.

Dios nuestro, principio y fin de todas las cosas, que quieres reunir a toda la humanidad para formar el templo vivo del Cuerpo de tu Hijo, escucha las oraciones de la Iglesia suplicante y haz que, a través de los acontecimientos, alegres y tristes, de la propia vida, mantengamos firme la esperanza de que, sufriendo con perseverancia, ganaremos la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 
Concédenos, Señor, que esta ofrenda sea agradable a tus ojos, nos otorgue la gracia de servirte con amor, y nos obtenga los gozos eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor. 
ANTÍFONA DE COMUNIÓN   Salmo 72,28 
Mi dicha es estar cerca de Dios, y poner mi refugio en el Señor. 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 
Después de haber recibido los dones pascuales te pedimos humildemente, Señor, que la Eucaristía que tu Hijo nos mandó celebrar en su memoria aumente la caridad en todos nosotros. Él que vive y reina por los siglos de los siglos. 





Domingo 6 de Noviembre 2022, Trigesimosegundo Domingo del tiempo ordinario

ANTÍFONA DE ENTRADA   Salmo 87,3
Que mi plegaria llegue a tu presencia, Señor; inclina tu oído a mi clamor. 
 
GLORIA.
ORACIÓN COLECTA  Dios todopoderoso y rico en misericordia, aleja de nosotros todos los males, para que, sin impedimentos en el alma y en el cuerpo, cumplamos tu voluntad con libertad de espíritu. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.


PRIMERA LECTURA

Lectura del segundo libro de los Macabeos 6, 1; 7, 1-2. 9-14
El rey Antíoco envió a un consejero ateniense para que obligara a los judíos a abandonar las costumbres de sus padres y a no vivir conforme a las leyes de Dios.
Fueron detenidos siete hermanos, junto con su madre. El rey, flagelándolos con azotes y tendones de buey, trató de obligarlos a comer carne de cerdo, prohibida por la Ley. Pero uno de ellos, hablando en nombre de todos, le dijo: “¿Qué quieres preguntar y saber de nosotros? Estamos dispuestos a morir, antes que violar las leyes de nuestros padres”.
Una vez que el primero murió, llevaron al suplicio al segundo. Y cuando estaba por dar su último suspiro, dijo: “Tú, malvado, nos privas de la vida presente, pero el Rey del universo nos resucitará a una vida eterna, ya que nosotros morimos por sus leyes”.
Después de éste, fue castigado el tercero. Apenas se lo pidieron, presentó su lengua, extendió decididamente sus manos y dijo con valentía: “Yo he recibido estos miembros como un don del Cielo, pero ahora los desprecio por amor a sus leyes y espero recibirlos nuevamente de Él”. El rey y sus acompañantes estaban sorprendidos del valor de aquel joven, que no hacía ningún caso de sus sufrimientos.
Una vez que murió éste, sometieron al cuarto a la misma tortura y a los mismos suplicios. Y cuando ya estaba próximo a su fin, habló así: “Es preferible morir a manos de los hombres, con la esperanza puesta en Dios de ser resucitados por Él. Tú, en cambio, no resucitarás para la vida”.

SALMO RESPONSORIAL   16, 1. 5-6. 8b. 15

R/. ¡Señor, al despertar, me saciaré de tu presencia!
- Escucha, Señor, mi justa demanda, atiende a mi clamor; presta oído a mi plegaria, porque en mis labios no hay falsedad.
- Mis pies se mantuvieron firmes en los caminos señalados: ¡mis pasos nunca se apartaron de tus huellas! Yo te invoco, Dios mío, porque Tú me respondes: inclina tu oído hacia mí y escucha mis palabras.
- Escóndeme a la sombra de tus alas. Pero yo, por tu justicia, contemplaré tu rostro, y al despertar, me saciaré de tu presencia. 

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la segunda carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Tesalónica  2, 16-3, 5
Hermanos: Que nuestro Señor Jesucristo y Dios, nuestro Padre, que nos amó y nos dio gratuitamente un consuelo eterno y una feliz esperanza, los reconforte y fortalezca en toda obra y en toda palabra buena.
Finalmente, hermanos, rueguen por nosotros, para que la Palabra del Señor se propague rápidamente y sea glorificada como lo es entre ustedes. Rueguen también para que nos veamos libres de los hombres malvados y perversos, ya que no todos tienen fe.
Pero el Señor es fiel: Él los fortalecerá y los preservará del Maligno. Nosotros tenemos plena confianza en el Señor de que ustedes cumplen y seguirán cumpliendo nuestras disposiciones.
Que el Señor los encamine hacia el amor de Dios y les dé la perseverancia de Cristo.

ACLAMACIÓN  Apocalipsis 1,5-6
Aleluya. Jesucristo es el Primero que resucitó de entre los muertos. ¡A Él sea la gloria y el poder por los siglos de los siglos! Aleluya.

EVANGELIO

No es un Dios de muertos, sino de vivientes.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 20, 27-38
Se acercaron a Jesús algunos saduceos, que niegan la resurrección, y le dijeron: “Maestro, Moisés nos ha ordenado: “Si alguien está casado y muere sin tener hijos, que su hermano, para darle descendencia, se case con la viuda”. Ahora bien, había siete hermanos. El primero se casó y murió sin tener hijos. El segundo se casó con la viuda, y luego el tercero. Y así murieron los siete sin dejar descendencia. Finalmente, también murió la mujer. Cuando resuciten los muertos, ¿de quién será esposa, ya que los siete la tuvieron por mujer?”
Jesús les respondió: “En este mundo los hombres y las mujeres se casan, pero los que son juzgados dignos de participar del mundo futuro y de la resurrección, no se casan. Ya no pueden morir, porque son semejantes a los ángeles y son hijos de Dios, al ser hijos de la resurrección.
Que los muertos van a resucitar, Moisés lo ha dado a entender en el pasaje de la zarza, cuando llama al Señor “el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob”. Porque Él no es un Dios de muertos, sino de vivientes; todos, en efecto, viven para Él”.


CREDO
ORACIÓN DE LOS FIELES
Oremos, hermanos, por todos los hombres y por sus necesidades, para que nunca falte a nadie la ayuda de nuestra caridad:
Para que la Iglesia viva en paz, crezca constantemente, se extienda por todo el mundo y persevere con alegría en la presencia del Señor, confortada por el Espíritu Santo, roguemos al Señor.
Para que el Señor conceda a los que gobiernan el espíritu de sabiduría y de prudencia, a fin de que rijan a sus pueblos pensando en la paz común y en el bien y la prosperidad de sus ciudadanos, roguemos al Señor.
Para que Dios Padre libere al mundo de toda falsedad, hambre y miseria, y auxilie a los perseguidos, a los encarcelados y a los que son tratados injustamente, roguemos al Señor.
Para que todos nosotros realicemos nuestro trabajo con espíritu cristiano y consigamos frutos abundantes por nuestras obras, roguemos al Señor.
Señor Dios, dueño supremo de la vida y autor de la resurrección, delante del cual hasta los muertos viven, escucha nuestras oraciones y haz que la palabra de tu Hijo, sembrada en nuestros corazones, germine y dé fruto abundante y que todos seamos confirmados en la esperanza de la resurrección y la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 

Mira con bondad este sacrificio, Señor, y concédenos alcanzar los frutos de la pasión de tu Hijo, que ahora celebramos sacramentalmente. Él que vive y reina por los siglos de los siglos.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN   Cf. Salmo 22,1-2 
El Señor es mi pastor, nada me puede faltar. Él me hace descansar en verdes praderas y me conduce a las aguas tranquilas. 

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 
Te damos gracias, Padre, por la eucaristía que nos ha alimentado; imploramos tu misericordia para que, por el Espíritu Santo, quienes recibimos la fuerza de lo alto perseveremos fielmente. Por Jesucristo, nuestro Señor.




Domingo 30 de octubre, Trigesimoprimero Domingo del tiempo ordinario

ANTÍFONA DE ENTRADA   Salmo 37,22-23
Señor, no me abandones, Dios mío, no te quedes lejos de mí; apresúrate a venir en mi ayuda, mi Señor, mi Salvador.

ORACIÓN COLECTA  Dios omnipotente y lleno de misericordia, que concedes a tus fieles celebrar dignamente esta liturgia de alabanza; te pedimos que nos ayudes a caminar sin tropiezos hacia los bienes prometidos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.


LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de la Sabiduría 11, 22-12, 2
Señor, el mundo entero es delante de ti como un grano de polvo que apenas inclina la balanza, como una gota de rocío matinal que cae sobre la tierra. Tú te compadeces de todos, porque todo lo puedes, y apartas los ojos de los pecados de los hombres para que ellos se conviertan.
Tú amas todo lo que existe y no aborreces nada de lo que has hecho, porque sí hubieras odiado algo, no lo habrías creado. ¿Cómo podría subsistir una cosa si Tú no quisieras? ¿Cómo se conservaría si no la hubieras llamado? 
Pero Tú eres indulgente con todos, ya que todo es tuyo, Señor que amas la vida, porque tu espíritu incorruptible está en todas las cosas. 
Por eso reprendes poco a poco a los que caen, y los amonestas recordándoles sus pecados, para que se aparten del mal y crean en ti, Señor.

SALMO RESPONSORIAL   144, 1-2. 8-11. 13c-14

R/. Bendeciré al Señor siempre y en todo lugar
- Te alabaré, Dios mío, a ti, el único Rey, y bendeciré tu Nombre eternamente; día tras día te bendeciré, y alabaré tu Nombre sin cesar.
- El Señor es bondadoso y compasivo, lento para enojarse y de gran misericordia; el Señor es bueno con todos y tiene compasión de todas sus criaturas.
- Que todas tus obras te den gracias, Señor, y tus fieles te bendigan; que anuncien la gloria de tu reino y proclamen tu poder.
- El Señor es fiel en todas sus palabras y bondadoso en todas sus acciones. El Señor sostiene a los que caen y endereza a los que están encorvados.

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la segunda carta del Apóstol san Pablo a los tesalonicenses 1, 11-2, 2
Hermanos: Rogamos constantemente por ustedes a fin de que Dios los haga dignos de su llamado, y lleve a término en ustedes, con su poder, todo buen propósito y toda acción inspirada en la fe. Así el Nombre del Señor Jesús será glorificado en ustedes, y ustedes en Él, conforme a la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo.
Acerca de la Venida de nuestro Señor Jesucristo y de nuestra reunión con Él, les rogamos, hermanos, que no se dejen perturbar fácilmente ni se alarmen, sea por anuncios proféticos, o por palabras o cartas atribuidas a nosotros, que hacen creer que el Día del Señor ya ha llegado.

ACLAMACIÓN  Juan 3, 16
Aleluya. Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único; todo el que cree en Él tiene Vida eterna. Aleluya.

EVANGELIO
El Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que estaba perdido.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 19, 1-10
En aquel tiempo, Jesús entró en Jericó, y al ir atravesando la ciudad, sucedió que un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de conocer a Jesús, pero la gente se lo impedía, porque Zaqueo era de baja estatura. Entonces corrió y se subió a un árbol para verlo cuando pasara por ahí. Al llegar a ese lugar, Jesús levantó los ojos y le dijo: "Zaqueo, bájate pronto, porque hoy tengo que hospedarme en tu casa".
El bajó enseguida y lo recibió muy contento. Al ver esto, comenzaron todos a murmurar diciendo: "Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador". Zaqueo, poniéndose de pie, dijo a Jesús: "Mira, Señor, voy a dar a los pobres la mitad de mis bienes, y si he defraudado a alguien, le restituiré cuatro veces más". Jesús le dijo: "Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque también él es hijo de Abraham, y el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido".



CREDO
ORACIÓN DE LOS FIELES
Pidamos, hermanos, al Señor que escuche nuestras oraciones y nos conceda el auxilio que necesitamos.
Para que Dios derrame en su Iglesia el Espíritu de piedad y fortaleza, que suscite numerosos y dignos ministros del altar y testigos celosos y humildes del Evangelio, roguemos al Señor.
Para que Dios infunda en el corazón de los gobernantes la voluntad de promover el bien de sus súbditos, a fin de que todos puedan realizarse debidamente y reinen en el mundo la justicia y la igualdad, roguemos al Señor.
Para que el Señor fortalezca a los moribundos que luchan en su último combate, los libre de las tentaciones y no permita que nosotros, al llegar la hora de abandonar este mundo, caigamos en manos del enemigo, roguemos al Señor.
Para que Dios conceda a nuestros familiares y amigos el perdón de sus pecados, una vida próspera y el don de la caridad, roguemos al Señor.

Dios nuestro, que por medio de tu Hijo has venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido, escucha las súplicas de tu Iglesia y haznos dignos de nuestra vocación; ayúdanos a cumplir nuestros deseos de bien, haz que sepamos recibirte con gozo en la persona de nuestros hermanos y que con ellos sepamos compartir los bienes de la tierra y del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 
Te pedimos, Señor, que este sacrificio sea para ti una ofrenda pura, y para nosotros una fuente generosa de tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN   Cf. Salmo 15,11 
Señor, me darás a conocer el camino de la vida, saciándome de gozo en tu presencia. 

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 
Te pedimos, Padre, que crezca en nosotros la acción de tu poder para que, restaurados con estos sacramentos celestiales, tu gracia nos prepare a recibir lo que ellos nos prometen. Por Jesucristo, nuestro Señor.






Domingo 23 de octubre, Trigésimo Domingo del tiempo ordinario (Año C)

Domingo Mundial de las Misiones DOMUND
ANTÍFONA DE ENTRADA   Sal 104, 3-4 
Que la alegría llene el corazón de los que buscan al Señor. Busquen al Señor y serán fuertes, busquen siempre su rostro. 

ORACIÓN COLECTA  Dios todopoderoso y eterno, aumenta nuestra fe, esperanza y caridad, y para conseguir lo que nos prometes, ayúdanos a amar lo que nos mandas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.


PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Eclesiástico (Sirácide) 35,12-14.16-18 
El Señor es juez y no hace distinción de personas: no se muestra parcial contra el pobre y escucha la súplica del oprimido; no desoye la plegaria del huérfano, ni a la viuda, cuando expone su queja.
El que rinde el culto que agrada al Señor, es aceptado, y su plegaria llega hasta las nubes.
La súplica del humilde atraviesa las nubes y mientras no llega a su destino, él no se consuela: no desiste hasta que el Altísimo interviene, para juzgar a los justos y hacerles justicia.

SALMO RESPONSORIAL   33, 2-3. 17-19. 23
R/. El pobre clama a Dios y Él lo escucha; El Señor rescata la vida de sus siervos.
- Bendeciré al Señor en todo tiempo, su alabanza estará siempre en mis labios. Mi alma se gloría en el Señor: que lo oigan los humildes y se alegren. 
- El Señor rechaza a los que hacen el mal para borrar su recuerdo de la tierra. Cuando los justos claman, el Señor los escucha y los libra de todas sus angustias.
- El Señor está cerca del que sufre y salva a los que están abatidos. El Señor rescata a sus servidores, y los que se refugian en Él no serán castigados. 

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la segunda carta del Apóstol san Pablo a Timoteo 4,6-8.16-18
Querido hermano: Para mí ha llegado la hora del sacrificio y se acerca el momento de mi partida. He luchado bien el buen combate, he corrido hasta la meta, he perseverado en la fe. Ahora sólo espero la corona merecida, con la que el Señor, justo juez, me premiará en aquel día, y no solamente a mí, sino a todos aquellos que esperan con amor su glorioso advenimiento.
La primera vez que me defendí ante el tribunal, nadie me ayudó. Todos me abandonaron. ¡Ojalá que no les sea tenido en cuenta! Pero el Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas para que, por mi medio, se proclamara claramente el mensaje de salvación y lo oyeran todos los paganos. Y fui librado de la boca del león. El Señor me seguirá librando de todos los peligros y me llevará salvo a su Reino celestial. A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

ACLAMACIÓN  2 Corintios 5,19
Aleluya. Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo, confiándonos la palabra de la reconciliación. Aleluya.

EVANGELIO
Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo, confiándonos la palabra de la reconciliación.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 18, 9-14

En aquel tiempo, Jesús dijo esta parábola sobre algunos que se tenían por justo y despreciaban a los demás: “Dos hombres subieron al templo para orar. Uno era fariseo y el otro, publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior: Dios mío, te doy gracias porque no soy como los demás hombres: ladrones, injustos, adúlteros; tampoco soy como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todas mis ganancias”. El publicano, en cambio, se quedó atrás y no se atrevía a levantar los ojos al cielo; Lo único que hacía era golpearse el pecho, diciendo: Dios mío, apiádate de mí, que soy un pecador”. Pues bien, yo les aseguro que éste bajó a su casa justificado, y aquél no. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido”.


ORACIÓN DE LOS FIELES
Confiados en que la oración de los pobres llega hasta el Señor, elevemos con humildad nuestras peticiones a Dios, diciendo: Señor escucha nuestra oración.
Para que el Señor conceda el espíritu de consejo, fortaleza, ciencia y piedad a nuestro obispo N. y a todos los pastores de la Iglesia, roguemos al Señor.
Para que los gobiernos de las naciones edifiquen sus comunidades en la paz, equilibrando toda desigualdad injusta, roguemos al Señor.
Para que el Señor alivie los dolores de los que sufren en el cuerpo o en el espíritu y les dé fuerza para no desfallecer ante la tribulación, roguemos al Señor.
Para que mantenga a nuestras familias firmes en la concordia y seguras en su gracia y amistad, roguemos al Señor.

Dios nuestro, que no miras la fama de los hombres ni te dejas influir por nadie en perjuicio de los pobres, míranos a nosotros, tus siervos, que, como el publicano, no nos atrevemos a levantar la mirada hacia ti, y haz que, humillados como él, seamos enaltecidos en tu reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 

Mira, Padre, las ofrendas que te presentamos, y que la celebración de estos misterios sean para tu gloria y alabanza. Por Jesucristo, nuestro Señor. 
Antífona de comunión   Cf. Salmo 19,6 
Aclamemos tu victoria y alcemos los estandartes en nombre de nuestro Dios.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 
Señor y Dios nuestro, te pedimos que lleves a su plenitud en nosotros lo que significan estos sacramentos, para que poseamos plenamente lo que ahora celebramos en esta liturgia. Por Jesucristo, nuestro Señor. 






Domingo 16 de octubre, Vigesimonoveno Domingo del tiempo ordinario (Año C)

ORACIÓN COLECTA  Dios todopoderoso y eterno, concédenos permanecer fieles a tu santa voluntad y servirte con un corazón sincero. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.


PRIMERA LECTURA

Lectura del libro del Éxodo   17, 8-13
Los amalecitas atacaron a Israel en Refidim. Moisés dijo a Josué: “Elige a algunos de nuestros hombres y ve mañana a combatir contra Amalec. Yo estaré de pie sobre la cima del monte, teniendo en mi mano el bastón de Dios”.
Josué hizo lo que le había dicho Moisés, y fue a combatir contra los amalecitas.
Entretanto, Moisés, Aarón y Jur habían subido a la cima del monte. Y mientras Moisés tenía los brazos levantados, vencía Israel; pero cuando los dejaba caer, prevalecía Amalec.
Como Moisés tenía los brazos muy cansados, ellos tomaron una piedra y la pusieron donde él estaba. Moisés se sentó sobre la piedra, mientras Aarón y Jur le sostenían los brazos, uno a cada lado. Así sus brazos se mantuvieron firmes hasta la puesta del sol.
De esa manera, Josué derrotó a Amalec y a sus tropas al filo de la espada.

SALMO RESPONSORIAL   120, 1-8

R/. Nuestro auxilio es el nombre del Señor, que hizo el cielo y la tierra.

- Levanto mis ojos a las montañas: ¿de dónde me vendrá el auxilio? El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.

- Él no dejará que resbale tu pie: ¡tu guardián no duerme! No, no duerme ni reposa el guardián de Israel.

- El Señor te guarda a su sombra, está a tu derecha; de día el sol no te hará daño, ni la luna de noche.

- El Señor te guarda de todo mal, él guarda tu alma; el Señor guarda tus entradas y salidas, ahora y por siempre.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la segunda carta del Apóstol san Pablo a Timoteo  3, 14 - 4, 2

Querido hijo: Permanece fiel a la doctrina que aprendiste y de la que estás plenamente convencido: tú sabes de quiénes la has recibido.

Recuerda que desde la niñez conoces las Sagradas Escrituras: ellas pueden darte la sabiduría que conduce a la salvación, mediante la fe en Cristo Jesús. Toda la Escritura está inspirada por Dios, y es útil para enseñar y para argüir, para corregir y para educar en la justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto y esté preparado para hacer siempre el bien.

Yo te conjuro delante de Dios y de Cristo Jesús, que ha de juzgar a los vivos y a los muertos, y en nombre de su Manifestación y de su Reino: proclama la Palabra de Dios, insiste con ocasión o sin ella, arguye, reprende, exhorta, con paciencia incansable y con afán de enseñar.

ACLAMACIÓN  Hebreos 4, 12

Aleluya. La Palabra de Dios es viva y eficaz, descubre los pensamientos e intenciones del corazón. Aleluya.

EVANGELIO

Dios hará justicia a sus elegidos que claman a Él.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 18, 1-8
En aquel tiempo, Jesús decía a sus discípulos una parábola para enseñarles que es necesario orar siempre, sin desfallecer. “En una ciudad había un juez que no temía a Dios ni le importaban los hombres; y en la misma ciudad vivía una viuda que recurría a él, diciéndole: “Te ruego que me hagas justicia contra mi adversario”.
Durante mucho tiempo el juez se negó, pero después dijo: “Yo no temo a Dios ni me importan los hombres, pero como esta viuda me molesta, le haré justicia para que no venga continuamente a fastidiarme””.
Y el Señor dijo: “Oigan lo que dijo este juez injusto. Y Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos, que claman a Él día y noche, aunque los haga esperar? Les aseguro que en un abrir y cerrar de ojos les hará justicia.
Pero cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe sobre la tierra?”


CREDO

ORACIÓN DE LOS FIELES

nvoquemos, hermanos, al Señor, que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad, diciendo: Señor escucha nuestra oración.

Para que el Señor avive el corazón de los fieles y los empuje a trabajar en la salvación de todos los hombres y en el anuncio del Evangelio a todos los pueblos, roguemos al Señor.
Para que sean desterradas todas las divisiones que separan a pueblos y razas, y se mantengan firmes en la sociedad humana la igualdad y la justicia, roguemos al Señor.
Para que los prófugos, los exiliados, los rechazados por la sociedad y los abandonados puedan regresar a la patria y para que el Señor conceda a todos un corazón bondadoso para con los pobres y forasteros, roguemos al Señor.
Para que Dios infunda en nuestros corazones su Espíritu de amor, a fin de que, revestidos con los mismos sentimientos de Cristo, amemos a Dios en los hermanos, roguemos al Señor.
Dios nuestro, que, gracias a las manos en alto de tu siervo Moisés, diste a tu pueblo la victoria, contempla a tu Iglesia reunida en oración y haz que el nuevo Israel progrese en el bien y venza a las fuerzas malignas que amenazan al mundo, mientras espera la hora en que harás justicia a tus elegidos que claman a ti día y noche. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 

Concédenos, Señor, el don de poderte servir con libertad de espíritu, para que, por la acción purificadora de tu gracia, los mismos misterios que celebremos nos limpien de toda culpa. Por Jesucristo, nuestro Señor. 

Antífona de comunión   Cf. Salmo 32, 18-19 

Los ojos del Señor están puestos en sus hijos, en los que esperan en su misericordia; para librarlos de la muerte, y reanimarlos en tiempo de hambre.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 

Te rogamos, Señor, que la frecuente recepción de estos dones celestiales produzca fruto en nosotros y nos ayude a aprovechar los bienes temporales y alcanzar con sabiduría los eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.




Domingo 2 de octubre 2022, Vigesimoseptimo Domingo del tiempo ordinario (Año C)

ORACIÓN COLECTA  Dios todopoderoso y eterno, que con amor generoso sobrepasas los méritos y los deseos de los que te suplican, derrama sobre nosotros tu misericordia perdonando lo que inquieta nuestra conciencia y concediéndonos aun aquello que no nos atrevemos a pedir. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.




LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del profeta Habacuc   1, 2-3; 2, 2-4 
¿Hasta cuándo, Señor, pediré auxilio sin que Tú escuches, clamaré hacia ti: “¡Violencia!”, sin que Tú salves? ¿Por qué me haces ver la iniquidad y te quedas mirando la opresión? No veo más que saqueo y violencia, hay contiendas y aumenta la discordia.
El Señor me respondió y dijo: Escribe la visión, grábala sobre unas tablas para que se la pueda leer de corrido. Porque la visión aguarda el momento fijado, ansía llegar a término y no fallará; si parece que se demora, espérala, porque vendrá seguramente, y no tardará. 
El que no tiene el alma recta, sucumbirá, pero el justo vivirá por su fidelidad.

SALMO RESPONSORIAL   94, 1-2. 6-9
R/. ¡Ojalá hoy escuchen la voz del Señor!
- ¡Vengan, cantemos con júbilo al Señor, aclamemos a la Roca que nos salva! ¡Lleguemos hasta Él dándole gracias, aclamemos con música al Señor! 
- ¡Entren, inclinémonos para adorarlo! ¡Doblemos la rodilla ante el Señor que nos creó! Porque Él es nuestro Dios, y nosotros, el pueblo que Él apacienta, las ovejas conducidas por su mano. 
- Ojalá hoy escuchen la voz del Señor: “No endurezcan su corazón como en Meribá, como en el día de Masá, en el desierto, cuando sus padres me tentaron y provocaron, aunque habían visto mis obras”. 

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la segunda carta del Apóstol san Pablo a Timoteo 1, 6-8. 13-14
Querido hijo: Te recomiendo que reavives el don de Dios que has recibido por la imposición de mis manos. Porque el Espíritu que Dios nos ha dado no es un espíritu de temor, sino de fortaleza, de amor y de sobriedad.
No te avergüences del testimonio de nuestro Señor, ni tampoco de mí, que soy su prisionero. Al contrario, comparte conmigo los sufrimientos que es necesario padecer por el Evangelio, animado con la fortaleza de Dios.
Toma como norma las saludables lecciones de fe y de amor a Cristo Jesús que has escuchado de mí. Conserva lo que se te ha confiado, con la ayuda del Espíritu Santo que habita en nosotros.

ACLAMACIÓN  1 Pedro 1, 25
Aleluya. La palabra del Señor permanece para siempre. Esta es la palabra que les ha sido anunciada: el Evangelio. Aleluya.

EVANGELIO
Si tuviera fe.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas   17, 3b-10
Dijo el Señor a sus discípulos: “Si tu hermano peca, repréndelo, y si se arrepiente, perdónalo. Y si peca siete veces al día contra ti, y otras tantas vuelve a ti, diciendo: “Me arrepiento”, perdónalo”.
Los Apóstoles dijeron al Señor: “Auméntanos la fe”. Él respondió: “Si ustedes tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza, y dijeran a esa morera que está ahí: “Arráncate de raíz y plántate en el mar”, ella les obedecería.
Supongamos que uno de ustedes tiene un servidor para arar o cuidar el ganado. Cuando éste regresa del campo, ¿acaso le dirá: “Ven pronto y siéntate a la mesa”? ¿No le dirá más bien:
“Prepárame la cena y recógete la túnica para servirme hasta que yo haya comido y bebido, y tú comerás y beberás después”? ¿Deberá mostrarse agradecido con el servidor porque hizo lo que se le mandó?
Así también ustedes, cuando hayan hecho todo lo que se les mande, digan: “Somos simples servidores, no hemos hecho más que cumplir con nuestro deber”.






CREDO
ORACIÓN DE LOS FIELES
Elevemos, hermanos, nuestra plegaria al Señor con aquella confianza filial que el Espíritu Santo suscita en nuestros corazones, y digamos: Te rogamos, Señor.
Para que la Iglesia, mediante la santidad de sus fieles y el celo de sus ministros, anuncie a todos los hombres y realice en todos los pueblos la salvación de Dios, roguemos al Señor.
Para que el Señor ayude a los gobernantes, a fin de que se logre en todas las naciones la paz, el desarrollo, el progreso y la libertad religiosa, roguemos al Señor.
Para que las naciones que sufren a causa de las guerras vean alejarse de sus pueblos las crueldades, la violencia, la destrucción y las lágrimas, roguemos al Señor.
Para que el Señor ilumine los ojos de nuestro corazón, a fin de que sepamos descubrir la esperanza de gloria a la que nos ha llamado, roguemos al Señor.
Señor, Dios todopoderoso, dispuesto a siempre escuchar las oraciones de los que tienen fe como un grano de mostaza, danos un corazón humilde, de tal forma que, después de haber contribuido con nuestro esfuerzo al crecimiento de tu reino, nos reconozcamos siervos inútiles y proclamemos con humildad las maravillas de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 
Recibe, Señor, la oblación instituida por ti y, por estos sagrados misterios que celebramos, danos la gracia de tu redención. Por Jesucristo, nuestro Señor. 

Antífona de comunión         Lamentaciones 3, 25
El Señor es bondadoso con los que esperan en él, con aquellos que lo buscan. 

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 
Dios todopoderoso, sácianos con el sacramento del Cuerpo y de la Sangre de tu Hijo, para que nos transformemos en aquello que hemos recibido. Por Jesucristo, nuestro Señor. 





Domingo 25 de septiembre, Vigesimosexto Domingo del tiempo ordinario

ANTÍFONA DE ENTRADA Todo lo que hiciste con nosotros, Señor, es verdaderamente justo, porque pecamos contra ti y no obedecimos tu ley; pero glorifica tu nombre, tratándonos según tu gran misericordia. 

ORACIÓN COLECTA  Dios nuestro, que manifiestas tu poder sobre todo en la misericordia y el perdón, derrama sin cesar tu gracia sobre nosotros, para que, deseando tus promesas, nos hagas participar de los bienes celestiales. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.


PRIMERA LECTURA

Lectura del libro del profeta Amós 6, 1a. 4-7
¡Ay de los que se sienten seguros en Sión!  Acostados en lechos de marfil y apoltronados en sus divanes, comen los corderos del rebaño y los terneros sacados del establo.
Improvisan al son del arpa, y como David, inventan instrumentos musicales; beben el vino en grandes copas y se ungen con los mejores aceites, pero no se afligen por la ruina de José.
Por eso, ahora irán al cautiverio al frente de los deportados, y se terminará la orgía de los libertinos.

SALMO RESPONSORIAL  145, 7-10

R/. ¡Bendice, alma mía, y alaba al Señor!

- El Señor mantiene su fidelidad par siempre, hace justicia a los oprimidos y da pan a los hambrientos. El Señor libera a los cautivos.
- El Señor abre los ojos de los ciegos y endereza a los que están encorvados. El Señor ama a los justos. El Señor protege a los extranjeros.
- Sustenta al huérfano y a la viuda y entorpece el camino de los malvados. El Señor reina eternamente, reina tu Dios, Sión, a lo largo de las generaciones. 
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a Timoteo 6, 11-16
Hombre de Dios, practica la justicia, la piedad, la fe, el amor, la constancia, la bondad. Pelea el buen combate de la fe, conquista la Vida eterna, a la que has sido llamado y en vista de la cual hiciste una magnífica profesión de fe, en presencia de numerosos testigos.
Yo te ordeno delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y delante de Cristo Jesús, que dio buen testimonio ante Poncio Pilato: observa lo que está prescrito, manteniéndote sin mancha e irreprensible hasta la Manifestación de nuestro Señor Jesucristo, Manifestación que hará aparecer a su debido tiempo el bienaventurado y único Soberano, el Rey de los reyes y Señor de los señores, el único que posee la inmortalidad y habita en una luz inaccesible, a quien ningún hombre vio ni puede ver. 
¡A Él sea el honor y el poder para siempre! Amén.

ACLAMACIÓN  2 Corintios 8,9

Aleluya. Jesucristo, siendo rico, se hizo pobre por nosotros, a fin de enriquecernos con su pobreza. Aleluya.

EVANGELIO
Has recibido bienes y Lázaro recibió males; ahora él encuentra aquí su consuelo, y tú, el tormento.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 16, 19-31
Jesús dijo a los fariseos: Había un hombre rico que se vestía de púrpura y lino finísimo y cada día hacía espléndidos banquetes. A su puerta, cubierto de llagas, yacía un pobre llamado Lázaro, que ansiaba saciarse con lo que caía de la mesa del rico; y hasta los perros iban a lamer sus llagas.
El pobre murió y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. El rico también murió y fue sepultado.
En la morada de los muertos, en medio de los tormentos, levantó los ojos y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro junto a él. Entonces exclamó: “Padre Abraham, ten piedad de mí y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en el agua y refresque mi lengua, porque estas llamas me atormentan”.
“Hijo mío, respondió Abraham, recuerda que has recibido tus bienes en vida y Lázaro, en cambio, recibió males; ahora él encuentra aquí su consuelo, y tú, el tormento. Además, entre ustedes y nosotros se abre un gran abismo. De manera que los que quieren pasar de aquí hasta allí no pueden hacerlo, y tampoco se puede pasar de allí hasta aquí”.
El rico contestó: “Te ruego entonces, padre, que envíes a Lázaro a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos: que él los prevenga, no sea que ellos también caigan en este lugar de tormento”.
Abraham respondió: “Tienen a Moisés y a los Profetas; que los escuchen”.
“No, padre Abraham, insistió el rico. Pero si alguno de los muertos va a verlos, se arrepentirán”.
Pero Abraham respondió: “Si no escuchan a Moisés y a los Profetas, aunque resucite alguno de entre los muertos,
tampoco se convencerán”.



CREDO
ORACIÓN DE LOS FIELES
Oremos, hermanos, por todos los hombres y por todas sus necesidades, para que nunca falte a nadie la ayuda de nuestro amor, y digamos: Te rogamos, Señor.
Para que el Señor vivifique su Iglesia y le conceda santos y numerosos ministros que iluminen y santifiquen a los fieles, roguemos al Señor.
Para que Dios conceda a los gobernantes el deseo de ser justos e infunda en los responsables de los pueblos el sentido de la unidad de la familia humana, roguemos al Señor.
Para que los que buscan a Dios sinceramente encuentren la verdad que desean y, habiéndola encontrado, descansen contemplándola, roguemos al Señor.
Para que el Señor perdone nuestras culpas, no permita que recaigamos en el pecado y nos libre de una muerte imprevista, roguemos al Señor.
 
Dios nuestro, que llamas por su propio nombre al pobre y desconoces el de quien vive en medio de las riquezas, escucha nuestras oraciones, haz justicia a los oprimidos y concédenos que, al escuchar tu palabra, creamos que Cristo ha regresado verdaderamente de entre los muertos y nos acogerá, al término de nuestros días, en el seno de nuestro padre Abraham.  Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 
Dios misericordioso, concédenos que nuestra ofrenda te sea aceptable, y que, mediante ella, se nos abra la fuente de toda bendición. Por Jesucristo, nuestro Señor. 

Antífona de comunión         Sal 118, 49-50
Acuérdate, Señor, de la palabra que diste a tu servidor, ella me infunde esperanza y consuelo en mi dolor. 

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 
Por esta eucaristía que hemos celebrado, renueva, Señor, nuestro cuerpo y nuestro espíritu, para que participemos de la herencia gloriosa de tu Hijo, cuya muerte anunciamos y compartimos. Él que vive y reina por los siglos de los siglos.



Domingo 4 de septiembre, Vigesimotercero Domingo del tiempo ordinario

ANTÍFONA DE ENTRADA   Salmo 118, 137. 124 
Tú eres justo, Señor, y tus juicios son rectos; trátame conforme a tu bondad. 
GLORIA.

ORACIÓN COLECTA  Señor Dios, que nos has redimido para hacemos hijos tuyos, míranos siempre con amor de Padre, para que cuantos hemos creído en Cristo alcancemos la verdadera libertad y la herencia eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos.




PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de la Sabiduría 9, 13-18
¿Qué hombre puede conocer los designios de Dios o hacerse una idea de lo que quiere el Señor? 
Los pensamientos de los mortales son indecisos y sus reflexiones, precarias, porque un cuerpo corruptible pesa sobre el alma y esta morada de arcilla oprime a la mente con muchas preocupaciones. 
Nos cuesta conjeturar lo que hay sobre la tierra, y lo que está a nuestro alcance lo descubrimos con esfuerzo; pero ¿quién ha explorado lo que está en el cielo? ¿Y quién habría conocido tu voluntad si Tú mismo no hubieras dado la Sabiduría y enviado desde lo alto tu santo espíritu? 
Así se enderezaron los caminos de los que están sobre la tierra, así aprendieron los hombres lo que te agrada y, por la Sabiduría, fueron salvados.
SALMO RESPONSORIAL   89, 3-6. 12-14. 17
R/. ¡Tú has sido nuestro refugio, Señor!
- Tú haces que los hombres vuelvan al polvo, con sólo decirles: “Vuelvan, seres humanos”. Porque mil años son ante tus ojos como el día de ayer, que ya pasó, como una vigilia de la noche.
- Tú los arrebatas, y son como un sueño, como la hierba que brota de mañana: por la mañana brota y florece, y por la tarde se seca y se marchita.
- Enséñanos a calcular nuestros años, para que nuestro corazón alcance la sabiduría. ¡Vuélvete, Señor! ¿Hasta cuándo...? Ten compasión de tus servidores.
- Sácianos enseguida con tu amor, y cantaremos felices toda nuestra vida. Que descienda hasta nosotros la bondad del Señor; que el Señor, nuestro Dios, haga prosperar la obra de nuestras manos.
SEGUNDA LECTURA
Recibe a Onésimo, no ya como un esclavo, sino como un hermano querido.
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a Filemón   9b-10. 12-17
Querido hermano:  Yo, Pablo, ya anciano y ahora prisionero a causa de Cristo Jesús, te suplico en favor de mi hijo Onésimo, al que engendré en la prisión.  Te lo envío como si fuera una parte de mí mismo ser. Con gusto lo hubiera retenido a mi lado, para que me sirviera en tu nombre mientras estoy prisionero a causa del Evangelio. Pero no he querido realizar nada sin tu consentimiento, para que el beneficio que me haces no sea forzado, sino voluntario.
Tal vez, él se apartó de ti por un instante, a fin de que lo recuperes para siempre, no ya como un esclavo, sino como algo mucho mejor, como un hermano querido. Si es tan querido para mí, cuánto más lo será para ti, que estás unido a él por lazos humanos y en el Señor. Por eso, si me consideras un amigo, recíbelo como a mí mismo.

ACLAMACIÓN  Salmo 118, 135
Aleluya. Que brille sobre mí la luz de tu rostro, y enséñame tus preceptos. Aleluya.
 

EVANGELIO

El que no renuncia a todo lo que posee no puede ser mi discípulo.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas   14, 25-33

Junto con Jesús iba un gran gentío, y Él, dándose vuelta, les dijo: Cualquiera que venga a mí y no me ame más que a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y hermanas, y hasta a su propia vida, no puede ser mi discípulo. El que no carga con su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo.

¿Quién de ustedes, si quiere edificar una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, para ver si tiene con qué terminarla? No sea que una vez puestos los cimientos, no pueda acabar y todos los que lo vean se rían de él, diciendo: “Este comenzó a edificar y no pudo terminar”.

¿Y qué rey, cuando sale en campaña contra otro, no se sienta antes a considerar si con diez mil hombres puede enfrentar al que viene contra él con veinte mil? Por el contrario, mientras el otro rey está todavía lejos, envía una embajada para negociar la paz. De la misma manera, cualquiera de ustedes que no renuncie a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.



CREDO

ORACIÓN DE LOS FIELES
Pidamos, hermanos, al Señor que escuche nuestras plegarias y atienda a nuestras peticiones:
R/. Escúchanos, Señor.
1. Por la santa Iglesia de Dios, para que el Señor le conceda la paz y la unidad, la guarde de todo mal y acreciente el número de sus hijos, roguemos al Señor.
2. Por la paz del mundo, para que cesen las rivalidades entre las naciones, renazca en el corazón de los hombres el amor y arraigue entre todos los pueblos la mutua comprensión, roguemos al Señor.
3. Para que Dios, Padre todopoderoso, purifique al mundo de todo error, devuelva la salud a los enfermos, aleje el hambre, abra las prisiones injustas y conceda el regreso a los que añoran la patria, roguemos al Señor.
4. Para que el Señor nos conceda perseverar en la fe hasta el fin de nuestra vida y, después de la muerte, nos admita en el reino de la felicidad, de la luz y de la paz, roguemos al Señor.
 
Señor, Dios todopoderoso y eterno, que sabes que apenas conocemos las cosas de la tierra y con trabajo descubrimos el rastro de las del cielo, escucha nuestras oraciones y envíanos la sabiduría de tu Espíritu, para que, como verdaderos discípulos de tu Hijo, llevemos nuestra cruz de cada día y, unidos a él, sigamos fielmente tus caminos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 
Dios nuestro, fuente del amor sincero y de la paz, concédenos glorificar tu nombre con estas ofrendas que te presentamos; y por la participación en la eucaristía ayúdanos a vivir unidos en un sólo corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
ANTÍFONA DE COMUNIÓN     Salmo 41, 2-3
Como la cierva sedienta busca las corrientes de agua, así mi alma suspira por ti, mi Dios. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios viviente. 

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor nuestro, que alimentas y vivificas a tus fieles con tu palabra y con los sacramentos del cielo, concédenos aprovechar de tal manera estos dones de tu Hijo amado que merezcamos participar siempre de su vida divina. Él que vive y reina por los siglos de los siglos.  




Domingo 28 de Agosto, Vigesimosegundo Domingo del tiempo ordinario

ANTÍFONA DE ENTRADA Salmo 85, 3. 5
Ten piedad de mí, Señor, porque te invoco todo el día. Tú, Señor, eres bueno e indulgente, rico en misericordia con aquellos que te invocan.
GLORIA.
ORACIÓN COLECTA Dios todopoderoso, de quien procede todo bien perfecto, infunde en nuestros corazones el amor de tu nombre, para que, haciendo más religiosa nuestra vida, acrecientes en nosotros lo que es bueno y lo conserves constantemente. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos.


LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Eclesiástico 3, 17-18. 20. 28-29
Hijo mío, realiza tus obras con modestia y serás amado por los que agradan a Dios.
Cuanto más grande seas, más humilde debes ser, y así obtendrás el favor del Señor, porque el poder del Señor es grande y Él es glorificado por los humildes.
No hay remedio para el mal del orgulloso, porque una planta maligna ha echado raíces en él.
El corazón inteligente medita los proverbios y el sabio desea tener un oído atento.

SALMO RESPONSORIAL 67,4-5a. c. 6-7b. 10-11
R/. ¡Señor, Tú eres bueno con los pobres!
- Los justos se regocijan, gritan de gozo delante del Señor y se llenan de alegría. ¡Canten al Señor, entonen un himno a su Nombre! Su Nombre es “el Señor”.
- El Señor en su santa Morada es padre de los huérfanos y defensor de las viudas: Él instala en un hogar a los solitarios y hace salir con felicidad a los cautivos.
- Tú derramaste una lluvia generosa, Señor: tu herencia estaba exhausta y Tú la reconfortaste; allí se estableció tu familia, y Tú, Señor, la afianzarás por tu bondad para con el pobre.

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta a los Hebreos 12, 18-19. 22-24
Hermanos:
Ustedes no se han acercado a algo tangible: “fuego ardiente, oscuridad, tinieblas, tempestad, sonido de trompeta, y un estruendo tal de palabras”, que aquellos que lo escuchaban no quisieron que se les siguiera hablando.
Ustedes, en cambio, se han acercado a la montaña de Sión, a la Ciudad del Dios viviente, a la Jerusalén celestial, a una multitud de ángeles, a una fiesta solemne, a la asamblea de los primogénitos cuyos nombres están escritos en el cielo. Se han acercado a Dios, que es el Juez del universo, y a los espíritus de los justos que ya han llegado a la perfección, a Jesús, el mediador de la Nueva Alianza y a la sangre purificadora que habla más elocuentemente que la de Abel.
ACLAMACIÓN Mateo 11, 29ab
Aleluya. “Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón”, dice el Señor. Aleluya.

EVANGELIO
El que se eleva será humillado, y el que se humilla será elevado.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 14, 1. 7-14
Un sábado, Jesús entró a comer en casa de uno de los principales fariseos. Ellos lo observaban atentamente. Y al notar cómo los invitados buscaban los primeros puestos, les dijo esta parábola:
“Si te invitan a un banquete de bodas, no te coloques en el primer lugar, porque puede suceder que haya sido invitada otra persona más importante que tú, y cuando llegue el que los invitó a los dos, tenga que decirte: “Déjale el sitio”, y así, lleno de vergüenza, tengas que ponerte en el último lugar.
Al contrario, cuando te inviten, ve a colocarte en el último sitio, de manera que cuando llegue el que te invitó, te diga: “Amigo, acércate más”, y así quedarás bien delante de todos los invitados. Porque todo el que se eleva será humillado, y el que se humilla será elevado”.
Después dijo al que lo había invitado: “Cuando des un almuerzo o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos, no sea que ellos te inviten a su vez, y así tengas tu recompensa.
Al contrario, cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los paralíticos, a los ciegos.
¡Feliz de ti, porque ellos no tienen cómo retribuirte, y así tendrás tu recompensa en la resurrección de los justos!”



CREDO
ORACIÓN DE LOS FIELES
Pidamos, hermanos, al Señor que incline su oído hacia el pueblo que le suplica:
R/. Escúchanos, Señor.
1. Oremos por la Iglesia santa, católica y apostólica, para que el Señor la haga crecer en la fe, la esperanza y la caridad.
2. Oremos también por los pecadores, por los encarcelados, y por los que están lejos de sus hogares, para que el Señor los proteja, los libere, les devuelva la salud y los consuele.
3. Oremos por todos los que sufren, por los enfermos y los que sufren las consecuencias de la guerra y de la crisis, para que Dios, les de la fortaleza que necesitan, y tengan la ayuda fraterna necesaria.
4. Pidamos también por los presentes en celebración de la Eucaristía, y por los que deseando participar no pueden; que el Señor tenga misericordia de todos nosotros, y nos ayude a vivir en la humildad y la ayuda mutua para la salvación de todos.
Dios nuestro, que invitas a pobres y pecadores al banquete alegre de la nueva alianza, escucha nuestras oraciones y haz que sepamos honrar a tu Hijo en los enfermos y en los humildes, a fin de que, alrededor de tu mesa, nos reconozcamos mutuamente como hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te pedimos, Dios nuestro, que esta ofrenda sagrada nos alcance tu bendición salvadora y se cumpla en nosotros lo que celebramos en esta liturgia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Salmo 30, 20
Qué grande es tu bondad, Señor. Tú la reservas para tus fieles.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Saciados con el pan de la mesa celestial, te suplicamos, Padre, que este alimento de nuestra caridad nos fortalezca y nos impulse a servirte en los hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor.





Domingo 21 de Agosto 2022
Vigesimoprimero Domingo del tiempo ordinario (Año C)

ORACIÓN COLECTA  Señor Dios, que unes a tus fieles en una sola voluntad; concédenos amar lo que mandas y esperar lo que prometes, para que, en la inestabilidad del mundo presente, nuestros corazones estén firmes donde se encuentra la alegría verdadera. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos. 



LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Lectura del profeta Isaías 66, 18-21 
Así habla el Señor: Yo mismo vendré a reunir a todas las naciones y a todas las lenguas, y ellas vendrán y verán mi gloria. Yo les daré una señal, y a algunos de sus sobrevivientes los enviaré a las naciones extranjeras, a las costas lejanas que no han oído hablar de mí ni han visto mi gloria. Y ellos anunciarán mi gloria a las naciones.
Ellos traerán a todos los hermanos de ustedes, como una ofrenda al Señor, hasta mi Montaña santa de Jerusalén. Los traerán en caballos, carros y literas, a lomo de mulas y en dromedarios -dice el Señor- como los israelitas llevan la ofrenda a la Casa del Señor en un recipiente puro. Y también de entre ellos tomaré sacerdotes y levitas, dice el Señor.

SALMO RESPONSORIAL   116, 1-2
R/. Vayan por todo el mundo y anuncien el Evangelio.
- ¡Alaben al Señor, todas las naciones, glorifíquenlo, todos los pueblos!
- Es inquebrantable su amor por nosotros, y su fidelidad permanece para siempre.

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta a los Hebreos   12, 5-7. 11-13
Hermanos:  Ustedes se han olvidado de la exhortación que Dios les dirige como a hijos suyos: 
Hijo mío, no desprecies la corrección del Señor, y cuando te reprenda, no te desalientes.
Porque el Señor corrige al que ama y castiga a todo aquél que recibe por hijo.
Si ustedes tienen que sufrir es para su corrección; porque Dios los trata como a hijos, y ¿hay algún hijo que no sea corregido por su padre?
Es verdad que toda corrección, en el momento de recibirla, es motivo de tristeza y no de alegría; pero más tarde, produce frutos de paz y de justicia en los que han sido adiestrados por ella.
Por eso, “que recobren su vigor las manos que desfallecen y las rodillas que flaquean. Y ustedes, avancen por un camino llano”, para que el rengo no caiga, sino que se sane.

ACLAMACIÓN  Juan 14, 6
Aleluya. “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí”, dice el Señor. Aleluya.

EVANGELIO

Vendrán muchos de Oriente y de Occidente, a ocupar su lugar en el banquete del Reino de Dios.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 13, 22-30

Jesús iba enseñando por las ciudades y pueblos, mientras se dirigía a Jerusalén.

Una persona le preguntó: “Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvan?”

Él respondió: “Traten de entrar por la puerta estrecha, porque les aseguro que muchos querrán entrar y no lo conseguirán. En cuanto el dueño de casa se levante y cierre la puerta, ustedes, desde afuera, se pondrán a golpear la puerta, diciendo: “Señor, ábrenos”. Y él les responderá: “No sé de dónde son ustedes”.

Entonces comenzarán a decir: “Hemos comido y bebido contigo, y tú enseñaste en nuestras plazas”. Pero él les dirá: “No sé de dónde son ustedes; ¡apártense de mí todos los que hacen el mal!”

Allí habrá llantos y rechinar de dientes, cuando vean a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, y ustedes sean arrojados afuera. Y vendrán muchos de Oriente y de Occidente, del Norte y del Sur, a ocupar su lugar en el banquete del Reino de Dios.

Hay algunos que son los últimos y serán los primeros, y hay otros que son los primeros y serán los últimos”.



CREDO

ORACIÓN DE LOS FIELES
Pidamos, hermanos, al Señor que venga en nuestro auxilio y, por el honor de su nombre, escuche nuestra oración:
1. Para que el Señor, en su infinita bondad, se acuerde del santo Padre, el Papa Francisco, de nuestro obispo N. y de todos los demás obispos, que anuncian la palabra de Dios; para que bendiga a los sacerdotes y diáconos y, en su gran misericordia, se acuerde de todos los fieles que aman a Jesucristo, roguemos al Señor.
2. Para que Dios conceda a los que trabajan la tierra lluvias oportunas y buenas cosechas, dé sabiduría a los investigadores, acierto a los que enseñan, docilidad y constancia a los que estudian y otorgue a todos aquello que necesitan en cada momento, roguemos al Señor.
3. Para que el Señor infunda en el corazón de los pecadores un vivo y sincero arrepentimiento de sus culpas, les conceda el perdón de sus pecados y les dé fuerza para no recaer en el mal, a fin de que donde creció el pecado, más desbordante sea la misericordia divina, roguemos al Señor.
4. Para que el Señor conceda sus dones a nuestros familiares, amigos, bienhechores y a todos aquellos que queremos recordar; para que, a cambio de las riquezas que nos han dado, obtengan las riquezas inmortales y, en lugar de los bienes temporales, alcancen los bienes eternos, roguemos al Señor.
 
Dios nuestro, que invitas a los hombres a entrar por la puerta estrecha de la cruz hacia el gozoso banquete de tu reino, escucha nuestras oraciones y danos la fuerza de tu Espíritu, para que, siguiendo las huellas de tu Hijo, tengamos parte en la mesa festiva de su gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 
Señor, que en el sacrificio único de Cristo, te has adquirido un pueblo de hijos, sé bondadoso con nosotros y concede a tu Iglesia los dones de la unidad y de la paz. Por Jesucristo, nuestro Señor. 

ANTÍFONA DE COMUNIÓN     Salmo 103, 13-14
Señor, la tierra se sacia con el fruto de tus obras: el pan que sale de la tierra y el vino que alegra el corazón del hombre.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 
Padre nuestro, realiza plenamente en nosotros la obra de tu misericordia, y concédenos tu gracia para que podamos agradarte en todo. Por Jesucristo, nuestro Señor.


Domingo 7 de Agosto 2022
Decimonoveno Domingo del tiempo ordinario (Año C)

ORACIÓN COLECTA Dios todopoderoso y eterno, a quien, movidos por el Espíritu Santo, nos animamos a llamar Padre; confirma en nuestros corazones la condición de hijos tuyos, para que podamos entrar en la herencia prometida. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos.


PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de la Sabiduría 18, 5-9
Como los egipcios habían resuelto hacer perecer a los hijos pequeños de los santos -y de los niños expuestos al peligro, uno solo se salvó- para castigarlos, Tú les arrebataste un gran número de sus hijos y los hiciste perecer a todos juntos en las aguas impetuosas. Aquella noche fue dada a conocer de antemano a nuestros padres, para que, sabiendo con seguridad en qué juramentos habían creído, se sintieran reconfortados.
Tu pueblo esperaba, a la vez, la salvación de los justos y la perdición de sus enemigos; porque con el castigo que infligiste a nuestros adversarios, Tú nos cubriste de gloria, llamándonos a ti.
Por eso, los santos hijos de los justos ofrecieron sacrificios en secreto, y establecieron de común acuerdo esta ley divina: que los santos compartirían igualmente los mismos bienes y los mismos peligros; y ya entonces entonaron los cantos de los Padres.

SALMO RESPONSORIAL 32, 1. 12. 18-20. 22
R/. ¡Feliz el pueblo que el Señor se eligió como herencia!
- Aclamen, justos, al Señor: es propio de los buenos alabarlo. ¡Feliz la nación cuyo Dios es el Señor, el pueblo que Él se eligió como herencia!
- Los ojos del Señor están fijos sobre sus fieles, sobre los que esperan en su misericordia, para librar sus vidas de la muerte y sustentarlos en el tiempo de indigencia.
- Nuestra alma espera en el Señor: Él es nuestra ayuda y nuestro escudo. Señor, que tu amor descienda sobre nosotros, conforme a la esperanza que tenemos en ti.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta a los Hebreos 11, 1-2. 8-19
Hermanos: La fe es la garantía de los bienes que se esperan, la plena certeza de las realidades que no se ven. Por ella nuestros antepasados fueron considerados dignos de aprobación.
Por la fe, Abraham, obedeciendo al llamado de Dios, partió hacia el lugar que iba a recibir en herencia, sin saber adonde iba. Por la fe, vivió como extranjero en la Tierra prometida, habitando en carpas, lo mismo que Isaac y Jacob, herederos con él de la misma promesa. Porque Abraham esperaba aquella ciudad de sólidos cimientos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.
También por la fe, Sara recibió el poder de concebir, a pesar de su edad avanzada, porque juzgó digno de fe al que se lo prometía. Y por eso, de un solo hombre, y de un hombre ya cercano a la muerte, nació una descendencia numerosa como las estrellas del cielo e incontable como la arena que está a la orilla del mar.
Todos ellos murieron en la fe, sin alcanzar el cumplimiento de las promesas: las vieron y las saludaron de lejos, reconociendo que eran extranjeros y peregrinos en la tierra.
Los que hablan así demuestran claramente que buscan una patria; y si hubieran pensado en aquélla de la que habían salido, habrían tenido oportunidad de regresar. Pero aspiraban a una patria mejor, nada menos que la celestial. Por eso, Dios no se avergüenza de llamarse “su Dios” y, de hecho, les ha preparado una Ciudad.
Por la fe, Abraham, cuando fue puesto a prueba, presentó a Isaac como ofrenda: él ofrecía a su hijo único, al heredero de las promesas, a aquél de quien se había anunciado: “De Isaac nacerá la descendencia que llevará tu nombre”. Y lo ofreció, porque pensaba que Dios tenía poder, aún para resucitar a los muertos. Por eso recuperó a su hijo, y esto fue como un símbolo.
ACLAMACIÓN Mateo 24, 42a.44
Aleluya. Estén prevenidos y preparados, porque el Hijo del hombre vendrá a la hora menos pensada. Aleluya.
EVANGELIO

Ustedes también estén preparados.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 12, 32-48
Jesús dijo a sus discípulos: “No temas, pequeño Rebaño, porque el Padre de ustedes ha querido darles el Reino.
Vendan sus bienes y denlos como limosna. Háganse bolsas que no se desgasten y acumulen un tesoro inagotable en el cielo, donde no se acerca el ladrón ni destruye la polilla. Porque allí donde tengan su tesoro, tendrán también su corazón.
Estén preparados, ceñidas las vestiduras y con las lámparas encendidas. Sean como los hombres que esperan el regreso de su señor, que fue a una boda, para abrirle apenas llegue y llame a la puerta. ¡Felices los servidores a quienes el señor encuentra velando a su llegada! Les aseguro que él mismo recogerá su túnica, los hará sentar a la mesa y se pondrá a servirlos. ¡Felices ellos, si el señor llega a medianoche o antes del alba y los encuentra así!
Entiéndanlo bien: si el dueño de casa supiera a qué hora va a llegar el ladrón, no dejaría perforar las paredes de su casa. Ustedes también estén preparados, porque el Hijo del hombre llegará a la hora menos pensada”.
Pedro preguntó entonces: “Señor, ¿esta parábola la dices para nosotros o para todos?”
El Señor le dijo: “¿Cuál es el administrador fiel y previsor, a quien el Señor pondrá al frente de su personal para distribuirle la ración de trigo en el momento oportuno? ¡Feliz aquél a quien su señor, al llegar, encuentra ocupado en este trabajo! Les aseguro que lo hará administrador de todos sus bienes. Pero si este servidor piensa: “Mi señor tardará en llegar”, y se dedica a golpear a los servidores y a las sirvientas, y se pone a comer, a beber y a emborracharse, su señor llegará el día y la hora menos pensada, lo castigará y le hará correr la misma suerte que los infieles.
El servidor que, conociendo la voluntad de su señor, no tuvo las cosas preparadas y no obró conforme a lo que él había dispuesto, recibirá un castigo severo. Pero aquél que sin saberlo, se hizo también culpable, será castigado menos severamente. Al que se le dio mucho, se le pedirá mucho; y al que se le confió mucho, se le reclamará mucho más”.



ORACIÓN DE LOS FIELES
Oremos, hermanos, a nuestro Señor Jesucristo, para que, acordándose de su promesa, escuche la oración de los que nos hemos reunido en su nombre:
1. Por la paz que desciende del cielo, por la unión de las Iglesias y por la salvación de nuestras almas, roguemos al Señor.
2. Por los que trabajan por el bien de los pobres, por los que ayudan a los ancianos y por los que cuidan a niños y desvalidos, roguemos al Señor.
3. Por los que están abatidos o sometidos a una prueba, por los que están en peligro, por el retorno de los extraviados y por la libertad de los encarcelados, roguemos al Señor.
4. Por los que en este momento están orando con nosotros, por los que han pedido nuestras oraciones y por el reposo eterno de nuestros hermanos difuntos, roguemos al Señor.
Escucha, Señor, nuestras oraciones y haz que los corazones de tus fieles se inflamen en la fe que impulsó a nuestro padre Abraham a vivir como extranjero en la tierra que le prometiste; que también esperemos el regreso de tu Hijo, como el criado a quien el Señor encuentra en vela, en el momento de su llegada, para que podamos así ser acogidos por Cristo en el banquete eterno. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Padre de bondad, acepta los dones que misericordiosamente has dado a tu Iglesia y que, con tu poder, conviertes en sacramento de salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN Salmo 147,12.14
Jerusalén, glorifica al Señor tu Dios, que te sacia con lo mejor del trigo.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Padre, que la comunión de tus sacramentos nos alcance la salvación y nos confirme en la luz de tu verdad. Por Jesucristo, nuestro Señor.


Domingo 31 de Julio 2022, Decimoctavo Domingo del tiempo ordinario (Año C)

ORACIÓN COLECTA  Derrama, Padre, tu misericordia sobre tu pueblo suplicante, y ya que nos gloriamos de tenerte por Creador y Señor, renueva en nosotros tu gracia y consérvala en tu bondad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. 


LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Eclesiastés 1, 2; 2, 21-23
¡Vanidad, pura vanidad!, dice el sabio Cohélet. ¡Vanidad, pura vanidad! ¡Nada más que vanidad!
Porque un hombre que ha trabajado con sabiduría, con ciencia y eficacia, tiene que dejar su parte a otro que no hizo ningún esfuerzo. También esto es vanidad y una grave desgracia.

¿Qué le reporta al hombre todo su esfuerzo y todo lo que busca afanosamente bajo el sol? Porque todos sus días son penosos, y su ocupación, un sufrimiento; ni siquiera de noche descansa su corazón. También esto es vanidad.

SALMO RESPONSORIAL   89, 3-6. 12-14. 17
R/. ¡Tú has sido nuestro refugio, Señor!
- Tú haces que los hombres vuelvan al polvo, con sólo decirles: “Vuelvan, seres humanos”. Porque mil años son ante tus ojos como el día de ayer, que ya pasó, como una vigilia de la noche.
- Tú los arrebatas, y son como un sueño, como la hierba que brota de mañana: por la mañana brota y florece, y por la tarde se seca y se marchita.
- Enséñanos a calcular nuestros años, para que nuestro corazón alcance la sabiduría. ¡Vuélvete, Señor! ¿Hasta cuándo...? Ten compasión de tus servidores.
- Sácianos enseguida con tu amor, y cantaremos felices toda nuestra vida. Que descienda hasta nosotros la bondad del Señor; que el Señor, nuestro Dios, haga prosperar la obra de nuestras manos.

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los Colosenses 3, 1-5. 9-11
Hermanos: Ya que ustedes han resucitado con Cristo, busquen los bienes del cielo donde Cristo está sentado a la derecha de Dios. Tengan el pensamiento puesto en las cosas celestiales y no en las de la tierra. Porque ustedes están muertos, y su vida está desde ahora oculta con Cristo en Dios. Cuando se manifieste Cristo, que es la esperanza de ustedes, entonces también aparecerán ustedes con Él, llenos de gloria.
Por lo tanto, hagan morir en sus miembros todo lo que es terrenal: la lujuria, la impureza, la pasión desordenada, los malos deseos y también la avaricia, que es una forma de idolatría. Tampoco se engañen los unos a los otros.
Porque ustedes se despojaron del hombre viejo y de sus obras y se revistieron del hombre nuevo, aquél que avanza hacia el conocimiento perfecto, renovándose constantemente según la imagen de su Creador. Por eso, ya no hay pagano ni judío, circunciso ni incircunciso, bárbaro ni extranjero, esclavo ni hombre libre, sino sólo Cristo, que es todo y está en todos.
 
ACLAMACIÓN  Mateo 5, 3
Aleluya. Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos. Aleluya.
 
EVANGELIO
¿Para quién será lo que has amontonado?

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 12, 13-21

Uno de la multitud dijo al Señor: “Maestro, dile a mi hermano que comparta conmigo la herencia”.
Jesús le respondió: “Amigo, ¿quién me ha constituido juez o árbitro entre ustedes?” Después les dijo: “Cuídense de toda avaricia, porque aun en medio de la abundancia, la vida de un hombre no está asegurada por sus riquezas”.
Les dijo entonces una parábola: “Había un hombre rico, cuyas tierras habían producido mucho, y se preguntaba a sí mismo: “¿Qué voy a hacer? No tengo dónde guardar mi cosecha”.
Después pensó: “Voy a hacer esto: demoleré mis graneros, construiré otros más grandes y amontonaré allí todo mi trigo y mis bienes, y diré a mi alma: Alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe y date buena vida”.
Pero Dios le dijo: “Insensato, esta misma noche vas a morir. ¿Y para quién será lo que has amontonado?”
Esto es lo que sucede al que acumula riquezas para sí, y no es rico a los ojos de Dios”.



ORACIÓN DE LOS FIELES
Invoquemos, hermanos, a Dios Padre, pidámosle que escuche nuestras oraciones y roguémosle con fe que venga en auxilio de nuestras necesidades:
1. Oremos por el Papa Francisco, por nuestro obispo N., por todos los obispos y sacerdotes, que el Señor los haga santos y les conceda el espíritu de sabiduría a fin de que proclamen con rectitud la verdadera palabra.
2. Oremos por los que están lejos de sus hogares, por los viajeros, por los que se encuentran en peligro, que el Señor les conceda un ángel que los proteja y los aleje de todo mal.
3. Oremos por los hombres de todos los pueblos y de todas las religiones, para que el Señor les revele su bondad y dirija su camino hacia el conocimiento de la verdad plena.
4. Oremos por nuestros hermanos que han muerto en el Señor; que Dios perdone sus pecados, acoja sus almas junto a él y los conduzca al lugar del descanso, de la luz y de la paz.

Dios nuestro, principio y fin de todas las cosas, que en Cristo, tu Hijo, nos has llamado a la posesión de tu reino, escucha nuestras oraciones y no permitas que, mientras nos esforzamos por someter la tierra, nos dejemos cautivar por el deseo de poseer los bienes terrenales, y nos olvidemos de buscar siempre, y por encima de todo, aquello que nos hace ricos a tus ojos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 
Santifica los dones que te presentamos, Señor, y, al aceptar este sacrificio espiritual, conviértenos en ofrenda eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. 
ANTÍFONA DE COMUNIÓN     Salmo 16,20
Nos diste, Señor, el pan del cielo, que tiene un sabor incomparable; satisface todos los gustos. 
 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 
Acompaña y protege siempre, Señor, a quienes has renovado con este don celestial, y ya que nos reconfortas constantemente concédenos participar de la redención eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.




Domingo 24 de Julio 2022

Decimoséptimo Domingo del tiempo ordinario (Año C)

ANTÍFONA DE ENTRADA   Salmo 67,6-7.36
Dios habita en su santa morada. Él congrega en su casa a los dispersos. El dará poder y fortaleza a su pueblo. 

GLORIA.
 
ORACIÓN COLECTA  Señor Dios, protector de los que en ti confían, sin ti, nada es fuerte, ni santo; multiplica sobre nosotros tu misericordia para que, bajo tu dirección, de tal modo nos sirvamos ahora de los bienes pasajeros, que nuestro corazón esté puesto en los bienes eternos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. 




LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Génesis   18, 20-21. 23-32
En aquellos días, el Señor dijo a Abraham: “El clamor contra Sodoma y Gomorra es tan grande, y su pecado tan grave, que debo bajar a ver si sus acciones son realmente como el clamor que ha llegado hasta mí. Si no es así, lo sabré”.
Entonces Abraham se le acercó y le dijo: “¿Así que vas a exterminar al justo junto con el culpable? Tal vez haya en la ciudad cincuenta justos. ¿Y Tú vas a arrasar ese lugar, en vez de perdonarlo por amor a los cincuenta justos que hay en él? ¡Lejos de ti hacer semejante cosa! ¡Matar al justo juntamente con el culpable, haciendo que los dos corran la misma suerte! ¡Lejos de ti! ¿Acaso el Juez de toda la tierra no va a hacer justicia?”
El Señor respondió: “Si encuentro cincuenta justos en la ciudad de Sodoma, perdonaré a todo ese lugar en atención a ellos”.
Entonces Abraham dijo: “Yo, que no soy más que polvo y ceniza, tengo el atrevimiento de dirigirme a mi Señor. Quizá falten cinco para que los justos lleguen a cincuenta. Por esos cinco ¿vas a destruir toda la ciudad?” “No la destruiré si encuentro allí cuarenta y cinco”, respondió el Señor.
Pero Abraham volvió a insistir: “Quizá no sean más de cuarenta”.  Y el Señor respondió: “No lo haré por amor a esos cuarenta”.
“Por favor, dijo entonces Abraham, que mi Señor no lo tome a mal si continúo insistiendo. Quizá sean solamente treinta”. Y el Señor respondió: “No lo haré si encuentro allí a esos treinta”.
Abraham insistió: “Una vez más, me tomo el atrevimiento de dirigirme a mi Señor. Tal vez no sean más que veinte”.  “No la destruiré en atención a esos veinte”, declaró el Señor.
“Por favor, dijo entonces Abraham, que mi Señor no se enoje si hablo por última vez. Quizá sean solamente diez”.  “En atención a esos diez, respondió, no la destruiré”.
 
SALMO RESPONSORIAL   137, 1-3. 6-7a. 7c-8
R/. ¡El día que te invoqué, me escuchaste, Señor!
- Te doy gracias, Señor, de todo corazón, porque has oído las palabras de mi boca, te cantaré en presencia de los ángeles. Me postraré ante tu santo Templo.
- Daré gracias a tu Nombre por tu amor y tu fidelidad, porque tu promesa ha superado tu renombre. Me respondiste cada vez que te invoqué y aumentaste la fuerza de mi alma.
- El Señor está en las alturas, pero se fija en el humilde y reconoce al orgulloso desde lejos. Si camino entre peligros, me conservas la vida.
- Tu derecha me salva. El Señor lo hará todo por mí. Tu amor es eterno, Señor, ¡no abandones la obra de tus manos!
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los Colosenses 2, 12-14
Hermanos:  En el bautismo, ustedes fueron sepultados con Cristo, y con Él resucitaron, por la fe en el poder de Dios que lo resucitó de entre los muertos. Ustedes estaban muertos a causa de sus pecados y de la incircuncisión de su carne, pero Cristo los hizo revivir con Él, perdonando todas nuestras faltas. Él canceló el acta de condenación que nos era contraria, con todas sus cláusulas, y la hizo desaparecer clavándola en la cruz.
 
ACLAMACIÓN   Romanos 8,15
Aleluya. Han recibido el espíritu de hijos adoptivos, que nos hace llamar a Dios “¡Abbá!” ¡Padre! Aleluya.

EVANGELIO
Pidan y se les dará.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 11,1-13

Un día, Jesús estaba orando y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: "Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos".

Entonces Jesús les dijo: "Cuando oren, digan: Padre, santificado sea tu nombre, venga tu Reino, danos hoy nuestro pan de cada día y perdona nuestras ofensas, puesto que también nosotros perdonamos a todo aquel que nos ofende, y no nos dejes caer en tentación".

Jesús agregó: "Supongan que alguno de ustedes tiene un amigo que viene a medianoche a decirle: 'Préstame, por favor, tres panes, pues un amigo mío ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle'. Pero él le responde desde dentro: 'No me molestes. No puedo levantarme a dártelos, porque la puerta ya está cerrada y mis hijos y yo estamos acostados'. Si el otro sigue tocando, yo les aseguro que, aunque no se levante a dárselos por ser su amigo, sin embargo, por su molesta insistencia, sí se levantará y le dará cuanto necesite.

Así también les digo a ustedes: Pidan y se les dará, busquen y encontrarán, toquen y se les abrirá.

Porque quien pide, recibe; quien busca, encuentra, y al que toca, se le abre. ¿Habrá entre ustedes algún padre que, cuando su hijo le pida pescado, le dé una víbora? ¿O cuando le pida huevo, le dé un alacrán? Pues, si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¿cuánto más el Padre celestial les dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan?".



CREDO
ORACIÓN DE LOS FIELES
Supliquemos a Dios, que por medio de Jesús, nos enseñó a rezar con la oración digna de Él que nos hace hijos a todos, y decimos:

R/: Señor, escucha nuestra plegaria.

1. Por todos los que perdieron el sentido de Dios, y aún, la oración es algo sin sentido, para que puedan descubrir a Dios como Padre y descubrirse ellos mismos como hijos amados de Él, y así sean capaces de dialogar con Dios, recemos:
2. Por los que por pereza ni rezan, que tienen tiempo para todo menos para estar con Dios, a fin de que descubran el valor y riqueza de la oración, escucha y diálogo con Dios, que es lo que centra toda nuestra vida, recemos:
3. Por la Iglesia y por todos los aquí presentes, para que seamos siempre fieles a la oración, y sea así, fuente de comunión con Dios y de estímulo para el servicio a los hermanos, recemos:
4. En este día mundial dedicado a los abuelos y personas mayores, que despierte en nosotros el deseo de valorizarlos en nuestra vida social y eclesial, pues ellos nos recuerdan las raíces de nuestra fe y de nuestra historia, recemos:

Escucha, Padre santo, la voz de tu Iglesia y haz que comprendamos el misterio de la oración filial que tu Hijo Jesús nos enseñó; danos tu Espíritu, para que, invocándote con aquella confianza y perseverancia que él nos enseñó, crezcamos más y más en la experiencia de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 



ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 
Acepta, Padre, estos dones recibidos de tu generosidad, y, por la acción poderosa de tu gracia, haz que estos sagrados misterios santifiquen nuestra vida presente y nos conduzcan a los gozos eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor. 
 
ANTÍFONA DE COMUNIÓN     Salmo 102,2
Bendice al Señor, alma mía, y nunca olvides sus beneficios. 
 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 
Te pedimos, Padre, que alimentados con este sacramento divino, memorial perpetuo de la Pasión de tu Hijo, este don de su amor inefable nos conduzca a la salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 


Domingo 17 de Julio 2022

Decimosexto Domingo del tiempo ordinario (Año C)

ORACIÓN COLECTA Señor nuestro, mira con bondad a tus servidores y multiplica en nosotros los dones de tu gracia, para que, fervorosos en la fe, la esperanza y la caridad, perseveremos con asidua vigilancia en el cumplimiento de tus mandamientos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Génesis 18, 1-10a
El Señor se apareció a Abraham junto al encinar de Mamré, mientras él estaba sentado a la entrada de su carpa, a la hora de más calor. Alzando los ojos, divisó a tres hombres que estaban parados cerca de él. Apenas los vio, corrió a su encuentro desde la entrada de la carpa y se inclinó hasta el suelo, diciendo: “Señor mío, si quieres hacerme un favor, te ruego que no pases de largo delante de tu servidor. Yo haré que les traigan un poco de agua. Lávense los pies y descansen a la sombra del árbol. Mientras tanto, iré a buscar un trozo de pan, para que ustedes reparen sus fuerzas antes de seguir adelante. ¡Por algo han pasado junto a su servidor!”
Ellos respondieron: “Está bien. Puedes hacer lo que dijiste”.
Abraham fue rápidamente a la carpa donde estaba Sara y le dijo: “¡Pronto! Toma tres medidas de la mejor harina, amásalas y prepara unas tortas”.
Después fue corriendo hasta el corral, eligió un ternero tierno y bien cebado, y lo entregó a su sirviente, que de inmediato se puso a prepararlo. Luego tomó cuajada, leche y el ternero ya preparado, y se los sirvió. Mientras comían, él se quedó de pie al lado de ellos, debajo del árbol.
Ellos le preguntaron: “¿Dónde está Sara, tu mujer?”
“Ahí en la carpa”, les respondió.
Entonces uno de ellos le dijo: “Volveré a verte sin falta en el año entrante, y para ese entonces Sara habrá tenido un hijo”.
SALMO RESPONSORIAL 14, 2-5
R/. Señor, ¿Quién puede hospedarse en tu tienda?
- El que procede rectamente y practica la justicia; el que dice la verdad de corazón y no calumnia con su lengua.
- El que no hace mal a su prójimo ni agravia a su vecino, el que no estima a quien Dios reprueba y honra a los que temen al Señor.
- El que no se retracta de lo que juró aunque salga perjudicado. El que no presta su dinero a usura ni acepta soborno contra el inocente. El que procede así, nunca vacilará.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los Colosenses 1, 24-28
Hermanos: Me alegro de poder sufrir por ustedes, y completo en mi carne lo que falta a los padecimientos de Cristo, para bien de su Cuerpo, que es la Iglesia. En efecto, yo fui constituido ministro de la Iglesia, porque, de acuerdo con el plan divino, he sido encargado de llevar a su plenitud entre ustedes la Palabra de Dios, el misterio que estuvo oculto desde toda la eternidad y que ahora Dios quiso manifestar a sus santos. A ellos les ha revelado cuánta riqueza y gloria contiene para los paganos este misterio, que es Cristo entre ustedes, la esperanza de la gloria.
Nosotros anunciamos a Cristo, exhortando a todos los hombres e instruyéndolos en la verdadera sabiduría, a fin de que todos alcancen su madurez en Cristo.
ACLAMACIÓN Cf. Lucas 8, 15
Aleluya. Felices los que guardan la Palabra de Dios con un corazón bien dispuesto, y dan fruto gracias a su constancia. Aleluya.
EVANGELIO
Marta recibió a Jesús en su casa. María eligió la mejor parte.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 10, 38-42
Jesús entró en un pueblo, y una mujer que se llamaba Marta lo recibió en su casa. Tenía una hermana llamada María, que sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra.
Marta, que estaba muy ocupada con los quehaceres de la casa, dijo a Jesús: “Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola con todo el trabajo? Dile que me ayude”.
Pero el Señor le respondió: “Marta, Marta, te inquietas y te agitas por muchas cosas, y sin embargo, una sola cosa es necesaria. María eligió la mejor parte, que no le será quitada”.
CREDO
ORACIÓN DE LOS FIELES
Hermanos, como María, la hermana de Lázaro, sentados a los pies de Jesús, e instruidos por lo que aprendemos, hagamos subir al cielo nuestras súplicas:
- Por la paz y concordia de las Iglesias, por la unión de todos los cristianos y por la salvación de nuestras almas, roguemos al Señor.
- Por los responsables de las naciones, para que bajo su gobierno tengamos una vida feliz y pacífica, roguemos al Señor.
- Por los que están lejos de casa, por los enfermos y los encarcelados y por todos los que sufren, roguemos al Señor.
- Por nuestra comunidad, reunida en la fe, la piedad y el temor de Dios, por los que hacen el bien a nuestras parroquias y por los que ayudan a los pobres, roguemos al Señor.
Dios de bondad, Padre santo, escucha nuestras oraciones y danos un corazón humilde y sencillo que escuche la palabra de tu Hijo y lo acoja en la persona de nuestros hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Padre Santo, por el sacrificio único de tu Hijo llevaste a la perfección las ofrendas de la antigua ley; te pedimos que recibas la oblación de tus fieles y la santifiques como lo hiciste con la ofrenda de Abel, para que los dones presentados en honor de tu nombre sirvan para la salvación de todos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Apoc 3, 20
Miren que estoy a la puerta y llamo, dice el Señor: Si alguien oye mi voz y me abre, entraré en su casa y cenaremos juntos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Padre, ayuda con bondad a tu pueblo, que has alimentado con los sacramentos celestiales; concédele apartarse del pecado y comenzar una vida nueva. Por Jesucristo, nuestro Señor.




Domingo 10 de Julio 2022

Decimoquinto Domingo del tiempo ordinario (Año C)

ORACIÓN COLECTA  Señor Dios, que iluminas a los extraviados con la luz de tu verdad, para que puedan volver al buen camino; danos, a quienes hacemos profesión de cristianos, la gracia de rechazar todo lo que se opone a este nombre y comprometernos con todas sus exigencias. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. 




LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Deuteronomio   30, 9-14
Moisés habló al pueblo, diciendo: El Señor, tu Dios, te dará abundante prosperidad en todas tus empresas, en el fruto de tus entrañas, en las crías de tu ganado y en los productos de tu suelo. Porque el Señor volverá a complacerse en tu prosperidad, como antes se había complacido en la prosperidad de tus padres.
Todo esto te sucederá porque habrás escuchado la voz del Señor, tu Dios, y observado sus mandamientos y sus leyes, que están escritas en este libro de la Ley, después de haberte convertido al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma.
Este mandamiento que hoy te prescribo no es superior a tus fuerzas ni está fuera de tu alcance. No está en el cielo, para que digas: “¿Quién subirá por nosotros al cielo y lo traerá hasta aquí, de manera que podamos escucharlo y ponerlo en práctica?” Ni tampoco está más allá del mar, para que digas: “¿Quién cruzará por nosotros a la otra orilla y lo traerá hasta aquí, de manera que podamos escucharlo y ponerlo en práctica?” No, la palabra está muy cerca de ti, en tu boca y en tu corazón, para que la practiques.

SALMO RESPONSORIAL 68, 14. 17. 30-31. 36-37
R/. Busquen al Señor, y vivirán.
Mi oración sube hasta ti, Señor, en el momento favorable: respóndeme, Dios mío, por tu gran amor, sálvame, por tu fidelidad.
Respóndeme, Señor, por tu bondad y tu amor, por tu gran compasión vuélvete a mí; yo soy un pobre desdichado, Dios mío, que tu ayuda me proteja: así alabaré con cantos el nombre de Dios, y proclamaré su grandeza dando gracias.
Porque el Señor salvará a Sión y volverá a edificar las ciudades de Judá: el linaje de sus servidores la tendrá como herencia, y los que aman su Nombre morarán en ella.


SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Colosas 1, 15-20
Cristo Jesús es la Imagen del Dios invisible, el Primogénito de toda la creación, porque en Él fueron creadas todas las cosas, tanto en el cielo como en la tierra, los seres visibles y los invisibles, Tronos, Dominaciones, Principados y Potestades: todo fue creado por medio de Él y para Él.
Él existe antes que todas las cosas y todo subsiste en Él. Él es también la Cabeza del Cuerpo, es decir, de la Iglesia.  Él es el Principio, el Primero que resucitó de entre los muertos, a fin de que Él tuviera la primacía en todo, porque Dios quiso que en Él residiera toda la Plenitud.
Por Él quiso reconciliar consigo todo lo que existe en la tierra y en el cielo, restableciendo la paz por la sangre de su cruz.
 
ACLAMACIÓN   Cf. Juan 6,63c. 68c
Aleluya. Tus palabras, Señor, son Espíritu y Vida; Tú tienes palabras de Vida eterna. Aleluya.
 
EVANGELIO
¿Quién es mi prójimo?  ¿Quién se portó como prójimo?

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas   10, 25-37
Un doctor de la Ley se levantó y le preguntó a Jesús para ponerlo a prueba: “Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la Vida eterna?”
Jesús le preguntó a su vez: “¿Qué está escrito en la Ley? ¿Qué lees en ella?”
Él le respondió: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con todo tu espíritu, y a tu prójimo como a ti mismo”.
“Has respondido exactamente, -le dijo Jesús-; obra así y alcanzarás la vida”.
Pero el doctor de la Ley, para justificar su intervención, le hizo esta pregunta: “¿Y quién es mi prójimo?”
Jesús volvió a tomar la palabra y le respondió: “Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de unos ladrones, que lo despojaron de todo, lo hirieron y se fueron, dejándolo medio muerto. Casualmente bajaba por el mismo camino un sacerdote: lo vio y siguió de largo. También pasó por allí un levita: lo vio y siguió su camino. Pero un samaritano que viajaba por allí, al pasar junto a él, lo vio y se conmovió. Entonces se acercó y vendó sus heridas, cubriéndolas con aceite y vino; después lo puso sobre su propia montura, lo condujo a un albergue y se encargó de cuidarlo. Al día siguiente, sacó dos denarios y se los dio al dueño del albergue, diciéndole: “Cuídalo, y lo que gastes de más, te lo pagaré al volver”.
¿Cuál de los tres te parece que se portó como prójimo del hombre asaltado por los ladrones?”
“El que tuvo compasión de él”, le respondió el doctor.
Y Jesús le dijo: “Ve, y haz tú lo mismo”.
 



CREDO

ORACIÓN DE LOS FIELES
Pidamos, hermanos, al Señor que escuche nuestras oraciones:
Pidamos la sabiduría del Hijo de Dios para los que proclaman con fidelidad la palabra divina y para todos los ministros que sirven a la Iglesia.
Por los cristianos separados de la Iglesia católica y apostólica, por Israel, el pueblo de la antigua alianza, y por los que no conocen al Dios verdadero, invoquemos al Señor, dueño de toda verdad.
Por los que viven lejos de su casa, por los encarcelados, por los débiles y oprimidos, y por los justos que sufren persecución, oremos a Jesús, el Salvador.
Invoquemos con fe y devoción al Señor de la gloria por la paz y felicidad de los que ahora estamos aquí, huéspedes en la casa del Señor.
 
Dios misericordioso y omnipotente, que has querido resumir todos los preceptos de la Ley en el mandamiento del amor, escucha nuestras oraciones y danos un corazón solícito y generoso hacia los sufrimientos de nuestros hermanos, a imagen de tu Hijo, el buen samaritano del mundo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 

Señor y Dios nuestro, mira con bondad los dones de tu Iglesia en oración y concede que, al recibirlos, se acreciente la santidad de los creyentes. Por Jesucristo, nuestro Señor. 

ANTÍFONA DE COMUNIÓN       Salmo 83, 4-5

Hasta el gorrión encontró una casa, y la golondrina tiene un nido donde poner sus pichones: junto a tus altares, Señor del universo, mi Rey y mi Dios. Felices los que habitan en tu casa y te alaban sin cesar.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Alimentados con esta eucaristía, te pedimos, Padre, que por la celebración frecuente de este misterio crezca en nosotros el fruto de la salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.





Domingo 3 de Julio 2022

Domingo decimocuarto del tiempo ordinario (Año C)

ORACIÓN COLECTA  Dios nuestro, que por la humillación de tu Hijo levantaste a la humanidad caída; concédenos una santa alegría, para que, liberados de la servidumbre del pecado, alcancemos la felicidad que no tiene fin. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.



PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del profeta Isaías 66, 10-14
¡Alégrense con Jerusalén y regocíjense a causa de ella, todos los que la aman!
¡Compartan su mismo gozo los que estaban de duelo por ella, para ser amamantados y saciarse en sus pechos consoladores, para gustar las delicias de sus senos gloriosos!
Porque así habla el Señor: Yo haré correr hacia ella la prosperidad como un río, y la riqueza de las naciones como un torrente que se desborda.
Sus niños de pecho serán llevados en brazos y acariciados sobre las rodillas. Como un hombre es consolado por su madre, así Yo los consolaré a ustedes, y ustedes serán consolados en Jerusalén.
Al ver esto, se llenarán de gozo, y sus huesos florecerán como la hierba. La mano del Señor se manifestará a sus servidores, y a sus enemigos, su indignación.
 
SALMO RESPONSORIAL   65, 1-3a. 4-7a. 16. 20
R/. ¡Aclame al Señor toda la tierra!

- ¡Aclame al Señor toda la tierra! ¡Canten la gloria de su Nombre! Tribútenle una alabanza gloriosa, digan al Señor: “¡Qué admirables son tus obras!”
- Toda la tierra se postra ante ti, y canta en tu honor, en honor de tu Nombre. Vengan a ver las obras del Señor, las cosas admirables que hizo por los hombres.
- Él convirtió el mar en tierra firme, a pie atravesaron el Río. Por eso, alegrémonos en Él, que gobierna eternamente con su fuerza.
- Los que temen al Señor, vengan a escuchar, yo les contaré lo que hizo por mí. Bendito sea Dios, que no rechazó mi oración ni apartó de mí su misericordia.
 
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los Gálatas 6, 14-18
Hermanos: Yo sólo me gloriaré en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo está crucificado para mí, como yo lo estoy para el mundo.
Estar circuncidado o no estarlo, no tiene ninguna importancia: lo que importa es ser una nueva criatura. Que todos los que practican esta norma tengan paz y misericordia, lo mismo que el Israel de Dios.
Que nadie me moleste en adelante: yo llevo en mi cuerpo las cicatrices de Jesús.
Hermanos, que la gracia de nuestro Señor Jesucristo permanezca con ustedes. Amén.
 
ACLAMACIÓN   Col. 3, 15a.16a
Aleluya. Que la paz de Cristo reine en sus corazones; que la Palabra de Cristo habite en ustedes con toda su riqueza. Aleluya.
 
EVANGELIO
Esa paz reposará sobre él.



+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 10, 1-12. 17-20
El Señor designó a otros setenta y dos, además de los Doce, y los envió de dos en dos para que lo precedieran en todas las ciudades y sitios adonde Él debía ir. Y les dijo: “La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha.
¡Vayan! Yo los envío como a ovejas en medio de lobos. No lleven dinero, ni provisiones, ni calzado, y no se detengan a saludar a nadie por el camino.
Al entrar en una casa, digan primero: “¡Que descienda la paz sobre esta casa!” Y si hay allí alguien digno de recibirla, esa paz reposará sobre él; de lo contrario, volverá a ustedes.
Permanezcan en esa misma casa, comiendo y bebiendo de lo que haya, porque el que trabaja merece su salario. No vayan de casa en casa. En las ciudades donde entren y sean recibidos, coman lo que les sirvan; sanen a sus enfermos y digan a la gente: “El Reino de Dios está cerca de ustedes”.
Pero en todas las ciudades donde entren y no los reciban, salgan a las plazas y digan: “¡Hasta el polvo de esta ciudad que se ha adherido a nuestros pies, lo sacudimos sobre ustedes! Sepan, sin embargo, que el Reino de Dios está cerca”.
Les aseguro que en aquel Día, Sodoma será tratada menos rigurosamente que esa ciudad”.
Los setenta y dos volvieron y le dijeron llenos de gozo: “Señor, hasta los demonios se nos someten en tu Nombre”.
Él les dijo: “Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. Les he dado poder para caminar sobre serpientes y escorpiones y para vencer todas las fuerzas del enemigo; y nada podrá dañarlos. No se alegren, sin embargo, de que los espíritus se les sometan; alégrense más bien de que sus nombres estén escritos en el cielo”.

CREDO
ORACIÓN DE LOS FIELES
Pidamos, hermanos, al Señor que escuche nuestras oraciones:
- Oremos a Dios Padre por el Papa Francisco, por nuestro obispo, N., y por todos aquellos a los que se han confiado nuestras almas; que nuestro Señor les dé fuerza y sabiduría para dirigir y gobernar santamente las comunidades que les han sido encomendadas y puedan así dar buena cuenta cuando se les pida.
- Oremos también para que Dios nos conceda la paz; que él, que es la verdadera paz y el origen de toda concordia, transmita la paz del cielo a la tierra, la paz espiritual para nuestras almas y la paz temporal para nuestros días.
- Pidamos por los que se esfuerzan en seguir las sendas del Evangelio, para que nuestro Señor los mantenga en este santo propósito hasta el fin de sus días.
- Oremos también por los que viven en pecado, para que nuestro Señor les dé la gracia de convertirse, hacer penitencia y purificarse en el sacramento del perdón y alcanzar así la salvación eterna.
- Oremos, finalmente, a Dios nuestro Señor por los fieles difuntos, que han salido ya de este mundo, especialmente por nuestros familiares, amigos y bienhechores, para que el Señor, por su gran misericordia, los reciba en su gloria y los coloque entre los santos y elegidos.
Dios nuestro, que al darnos la vocación cristiana nos pides estar siempre dispuestos a anunciar el Evangelio por todo el mundo, escucha nuestras oraciones y concédenos aquel coraje y libertad apostólica que son necesarios para hacer presente en el mundo tu palabra de amor y tu mensaje de paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Padre del cielo, que este sacrificio consagrado a tu nombre nos purifique y nos encamine, cada día más, hacia la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Cf. Sal 33, 9
Gusten y vean qué bueno es el Señor. Feliz el hombre que espera en Él.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados con tan grandes dones, te pedimos, Padre, recibir sus frutos de salvación y no dejar nunca de alabarte. Por Jesucristo, nuestro Señor.




Domingo 26 de Junio 2022

Domingo decimotercero del tiempo ordinario (Año C)



LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA
Lectura del primer libro de los Reyes 19, 16b. 19-21
El Señor dijo a Elías: “A Eliseo, hijo de Safat, de Abel Mejolá, lo ungirás profeta en lugar de ti”.
Elías partió y encontró a Eliseo, hijo de Safat, que estaba arando. Delante de él había doce yuntas de bueyes, y él iba con la última. Elías pasó cerca de él y le echó encima su manto.
Eliseo dejó sus bueyes, corrió detrás de Elías y dijo: “Déjame besar a mi padre y a mi madre; luego te seguiré”.  Elías le respondió: “Sí, puedes ir. ¿Qué hice yo para impedírtelo?”
Eliseo dio media vuelta, tomó la yunta de bueyes y los inmoló. Luego, con los arneses de los bueyes, asó la carne y se la dio a su gente para que comieran. Después partió, fue detrás de Elías y se puso a su servicio.

SALMO RESPONSORIAL   15, 1-2a. 5. 7-11

R/. Señor, Tú eres la parte de mi herencia.
- Protégeme, Dios mío, porque me refugio en ti. Yo digo al Señor: “Señor, Tú eres mi bien”. El Señor es la parte de mi herencia y mi cáliz, ¡Tú decides mi suerte! 
- Bendeciré al Señor que me aconseja, ¡hasta de noche me instruye mi conciencia! Tengo siempre presente al Señor: Él está a mi lado, nunca vacilaré. 
- Por eso mi corazón se alegra, se regocijan mis entrañas y todo mi ser descansa seguro: porque no me entregarás a la muerte ni dejarás que tu amigo vea el sepulcro. 
- Me harás conocer el camino de la vida, saciándome de gozo en tu presencia, de felicidad eterna a tu derecha. 


SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los Gálatas 5, 1. 13-18
Hermanos: Ésta es la libertad que nos ha dado Cristo. Manténganse firmes para no caer de nuevo bajo el yugo de la esclavitud.
Ustedes, hermanos, han sido llamados para vivir en libertad, pero procuren que esta libertad no sea un pretexto para satisfacer los deseos carnales: háganse más bien servidores los unos de los otros, por medio del amor. Porque toda la Ley está resumida plenamente en este precepto: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
Pero si ustedes se están mordiendo y devorando mutuamente, tengan cuidado porque terminarán destruyéndose los unos a los otros.
Yo los exhorto a que se dejen conducir por el Espíritu de Dios, y así no serán arrastrados por los deseos de la carne. Porque la carne desea contra el espíritu y el espíritu contra la carne. Ambos luchan entre sí, y por eso, ustedes no pueden hacer todo el bien que quieren. Pero si están animados por el Espíritu, ya no están sometidos a la Ley.
ACLAMACIÓN   1 Samuel 3, 9; Juan 6,68
Aleluya. Habla, Señor, porque tu servidor escucha; Tú tienes palabras de Vida eterna. Aleluya. 
 
EVANGELIO
Se encaminó decididamente hacia Jerusalén. Te seguiré adonde vayas.
 
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas  9, 51-62
Cuando estaba por cumplirse el tiempo de su elevación al cielo, Jesús se encaminó decididamente hacia Jerusalén y envió mensajeros delante de Él. Ellos partieron y entraron en un pueblo de Samaría para prepararle alojamiento. Pero no lo recibieron porque se dirigía a Jerusalén.
Cuando sus discípulos Santiago y Juan vieron esto, le dijeron: “Señor, ¿quieres que mandemos caer fuego del cielo para consumirlos?” Pero Él se dio vuelta y los reprendió. Y se fueron a otro pueblo.
Mientras iban caminando, alguien le dijo a Jesús: “¡Te seguiré adonde vayas!”
Jesús le respondió: “Los zorros tienen sus cuevas y las aves del cielo sus nidos, pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza”.
Y dijo a otro: “Sígueme”. Él respondió: “Señor, permíteme que vaya primero a enterrar a mi padre”. Pero Jesús le respondió: “Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú ve a anunciar el Reino de Dios”.
Otro le dijo: “Te seguiré, Señor, pero permíteme antes despedirme de los míos”. Jesús le respondió: “El que ha puesto la mano en el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios”.
 
CREDO

Oración de los fieles
Pidamos, hermanos, al Señor que escuche nuestras oraciones, para que podamos alegrarnos al recibir su ayuda:
Por los ministros de la Iglesia que han consagrado su vida al Señor y por todos los pueblos que adoran al Dios verdadero, roguemos a Cristo, el Señor.
Para que el tiempo sea bueno y todos podamos gozar de una naturaleza limpia en la bella sucesión de las diversas estaciones, roguemos al Dios que con sabiduría gobierna al mundo.
Por los que son víctimas de la debilidad humana, del espíritu de odio o de envidia o de los otros vicios del mundo, roguemos al Redentor misericordioso.
Encomendémonos mutuamente al Señor, pongamos toda nuestra existencia en sus manos y oremos con confianza al autor y guardián de todo lo que tenemos y poseemos.

Dios nuestro, que nos has convocado para celebrar tus sacramentos, escucha nuestras oraciones y mantén nuestra libertad con la fuerza y la suavidad de tu amor, para que nunca disminuya nuestra fidelidad a Cristo en el generoso servicio a nuestros hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 
Dios de bondad, que das eficacia a tus misterios, concede que nuestro culto resulte digno de estos sagrados dones. Por Jesucristo, nuestro Señor. 
 
ANTÍFONA DE COMUNIÓN         Cf. Sal 102, 1 
Bendice al Señor, alma mía, que todo mi ser bendiga a su santo nombre. 
 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 
Que la víctima divina que hemos ofrecido y recibido nos llene de vida, Señor, para que, unidos a ti por el amor, demos frutos que permanezcan eternamente. Por Jesucristo, nuestro Señor.



DOMINGO 19 de Junio:
Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo CORPUS CHRISTI (Año C)

ANTÍFONA DE ENTRADA
El Señor los alimentó con lo mejor del trigo, y los sació con miel silvestre.
GLORIA.
ORACIÓN COLECTA Señor Jesucristo, que en este admirable sacramento nos dejaste el memorial de tu Pasión, concédenos venerar de tal manera los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que podamos experimentar siempre en nosotros los frutos de tu redención. Que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo, y eres Dios, por los siglos de los siglos.


LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA Génesis 14, 18-20
Lectura del libro del Génesis En aquellos días, Melquisedec, rey de Salem, presentó pan y vino, pues era sacerdote del Dios altísimo, y bendijo a Abram, diciendo: "Bendito sea Abram de parte del Dios altísimo, creador de cielos y tierra; y bendito sea el Dios altísimo, que entregó a tus enemigos en tus manos". Y Abram le dio el diezmo de todo lo que había rescatado.
SALMO RESPONSORIAL 109, 1.2.3.4.
R/. ¡Tú eres sacerdote para siempre según Melquisedec!
- Dijo el Señor a mi señor: “Siéntate a mi derecha, mientras Yo pongo a tus enemigos como estrado de tus pies”.
- El Señor extenderá el poder de tu cetro: “¡Domina desde Sión, en medio de tus enemigos!”
- “Tú eres príncipe desde tu nacimiento, con esplendor de santidad; Yo mismo te engendré como rocío, desde el seno de la aurora”.
- El Señor lo ha jurado y no se retractará: “Tú eres sacerdote para siempre, a la manera de Melquisedec”.
SEGUNDA LECTURA 1 Corinto 11, 23-26
Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto
Hermanos: Yo recibí del Señor lo mismo que les he transmitido: Que el Señor Jesús, la noche en que iba a ser entregado, tomó pan en sus manos, y pronunciando la acción de gracias, lo partió y dijo: "Esto es mi cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía".
Lo mismo hizo con el cáliz, después de cenar, diciendo: "Este cáliz es la nueva alianza que se sella con mi sangre. Hagan esto en memoria mía siempre que beban de él".
Por eso, cada vez que ustedes comen de este pan y beben de este cáliz, proclaman la muerte del Señor, hasta que vuelva.

SECUENCIA (Breve)

El pan que del cielo baja es comida de viajeros. Es un pan para los hijos. ¡No hay que tirarlo a los perros!
Isaac, el inocente, es figura de este pan, con el cordero de Pascua y el misterioso Maná.
Ten compasión de nosotros, buen pastor, pan verdadero. Apaciéntanos, cuídanos y condúcenos al cielo.
A los mortales les das comida, dales también el Pan de vida; que la familia así nutrida, sea un día reunida en el banquete celestial. Amen.
ACLAMACIÓN Juan 6, 51
Aleluya. “Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente”, dice el Señor. Aleluya.

EVANGELIO
Todos comieron hasta saciarse.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 9, 11b-17
Jesús habló a la multitud acerca del Reino de Dios y devolvió la salud a los que tenían necesidad de ser sanados. Al caer la tarde, se acercaron los Doce y le dijeron: “Despide a la multitud, para que vayan a los pueblos y caseríos de los alrededores en busca de albergue y alimento, porque estamos en un lugar desierto”.
Él les respondió: “Denles de comer ustedes mismos”. Pero ellos dijeron: “No tenemos más que cinco panes y dos pescados, a no ser que vayamos nosotros a comprar alimentos para toda esta gente”. Porque eran alrededor de cinco mil hombres.
Entonces Jesús les dijo a sus discípulos: “Háganlos sentar en grupos de alrededor de cincuenta personas”. Y ellos hicieron sentar a todos.
Jesús tomó los cinco panes y los dos pescados y, levantando los ojos al cielo, pronunció sobre ellos la bendición, los partió y los fue entregando a sus discípulos para que se los sirvieran a la multitud. Todos comieron hasta saciarse y con lo que sobró se llenaron doce canastas.

CREDO
ORACIÓN UNIVERSAL
Antes de disponer la mesa santa donde el Señor hará nuevamente presente su tránsito pascual que salva a todos los hombres, elevemos nuestras súplicas a Dios Padre con la plena confianza de ser escuchados:
- Para que los obispos y presbíteros cuando presidan la celebración eucarística, vivan tan plenamente identificados con el Señor, que el pueblo vea en ellos la imagen viva de Cristo, que preside a quienes se han reunido en su nombre, roguemos al Señor.
- Para que pronto llegue el día en que todos los cristianos celebremos la eucaristía en la unidad de una sola Iglesia y todos los hombres, de un extremo al otro del mundo, ofrezcan el sacrificio del Cuerpo y la Sangre de Cristo, roguemos al Señor.
- Para que los fieles que se encuentran a las puertas de la muerte dejen este mundo llenos de paz y, confiando en las promesas del Señor y fortalecidos con el Cuerpo de Cristo, lleguen al reino de la felicidad y de la vida, roguemos al Señor.
- Para que el Señor fortalezca constantemente nuestra fe y acreciente nuestro amor, a fin de que adoremos siempre en espíritu y verdad a Cristo realmente presente en el admirable sacramento de la Eucaristía, roguemos al Señor.
Dios nuestro, siempre fiel a tus promesas, que alimentas a tu pueblo con amor, escucha nuestras oraciones y acrecienta en nosotros el deseo de saciarnos de ti, fuente inagotable de todo bien; y haz que, fortalecidos con el sacramento del Cuerpo y la Sangre de Cristo, avancemos por la senda de nuestra vida hasta llegar a la asamblea de los santos y allí participemos eternamente en el banquete de tus elegidos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor y Dios nuestro, concede bondadosamente a tu Iglesia los dones de la unidad y de la paz, significados en las ofrendas que te presentamos. Por Cristo, Nuestro Señor.

PREFACIO de la Eucaristía:
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Él mismo, mientras comía con los apóstoles en la última cena, para perpetuar el memorial salvífico de la cruz, se entregó a sí mismo como Cordero inmaculado y sacrificio perfecto de reconciliación.
Con este venerable sacramento alimentas y santificas a tus fieles, para que todos los que habitamos en el mundo, seamos iluminados por una misma fe y congregados en una misma caridad.
Nos acercamos así a la mesa de este sacramento admirable para que la abundancia de tu gracia nos conduzca a la vida eterna.
Por eso, todas las criaturas del cielo y de la tierra te adoran entonando un cántico nuevo, y también nosotros, con los ángeles, te alabamos cantando sin cesar:
SANTO, SANTO, SANTO...

ANTÍFONA DE COMUNIÓN Juan 6, 56
Dice el Señor: el que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor Jesucristo, te pedimos que podamos saciamos con el eterno gozo de tu divinidad, anticipado en la comunión de tu Cuerpo y de tu Sangre. Que vives y reinas por los siglos de los siglos.




Solemnidad de la Santísima Trinidad (Año C)

Domingo 12 de Junio 2022

ANTÍFONA DE ENTRADA  

Bendita sea la Santísima Trinidad: Dios Padre, el Hijo unigénito de Dios y el Espíritu Santo, porque ha tenido misericordia con nosotros. 

GLORIA.

ORACIÓN COLECTA  Dios Padre, que revelaste a los hombres tu misterio admirable al enviar al mundo la Palabra de verdad y el Espíritu santificador; te pedimos que, en la profesión de la fe verdadera, podamos conocer la gloria de la eterna Trinidad y adorar al único Dios todopoderoso. Por Jesucristo nuestro Señor.



LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA    Proverbios 8,22-31

Lectura del libro de los Proverbios   Esto dice la sabiduría de Dios: "El Señor me poseía desde el principio, antes que sus obras más antiguas.  Quedé establecida desde la eternidad, desde el principio, antes de Que la tierra existiera. Antes de que existieran los abismos y antes de que brotaran los manantiales de las aguas, fui concebida.
Antes de que las montañas y las colinas quedaran asentadas, nací yo. Cuando aún no había hecho el Señor la tierra ni los campos ni el primer polvo del universo, cuando él afianzaba los cielos, ahí estaba yo. Cuando ceñía con el horizonte la faz del abismo, cuando colgaba las nubes en lo alto, cuando hacía brotar las fuentes del océano, cuando fijó al mar sus límites y mandó a las aguas que no los traspasaran, cuando establecía los cimientos de la tierra, yo estaba junto a él como arquitecto de sus obras, yo era su encanto cotidiano; todo el tiempo me recreaba en su presencia, jugando con el orbe de la tierra y mis delicias eran estar con los hijos de los hombres".
 

SALMO RESPONSORIAL    8, 4-9

R/.  ¡Qué admirable, Señor, es tu nombre en toda la tierra!

- Cuando contemplo el cielo, obra de tus manos, la luna y las estrellas, que has creado, me pregunto: ¿Qué es el hombre para que de él te acuerdes, ese pobre ser humano, para que de él te preocupes? R/.
- Sin embargo, lo hiciste un poquito inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad; le diste el mando sobre las obras de tus manos y todo lo sometiste bajo sus pies. R/.
- Pusiste a su servicio los rebaños y las manadas, todos los animales salvajes, las aves del cielo y los peces del mar, que recorren los caminos de las aguas. R/.

SEGUNDA LECTURA

Vayamos a Dios por Cristo mediante el amor que nos ha infundido el Espíritu Santo.

De la carta del apóstol san Pablo a los Romanos: 5, 1-5

Hermanos: Ya que hemos sido justificados por la fe, mantengámonos en paz con Dios, por mediación de nuestro Señor Jesucristo. Por él hemos obtenido, con la fe, la entrada al mundo de la gracia, en el cual nos encontramos; por él, podemos gloriarnos de tener la esperanza de participar en la gloria de Dios.  Más aún, nos gloriamos hasta de los sufrimientos, pues sabemos que el sufrimiento engendra la paciencia, la paciencia engendra la virtud sólida, la virtud sólida engendra la esperanza, y la esperanza no defrauda, porque Dios ha infundido su amor en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo, que él mismo nos ha dado.

ACLAMACIÓN  Apocalipsis 1,8

Aleluya. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Al Dios que es, que era y que vendrá. Aleluya.

 

EVANGELIO

Todo lo que tiene el Padre es mío. El Espíritu recibirá de mí lo que les vaya comunicando a ustedes.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan: 16,12-15

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Aún tengo muchas cosas que decirles, pero todavía no las pueden comprender. Pero cuando venga el Espíritu de la verdad, él los irá guiando hasta la verdad plena, porque no hablará por su cuenta, sino que dirá lo que haya oído y les anunciará las cosas que van a suceder. El me glorificará, porque primero recibirá de mí lo que les vaya comunicando.
Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho que tomará de lo mío y se lo comunicará a ustedes".

CREDO 

ORACIÓN UNIVERSAL

Hermanos, oremos a Dios, Padre entrañable, que por Jesucristo nos ha revelado su amor y que escucha complacido los gemidos inefables con que el Espíritu intercede por nosotros:

R/: ¡Santísima Trinidad, escúchanos!

- Para que Dios Padre, Creador todopoderoso del universo, lleve el mundo a su plenitud y haga nacer aquel cielo nuevo y aquella la tierra nueva que nos ha prometido, en la que la humanidad entera encontrará la felicidad y podrá contemplar su faz gloriosa, roguemos al Señor.

- Para que el Hijo Unigénito de Dios, que se hizo hombre para desposarse con la Iglesia, infunda en ella un amor semejante al suyo, como corresponde a su condición de esposa amada, roguemos al Señor.

- Para que el Espíritu del Señor, que enriquece al mundo con sus dones, sea padre para los pobres, consuelo para los tristes, salud para los enfermos y fuerza para los decaídos, roguemos al Señor.

- Para que los que conocemos el misterio de la vida íntima de Dios, uno en tres Personas, tengamos celo para anunciarlo a quienes lo desconocen a fin de que también ellos encuentren gozo y descanso en Dios, que se nos ha revelado como Padre, Hijo y Espíritu Santo, roguemos al Señor.

Señor, al mismo tiempo que te presentamos nuestras peticiones, te alabamos a Ti Padre, Hijo y Espíritu Santo. Por Cristo Nuestro Señor.

 

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 

Señor y Dios nuestro, concédenos, según la promesa de tu Hijo, que el Espíritu Santo nos revele con más claridad el misterio de este sacrificio y nos manifieste toda su verdad. Por Cristo, Nuestro Señor.

 

PREFACIO de la Trinidad:

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno: Que con tu Hijo unigénito y el Espíritu Santo eres un solo Dios, un solo Señor, no una sola Persona, sino tres Personas distintas de una misma naturaleza. 

Cuanto creemos de tu gloria, Padre, porque tú lo revelaste, lo afirmamos también de tu Hijo y del Espíritu Santo, sin diferencia alguna. 

Por eso, al proclamar nuestra fe en la verdadera y eterna Divinidad, adoramos a tres personas distintas, de única naturaleza e iguales en dignidad. A ti los ángeles y arcángeles, con todos los coros celestiales no cesan de aclamarte, diciendo a una sola voz:

ANTÍFONA DE COMUNIÓN  

Porque ustedes son hijos, Dios infundió en sus corazones el Espíritu de su Hijo, que clama: Abbá, Padre.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 

Señor y Dios nuestro, te pedimos que el sacramento recibido y la profesión de nuestra fe en ti, único Dios en tres personas, sirvan para nuestra salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.


Solemnidad de Pentecostés

ANTÍFONA DE ENTRADA Sabiduría 1,7
El Espíritu del Señor llena la tierra, y él, que mantiene unidas todas las cosas, conoce todas las lenguas. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA Dios nuestro, que por el misterio de esta fiesta santificas a tu Iglesia extendida entre las naciones, derrama sobre toda la tierra los dones del Espíritu Santo e infunde en el corazón de tus fieles las maravillas que obraste en los comienzos de la predicación evangélica. Por Jesucristo nuestro Señor.



LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA Hechos 2,1-11
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles
Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar. De pronto, vino del cielo un ruido, semejante a una fuerte ráfaga de viento, que resonó en toda la casa donde se encontraban. Entonces vieron aparecer unas lenguas como de fuego, que descendieron por separado sobre cada uno de ellos. Todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en distintas lenguas, según el Espíritu les permitía expresarse.
Había en Jerusalén judíos piadosos, venidos de todas las naciones del mundo. Al oírse este ruido, se congregó la multitud y se llenó de asombro, porque cada uno los oía hablar en su propia lengua. Con gran admiración y estupor decían: “¿Acaso estos hombres que hablan no son todos galileos? ¿Cómo es que cada uno de nosotros los oye en su propia lengua? Partos, medos y elamitas, los que habitamos en la Mesopotamia o en la misma Judea, en Capadocia, en el Ponto y en Asia Menor, en Frigia y Panfilia, en Egipto, en la Libia Cirenaica, los peregrinos de Roma, judíos y prosélitos, cretenses y árabes, todos los oímos proclamar en nuestras lenguas las maravillas de Dios”.
SALMO RESPONSORIAL 103, 1ab. 24ac. 29b-31. 34
R/. Señor envía tu Espíritu y renueva la faz de la tierra.
- Bendice al Señor, alma mía: ¡Señor, Dios mío, qué grande eres! ¡Qué variadas son tus obras, Señor! ¡La tierra está llena de tus criaturas! R/.
- Si les quitas el aliento, expiran y vuelven al polvo. Si envías tu aliento, son creados, y renuevas la superficie de la tierra.
- ¡Gloria al Señor para siempre, alégrese el Señor por sus obras! Que mi canto le sea agradable, y yo me alegraré en el Señor.
SEGUNDA LECTURA Romanos 8,8-17
Lectura de la carta a los Romanos: Hermanos, los que viven en forma desordenada y egoísta no pueden agradar a Dios. Pero ustedes no llevan esa clase de vida, sino que viven en el espíritu, pues el Espíritu de Dios habita en ustedes. Quien no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo. Pero Cristo está en ustedes, y aunque el cuerpo lleve en sí la muerte a consecuencia del pecado, el espíritu es vida por haber sido santificado. Si el Espíritu de Aquel que resucitó a Cristo de entre los muertos está en ustedes, el mismo que resucitó a Jesús de entre los muertos dará también vida a sus cuerpos mortales por medio de su Espíritu, que habita en ustedes. Por lo tanto, hermanos, no vivamos según la carne, pues no le debemos nada. Si viven según la carne, necesariamente morirán; más bien den muerte a las obras del cuerpo mediante el espíritu, y vivirán.
Todos aquellos a los que guía el Espíritu de Dios son hijos e hijas de Dios. Ustedes no recibieron un espíritu de esclavos, que los haga volver al miedo, sino el espíritu propio de los hijos, que nos permite llamar “¡Abba!” a Dios Padre. El mismo Espíritu asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios. Siendo hijos, somos también herederos de Dios y coherederos con Cristo, puesto que sufrimos con él, para ser glorificados junto con él.
ACLAMACIÓN
Aleluya. Ven, Espíritu Santo, llena con tus dones los corazones de tus fieles, y enciende en ellos el fuego de tu amor. ALELUYA.
EVANGELIO Juan 14, 15-16.23-26
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Si ustedes me aman, guardarán mis mandamientos; yo rogaré al Padre y Él les dará otro Paráclito para que esté siempre con ustedes, el Espíritu de la verdad. El que me ama, guardará mis palabras, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos en él nuestra morada. El que no me ama no cumplirá mis palabras. La palabra que están oyendo no es mía, sino del Padre que me envió. Les he hablado de esto ahora que estoy con ustedes, pero el Paráclito, el Espíritu Santo que mi Padre les enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas, y les recordará todo lo que yo les he dicho”.
CREDO
ORACIÓN UNIVERSAL
Hermanos, movidos por el Espíritu Santo, presentemos a Dios nuestros pedidos, diciendo :
R/: Envía la Luz de tu Espíritu, Señor!
- Señor, ilumina a tu Iglesia, y la obra de evangelización que le has confiando, para que sea perseverante en su misión, recemos:
- Señor, viviendo en estos tiempos de prueba, tu pueblo te suplica: danos el don de Fortaleza para que, en medio de la tribulación, continuemos proclamando tu poder y tu gloria, recemos:
- Ilumina a todos los cristianos, para que perseveremos en la Unidad, recemos:
- Señor, protege e ilumina a los gobernantes de todo el mundo, para que dirijan en la solidaridad a los que más sufren, recemos:
Dios eterno y omnipotente, que santificas la Iglesia en todo el mundo, escucha la oración de tu pueblo, para que se realicen también en nosotros, las maravillas del día de Pentecostés. Por Cristo Nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor y Dios nuestro, concédenos, según la promesa de tu Hijo, que el Espíritu Santo nos revele con más claridad el misterio de este sacrificio y nos manifieste toda su verdad. Por Cristo, Nuestro Señor.
PREFACIO de Pentecostés:
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque tú, para llevar a su plenitud el misterio pascual, has enviado hoy al Espíritu Santo sobre aquellos a quienes adoptaste como hijos en Cristo, tu Unigénito. Este mismo Espíritu fue quien, al nacer la Iglesia, dio a conocer a todos los pueblos el misterio del Dios verdadero y unió la diversidad de las lenguas en la confesión de una misma fe.
Por eso, el mundo entero se desborda de alegría y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria:
SANTO, SANTO, SANTO...
ANTÍFONA DE COMUNIÓN
Todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y proclamaban las maravillas de Dios. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor Dios, que concedes a tu Iglesia los bienes del cielo, conserva en ella la gracia que le has dado, para que el Espíritu Santo sea siempre nuestra fuerza y esta eucaristía nos sirva para la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
BENDICIÓN SOLEMNE
Dios, el Padre de las luces, que hoy iluminó los corazones de los discípulos, derramando sobre ellos el Espíritu Santo, les conceda la alegría de su bendición y la plenitud de los dones del mismo Espíritu.
AS. Amén.
Aquel fuego, que bajó de modo admirable sobre los discípulos, purifique sus corazones de todo mal y los transfigure en su Luz.
AS. Amén.
Aquel que en la proclamación de una sola Fe reunió todas las lenguas, les haga perseverar en la misma fe, hasta la realización de su esperanza.
AS. Amén.
Que los bendiga Dios todopoderoso, Padre, Hijo + y Espíritu Santo. AS. Amén.
Vayan en paz y que el Señor les acompañe. Aleluya
AS: Demos gracias a Dios, Aleluya.







15 de Mayo, QUINTO DOMINGO DE PASCUA (Año C)

Antífona de entrada Cf. Sal 97,1-2

Canten al Señor un canto nuevo, porque él hizo maravillas; reveló su victoria a los ojos de las naciones. Aleluya.

ORACIÓN COLECTA
Señor, tú que te has dignado redimirnos y has querido hacernos hijos tuyos, míranos siempre con amor de Padre y haz que cuantos creemos en Cristo, tu Hijo, alcancemos la libertad verdadera y la herencia eterna. Por Jesucristo nuestro Señor.

LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Lectura de los Hechos de los Apóstoles 14, 21b-27

En aquellos días, volvieron Pablo y Bernabé a Listra, Iconio y Antioquía, y ahí animaban a los discípulos y los exhortaban a perseverar en la fe, diciéndoles que hay que pasar por muchas tribulaciones para entrar en el Reino de Dios. En cada comunidad designaban presbíteros, y con oraciones y ayunos los encomendaban al Señor, en quien habían creído.

Atravesaron luego Pisidia y llegaron a Panfilia; predicaron en Perge y llegaron a Atalía. De ahí se embarcaron para Antioquía, de donde habían salido, con la gracia de Dios, para la misión que acababan de cumplir.
Al llegar, reunieron a la comunidad y les contaron lo que había hecho Dios por medio de ellos y cómo les había abierto a los paganos las puertas de la fe.

SALMO RESPONSORIAL 144, 8-13a

R/. Bendeciré tu Nombre eternamente, Dios mío, el único Rey.

- El Señor es bondadoso y compasivo, lento para enojarse y de gran misericordia; el Señor es bueno con todos y tiene compasión de todas sus criaturas.

- Que todas tus obras te den gracias, Señor, y tus fieles te bendigan; que anuncien la gloria de tu reino y proclamen tu poder.

- Así manifestarán a los hombres tu fuerza y el glorioso esplendor de tu reino: tu reino es un reino eterno, y tu dominio permanece para siempre.


SEGUNDA LECTURA

Lectura del libro del Apocalipsis 21,1-5a

Yo, Juan, vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra desaparecieron, y el mar ya no existe más.

Vi la Ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo y venía de Dios, embellecida como una novia preparada para recibir a su esposo.

Y oí una voz potente que decía desde el trono: “Ésta es la morada de Dios entre los hombres: Él habitará con ellos, ellos serán su pueblo, y el mismo Dios será con ellos su propio Dios. Él secará todas sus lágrimas, y no habrá más muerte, ni pena, ni queja, ni dolor, porque todo lo de antes pasó”.

Y el que estaba sentado en el trono dijo: “Yo hago nuevas todas las cosas”.


ACLAMACIÓN AL EVANGELIO

Aleluya. Aleluya. Les doy un mandamiento nuevo –dice el Señor-: que se amen los unos a los otros como yo los he amado. Aleluya.

EVANGELIO

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 13, 31-33a. 34-35

Durante la Última Cena, después que Judas salió, Jesús dijo: Ahora el Hijo del hombre ha sido glorificado y Dios ha sido glorificado en Él.

Si Dios ha sido glorificado en Él, también lo glorificará en sí mismo, y lo hará muy pronto. Hijos míos, ya no estaré mucho tiempo con ustedes. Les doy un mandamiento nuevo: ámense los unos a los otros. Así como Yo los he amado, ámense también ustedes los unos a los otros.  En esto todos reconocerán que ustedes son mis discípulos: en el amor que se tengan los unos a los otros.


 

ORACIÓN UNIVERSAL

Hermanos, invoquemos a Cristo, camino verdad y vida y, pidámosle por las necesidades de todo el mundo diciendo:

R/. Escúchanos, Señor.

- Para que Cristo, el Señor, atraiga hacia sí el corazón de los fieles y fortalezca sus voluntades, de manera que buscando los bienes celestiales, sean testigos del Amor de Dios, oremos.

- Para que Cristo, Señor de toda la creación, haga que todos los pueblos vivan en la paz verdadera que sólo viene de Él, oremos.

- Para que Cristo, el médico de toda enfermedad, se compadezca de los débiles, enfermos y de todos los que sufren, y aleje del mundo el hambre, las guerras y todos los males, oremos.

- Para que Cristo, el Señor, salve y bendiga nuestra comunidad, y conceda la paz, la alegría y el descanso en las fatigas a los que hoy nos hemos reunido aquí para celebrar su resurrección, oremos.

SAC: Dios todopoderoso, que en Cristo nos has revelado tu amor gratuito, escucha nuestra oración y ayúdanos a vivir el mandamiento del amor: amarte a Ti y a los hermanos como tú nos has amado. Por Cristo Nuestro Señor.

 

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 

Dios nuestro, que por este santo sacrificio nos concedes participar de tu vida divina, te pedimos que así como hemos conocido tu verdad, vivamos de acuerdo con ella. Por Jesucristo, nuestro Señor. 

 

ANTÍFONA DE COMUNIÓN Cf. Juan 15,5

Dice el señor: Yo soy la vid, ustedes los sarmientos, el que permanece en mí y yo en él, da mucho fruto. Aleluya. 

 

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 

Señor, muéstrate benigno con tu pueblo, y ya que te dignaste alimentarlo con los misterios celestiales, hazlo pasar de su antigua condición de pecado a una vida nueva. Por Jesucristo, nuestro Señor. 





8 de Mayo, CUARTO DOMINGO DE PASCUA (Año C)


EVANGELIO

Yo doy Vida eterna a mis ovejas.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 10,27-30
En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: "Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy la vida eterna y no perecerán jamás; nadie las arrebatará de mi mano. Me las ha dado mi Padre, y él es superior a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. El Padre y yo somos uno". Palabra del Señor.
R/. Gloria a ti, Señor Jesús.



CREDO.
PLEGARIA UNIVERSAL
Levantemos, hermanos, nuestros ojos a Cristo, obispo y pastor de nuestras almas, y pongamos en sus manos, con toda confianza, las necesidades de los hombres diciendo:
R/. Jesús, Buen Pastor, sálvanos.
- Para que los obispos, presbíteros y diáconos apacienten santamente a los pueblos que tienen encomendados, roguemos al Señor.
- Para que la paz que Jesucristo concedió a los discípulos arraigue con fuerza en nuestro mundo, y se alejen de las naciones el odio y las guerras, roguemos al Señor.
- Para que los enfermos, los pobres y todos los que sufren encuentren en Cristo resucitado luz y esperanza, roguemos al Señor.
- Para que Dios derrame su bendición sobre todas las madres, en este día; las llene de sabiduría y fortaleza para guiar el hogar en el espíritu de fe, paz y armonía. Y que las familias cristianas reciban el espíritu de piedad, de renuncia a lo mundano, de manera que germinen abundantes vocaciones a consagrarse a Dios, roguemos al Señor.
CELEBRANTE: Dios, nuestro, fuente de gozo y de paz, que has concedido a tu Hijo el poder y la realeza sobre los hombres y los pueblos, escucha nuestra oración y sostennos con la fuerza de tu Espíritu, para que nunca nos separemos de nuestro pastor, que nos conducirá hacia fuentes de aguas vivas, y que vive y reina, inmortal y glorioso, por los siglos de los siglos.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS Señor Dios, por estos misterios pascuales concédenos ser constantes en la acción de gracias, para que la continua eficacia de tu obra redentora sea fuente de inagotable alegría. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN
Resucitó el buen Pastor, que dio la vida por sus ovejas y se entregó a la muerte por su rebaño. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te pedimos, Pastor bueno, que cuides con solicitud a tu rebaño, y conduzcas hacia las praderas eternas a las ovejas que redimiste con la preciosa sangre de tu Hijo. Que vive y reina por los siglos de los siglos.





1° de Mayo 2022 (Año C)
Tercer Domingo de Pascua

Color: Blanco
ANTÍFONA DE ENTRADA Salmo 65,1-2
Aclame al Señor toda la tierra. Canten la gloria de su nombre. Aleluya.
GLORIA.
ORACIÓN COLECTA Dios nuestro, que tu pueblo se alegre siempre por la nueva vida recibida, para que, con el gozo de los hijos, aguarde con firme esperanza el día de la resurrección final. Por Jesucristo nuestro Señor.
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 5, 27-32. 40b-41
Cuando los Apóstoles fueron llevados al Sanedrín, el Sumo Sacerdote les dijo: “Nosotros les habíamos prohibido expresamente predicar en ese Nombre, y ustedes han llenado Jerusalén con su doctrina. ¡Así quieren hacer recaer sobre nosotros la sangre de ese hombre!”
Pedro, junto con los Apóstoles, respondió: “Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres ha resucitado a Jesús, al que ustedes hicieron morir suspendiéndolo del patíbulo. A Él, Dios lo exaltó con su poder, haciéndolo Jefe y Salvador, a fin de conceder a Israel la conversión y el perdón de los pecados.
Nosotros somos testigos de estas cosas, nosotros y el Espíritu Santo que Dios ha enviado a los que le obedecen”.
Después de hacerlos azotar, les prohibieron hablar en el nombre de Jesús y los soltaron. Los Apóstoles, por su parte, salieron del Sanedrín, dichosos de haber sido considerados dignos de padecer por el Nombre de Jesús.

SALMO RESPONSORIAL 29,2. 4-6. 1l-12a. 13b

R/. Yo te glorifico, Señor, porque Tú me libraste.

- Yo te glorifico, Señor, porqué Tú me libraste y no quisiste que mis enemigos se rieran de mí. Tú, Señor, me levantaste del Abismo y me hiciste revivir, cuando estaba entre los que bajan al sepulcro.
- Canten al Señor, sus fieles; den gracias a su santo Nombre, porque su enojo dura un instante, y su bondad, toda la vida: si por la noche se derraman lágrimas, por la mañana renace la alegría.
- “Escucha, Señor, ten piedad de mí; ven a ayudarme, Señor”. Tú convertiste mi lamento en júbilo. ¡Señor, Dios mío, te daré gracias eternamente!
SEGUNDA LECTURA
Lectura del libro del Apocalipsis 5,11-14
Yo, Juan, oí la voz de una multitud de Ángeles que estaban alrededor del trono, de los Seres Vivientes y de los Ancianos. Su número se contaba por miles y millones, y exclamaban con voz potente:
“El Cordero que ha sido inmolado es digno de recibir el poder y la riqueza, la sabiduría, la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza”.
También oí que todas las criaturas que están en el cielo, sobre la tierra, debajo de ella y en el mar, y todo lo que hay en ellos, decían:
“Al que está sentado sobre el trono y al Cordero, alabanza, honor, gloria y poder, por los siglos de los siglos”.
Los cuatro Seres Vivientes decían: “¡Amén!”, y los Ancianos se postraron en actitud de adoración.
ACLAMACIÓN
Aleluya. Resucitó Cristo, que creó todas las cosas y tuvo misericordia de su pueblo. Aleluya.

EVANGELIO
Jesús se acercó, tomó el pan y se lo dio, e hizo lo mismo con el pescado.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 21, 1-19

En aquel tiempo, Jesús resucitado se les apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Se les apareció de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás (llamado el Gemelo), Natanael (el de Cana de Galilea), los hijos de Zebedeo y otros dos discípulos. Simón Pedro les dijo: "Voy a pescar". Ellos le respondieron: "También nosotros vamos contigo". Salieron y se embarcaron, pero aquella noche no pescaron nada.
Estaba amaneciendo, cuando Jesús se apareció en la orilla, pero los discípulos no lo reconocieron. Jesús les dijo: "Muchachos, ¿han pescado algo?". Ellos contestaron: No". Entonces él les dijo: "Echen la red a la derecha de la barca y encontrarán peces". Así lo hicieron, y luego ya no podían jalar la red por tantos pescados.
Entonces el discípulo a quien amaba Jesús le dijo a Pedro: "Es el Señor".


Tan pronto como Simón Pedro oyó decir que era el Señor, se anudó a la cintura la túnica, pues se la había quitado, y se tiró al agua. Los otros discípulos llegaron en la barca, arrastrando la red con los pescados, pues no distaban de tierra más de cien metros.
Tan pronto como saltaron a tierra, vieron unas brasas y sobre ellas un pescado y pan. Jesús les dijo: "Traigan algunos pescados de los que acaban de pescar". Entonces Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red, repleta de pescados grandes. Eran ciento cincuenta y tres, y a pesar de que eran tantos, no se rompió la red. Luego les dijo Jesús: "Vengan a almorzar". Y ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: '¿Quién eres?', porque ya sabían que era el Señor. Jesús se acercó, tomó el pan y se lo dio y también el pescado. Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a sus discípulos después de resucitar de entre los muertos.

Después de comer, Jesús dijo a Simón Pedro: “Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?” Él le respondió: “Si, Señor, Tú sabes que te quiero”. Jesús le dijo: “Apacienta mis corderos”.
Le volvió a decir por segunda vez: “Simón, hijo de Juan, ¿me amas?” Él le respondió: “Sí, Señor, sabes que te quiero”. Jesús le dijo: “Apacienta mis ovejas”.



Le preguntó por tercera vez: “Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?”
Pedro se entristeció de que por tercera vez le preguntara si lo quería, y le dijo: “Señor, Tú lo sabes todo; sabes que te quiero”.
Jesús le dijo: “Apacienta mis ovejas. Te aseguro que cuando eras joven, tú mismo te vestías e ibas a donde querías. Pero cuando seas viejo, extenderás tus brazos, y otro te atará y te llevará a donde no quieras”.
De esta manera, indicaba con qué muerte Pedro debía glorificar a Dios. Y después de hablar así, le dijo: “Sígueme”.

CREDO
ORACIÓN UNIVERSAL
Invoquemos, amados hermanos, a Cristo, triunfador del pecado y de la muerte, que siempre intercede por nosotros:
- Para que Cristo, el Señor, atraiga hacia sí el corazón de los fieles y fortalezca sus voluntades, de manera que busquen los bienes de allá arriba, donde él está sentado a la derecha de Dios, roguemos al Señor.
- Para que Cristo, amo supremo de la creación, haga que todos los pueblos gocen abundantemente de la paz que en sus apariciones otorgó a los discípulos, roguemos al Señor.
- Para que Cristo, el destructor de la muerte y el médico de toda enfermedad, se compadezca de los débiles y desdichados y aleje del mundo el hambre, las guerras y todos los males, roguemos al Señor.
- Para que Cristo, el Señor, salve y bendiga nuestra parroquia (comunidad), y conceda la paz, la alegría y el descanso en las fatigas a los que hoy nos hemos reunido aquí para celebrar su triunfo, roguemos al Señor.
Celebrante: Acrecienta, en nosotros, Padre misericordioso, la luz de la fe, para que en los signos sacramentales sepamos reconocer siempre a tu Hijo, que se manifiesta constantemente a nosotros, sus discípulos, y haz que, llenos del Espíritu Santo, proclamemos con valentía ante los hombres que Cristo es el Señor. Él, que vive y reina, inmortal y glorioso, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, las ofrendas de tu Iglesia desbordante de alegría, y después de haberle concedido el motivo de un gozo tan grande, concédele participar de la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Cf. Juan 21, 12-13
Jesús dijo a sus discípulos: vengan a comer, y tomó el pan y se lo dio. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Padre, mira con bondad a tu pueblo y, ya que lo has renovado con los sacramentos de la vida eterna, concédele alcanzar la gloria de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.


V Domingo de Cuaresma

3 de Abril 2022 - (Ciclo C)

ORACIÓN COLECTA

Señor y Dios nuestro, te rogamos que tu gracia nos conceda participar generosamente de aquel amor que llevó a tu Hijo a entregarse a la muerte por la salvación del mundo. Por nuestro Señor Jesucristo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. 

Primera lectura

Lectura del Profeta Isaías 43, 16–21
Esto dice el Señor,
que abrió camino en el mar
y una senda en las aguas impetuosas;
que sacó a batalla carros y caballos,
la tropa y los héroes:
caían para no levantarse,
se apagaron como mecha que se extingue.
«No recordéis lo de antaño,
no penséis en lo antiguo;
mirad que realizo algo nuevo;
ya está brotando, ¿no lo notáis?
Abriré un camino en el desierto,
corrientes en el yermo.
Me glorificarán las bestias salvajes,
chacales y avestruces,
porque pondré agua en el desierto,
corrientes en la estepa,
para dar de beber a mi pueblo elegido,
a este pueblo que me he formado
para que proclame mi alabanza».

Salmo
Sal 125, 1-2ab. 2cd-3. 4-5. 6
R. El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres.
Cuando el Señor hizo volver a los cautivos de Sion,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares. R/.
Hasta los gentiles decían:
«El Señor ha estado grande con ellos».
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres. R/.
Recoge, Señor, a nuestros cautivos
como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares. R/.
Al ir, iba llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelve cantando,
trayendo sus gavillas. R/.
Segunda lectura
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Filipenses 3, 8-14
Hermanos:
Todo lo considero pérdida comparado con la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor.
Por él lo perdí todo, y todo lo considero basura con tal de ganar a Cristo y ser hallado en él, no con una justicia mía, la de la ley, sino con la que viene de la fe de Cristo, la justicia que viene de Dios y se apoya en la fe. Todo para conocerlo a él, y la fuerza de su resurrección, y la comunión con sus padecimientos, muriendo su misma muerte, con la esperanza de llegar a la resurrección de entre los muertos.
No es que ya lo haya conseguido o que ya sea perfecto: yo lo persigo, a ver si lo alcanzo como yo he sido alcanzado por Cristo.
Hermanos, yo no pienso haber conseguido el premio. Solo busco una cosa: olvidándome de lo que queda atrás y lanzándome hacia lo que está por delante, corro hacia la meta, hacia el premio, al cual me llama Dios desde arriba en Cristo Jesús.

Evangelio del día
Lectura del santo Evangelio según San Juan 8, 1-11
En aquel tiempo, Jesús se retiró al monte de los Olivos. Al amanecer se presentó de nuevo en el templo, y todo el pueblo acudía a él, y, sentándose, les enseñaba.
Los escribas y los fariseos le traen una mujer sorprendida en adulterio, y, colocándola en medio, le dijeron:
«Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. La ley de Moisés nos manda apedrear a las adúlteras; tú, ¿qué dices?».
Le preguntaban esto para comprometerlo y poder acusarlo. Pero Jesús, inclinándose, escribía con el dedo en el suelo.
Como insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo:
«El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra».
E inclinándose otra vez, siguió escribiendo.
Ellos, al oírlo, se fueron escabullendo uno a uno, empezando por los más viejos, Y quedó solo Jesús, con la mujer en medio, que seguía allí delante.
Jesús se incorporó y le preguntó:
«Mujer, ¿dónde están tus acusadores?; ¿ninguno te ha condenado?».
Ella contestó:
«Ninguno, Señor».
Jesús dijo:
«Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más».


Oración Universal

Oremos, amados hermanos, y pidamos la misericordia del Señor para que, compadecido de su pueblo penitente, escuche nuestras plegarias:

Para que el Redentor del mundo, que se entregó a la muerte para vivificar a su pueblo, libere a la Iglesia de todo mal, roguemos al Señor.

Para que el Redentor del mundo, que oró en la cruz por quienes lo crucificaban, interceda ante del Padre por los pecadores, roguemos al Señor.

Para que el Redentor del mundo, que experimentó en la cruz el sufrimiento y la angustia, se compadezca de los que sufren, les dé fortaleza y paciencia y ponga fin a sus dolores, roguemos al Señor.

Para que el Redentor del mundo, a nosotros sus siervos, que en estos días nos disponemos a recordar con veneración su cruz, nos reconforte con la fuerza de su resurrección, roguemos al Señor.

Dios de bondad, que quieres renovar en Cristo el universo entero, contempla nuestra miseria y, puesto que enviaste a tu Hijo al mundo no para condenarlo, sino para salvarlo, escucha nuestras oraciones, perdona nuestras culpas y haz que renazca en nuestros corazones la alegría de una vida nueva y exultante. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Comunión 

Mujer, ¿nadie te ha condenado? Nadie, Señor. Yo tampoco te condeno; vete, no peques más en adelante. 



 

Lecturas del Domingo 4º del Tiempo Ordinario -

 Ciclo C

Domingo, 30 de enero de 2022



Primera lectura

Lectura del libro de Jeremías (1,4-5.17-19):

En los días de Josías, el Señor me dirigió la palabra:
«Antes de formarte en el vientre, te elegí; antes de que salieras del seno materno, te consagré: te constituí profeta de las naciones.
Tú cíñete los lomos:
prepárate para decirles todo lo que yo te mande.
No les tengas miedo,
o seré yo quien te intimide.
Desde ahora te convierto en plaza fuerte,
en columna de hierro y muralla de bronce,
frente a todo el país:
frente a los reyes y príncipes de Judá,
frente a los sacerdotes y al pueblo de la tierra.
Lucharán contra ti, pero no te podrán,
porque yo estoy contigo para librarte
—oráculo del Señor—».


Palabra de Dios

Salmo

Sal 70,1-2.3-4a.5-6ab.15ab.17

R/.
 Mi boca contará tu salvación, Señor.

V/. A ti, Señor, me acojo:
no quede yo derrotado para siempre.
Tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo,
inclina a mí tu oído y sálvame. R/.

V/. Sé tú mi roca de refugio,
el alcázar donde me salve,
porque mi peña y mi alcázar eres tú.
Dios mío, líbrame de la mano perversa. R/.

V/. Porque tú, Señor, fuiste mi esperanza
y mi confianza, Señor, desde mi juventud.
En el vientre materno ya me apoyaba en ti,
en el seno tú me sostenías. R/.

V/. Mi boca contará tu justicia,
y todo el día tu salvación,
Dios mío, me instruiste desde mi juventud,
y hasta hoy relato tus maravillas. R/.

Segunda lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (12,31–13,13):

Hermanos:
Ambicionad los carismas mayores. Y aún os voy a mostrar un camino más excelente.
Si hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, pero no tengo amor, no sería más que un metal que resuena o un címbalo que aturde.
Si tuviera el don de profecía y conociera todos los secretos y todo el saber; si tuviera fe como para mover montañas, pero no tengo amor, no sería nada.
Si repartiera todos mis bienes entre los necesitados; si entregara mi cuerpo a las llamas, pero no tengo amor, de nada me serviría.
El amor es paciente, es benigno; el amor no tiene envidia, no presume, no se engríe; no es indecoroso ni egoísta; no se irrita; no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad.
Todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor no pasa nunca.
Las profecías, por el contrario, se acabarán; las lenguas cesarán; el conocimiento se acabará.
Porque conocemos imperfectamente e imperfectamente profetizamos; más, cuando venga lo perfecto, lo imperfecto se acabará.
Cuando yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño. Cuando me hice un hombre, acabé con las cosas de niño.
Ahora vemos como en un espejo, confusamente; entonces veremos cara a cara. Mi conocer es ahora limitado; entonces conoceré como he sido conocido por Dios.
En una palabra, quedan estas tres: la fe, la esperanza y el amor. La más grande es el amor.


Palabra de Dios

Aclamación antes del Evangelio

Lucas 4, 18

R. Aleluya, aleluya.
El Señor me ha enviado
para anunciar a los pobres la buena nueva
y proclamar la liberación a los cautivos.
R. Aleluya.

 

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Lucas (4,21-30):

En aquel tiempo, Jesús comenzó a decir en la sinagoga:
«Hoy se ha cumplido esta Escritura que acabáis de oír».
Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de su boca.
Y decían:
«¿No es este el hijo de José?».
Pero Jesús les dijo:
«Sin duda me diréis aquel refrán: “Médico, cúrate a ti mismo”, haz también aquí, en tu pueblo, lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaún».
Y añadió:
«En verdad os digo que ningún profeta es aceptado en su pueblo. Puedo aseguraros que en Israel había muchas viudas en los días de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías sino a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, sin embargo, ninguno de ellos fue curado sino Naamán, el sirio».
Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo echaron fuera del pueblo y lo llevaron hasta un precipicio del monte sobre el que estaba edificado su pueblo, con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y seguía su camino.


Palabra del Señor

Oración de los Fieles
Conscientes de nuestra misión en el mundo   -ser profetas del amor misericordioso de Dios-, pidamos a nuestro Padre del cielo que nos dé la gracia de ser fieles y valientes en nuestra tarea y misión, y digamos: R/ Señor, queremos acoger y proclamar tu Palabra.

  • Por todos los cristianos, para que seamos fieles a nuestra misión profética, señalando a los hombres y mujeres de nuestro tiempo los valores salvadores del Evangelio, roguemos al Señor:
    R/ Señor, queremos acoger y proclamar tu Palabra.
  • Por todos los profetas en la Iglesia y en el mundo, para que guarden la esperanza viva en la victoria final de la justicia y la verdad, del amor y de la vida de Dios, roguemos al Señor.
    R/ Señor, queremos acoger y proclamar tu Palabra.
  • Por los sin voz y los que viven privados de sus derechos humanos, para que encuentren cristianos que tengan el valor de defenderlos y de hablar resueltamente por y a favor de ellos, roguemos al Señor. 
    R/ Señor, queremos acoger y proclamar tu Palabra.
  • Por los que trabajan por un mundo mejor, para que las contradicciones que encuentren no les amarguen la vida, sino que el amor auténtico les inspire a unir, más que a polarizar y a dividir.
    R/ Señor, queremos acoger y proclamar tu Palabra.
  • Por todos nosotros, reunidos aquí en torno a la palabra y al pan eucarístico del Señor, para que experimentemos el evangelio como un mensaje de Dios pensado para hoy, y la eucaristía como lazo de unidad y fraternidad, roguemos al Señor. 
    R/ Señor, queremos acoger y proclamar tu Palabra.

Señor Dios nuestro, no te pedimos que satisfagas nuestras expectaciones personales. Sobrepasa nuestros pensamientos y proyectos, y ábrenos a tu mundo y a tus planes por medio de la palabra retadora de Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor.


Lecturas del Domingo 3º del Tiempo Ordinario - Ciclo C

Domingo, 23 de enero de 2022



Primera lectura

Lectura del libro de Nehemías (8,2-4a.5-6.8-10):

En aquellos días, el día primero del mes séptimo, el sacerdote Esdras trajo el libro de la ley ante la comunidad: hombres, mujeres y cuantos tenían uso de razón. Leyó el libro en la plaza que está delante de la Puerta del Agua, desde la mañana hasta el mediodía, ante los hombres, las mujeres y los que tenían uso de razón. Todo el pueblo escuchaba con atención la lectura de la ley.
El escriba Esdras se puso en pie sobre una tribuna de madera levantada para la ocasión.
Esdras abrió el libro en presencia de todo el pueblo, de modo que toda la multitud podía verlo; al abrirlo, el pueblo entero se puso de pie. Esdras bendijo al Señor, el Dios grande, y todo el pueblo respondió con las manos levantadas:
«Amén, amén».
Luego se inclinaron y adoraron al Señor, rostro en tierra.
Los levitas leyeron el libro de la ley de Dios con claridad y explicando su sentido, de modo que entendieran la lectura.
Entonces, el gobernador Nehemías, el sacerdote y escriba Esdras, y los levitas que instruían al pueblo dijeron a toda la asamblea:
«Este día está consagrado al Señor, vuestro Dios: No estéis tristes ni lloréis» (y es que todo el pueblo lloraba al escuchar las palabras de la ley).
Y añadieron:
«Andad, comed buenas tajadas, bebed vino dulce y enviad porciones a quien no tiene, pues es un día consagrado a nuestro Dios. No estéis tristes, pues el gozo en el Señor es vuestra fortaleza».


Palabra de Dios

Salmo

Sal 18,8.9.10.15

R/.
 Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.

V/. La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante. R/.

V/. Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos. R/.

V/. La voluntad del Señor es pura
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos. R/.

V/. Que te agraden las palabras de mi boca,
y llegue a tu presencia
el meditar de mi corazón,
Señor, roca mía, redentor mío. R/.

Segunda lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (12,12-30):

Hermanos:
Lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo.
Pues todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu.
Pues el cuerpo no lo forma un solo miembro sino muchos.
Si el pie dijera: «No soy mano, luego no formo parte del cuerpo», ¿dejaría por eso de ser parte del cuerpo? Si el oído dijera: «No soy ojo, luego no formo parte del cuerpo», ¿dejaría por eso de ser parte del cuerpo? Si el cuerpo entero fuera ojo, ¿cómo oiría? Si el cuerpo entero fuera oído, ¿cómo olería? Pues bien, Dios distribuyó el cuerpo y cada uno de los miembros como él quiso.
Si todos fueran un mismo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo?
Los miembros son muchos, es verdad, pero el cuerpo es uno solo.
El ojo no puede decir a la mano: «No te necesito»; y la cabeza no puede decir a los pies: «No os necesito». Más aún, los miembros que parecen más débiles son más necesarios. Los que nos parecen despreciables, los apreciamos más. Los menos decentes, los tratamos con más decoro. Porque los miembros más decentes no lo necesitan.
Ahora bien, Dios organizó los miembros del cuerpo dando mayor honor a los que menos valían.
Así, no hay divisiones en el cuerpo, porque todos los miembros por igual se preocupan unos de otros.
Cuando un miembro sufre, todos sufren con él; cuando un miembro es honrado, todos se felicitan.
Pues bien, vosotros sois el cuerpo de Cristo, y cada uno es un miembro.
Y Dios os ha distribuido en la Iglesia: en el primer puesto los apóstoles, en el segundo los profetas, en el tercero los maestros, después vienen los milagros, luego el don de curar, la beneficencia, el gobierno, la diversidad de lenguas.
¿Acaso son todos apóstoles? ¿O todos son profetas? ¿O todos maestros? ¿O hacen todos milagros? ¿Tienen todos don para curar? ¿Hablan todos en lenguas o todos las interpretan?


Palabra de Dios

Aclamación antes del Evangelio

Lucas 4, 18

R. Aleluya, aleluya.
El Señor me ha enviado
para anunciar a los pobres la buena nueva
y proclamar la liberación a los cautivos.

R. Aleluya.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Lucas (1,1-4;4,14-21):

Ilustre Teófilo:
Puesto que muchos han emprendido la tarea de componer un relato de los hechos que se han cumplido entre nosotros, como nos los transmitieron los que fueron desde el principio testigos oculares y servidores de la palabra, también yo he resuelto escribírtelos por su orden, después de investigarlo todo diligentemente desde el principio, para que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido.
En aquel tiempo, Jesús volvió a Galilea con la fuerza del Espíritu; y su fama se extendió por toda la comarca. Enseñaba en las sinagogas, y todos lo alababan.
Fue a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el rollo del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito:
«El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido.
Me ha enviado a evangelizar a los pobres, a proclamar a los cautivos la libertad,
y a los ciegos, la vista; a poner en libertad a los oprimidos; a proclamar el año de gracia del Señor».
Y, enrollando el rollo y devolviéndolo al que lo ayudaba, se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos clavados en él.
Y él comenzó a decirles: «Hoy se ha cumplido esta Escritura que acabáis de oír».


Palabra de Dios

Reflexión de la Liturgia TERCER DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

Hermana Ana María Gonzales MNDA, misionera, diócesis de Yokohama

Queridos hermanos: este tercer domingo del tiempo ordinario, no es tan ordinario. Estamos en el marco de la SEMANA DE ORACIÓN POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS, de los que nos decimos creer en Cristo bajo las diversas nominaciones (católicos, luteranos, calvinistas, anglicanos, bautistas, presbiterianos, coptos, protestantes, evangélicos, etc) del 18 al 25: cada cual, buscamos ADORAR AL SEÑOR guiados por la Estrella de sus propios caminos y ritos: el objetivo es ADORARLO, con respeto y sin rivalidad.
Además, el Papa Francisco ha denominado este domingo dedicado a LA PALABRA DE DIOS, en este día el Papa ora y acepta al Ministerio de LECTORES y CATEQUISTAS a los nuevos miembros que se han preparado para este servicio, entregando a uno la Palabra de Dios y a otro la Cruz de Cristo.



Hoy, tanto la primera lectura como el Evangelio de Lucas, nos hacen ver la prioridad de la Palabra de Dios en NUESTRA VIDAS. Como en la pandemia cuando falta la salud, comprendemos más lo precioso que es este don de la salud y la vida, igualmente el pueblo de Israel en el exilio no podía celebrar ni escuchar la Palabra. Después de años que podían escuchar la Palabra con su explicación.
El evangelio nos pone dos textos de Lucas: el inicio del Evangelio, y el inicio del ministerio público de Jesús. Lucas nos da el objetivo del evangelio: compartir la Buena Nueva con TEÓFILO, es decir ‘Hijo o Amigo de Dios’. Es decir, para todos nosotros que tratamos de responder como amigos a la llamada de Jesús.
Jesús como cada sábado, asiste a la sinagoga, y lee el texto del profeta Isaías 61,1. Solemnemente Jesús asegura “Hoy se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír” En la medida que nos dejamos interpelar por la Palabra del Señor, que su Palabra es el Centro y Luz en la vida cotidiana, se hace verdad y BUENA NOTICIA para mi pobreza.
El Espíritu del Señor envía:
+ a llevar la Buena Noticia a los pobres - hoy en la pandemia gritamos a Jesús nuestra pobreza, que Él pueda ser la Buena Nueva, que me da esperanza;
+ a anunciar la liberación a los cautivos - tomar consciencia de mi propia cautividad, esclavitud, como san Pablo a los corintios, que no terminan de aceptar a los otros diferentes de sí, con otros dones y carismas, cuando es tan maravilloso reconocer el don que Dios me da y a la vez, aprender a maravillarse de los dones que Dios siembra en los demás;
+ anunciar la vista a los ciegos - san Pablo compara la Iglesia con el cuerpo humano = no hay parte del cuerpo humano que está demás o que no sirve, por más pequeño o insignificante que parezca. Sáname Señor, de mi ceguera, que no ayuda a construir comunidad;
+ a dar la libertad a los oprimidos - a mi alrededor ¿qué circunstancias de opresión hay? ¿colaboro yo a disminuir la opresión o a aumentarla?
¡Felices somos si la Palabra del Señor es nuestra fuente para iluminar el cada día, y encontramos que cada hermano/hermana es un regalo de Dios! Nadie puede decir que no necesita del otro, por el contrario, con cada hermano nos acercamos más a Dios. Feliz domingo de la Palabra para construir unidad y comunidad.

Oración de los Fieles
Oremos a nuestro Señor Jesucristo, que nos está hablando a todos y cada uno de nosotros ahora en esta eucaristía. Pidámosle que su palabra se haga vida en nuestros corazones y en nuestras obras. Y digámosle: R/ Habla, Señor, que te escuchamos.

  • Señor, da valor y fortaleza a todos nuestros líderes y maestros en la Iglesia, para que nos ayuden a comprender tu Palabra y proclamarla a todos como Buena Noticia de salvación. Y así te decimos: R/ Habla, Señor, que te escuchamos.
  • Señor, une en tu palabra y en tu persona a todos los que se llaman cristianos. Convócalos y reúnelos juntos como hermanos y hermanas para formar tu único cuerpo. Y así te decimos: R/ Habla, Señor, que te escuchamos.
  • Señor, inspira con tu palabra a todos los poderosos de esta tierra. Ayúdalos a unir fuerzas para llevar paz duradera, alimento necesario y dignidad humana para todos. Y así te decimos:  R/ Habla, Señor, que te escuchamos.
  • Señor, abre nuestros ojos a las miserias de nuestros hermanos; haznos sensibles y preocupados por los que se encuentran como encarcelados en sus miedos o agarrotados por la injusticia.  Haz que seamos luz para los que viven en oscuridad y tiniebla. Y así te decimos: R/ Habla, Señor, que te escuchamos.
  • Señor, haznos receptivos a tu palabra. Líbranos de la mediocridad y del miedo; también de nuestras certezas y autocomplacencias. Danos una nueva comprensión de tu mensaje, para que podamos vivir conforme a lo que creemos. Y así te decimos: R/ Habla, Señor, que te escuchamos.

Señor, aquí estamos reunidos en tu nombre. Permanece vivo entre nosotros; escucha nuestra oración y dirígenos tu palabra poderosa que cambie nuestras vidas, pues eres nuestro Dios y Señor por los siglos de los siglos.


Eucaristía del Domingo 16 de enero de

 2022

Lecturas del Domingo 2º del Tiempo Ordinario - Ciclo C

 



Primera lectura

Lectura del libro de Isaías (62,1-5):

Por amor a Sión no callaré,
por amor de Jerusalén no descansaré,
hasta que rompa la aurora de su justicia,
y su salvación llamee como antorcha.
Los pueblos verán tu justicia,
y los reyes tu gloria;
te pondrán un nombre nuevo,
pronunciado por la boca del Señor.
Serás corona fúlgida en la mano del Señor
y diadema real en la palma de tu Dios.
Ya no te llamarán «Abandonada»,
ni a tu tierra «Devastada»;
a ti te llamarán «Mi predilecta»,
y a tu tierra «Desposada»,
porque el Señor te prefiere a ti,
y tu tierra tendrá un esposo.
Como un joven se desposa con una doncella,
así te desposan tus constructores.
Como se regocija el marido con su esposa,
se regocija tu Dios contigo.


Palabra de Dios

Salmo

Sal 95,1-2a.2b-3.7-8a.9-10a.c

R/.
 Contad las maravillas del Señor a todas las naciones.

V/. Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor, bendecid su nombre. R/.

V/. Proclamad día tras día su victoria.
Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones. R/.

V/. Familias de los pueblos, aclamad al Señor,
aclamad la gloria y el poder del Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor. R/.

V/. Postraos ante el Señor en el atrio sagrado,
tiemble en su presencia la tierra toda.
Decid a los pueblos: «El Señor es rey:
él gobierna a los pueblos rectamente». R/.

Segunda lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (12,4-11):

Hermanos:
Hay diversidad de carismas, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de ministerios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de actuaciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos.
Pero a cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu para el bien común.
Y así uno recibe del Espíritu el hablar con sabiduría; otro, el hablar con inteligencia, según el mismo Espíritu. Hay quien, por el mismo Espíritu, recibe el don de la fe; y otro, por el mismo Espíritu, don de curar. A éste le ha concedido hacer milagros; a aquél, profetizar. A otro, distinguir los buenos y malos espíritus. A uno, la diversidad de lenguas; a otro, el don de interpretarlas.
El mismo y único Espíritu obra todo esto, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.


Palabra de Dios

Aclamación antes del Evangelio

Cf 2 Tes 2, 14

R. Aleluya, aleluya.
Dios nos ha llamado, por medio del Evangelio,
a participar de la gloria de nuestro Señor Jesucristo.

R. Aleluya.

 

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Juan (2,1-11):

En aquel tiempo, había una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda.
Faltó el vino, y la madre de Jesús le dice:
«No tienen vino».
Jesús le dice:
«Mujer, ¿qué tengo yo que ver contigo? Todavía no ha llegado mi hora».
Su madre dice a los sirvientes:
«Haced lo que él os diga».
Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una.
Jesús les dice:
«Llenad las tinajas de agua».
Y las llenaron hasta arriba.
Entonces les dice:
«Sacad ahora y llevadlo al mayordomo».
Ellos se lo llevaron.
El mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes sí lo sabían, pues habían sacado el agua), y entonces llama al esposo y le dice:
«Todo el mundo pone primero el vino bueno y, cuando ya están bebidos, el peor; tú, en cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora».
Este fue el primero de los signos que Jesús realizó en Caná de Galilea; así manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en él.

Palabra de Dios

Oración de los Fieles
     Jesús nos ha invitado ahora a su banquete de fiesta, la eucaristía; él se nos da a sí mismo como pan de fuerza y como el más sabroso vivo. Roguémosle por todos aquellos cuya vida ha sido mezclada con el agua del dolor, la tristeza y el sufrimiento, y digamos:  R/ Señor, escucha a tu pueblo.

  • Señor, sirve a tu Iglesia el buen vino de tu perdón, porque nuestro amor sigue estando tibio, y no tenemos suficiente fe en ti ni confianza en los hermanos; que sepamos también perdonarnos unos a otros, de todo corazón. Y así te rogamos:
    R/ Señor, escucha a tu pueblo.
  • Señor, sirve a nuestras familias el vino del amor, para que el padre y la madre en el hogar sean fieles y entregados el uno al otro, y para que los hijos aprendan de sus padres a preocuparse por los demás y a servirte a ti fielmente, y así te rogamos: R/ Señor, escucha a tu pueblo.
  • Señor, vierte el vino de tu fortaleza y tu esperanza en todos los que sufren. Y en todos los que pueden ayudarles derrama el vino de su compasión y solidaridad, y así te rogamos: R/ Señor, escucha a tu pueblo.
  • Señor, sirve a nuestras comunidades cristianas el vino de la unidad y la amistad, para que todos seamos uno en ti, y todos juntos lleguemos a ser tu propio cuerpo para servirnos unos a otros y también al mundo entero, por medio de nuestro espíritu de participación y de atención de los unos a los otros, y así te rogamos: R/ Señor, escucha a tu pueblo.
  • Señor, vierte el vino de tu alegría y de tu vida a todos nosotros que participamos en esta eucaristía, y danos el pan de ti mismo para que vivamos siempre en ti, y así te rogamos: R/ Señor, escucha a tu pueblo.

Señor Jesús, no permitas que nuestra vida se convierta en banal y superficial, como un vino aguado. Permanece cercano a nosotros y cólmanos con tu alegría, ahora y por los siglos de los siglos.



Eucaristía del Domingo 02 de enero de

 2022

Solemnidad de la Epifanía del Señor



Primera Lectura

Isaías 60, 1-6

Levántate y resplandece, Jerusalén,
porque ha llegado tu luz
y la gloria del Señor alborea sobre ti.
Mira: las tinieblas cubren la tierra
y espesa niebla envuelve a los pueblos;
pero sobre ti resplandece el Señor
y en ti se manifiesta su gloria.
Caminarán los pueblos a tu luz
y los reyes, al resplandor de tu aurora.

Levanta los ojos y mira alrededor:
todos se reúnen y vienen a ti;
tus hijos llegan de lejos, a tus hijas las traen en brazos.
Entonces verás esto radiante de alegría;
tu corazón se alegrará, y se ensanchará,
cuando se vuelquen sobre ti los tesoros del mar
y te traigan las riquezas de los pueblos.
Te inundará una multitud de camellos y dromedarios,
procedentes de Madián y de Efá.
Vendrán todos los de Sabá
trayendo incienso y oro
y proclamando las alabanzas del Señor.


Palabra de Dios

 Salmo Responsorial

Salmo 71, 1-2. 7-8. 10-11. 12-13

R. (cf. 11) Que te adoren, Señor, todos los pueblos.
Comunica, Señor, al rey tu juicio
y tu justicia, al que es hijo de reyes;
así tu siervo saldrá en defensa de tus pobres
y regirá a tu pueblo justamente. R.
R. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.


Florecerá en sus días la justicia
y reinará la paz, ere tras era.
De mar a mar se extenderá su reino
y de un extremo al otro de la tierra.   R.
R. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.


Los reyes de occidente y de las islas
le ofrecerán sus dones.
Ante él se postrarán todos los reyes
y todas las naciones.  R.
R. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.


Al débil librará del poderoso
y ayudara al que se encuentra sin amparo;
se apiadará del desvalido y pobre
y salvará la vida al desdichado. R.
R. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.

Segunda Lectura

Efesios 3, 2-3a. 5-6

Hermanos: Han oído hablar de la distribución de la gracia de Dios, que se me ha confiado en favor de ustedes. Por revelación se me dio a conocer este misterio, que no había sido manifestado a los hombres en otros tiempos, pero que ha sido revelado ahora por el Espíritu a sus santos apóstoles y profetas: es decir, que, por el Evangelio, también los paganos son coherederos de la misma herencia, miembros del mismo cuerpo y partícipes de la misma promesa en Jesucristo.

Palabra de Dios

Aclamación antes del Evangelio

Mateo 2, 2

R. Aleluya, aleluya.
Hemos visto su estrella en el oriente
y hemos venido a adorar al Señor.

R. Aleluya.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Mateo (2, 1-12)

Jesús nació en Belén de Judá, en tiempos del rey Herodes. Unos magos de oriente llegaron entonces a Jerusalén y preguntaron: “¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos surgir su estrella y hemos venido a adorarlo”.

Al enterarse de esto, el rey Herodes se sobresaltó y toda Jerusalén con él. Convocó entonces a los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: “En Belén de Judá, porque así lo ha escrito el profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres en manera alguna la menor entre las ciudades ilustres de Judá, pues de ti saldrá un jefe, que será el pastor de mi pueblo, Israel”.

Entonces Herodes llamó en secreto a los magos, para que le precisaran el tiempo en que se les había aparecido la estrella y los mandó a Belén, diciéndoles: “Vayan a averiguar cuidadosamente qué hay de ese niño y, cuando lo encuentren, avísenme para que yo también vaya a adorarlo”.

Después de oír al rey, los magos se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto surgir, comenzó a guiarlos, hasta que se detuvo encima de donde estaba el niño. Al ver de nuevo la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa y vieron al niño con María, su madre, y postrándose, lo adoraron. Después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Advertidos durante el sueño de que no volvieran a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.

Palabra del Señor

Oración de los Fieles.

Señor, al igual que los Magos, traemos ante tu presencia estas súplicas, para que tu luz nos ilumine y nos guíe: QUE TU ESTRELLA NOS GUÍE, SEÑOR

1.- Por el Papa Francisco, por los obispos, sacerdotes y diáconos para que sean fieles portadores de tu Palabra a todos los pueblos de la tierra. OREMOS

2.- Por todos los escolares y estudiantes, para qué tras la celebración de los misterios de la Natividad de tu Hijo, vuelvan a sus quehaceres con mayor dedicación y entusiasmo. OREMOS

3.- Por la Paz en todos los pueblos, para qué reconociendo a Dios como Padre, sintamos a los demás como hermanos. OREMOS

4.- Por todos los reyes y gobernantes de la tierra, para que vean en tu Reino de amor y servicio un ejemplo a seguir. OREMOS

5.- Por los desheredados de la tierra, para que les llegue pronto el amor y la comprensión de tu Reino. OREMOS

6.- Por nosotros aquí reunidos para que no dejemos de trabajar en la construcción de tu Reino. OREMOS

Señor, hoy que te manifiestas ante el mundo, haz que te reconozcamos como Camino que nos conduce al Padre y a través del Ti nos llegue la Gracia de Dios.

Por Jesucristo nuestro Señor.

Amén


Eucaristía del Domingo 26 de diciembre de

 2021

Fiesta de la Sagrada Familia


Primera Lectura

1 Sm 1, 20-22. 24-28

En aquellos días, Ana concibió, dio a luz un hijo y le puso por nombre Samuel, diciendo: “Al Señor se lo pedí”. Después de un año, Elcaná, su marido, subió con toda la familia para hacer el sacrificio anual para honrar al Señor y para cumplir la promesa que habían hecho, pero Ana se quedó en su casa.

Un tiempo después, Ana llevó a Samuel, que todavía era muy pequeño, a la casa del Señor, en Siló, y llevó también un novillo de tres años, un costal de harina y un odre de vino.

Una vez sacrificado el novillo, Ana presentó el niño a Elí y le dijo: “Escúchame, señor: te juro por mi vida que yo soy aquella mujer que estuvo junto a ti, en este lugar, orando al Señor. Éste es el niño que yo le pedía al Señor y que él me ha concedido. Por eso, ahora yo se lo ofrezco al Señor, para que le quede consagrado de por vida”. Y adoraron al Señor.

O bien:
Sir 3, 3-7. 14-17a

El Señor honra al padre en los hijos y respalda la autoridad de la madre sobre la prole. El que honra a su padre queda limpio de pecado; y acumula tesoros, el que respeta a su madre. Quien honra a su padre, encontrará alegría en sus hijos y su oración será escuchada; el que enaltece a su padre, tendrá larga vida y el que obedece al Señor, es consuelo de su madre. Hijo, cuida de tu padre en la vejez y en su vida no le causes tristeza; aunque se debilite su razón, ten paciencia con él y no lo menosprecies por estar tú en pleno vigor. El bien hecho al padre no quedará en el olvido y se tomará a cuenta de tus pecados.

Palabra de Dios

Salmo Responsorial

Salmo 83, 2-3. 5-6. 9-10

R. (cf. 5a) Señor, dichosos los que viven en tu casa.


Anhelando los atrios del Señor 
se consume mi alma. 
Todo mi ser de gozo se estremece
y el Dios vivo es la causa. R. 

R. Señor, dichosos los que viven en tu casa.


Dichosos los que viven en tu casa,
te alabarán para siempre; 
dichosos los que encuentran en ti su fuerza
y la esperanza de su corazón. R. 

R. Señor, dichosos los que viven en tu casa.


Escucha mi oración, Señor de los ejércitos;
Dios de Jacob, atiéndeme.
Míranos, Dios y protector nuestro, 
y contemplo el rostro de tu Mesías. R. 

R. Señor, dichosos los que viven en tu casa.

Segunda Lectura

1 Jn 3, 1-2. 21-24

Queridos hijos: Miren cuánto amor nos ha tenido el Padre, pues no sólo nos llamamos hijos de Dios, sino que lo somos. Si el mundo no nos reconoce, es porque tampoco lo ha reconocido a él.

Hermanos míos, ahora somos hijos de Dios, pero aún no se ha manifestado cómo seremos al fin. Y ya sabemos que, cuando él se manifieste, vamos a ser semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.

Si nuestra conciencia no nos remuerde, entonces, hermanos míos, nuestra confianza en Dios es total. Puesto que cumplimos los mandamientos de Dios y hacemos lo que le agrada, ciertamente obtendremos de él todo lo que le pidamos.

Ahora bien, éste es su mandamiento: que creamos en la persona de Jesucristo, su Hijo, y nos amemos los unos a los otros, conforme al precepto que nos dio. Quien cumple sus mandamientos permanece en Dios y Dios en él. En esto conocemos, por el Espíritu que él nos ha dado, que él permanece en nosotros.

Palabra de Dios

Aclamación antes del Evangelio

Cfr Hechos 16, 14b

R. Aleluya, aleluya.
Abre, Señor, nuestros corazones,
para que aceptemos las palabras de tu Hijo.

R. Aleluya.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Lucas (2, 41-52)

Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén para las festividades de la Pascua. Cuando el niño cumplió doce años, fueron a la fiesta, según la costumbre. Pasados aquellos días, se volvieron, pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que sus padres lo supieran. Creyendo que iba en la caravana, hicieron un día de camino; entonces lo buscaron, y al no encontrarlo, regresaron a Jerusalén en su busca.

Al tercer día lo encontraron en el templo, sentado en medio de los doctores, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que lo oían se admiraban de su inteligencia y de sus respuestas. Al verlo, sus padres se quedaron atónitos y su madre le dijo: “Hijo mío, ¿por qué te has portado así con nosotros? Tu padre y yo te hemos estado buscando llenos de angustia”. Él les respondió: “¿Por qué me andaban buscando? ¿No sabían que debo ocuparme en las cosas de mi Padre?” Ellos no entendieron la respuesta que les dio. Entonces volvió con ellos a Nazaret y siguió sujeto a su autoridad. Su madre conservaba en su corazón todas aquellas cosas.

Jesús iba creciendo en saber, en estatura y en el favor de Dios y de los hombres.

Palabra del Señor

Oración de los Fieles.
Con la Sagrada Familia de Nazaret confiamos en el Señor, que conoce todas nuestras necesidades, y le pedimos que bendiga a todas las familias del mundo, cristianas y no cristianas. Y digámosle: R/ Señor, bendice a nuestras familias.

- Por la gran familia de la Iglesia, para que sea madre bondadosa y hogar cálido para todos, especialmente para los pobres, necesitados y afligidos, roguemos al Señor: R/ Señor, bendice a nuestras familias.

- Por todos los matrimonios, para que sepan conservar la frescura de su primer amor,  o al menos volverlo a descubrir y recuperar, roguemos al Señor: R/ Señor, bendice a nuestras familias.

- Por todas las familias del mundo, para que sus miembros   -padres e hijos-  sigan creciendo en comprensión, aprecio y servicio mutuo, roguemos al Señor: R/ Señor, bendice a nuestras familias.

- Por los niños y por los jóvenes, para que sus padres sean para ellos personas maduras seriamente interesadas por su crecimiento y auténtica felicidad, roguemos al Señor: R/ Señor, bendice a nuestras familias. 


- Por los matrimonios en dificultad,  por los separados y por sus  hijos, para que puedan encontrar hermanos y amigos  afectuosos que con su comprensión y apoyo les ayuden a superar los fallos de su vida en el hogar, roguemos al Señor: R/ Señor, bendice a nuestras familias.

- Por nuestras comunidades cristianas, para que como miembros de una sola familia aprendamos  a llevar los unos las cargas de los otros y a compartir también mutuamente las satisfacciones y alegrías, roguemos al Señor: R/ Señor, bendice a nuestras familias.


Padre bondadoso, nosotros confiamos en ti. Que no neguemos los unos a los otros el mismo amor que tú nos muestras en Jesucristo nuestro Señor.


Eucaristía del Sábado 25 de Diciembre de 2021

Natividad del Señor (Navidad)
Misa de medianoche

 


PRIMERA LECTURA

Un hijo nos ha sido dado.

Lectura del libro de Isaías   9, 1-6

El pueblo que caminaba en las tinieblas ha visto una gran luz; sobre los que habitaban en el país de la oscuridad ha brillado una luz. Tú has multiplicado la alegría, has acrecentado el gozo; ellos se regocijan en tu presencia, como se goza en la cosecha, como cuando reina la alegría por el reparto del botín.

Porque el yugo que pesaba sobre él, la barra sobre su espalda y el palo de su carcelero, todo eso lo has destrozado como en el día de Madián. Porque las botas usadas en la refriega y las túnicas manchadas de sangre, serán presa de las llamas, pasto del fuego.

Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado. La soberanía reposa sobre sus hombros y se le da por nombre: “Consejero maravilloso, Dios fuerte, Padre para siempre, Príncipe de la paz”. Su soberanía será grande, y habrá una paz sin fin para el trono de David y para su reino; él lo establecerá y lo sostendrá por el derecho y la justicia, desde ahora y para siempre.

El celo del Señor de los ejércitos hará todo esto.

Palabra de Dios

SALMO RESPONSORIAL   95, 1-3. 11-13

R/. Hoy nos ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor.

Canten al Señor un canto nuevo, cante al Señor toda la tierra; canten al Señor, bendigan su Nombre. 

Día tras día, proclamen su victoria, anuncien su gloria entre las naciones, y sus maravillas entre los pueblos. 

Alégrese el cielo y exulte la tierra, resuene el mar y todo lo que hay en él; regocíjese el campo con todos sus frutos, griten de gozo los árboles del bosque. 

Griten de gozo delante del Señor, porque Él viene a gobernar la tierra: Él gobernará al mundo con justicia, y a los pueblos con su verdad. 

SEGUNDA LECTURA

La gracia de Dios se ha manifestado para todos los hombres.

Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a Tito   2, 11-14

La gracia de Dios, que es fuente de salvación para todos los hombres, se ha manifestado. Ella nos enseña a rechazar la impiedad y los deseos mundanos, para vivir en la vida presente con sobriedad, justicia y piedad, mientras aguardamos la feliz esperanza y la Manifestación de la gloria de nuestro gran Dios y Salvador, Cristo Jesús. Él se entregó por nosotros, a fin de librarnos de toda iniquidad, purificarnos y crear para sí un Pueblo elegido y lleno de celo en la práctica del bien.

Palabra de Dios

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO  Lc 2, 10-11

Aleluya.

Les traigo una buena noticia, una gran alegría: hoy les ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor. Aleluya.

EVANGELIO

Hoy les ha nacido un Salvador.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas   2, 1-14

Apareció un decreto del emperador Augusto, ordenando que se realizara un censo en todo el mundo. Este primer censo tuvo lugar cuando Quirino gobernaba la Siria. Y cada uno iba a inscribirse a su ciudad de origen.

José, que pertenecía a la familia de David, salió de Nazaret, ciudad de Galilea, y se dirigió a Belén de Judea, la ciudad de David, para inscribirse con María, su esposa, que estaba embarazada.

Mientras se encontraban en Belén, le llegó el tiempo de ser madre; y María dio a luz a su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque donde se alojaban no había lugar para ellos.

En esa región acampaban unos pastores, que vigilaban por turno sus rebaños durante la noche. De pronto, se les apareció el Ángel del Señor y la gloria del Señor los envolvió con su luz. Ellos sintieron un gran temor, pero el Ángel les dijo: “No teman, porque les traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor. Y esto les servirá de señal: encontrarán a un niño recién nacido envuelto en pañales y acostado en un pesebre”. Y junto con el Ángel, apareció de pronto una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo:

“¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los hombres amados por Él!”

Palabra del Señor

Oración de los fieles

Oremos, hermanos, al Señor que, siendo rico, se ha hecho pobre para enriquecemos con su pobreza:

Por la santa Iglesia, para que todos sus fieles vivan con alegría y anuncien con valentía el misterio del Hijo de Dios, único Señor y Salvador de todos los hombres, roguemos al Señor.

Para que los que buscan la verdad descubran el Evangelio y acojan con alegría la buena nueva del nacimiento del Salvador, roguemos al Señor.

Por los que en estos días de Navidad lloran la ausencia de los seres queridos, para que no pierdan la esperanza de reencontrarlos en el reino de Dios, roguemos al Señor.

Por los que en otros años celebraban con nosotros las fiestas de Navidad (esta noche santa) y han dejado ya este mundo, para que contemplen en el reino eterno la faz gloriosa de Cristo, el Señor, roguemos al Señor.

Muestra, Señor, tu bondad al pueblo que te implora, y haz que los que celebramos con gozo el nacimiento de tu Hijo consigamos los bienes que te hemos pedido. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Reflexión:

I.   ES LA MÁS GRANDE NOTICIA PORQUE ESTÁ DIRIGIDA A LOS DESPOSEÍDOS.

 “Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño”.

        Si nos damos cuenta el anuncio no se dirigió a los reyes o príncipes, o personas de importancia sino a unos sencillos pastores. Desde el principio su nacimiento fue humilde, nació en un pesebre, creció en una aldea insignificante de Israel, Nazaret, la mayor parte de su ministerio lo desarrollo en Galilea una región de gente pobre, murió y fue enterrado en una cueva que no era de su propiedad, y todo esto ocurrió porque siempre se identificó con los más desposeídos, aquellos que estaban sin esperanza. Por esta razón la noticia de su nacimiento es la más grande porque trae buenas nuevas a los desposeídos, aquellos que por alguna razón se encuentran sin esperanza deben saber que un día nació la esperanza del mundo cuyas palabras dan esperanza y descanso: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”, (Mateo 11:28).


II. ES LA MÁS GRANDE NOTICIA PORQUE FUE ANUNCIADA POR ÁNGELES.

“Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor”. En segundo lugar el nacimiento de Jesús es una gran noticia porque fue anunciada por ángeles. Su anuncio fue glorioso porque sus mensajeros eran seres celestiales. Ya anteriormente los ángeles habían anunciado el nacimiento de algunos hombres importantes, como Sansón y Juan el Bautista, pero aquel día Dios decidió no solo anunciar el nacimiento de su Hijo a través de un ángel, sino también expreso el motivo de gran gozo para la humanidad a través de un coro de ángeles que anunciaban lo glorioso de este evento.

“Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían: ¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!”.

Lucas 2:13-14

III. ES LA MÁS GRANDE NOTICIA PORQUE ANUNCIA A NUESTRO SALVADOR Y DIOS.

“Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor”.

En tercer lugar el nacimiento de Jesús es el anuncio más grande de la humanidad porque nos anuncia la venida del ser más maravillo y extraordinario que la humanidad podría esperar. El ángel anuncio a los pastores que el niño que había nacido era especial por tres razones especiales: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor.

1.      Es nuestro Salvador. Solamente a través de Él el hombre puede encontrar el perdón de sus pecados.

2.      Es Cristo, el Mesías, el ungido de Dios anunciado por la ley y los profetas.

3.      Finalmente, el titulo Señor era exclusivo para Dios y por tanto Jesús es Dios.

CONCLUSIÓN.

Por tanto, decimos que el nacimiento de Jesús es el anuncio más grande que jamás se ha dado porque:

1.      Es una noticia dirigida a todos los hombres sin ninguna acepción de personas.

2.      Es una noticia grande porque fue anunciada por ángeles.

3.      Es una gran noticia porque nos presenta a nuestro Salvador y Dios.

 

Misa el día

La Natividad del Señor (Navidad)
Misa del día

Primera Lectura

Is 52, 7-10

¡Qué hermoso es ver correr sobre los montes
al mensajero que anuncia la paz,
al mensajero que trae la buena nueva,
que pregona la salvación,
que dice a Sión: “Tu Dios es rey”!

Escucha: Tus centinelas alzan la voz
y todos a una gritan alborozados,
porque ven con sus propios ojos al Señor,
que retorna a Sión.

Prorrumpan en gritos de alegría, ruinas de Jerusalén,
porque el Señor rescata a su pueblo, consuela a Jerusalén.
Descubre el Señor su santo brazo
a la vista de todas las naciones.
Verá la tierra entera
la salvación que viene de nuestro Dios.

Palabra de Dios

 Salmo Responsorial

Sal 97, 1. 2-3ab. 3cd-4. 5-6.

R. (3cd) Toda la tierra ha visto al Salvador.
Cantemos al Señor un canto nuevo,
pues ha hecho maravillas.
Su diestra y su santo brazo
le han dado la victoria.

R. Toda la tierra ha visto al Salvador.
El Señor ha dado a conocer su victoria,
y ha revelado a las naciones su justicia.
Una vez más ha demostrado Dios
su amor y su lealtad hacia Israel.

R. Toda la tierra ha visto al Salvador.
La tierra entera ha contemplado
la victoria de nuestro Dios.
Que todos los pueblos y naciones
aclamen con júbilo al Señor.

R. Toda la tierra ha visto al Salvador.
Cantemos al Señor al son del arpa,
suenen los instrumentos.
Aclamemos al son de los clarines
al Señor, nuestro rey.

R. Toda la tierra ha visto al Salvador.

Segunda Lectura

Hb 1, 1-6

En distintas ocasiones y de muchas maneras habló Dios en el pasado a nuestros padres, por boca de los profetas. Ahora, en estos tiempos, nos ha hablado por medio de su Hijo, a quien constituyó heredero de todas las cosas y por medio del cual hizo el universo.

El Hijo es el resplandor de la gloria de Dios, la imagen fiel de su ser y el sostén de todas las cosas con su palabra poderosa. Él mismo, después de efectuar la purificación de los pecados, se sentó a la diestra de la majestad de Dios, en las alturas, tanto más encumbrado sobre los ángeles, cuanto más excelso es el nombre que, como herencia, le corresponde.

Porque ¿a cuál de los ángeles le dijo Dios: Tú eres mi Hijo; yo te he engendrado hoy? ¿O de qué ángel dijo Dios: Yo seré para él un padre y él será para mí un hijo? Además, en otro pasaje, cuando introduce en el mundo a su primogénito, dice: Adórenlo todos los ángeles de Dios.

Palabra de Dios

Aclamación antes del Evangelio

R. Aleluya, aleluya.
Un día sagrado ha brillado para nosotros.
Vengan naciones, y adoren al Señor,
porque hoy ha descendido una gran luz sobre la tierra.

R. Aleluya.

Evangelio

Jn 1, 1-18 o 1, 1-5. 9-14

En el principio ya existía aquel que es la Palabra,
y aquel que es la Palabra estaba con Dios y era Dios.
Ya en el principio él estaba con Dios.
Todas las cosas vinieron a la existencia por él
y sin él nada empezó de cuanto existe.
Él era la vida, y la vida era la luz de los hombres.
La luz brilla en las tinieblas
y las tinieblas no la recibieron.

Hubo un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan.
Éste vino como testigo, para dar testimonio de la luz,
para que todos creyeran por medio de él.
Él no era la luz, sino testigo de la luz.

Aquel que es la Palabra era la luz verdadera,
que ilumina a todo hombre que viene a este mundo.
En el mundo estaba;
el mundo había sido hecho por él
y, sin embargo, el mundo no lo conoció.

Vino a los suyos y los suyos no lo recibieron;
pero a todos los que lo recibieron
les concedió poder llegar a ser hijos de Dios,
a los que creen en su nombre,
los cuales no nacieron de la sangre,
ni del deseo de la carne, ni por voluntad del hombre,
sino que nacieron de Dios.

Y aquel que es la Palabra se hizo hombre
y habitó entre nosotros.
Hemos visto su gloria,
gloria que le corresponde como a unigénito del Padre,
lleno de gracia y de verdad.

Juan el Bautista dio testimonio de él, clamando:
“A éste me refería cuando dije:
‘El que viene después de mí, tiene precedencia sobre mí,
porque ya existía antes que yo’ ”.

De su plenitud hemos recibido todos gracia sobre gracia.
Porque la ley fue dada por medio de Moisés,
mientras que la gracia y la verdad vinieron por Jesucristo.
A Dios nadie lo ha visto jamás.
El Hijo unigénito, que está en el seno del Padre,
es quien lo ha revelado.

Palabra del Señor

Reflexión:

San Juan nos presenta en el prólogo del Evangelio un movimiento, un fluir de Dios hacia nosotros. El trayecto es de arriba hacia abajo, de lo divino a lo humano y de las tinieblas a la luz. Con este obrar incesante, Dios nos busca. Con este llegar hasta nosotros, quiere levantarnos. Con esta presencia del Hijo en nuestro mundo, quiere que todos redescubramos nuestra condición de hijos e hijas muy amados.
Jesús es el Enviado de Dios, su Palabra por excelencia, que vino a este mundo para hacernos conocer al Padre. De este modo, este tiempo de Navidad es una oportunidad para dejarnos envolver por el Misterio de Dios; porque Él, siendo grande se hizo pequeño, rompiendo con nuestras pretensiones; porque Él, que siendo rico se hizo pobre, nos invita a ser agradecidos y a moderar nuestros deseos; porque Él, que siendo Dios se hizo hombre, ha proclamado la cercanía y la proximidad como características propias de la naturaleza divina… así ha decidido confiar y creer en nosotros, no por nuestros méritos sino por pura iniciativa suya.
Hoy nos podemos preguntar ¿qué está produciendo en nosotros esta “carcanía de Dios”? ¿mis palabras y acciones dan cuenta hoy de la presencia de “Dios-con-nosotros”?

¡Que Dios-con-nosotros nos bendiga siempre con su cercanía!
¡Que tengan una Feliz Navidad!



Eucaristía del Domingo 19 de diciembre del

 2021

Cuarto domingo de Adviento - Ciclo C



Primera lectura

Lectura de la profecía de Miquéas (5, 1-4a):

Esto dice el Señor: “De ti, Belén de Efrata, pequeña entre las aldeas de Judá, de ti saldrá el jefe de Israel, cuyos orígenes se remontan a tiempos pasados, a los días más antiguos. Por eso, el Señor abandonará a Israel, mientras no dé a luz la que ha de dar a luz. Entonces el resto de sus hermanos se unirá a los hijos de Israel. Él se levantará para pastorear a su pueblo con la fuerza y la majestad del Señor, su Dios. Ellos habitarán tranquilos, porque la grandeza del que ha de nacer llenará la tierra y él mismo será la paz’’.

Palabra de Dios

Salmo

Salmo 79, 2ac y 3b. 15-16. 18-19

R. (4) Señor, muéstranos tu favor y sálvanos.
Escúchanos, pastor de Israel;


tú que estás rodeado de querubines, 
manifiéstate;
despierta tu poder y ven a salvarnos. R.  
R. Señor, muéstranos tu favor y sálvanos.


Señor, Dios de los ejércitos, vuelve tus ojos,
mira tu viña y visítala; 
protege la cepa plantada por tu mano, 
el renuevo que tú mismo cultivaste. R.  
R. Señor, muéstranos tu favor y sálvanos.


Que tu diestra defienda al que elegiste, 
al hombre que has fortalecido.
Ya no nos alejaremos de ti;
consérvanos la vida y alabaremos tu poder. R.  
R. Señor, muéstranos tu favor y sálvanos.

Segunda lectura

Lectura de la carta a los hebreos 10, 5-10):

Hermanos: Al entrar al mundo, Cristo dijo, conforme al salmo: No quisiste víctimas ni ofrendas; en cambio, me has dado un cuerpo. No te agradaron los holocaustos ni los sacrificios por el pecado; entonces dije –porque a mí se refiere la Escritura–: “Aquí estoy, Dios mío; vengo para hacer tu voluntad”. Comienza por decir: “No quisiste víctimas ni ofrendas, no te agradaron los holocaustos ni los sacrificios por el pecado –siendo así que eso es lo que pedía la ley–; y luego añade: “Aquí estoy, Dios mío; vengo para hacer tu voluntad”. Con esto, Cristo suprime los antiguos sacrificios, para establecer el nuevo. Y en virtud de esta voluntad, todos quedamos santificados por la ofrenda del cuerpo de Jesucristo, hecha una vez por todas.

Palabra de Dios

Aclamación antes del Evangelio

Lc 1, 38

R. Aleluya, aleluya.
Yo soy la esclava del Señor;
cúmplase en mí lo que me has dicho.
R. Aleluya.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Lucas (1, 39-45):

En aquellos días, María se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas de Judea y, entrando en la casa de Zacarías, saludó a Isabel. En cuanto ésta oyó el saludo de María, la creatura saltó en su seno. Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo y, levantando la voz, exclamó: “¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor”.

Palabra del Señor

Reflexión del mensaje del Cuarto Domingo de Adviento

Hermana Ivette Sánchez Chacón, Misionera Clarisa del Santísimo Sacramento, Tokyo.

Hemos llegado ya al cuarto domingo de Aviento, considerado como la puerta de la Navidad, porque en el vamos a descubrir una figura muy importante en la historia de la salvación, María la Madre de Jesús.

Cada semana del adviento está marcada por la presencia de una figura protagonista, que nos va ayudando en la preparación de nuestro corazón y nuestra vida para vivir de una forma más profunda el misterio de la Navidad.

Solo para recordar; la primera semana el protagonista fue el Profeta Elías que nos anuncia “una acción de Dios” indicándonos que el mismo Dios viene en "persona" a salvarnos. La segunda la figura sobresaliente es Juan el Bautista, el precursor, que anuncia a Cristo y prepara el camino del Señor, invitándonos a la conversión. Para la tercera se nos presenta la figura de San José, el hombre que supo escuchar y ser obediente a Dios, llevando a María a su casa y junto con ella preparar la venida de Nuestro Salvador. Por último, la cuarta semana de adviento nos trae como modelo inspirador la figura de la Santísima Virgen María, mujer sencilla que creyó en la Palabra del Señor, la acogió en su seno y llevándola consigo supo socorrer a quien necesitaba ayuda.

Este domingo, de forma especial, se nos invita a reflexionar en el silencio humilde de María, resaltando su fe y esperanza. Las lecturas propuestas empiezan con la del Profeta Miqueas (5,1-4) donde vamos a descubrir “el misterio de lo pequeño”, ya que es este profeta quien anuncia el nacimiento de del Mesías en Belén, una ciudad, “pequeña entre los clanes de Judá”, que no se destacaba por ser una ciudad importante, pero es en ella donde nacerá el Salvador de la humanidad.

La segunda lectura tomada de la carta a los Hebreos (10,5-10) No nos habla de un lugar, como lo ha hecho el profeta Miqueas, sino que nos lleva a pensar directamente en el Hijo eterno de Dios que ha querido encarnarse, en el seno de María, para hacerse uno más con nosotros y acompañarnos en nuestro caminar.

Por último, el Evangelista San Lucas (1,39-45) relata uno de los pasajes más conocidos y hermosos de su Evangelio, la visita de María a Isabel, es el pasaje siguiente al de la anunciación, donde hemos visto como María después de haber recibido la mayor noticia de su vida no se detiene a pensar solo en ella, sino que prontamente se levanta para ir a socorrer a su Prima, la mujer que en su vejez a concebido un hijo, y que va a necesitar ayuda. Con esta actitud de María podemos descubrir la sencillez y humildad junto a su profunda fe y confianza en Dios, por la que su Prima Isabel, movida por el Espíritu Santo, la saluda de una forma muy especial, reconociendo en ella a la Madre de Dios.

Como dije al inicio el cuarto domingo de Aviento es la puerta a la Navidad, porque como María estamos llamados a recibir a Jesús en nuestro corazón, sin importar el lugar donde nos encontremos, dentro o fuera de una ciudad o un país importante, porque lo que importa es la disponibilidad de nuestro corazón para recibirlo en nuestra vida y al mismo tiempo la valentía para poderlo llevar a los demás, al igual que lo hizo la Santísima Virgen. Pidámosle a ella, que es la Madre de Dios, nos acompañe en esta nueva aventura de nuestra vida, que como ella seamos humildes pero confiados portadores de su Hijo, para todos aquellos hermanos nuestros que aúno no le conocen ni le aman.


Oración de los Fieles
     Si hay demasiada poca alegría entre nosotros, quizás sea porque no somos suficientemente cristianos… Pidamos al Dios de toda alegría que podamos vivir siempre en su alegría y en su paz, y digamos:  R/ Señor, tú eres nuestra alegría.

  • Por la Iglesia, es decir, por todos nosotros, para que proclamemos siempre el evangelio como Buena Noticia de gran alegría, como mensaje de liberación y esperanza para todos, roguemos al Señor.
    R/ Señor, tú eres nuestra alegría.
  • Por el mundo frío de hoy, el mundo de los negocios, de la gestión y producción, el sub-mundo del consumismo, con su dosis tremenda de manipulación e injusticia, para que entre nosotros de nuevo se preste atención a las personas y se recupere el sentido de la justicia, de la alegría y la celebración, roguemos al Señor.
    R/ Señor, tú eres nuestra alegría. 
  • Por los pobres y los que sufren, para que les demos no solo lo material que necesiten, sino que les llevemos el calor de nuestro amor y la alegría de la esperanza, roguemos al Señor.
    R/ Señor, tú eres nuestra alegría.
  • Por los cristianos del mundo entero, dondequiera que estemos, para que aprendamos a guardar nuestra serenidad en las pruebas -que son parte de la vida-, y para que veamos que las cosas de este mundo tienen sólo un valor relativo, roguemos al Señor.
    R/ Señor, tú eres nuestra alegría.
  • Y por todos nosotros, para que tengamos sentido del humor, que seamos capaces de reírnos a nuestra propia costa, y que gocemos también de sentido de gratuidad, que nos capacite para hacer cosas gratis y por la pura alegría de servir a los hermanos, roguemos al Señor.
    R/ Señor, tú eres nuestra alegría.

Señor Dios nuestro: Tú nos has traído libertad por medio de Jesús, tu Hijo. Queremos vivir en tus manos como personas libres, y gozando de gran alegría. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.


Eucaristía del Domingo 12 de diciembre de 2021

Tercer domingo de Adviento - Ciclo C



Primera lectura

Lectura de la profecía de Sofonías (3,14-18a):

Alégrate hija de Sión, grita de gozo Israel; regocíjate y disfruta con todo tu ser, hija de Jerusalén. El Señor ha revocado tu sentencia, ha expulsado a tu enemigo. El rey de Israel, el Señor, está en medio de ti, no temerás mal alguno. Aquel día dirán a Jerusalén: «¡No temas! ¡Sión, no desfallezcas!» El Señor tu Dios está en medio de ti,
valiente y salvador; se alegra y goza contigo, te renueva con su amor; exulta y se alegra contigo como en día de fiesta.


Palabra de Dios

Salmo

Is 12,2-3.4bed.5-6

R/.
 Gritad jubilosos,
porqué es grande en medio de ti el Santo de Israel.


V/. «Él es mi Dios y Salvador:
confiaré y no temeré,
porque mi fuerza y mi poder es el Señor,
él fue mi salvación».
Y sacaréis aguas con gozo
de las fuentes de la salvación. R/.

V/. «Dad gracias al Señor,
invocad su nombre,
contad a los pueblos sus hazañas,
proclamad que su nombre es excelso». R/.

V/. Tañed para el Señor, que hizo proezas,
anunciadlas a toda la tierra;
gritad jubilosos, habitantes de Sión:
porque es grande en medio de ti el
Santo de Israel. R/.

Segunda lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses (4,4-7):

Hermanos:
Alegraos siempre en el Señor; os lo repito, alegraos.
Que vuestra mesura la conozca todo el mundo. El Señor está cerca.
Nada os preocupe; sino que, en toda ocasión, en la oración y súplica, con acción de gracias, vuestras peticiones sean presentadas a Dios.
Y la paz de Dios, que sobrepasa todo juicio, custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

Palabra de Dios

Aclamación antes del Evangelio

Is 61, 1

R. Aleluya, aleluya.
El Espíritu del Señor está sobre mí.
Me ha enviado para anunciar la buena nueva a los pobres.

R. Aleluya.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Lucas (3,10-18):

En aquel tiempo, la gente preguntaba a Juan: «¿Entonces, qué debemos hacer?»
Él contestaba: «El que tenga dos túnicas, que comparta con el que no tiene; y el que tenga comida, haga lo mismo». Vinieron también a bautizarse unos publicanos y le preguntaron: «Maestro, ¿qué debemos hacemos nosotros?» Él les contestó:
«No exijáis más de lo establecido». Unos soldados igualmente le preguntaban: «Y nosotros, ¿qué debemos hacer nosotros?» Él les contestó: «No hagáis extorsión ni os aprovechéis de nadie con falsas denuncias, sino contentaos con la paga». Como el pueblo estaba expectante, y todos se preguntaban en su interior sobre Juan si no sería el Mesías, Juan les respondió dirigiéndose a todos: «Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, a quien no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego; en su mano tiene el bieldo para aventar su parva, reunir su trigo en el granero y quemar la paja en una hoguera que no se apaga».
Con estas y otras muchas exhortaciones, anunciaba al pueblo el Evangelio.


Palabra del Señor

Oración de los Fieles
     Si hay demasiada poca alegría entre nosotros, quizás sea porque no somos suficientemente cristianos… Pidamos al Dios de toda alegría que podamos vivir siempre en su alegría y en su paz, y digamos:  R/  Señor, tú eres nuestra alegría.

  • Por la Iglesia, es decir, por todos nosotros, para que proclamemos siempre el evangelio como Buena Noticia de gran alegría, como mensaje de liberación y esperanza para todos, roguemos al Señor.
    R/ Señor, tú eres nuestra alegría.
  • Por el mundo frío de hoy, el mundo de los negocios, de la gestión y producción, el sub-mundo del consumismo, con su dosis tremenda de manipulación e injusticia, para que entre nosotros de nuevo se preste atención a las personas y se recupere el sentido de la justicia, de la alegría y la celebración, roguemos al Señor.
    R/ Señor, tú eres nuestra alegría. 
  • Por los pobres y los que sufren, para que les demos no solo lo material que necesiten, sino que les llevemos el calor de nuestro amor y la alegría de la esperanza, roguemos al Señor.
    R/ Señor, tú eres nuestra alegría.
  • Por los cristianos del mundo entero, dondequiera que estemos, para que aprendamos a guardar nuestra serenidad en las pruebas -que son parte de la vida-, y para que veamos que las cosas de este mundo tienen sólo un valor relativo, roguemos al Señor.
    R/ Señor, tú eres nuestra alegría.
  • Y por todos nosotros, para que tengamos sentido del humor, que seamos capaces de reírnos a nuestra propia costa, y que gocemos también de sentido de gratuidad, que nos capacite para hacer cosas gratis y por la pura alegría de servir a los hermanos, roguemos al Señor.
    R/ Señor, tú eres nuestra alegría.

Señor Dios nuestro: Tú nos has traído libertad por medio de Jesús, tu Hijo. Queremos vivir en tus manos como personas libres, y gozando de gran alegría. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.



Eucaristía del Domingo 05 de diciembre de 2021

Segundo domingo de Adviento - Ciclo C


Domingo, 05 de diciembre de 2021

Primera lectura

Lectura del libro de Baruc (5,1-9):

Jerusalén, despójate de tu vestido de luto y aflicción que llevas, y vístete las galas perpetuas de la gloria que Dios te concede. Envuélvete en el manto de la justicia de Dios, y ponte en la cabeza la diadema de la gloria del Eterno, porque Dios mostrará tu esplendor a cuantos habitan bajo el cielo. Dios te dará un nombre para siempre: «Paz en la justicia» y «Gloria en la piedad». En pie, Jerusalén, sube a la altura, mira hacia el oriente y contempla a tus hijos: el Santo los reúne de oriente a occidente y llegan gozosos invocando a su Dios. A pie tuvieron que partir, conducidos por el enemigo, pero Dios te los traerá con gloria, como llevados en carroza real. Dios ha mandado rebajarse a todos los montes elevados y a todas las colinas encumbradas; ha mandado rellenarse a los barrancos hasta hacer que el suelo se nivele, para que Israel camine seguro, guiado por la gloria de Dios. Ha mandado a los bosques y a los árboles aromáticos que den sombra a Israel. Porque Dios guiará a Israel con alegría, a la luz de su gloria, con su justicia y su misericordia.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 125,1-2ab.2cd-3.4-5.6

R/.
 El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres

V/. Cuando el Señor hizo volver a los caustivos de Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares. R/.

V/. Hasta los gentiles decían:
«El Señor ha estado grande con ellos».
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres. R/.

V/. Recoge, Señor, a nuestro cautivos
como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares. R/.

V/. Al ir, iba llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelve cantando,
trayendo sus gavillas.

Segunda lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses (1,4-6.8-11):

Hermanos:
Siempre que rezo por vosotros, lo hago con gran alegría. Porque habéis sido colaboradores míos en la obra del Evangelio, desde el primer día hasta hoy.
Ésta es nuestra confianza: que el que ha inaugurado entre vosotros esta buena la obra, llevará adelante hasta el Día de Cristo Jesús.
Testigo me es Dios del amor entrañable con que os quiero, en Cristo Jesús.
Y esta es mi oración: que vuestro amor siga creciendo más y más en penetración y en sensibilidad para apreciar los valores.
Así llegaréis al Día de Cristo limpios e irreprochables, cargados de frutos de justicia, por medio de Cristo Jesús, para gloria y alabanza de Dios.


Palabra de Dios

Aclamación antes del Evangelio

Lc 3, 4. 6

R. Aleluya, aleluya.
Preparen el camino del Señor, hagan rectos sus senderos,
y todos los hombres verán al Salvador.

R. Aleluya.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Lucas (3,1-6):

En el año decimoquinto del imperio del emperador Tiberio, siendo Poncio Pilato gobernador de Judea, y Herodes tetrarca de Galilea, y su hermano Felipe tretarca de Iturea y Traconítide, y Lisanio ttetrarca de Abilene, bajo el sumo sacerdocio de Anás y Caifás, vino la palabra de Dios sobre Juan, hijo de Zacarías, en el desierto.
Y recorrió toda la comarca del Jordán, predicando un bautismo de conversión para perdón de los pecados, como está escrito en el libro de los oráculos del profeta Isaías:
«Voz del que grita en el desierto: Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos; los valles serán rellenados, los montes y colinas serán rebajador; lo torcido será enderezado,
lo escabroso será camino llano. Y toda carne verá la salvación de Dios».

Reflexión - Mensaje de esta fiesta.
Hna Ana María Gonzales, Misionera en la diócesis de Yokohama.
Queridos Hermanos, este segundo domingo de adviento nos pone la persona de Juan Bautista, el profeta y precursor de Jesucristo.
+ En un tiempo y circunstancias históricas se da la presencia y acción de Juan Bautista. En la historia socio política con sus gobernantes, y en lo religioso, los sumos sacerdotes en acción. Es decir, que todo profeta habla de parte de Dios a un pueblo que vive situaciones concretas y muchas veces dolorosas, como en nuestros tiempos de pandemia. Dios quiere hablar a su pueblo que vive y sufre algo en concreto: a ellos es su mensaje.
+ La persona de Juan: vive en el desierto, sin elegancias, su estilo de vida sobrio ya habla de por sí: qué es lo esencial y qué no. Su mensaje: PREPARAR EL CAMINO DEL SEÑOR, ALLANAR LOS SENDEROS. ¿Qué camino de mi vida aún no está preparado con transparencia de corazón arrepentido para acoger a Dios? ¿Qué caminos con baches o bultos y estorbos hay que allanar en mí?
+ En la primera lectura nos dice que “Dios dispuso que sean aplanadas las altas montañas, y que se rellenen los valles hasta nivelar la tierra” Sí, las montañas de nuestros orgullos, y los valles de nuestras falsas humildades del ‘no sé, no puedo’ que muchas veces es ‘no quiero’ pero no tenemos el coraje de decirlo abiertamente. La Palabra de Dios nos dice que para prepararnos a la Navidad, necesitamos allanar esos caminos o muy elevados o muy hundidos. En un mundo de consumismo individualista, preparar la venida de nuestro Salvador no es en la cantidad de regalos o la gran comida que se hará en casa, sino abrir el corazón para que todos vean la salvación del Señor, ésa es la gloria de Dios que cantan los ángeles la noche de Navidad ‘Gloria a Dios en el cielo (y a nadie más la gloria) y Paz a los que aman al Señor’ Dios nos pide prepararnos a vivir en paz con todos, así el pueblo camina seguro bajo la gloria de Dios. Nos encuentre esta Navidad con corazón limpio y abierto a todos lo hermanos. Tengamos o no dinero, esto sí podemos! Bendecido domingo.

Palabra del Señor

Oración de los Fieles
Roguemos con fe y confianza para que todos los hombres vean y acepten la salvación que Jesús ofrece a todos. Y digamos: R/ Ven, Señor, no tardes.

  • Por el papa, los obispos, sacerdotes y líderes laicos, para que nos fortalezcan en nuestra fe y nos ayuden a acelerar la venida del Señor, roguemos al Señor:
    R/ Ven, Señor, no tardes.
  • Por todos los fieles extendidos por todo el mundo, para que sean luz para nuestro tiempo, para que conserven bien vivas y activas la fe y la esperanza, y para que trabajen en favor de mayor justicia y honestidad en nuestro mundo, roguemos al Señor.
    R/ Ven, Señor, no tardes.
  • Por todos los que no creen en Dios, para que ellos también pongan todos sus talentos e ilusiones al servicio del pueblo y de toda la comunidad humana, roguemos al Señor.
    R/ Ven, Señor, no tardes.
  • Por los que temen al futuro, para que dejen de lado todos sus temores y angustias, y aprendan a esperar en Dios y a confiar en sus promesas, roguemos al Señor.
    R/ Ven, Señor, no tardes más.
  • Por todos nosotros aquí reunidos, para que nuestros ojos estén abiertos y nuestros corazones vigilantes para reconocer y recibir a Cristo nuestro Señor, cuando venga a nuestro encuentro, roguemos al Señor.
    R/ Ven, Señor, no tardes más.

Señor Jesucristo, danos la determinación y el valor para quitar los obstáculos que nos separan los unos de los otros, y para allanar el camino para tu venida. Quédate con nosotros, Señor, ahora y por los siglos de los siglos. Amén.

Eucaristía del Domingo 28 de noviembre de 2021

Primer domingo de Adviento - Ciclo C


Primera lectura

Lectura del libro de Jeremías (33,14-16):

YA llegan días —oráculo del Señor— en que cumpliré la promesa que hice a la casa de Israel y a la casa de Judá. En aquellos días y en aquella hora, suscitaré a David un vástago legítimo que hará justicia y derecho en la tierra. En aquellos días se salvará Judá, y en Jerusalén vivirán tranquilos, y la llamarán así: “Es Señor es nuestra justicia”.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 24

R/. A ti, Señor, levanto mi alma

V/.
Señor, enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador. R/.

V/. El Señor es bueno y es recto,
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes. R/.

V/. Las sendas del Señor son misericordia y lealtad
para los que guardan su alianza y sus mandatos.
El Señor se confía a los que lo temen,
y les da a conocer su alianza. R/.

Segunda lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (3,12–4,2)

Hermanos:
Que el Señor os colme y os haga rebosar de amor mutuo y de amor a todos, lo mismo que nosotros os amamos a vosotros; y que afiance así vuestros corazones, de modo que os presentéis ante Dios, nuestro Padre, santos e irreprochables en la venida de nuestro Señor Jesús con todos sus santos.
Por lo demás, hermanos os rogamos y os exhortamos en el Señor Jesús: ya habéis aprendido de nosotros cómo comportarse para agradar a Dios; pues comportaos así y seguir adelante. Pues ya conocéis las instrucciones que os dimos, en nombre del Señor Jesús.

Palabra de Dios

Aclamación antes del Evangelio

Sal 84, 8

R. Aleluya, aleluya.
Muéstranos, Señor, tu misericordia
y danos tu salvación.

R. Aleluya.

Evangelio

Lectura del santo Evangelio según san Lucas (21,25-28.34-36):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y el oleaje, desfalleciendo los hombres por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues las potencias del cielo serán sacudidas.
Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y gloria.
Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación.
Tened cuidado de vosotros, no sea que se emboten vuestros corazones con juergas, borracheras y las inquietudes de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra.
Estad, pues, despiertos en todo tiempo, pidiendo que podáis escapar de todo lo que está por suceder y manteneros en pie ante el Hijo del hombre».


Palabra del Señor

Oración de los Fieles
Movido por su infinito amor, nuestro Padre del cielo envió a su Hijo al mundo para colmar todas nuestras esperanzas, y para ofrecernos un futuro mejor y eterno. Digámosle en oración: R/ Señor, tú eres nuestra esperanza.

  • Por la comunidad de la Iglesia y por todos nosotros, sus miembros, para que, por nuestro compromiso por la justicia y el amor, hagamos creíble el evangelio, roguemos al Señor. R/ Señor, tú eres nuestra esperanza.
  • Por la gente sin coraje y sin esperanza, por los que sufren por el hambre o la guerra, para que nosotros intentemos reavivar su esperanza, trabajando con ellos para construir un mundo mejor, roguemos al Señor. R/ Señor, tú eres nuestra esperanza.
  • Por los cristianos en cualquier parte del mundo, para que no se avergüencen del Evangelio, sino que proclamen abiertamente su mensaje de esperanza con el ejemplo de sus propias vidas, roguemos al Señor. R/ Señor, tú eres nuestra esperanza.
  • Por todos nosotros aquí reunidos, para que no seamos auto-complacientes y nos quedemos pasivos y satisfechos, sino que permanezcamos vigilantes para dejarnos renovar por Dios en Cristo. Que nos otorgue la gracia de comprometernos seriamente y vivir para los demás, roguemos al Señor. R/ Señor, tú eres nuestra esperanza.

Señor Dios nuestro, tú nos amas y por eso esperas que hagamos visibles a todos tu bondad y justicia. Esperamos que tu Hijo permanezca con nosotros para que tus expectativas y las nuestras se hagan realidad, ahora y por los siglos de los siglos.

Reflexión:

El Evangelio de hace dos semanas nos hablaba del fin de mundo. Y hoy Lucas parece que nos vuelve a presentar la misma temática… Pero no. Cristo no viene a hablarnos de otro fin del mundo. Más bien nos abre las puertas a la esperanza.

Hoy iniciamos el período del adviento y, con el adviento, comenzamos también otro año litúrgico. Todo inicio trae siempre a nuestro corazón una nueva esperanza. Pero no sólo. Adviento es también el tiempo de la "espera" por antonomasia: la espera del Mesías, del nacimiento de Cristo en la navidad. Éste es uno de los mensajes más fuertes de este período: la esperanza de tiempos mejores. Es éste uno de los anhelos más profundos del espíritu humano.

Y el Evangelio se coloca en esta misma perspectiva: "Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y majestad. Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación". Es verdad que el lenguaje que usa nuestro Señor es el apocalíptico. Pero está enmarcado en un contexto de esperanza y de salvación. Cristo habla de su retorno glorioso al final de los tiempos, sí; pero la esperanza es también para el "hoy" de nuestra vida presente.


Eucaristía del Domingo 21 de noviembre de 2021

Domingo 34º del Tiempo Ordinario. Jesucristo, Rey del Universo - Ciclo B



Primera lectura

Lectura de la profecía de Daniel (7,13-14):

Mientras miraba, en la visión nocturna vi venir en las nubes del cielo como un hijo de hombre, que se acercó al anciano y se presentó ante él. Le dieron poder real y dominio; todos los pueblos, naciones y lenguas lo respetarán. Su dominio es eterno y no pasa, su reino no tendrá fin.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 92,1ab.1c-2.5

R/.
 El Señor reina, vestido de majestad

El Señor reina, vestido de majestad,
el Señor, vestido y ceñido de poder. R/.

Así está firme el orbe y no vacila.
Tu trono está firme desde siempre,
y tú eres eterno. R/.

Tus mandatos son fieles y seguros;
la santidad es el adorno de tu casa,
Señor, por días sin término. R/.

Segunda lectura

Lectura del libro del Apocalipsis (1,5-8):

Jesucristo es el testigo fiel, el primogénito de entre los muertos, el príncipe de los reyes de la tierra. Aquel que nos ama, nos ha librado de nuestros pecados por su sangre, nos ha convertido en un reino y hecho sacerdotes de Dios, su Padre. A él la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén. Mirad: Él viene en las nubes. Todo ojo lo verá; también los que lo atravesaron. Todos los pueblos de la tierra se lamentarán por su causa. Sí. Amén. Dice el Señor Dios: «Yo soy el Alfa y la Omega, el que es, el que era y el que viene, el Todopoderoso.»

Palabra de Dios

Aclamación antes del Evangelio

Mc 11, 9. 10

R. Aleluya, aleluya.
¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!
¡Bendito el reino que llega, el reino de nuestro padre David!

R. Aleluya.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Juan (18,33b-37):

En aquel tiempo, dijo Pilato a Jesús: «¿Eres tú el rey de los judíos?»
Jesús le contestó: «¿Dices eso por tu cuenta o te lo han dicho otros de mí?»
Pilato replicó: «¿Acaso soy yo judío? Tu gente y los sumos sacerdotes te han entregado a mí; ¿qué has hecho?»
Jesús le contestó: «Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi guardia habría luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí.»
Pilato le dijo: «Conque, ¿tú eres rey?»
Jesús le contestó: «Tú lo dices: soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo; para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz.»

Palabra del Señor


Reflexión - Mensaje de esta fiesta.
Hna Ana María Gonzales, Misionera en la diócesis de Yokohama
+ En este domingo, 34° del tiempo ordinario, celebramos la solemnidad de Jesucristo Rey del universo. Esta fiesta fue instituida por el Papa Pío XI en 1925, al final de la primera guerra mundial, en el marco histórico en que el comunismo se incrementa en Rusia y otros lugares. Junto con la Iglesia católica también celebran esta fiesta las Iglesias anglicana, luterana, metodista y presbiteriana.
+ De modo especial, el evangelio de san Juan nos muestra el diálogo de Jesús ante el procurador romano Poncio Pilato, quien pregunta: “¿Eres tú el rey de los judíos?" Jesús toma el señorío del diálogo, haciéndole pensar a Pilato ante quién él está, que si lo juzga, es como Mesías y Rey que él ha de juzgar. “Mi Reino no es de este mundo” que no quiere decir que no tiene que ver nada con nuestro mundo ni dolores ni sufrimientos. En el evangelio la palabra ‘Mundo’ es todo lo que se opone al proyecto y Voluntad de Dios.
+ Decir que la historia y el universo entero está centrado en la persona de Cristo, no es un acto de fe tan sencillo: Nuestro Señor no tiene ‘guardias ni ejército’ para la lucha, defensa o ataque. Su única arma es la ENTREGA AMOROSA DE SU VIDA EN LAS MANOS DE DIOS PADRE PARA LA REDENCIÓN DE TODOS. Por lo que para los cristianos, nuestra mejor arma es EL AMOR que viene de Dios, Jesús nos enseñó este único camino.
+ Para nosotros, decir “JESÚS ES SEÑOR” significa que ÉL ES EL SEÑOR de mi corazón, de mi vida, de mi familia, y sea donde yo vaya, lo llevo como mi Señor, estos nos compromete a expresar, por actitudes y palabras, que los Valores que Cristo nos enseñó son los que procuramos vivir en todos los ambientes en que vivimos.
+ El profeta Daniel nos expresa ya en el Antiguo Testamento que Jesús “recibió la soberanía, la gloria y el reino, y todos los pueblos y naciones de todas las lenguas lo servían.” No confundamos estas expresiones con el deseo humano de los ‘poderes terrenales’ que oprimen, usan y abusan de los propios hermanos. No.
+ Las naciones le servimos, reconociendo su Amor y la llamada a construir un mundo más fraterno y justo, como lo expresa en el Apocalipsis, ‘aquel que nos amó y nos purificó de nuestros pecados con su sangre y ha hecho de nosotros un reino de sacerdotes para su Dios’ Hasta derramar su preciosa Sangre que se entregó, dejando el modelo de vida cristiana: darse, amar hasta el final.

+ “Soy Rey, para esto nací y vine al mundo: para ser testigo de la verdad” Jesús te invita a escuchar Su Voz y seguirle. ¿Puede contar contigo?


Oración de los Fieles (Basado en un texto de René Mouret)
    Oremos a Cristo, nuestro Rey, para que reine en medio de todos los hombres por el poder de su amor. Digamos:
R/ Señor, que venga a nosotros tu reino.

  • Bendito seas, Señor, rey del universo, que viniste a hacer de nosotros un pueblo libre. Por los líderes de las naciones que aman la libertad y la instauran en sus países, y también, por el contrario, por los que la estrangulan y matan, oprimiendo así a sus pueblos, con confianza te pedimos:
    R/ Señor, que venga a nosotros tu reino.
  • Bendito seas, Señor, rey del universo, que viniste a hacer de nosotros un pueblo de hermanos. Por los que respetan y defienden la dignidad y los derechos de los demás, y también, por el contrario, por los que oprimen a sus hermanos y sólo defienden sus propios intereses egoístas, con confianza te pedimos:
    R/ Señor, que venga a nosotros tu reino.
  • Bendito seas, Señor, rey del universo, que viniste a hacer de nosotros un pueblo de testigos. Por los cristianos que viven intensamente su fe, y también, por el contrario, por los que desgraciadamente han dejado enfriar o incluso morir su fe, con confianza te pedimos:
    R/ Señor, que venga a nosotros tu reino.
  • Bendito seas, Señor, rey del universo, que viniste a hacer de nosotros un pueblo que viva en la verdad.  Por aquellos en cuyas palabras y obras podemos confiar, y también, por el contrario, por los que engañan, viven de la mentira y te traicionan a ti y a los hermanos, con confianza te pedimos: 
    R/ Señor, que venga a nosotros tu reino.
  • Bendito seas, Señor, rey del universo, que viniste a hacer de nosotros un pueblo orientado hacia servicio. Por todos los que ayudan y se cuidan de los demás, y también, por el contrario, por los que solamente piensan en sí mismos sin importarles nada los demás, con confianza te pedimos: 
    R/ Señor, que venga a nosotros tu reino.
  • Bendito seas, Señor, rey del universo, que viniste a hacer de nosotros un pueblo de esperanza. Por todos los que con optimismo siguen esforzándose y trabajando por todo lo bueno, y también, por contraste, por los que se rinden y se dejan llevar por el pesimismo y desaliento, con confianza te pedimos: 
    R/ Señor, que venga a nosotros tu reino.

Señor y Rey nuestro, contigo queremos llevar las cargas de nuestros hermanos. Que su peso sea ligero, ya es una carga de entrega y amor. Danos fortaleza ahora y por siempre. Amén.


Eucaristía del Domingo 14 de noviembre de 2021

Domingo 33º del Tiempo Ordinario - Ciclo B



Domingo, 14 de noviembre de 2021

Primera lectura

Lectura de la profecía de Daniel (12,1-3):

Por aquel tiempo se levantará Miguel, el arcángel que se ocupa de tu pueblo: serán tiempos difíciles, como no los ha habido desde que hubo naciones hasta ahora. Entonces se salvará tu pueblo: todos los inscritos en el libro. Muchos de los que duermen en el polvo despertarán: unos para vida eterna, otros para ignominia perpetua. Los sabios brillarán como el fulgor del firmamento, y los que enseñaron a muchos la justicia, como las estrellas, por toda la eternidad.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 15,5.8.9-10.11

R/.
 Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti

El Señor es el lote de mi heredad y mi copa;
mi suerte está en tu mano.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré. R/.

Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa serena.
Porque no me entregarás a la muerte,
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. R/.

Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha. R/.

Segunda lectura

Lectura de la carta a los hebreos (10,11-14.18):

Cualquier otro sacerdote ejerce su ministerio, diariamente ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, porque de ningún modo pueden borrar los pecados. Pero Cristo ofreció por los pecados, para siempre jamás, un solo sacrificio; está sentado a la derecha de Dios y espera el tiempo que falta hasta que sus enemigos sean puestos como estrado de sus pies. Con una sola ofrenda ha perfeccionado para siempre a lo que van siendo consagrados. Donde hay perdón, no hay ofrenda por los pecados.

Palabra de Dios

Aclamación antes del Evangelio

Cfr Lc 21, 36

R. Aleluya, aleluya.
Velen y oren,
para que puedan presentarse sin temor
ante el Hijo del hombre.

R. Aleluya.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Marcos (13,24-32):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «En aquellos días, después de esa gran angustia, el sol se hará tinieblas, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo, los astros se tambalearán. Entonces verán venir al Hijo del hombre sobre las nubes con gran poder y majestad; enviará a los ángeles para reunir a sus elegidos de los cuatro vientos, de horizonte a horizonte. Aprended de esta parábola de la higuera: Cuando las ramas se ponen tiernas y brotan las yemas, deducís que el verano está cerca; pues cuando veáis vosotros suceder esto, sabed que él está cerca, a la puerta. Os aseguro que no pasará esta generación antes que todo se cumpla. El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán, aunque el día y la hora nadie lo sabe, ni los ángeles del cielo ni el Hijo, sólo el Padre.»

Palabra del Señor

Oración de los Fieles
    Oremos con la mayor confianza al Dios de paz y esperanza, que nos espera al final del camino de la vida, y digamos:
R/ Señor, en ti confiamos.

  • Por la Iglesia, para que el nuevo Pueblo de Dios proclame con confianza y alegría su fe inquebrantable en la vida eterna y en la dimensión eterna de todo lo que hacemos, roguemos al Señor.  R/ Señor, en ti confiamos.
  • Por los cristianos de todo el mundo, para que, por su compromiso audaz por la justicia y la paz, logren unir a todos juntos en una comunidad de fe y esperanza, y para que por su entrega a los otros preparen el camino para la completa venida de Cristo, roguemos al Señor. R/ Señor, en ti confiamos.
  • Por los que temen a la muerte, a la edad avanzada, o a los problemas y sufrimientos de la vida, por la gente desalentada o desesperada, para que aprendan a confiar en Dios y para que nosotros sepamos apoyarles y estar a su lado, roguemos al Señor. R/ Señor, en ti confiamos.
  • Por esta nuestra comunidad, aquí y ahora reunida, para que sirvamos de inspiración los unos para con los otros, por nuestra fe viva y nuestra firme esperanza, y para que por nuestro amor y servicio el Señor viva en medio de nosotros, roguemos al Señor. R/ Señor, en ti confiamos.

Señor, Dios de la vida y de la muerte, no sabemos la hora de tu venida, pero estamos seguros de que tu amor no nos va a fallar. Guárdanos vigilantes en esperanza, y ayúdanos a acogerte ahora en los hermanos, para que tú nos acojas un día en tu casa eterna para siempre.



Eucaristía del Domingo 07 de noviembre de 2021

Domingo 32º del Tiempo Ordinario - Ciclo B



Domingo, 7 de noviembre de 2021

Primera lectura

Lectura del primer libro de los Reyes (17,10-16):

En aquellos días, el profeta Elías se puso en camino hacia Sarepta, y, al llegar a la puerta de la ciudad, encontró allí una viuda que recogía leña. La llamó y le dijo: «Por favor, tráeme un poco de agua en un jarro para que beba.»
Mientras iba a buscarla, le gritó: «Por favor, tráeme también en la mano un trozo de pan.»
Respondió ella: «Te juro por el Señor, tu Dios, que no tengo ni pan; me queda sólo un puñado de harina en el cántaro y un poco de aceite en la alcuza. Ya ves que estaba recogiendo un poco de leña. Voy a hacer un pan para mí y para mi hijo; nos lo comeremos y luego moriremos.»
Respondió Elías: «No temas. Anda, prepáralo como has dicho, pero primero hazme a mí un panecillo y tráemelo; para ti y para tu hijo lo harás después. Porque así dice el Señor, Dios de Israel: "La orza de harina no se vaciará, la alcuza de aceite no se agotará, hasta el día en que el Señor envíe la lluvia sobre la tierra."»
Ella se fue, hizo lo que le había dicho Elías, y comieron él, ella y su hijo. Ni la orza de harina se vació, ni la alcuza de aceite se agotó, como lo había dicho el Señor por medio de Elías.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 145,7.8-9a.9bc-10

R/. Alaba, alma mía, al Señor

Que mantiene su fidelidad perpetuamente,
que hace justicia a los oprimidos,
que da pan a los hambrientos.
El Señor liberta a los cautivos. R/.

El Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos,
el Señor guarda a los peregrinos. R/.

Sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.
El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de edad en edad. R/.

Segunda lectura

Lectura de la carta a los hebreos (9,24-28):

Cristo ha entrado no en un santuario construido por hombres imagen del auténtico, sino en el mismo cielo, para ponerse ante Dios, intercediendo por nosotros. Tampoco se ofrece a sí mismo muchas veces como el sumo sacerdote, que entraba en el santuario todos los años y ofrecía sangre ajena; si hubiese sido así, tendría que haber padecido muchas veces, desde el principio del mundo. De hecho, él se ha manifestado una sola vez, al final de la historia, para destruir el pecado con el sacrificio de sí mismo. Por cuanto el destino de los hombres es morir una sola vez. Y después de la muerte, el juicio. De la misma manera, Cristo se ha ofrecido una sola vez para quitar los pecados de todos. La segunda vez aparecerá, sin ninguna relación al pecado, a los que lo esperan, para salvarlos.

Palabra de Dios

Aclamación antes del Evangelio

Mt 5, 3

R. Aleluya, aleluya.
Dichosos los pobres de espíritu,
porque de ellos es el Reino de los cielos.
R. Aleluya.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Marcos (12,38-44):

En aquel tiempo, entre lo que enseñaba Jesús a la gente, dijo: «¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplio ropaje y que les hagan reverencias en la plaza, buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; y devoran los bienes de las viudas, con pretexto de largos rezos. Éstos recibirán una sentencia más rigurosa.»
Estando Jesús sentado enfrente del arca de las ofrendas, observaba a la gente que iba echando dinero: muchos ricos echaban en cantidad; se acercó una viuda pobre y echó dos reales.
Llamando a sus discípulos, les dijo: «Os aseguro que esa pobre viuda ha echado en el arca de las ofrendas más que nadie. Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero ésta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir.»

Palabra del Señor

REFLEXIÓN SOBRE EL MENSAJE DEL EVANGELIO DE ESTE DOMINGO
Padre Ignacio Martínez Báez. MG Misionero en la Arquidiócesis de Tokyo.

No cabe duda que la manera como Jesús desea que vivamos su mensaje es algo que constantemente nos confronta, sus propuestas vienen a trastocar los esquemas que hemos aprendido, tal vez inconscientemente, desde las tradiciones y costumbres de nuestra vida ordinaria.

Hoy, en este texto del Evangelio de San Marcos, se nos presentan dos ejemplos de la manera como Jesús desea que convirtamos nuestros corazones a una vida más entregada a los valores de vida y de fe que Él ha venido a proclamar al mundo.

Primero, tenemos que Jesús nos alerta a no imitar a los escribas, que eran en aquella época el modelo de vida religiosa observante de los judíos, parece que Jesús no está tanto en contra del contenido de la fe de estos líderes religiosos, sino en la forma como se aprovechan para su beneficio personal del sentimiento y las necesidades religiosas de las personas más humildes, convirtiendo la religión en un instrumento de manipulación y de control de las conciencias de las personas que más necesitan de la misericordia y bendición de Dios, así que ellos mismos construyen a su alrededor un halo religioso que los eleva sobre los demás, convirtiendo la fe y la religión como un medio para satisfacer su propio enriquecimiento y vanagloria personal en detrimento de las verdaderas necesidades religiosas del pueblo, Jesús es muy claro: “ellos recibirán un castigo muy riguroso” porque han deformado la misericordia y el amor de Dios para ponerse ellos en el centro y buscar sólo su propio beneficio.

El segundo caso es el de esa pobre viuda que tan sólo puede ofrecer a Dios dos monedas de cobre llamadas ”leptones” que eran las monedas romanas de menor valor, cada una de ellas tenía el valor de 1/128 de un denario que era más o menos el sueldo diario de un trabajador ordinario en aquella época. Nosotros sabemos que en la Biblia uno de los sectores sociales más vulnerables y sujetos a todo tipo de discriminación en la sociedad judía del Antiguo Testamento eran precisamente las viudas, que no tenían ningún varón que defendiera sus derechos.

"LEPTÓN" Moneda de cobre del griego antiguo del menor valor

Pero Jesús la podrá como el ejemplo a seguir de nuestras ofrendas a Dios, no se trata solamente de desprenderse de una cierta cantidad de dinero, sino de ser sinceros con lo que sale desde el fondo de nuestro corazón. Jesús es rotundamente claro: Dios no necesita que compremos su bendición y su amor con dinero, Él quiere todo nuestro amor de manera incondicional y plena.

Estos dos ejemplos nos presentan de una manera muy explícita lo que es el fundamento de nuestra identidad de nuestra vida como discípulos del Señor. Ante esto se impone preguntarnos con toda honestidad: ¿Con las apariencias de una vida supuestamente “devota” que desprecia a los más pequeños, quieres comprar el amor y la misericordia de Dios?


Oración de los Fieles

Oremos a Dios, nuestro Padre generoso, que ama a los débiles y humildes, y roguemos por todos los que son realmente pobres. Y digamos: R/ Escucha a tu pueblo, Señor.

  1. Señor, te pedimos por tu Iglesia. Presérvala de la tentación del poder y de las riquezas. Y así te decimos: R/ Escucha a tu pueblo, Señor.
  2. Señor, te pedimos por todos los gobernantes y oficiales públicos. Presérvalos, de la tentación de la avaricia, de la corrupción y del abuso de poder. Y así te decimos: R/ Escucha a tu pueblo, Señor.
  3. Señor, te pedimos por los huérfanos y las viudas. Líbralos de la desesperación; y a nosotros haznos atentos a su necesidad de amor, compasión y de ayuda generosa y eficaz. Y así te decimos: R/ Escucha a tu pueblo, Señor.
  4. Señor, te pedimos por todos los pobres que se sienten inseguros por el día siguiente. Que sepamos llevarles seguridad y amor. -- También por los ricos, para que sepan abrir su corazón y sus manos dadivosas para compartir generosamente. Y así te decimos: R/ Escucha a tu pueblo, Señor.
  5. Señor, te pedimos por esta nuestra comunidad. Haznos lo bastante generosos para compartir no sólo desde nuestra abundancia, sino también, cuando sea necesario, desde nuestra pobreza. Y así te decimos: R/ Escucha a tu pueblo, Señor.
  6. Señor, traemos ante ti también nuestras intenciones personales (Momento de silencio). Y, así te decimos: R/ Escucha a tu pueblo, Señor.

Padre, sabemos que nos amas y cuidas de nosotros con la ternura de una madre. Te confiamos todos nuestros afanes y preocupaciones. Sé generoso con nosotros y, como tú, haznos generosos con los demás, por el poder de Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor. Amén.

Reflexión:

Llegamos al final de esta novena semana del tiempo “durante el año” (tempus per annum). Hoy San Marcos nos presenta, en primer lugar, una crítica del Señor a los escribas y, en segundo lugar, un ejemplo a imitar. Primero, Jesús enseña a sus discípulos que no sean como los escribas que sólo buscan aparentar delante de todos, sólo buscan con ansias el reconocimiento de los demás: asientos especiales, saludos especiales, reverencias especiales, ropajes especiales; pero ellos sólo aparentan ser personas religiosas, porque en lo profundo no lo son, roban a las viudas (las personas más desprotegidas) y fingen hacer oraciones, que son sólo apariencia y falsedad. Segundo, Jesús sigue con su enseñanza dando un ejemplo de verdadera santidad a sus discípulos, aprovechando lo que ve en el patio de las mujeres del Templo de Jerusalén; mientras muchos (as) dan grandes sumas de dinero como ofrenda al Templo del Señor, sólo lo hacen para aparentar porque dan lo que les sobra, en cambio una viuda pobre (la más desprotegida) calladita da dos moneditas de cobre (unos 75 pesos en total), todo lo que tenía para vivir; ella lo da porque ha descubierto que sólo el Señor puede llenar su corazón y su vida y lo material no importa. Esto es lo que Jesús quiere que sus discípulos aprendan.

¿Soy como los escribas, que sólo aparentan ser buenos creyentes? ¿O soy como la viuda pobre que ha descubierto a Dios como su único Bien?


Eucaristía del Domingo 31 de octubre de 2021

Domingo 31º del Tiempo Ordinario - Ciclo B



Domingo, 31 de octubre de 2021

Primera lectura

Lectura del libro del Deuteronomio (6,2-6):

En aquellos días, habló Moisés al pueblo, diciendo: «Teme al Señor, tu Dios, guardando todos sus mandatos y preceptos que te manda, tú, tus hijos y tus nietos, mientras viváis; así prolongarás tu vida. Escúchalo, Israel, y ponlo por obra, para que te vaya bien y crezcas en número. Ya te dijo el Señor, Dios de tus padres: "Es una tierra que mana leche y miel." Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es solamente uno. Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas. Las palabras que hoy te digo quedarán en tu memoria.»

Palabra de Dios

Salmo

Sal 17

R/.
 Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza.

Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza;
Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador. R/.

Dios mío, peña mía, refugio mío, escudo mío,
mi fuerza salvadora, mi baluarte.
Invoco al Señor de mi alabanza
y quedo libre de mis enemigos. R/.

Viva el Señor, bendita sea mi Roca,
sea ensalzado mi Dios y Salvador.
Tú diste gran victoria a tu rey,
tuviste misericordia de tu Ungido. R/.

Segunda lectura

Lectura de la carta a los hebreos (7,23-28):

Ha habido multitud de sacerdotes del antiguo testamento, porque la muerte les impedía permanecer; como éste, en cambio, permanece para siempre, tiene el sacerdocio que no pasa. De ahí que puede salvar definitivamente a los que por medio de él se acercan a Dios, porque vive siempre para interceder en su favor. Y tal convenía que fuese nuestro sumo sacerdote: santo, inocente, sin mancha, separado de los pecadores y encumbrado sobre el cielo. Él no necesita ofrecer sacrificios cada día «como los sumos sacerdotes, que ofrecían primero por los propios pecados, después por los del pueblo,» porque lo hizo de una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo. En efecto, la Ley hace a los hombres sumos sacerdotes llenos de debilidades. En cambio, las palabras del juramento, posterior a la Ley, consagran al Hijo, perfecto para siempre.

Palabra de Dios

Aclamación antes del Evangelio

Jn 14, 23

R. Aleluya, aleluya.
El que me ama cumplirá mi palabra y mi Padre lo amará
y haremos en él nuestra morada, dice el Señor.
R. Aleluya.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Marcos (12,28b-34):

En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: «¿Qué mandamiento es el primero de todos?»
Respondió Jesús: «El primero es: "Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser." El segundo es éste: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo." No hay mandamiento mayor que éstos.»
El escriba replicó: «Muy bien, Maestro, tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios.»
Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo: «No estás lejos del reino de Dios.» Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.

Palabra del Señor

Oración de los Fieles

El amor difícilmente puede ser “mandado”, sin embargo, debería ser el corazón de todo lo que hacemos. Pidamos al Padre de todo amor la capacidad de amarle auténticamente a él y a nuestros hermanos, estén cerca o lejos. Digamos: R/ Señor, haznos instrumentos de tu amor.

- Para que la Iglesia, por la que Cristo murió, crezca hasta llegar a ser una comunidad universal de amor, que haga visible a todos, el amor incondicional de Dios, roguemos al Señor. R/ Señor, haznos instrumentos de tu amor.

- Para que los cristianos, en todas partes del mundo, no sean gente de legalismos y de observancias exteriores, sino gente con corazón, que hacen lo que deben hacer y mucho más, porque son hijos de Dios, roguemos al Señor. R/ Señor, haznos instrumentos de tu amor.

- Para que las naciones del mundo aprendan a respetarse y a ayudarse unas a otras, y a construir paz y progreso no a expensas de los otros, sino sobre la base de justicia y distribución equitativa de los bienes de la tierra, roguemos al Señor. R/ Señor, haznos instrumentos de tu amor.

- Para que nosotros seamos amigos dignos de fiar para cuantos sufren de cualquier forma; que sepamos aligerar sus cargas y ayudarles a seguir confiando en Dios y en los hermanos, roguemos al Señor. R/ Señor, haznos instrumentos de tu amor.

- Para que nuestro anémico, débil y mustio amor se vuelva rico y espontáneo, como un fresco aliento de vida y alegría, que anime las vidas de los que nos rodean, y sea como un canto de alabanza sin palabras a Dios, roguemos al Señor. R/ Señor, haznos instrumentos de tu amor.

Oh Dios, fuente de amor: Fácilmente declaramos que te pertenecemos a ti y a tu Hijo Jesús. Ayúdanos, por medio de tu Espíritu de amor, a dar un rostro humano a tu amor para que sepamos hacer felices a los demás y ser todos juntos tu pueblo alegre y feliz, en Cristo Jesús, nuestro Señor.



Eucaristía del Domingo 24 de octubre de 2021

Domingo 30º del Tiempo Ordinario - Ciclo B



Primera lectura

Lectura del libro de Jeremías (31,7-9):

Así dice el Señor: «Gritad de alegría por Jacob, regocijaos por el mejor de los pueblos; proclamad, alabad y decid: El Señor ha salvado a su pueblo, al resto de Israel. Mirad que yo os traeré del país del norte, os congregaré de los confines de la tierra. Entre ellos hay ciegos y cojos, preñadas y paridas: una gran multitud retorna. Se marcharon llorando, los guiaré entre consuelos; los llevaré a torrentes de agua, por un camino llano en que no tropezarán. Seré un padre para Israel, Efraín será mi primogénito.»

Palabra de Dios

Salmo

Sal 125,1-2ab.2cd-3.4-5.6

R/.
 El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres

Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares. R/.

Hasta los gentiles decían:
«El Señor ha estado grande con ellos.»
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres. R/.

Que el Señor cambie nuestra suerte,
como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares. R/.

Al ir, iba llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelve cantando,
trayendo sus gavillas. R/.

Segunda lectura

Lectura de la carta a los hebreos (5,1-6):

Todo sumo sacerdote, escogido entre los hombres, está puesto para representar a los hombres en el culto a Dios: para ofrecer dones y sacrificios por los pecados. Él puede comprender a los ignorantes y extraviados, ya que él mismo está envuelto en debilidades. A causa de ellas, tiene que ofrecer sacrificios por sus propios pecados, como por los del pueblo. Nadie puede arrogarse este honor: Dios es quien llama, como en el caso de Aarón. Tampoco Cristo se confirió a sí mismo la dignidad de sumo sacerdote, sino aquel que le dijo: «Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy», o, como dice otro pasaje de la Escritura: «Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.»

Palabra de Dios

Aclamación antes del Evangelio

Cfr 2 Tim 1, 10

R. Aleluya, aleluya.
Jesucristo, nuestro salvador, ha vencido la muerte
y ha hecho resplandecer la vida por medio del Evangelio.
R. Aleluya.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Marcos (10,46-52):

En aquel tiempo, al salir Jesús de Jericó con sus discípulos y bastante gente, el ciego Bartimeo, el hijo de Timeo, estaba sentado al borde del camino, pidiendo limosna. Al oír que era Jesús Nazareno, empezó a gritar: «Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí.»
Muchos lo regañaban para que se callara. Pero él gritaba más: «Hijo de David, ten compasión de mí.»
Jesús se detuvo y dijo: «Llamadlo.»
Llamaron al ciego, diciéndole: «Ánimo, levántate, que te llama.» Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús.
Jesús le dijo: «¿Qué quieres que haga por ti?»
El ciego le contestó: «Maestro, que pueda ver.»
Jesús le dijo: «Anda, tu fe te ha curado.» Y al momento recobró la vista y lo seguía por el camino.

Palabra del Señor

REFLEXIÓN SOBRE EL MENSAJE DEL EVANGELIO DE ESTE DOMINGO
Padre Ignacio Martínez Báez. MG Misionero en la Arquidiócesis de Tokyo.


Marcos 10, 46-52
Hoy escuchamos el texto de la curación de un ciego que apenas alcanzaba a sobrevivir con las limosnas que recibía de la gente que pasaba por la calle, incluso sabemos su nombre: es Bartimeo, “el hijo de Timeo”, el Evangelio de San Marcos lo resalta dándonos estos detalles, sobre todo si vemos que es el último milagro narrado por este evangelista antes de que Jesús entre a Jerusalén para realizar el culmen de su misión salvadora.

Jesús sabe perfectamente la miserable vida que lleva Bartimeo, conoce todo el dolor y tristeza que hay en su corazón, escucha perfectamente sus gritos pidiéndole compasión, sin embargo, Jesús, no se apresura a curar su incapacidad visual, sino que le otorga la oportunidad de que este hombre humillado y discriminado por la sociedad, se exprese abiertamente y presente lo que hay en su corazón. ¿Qué quieres que haga por ti?

Es la oportunidad que Jesús le da a Bartimeo y ahora nos da también a todos nosotros para voltear hacia el interior de nuestro ser y ver hacia el fondo de nuestro corazón y dejar que esa pregunta de Jesús se convierta en el motivo para remontar nuestras vidas sumidas en la oscuridad del dolor y la soledad.

Hoy Jesús te pregunta a ti: ¿Qué quieres que haga yo por ti? ¿Qué sucede en tu vida, qué dolor, qué tristeza, qué desilusión, qué pecado necesitas que Jesús sane con su amor y su perdón?
Jesús no quiere imponer su gracia a los hombres, sólo nos propone, nos dá esta oportunidad que todos nosotros necesitamos de ejercitarnos en el camino de la búsqueda interior que nos permite habituarnos a ver el fondo de nuestro corazón y presentarle a Jesús con toda humildad y sinceridad lo que más necesitamos para ser felices en la humildad de su servicio y vivir cerca de su amor.

En este Domingo en el que también recordamos la vocación misionera de todos los amigos de Jesús abierta al mundo entero, es una buena oportunidad para renovar nuestra identidad de ser instrumentos del amor y la misericordia de Dios para los “Bartimeos” que se encuentran tirados en los caminos más olvidados del mundo y la sociedad, que piden a gritos ser reconocidos en su dignidad, en sus derechos, en sus tristezas y en sus dolores.

Oración de los Fieles

            Roguemos a Jesús, que restauró la vista del ciego, para que con él sepamos ver las necesidades de nuestros hermanos dondequiera ellos se encuentren. Digamos:
R/ Señor, nuestros ojos te miran con esperanza.

  1. Señor, mira los ojos de los niños que se abren a la vida; mira los ojos llenos de esperanza de los que creen en ti y en el futuro que les prometes. Llénalos a todos con tu luz. Con toda confianza te pedimos:
    R/ Señor, nuestros ojos te miran con esperanza.
  2. Señor, mira la alegría en los ojos de los que saben cómo amar; mira los ojos llenos de odio de los que se sienten frustrados en la vida. Con toda confianza te pedimos:
    R/ Señor, nuestros ojos te miran con esperanza.
  3. Señor, mira los ojos tristes de los que sufren; mira los ojos sin vida de los que son físicamente ciegos. Con toda confianza te pedimos:
    R/ Señor, nuestros ojos te miran con esperanza.
  4. Señor, mira los ojos desalentados de los que se rinden ante las dificultades de la vida; mira también el ardor en los ojos de los que continúan luchando. Con toda confianza te pedimos:
    R/ Señor, nuestros ojos te miran con esperanza.
  5. Señor, mira los ojos taciturnos de los que están cerrados a sus hermanos; mira los ojos llenos de lágrimas de los que hacen duelo por sus seres queridos difuntos. Con toda confianza te pedimos:
    R/ Señor, nuestros ojos te miran con esperanza.

Señor Jesús, concédenos la gracia de abrir nuestros ojos, nuestras manos, nuestro corazón y así podremos mirar a este mundo y a los hermanos con los mismos ojos afables que tú, que eres nuestro Señor por los siglos de los siglos.



Eucaristía del Domingo 17 de octubre de 2021

Domingo 29º del Tiempo Ordinario - Ciclo B


Primera lectura

Lectura del libro de Isaías (53,10-11):

El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento, y entregar su vida como expiación: verá su descendencia, prolongará sus años, lo que el Señor quiere prosperará por su mano. Por los trabajos de su alma verá la luz, el justo se saciará de conocimiento. Mi siervo justificará a muchos, porque cargó con los crímenes de ellos.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 32,4-5.18-19.20 y 22

R/.
 Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti

Que la palabra del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales;
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra. R/.

Los ojos del Señor están puestos en sus fieles,
en los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre. R/.

Nosotros aguardamos al Señor:
él es nuestro auxilio y escudo.
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti. R/.

Segunda lectura

Lectura de la carta a los hebreos (4,14-16):

Mantengamos la confesión de la fe, ya que tenemos un no sacerdote grande, que ha atravesado el cielo, Jesús, Hijo Dios. No tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse nuestras debilidades, sino que ha sido probado en todo exactamente como nosotros, menos en el pecado. Por eso, acerquémonos con seguridad al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y encontrar gracia que nos auxilie oportunamente.

Palabra de Dios

Aclamación antes del Evangelio

Cfr Mc 10, 45

R. Aleluya, aleluya.
Jesucristo vino a servir
y a dar la vida por la salvación de todos.
R. Aleluya.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Marcos (10,35-45):

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron: «Maestro, queremos que hagas lo que te vamos a pedir.»
Les preguntó: «¿Qué queréis que haga por vosotros?»
Contestaron: «Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda.»
Jesús replicó: «No sabéis lo que pedís, ¿sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber, o de bautizaros con el bautismo con que yo me voy a bautizar?»
Contestaron: «Lo somos.»
Jesús les dijo: «El cáliz que yo voy a beber lo beberéis, y os bautizaréis con el bautismo con que yo me voy a bautizar, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; está ya reservado.» Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan.
Jesús, reuniéndolos, les dijo: «Sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen. Vosotros, nada de eso: el que quiera ser grande, sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos.»

Palabra del Señor


REFLEXIÓN del mensaje del Vigésimo noveno del Tiempo Ordinario ( año B )

La verdadera grandeza está en el servicio

Marcos 10,35-45

Hermana Ivette Sánchez, misionera en la Arquidiócesis de Tokyo.

Introducción
Jesús a lo largo de tres años fue formando de forma gradual a sus discípulos y mientras van camino a Jerusalén aprovecha este tiempo para continuar con su instrucción.
Es durante este momento que Jesús les da una de las lecciones más grandes que “La verdadera grandeza está en el servicio (Marcos 10,35-45)”, proponiéndoles un estilo completamente contradictorio al pensamiento de la sociedad, ya que les propone asumir la función de servidores para alcanzar la verdadera grandeza. Jesús invita a ser “el esclavo de todos”. (Marcos 10:44)

El texto completo Marcos 10,35-45:
“35 Se acercan a Él Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, y le dicen: ‘Maestro, queremos, nos concedas lo que te pidamos’.
36 Él les dijo: ‘¿Qué queréis que os conceda?’
37 Ellos le respondieron: ‘Concédenos que nos sentemos en tu gloria, uno a tu derecha y otro a tu izquierda’.
38 Jesús les dijo: ‘No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo voy a beber, o ser bautizados con el bautismo con que yo voy a ser bautizado?’
39 Ellos le dijeron: ‘Sí, podemos’. Jesús les dijo: ‘La copa que yo voy a beber, sí la beberéis y también seréis bautizados con el bautismo con que yo voy a ser bautizado;
40 pero, sentarse a mi derecha o a mi izquierda no es cosa mía el concederlo, sino que es para quienes está preparado’.
41 Al oír esto los otros diez, empezaron a indignarse contra Santiago y Juan.
42 Jesús, llamándoles, les dice: ‘Sabéis que los que son tenidos como jefes de las naciones, las dominan como señores absolutos y sus grandes las oprimen con su poder.
43 Pero no ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor,
44 y el que quiera ser el primero entre vosotros, será esclavo de todos,
45 que tampoco el Hijo del hombre ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos’.”

2. Anotaciones sobre el pasaje
El evangelista Marcos, este domingo, nos presenta cuales son las implicaciones del discípulo que entregar su vida al seguimiento de Jesús, una vida a la que todos los bautizados somos llamados.
Es un tema muy humano y social, ya que el ser humano por su propia naturaleza tiende a buscar “el poder”, pero lo auténticos discípulos de Jesús no se pueden regir por este criterio. Entonces nos podemos preguntar: ¿Cuáles son los criterios que rigen la vida de un discípulo de Jesús?
Para poder responder de una forma certera esta pregunta no hay que perder de vista que Jesús nos señaló la vía que debemos tomar para este seguimiento, cuando dijo: “Si alguno quiere venir detrás de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame” (Marcos 8,34) porque es bajo la sombra de la cruz que las relaciones con lo demás se ven bajo otro lente, porque en primer lugar, la cruz pone en severa crisis los intereses de fondo de cada uno y, en segundo lugar, porque es un darse a los demás confrontándonos con el Crucificado que: “no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos’.” (Marcos 10:45)
Por eso se puede decir que solo desde la opción de la cruz cargada y abrazada con amor y por amor en el camino de seguimiento del Maestro, que el discípulo puede transformar su vida y mentalidad para buscar en todo momento ser “el esclavo de todos”. Porque es ahí en el servicio abnegado y humilde a los hermanos es donde radica la verdadera grandeza.

Para meditar con calma:
(1)Jesús no rechaza ante unos discípulos que quieren ser los primeros, Jesús no los rechaza, sino que les enseña que: El problema no está en el “qué” (querer ser los primeros) sino en el “para qué” y el “cómo”: “el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor
(2)Jesús responde, no con una teoría, sino con el fundamento y ejemplo de su propia vida: “el Hijo del hombre ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos.” (Marcos 10:45)
(3)Jesús revela que si bien, desde el punto de vista externo la cruz se ve como la agresión del poder religioso; desde el punto de vista del discípulo la cruz se vive activamente como un servicio a la vida.
(4)Jesús indica, que la palabra clave “servir” (v.45), es lo que marca el camino del prestigio y de la grandeza. Constituirse “servidor” y “esclavo” (vv.43-44) es el puesto más alto, porque sólo se es primero si se ocupa el puesto de los últimos. El discípulo es el que hace de las necesidades de los demás el centro de sus preocupaciones.

Resumiendo, podemos decir que el pasaje de hoy pone de relieve renunciar a sí mismo como un don o la gracia de poder ponerse al servicio a los demás.



Oración de los Fieles

            A Dios, que nos sirve de tantas maneras, pidámosle que queremos aprender de su Hijo Jesucristo a no evitar la molestia de servir, para evitársela a los demás.  Respondamos a cada petición diciendo: R/ Señor, haznos siervos de tu amor.

  1. Por la Iglesia, para que sirva al mundo alzándose en favor de la justicia y la paz, y defendiendo la libertad y dignidad de la persona humana, roguemos al Señor.
  2. Por los que tienen autoridad en la Iglesia, para que no se vuelvan simples funcionarios, sino “ministros”, es decir, humildes “servidores” de sus hermanos, roguemos al Señor.
  3. Por nuestras familias cristianas, para que los padres, por su cuidado y servicio compartidos, preparen a sus hijos a prestar servicio a otros, roguemos al Señor.
  4. Por los muchos que nos sirven de diversas maneras para proveernos las cosas y la ayuda que necesitamos:  -sirvientes, chóferes, enfermeras, técnicos y todos los demás, demasiados para nombrarlos a todos - para que les estemos siempre muy agradecidos, roguemos al Señor.
  5. Por nosotros y por nuestras comunidades, para que todos nosotros seamos menos exigentes y estemos muy atentos, los unos de los otros, y sirvamos con creces a las necesidades de los demás, roguemos al Señor.

Señor Dios nuestro, te pedimos que nos conviertas a las exigencias del evangelio. Ayúdanos a convertirnos en siervos, los unos de los otros, junto con el Siervo de todos, Jesucristo nuestro Señor.


Eucaristía del Domingo 10 de octubre de 2021

Domingo 28º del Tiempo Ordinario - Ciclo B



Primera lectura

Lectura del libro de la Sabiduría (7,7-11):

Supliqué, y se me concedió la prudencia; invoqué, y vino a mí el espíritu de sabiduría. La preferí a cetros y tronos, y, en su comparación, tuve en nada la riqueza. No le equiparé la piedra más preciosa, porque todo el oro, a su lado, es un poco de arena, y, junto a ella, la plata vale lo que el barro. La quise más que la salud y la belleza, y me propuse tenerla por luz, porque su resplandor no tiene ocaso. Con ella me vinieron todos los bienes juntos, en sus manos había riquezas incontables.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 89,12-13.14-15.16-17

R/.
 Sácianos de tu misericordia, Señor.

Enséñanos a calcular nuestros años,
para que adquiramos un corazón sensato.
Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo?
Ten compasión de tus siervos. R/.

Por la mañana sácianos de tu misericordia,
y toda nuestra vida será alegría y júbilo.
Danos alegría, por los días en que nos afligiste,
por los años en que sufrimos desdichas. R/.

Que tus siervos vean tu acción,
y sus hijos tu gloria.
Baje a nosotros la bondad del Señor
y haga prósperas las obras de nuestras manos. R/.

Segunda lectura

Lectura de la carta a los hebreos (4,12-13):

La palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, penetrante hasta el punto donde se dividen alma y espíritu, coyunturas y tuétanos. juzga los deseos e intenciones del corazón. No hay criatura que escape a su mirada. Todo está patente y descubierto a los ojos de aquel a quien hemos de rendir cuentas.

Palabra de Dios

Aclamación antes del Evangelio

Mt 5, 3

R. Aleluya, aleluya.
Dichosos los pobres de espíritu,
porque de ellos es el Reino de los cielos.
R. Aleluya.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Marcos (10,17-30):

En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló y le preguntó: «Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?»
Jesús le contestó: «¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre.»
Él replicó: «Maestro, todo eso lo he cumplido desde pequeño.»
Jesús se le quedó mirando con cariño y le dijo: «Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dale el dinero a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego sígueme.»
A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó pesaroso, porque era muy rico. Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: «¡Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el reino de Dios!»
Los discípulos se extrañaron de estas palabras. Jesús añadió: «Hijos, ¡qué difícil les es entrar en el reino de Dios a los que ponen su confianza en el dinero! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios.»
Ellos se espantaron y comentaban: «Entonces, ¿quién puede salvarse?»
Jesús se les quedó mirando. y les dijo: «Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo.»
Pedro se puso a decirle: «Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido.»
Jesús dijo: «Os aseguro que quien deje casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, recibirá ahora, en este tiempo, cien veces más casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones, y en la edad futura, vida eterna.»

Palabra del Señor

Oración de los Fieles

Pidamos al Señor sabiduría para apreciar sus dones con gratitud y para usarlos para el bien de todos. Y digámosle:
R/ Señor, haznos sabios con tu sabiduría.

1.Por los que en la Iglesia nos proclaman la sabiduría de la Palabra de Dios, para que ellos primeramente la vivan y después compartan su experiencia con nosotros, roguemos al Señor.

2.Por los líderes de la Iglesia, para que renuncien incluso a la apariencia de poder y de riqueza; también por los líderes de todo el mundo, para que no sacrifiquen sus principios éticos al poder, al éxito, a la ambición, sino que se comprometan seriamente a promover la dignidad humana y los valores del evangelio, roguemos al Señor.

3.Por los que trabajan en los medios de comunicación: prensa, radio, televisión, cine, para que no tergiversen situaciones, palabras e imágenes para distorsionar los valores de la vida, sino que busquen y promuevan honestamente la verdad y los verdaderos valores humanos, roguemos al Señor.

4.Por los padres y educadores, para que reten a los jóvenes a vivir por ideales que realmente importan; y también por los jóvenes, para que el sano idealismo y la generosidad sigan guiándoles en su vida, roguemos al Señor.

5.Por los ricos en dinero, en posesiones y en talentos, para que aprendan a compartir espléndidamente todo lo que son y todo lo que poseen con los que tienen menos y con los totalmente desposeídos, roguemos al Señor,

Oh Dios, hoy te pedimos no precisamente riquezas sino generosidad y confianza, no placer sino profunda alegría, no falsa y engañosa pretensión sino rectitud e integridad. Y haznos cuerdos y sabios con la sabiduría y la cordura de Jesucristo nuestro Señor. Amén.


Reflexión del Mensaje del domingo 3 de octubre 

Domingo 27º del Tiempo Ordinario - Ciclo B


Eucaristía del Domingo 03 de octubre de 2021

Domingo 27º del Tiempo Ordinario - Ciclo B



Primera lectura

Lectura del libro del Génesis (2,18-24):

El Señor Dios se dijo: «No está bien que el hombre esté solo; voy a hacerle alguien como él que le ayude.»
Entonces el Señor Dios modeló de arcilla todas las bestias del campo y todos los pájaros del cielo y se los presentó al hombre, para ver qué nombre les ponía. Y cada ser vivo llevaría el nombre que el hombre le pusiera. Así, el hombre puso nombre a todos los animales domésticos, a los pájaros del cielo y a las bestias del campo; pero no encontraba ninguno como él que lo ayudase. Entonces el Señor Dios dejó caer sobre el hombre un letargo, y el hombre se durmió. Le sacó una costilla y le cerró el sitio con carne. Y el Señor Dios trabajó la costilla que le había sacado al hombre, haciendo una mujer, y se la presentó al hombre.
El hombre dijo: «Ésta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne! Su nombre será Mujer, porque ha salido del hombre. Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne.»

Palabra de Dios

Salmo

Sal 127,1-2.3.4-5.6

R/. Que el Señor nos bendiga todos los días de nuestra vida

Dichoso el que teme al Señor
y sigue sus caminos.
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás dichoso, te irá bien. R/.

Tu mujer, como parra fecunda,
en medio de tu casa;
tus hijos, como renuevos de olivo,
alrededor de tu mesa. R/.

Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida. R/.

Que veas a los hijos de tus hijos.
¡Paz a Israel! R/.

Segunda lectura

Lectura de la carta a los hebreos (2,9-11):

Al que Dios había hecho un poco inferior a los ángeles, a Jesús, lo vemos ahora coronado de gloria y honor por su pasión y muerte. Así, por la gracia de Dios, ha padecido la muerte para bien de todos. Dios, para quien, y por quien existe todo, juzgó conveniente, para llevar a una multitud de hijos a la gloria, perfeccionar y consagrar con sufrimientos al guía de su salvación. El santificador y los santificados proceden todos del mismo. Por eso no se avergüenza de llamarlos hermanos.

Palabra de Dios

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO   1 Jn 4, 12

R. Aleluya, aleluya.
Si nos amamos los unos a los otros, Dios permanece en nosotros y su amor ha llegado en nosotros a su plenitud.
R. Aleluya.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Marcos (10,2-16):

En aquel tiempo, se acercaron unos fariseos y le preguntaron a Jesús, para ponerlo a prueba: «¿Le es lícito a un hombre divorciarse de su mujer?»
Él les replicó: «¿Qué os ha mandado Moisés?»
Contestaron: «Moisés Permitió divorciarse, dándole a la mujer un acta de repudio.»
Jesús les dijo: «Por vuestra terquedad dejó escrito Moisés este precepto. Al principio de la creación Dios "los creó hombre y mujer. Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne." De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.»
En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo. Él les dijo: «Si uno se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio.»
Le acercaban niños para que los tocara, pero los discípulos les regañaban. Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo: «Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis; de los que son como ellos es el reino de Dios. Os aseguro que el que no acepte el reino de Dios como un niño, no entrará en él.»
Y los abrazaba y los bendecía imponiéndoles las manos.

Palabra del Señor

Oración de los Fieles

Pidamos a Dios nuestro Padre que complete en nosotros su trabajo de amor y fidelidad, y digámosle:
R/ Señor, guárdanos en tu amor.

  • Por la Iglesia, Esposa de Cristo, para que sea siempre fiel al mensaje del evangelio y del amor liberador del mismo Cristo, roguemos al Señor.
  • Por los hogares construidos sobre un amor desinteresado, para que a través de ellos podamos entender mejor toda la profundidad del amor de Dios, roguemos al Señor.
  • Por las familias rotas y por los cónyuges infieles, para que la gente sea comprensiva con ellos y Dios les conceda su misericordia, roguemos al Señor.
  • Por los jóvenes que se preparan para el matrimonio, para que aprendan de la vida que la profundidad y belleza del amor dependen de la mutua generosidad y del sincero compartir, roguemos al Señor.
  • Por todos los que han renunciado al matrimonio a causa del Reino de Dios, personas consagradas, para que nunca se sientan nostálgicas y solitarias, sino que sus corazones sean espaciosos y cálidos, acogedores y abiertos a toda la gente y a todas las necesidades, roguemos al Señor.

Oh Dios y Padre nuestro, hazte presente con toda tu fidelidad dondequiera la gente se junte para construir comunidades de amor y amistad. Edifica nuestro amor sobre el fundamento del tuyo, para que perdure, fuerte y fiel, por los siglos de los siglos.



Eucaristía del Domingo 26 de septiembre de 2021

Domingo 26º del Tiempo Ordinario - Ciclo B


Primera lectura

Lectura del libro de los Números (11,25-29):

El Señor bajó en la nube y habló a Moisés; tomó parte del espíritu que había en él y se lo pasó a los setenta ancianos. Cuando el espíritu de Moisés se posó sobre ellos, comenzaron a profetizar, pero esto no volvió a repetirse. Dos de ellos se habían quedado en el campamento, uno se llamaba Eldad y otro Medad. Aunque estaban entre los elegidos, no habían acudido a la tienda. Pero el espíritu vino también sobre ellos y se pusieron a profetizar en el campamento.
Un muchacho corrió a decir a Moisés: «Eldad y Medad están profetizando en el campamento.»
Josué, hijo de Nun, ayudante de Moisés desde joven, intervino diciendo: «¡Señor mío, Moisés, ¡prohíbeselo!»
Moisés replicó: «¿Tienes celos por mí? ¡Ojalá que todo el pueblo profetizara y el Señor infundiera en todo su espíritu!»

Palabra de Dios

Salmo

Sal 18

R/. Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón

La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante. R/.

La voluntad del Señor es pura
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos. R/.

Aunque tu siervo vigila
para guardarlos con cuidado,
¿quién conoce sus faltas?
Absuélveme de lo que se me oculta. R/.

Preserva a tu siervo de la arrogancia,
para que no me domine:
así quedaré libre e inocente
del gran pecado. R/.

Segunda lectura

Lectura de la carta de Santiago (5,1-6):

Vosotros los ricos, gemid y llorad ante las desgracias que se os avecinan. Vuestra riqueza está podrida y vuestros vestidos son pasto de la polilla. Vuestro oro y vuestra plata están oxidados y este óxido será un testimonio contra vosotros y corroerá vuestras carnes como fuego. ¿Para qué amontonar riquezas si estamos en los últimos días? Mirad, el jornal de los obreros que segaron vuestros campos y ha sido retenido por vosotros está clamando y los gritos de los segadores están llegando a oídos del Señor todopoderoso. En la tierra habéis vivido lujosamente y os habéis entregado al placer; con ello habéis engordado para el día de la matanza. Habéis condenado, habéis asesinado al inocente, y ya no os ofrece resistencia.

Palabra de Dios

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO   Jn 17, 17

R. Aleluya, aleluya.
Tu palabra, Señor, es la verdad; santifícanos en la verdad.
R. Aleluya.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Marcos (9,38-43.45.47-48):

En aquel tiempo, Juan dijo a Jesús: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre y se lo hemos prohibido, porque no es de nuestro grupo.»
Jesús replicó: «No se lo prohibáis, porque nadie que haga un milagro en mi nombre puede luego hablar mal de mí. Pues el que no está contra nosotros está a favor nuestro. Os aseguro que el que os dé a beber un vaso de agua porque sois del Mesías no quedará sin recompensa. Al que sea ocasión de pecado para uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le colgaran del cuello una piedra de molino y lo echaran al mar. Y si tu mano es ocasión de pecado para ti, córtatela. Más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos al fuego eterno que no se extingue. Y si tu pie es ocasión de pecado para ti, córtatelo. Más te vale entrar cojo en la vida, que ser arrojado con los dos pies al fuego eterno. Y si tu ojo es ocasión de pecado para ti, sácatelo. Más te vale entrar tuerto en el reino de Dios que ser arrojado con los dos ojos al fuego eterno, donde el gusano que roe no muere y el fuego no se extingue.»

Palabra del Señor

REFLEXIÓN DEL MENSAJE DEL DOMINGO 26 de septiembre Domingo 26° del tiempo ordinario y
Jornada Mundial del MIGRANTE Y REFUGIADO.

Hna. Ana María Gonzales, religiosa misionera, diócesis de Yokohama.
REFLEXIÓN. EL CORAZÓN DE CRISTO INFINITAMENTE ABIERTO: que acoge en Sí a todos, de modo especial a los que nadie acoge.
¡Qué distancia tan grande entre el corazón infinitamente abierto de Dios, y el corazón cerrado de los discípulos de aquel tiempo y también del nuestro!

+ El discípulo Juan reclama ‘uno expulsaba demonios en tu Nombre’, pero la verdadera queja es ‘no es de los nuestros’ Eso es lo que él no ve con buenos ojos: que se haga el bien y no es del grupo de ellos. Los que creamos las fronteras, los muros, los impedimentos y normas somos los seres humanos, no Dios. Si es de los nuestros, de nuestro país, de nuestros valores, nuestras costumbres o culturas o razas o idiomas, de nuestro equipo, partido, religión, clase social o económica o kaisha... Lo importante para Jesús es que ALGUIEN HACE EL BIEN, QUE LA GENTE ES LIBERADA DEL DOMINIO DEL MAL, DE SATANÁS. Si alguien ‘tocado’ por la persona de Jesucristo, desea con Él, colaborar a que el mal disminuya y las personas sean felices, ¿porqué no alegrarse? Jesús responderá a sus discípulos, como respondió a los fariseos en tantas ocasiones. Una que me viene en mente es Marcos 3,4-5 ¿Qué está permitido en la Ley en sábado? ¿Hacer el bien o hacer daño? Ante la dureza de corazón Jesús siente enojo y pena, pero nada ni nadie le impide a Él hacer el bien, y acabar con el mal en sus múltiples formas que hay en el mundo. En la primera lectura también menciona ‘Ojalá todos fueran profetas’ (Números 11,29) A Dios nadie lo encierra en la caja de nuestros pobres esquemas humanos. Y no hay que reducir el Reino de Dios a la exclusividad de la iglesia.
+ v.41 : No hay obra buena que Dios desconozca, todo está contado en el libro de Vida de Dios. Hermanos: ¡Cuánto bien se hace en el mundo! Y se reconozca o no, se propague o no, está grabado en el corazón de Dios. Así nos ama Cristo a todo aquel que aprendiendo una gota de Él, siembra el bien, la paz, la verdad en nombre de Jesús. Ante las muchas cosas buenas que haces, pregúntate: Jesús, ¿quién so yo para ti? ¿Cuánto valgo yo a tus ojos? Déjate mirar con los ojos de Dios, y descubrirás que eres un tesoro para Él, ya que Él es tu tesoro!
+ vv.42-48 Lo que hay que evitar es : ‘hacer caer a uno de estos pequeños que creen en mí’ (v.42) Lamentablemente existe el escándalo en muchas partes del mundo y cerca de nosotros. Jesús dice ‘los que creen en mí’, los que tenían confianza en Dios, pero por palabras, actitudes de personas... se alejan de Dios y de la Iglesia. Más aún, Jesús insiste, que si algo de nosotros va a llevar a la debilidad y mal camino a un hermano, mejor es CORTAR DE RAÍZ EL MAL. Las palabras de Jesús aquí no hay que tomar al pie de la letra, que sería atentar contra la vida. “Si tu mano, tu pie, tu ojo, es para ti ocasión de pecado, córtalo” es no permitir que entre en nuestras vidas la polilla de la terrible rutina, monotonía de la vida que no nos deja avanzar en el don de la entrega de la vida tras las huellas de Cristo. Jesús quiere que vivamos el evangelio en plenitud, y que tengamos el coraje de “cortar” con lo que impide seguirle.

+ En una sociedad como la de Japón donde cuenta la producción, no el trabajador en sí, donde la competencia gana espacio, y la diferencia entre ricos y pobres se hace cada vez más inmensa, sin darnos cuenta, ya somos como uno de ellos. El Papa Francisco en el mensaje de hoy “Hacia un nosotros cada vez más grande” nos invita a no cerrar nuestros ojos del corazón a los más pequeños que Dios ama y cuida de modo especial ya que los demás cuidan de los ‘que tienen buena facha, buen porte $...’ ¡Cuánta prioridad se da a los importantes en la sociedad! La casa que Dios nos ha dado a todos para cuidar, no para adueñarnos es este planeta, y todo lo que hay en él es don de Dios. Todos somos hermanos. No es “el grupo de aquí o de allá”: los sin techo, de tal o cual país o barrio, TODOS SOMOS HERMANOS, todos somos UN DON, UN REGALO DE DIOS, llamados a ser bendición para los demás. Que no sean las comodidades ni riquezas que cieguen nuestros ojos al hermano. En la casa que Dios nos ha dado hay lugar para todos, nadie debe ser excluido.




Oración de los Fieles

Roguemos al Padre de todos por todos los hombres, cercanos o lejanos, conocidos y desconocidos, y digamos: R/ Señor, que tu reino venga a todos.


  • Por nuestra querida Iglesia, para que lleve perdón y amor a todos, acoja a todos, se cuide de todos, inspire a todos con el afable poder del Espíritu Santo, roguemos:
    R/ Señor, que tu reino venga a todos.
  • Por los gobernantes y líderes políticos, banqueros y economistas, para que se preocupen igualmente de ricos y pobres, sin discriminación, y para que todos los pueblos y naciones participen con justicia en las riquezas de esta tierra, oremos:
    R/ Señor, que tu reino venga a todos.
  • Por los que son perseguidos a causa de su fe, por los profetas inspirados por el Espíritu, que nos recuerdan, a tiempo y a destiempo, lo que es realmente importante a los ojos de Dios, oremos:
    R/ Señor, que tu reino venga a todos.   
  •  Por los legisladores, para que el Espíritu les inspire e impulse a elaborar buenas leyes que sean justas y razonables; y por todos los que promueven justicia y libertad, para que la gente corresponda a sus esfuerzos, roguemos:
    R/ Señor, que tu reino venga a todos.
  • Por los marginados y proscritos de la sociedad y por las víctimas de discriminación, para que nuestras comunidades los acojan y acepten plenamente y para que haga nuestro amor tan espontáneo y cálido que ellos se sientan aceptados y como en su propia casa en medio de nosotros, roguemos.
    R/ Señor, que tu reino venga a todos.

Padre, haz nuestro amor tan generoso y magnánimo como el amor que tú nos has mostrado en Cristo Jesús. Que tu Espíritu nos abra a todos. Te lo pedimos por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.


Eucaristía del Domingo 19 de septiembre de 2021

Domingo 25º del Tiempo Ordinario - Ciclo B

Domingo, 19 de septiembre de 2021

Primera lectura

Lectura del libro de la Sabiduría (2,12.17-20):

Se dijeron los impíos: «Acechemos al justo, que nos resulta incómodo: se opone a nuestras acciones, nos echa en cara nuestros pecados, nos reprende nuestra educación errada; veamos si sus palabras son verdaderas, comprobando el desenlace de su vida. Si es el justo hijo de Dios, lo auxiliará y lo librará del poder de sus enemigos; lo someteremos a la prueba de la afrenta y la tortura, para comprobar su moderación y apreciar su paciencia; lo condenaremos a muerte ignominiosa, pues dice que hay quien se ocupa de él.»

Palabra de Dios

Salmo

Sal 53,3-4.5.6 y 8

R/. El Señor sostiene mi vida

Oh Dios, sálvame por tu nombre,
sal por mí con tu poder.
Oh Dios, escucha mi súplica,
atiende a mis palabras. R/.

Porque unos insolentes se alzan contra mí,
y hombres violentos me persiguen a muerte,
sin tener presente a Dios. R/.

Pero Dios es mi auxilio,
el Señor sostiene mi vida.
Te ofreceré un sacrificio voluntario,
dando gracias a tu nombre, que es bueno. R/.

Segunda lectura

Lectura de la carta del apóstol Santiago (3,16–4,3):

Donde hay envidias y rivalidades, hay desorden y toda clase de males. La sabiduría que viene de arriba ante todo es pura y, además, es amante de la paz, comprensiva, dócil, llena de misericordia y buenas obras, constante, sincera. Los que procuran la paz están sembrando la paz, y su fruto es la justicia. ¿De dónde proceden las guerras y las contiendas entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, que luchan en vuestros miembros? Codiciáis y no tenéis; matáis, ardéis en envidia y no alcanzáis nada; os combatís y os hacéis la guerra. No tenéis, porque no pedís. Pedís y no recibís, porque pedís mal, para dar satisfacción a vuestras pasiones.

Palabra de Dios

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO   Cfr 2 Tes 2, 14

R. Aleluya, aleluya.
Dios nos ha llamado, por medio del Evangelio, a participar de la gloria de nuestro Señor Jesucristo.
R. Aleluya.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Marcos (9,30-37):

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se marcharon de la montaña y atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos. Les decía: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; y, después de muerto, a los tres días resucitará.» Pero no entendían aquello, y les daba miedo preguntarle.
Llegaron a Cafarnaúm, y, una vez en casa, les preguntó: «¿De qué discutíais por el camino?»
Ellos no contestaron, pues por el camino habían discutido quién era el más importante. Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo: «Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos.»
Y, acercando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: «El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mí no me acoge a mí, sino al que me ha enviado.»  Palabra del Señor

REFLEXIÓN
Monseñor Mario Michiaki Yamanouchi,
Obispo de la diócesis de Saitama y delegado de APALA

Hermanos,

  Creo que ustedes se habrán dado cuenta de que llevamos ya varios domingos que estamos siguiendo el camino de Jesús según el evangelio de san Marcos (Año B). Esto se debe a que la liturgia de la Iglesia ha propuesto dividir las lecturas evangélicas de los domingos del tiempo ordinario en tres ciclos :para año A san Mateo, Año B san Marcos y san Juan, y Año C san Lucas. Así en el ciclo de tres años podemos escuchar los pasajes más importantes sobre los hechos y las enseñanzas más importantes de Jesús que han recogido los evangelistas para testimoniarnos quién es Jesús y trazarnos el camino que debemos seguir los cristianos a lo largo de nuestra vida.

 Siguiendo los pasos de la vida de Jesús , según el evangelio de san Marcos, el domingo pasado entramos en la segunda parte del evangelio, esto es, el último viaje de Jesús hacia Jerusalén donde culminará su misión recibido de Dios, su Padre.

 Después de que Pedro, en nombre de todos, profesara la fe en Jesús, reconociéndolo como el Mesías (Mc 8.29), Jesús empieza a hablar abiertamente de lo que le sucederá al final.

 El evangelista refiere tres predicciones sucesivas de la muerte y resurrección (Mc capítulos 8, 9 y 10) : en ellas  Jesús anuncia de manera cada vez más clara el destino que le espera.

 El pasaje de este domingo contiene el segundo de estos anuncios. Jesús dice : “ El Hijo del hombre – expresión con la que se designa a sí mismo- va a ser entregado en manos de los hombres y lo matarán; después de muerto a los tres días resucitará” (Mc 9.31). Pero los discípulos “no entendían lo que decía y les daba miedo preguntarle” (versículo 32).

 Hay un profunda distancia interior entre Jesús y los discípulos

 En efecto, leyendo esta parte del relato de Marcos se videncia que entre Jesús y los discípulos existía una profunda distancia interior; se encuentra, por así decirlo, en dos longitudes de onda distintas, de forma que los discursos del Maestro no es comprendido por los discípulos, éstos sólo comprenden superficialmente lo anunciado por Jesús. Esto lo vemos en los siguientes pasajes.

 El apóstol Pedro, inmediatamente después de haber manifestado su fe en Jesús, se permite reprocharle porque ha predicho que tendrá que ser rechazo y matado.

 Tras el segundo anuncio de la pasión, los discípulos se ponen a discutir quién de ellos será el más grande (Mc 9.34); y después del tercero, Santiago y Juan piden a Jesús poderse sentar a su derecha y a su izquierda, cuando esté en la gloria (Mc 10.34-35).

 Existen más señales de distancia: por ejemplo, los discípulos no consiguen curar a un muchacho epiléptico, a quien después Jesús sana con la fuerza de la oración (Mc 9.14-29); o cuando se le presentan niños a Jesús, los discípulos les regañan y Jesús en cambio, indignado, hace que se queden y afirma que sólo quien es como ellos puede entrar en el Reino de Dios (Mc 10.13-16).

 Nos recuerda que la lógica de Dios es siempre “otra” respecto a la nuestra, como reveló Dios mismo por la boca del profeta Isaías : “Mis planes no son sus planes, sus caminos no son mis caminos”(Is 55, 8 ). Por eso, seguir al Señor requiere siempre del hombre, de todos nosotros, una profunda conversión, un cambio en el modo de pensar y de vivir; requiere abrir el corazón a la escucha para dejarse iluminar y transformarse interiormente.

 Un punto clave en el que Dios y el hombre se diferencian es el orgullo: en Dios no hay orgullo porque El es toda la plenitud y tiende todo a amar y donar vida; en nosotros los hombres, en cambio, el orgullo está enraizado en lo íntimo y requiere constante vigilancia y purificación.

Nosotros, que somos pequeños, aspiramos a parecer grandes, a ser lo primeros; mientras que Dios, que es realmente grande, no teme abajarse y hacer el último. Podemos leer la carta a los Filipenses para comprender un poco más sobre esto en el capítulo 2.6-11 : “Cristo, siervo de Dios, humillado y exaltado”.

Segunda lectura : envidias y contiendas en las comunidades (Carta de Santiago 3.16-4.3)

 A pesar de que los primeros cristianos conocían bien este hecho que cuenta el evangelista Marcos, sobre la discusión de los dicípulos de quién es el más grande y , sobre todo, de haberla memorizado las palabras de Jesús : “Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos” (Mc 9.35),  con frecuencia surgían problemas en las comunidades por estas pretensiones de sus miembros.

 Por eso, Santiago, en la segunda lectura de hoy, les recuerda a los cristianos de su comunidad, como también a todos nosotros hoy, de que: “Donde existen envidias y espíritu de contienda, hay desconcierto y toda clase de maldad. En cambio, la sabiduría que viene de lo alto es, en primer lugar, pura, además pacífica, comprensivo, dócil, llena de compasión y buenos frutos, imparcial , sin hipocresía!” Y el apóstol concluye: ¡Frutos de justicia se siembran en la paz para los que procuran la paz” (Santiago 3.16-18).

Estas palabras nos hacen pensar en el testimonio de aquellos cristianos que, con humildad y en silencio, entregan su vida al servicio de los demás siguiendo el ejemplo de Jesús, trabajando como servidores del amor y de la misericordia de Dios, y así son artífices de la verdadera paz.

No cabe duda de que seguir a Jesús es difícil, lo fue muy difícil para sus discípulos, pero ellos después de Pentecostés, comprendieron aquello que les dijo Jesús : “Sólo quien pierde la vida por mi causa y del Evangelio, la salvará” (Mc 8.35). Y así, ellos no tuvieron miedo a ser perseguidos y después de ser atormentados murieron confesando ser cristianos.

Primera lectura : Sabiduría (2.12,17-20) : Los justos son los verdaderos sabios de este mundo

 Después de meditar un poco sobre el evangelio y la carta de Santiago podemos comprender mejor la primera lectura del libro de la Sabiduría que habla del “justo” que es burlado, criticado, rechazado y hasta marginado del círculo social por los malvados. A muchos cristianos nos puede pasar esta dura experiencia en nuestros ambientes de trabajo, e incluso entre nuestros familiares, por ser bondadoso, tolerante, generoso y paciente.

 Los “justos” del que habla la primera lectura, son los verdaderos sabios según las enseñanzas de Jesús. Son los que realmente trabajan por estar al lado de los más de los débiles (enfermos, ancianos, huérfanos ) y también con su ejemplo de vida reclaman a los poderosos y ricos a que piensen más en el bien común de todos, siendo más generosos con los menos favorecidos de la sociedad.

Terminemos pidiendo a la Virgen María y a san José que nos ayuden a vivir el evangelio de hoy con alegría y de no tener vergüenza de ser discípulos de Jesús en medio de un ambiente que poco y nada conocen de Jesús ni de su evangelio.


Oración de los Fieles
Como Jesús, amándolos y orando por ellos, pongamos en medio de nosotros a los pobres, a los humildes y a todos los que sirven, y digamos: R/ Señor, en ti confiamos.

  1. Por los que consideramos los “más grandes” en la Iglesia (el papa, los obispos, los sacerdotes) para que sepan servir con gran entrega y sin despreciar o menospreciar a los más débiles, pobres y heridos en la vida, roguemos al Señor.
    R/ Señor, en ti confiamos.
  2. Por los poderosos de este mundo, para que se preocupen de los derechos humanos y de la dignidad y el bienestar de sus encomendados, especialmente de los más débiles, pequeños y destituidos, roguemos al Señor.
    R/ Señor, en ti confiamos.
  3. Por la gente que trabaja en instituciones de bienestar social, para que provean protección, amparo y mucho cariño y amor a los niños huérfanos, rechazados, o abandonados en las calles, roguemos al Señor.
    R/ Señor, en ti confiamos.
  4. Por los que trabajan en oficios bajos rehuidos por la sociedad; por los que trabajan en oficios peligrosos para la salud o para la vida; por los que trabajan cuidando a ancianos o a discapacitados, para que nosotros les apreciemos a ellos y a sus trabajos, y que el Señor les proteja y ayude, roguemos al Señor.
    R/ Señor, en ti confiamos.
  5. Por los líderes de nuestras comunidades cristianas, para que sirvan a la unidad de todos, y hagan nuestras parroquias, barrios y sectores lugares de acogida y de aceptación de todos, roguemos al Señor.
    R/ Señor, en ti confiamos.

Padre de bondad, haznos servidores, como Jesús y con Jesús, para que, según tu promesa, nos acojas en tu reino. Acéptanos en el mismo Jesucristo nuestro Señor.




Eucaristía del Domingo 12 de septiembre de 2021

Domingo 24º del Tiempo Ordinario - Ciclo B


Domingo, 12 de septiembre de 2021

Primera lectura

Lectura del libro de Isaías (50,5-9a):

El Señor me abrió el oído; yo no resistí ni me eché atrás: ofrecí la espalda a los que me apaleaban, las mejillas a los que mesaban mi barba; no me tapé el rostro ante ultrajes ni salivazos. El Señor me ayuda, por eso no sentía los ultrajes; por eso endurecí el rostro como pedernal, sabiendo que no quedaría defraudado. Tengo cerca a mi defensor, ¿quién pleiteará contra mí? Comparezcamos juntos. ¿Quién tiene algo contra mí? Que se me acerque. Mirad, el Señor me ayuda, ¿quién me condenará?

Palabra de Dios

Salmo

Sal 114, 1-2. 3-4. 5-6. 8-9
R/. Caminaré en presencia del Señor en el país de la vida.

Amo al Señor, porque escucha mi voz suplicante,
porque inclina su oído hacia mí
el día que lo invoco. R/.

Me envolvían redes de muerte,
me alcanzaron los lazos del abismo,
caí en tristeza y angustia.
Invoqué el nombre del Señor:
«Señor, salva mi vida.» R/.

El Señor es benigno y justo,
nuestro Dios es compasivo;
el Señor guarda a los sencillos:
estando yo sin fuerzas, me salvó. R/.

Arrancó mi alma de la muerte,
mis ojos de las lágrimas, mis pies de la caída.
Caminaré en presencia del Señor
en el país de la vida. R/.

Segunda lectura

Lectura de la carta del apóstol Santiago (2,14-18):

¿De qué le sirve a uno, hermanos míos, decir que tiene fe, si no tiene obras? ¿Es que esa fe lo podrá salvar? Supongamos que un hermano o una hermana andan sin ropa y faltos del alimento diario, y que uno de vosotros les dice: «Dios os ampare; abrigaos y llenaos el estómago», y no les dais lo necesario para el cuerpo; ¿de qué sirve? Esto pasa con la fe: si no tiene obras, por sí sola está muerta. Alguno dirá: «Tú tienes fe, y yo tengo obras. Enséñame tu fe sin obras, y yo, por las obras, te probaré mi fe.»

Palabra de Dios

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO   Gál 6, 14

R. Aleluya, aleluya.
No permita Dios que yo me gloríe en algo que no sea la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por el cual el mundo está crucificado para mí y yo para el mundo.
R. Aleluya.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Marcos (8,27-35):

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se dirigieron a las aldeas de Cesárea de Felipe; por el camino, preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que soy yo?»
Ellos le contestaron: «Unos, Juan Bautista; otros, Elías; y otros, uno de los profetas.»
Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy?»
Pedro le contestó: «Tú eres el Mesías.»
Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie. Y empezó a instruirlos: «El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, tiene que ser condenado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar a los tres días.» Se lo explicaba con toda claridad.
Entonces Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo. Jesús se volvió y, de cara a los discípulos, increpó a Pedro: «¡Quítate de mí vista, Satanás! ¡Tú piensas como los hombres, no como Dios!»
Después llamó a la gente y a sus discípulos, y les dijo: «El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Mirad, el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio la salvará.»

Palabra del Señor.


REFLEXIÓN-Meditación de la Palabra de Dios de este domingo.

Mario Michiaki Yamanouchi,

Obispo de la diócesis de Saitama y responsable de APALA.

Seguramente han escuchado varias veces el relato del episodio de Cesarea de Filipo conocido como “la confesión de Pedro” y “el primer anuncio de la pasión” de parte de Jesús. Hoy se ha leído la versión según san Marcos (8.27-35), pero este episodio aparece también relatado en los evangelios Mateo(16.13-25) y Lucas (9.18-24) con algunas variantes. Quiere decir que entre los primeros cristianos tuvo mucho impacto este hecho y cuando se reunían para rezar, releían con frecuencia este pasaje del evangelio. Yo diría que era una experiencia fundante de la fe como cristiano de todos los tiempos, es decir, si no contesto a esta pregunta que Jesús también me hace a mí, no puedo ser su discípulo.

El grupo de discípulos más cercano a Jesús, ya había pasado bastante tiempo siguiendo a Jesús como su maestro. Por ejemplo, tienen ya grabadas en su memoria, las enseñanzas de las parábolas, pero sobre todo los milagros de curaciones y expulsiones de demonios que Jesús fue realizando delante de sus ojos. También habrán quedado muy grabadas el momento cuando Jesús hizo la multiplicación de los panes para cinco mil hombres, de haberlo visto caminar sobre las aguas y de haber calmado la tempestad en medio del lago de Galilea, etc.

Sus discípulos ya tienen experiencia de quién y cómo es Jesús, su maestro. Y por él han dejado su trabajo y hasta su familia para seguirlo en su camino, comiendo, durmiendo, rezando, conversando con él. Es sin duda, un maestro maravilloso, alguien no común que les atrae y les ha cambiado sus vidas. A la vez, Jesús, conociendo ya suficientemente a ellos, mientras va de camino a las aldeas de Cesarea de Filipo, se dirige a ellos para preguntarles algo muy importante: “Y, ustedes, quién dicen que soy yo?” (Marcos 8,29).

En nombre de todos, Pedro le contesta sin dudar : “Tú eres el Mesías”. Y con esta respuesta pareciera que ya estaba todo claro y entendido de que Jesús es el Mesías enviado por Dios, y ellos lo estaban siguiendo para ser sus colaboradores más cercanos.

Pero Jesús sabe que la cosa no es tan fácil. Sabe que todavía les falta aprender algo muy importante. Que es fácil confesar quién es Jesús con palabras, pero ellos aún no saben ni se imaginan lo que significa seguirlo de cerca compartiendo su proyecto pero también su destino : la persecución y la cruz.

Jesús es el Siervo sufriente anunciado por el profeta Isaías (Isaías 50,5-9ª)

Marcos dice que Jesús “empezó a enseñarles” que debía sufrir mucho y que, él es ese siervo sufriente anunciado por el profeta Isaías.
Jesús les habla con toda claridad desde el inicio, sin ocultarles nada. Tienen que saber que los acompañará siempre el sufrimiento en su tarea de anunciar y de abrir caminos a la llegada del reino de Dios en el mundo. El destino final de Jesús llegará aún antes de lo esperado por ellos y de modo dramático. Será condenado por los dirigentes religiosos judíos y morirá violentamente ejecutado por confesar que él mismo es el Hijo de Dios, el Mesías anunciado por los profetas. Sólo al resucitar al tercer día, ellos comprenderán lo que el mismo Jesús les había anunciado, pero necesitaron del fuego del Espíritu Santo para salir de sus escondites e ir por el mundo a anunciar quién es Jesús y su evangelio, hasta dar la vida como Jesús por la causa del reino de Dios.

Pero, Pedro se rebela ante lo que está oyendo de su maestro. Toma a Jesús y se lo lleva aparte para retarlo. Había sido el primero en confesarlo como Mesías y ahora es el primero en rechazarlo (dice que cuando llegó la hora del apresamiento de Jesús tuvo miedo de confesar que era su amigo y se negó diciendo que no lo conocía). Le dice a Jesús que ese camino es absurdo, que él no le dejará seguir ese camino. Entonces, Jesús reacciona rápidamente y le increpa a Pedro con mucha dureza porque ve que Pedro actúa como si fuera un vocero de Satanás, que trata de frenarlo para que no realice la voluntad de su Padre Dios. Por eso, Jesús con muy duras palabras le dice : “¡Apártate de mí, Satanás!” (Mc 8.33). Es decir, le reta diciendo: Pedro, vuelve a ocupar tu puesto de discípulo y deja de tentarme: “Tus pensamientos no son los de Dios, sino de los hombres”.

Pongamos por obra las enseñanzas y los ejemplos de Jesús (Santiago 2,14-18).

Y Jesús llama a sus discípulos y a la gente para que escuchen bien sus palabras. Él mismo les irá repitiendo en diversas ocasiones para que no se las olviden: “Si alguno quiere venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y que me siga”(Mc 8.34).
Sabemos que nadie está obligado a seguir a Jesús, a ser su discípulo, pues es una decisión libre de cada uno, pero si decimos Sí a Jesús, debemos confesar a los demás quién es Jesús y esforzarnos en vivir poniendo en práctica su mandamiento de amor y de misericordia.
Es decir, sólo seremos discípulos de Jesús si somos verdaderos colaboradores de su misión, para que este mundo sea más humano y digno, que todos puedan vivir como hijos de Dios. Que seamos más constructores de la unidad que de división, tener un corazón abierto para todos. Más concretamente, llevando a la práctica las obras de misericordia, como nos lo dice en Mateo 25, en la parábola del Juicio final.
Como en el tiempo de Jesús y a lo largo de la historia, más hoy, no es fácil ser cristiano, un auténtico seguidor de Jesús. Pero vale la pena. La vida se nos llena de sentido porque Jesús es nuestro maestro de vida, nuestro único salvador.

Concluyamos pidiendo a la Virgen María y a San José que nos sostengan y nos acompañen en el camino del seguimiento de Jesús. Amén.

Oración de los Fieles

Oremos a nuestro Dios de vida y amor, que nos ha creado para ser felices, que aprendamos a afrontar las responsabilidades y dificultades de la vida, y digamos: R/ Señor, escucha el clamor de tu pueblo.

- Por la Iglesia, para que no sienta vergüenza de predicar a Cristo crucificado y de ser ante el mundo humilde y modesta como él, roguemos al Señor.

- Por las víctimas de injusticia y de pobreza, para que nosotros tengamos el valor de alzarnos en su favor y llevarles justicia y amor, roguemos al Señor.

- Por los rezagados en la vida, por la pobre gente que "no cuenta" a los ojos del mundo, para que no sean inhumanamente pisoteados por los grandes y poderosos, roguemos al Señor.

- Por los inadaptados a la vida, por aquellos cuyas ideas o conducta no compartimos, para que sepamos respetarlos y tener un corazón grande y un amplio espacio para ellos, roguemos al Señor.

- Por los enfermos y discapacitados, para que saquen fuerza espiritual al saber cuán cerca están del Señor Sufriente, y que nosotros tengamos la sensibilidad y delicadeza de visitarlos frecuentemente y de cuidar cariñosamente de ellos, roguemos al Señor.

Señor Dios nuestro: Las cruces de este mundo son nuestras, ya que Cristo es nuestro. Hazlas tuyas también, Señor, para hacérnoslas más livianas, ya que Cristo cargó su cruz por todos nosotros, él que es Hijo tuyo y Señor nuestro por los siglos de los siglos. Amén.



Eucaristía del Domingo 05 de septiembre de 2021

Domingo 23º del Tiempo Ordinario - Ciclo B



Primera lectura

Lectura del libro de Isaías (35,4-7a):

Decid a los cobardes de corazón: «Sed fuertes, no temáis. Mirad a vuestro Dios que trae el desquite, viene en persona, resarcirá y os salvará.» Se despegarán los ojos del ciego, los oídos del sordo se abrirán saltará como un ciervo el cojo, la lengua del mudo cantar. Porque han brotado aguas en el desierto, torrentes en la estepa el páramo será un estanque, lo reseco un manantial.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 145,7.8-9a.9bc-10

R/. Alaba, alma mía, al Señor

Que mantiene su fidelidad perpetuamente,
que hace justicia a los oprimidos,
que da pan a los hambrientos.
El Señor liberta a los cautivos. R/.

El Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos,
el Señor guarda a los peregrinos. R/.

Sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.
El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de edad en edad. R/.

Segunda lectura

Lectura de la carta del apóstol Santiago (2,1-5):

No juntéis la fe en nuestro Señor Jesucristo glorioso con el favoritismo. Por ejemplo: llegan dos hombres a la reunión litúrgica. Uno va bien vestido y hasta con anillos en los dedos; el otro es un pobre andrajoso. Veis al bien vestido y le decís: «Por favor, siéntate aquí, en el puesto reservado.» Al pobre, en cambio: «Estate ahí de pie o siéntate en el suelo.» Si hacéis eso, ¿no sois inconsecuentes y juzgáis con criterios malos? Queridos hermanos, escuchad: ¿Acaso no ha elegido Dios a los pobres del mundo para hacerlos ricos en la fe y herederos del reino, que prometió a los que lo aman?

Palabra de Dios

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO   Cfr. Mt 4, 23

R. Aleluya, aleluya.
Jesús predicaba el Evangelio del Reino y curaba las enfermedades y dolencias del pueblo.
R. Aleluya.
 

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Marcos (7,31-37):

En aquel tiempo, dejó Jesús el territorio de Tiro, pasó por Sidón, camino del lago de Galilea, atravesando la Decápolis. Y le presentaron un sordo que, además, apenas podía hablar; y le piden que le imponga las manos.
Él, apartándolo de la gente a un lado, le metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó la lengua. Y, mirando al cielo, suspiró y le dijo: «Effetá», esto es: «Ábrete.»
Y al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y hablaba sin dificultad. Él les mandó que no lo dijeran a nadie; pero, cuanto más se lo mandaba, con más insistencia lo proclamaban ellos. Y en el colmo del asombro decían: «Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos.»

Palabra del Señor

Oración de los Fieles

Oremos con la máxima confianza al Padre en el cielo, quien siempre escucha lo que le pedimos en nombre de Jesús, y digamos: R| ¡Escucha a tu pueblo, Señor!


- Por la Iglesia, que somos nosotros, para que no solamente amemos a los pobres y les cuidemos, sino que tengamos valor para denunciar la injusticia cuando los mismos pobres son injustamente pisoteados y oprimidos, roguemos al Señor.
- Por los educadores en la fe  –sacerdotes, religiosas, padres, catequistas, maestros-   para que ellos mismos escuchen primero la Palabra de Dios y después la pasen a los hermanos con convicción y amor, roguemos al Señor.
- Por los pobres, los enfermos y discapacitados, para que en ellos reconozcamos y acojamos al mismo Jesús como Señor sufriente, roguemos al Señor.
- Por los que se muestran sordos y ciegos hacia los hermanos necesitados, sobre todo de amor, para que sus ojos y oídos se abran para amar y compartir, como su mejor tesoro, roguemos al Señor.
- Por todos nosotros, para que nuestros corazones vacíos se vuelvan espaciosos y generosos, como puertas abiertas a todos y a todas sus necesidades, roguemos al Señor.
Dios, Padre nuestro, escúchanos con bondad, ya que te pedimos todo esto en nombre de Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Reflexión:






Eucaristía del Domingo 29 de agosto de 2021

Domingo 22º del Tiempo Ordinario - Ciclo B



Primera lectura

Lectura del libro del Deuteronomio (4,1-2.6-8):

Moisés habló al pueblo, diciendo: «Ahora, Israel, escucha los mandatos y decretos que yo os mando cumplir. Así viviréis y entraréis a tomar posesión de la tierra que el Señor, Dios de vuestros padres, os va a dar. No añadáis nada a lo que os mando ni suprimáis nada; así cumpliréis los preceptos del Señor, vuestro Dios, que yo os mando hoy. Ponedlos por obra, que ellos son vuestra sabiduría y vuestra inteligencia a los ojos de los pueblos que, cuando tengan noticia de todos ellos, dirán: "Cierto que esta gran nación es un pueblo sabio e inteligente." Y, en efecto, ¿hay alguna nación tan grande que tenga los dioses tan cerca como lo está el Señor Dios de nosotros, siempre que lo invocamos? Y, ¿cuál es la gran nación, cuyos mandatos y decretos sean tan justos como toda esta ley que hoy os doy?»

Palabra de Dios

Salmo

Sal 14,2-3a.3bc-4ab.5

R/. Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?

El que procede honradamente
y practica la justicia,
el que tiene intenciones leales
y no calumnia con su lengua. R/.

El que no hace mal a su prójimo
ni difama al vecino,
el que considera despreciable al impío
y honra a los que temen al Señor. R/.

El que no presta dinero a usura
ni acepta soborno contra el inocente.
El que así obra nunca fallará. R/.

Segunda lectura

Lectura de la carta del apóstol Santiago (1,17-18.21b-22.27):

Todo beneficio y todo don perfecto viene de arriba, del Padre de los astros, en el cual no hay fases ni períodos de sombra. Por propia iniciativa, con la palabra de la verdad, nos engendró, para que seamos como la primicia de sus criaturas. Aceptad dócilmente la palabra que ha sido plantada y es capaz de salvaros. Llevadla a la práctica y no os limitéis a escucharla, engañándoos a vosotros mismos. La religión pura e intachable a los ojos de Dios Padre es ésta: visitar huérfanos y viudas en sus tribulaciones y no mancharse las manos con este mundo.

Palabra de Dios

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO   Sant 1, 18

Aleluya.

El Padre ha querido engendrarnos por su Palabra de verdad, para que seamos como las primicias de su creación.

Aleluya.

 Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Marcos (7,1-8.14-15.21-23):

En aquel tiempo, se acercó a Jesús un grupo de fariseos con algunos escribas de Jerusalén, y vieron que algunos discípulos comían con manos impuras, es decir, sin lavarse las manos. (Los fariseos, como los demás judíos, no comen sin lavarse antes las manos restregando bien, aferrándose a la tradición de sus mayores, y, al volver de la plaza, no comen sin lavarse antes, y se aferran a otras muchas tradiciones, de lavar vasos, jarras y ollas.)
Según eso, los fariseos y los escribas preguntaron a Jesús: «¿Por qué comen tus discípulos con manos impuras y no siguen la tradición de los mayores?»
Él les contestó: «Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, como está escrito: "Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me dan está vacío, porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos." Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres.»
Entonces llamó de nuevo a la gente y les dijo: «Escuchad y entended todos: Nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre. Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los malos propósitos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, injusticias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro.»

Palabra del Señor

Oración de los Fieles

Roguemos a Dios, dador de todo buen don, para que sepamos obedecer siempre sus leyes con la actitud libre de Cristo, y digamos: 
R/ Padre, hágase tu voluntad.

- Por la Iglesia, para que no sustituya el evangelio por los ritos y leyes de invención humana, sino que lleve al pueblo  a la libertad, la amabilidad y la luz de Cristo, roguemos al Señor.

- Por los líderes de los pueblos, dondequiera se encuentren, para que el Espíritu de Dios les inspire a  elaborar leyes  sabias  que  proporcionen  a  sus  gentes  libertad, bienestar y justicia, roguemos al Señor. R/

- Por los que no conocen a Cristo, para que puedan descubrir la ley de Dios inscrita en sus corazones, y encuentren salvación por la integridad de sus vidas y por el amor a sus prójimos, roguemos al Señor. R/

- Por los disgustados y molestos a causa de los cambios en la Iglesia, para que aprendan a apreciar los esfuerzos del pueblo de Dios para entender y vivir nuestra fe de un modo contemporáneo, y al mismo tiempo permaneciendo fiel al evangelio, roguemos al Señor. R/

- Por todos nosotros, que estamos ahora participando de la mesa del Señor, para que aprendamos de Jesús que el amor es el corazón de la ley, y que el amor verdadero sabe cómo servir, roguemos al Señor. R/

Señor Dios nuestro, te pedimos que nosotros no solamente oigamos tu palabra, sino que vivamos según ella, día a día, por la fuerza de Jesucristo, Señor y Salvador nuestro, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

 Reflexión:

El Señor pone las cosas en su sitio, en su lugar. Tenemos que ver el mundo con los ojos que Él lo ve. Hemos de cambiar de punto de vista, porque el nuestro está errado. No hay término medio. Es que, si reflexionamos en la Creación, que es todo cuando nos rodea –conocido y desconocido; visible e invisible- ha sido creado por Dios. Y es razonable pensar que Dios, por principio, no se equivoca. Por lo tanto, bien meditado, visto y observado todo cuanto existe es bueno puesto que es Él quien lo ha creado. Decir lo contrario constituye una necedad e incluso una blasfemia, que denota falta de fe. Si creo en Dios, debo convenir en esto. Pero no es una confesión doctrinal, como algunos creen, que debo repetir, aunque no comprenda; es algo razonable y completamente lógico. El punto de partida es nuestra fe en Dios. Claro, si no creemos en Dios, entonces no podemos empezar a hablar y todo puede ser puesto en tela de juicio. Pero, si creemos en Dios hemos de convenir en que Él es Todopoderoso, Omnipresente, Omnipotente, Verdad, Amor, Perfección y toda otra virtud superlativa que se nos pueda ocurrir. Siendo así, tenemos que convenir en que su Creación es perfecta. Todo lo ha creado para nosotros, porque nos ama como a Sus hijos, para que seamos felices. Y todo lo ha puesto a nuestros pies, para que lo dominemos y hagamos con ello lo que corresponde, en tanto nos ayude a alcanzar el fin para el que hemos sido creados. Hacer buen uso, es hacer lo que corresponde y en tanto lo hagamos, alcanzaremos la Vida Eterna para la cual fuimos creados. Este es el Plan de Dios, donde no hay error, sino Perfección. 

Nada hay fuera del hombre que, entrando en él, pueda contaminarle; sino lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre.


Eucaristía del Domingo 22 de agosto del 2021


Primera lectura

Lectura del libro de Josué 24, 1-2a. 15-17. 18b

Josué reunió en Siquém a todas las tribus de Israel, y convocó a los ancianos de Israel, a sus jefes, a sus jueces y a sus escribas, y ellos se presentaron delante del Señor. Entonces Josué dijo a todo el pueblo:

Si no están dispuestos a servir al Señor, elijan hoy a quién quieren servir: si a los dioses a quienes sirvieron sus antepasados al otro lado del Río, o a los dioses de los amorreos, en cuyo país ustedes ahora habitan. Yo y mi familia serviremos al Señor”.

El pueblo respondió: “Lejos de nosotros abandonar al Señor para servir a otros dioses. Porque el Señor, nuestro Dios, es el que nos hizo salir de Egipto, de ese lugar de esclavitud, a nosotros y a nuestros padres, y el que realizó ante nuestros ojos aquellos grandes prodigios. Él nos protegió en todo el camino que recorrimos y en todos los pueblos por donde pasamos.

Por eso, también nosotros serviremos al Señor, ya que Él es nuestro Dios”.

Palabra de Dios

 

Salmo

Sal 33,2-3.16-17.18-19.20-21.22-23

R/. Gustad y ved qué bueno es el Señor.

Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren
R/.

Los ojos del Señor miran a los justos,
sus oídos escuchan sus gritos;
pero el Señor se enfrenta con los malhechores,
para borrar de la tierra su memoria.
 R/.

Cuando uno grita, el Señor lo escucha
y lo libra fe sus angustias;
el Señor está cerca de los atribulados,
salva a los abatidos.
 R/.

Aunque el justo sufra muchos males,
de todos lo libra el Señor;
él cuida de todos sus huesos,
y ni uno solo se quebrará.
 R/.

La maldad da muerte al malvado,
y los que odian al justo serán castigados.
El Señor redime a sus siervos,
no será castigado quien se acoge a él.
 R/.

 

Segunda lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (5,21-32):

Sed sumisos unos a otros con respeto cristiano. Las mujeres, que se sometan a sus maridos como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la Iglesia; él, que es el salvador del cuerpo. Pues como la Iglesia se somete a Cristo, así también las mujeres a sus maridos en todo. Maridos, amad a vuestras mujeres corno Cristo amó a su Iglesia. Él se entregó a sí mismo por ella, para consagrarla, purificándola con el baño del agua y la palabra, y para colocarla ante sí gloriosa, la Iglesia, sin mancha ni arruga ni nada semejante, sino santa e inmaculada. Así deben también los maridos amar a sus mujeres, como cuerpos suyos que son. Amar a su mujer es amarse a sí mismo. Pues nadie jamás ha odiado su propia carne, sino que le da alimento y calor, como Cristo hace con la Iglesia, porque somos miembros de su cuerpo. «Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne.» Es éste un gran misterio: y yo lo refiero a Cristo y a la Iglesia.

Palabra de Dios

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO Cf. Jn 6, 63c. 68c

Aleluya.

Tus palabras, Señor, son Espíritu y Vida; Tú tienes palabras de Vida eterna. Aleluya.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Juan (6,60-69):

En aquel tiempo, muchos discípulos de Jesús, al oírlo, dijeron: «Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?»
Adivinando Jesús que sus discípulos lo criticaban, les dijo: «¿Esto os hace vacilar?, ¿y si vierais al Hijo del hombre subir a donde estaba antes? El espíritu es quien da vida; la carne no sirve de nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y vida. Y con todo, algunos de vosotros no creen.»
Pues Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo iba a entregar. Y dijo: «Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede.» Desde entonces, muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con él.
Entonces Jesús les dijo a los Doce: «¿También vosotros queréis marcharos?»
Simón Pedro le contestó: «Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo consagrado por Dios.»


Palabra del Señor

Oración de los Fieles
Oremos a Dios, nuestro Padre en el cielo, que es la fuente y el que da sentido a nuestras vidas, y digámosle: R/ Señor, que venga a nosotros tu reino.


- Para que el evangelio del Señor siga impactando e interpelando a los ministros consagrados de la Iglesia (obispos, sacerdotes y diáconos) como un mensaje siempre nuevo, y que lo proclamen con convicción y con nuevo ardor, roguemos al Señor.
- Para que los que han sido elegidos para servir al Señor, en el sacerdocio o en la vida consagrada, continúen entregándose con alegría y fidelidad a Dios y a su pueblo, roguemos al Señor.
- Para que los que en matrimonio se han prometido fidelidad el uno al otro sigan creciendo en el amor y sean reflejo claro del amor de Dios por su Iglesia, roguemos al Señor.
- Para que ninguno de nosotros vayamos tras falsos dioses por cobardía, indiferencia o superficialidad; y para que no seamos egoístas buscando servirnos a nosotros mismos, sino que aprendamos a vivir para los demás, roguemos al Señor.
- Para que los que no encuentran sentido a su vida descubran un Dios a quien amar y adorar, gracias al testimonio vivo de fe, esperanza y amor que ven plasmado en las comunidades cristianas, roguemos al Señor.

Señor Dios y Padre nuestro, tú nos has escogido como pueblo tuyo. Guárdanos fieles a tu amor, viviendo en libertad y confianza, para que tú seas nuestro Dios ahora y por los siglos de los siglos. Amén.


Eucaristía del Domingo 15 de agosto del 2021



Lecturas del Asunción de la Virgen María

Primera lectura

Lectura del libro del Apocalipsis (11, 19a;12,1.3-6a.10ab):

Se abrió en el cielo el santuario de Dios y en su santuario apareció el arca de su alianza. Después apareció una figura portentosa en el cielo: Una mujer vestida de sol, la luna por pedestal, coronada con doce estrellas. Apareció otra señal en el cielo: Un enorme dragón rojo, con siete cabezas y diez cuernos y siete diademas en las cabezas. Con la cola barrió del cielo un tercio de las estrellas, arrojándolas a la tierra. El dragón estaba enfrente de la mujer que iba a dar a luz, dispuesto a tragarse el niño en cuanto naciera. Dio a luz un varón, destinado a gobernar con vara de hierro a los pueblos. Arrebataron al niño y lo llevaron junto al trono de Dios. La mujer huyó al desierto, donde tiene un lugar reservado por Dios.
Se oyó una gran voz en el cielo: «Ahora se estableció la salud y el poderío, y el reinado de nuestro Dios, y la potestad de su Cristo.»

Palabra de Dios

Salmo

Sal 44,10bc.11-12ab.16

R/.
 De pie a tu derecha está la reina, enjoyada con oro de Ofir

Hijas de reyes salen a tu encuentro,
de pie a tu derecha está la reina,
enjoyada con oro de Ofir. R/.

Escucha, hija, mira: inclina el oído,
olvida tu pueblo y la casa paterna;
prendado está el rey de tu belleza:
póstrate ante él, que él es tu señor. R/.

Las traen entre alegría y algazara,
van entrando en el palacio real. R/.

Segunda lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (15,20-27a):

Cristo resucitó de entre los muertos: el primero de todos. Si por un hombre vino la muerte, por un hombre ha venido la resurrección. Si por Adán murieron todos, por Cristo todos volverán a la vida. Pero cada uno en su puesto: primero Cristo, como primicia; después, cuando él vuelva, todos los que son de Cristo; después los últimos, cuando Cristo devuelva a Dios Padre su reino, una vez aniquilado todo principado, poder y fuerza. Cristo tiene que reinar hasta que Dios haga de sus enemigos estrado de sus pies. El último enemigo aniquilado será la muerte. Porque Dios ha sometido todo bajo sus pies.

Palabra de Dios

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Lucas (1,39-56):

En aquellos días, Maria se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de Maria, saltó la criatura en su vientre.
Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: «¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.»
María dijo: «Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia –como lo había prometido a nuestros padres– en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.»
María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa.

Palabra del Señor

Oración de los Fieles


Con la ayuda de María, nuestra Madre, oremos unidos a nuestro Padre en el cielo para que nos mire con bondad a nosotros, sus siervos, y haga grandes cosas en nosotros. Digamos como respuesta: R/ Señor, escucha a tu pueblo.

  • Para que el Señor muestre su amor a todos los que se esfuerzan por servirle fielmente, y para que muestre su misericordia perdonando a los que han fallado, tanto a él como a los hermanos, roguemos al Señor.
  • Para que el Señor muestre su poder y defienda a la gente humilde,
  • tantas veces humillada y pisoteada, y nos disponga a todos nosotros a respetarla y amarla, roguemos al Señor.
  • Para que el Señor nos dé la voluntad y la fuerza necesarias
  • para llevar a cabo su palabra en nuestra vida, día a día, resueltamente y
  • con alegría, roguemos al Señor.
  • Para que el Señor nos haga conscientes de la pobreza de nuestro corazón, para que así pueda llenarnos con su bondad, su acogida de la gente, y su cuidado y preocupación por los más pobres y necesitados, roguemos al Señor.
  • Para que el Señor nos ayude a procurar que los hambrientos reciban alimento, y disponga interiormente a toda la gente y a los poderosos de este mundo a compartir justamente con cada uno los bienes de la tierra, roguemos al Señor.

Que el Señor acoja a todos nuestros seres queridos, difuntos ya, en la casa de alegría eterna, roguemos al Señor.
Señor Dios nuestro: En la fiesta de la Asunción de María te pedimos: Cólmanos con tus bienes, para que con María bendigamos tu nombre, por Jesucristo nuestro Señor.



Eucaristía del Domingo 08 de agosto del 2021

Domingo XIX del tiempo ordinario

 


Primera lectura

Lectura del primer libro de los Reyes (19,4-8):

En aquellos días, Elías continuó por el desierto una jornada de camino, y, al final, se sentó bajo una retama y se deseó la muerte: «¡Basta, Señor! ¡Quítame la vida, que yo no valgo más que mis padres!»
Se echó bajo la retama y se durmió. De pronto un ángel lo tocó y le dijo: «¡Levántate, come!»
Miró Elías, y vio a su cabecera un pan cocido sobre piedras y un jarro de agua. Comió, bebió y se volvió a echar. Pero el ángel del Señor le volvió a tocar y le dijo: «¡Levántate, come!, que el camino es superior a tus fuerzas.»
Elías se levantó, comió y bebió, y, con la fuerza de aquel alimento, caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta el Horeb, el monte de Dios.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 33,2-3.4-5.6-7.8-9

R/. Gustad y ved qué bueno es el Señor

Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren. R/.

Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor, y me respondió,
me libró de todas mis ansias. R/.

Contempladlo, y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
Si el afligido invoca al Señor,
él lo escucha y lo salva de sus angustias. R/.

El ángel del Señor acampa
en torno a sus fieles y los protege.
Gustad y ved qué bueno, es el Señor,
dichoso el que se acoge a él. R/.

Segunda lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (4,30–5,2):

No pongáis triste al Espíritu Santo de Dios con que él os ha marcado para el día de la liberación final. Desterrad de vosotros la amargura, la ira, los enfados e insultos y toda la maldad. Sed buenos, comprensivos, perdonándoos unos a otros como Dios os perdonó en Cristo. Sed imitadores de Dios, como hijos queridos, y vivid en el amor como Cristo os amó y se entregó por nosotros a Dios como oblación y víctima de suave olor.

Palabra de Dios

Aclamación antes del Evangelio

Juan 6, 51

R. Aleluya, aleluya.
Yo soy el pan vivo que ha bajado cielo, dice el Señor;
el que coma de este pan vivirá para siempre.
R. Aleluya.
 

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Juan (6,41-51):

En aquel tiempo, los judíos criticaban a Jesús porque había dicho: «Yo soy el pan bajado del cielo», y decían: «¿No es este Jesús, el hijo de José? ¿No conocemos a su padre y a su madre? ¿Cómo dice ahora que ha bajado del cielo?»
Jesús tomó la palabra y les dijo: «No critiquéis. Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me ha enviado. Y yo lo resucitaré el último día. Está escrito en los profetas: "Serán todos discípulos de Dios."
Todo el que escucha lo que dice el Padre y aprende viene a mí. No es que nadie haya visto al Padre, a no ser el que procede de Dios: ése ha visto al Padre. Os lo aseguro: el que cree tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron en el desierto el maná y murieron: éste es el pan que baja del cielo, para que el hombre coma de él y no muera.
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.»

Palabra del Señor

Oración de los Fieles
Roguemos a Jesucristo, quien dijo: “Los que vengan a mí no padecerán más hambre; los que crean en mí no tendrán más sed.” Él es pan para el camino para todos los que le buscan. Respondamos a cada petición: R/ Quédate con nosotros, Señor.

  1. Por los que se alejan y dejan la Iglesia porque no les gusta el proceso de  renovación de la misma, y, por el contrario,  por los que dicen adiós a la Iglesia porque los cambios tardan en llegar, para que tanto los unos como los otros aprendan a aceptar las dimensiones humanas de la misma Iglesia, roguemos al Señor.
  2. Por los que se sienten desalentados, por los heridos por la dureza de la vida, por los que buscan a Dios pero no saben encontrarle, para que nosotros seamos para ellos como el camino humilde que les lleve hacia Cristo, roguemos al Señor.
  3. Por los que se sienten abandonados por las personas en las que confiaban, por los que luchan sinceramente para permanecer leales a su compromiso en matrimonio o en su misión en la vida, para que el Cristo fiel sea para ellos el pan de fidelidad y de fortaleza, roguemos al Señor.
  4. Por los pobres y discapacitados, por los que viven solos, por los inadaptados en la vida, para que encuentren verdaderos hermanos cristianos que les inspiren y les animen a creer y a experimentar el amor de Dios y del prójimo, roguemos al Señor.

Señor Jesucristo, cuando nos confrontamos con nuestras propias miserias y las de la gente a nuestro alrededor, en el ancho mundo, nos sentimos pequeños e impotentes. Sé tú para todos nosotros pan de fortaleza, para que nuestros corazones sean compasivos, nuestro amor sea cálido y profundo,  y nuestro servicio sea fiel y humilde, porque tú fuiste así y quieres que seamos como tú, que eres Señor nuestro para siempre. Amén.


Eucaristía del Domingo 01 de agosto del 2021



Primera lectura

Lectura del libro del Éxodo (16,2-4.12-15):

En aquellos días, en el desierto, comenzaron todos a murmurar contra Moisés y Aarón, y les decían: «¡Ojalá el Señor nos hubiera hecho morir en Egipto! Allí nos sentábamos junto a las ollas de carne, y comíamos hasta hartarnos; pero vosotros nos habéis traído al desierto para matarnos a todos de hambre.»
Entonces el Señor dijo a Moisés: «Voy a hacer que os llueva comida del cielo. La gente saldrá a diario a recoger únicamente lo necesario para el día. Quiero ver quién obedece mis instrucciones y quién no.»
Y el Señor se dirigió a Moisés y le dijo: «He oído murmurar a los israelitas. Habla con ellos y diles: "Al atardecer comeréis carne, y por la mañana comeréis hasta quedar satisfechos. Así sabréis que yo soy el Señor vuestro Dios."»
Aquella misma tarde llegaron codornices, las cuales llenaron el campamento; y por la mañana había una capa de rocío alrededor del campamento. Después que el rocío se hubo evaporado, algo muy fino, parecido a la escarcha, quedó sobre la superficie del desierto.
Los israelitas, no sabiendo qué era aquello, al verlo se decían unos a otros: «¿Y esto qué es?» Moisés les dijo: «Éste es el pan que el Señor os da como alimento.»

Palabra de Dios
 

Salmo

Sal 77

R/.
 El Señor les dio un trigo celeste

Lo que oímos y aprendimos,
lo que nuestros padres nos contaron,
lo contaremos a la futura generación:
las alabanzas del Señor, su poder.
 R/.

Dio orden a las altas nubes,
abrió las compuertas del cielo:
hizo llover sobre ellos maná,
les dio un trigo celeste
R/.

Y el hombre comió pan de ángeles,
les mandó provisiones hasta la hartura.
Los hizo entrar por las santas fronteras,
hasta el monte que su diestra había adquirido.
 R/.

Segunda Lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (4,17.20-24):

En el nombre del Señor os digo y encargo que no viváis más como los paganos, que viven de acuerdo con sus vanos pensamientos. Pero vosotros no conocisteis a Cristo para vivir de ese modo, si es que realmente oísteis acerca de él; esto es, si de Jesús aprendisteis en qué consiste la verdad. En cuanto a vuestra antigua manera de vivir, despojaos de vuestra vieja naturaleza, que está corrompida por los malos deseos engañosos. Debéis renovaros en vuestra mente y en vuestro espíritu, y revestiros de la nueva naturaleza, creada a imagen de Dios y que se manifiesta en una vida recta y pura, fundada en la verdad.

Palabra de Dios
 

Aclamación antes del Evangelio

Mateo 4, 4b

R. Aleluya, aleluya.
No sólo de pan vive el hombre,
sino también de toda palabra
que sale de la boca de Dios.

R. Aleluya.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Juan (6,24-35):

En aquel tiempo, al no ver allí a Jesús ni a sus discípulos, la gente subió a las barcas y se dirigió en busca suya a Cafarnaúm.
Al llegar a la otra orilla del lago, encontraron a Jesús y le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo has venido aquí?»
Jesús les dijo: «Os aseguro que vosotros no me buscáis porque hayáis visto las señales milagrosas, sino porque habéis comido hasta hartaros. No trabajéis por la comida que se acaba, sino por la comida que permanece y os da vida eterna. Ésta es la comida que os dará el Hijo del hombre, porque Dios, el Padre, ha puesto su sello en él.»
Le preguntaron: «¿Qué debemos hacer para que nuestras obras sean las obras de Dios?»
Jesús les contestó: «La obra de Dios es que creáis en aquel que él ha enviado.»
«¿Y qué señal puedes darnos –le preguntaron– para que, al verla, te creamos? ¿Cuáles son tus obras? Nuestros antepasados comieron el maná en el desierto, como dice la Escritura: "Dios les dio a comer pan del cielo."»
Jesús les contestó: «Os aseguro que no fue Moisés quien os dio el pan del cielo. ¡Mi Padre es quien os da el verdadero pan del cielo! Porque el pan que Dios da es aquel que ha bajado del cielo y da vida al mundo.»
Ellos le pidieron: «Señor, danos siempre ese pan.»
Y Jesús les dijo: «Yo soy el pan que da vida. El que viene a mí, nunca más tendrá hambre, y el que en mí cree, nunca más tendrá sed.»

Palabra del Señor


Oración de los Fieles

Tenemos Hambre de Jesús
    Reunidos aquí en el nombre de Jesús nuestro Señor, traemos ante él las necesidades de su pueblo y todas las clases de hambre del mundo entero. Digámosle suplicantes:
R/ Señor, sé el alimento y la vida del mundo.

  • Por la Iglesia, para que sus líderes y ministros alimenten al pueblo de Dios con el sólido y sustancioso alimento del Evangelio, roguemos al Señor.
  • Por los millones de hombres y mujeres que hoy, en el mundo, no tienen bastante para comer y son demasiado pobres para llevar una vida realmente humana, para que los que viven en bienestar muestren auténtica compasión para con ellos. Compasión que les mueva a trabajar para que todos tengan una vida más decente y humana, roguemos al Señor.
  • Por los cristianos divididos, para que pronto podamos partir juntos el único pan del único Señor, Jesús, roguemos al Señor.
  • Por todas las comunidades cristianas, para que aprendamos a apreciar el tremendo valor de la eucaristía y sacar de ella la fuerza espiritual para entregarnos a nuestros hermanos, cercanos y lejanos, roguemos al Señor.
  • Por todos nosotros, para que cada eucaristía en la que participamos se convierta en un encuentro real con el Cristo vivo; que él sacie nuestra hambre de cosas perdurables y nos ayude a amarnos más unos a otros, roguemos al Señor.

    Señor Jesucristo, sé nuestro pan de vida, en la eucaristía; pero también sé la luz y la vida de todos los que te buscan, y el cumplimiento y alegría de todos los que te han encontrado. Permanece con nosotros ahora y por siempre. R/ Amén.


Eucaristía del Domingo 25 de julio del 2021



PRIMERA LECTURA

2 Reyes 4:42-44

En aquellos días, llegó de Baal-Salisá un hombre que traía para el siervo de Dios, Eliseo, como primicias, veinte panes de cebada y grano tierno en espiga.

Entonces Eliseo dijo a su criado: “Dáselos a la gente para que coman”. Pero él le respondió: “¿Cómo voy a repartir estos panes entre cien hombres?”

Eliseo insistió: “Dáselos a la gente para que coman, porque esto dice el Señor: ‘Comerán todos y sobrará’”.

El criado repartió los panes a la gente; todos comieron y todavía sobró, como había dicho el Señor.

Salmo Responsorial

Del Salmo 144

R. (cf. 16) Bendeciré al Señor eternamente.


Que te alaben, Señor, todas tus obras
y que todos tus fieles te bendigan.
Que proclamen la gloria de tu reino
y den a conocer tus maravillas. R.
R. Bendeciré al Señor eternamente.


A ti, Señor, sus ojos vuelven todos
y tú los alimentas a su tiempo.
Abres, Señor, tus manos generosas
y cuantos viven quedan satisfechos. R.
R. Bendeciré al Señor eternamente.


Siempre es justo el Señor en sus designios
y están llenas de amor todas sus obras. 
No está lejos de aquellos que lo buscan; 
muy cerca está el Señor de quien lo invoca. R.
R. Bendeciré al Señor eternamente.

SEGUNDA LECTURA

Ef 4, 1-6

Hermanos: Yo, Pablo, prisionero por la causa del Señor, los exhorto a que lleven una vida digna del llamamiento que han recibido. Sean siempre humildes y amables; sean comprensivos y sopórtense mutuamente con amor; esfuércense en mantenerse unidos en el Espíritu con el vínculo de la paz.

Porque no hay más que un solo cuerpo y un solo Espíritu, como también una sola es la esperanza del llamamiento que ustedes han recibido. Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que reina sobre todos, actúa a través de todos y vive en todos.
 

Aclamación antes del Evangelio

Lc 7, 16

R. Aleluya, aleluya.
Un gran profeta ha surgido entre nosotros.
Dios ha visitado a su pueblo.
R. Aleluya.
  

EVANGELIO

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 6, 1-15

En aquel tiempo, Jesús se fue a la otra orilla del mar de Galilea o lago de Tiberíades. Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacía curando a los enfermos. Jesús subió al monte y se sentó allí con sus discípulos.

Estaba cerca la Pascua, festividad de los judíos. Viendo Jesús que mucha gente lo seguía, le dijo a Felipe: “¿Cómo compraremos pan para que coman éstos?” Le hizo esta pregunta para ponerlo a prueba, pues él bien sabía lo que iba a hacer. Felipe le respondió: “Ni doscientos denarios de pan bastarían para que a cada uno le tocara un pedazo de pan”. Otro de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dijo: “Aquí hay un muchacho que trae cinco panes de cebada y dos pescados. Pero, ¿qué es eso para tanta gente?” Jesús le respondió: “Díganle a la gente que se siente”. En aquel lugar había mucha hierba. Todos, pues, se sentaron ahí; y tan sólo los hombres eran unos cinco mil.

Enseguida tomó Jesús los panes, y después de dar gracias a Dios, se los fue repartiendo a los que se habían sentado a comer. Igualmente les fue dando de los pescados todo lo que quisieron. Después de que todos se saciaron, dijo a sus discípulos: “Recojan los pedazos sobrantes, para que no se desperdicien”. Los recogieron y con los pedazos que sobraron de los cinco panes llenaron doce canastos.

Entonces la gente, al ver el signo que Jesús había hecho, decía: “Éste es, en verdad, el profeta que habría de venir al mundo”. Pero Jesús, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró de nuevo a la montaña, él solo.

Oración de los fieles

Oremos a Dios, de quien procede todo bien, para que todos tengan en abundancia lo que necesitan para vivir como hijos e hijas suyos. Digamos como respuesta:
R/ Señor, danos todo lo bueno.

  • Por la Iglesia, para que los que la dirigen y la presiden –los ministros consagrados- unan y sirvan a todos en Cristo. Que constantemente recuerden al pueblo de Dios los verdaderos valores del evangelio. Roguemos al Señor: R/ Señor, danos todo lo bueno.
  • Por los líderes y también por los fieles en la Iglesia, para que tengan el valor y la fortaleza para alzarse en todas las partes del mundo en favor de los derechos humanos, de una justa distribución de los bienes de la tierra, de la justicia y de una libertad responsable, roguemos al Señor. R/ Señor, danos todo lo bueno.
  • Por las agencias de ayuda internacional, por las Naciones Unidas y por los gobiernos, para que empleen todos los potenciales humanos y todos los recursos de ciencia y naturaleza para alimentar a los hambrientos y para desarrollar la tierra, roguemos al Señor: R/ Señor, danos todo lo bueno.
  • Por todas las comunidades cristianas, para que no abandonen a nadie en necesidad; que nosotros sepamos compartir alegrías y tristezas y todo lo que es verdadero, lindo y bueno; y que sepamos servirnos unos a otros, roguemos al Señor: R/ Señor, danos todo lo que es bueno.
  • Por esta nuestra comunidad, reunida aquí para partir el pan del Señor, para que el Espíritu de Jesús nos haga signos eficaces de su generosidad y su amor, roguemos al Señor: R/ Señor, danos todo lo que es bueno.

    Realmente, Señor Dios nuestro: Danos la gracia de ser abiertos y receptivos a todos tus dones y disponibles para intentar remediar todas las necesidades en favor de todos los hermanos. Por medio de Jesucristo nuestro Señor. R/ Amén.


Eucaristía del Domingo 18 de julio del 2021



Domingo decimosexto del tiempo ordinario
Salterio IV
Color: verde

Antífona de entrada             Sal 53, 6. 8 

Dios es mi ayuda, el Señor es mi verdadero sostén. Te ofreceré un sacrificio voluntario, daré gracias a tu nombre porque es bueno.

Gloria

ORACIÓN COLECTA

Señor nuestro, mira con bondad a tus servidores y multiplica en nosotros los dones de tu gracia, para que, fervorosos en la fe, la esperanza y la caridad, perseveremos con asidua vigilancia en el cumplimiento de tus mandamientos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Reuniré el resto de mis ovejas y suscitaré para ellas pastores.

Lectura del libro de Jeremías   23, 1-6

¡Ay de los pastores que pierden y dispersan el rebaño de mi pastizal! -oráculo del Señor-.

Por eso, así habla el Señor, Dios de Israel, contra los pastores que apacientan a mi pueblo: Ustedes han dispersado mis ovejas, las han expulsado y no se han ocupado de ellas. Yo, en cambio, voy a ocuparme de ustedes, para castigar sus malas acciones -oráculo del Señor-.

Yo mismo reuniré el resto de mis ovejas, de todos los países adonde las había expulsado, y las haré volver a sus praderas, donde serán fecundas y se multiplicarán. Yo suscitaré para ellas pastores que las apacentarán; y ya no temerán ni se espantarán, y no se echará de menos a ninguna -oráculo del Señor-.

Llegarán los días -oráculo del Señor- en que suscitaré para David un germen justo; Él reinará como rey y será prudente, practicará la justicia y el derecho en el país. En sus días, Judá estará a salvo e Israel habitará seguro.

Y se lo llamará con este nombre:

El Señor es nuestra justicia.

SALMO RESPONSORIAL  22, 1-6

R/El Señor es mi pastor, nada me puede faltar.

El Señor es mi pastor, nada me puede faltar. Él me hace descansar en verdes praderas, me conduce a las aguas tranquilas y repara mis fuerzas.

Me guía por el recto sendero, por amor de su Nombre. Aunque cruce por oscuras quebradas, no temeré ningún mal, porque Tú estás conmigo: tu vara y tu bastón me infunden confianza.

Tú preparas ante mí una mesa, frente a mis enemigos; unges con óleo mi cabeza y mi copa rebosa.

Tu bondad y tu gracia me acompañan a lo largo de mi vida; y habitaré en la Casa del Señor, por muy largo tiempo.

SEGUNDA LECTURA

Cristo es nuestra paz: Él ha unido a los dos pueblos en uno solo.

Lectura de la carta, del Apóstol san Pablo a los cristianos de Éfeso   2, 13-18

Hermanos:

Ahora, en Cristo Jesús, ustedes, los que antes estaban lejos, han sido acercados por la sangre de Cristo.

Porque Cristo es nuestra paz: Él ha unido a los dos pueblos en uno solo, derribando el muro de enemistad que los separaba, y aboliendo en su propia carne la Ley con sus mandamientos y prescripciones.

Así creó con los dos pueblos un solo Hombre nuevo en su propia persona, restableciendo la paz, y los reconcilió con Dios en un solo Cuerpo, por medio de la cruz, destruyendo la enemistad en su persona.

Y Él vino a proclamar la Buena Noticia de la paz, paz para ustedes, que estaban lejos, paz también para aquellos que estaban cerca. Porque por medio de Cristo, todos sin distinción tenemos acceso al Padre, en un mismo Espíritu.

EVANGELIO

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO Jn 10, 27

Aleluya.

Mis ovejas escuchan mi voz, Yo las conozco y ellas me siguen, dice el Señor. Aleluya.

EVANGELIO

Eran como ovejas sin pastor.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 6, 30-34

Al regresar de su misión, los Apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado.

Él les dijo: Vengan ustedes solos a un lugar desierto, para descansar un poco. Porque era tanta la gente que iba y venía, que no tenían tiempo ni para comer. Entonces se fueron solos en la barca a un lugar desierto. Al verlos partir, muchos los reconocieron, y de todas las ciudades acudieron por tierra a aquel lugar y llegaron antes que ellos.

Al desembarcar, Jesús vio una gran muchedumbre y se compadeció de ella, porque eran como ovejas sin pastor, y estuvo enseñándoles largo rato.

Credo

Oración de los fieles

Pidamos, hermanos, al Dios de misericordia que auxilie nuestra pequeñez, para que podamos invocar su nombre con los sentimientos que él desea:

Por la paz y concordia de las Iglesias, por la unión de todos los cristianos y por la salvación de nuestras almas, roguemos al Señor.

Por los responsables de las naciones, para que bajo su gobierno tengamos una vida feliz y pacífica, roguemos al Señor.

Por los que están lejos de casa, por los enfermos y los encarcelados y por todos los que sufren, roguemos al Señor.

Por nuestra comunidad, reunida en la fe, la piedad y el temor de Dios, por los que hacen el bien a nuestras parroquias y por los que ayudan a los pobres, roguemos al Señor.

Escucha, Señor, las oraciones de tu pueblo, reunido para celebrar el domingo, y haz que, escuchando la palabra de tu Hijo y comiendo su pan de vida, lo reconozcamos como el verdadero profeta y como el buen pastor que nos guía hacia las fuentes de vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

LITURGIA EUCARÍSTICA

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 

Padre Santo, por el sacrificio único de tu Hijo llevaste a la perfección las ofrendas de la antigua ley; te pedimos que recibas la oblación de tus fieles y la santifiques como lo hiciste con la ofrenda de Abel, para que los dones presentados en honor de tu nombre sirvan para la salvación de todos. Por Jesucristo, nuestro Señor. 

Antífona de comunión         Sal 110, 4-5 

El Señor hizo portentos memorables, es bondadoso y compasivo; dio alimento a sus fieles. 

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 

Padre, ayuda con bondad a tu pueblo, que has alimentado con los sacramentos celestiales; concédele apartarse del pecado y comenzar una vida nueva. Por Jesucristo, nuestro Señor. 


Eucaristía del Domingo 11 de julio del 2021



Domingo decimoquinto del tiempo ordinario
Salterio III
Color: verde

Antífona de entrada Cf. Sal 16, 15 

Por tu justicia, yo contemplaré tu rostro, y al despertar me saciaré de tu presencia. 

Gloria

ORACIÓN COLECTA 

Señor Dios, que iluminas a los extraviados con la luz de tu verdad, para que puedan volver al buen camino; danos, a quienes hacemos profesión de cristianos, la gracia de rechazar todo lo que se opone a este nombre y comprometernos con todas sus exigencias. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. 

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Ve a profetizar a mi pueblo.

Lectura de la profecía de Amós   7, 12-15

Amasías, el sacerdote de Betel, dijo a Amós: Vete de aquí, vidente, refúgiate en el país de Judá, gánate allí la vida y profetiza allí. Pero no vuelvas a profetizar en Betel, porque éste es un santuario del rey, un templo del reino.

Amós respondió a Amasías: Yo no soy profeta, ni hijo de profetas, sino pastor y cultivador de sicómoros; pero el Señor me sacó de detrás del rebaño y me dijo: "Ve a profetizar a mi pueblo Israel".

SALMO RESPONSORIAL  84, 9ab. 10-14

R/Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.

Voy a proclamar lo que dice el Señor: el Señor promete la paz para su pueblo y sus amigos. Su salvación está muy cerca de sus fieles, y la Gloria habitará en nuestra tierra.

El Amor y la Verdad se encontrarán, la Justicia y la Paz se abrazarán, la Verdad brotará de la tierra y la Justicia mirará desde el cielo.

El mismo Señor nos dará sus bienes y nuestra tierra producirá sus frutos. La Justicia irá delante de Él, y la Paz, sobre la huella de sus pasos.

SEGUNDA LECTURA

Nos ha elegido en Él, antes de la creación del mundo.

Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Éfeso   1, 3-14

Bendito sea Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en Cristo con toda clase de bienes espirituales en el cielo, y nos ha elegido en Él, antes de la creación del mundo, para que fuéramos santos e irreprochables en su presencia, por el amor.

Él nos predestinó a ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo, conforme al beneplácito de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, que nos dio en su Hijo muy querido.

En Él hemos sido redimidos por su sangre y hemos recibido el perdón de los pecados, según la riqueza de su gracia, que Dios derramó sobre nosotros, dándonos toda sabiduría y entendimiento.

Él nos hizo conocer el misterio de su voluntad, conforme al designio misericordioso que estableció de antemano en Cristo, para que se cumpliera en la plenitud de los tiempos: reunir todas las cosas, las del cielo y las de la tierra, bajo una sola Cabeza, que es Cristo.

En Él, nosotros, los que hemos puesto nuestra esperanza en Él, hemos sido constituidos herederos y destinados de antemano, para ser alabanza de su gloria, según el previo designio del que realiza todas las cosas conforme a su voluntad.

En Él, ustedes, los que escucharon la Palabra de la verdad, la Buena Noticia de la salvación, y creyeron en ella, también han sido marcados con un sello por el Espíritu Santo prometido.

Ese Espíritu es el anticipo de nuestra herencia y prepara la redención del pueblo que Dios adquirió para sí, para alabanza de su gloria.

EVANGELIO

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO Cf. Ef 1, 17-18

Aleluya.

El Padre de nuestro Señor Jesucristo ilumine nuestros corazones, para que podamos valorar la esperanza a la que hemos sido llamados. Aleluya.

EVANGELIO

Los envió.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 6, 7-13

Jesús llamó a los Doce y los envió de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus impuros.

Y les ordenó que no llevaran para el camino más que un bastón; ni pan, ni provisiones, ni dinero; que fueran calzados con sandalias y que no tuvieran dos túnicas.

Les dijo: Permanezcan en la casa donde les den alojamiento hasta el momento de partir. Si no los reciben en un lugar y la gente no los escucha, al salir de allí, sacudan hasta el polvo de sus pies, en testimonio contra ellos.

Entonces fueron a predicar, exhortando a la conversión; expulsaron a muchos demonios y sanaron a numerosos enfermos, ungiéndolos con óleo.

Credo

Oración de los fieles

Que nuestras oraciones lleguen, hermanos, a la presencia del Señor y que nuestros ruegos sean escuchados por aquél que escruta el corazón de todos:

Pidamos la sabiduría del Hijo de Dios para los que proclaman con fidelidad la palabra divina y para todos los ministros que sirven a la Iglesia.

Por los cristianos separados de la Iglesia católica y apostólica, por Israel, el pueblo de la antigua alianza, y por los que no conocen al Dios verdadero, invoquemos al Señor, dueño de toda verdad.

Por los que viven lejos de su casa, por los encarcelados, por los débiles y oprimidos, y por los justos que sufren persecución, oremos a Jesús, el Salvador.

Invoquemos con fe y devoción al Señor de la gloria por la paz y felicidad de los que ahora estamos aquí, huéspedes en la casa del Señor.

Escucha, Padre todopoderoso, nuestras oraciones y concédenos considerar por encima de todo la grandeza de los favores que nos has otorgado con tu Hijo amado, para que, llenos del Espíritu Santo, anunciemos al mundo, de palabra y con las obras, el plan que has proyectado realizar en nuestros tiempos. Por Jesucristo, nuestro Señor

LITURGIA EUCARÍSTICA

 

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 

Señor y Dios nuestro, mira con bondad los dones de tu Iglesia en oración y concede que, al recibirlos, se acreciente la santidad de los creyentes. Por Jesucristo, nuestro Señor. 

Antífona de comunión         Sal 83, 4-5 

Hasta el gorrión encontró una casa, y la golondrina tiene un nido donde poner sus pichones: junto a tus altares, Señor del universo, mi Rey y mi Dios. Felices los que habitan en tu casa y te alaban sin cesar. 

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 

Alimentados con esta eucaristía, te pedimos, Padre, que por la celebración frecuente de este misterio crezca en nosotros el fruto de la salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor. 



Eucaristía del Domingo 04 de julio del 2021


Reflexión del mensaje del domingo 4 de Julio Décimo cuarto domingo del Tiempo Ordinario.


Domingo decimocuarto del tiempo ordinario

Salterio II 

Color: verde

Antífona de entrada             Cf. Sal. 47, 10-11 

En tu santo templo, Señor, evocamos tu misericordia; la gloria de tu nombre llega hasta los confines de la tierra. Tu derecha está llena de justicia. 

Gloria

ORACIÓN COLECTA 

Dios nuestro, que por la humillación de tu Hijo levantaste a la humanidad caída; concédenos una santa alegría, para que, liberados de la servidumbre del pecado, alcancemos la felicidad que no tiene fin. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. 

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Son un pueblo rebelde y sabrán que hay un profeta en medio de ellos.

Lectura de la profecía de Ezequiel   2, 2-5

Un espíritu entró en mí y me hizo permanecer de pie, y yo escuché al que me hablaba. Él me dijo:

Hijo de hombre, Yo te envío a los israelitas, a un pueblo de rebeldes que se han rebelado contra mí; ellos y sus padres se han sublevado contra mí hasta el día de hoy. Son hombres obstinados y de corazón endurecido aquellos a los que Yo te envío, para que les digas: “Así habla el Señor”. Y sea que escuchen o se nieguen a hacerlo -porque son un pueblo rebelde- sabrán que hay un profeta en medio de ellos.

SALMO RESPONSORIAL  122, 1-4

R/Nuestros ojos miran al Señor, hasta que se apiade de nosotros.

Levanto mis ojos hacia ti, que habitas en el cielo.

Como los ojos de los servidores están fijos en las manos de su señor y los ojos de la servidora en las manos de su dueña: así miran nuestros ojos al Señor, nuestro Dios, hasta que se apiade de nosotros.

¡Ten piedad, Señor, ten piedad de nosotros, ¡porque estamos hartos de desprecios! Nuestra alma está saturada de la burla de los arrogantes, del desprecio de los orgullosos.

SEGUNDA LECTURA

Me gloriaré en mi debilidad, para que resida en mí el poder de Cristo.

Lectura de la segunda carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto   12, 7-10

Hermanos:

Para que la grandeza de las revelaciones no me envanezca, tengo una espina clavada en mi carne, un ángel de Satanás que me hiere.

Tres veces pedí al Señor que me librara, pero Él me respondió:

Te basta mi gracia, porque mi poder triunfa en la debilidad”.

Más bien, me gloriaré de todo corazón en mi debilidad, para que resida en mí el poder de Cristo. Por eso, me complazco en mis debilidades, en los oprobios, en las privaciones, en las persecuciones y en las angustias soportadas por amor de Cristo; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.

EVANGELIO

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO  Cf. Lc 4, 18

Aleluya.

El Espíritu del Señor está sobre mí; Él me envió a llevar la Buena Noticia a los pobres. Aleluya.

EVANGELIO

Un profeta es despreciado solamente en su pueblo.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 6, 1-6a

Jesús se dirigió a su pueblo, seguido de sus discípulos. Cuando llegó el sábado, comenzó a enseñar en la sinagoga, y la multitud que lo escuchaba estaba asombrada y decía: “¿De dónde saca todo esto? ¿Qué sabiduría es ésa que le ha sido dada y esos grandes milagros que se realizan por sus manos? ¿No es acaso el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago, de José, de Judas y de Simón? ¿Y sus hermanas no viven aquí entre nosotros?” Y Jesús era para ellos un motivo de escándalo.

Por eso les dijo: “Un profeta es despreciado solamente en su pueblo, en su familia y en su casa”. Y no pudo hacer allí ningún milagro, fuera de sanar a unos pocos enfermos, imponiéndoles las manos. Y Él se asombraba de su falta de fe.

Credo

Oración de los fieles

Pidamos, hermanos, al Señor que escuche nuestras súplicas y acoja nuestras peticiones:

-      -  Oremos a Dios Padre por el Papa Francisco, por nuestro obispo, N., y por todos aquellos a los que se han confiado nuestras almas; que nuestro Señor les dé fuerza y sabiduría para dirigir y gobernar santamente las comunidades que les han sido encomendadas y puedan así dar buena cuenta cuando se les pida. 

-    - Oremos también para que Dios nos conceda la paz; que él, que es la verdadera paz y el origen de toda concordia, transmita la paz del cielo a la tierra, la paz espiritual para nuestras almas y la paz temporal para nuestros días.

-    - Pidamos por los que se esfuerzan en seguir las sendas del Evangelio, para que nuestro Señor los mantenga en este santo propósito hasta el fin de sus días.

-   - Oremos también por los que viven en pecado, para que nuestro Señor les dé la gracia de convertirse, hacer penitencia y purificarse en el sacramento del perdón y alcanzar así la salvación eterna.

- Oremos, finalmente, a Dios nuestro Señor por los fieles difuntos, que han salido ya de este mundo, especialmente por nuestros familiares, amigos y bienhechores, para que el Señor, por su gran misericordia, los reciba en su gloria y los coloque entre los santo   y elegidos.

Escucha, Padre santo, nuestras oraciones e ilumínanos con la luz de tu Espíritu, para que sintiéndonos pobres y débiles, experimentemos la fuerza de Cristo y el poder de su resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Eucaristía del Domingo 27 de junio del 2021



Domingo decimotercero del tiempo ordinario
Salterio I
Color: verde

Antífona de entrada             Sal 46, 2 

Todos los pueblos aplaudan y aclamen al Señor con gritos de alegría. 

Gloria

ORACIÓN COLECTA 

Dios nuestro, que por la gracia de la adopción quisiste hacernos hijos de la luz; concédenos que no seamos envueltos en las tinieblas del error, sino que permanezcamos siempre en el esplendor de la verdad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. 

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Por la envidia del demonio entró la muerte en el mundo.

Lectura del libro de la Sabiduría    1, 13-15; 2, 23-24

Dios no ha hecho la muerte ni se complace en la perdición de los vivientes. Él ha creado todas las cosas para que subsistan; las criaturas del mundo son saludables, no hay en ellas ningún veneno mortal y la muerte no ejerce su dominio sobre la tierra. Porque la justicia es inmortal.

Dios creó al hombre para que fuera incorruptible y lo hizo a imagen de su propia naturaleza, pero por la envidia del demonio entró la muerte en el mundo, y los que pertenecen a él tienen que padecerla.

SALMO RESPONSORIAL  29, 2. 4-6. 11-12a. 13b

R/Yo te glorifico, Señor, porque Tú me libraste.

Yo te glorifico, Señor, porque Tú me libraste y no quisiste que mis enemigos se rieran de mí. Tú, Señor, me levantaste del Abismo y me hiciste revivir, cuando estaba entre los que bajan al sepulcro.

Canten al Señor, sus fieles; den gracias a su santo Nombre, porque su enojo dura un instante, y su bondad, toda la vida: si por la noche se derraman lágrimas, por la mañana renace la alegría.

Escucha, Señor, ten piedad de mí; ven a ayudarme, Señor. Tú convertiste mi lamento en júbilo. ¡Señor, Dios mío, te daré gracias eternamente!

SEGUNDA LECTURA

Que la abundancia de ustedes supla la necesidad de los hermanos.

Lectura de la segunda carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto   8, 7. 9. 

13-15

Hermanos:

Ya que ustedes se distinguen en todo: en fe, en elocuencia, en ciencia, en toda clase de solicitud por los demás, y en el amor que nosotros les hemos comunicado, espero que también se distingan en generosidad.

Ya conocen la generosidad de nuestro Señor Jesucristo que, siendo rico, se hizo pobre por nosotros, a fin de enriquecernos con su pobreza.

No se trata de que ustedes sufran necesidad para que otros vivan en la abundancia, sino de que haya igualdad. En el caso presente, la abundancia de ustedes suple la necesidad de ellos, para que un día, la abundancia de ellos supla la necesidad de ustedes.

Así habrá igualdad, de acuerdo con lo que dice la Escritura:

“El que había recogido mucho no tuvo de sobra, y el que había recogido poco no sufrió escasez”.

EVANGELIO

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO Cf. 2Tim 1, 10b

Aleluya.

Nuestro Salvador Jesucristo destruyó la muerte e hizo brillar la vida, mediante la Buena Noticia. Aleluya.

EVANGELIO

¡Niña, Yo te lo ordeno, levántate!

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 5, 21-43

Cuando Jesús regresó en la barca a la otra orilla, una gran multitud se reunió a su alrededor, y Él se quedó junto al mar. Entonces llegó uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo, y al verlo, se arrojó a sus pies, rogándole con insistencia: Mi hijita se está muriendo; ven a imponerle las manos, para que se sane y viva. Jesús fue con él y lo seguía una gran multitud que lo apretaba por todos lados.

Se encontraba allí una mujer que desde hacía doce años padecía de hemorragias. Había sufrido mucho en manos de numerosos médicos y gastado todos sus bienes sin resultado; al contrario, cada vez estaba peor. Como había oído hablar de Jesús, se le acercó por detrás, entre la multitud, y tocó su manto, porque pensaba: Con sólo tocar su manto quedaré sanada. Inmediatamente cesó la hemorragia, y ella sintió en su cuerpo que estaba sanada de su mal.

Jesús se dio cuenta en seguida de la fuerza que había salido de Él, se dio vuelta y, dirigiéndose a la multitud, preguntó: ¿Quién tocó mi manto?

Sus discípulos le dijeron: ¿Ves que la gente te aprieta por todas partes y preguntas quién te ha tocado? Pero Él seguía mirando a su alrededor, para ver quién había sido.

Entonces la mujer, muy asustada y temblando, porque sabía bien lo que le había ocurrido, fue a arrojarse a sus pies y le confesó toda la verdad.

Jesús le dijo: Hija, tu fe te ha salvado. Vete en paz, y queda sanada de tu enfermedad.

Todavía estaba hablando, cuando llegaron unas personas de la casa del jefe de la sinagoga y le dijeron: Tu hija ya murió; ¿para qué vas a seguir molestando al Maestro? Pero Jesús, sin tener en cuenta esas palabras, dijo al jefe de la sinagoga: No temas, basta que creas. Y sin permitir que nadie lo acompañara, excepto Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago, fue a casa del jefe de la sinagoga.

Allí vio un gran alboroto, y gente que lloraba y gritaba. Al entrar, les dijo: ¿Por qué se alborotan y lloran? La niña no está muerta, sino que duerme. Y se burlaban de Él.

Pero Jesús hizo salir a todos, y tomando consigo al padre y a la madre de la niña, y a los que venían con Él, entró donde ella estaba. La tomó de la mano y le dijo: Talitá kum, que significa: ¡Niña, yo te lo ordeno, levántate! En seguida la niña, que ya tenía doce años, se levantó y comenzó a caminar. Ellos, entonces, se llenaron de asombro, y Él les mandó insistentemente que nadie se enterara de lo sucedido. Después dijo que dieran de comer a la niña.

Credo

Oración de los fieles

Pidamos, hermanos, al Señor que escuche nuestras oraciones, para que podamos alegrarnos al recibir su ayuda:

Por los ministros de la Iglesia que han consagrado su vida al Señor y por todos los pueblos que adoran al Dios verdadero, roguemos a Cristo, el Señor.

Para que el tiempo sea bueno y todos podamos gozar de una naturaleza limpia en la bella sucesión de las diversas estaciones, roguemos al Dios que con sabiduría gobierna al mundo.

Por los que son víctimas de la debilidad humana, del espíritu de odio o de envidia o de los otros vicios del mundo, roguemos al Redentor misericordioso.

Encomendémonos mutuamente al Señor, pongamos toda nuestra existencia en sus manos y oremos con confianza al autor y guardián de todo lo que tenemos y poseemos.

Dios nuestro, que, por el misterio de tu Hijo, pobre y crucificado, has querido enriquecernos con tus bienes, escucha nuestras oraciones y no permitas que, mientras anunciemos a los demás la alegre novedad del Evangelio, nos acobardemos ante la pobreza o la cruz. Por Jesucristo, nuestro Señor.

LITURGIA EUCARÍSTICA

 

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 

Dios de bondad, que das eficacia a tus misterios, concede que nuestro culto resulte digno de estos sagrados dones. Por Jesucristo, nuestro Señor. 

Antífona de comunión         Cf. Sal 102, 1 

Bendice al Señor, alma mía, que todo mi ser bendiga a su santo nombre. 

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 

Que la víctima divina que hemos ofrecido y recibido nos llene de vida, Señor, para que, unidos a ti por el amor, demos frutos que permanezcan eternamente. Por Jesucristo, nuestro Señor. 



Eucaristía del Domingo 20 de junio del 2021

Domingo duodécimo del tiempo ordinario

Salterio IV
Color: verde

Antífona de entrada Cf. Sal 27, 8-9 

El Señor es la fuerza de su pueblo, el baluarte de salvación para su Ungido. Señor, salva a tu pueblo y bendice a tu heredad; apaciéntalo, y sé su guía para siempre. 

Gloria

ORACIÓN COLECTA 

Concédenos, Señor y Dios nuestro, vivir siempre en el amor y respeto a tu santo nombre, ya que en tu providencia nunca abandonas a quienes estableces en el sólido fundamento de tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. 

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Aquí se quebrará la soberbia de tus olas.

Lectura del libro de Job   38, 1. 8-11

El Señor habló a Job desde la tempestad, diciendo:

¿Quién encerró con dos puertas al mar, cuando él salía a borbotones del vientre materno, cuando le puse una nube por vestido y por pañales, densos nubarrones?

Yo tracé un límite alrededor de él, le puse cerrojos y puertas, y le dije: “Llegarás hasta aquí y no pasarás; aquí se quebrará la soberbia de tus olas”.

SALMO RESPONSORIAL   106, 23-26. 28-31

R/¡Den gracias al Señor porque es bueno, porque es eterno su amor!

Los que viajaron en barco por el mar, para traficar por las aguas inmensas, contemplaron las obras del Señor, sus maravillas en el océano profundo.

Con su palabra desató un vendaval, que encrespaba las olas del océano: ellos subían hasta el cielo, bajaban al abismo, se sentían desfallecer por el mareo.

Pero en la angustia invocaron al Señor, y Él los libró de sus tribulaciones: cambió el huracán en una brisa suave y se aplacaron las olas del mar.

Entonces se alegraron de aquella calma, y el Señor los condujo al puerto deseado. Den gracias al Señor por su misericordia y por sus maravillas en favor de los hombres.

SEGUNDA LECTURA

Un ser nuevo se ha hecho presente.

Lectura de la segunda carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto 5, 14-17

Hermanos:

El amor de Cristo nos apremia, al considerar que, si uno solo murió por todos, entonces todos han muerto. Y Él murió por todos, a fin de que los que viven no vivan más para sí mismos, sino para Aquél que murió y resucitó por ellos.

Por eso nosotros, de ahora en adelante, ya no conocemos a nadie con criterios puramente humanos; y si conocimos a Cristo de esa manera, ya no lo conocemos más así.

El que vive en Cristo es una nueva criatura: lo antiguo ha desaparecido, un ser nuevo se ha hecho presente.

EVANGELIO

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO    Lc 7, 16

Aleluya.

Un gran profeta ha aparecido en medio de nosotros y Dios ha visitado a su pueblo.

Aleluya.    

EVANGELIO

¿Quién es éste que hasta el viento y el mar le obedecen?

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 4, 35-41

Un día, al atardecer, Jesús dijo a sus discípulos: “Crucemos a la otra orilla”. Ellos, dejando a la multitud, lo llevaron en la barca, así como estaba. Había otras barcas junto a la suya.

Entonces se desató un fuerte vendaval, y las olas entraban en la barca, que se iba llenando de agua. Jesús estaba en la popa, durmiendo sobre el cabezal.

Lo despertaron y le dijeron: “¡Maestro! ¿No te importa que nos ahoguemos?”

Despertándose, Él increpó al viento y dijo al mar: “¡Silencio! ¡Cállate!” El viento se aplacó y sobrevino una gran calma.

Después les dijo: “¿Por qué tienen miedo? ¿Cómo no tienen fe?” Entonces quedaron atemorizados y se decían unos a otros:

¿Quién es éste, que hasta el viento y el mar le obedecen?”.

Credo

Oración de los fieles

Elevemos, hermanos, nuestros ojos al Señor y esperemos, confiados, su ayuda salvífica:

-       Por el santo Padre, el Papa Francisco, por nuestro obispo N. y por todos los sacerdotes y diáconos de Jesucristo, roguemos al Señor.

-       Por el buen tiempo, por el fruto de las investigaciones de los estudiosos y por la prosperidad del trabajo de todos, roguemos al Señor.

-       Por las vírgenes consagradas al Señor y por los religiosos que trabajan en nuestras comunidades, roguemos al Señor.

-       Por todos los que hacen el bien en nuestras parroquias, y por los que cuidan de los pobres y de los enfermos, roguemos al Señor.

Escucha, Señor, nuestras oraciones y fortalece la fe del pueblo cristiano, para que nunca se enorgullezca ante la prosperidad ni se desanime ante la adversidad, sino que en todo momento sepa reconocer y experimentar que tú estás cerca de nosotros y nos acompañas en el camino de la vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.

LITURGIA EUCARÍSTICA

 ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 

Recibe, Señor, este sacrificio de reconciliación y alabanza, y concédenos que, purificados por su poder, sea de tu agrado el afecto de nuestro corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor. 

Antífona de comunión Cf. Sal 144, 15

Los ojos de todos esperan en ti, Señor, y tú les das la comida a su tiempo. 

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 

Renovados con el sagrado Cuerpo y Sangre de tu Hijo, imploramos, Señor, tu clemencia; haz que en la plenitud de la redención alcancemos lo que celebramos en cada eucaristía. Por Jesucristo, nuestro Señor. 

Reflexión

Al calmar la tempestad y el viento, en el Evangelio de hoy, Jesús nos manifiesta que él es Dios, nos muestra cómo su poder es más fuerte que una tormenta amenazadora. Por eso, en primer lugar, podríamos decir que este episodio nos vuelve a llamar a poner nuestra confianza en el Señor, pues, aunque en nuestra vida, pasemos por situaciones difíciles o turbulentas, debemos saber que, en medio de ellas, el Señor está presente, contra lo cual esas amenazas decaen. En segundo lugar, se nos invita a que como Iglesia seamos contemplativos para responder satisfactoriamente a la pregunta “¿quién es este?” Ante el Señor, es más acertado admirar y adorar que explicar o especular.


Preguntémonos hoy: ¿Podemos sentirnos abandonados, solos, indefensos, cuando sabemos que Jesús es más fuerte que todo lo que pueda dañarnos?


Eucaristía del Domingo 13 de junio de 2021

 


Domingo undécimo del tiempo ordinario
Salterio III
Color: verde

Antífona de entrada             Cf. Sal 26, 7.9 

Escucha, Señor, la voz de mi clamor: no me rechaces ni me abandones, Dios, mi salvador, porque tú eres mi refugio. 

Gloria

ORACIÓN COLECTA 

Dios nuestro, fuerza de los que esperan en ti, escucha con bondad nuestras súplicas, ya que sin tu ayuda nada puede la fragilidad humana, y concédenos la gracia de cumplir tus mandamientos para agradarte con nuestras acciones y deseos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. 

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Exaltó al árbol humillado.

Lectura de la profecía de Ezequiel 17, 22-24

Así habla el Señor:

Yo tomaré la copa de un gran cedro, cortaré un brote de la más alta de sus ramas, y lo plantaré en una montaña muy elevada: lo plantaré en la montaña más alta de Israel. Él echará ramas y producirá frutos, y se convertirá en un magnifico cedro. Pájaros de todas clases anidarán en él, habitarán a la sombra de sus ramas.

Y todos los árboles del campo sabrán que Yo, el Señor, humillo al árbol elevado y exalto al árbol humillado, hago secar al árbol verde y reverdecer al árbol seco. Yo, el Señor, lo he dicho y lo haré.

SALMO RESPONSORIAL    91, 2-3. 13-16

R/Es bueno darte gracias, Señor.

Es bueno dar gracias al Señor, y cantar, Dios Altísimo, a tu Nombre; proclamar tu amor de madrugada, y tu fidelidad en las vigilias de la noche.

El justo florecerá como la palmera, crecerá como los cedros del Líbano: trasplantado en la Casa del Señor, florecerá en los atrios de nuestro Dios. 

En la vejez seguirá dando frutos, se mantendrá fresco y frondoso, para proclamar qué justo es el Señor, mi Roca, en quien no existe la maldad.

SEGUNDA LECTURA

Sea que vivamos en este cuerpo o fuera de él, nuestro único deseo es agradar al Señor.

Lectura de la segunda carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto 5, 6-10

Hermanos:

Nosotros nos sentimos plenamente seguros, sabiendo que habitar en este cuerpo es vivir en el exilio, lejos del Señor; porque nosotros caminamos en la fe y todavía no vemos claramente.

Sí, nos sentimos plenamente seguros, y por eso, preferimos dejar este cuerpo para estar junto al Señor; en definitiva, sea que vivamos en este cuerpo o fuera de él, nuestro único deseo es agradarle.

Porque todos debemos comparecer ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba, de acuerdo con sus obras buenas o malas, lo que mereció durante su vida mortal.

EVANGELIO

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO

Aleluya.

La semilla es la palabra de Dios, el sembrador es Cristo; el que lo encuentra permanece para siempre. Aleluya.

EVANGELIO

Es la más pequeña de las semillas, pero llega a ser la más grande de todas las hortalizas.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 4, 26-34

Jesús decía a sus discípulos:

El Reino de Dios es como un hombre que echa la semilla en la tierra: sea que duerma o se levante, de noche y de día, la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo. La tierra por sí misma produce primero un tallo, luego una espiga, y al fin grano abundante en la espiga. Cuando el fruto está a punto, él aplica en seguida la hoz, porque ha llegado el tiempo de la cosecha.

También decía: ¿Con qué podríamos comparar el Reino de Dios? ¿Qué parábola nos servirá para representarlo? Se parece a un grano de mostaza. Cuando se la siembra, es la más pequeña de todas las semillas de la tierra, pero, una vez sembrada, crece y llega a ser la más grande de todas las hortalizas, y extiende tanto sus ramas que los pájaros del cielo se cobijan a su sombra.

Y con muchas parábolas como éstas les anunciaba la Palabra, en la medida en que ellos podían comprender. No les hablaba sino en parábolas, pero a sus propios discípulos, en privado, les explicaba todo.

Credo

Oración de los fieles

Oremos, hermanos, al Señor, que conoce lo que está escondido a nuestros ojos y sabe cuáles son las verdaderas necesidades de los hombres:

Oremos por la santa Iglesia, para que Dios, nuestro Señor, aumente el número de sus fieles, aleje de ella toda división y escuche las plegarias que le dirigen todos los cristianos del mundo.

Oremos también a nuestro Señor por los gobernantes de nuestra patria y de todos los pueblos, para que Dios les dé sabiduría y fuerza para gobernar y dirigir con paz y justicia el pueblo que tienen encomendado.

Oremos también por los que están lejos de su hogar, para que nuestro Señor les conceda un viaje feliz, retornar con salud a sus familias, y la realización plena de los proyectos de su viaje.

Oremos también a nuestro Señor por los que hoy nos hemos reunido aquí en su nombre y por el párroco (pastor) que nos preside (o bien: y por mí, su indigno ministro): para que nuestro Señor escuche nuestras oraciones y nuestras peticiones le sean siempre agradables.

Dios nuestro, que siembras a manos llenas en nuestros corazones la semilla de la verdad y de la gracia, escucha nuestras oraciones, concédenos acoger, con humilde esperanza, y cultivar, con paciencia evangélica, el grano que tú has sembrado en nosotros, convencidos de que, cuanto más profundamente arraigue tu palabra en nuestras vidas, más amor y más justicia habrá en el mundo.  Por Jesucristo, nuestro Señor.


Reflexión

Las parábolas que se nos comunican hoy nos invitan a seguir trabajando en la construcción del Reino, aunque a veces no veamos los frutos de la siembra. Son una invitación a no estar ansiosos o dependientes de los supuestos éxitos o de inmediatas respuestas a nuestros esfuerzos. El Reino crece, lentamente, ocultamente, y cuando menos lo esperamos vemos sus frutos. Hoy más que nunca debemos tener confianza y creerle a Dios, pues no somos nosotros quienes hacemos crecer la semilla, sino Él.


A la luz del texto preguntémonos hoy: ¿Confío a Dios mi vida y el anuncio que estoy haciendo con ella del Reino de Dios?


Eucaristía del domingo 06 de junio de 2021
EL SANTÍSIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO



Domingo décimo del tiempo ordinario
Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo
Salterio II
Color: blanco

Antífona de entrada             Cf. Sal 80, 17 

El Señor los alimento con lo mejor del trigo, y los sació con miel silvestre.

Gloria

ORACIÓN COLECTA

 Señor Jesucristo, que en este admirable sacramento nos dejaste el memorial de tu Pasión, concédenos venerar de tal manera los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que podamos experimentar siempre en nosotros los frutos de tu redención. Que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo, y eres Dios, por los siglos de los siglos.

PRIMERA LECTURA

Ésta es la sangre de la alianza que el Señor hace con ustedes.

Lectura del libro del Éxodo 24, 3-8

En aquellos días:

Moisés fue a comunicar al pueblo todas las palabras y prescripciones del Señor, y el pueblo respondió a una sola voz: “Estamos decididos a poner en práctica todas las palabras que ha dicho el Señor”.

Moisés consignó por escrito las palabras del Señor, y a la mañana siguiente, bien temprano, levantó un altar al pie de la montaña y erigió doce piedras en representación de las doce tribus de Israel. Después designó a un grupo de jóvenes israelitas, y ellos ofrecieron holocaustos e inmolaron terneros al Señor, en sacrificio de comunión. Moisés tomó la mitad de la sangre, la puso en unos recipientes, y derramó la otra mitad sobre el altar. Luego tomó el documento de la alianza y lo leyó delante del pueblo, el cual exclamó: “Estamos resueltos a poner en práctica y a obedecer todo lo que el Señor ha dicho”.

Entonces Moisés tomó la sangre y roció con ella al pueblo, diciendo: “Ésta es la sangre de la alianza que ahora el Señor hace con ustedes, según lo establecido en estas cláusulas”.

SALMO RESPONSORIAL    115, 12-13. 15-18

R/. Alzaré la copa de la salvación e invocaré el Nombre del Señor.

¿Con qué pagaré al Señor todo el bien que me hizo? Alzaré la copa de la salvación e invocaré el Nombre del Señor.

¡Qué penosa es para el Señor la muerte de sus amigos! Yo, Señor, soy tu servidor, tu servidor, lo mismo que mi madre: por eso rompiste mis cadenas.

Te ofreceré un sacrificio de alabanza, e invocaré el Nombre del Señor. Cumpliré mis votos al Señor, en presencia de todo su pueblo.

SEGUNDA LECTURA

La sangre de Cristo purificará nuestra conciencia.

Lectura de la carta a los Hebreos 9, 11-15

Hermanos:

Cristo, a diferencia de los sacerdotes del culto antiguo, ha venido como Sumo Sacerdote de los bienes futuros. Él, a través de una Morada más excelente y perfecta que la antigua -no construida por manos humanas, es decir, no de este mundo creado, entró de una vez por todas en el Santuario, no por la sangre de chivos y terneros, sino por su propia sangre, obteniéndonos así una redención eterna.

Porque si la sangre de chivos y toros y la ceniza de ternera, con que se rocía a los que están contaminados por el pecado, los santifica, obteniéndoles la pureza externa, ¡cuánto más la sangre de Cristo, que por obra del Espíritu eterno se ofreció sin mancha a Dios, purificará nuestra conciencia de las obras que llevan a la muerte, para permitirnos tributar culto al Dios viviente!

Por eso, Cristo es mediador de una Nueva Alianza entre Dios y los hombres, a fin de que, habiendo muerto para redención de los pecados cometidos en la primera Alianza, los que son llamados reciban la herencia eterna que ha sido prometida.

SECUENCIA

Glorifica, Sión, a tu Salvador, aclama con himnos y cantos a tu Jefe y tu Pastor.

Glorifícalo cuanto puedas, porque Él está sobre todo elogio y nunca lo glorificarás

bastante.

El motivo de alabanza que hoy se nos propone es el pan que da la vida.

El mismo pan que en la Cena Cristo entregó a los Doce, congregados como

hermanos.

Alabemos ese pan con entusiasmo, alabémoslo con alegría, que resuene nuestro júbilo ferviente.

Porque hoy celebramos el día en que se renueva la institución de este sagrado banquete.

En esta mesa del nuevo Rey, la Pascua de la nueva alianza pone fin a la Pascua antigua.

El nuevo rito sustituye al viejo, las sombras se disipan ante la verdad, la luz ahuyenta las tinieblas.

Lo que Cristo hizo en la Cena, mandó que se repitiera en memoria de su amor.

Instruidos con su enseñanza, consagramos el pan y el vino para el sacrificio de la salvación.

Es verdad de fe para los cristianos que el pan se convierte en la carne, y el vino, en la sangre de Cristo.

Lo que no comprendes y no ves es atestiguado por la fe, por encima del orden natural.

Bajo la forma del pan y del vino, que son signos solamente, se ocultan preciosas realidades.

Su carne es comida, y su sangre, bebida, pero bajo cada uno de estos signos, está Cristo todo entero.

Se lo recibe íntegramente, sin que nadie pueda dividirlo ni quebrarlo ni partirlo.

Lo recibe uno, lo reciben mil, tanto éstos como aquél, sin que nadie pueda consumirlo.

Es vida para unos y muerte para otros. Buenos y malos, todos lo reciben, pero con diverso resultado.

Es muerte para los pecadores y vida para los justos; mira cómo un mismo alimento tiene efectos tan contrarios.

Cuando se parte la hostia, no vaciles: recuerda que en cada fragmento está Cristo todo entero.

La realidad permanece intacta, sólo se parten los signos, y Cristo no queda disminuido, ni en su ser ni en su medida.

Éste es el pan de los ángeles, convertido en alimento de los hombres peregrinos: es el verdadero pan de los hijos, que no debe tirarse a los perros.

Varios signos lo anunciaron: el sacrificio de Isaac, la inmolación del Cordero pascual y el maná que comieron nuestros padres.

Jesús, buen Pastor, pan verdadero, ten piedad de nosotros: apaciéntanos y cuídanos; permítenos contemplar los bienes eternos en la tierra de los vivientes.

Tú, que lo sabes y lo puedes todo, Tú, que nos alimentas en este mundo, conviértenos en tus comensales del cielo, en tus coherederos y amigos, junto con todos los santos.

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO   Jn 6, 51

Aleluya.

“Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente”,

dice el Señor. Aleluya.   

EVANGELIO

Esto es mi Cuerpo. Ésta es mi Sangre.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 14, 12-16. 22-25

El primer día de la fiesta de los panes ácimos, cuando se inmolaba la víctima pascual, los discípulos dijeron a Jesús: “¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la comida pascual?”

Él envió a dos de sus discípulos, diciéndoles: “Vayan a la ciudad; allí se encontrarán con un hombre que lleva un cántaro de agua. Síganlo, y díganle al dueño de la casa donde entre: El Maestro dice: “¿Dónde está mi sala, en la que voy a comer el cordero pascual con mis discípulos?” Él les mostrará en el piso alto una pieza grande, arreglada con almohadones y ya dispuesta; prepárennos allí lo necesario”.

Los discípulos partieron y, al llegar a la ciudad, encontraron todo como Jesús les había dicho y prepararon la Pascua.

Mientras comían, Jesús tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: “Tomen, esto es mi Cuerpo”.

Después tomó una copa, dio gracias y se la entregó, y todos bebieron de ella. Y les dijo: “Esta es mi Sangre, la Sangre de la Alianza, que se derrama por muchos. Les aseguro que no beberé más del fruto de la vid hasta el día en que beba el vino nuevo en el Reino de Dios”. 

Credo

Oración de los fieles.

Oremos, hermanos, al Señor, que conoce lo que está escondido a nuestros ojos y sabe cuáles son las verdaderas necesidades de los hombres:

- Oremos por la santa Iglesia, para que Dios, nuestro Señor, aumente el número de sus fieles, aleje de ella toda división y escuche las plegarias que le dirigen todos los cristianos del mundo.

- Oremos también a nuestro Señor por los gobernantes de nuestra patria y de todos los pueblos, para que Dios les dé sabiduría y fuerza para gobernar y dirigir con paz y justicia el pueblo que tienen encomendado.

- Oremos también por los que están lejos de su hogar, para que nuestro Señor les conceda un viaje feliz, retornar con salud a sus familias, y la realización plena de los proyectos de su viaje.

- Oremos también a nuestro Señor por los que hoy nos hemos reunido aquí en su nombre y por el párroco (pastor) que nos preside (o bien: y por mí, su indigno ministro): para que nuestro Señor escuche nuestras oraciones y nuestras peticiones le sean siempre agradables. 

Dios nuestro, que nos has elegido como reino de sacerdotes, propiedad personal y nación santa y has querido que seamos signo visible de la nueva realeza de tu reino, escucha las oraciones de tu pueblo y concédenos vivir en plena unión contigo, tanto en el sacrificio de alabanza como en el servicio a nuestros hermanos, para que así leguemos a ser delante de los hombres anunciadores y testigos del Evangelio. Por Jesucristo, nuestro Señor. 


Eucaristía del domingo 30 de mayo de 2021
LA SANTÍSIMA TRINIDAD

 


LA SANTÍSIMA TRINIDAD (B)

Solemnidad
Salterio I

Color: blanco

Antífona de entrada 

Bendita sea la Santísima Trinidad: Dios Padre, el Hijo unigénito de Dios y el Espíritu Santo, porque ha tenido misericordia con nosotros. 

Gloria. 

ORACIÓN COLECTA 

Dios Padre, que revelaste a los hombres tu misterio admirable al enviar al mundo la Palabra de verdad y el Espíritu santificador; te pedimos que, en la profesión de la fe verdadera, podamos conocer la gloria de la eterna Trinidad y adorar al único Dios todopoderoso. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. 

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

El Señor es Dios -allá arriba, en el cielo, y aquí abajo, en la tierra- y no hay otro.

Lectura del libro del Deuteronomio 4, 32-34. 39-40

Moisés habló al pueblo diciendo:

Pregúntale al tiempo pasado, a los días que te han precedido desde que el Señor creó al hombre sobre la tierra, si de un extremo al otro del cielo sucedió alguna vez algo tan admirable o se oyó una cosa semejante.

¿Qué pueblo oyó la voz de Dios que hablaba desde el fuego, como la oíste tú, y pudo sobrevivir? ¿O qué dios intentó venir a tomar para sí una nación de en medio de otra, con milagros, signos y prodigios, combatiendo con mano poderosa y brazo fuerte, y realizando tremendas hazañas, como el Señor, tu Dios, lo hizo por ti en Egipto, ¿ante tus mismos ojos?

Reconoce hoy y medita en tu corazón que el Señor es Dios allá -arriba, en el cielo, y aquí abajo, en la tierra- y no hay otro.

Observa los preceptos y los mandamientos que hoy te prescribo. Así serás feliz, tú y tus hijos después de ti, y vivirás mucho tiempo en la tierra que el Señor, tu Dios, te da para siempre.

SALMO RESPONSORIAL   32, 4-6. 9. 18-20. 22

R/¡Feliz el pueblo que el Señor se eligió como herencia!

La palabra del Señor es recta y Él obra siempre con lealtad; El ama la justicia y el derecho, y la tierra está llena de su amor.

La palabra del Señor hizo el cielo, y el aliento de su boca, los ejércitos celestiales; porque Él lo dijo, y el mundo existió, Él dio una orden, y todo subsiste.

Los ojos del Señor están fijos sobre sus fieles, sobre los que esperan en su misericordia, para librar sus vidas de la muerte y sustentarlos en el tiempo de indigencia.

Nuestra alma espera en el Señor: Él es nuestra ayuda y nuestro escudo. Señor, que tu amor descienda sobre nosotros, conforme a la esperanza que tenemos en ti.

SEGUNDA LECTURA

Ustedes han recibido el espíritu de hijos adoptivos, que nos hace llamar a Dios Abbá, es decir Padre”.

Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Roma 8, 14-17

Hermanos:

Todos los que son conducidos por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. Y ustedes no han recibido un espíritu de esclavos para volver a caer en el temor, sino el espíritu de hijos adoptivos, que nos hace llamar a Dios ¡Abba!, es decir, ¡Padre!

El mismo Espíritu se une a nuestro espíritu para dar testimonio de que somos hijos de Dios. Y si somos hijos, también somos herederos, herederos de Dios y coherederos de Cristo, porque sufrimos con Él para ser glorificados con Él.

EVANGELIO

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO    Cf. Apoc 1, 8

Aleluya.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, al Dios que es, que era y que viene. Aleluya.

EVANGELIO

Bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 28, 16-20

Después de la Resurrección del Señor, los once discípulos fueron a Galilea, a la montaña donde Jesús los había citado. Al verlo, se postraron delante de Él; sin embargo, algunos todavía dudaron.

Acercándose, Jesús les dijo: Yo he recibido todo poder en el cielo y en la tierra. Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a cumplir todo lo que Yo les he mandado. Y Yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo.

MENSAJE DE LA PALABRA DE DIOS DE HOY

La Santísima Trinidad es el misterio central de la fe y la vida cristiana. Solamente Dios puede revelarse a sí mismo como Padre Creador, Hijo Redentor y Espíritu Santificador. En el momento del bautismo, una persona está entrando en la nueva vida bienaventurada de la comunión del Dios Uno y Trino.

El libro del Éxodo narra la salida de Egipto, cuando Dios libera al pueblo hebreo con su "mano fuerte y su brazo extendido". Esta fue la primera intervención que experimentaron los israelitas y la revelación de que el Señor es su Dios, y por ende, el Todopoderoso en el cielo y en la tierra. Dios como Padre, imparte la ley como eco de su voz y medio educativo para adoctrinar a la humanidad. La ley no fue dada únicamente para juzgar y expresar la voluntad de Dios en la forma de un mandamiento objetivo, sino para revelar que Dios como Padre ama a Israel y a todas las naciones, porque en su voluntad, quiere que todos se salven, sean felices y vivan eternamente en la heredad que el Señor tiene preparado desde siempre.

Jesucristo, el único Hijo de Dios, vino del cielo para redimirnos y en su resurrección, se le ha concedido toda autoridad en el cielo y en la tierra, y con su sangre de sacrificio entró en el santuario de Dios, y se sentó a la derecha del Padre, estableciendo la nueva alianza entre el cielo y la tierra. No obstante, luego de dejar la tierra en su gloriosa ascensión, continúa, como único mediador, intercediendo para que venga al Reino de su Padre y se haga su voluntad de reconciliar todo en la tierra como en el cielo. Ahora Jesús ha confiado su autoridad a la Iglesia a través del envío del Espíritu Santo para que complete la misión santificadora en la tierra y encaminar todo hacia el cielo.

Jesucristo, el único Hijo de Dios, vino del cielo para redimirnos y en su resurrección, se le ha concedido toda autoridad en el cielo y en la tierra, y con su sangre de sacrificio entró en el santuario de Dios, y se sentó a la derecha del Padre, estableciendo la nueva alianza entre el cielo y la tierra. No obstante, luego de dejar la tierra en su gloriosa ascensión, continúa, como único mediador, intercediendo para que venga al Reino de su Padre y se haga su voluntad de reconciliar todo en la tierra como en el cielo. Ahora Jesús ha confiado su autoridad a la Iglesia a través del envío del Espíritu Santo para que complete la misión santificadora en la tierra y encaminar todo hacia el cielo.
Jesucristo, el único Hijo de Dios, vino del cielo para redimirnos y en su resurrección, se le ha concedido toda autoridad en el cielo y en la tierra, y con su sangre de sacrificio entró en el santuario de Dios, y se sentó a la derecha del Padre, estableciendo la nueva alianza entre el cielo y la tierra. No obstante, luego de dejar la tierra en su gloriosa ascensión, continúa, como único mediador, intercediendo para que venga al Reino de su Padre y se haga su voluntad de reconciliar todo en la tierra como en el cielo. Ahora Jesús ha confiado su autoridad a la Iglesia a través del envío del Espíritu Santo para que complete la misión santificadora en la tierra y encaminar todo hacia el cielo.

De esta manera, los creyentes sabemos que estamos trabajando con el Salvador a través de su paciencia en sus sufrimientos: "si padecemos con Cristo, seremos glorificados con Él". Ciertamente, aunque hayamos nacido de Dios, los cristianos podemos volver a caer en el pecado. Pero mientras permanezcamos en el espíritu de Dios, es decir, como dice el apóstol Pablo, "guiados por el espíritu de Dios", que se derrama en los corazones como norma de vida, podemos vencer las tentaciones de pecado. Todos los dones del Espíritu Santo, "recibidos como hijos y no como esclavos temerosos", se perciben a través de las vocaciones y acciones humanas, con la gracia de Dios. Porque el Espíritu Santo habita en todos los creyentes, dando testimonio, intercediendo por todos y gritando al unísono en los corazones.

"Un cuerpo, un espíritu, un Señor, un Dios". El Espíritu Santo está unido porque es del Espíritu de Dios y consagra a los bautizados como hijos adoptivos del Padre. Toda la obra del Espíritu Santo es acercar a las personas a las profundidades divinas, experimentar sus misterios y vivir en comunión con Dios. Depende del Espíritu Santo que los seres humanos puedan reconocer a Cristo y confesar que "Jesús es el Señor" y, también orar a Dios y llamarlo Padre. Los creyentes, mientras poseamos el Espíritu Santo, podemos triunfar sobre la carne y el mundo, cumpliendo y confiando en la palabra de Jesucristo que anima a todos porque ha vencido a nuestros enemigos, la carne, el mundo, la muerte y el demonio y permite que nos convirtamos poco a poco en esa imagen de Dios, comunión de amor y de unidad en medio de las diferencias de la humanidad.

GLORIA AL PADRE, Y AL HIJO, Y AL ESPÍRITU SANTO,

COMO ERA EN EL PRINCIPIO AHORA Y SIEMPRE POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS. Amén.



Credo. 

Oración de los fieles

Oremos, hermanos, a Dios, Padre entrañable, que por Jesucristo nos ha revelado su amor y que escucha complacido los gemidos inefables con que el Espíritu intercede por nosotros:

Para que Dios Padre, Creador todopoderoso del universo, lleve el mundo a su plenitud y haga nacer aquel cielo nuevo y aquella la tierra nueva que nos ha prometido, en la que la humanidad entera encontrará la felicidad y podrá contemplar su faz gloriosa, roguemos al Señor.

Para que el Hijo Unigénito de Dios, que se hizo hombre para desposarse con la Iglesia, infunda en ella un amor semejante al suyo, como corresponde a su condición de esposa amada, roguemos al Señor.

Para que el Espíritu del Señor, que enriquece al mundo con sus dones, sea padre para los pobres, consuelo para los tristes, salud para los enfermos y fuerza para los decaídos, roguemos al Señor.

Para que los que conocemos el misterio de la vida íntima de Dios, uno en tres Personas, tengamos celo para anunciarlo a quienes lo desconocen a fin de que también ellos encuentren gozo y descanso en Dios, que se nos ha revelado como Padre, Hijo y Espíritu Santo, roguemos al Señor.

Padre fiel y misericordioso, que enviaste al mundo tu Hijo Unigénito y quisiste que tu Espíritu fuera para nosotros principio de vida, constructor de unidad y fuente de amor, escucha nuestras oraciones, fortalece nuestra fe e inspíranos sentimientos de paz y esperanza para que, reunidos en la comunión de tu Iglesia, bendigamos siempre tu nombre glorioso y santo. Por Jesucristo, nuestro Señor.



Pentecostés (B)

Domingo, 23 de mayo del 2021



LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar.

Lectura de los Hechos de los Apóstoles   2, 1-11

Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar. De pronto, vino del cielo un ruido, semejante a una fuerte ráfaga de viento, que resonó en toda la casa donde se encontraban. Entonces vieron aparecer unas lenguas como de fuego, que descendieron por separado sobre cada uno de ellos. Todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en distintas lenguas, según el Espíritu les permitía expresarse.

Había en Jerusalén judíos piadosos, venidos de todas las naciones del mundo. Al oírse este ruido, se congregó la multitud y se llenó de asombro, porque cada uno los oía hablar en su propia lengua. Con gran admiración y estupor decían:

¿Acaso estos hombres que hablan no son todos galileos? ¿Cómo es que cada uno de nosotros los oye en su propia lengua? Partos, medos y elamitas, los que habitamos en la Mesopotamia o en la misma Judea, en Capadocia, en el Ponto y en Asia Menor, en Frigia y Panfilia, en Egipto, en la Libia Cirenaica, los peregrinos de Roma, judíos y prosélitos, cretenses y árabes, todos los oímos proclamar en nuestras lenguas las maravillas de Dios.

Es Palabra de Dios

R/ Te alabamos, Señor.

 

SALMO RESPONSORIAL 103, 1ab. 24ac. 29b-31. 34

R/Señor, envía tu Espíritu y renueva la faz de la tierra.

Bendice al Señor, alma mía: ¡Señor, Dios mío, ¡qué grande eres! ¡Qué variadas son tus obras, Señor! ¡La tierra está llena de tus criaturas!

Si les quitas el aliento, expiran y vuelven al polvo. Si envías tu aliento, son creados, y renuevas la superficie de la tierra.

¡Gloria al Señor para siempre, alégrese el Señor por sus obras! Que mi canto le sea agradable, y yo me alegraré en el Señor.

 

SEGUNDA LECTURA

Todos hemos sido bautizados en un solo Espíritu para formar un solo Cuerpo.

Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto 12, 3b-7. 12-13

Hermanos:

Nadie puede decir: Jesús es el Señor, si no está impulsado por el Espíritu Santo.

Ciertamente, hay diversidad de dones, pero todos proceden del mismo Espíritu. Hay diversidad de ministerios, pero un solo Señor. Hay diversidad de actividades, pero es el mismo Dios el que realiza todo en todos. En cada uno, el Espíritu se manifiesta para el bien común.

Así como el cuerpo tiene muchos miembros, y, sin embargo, es uno, y estos miembros, a pesar de ser muchos, no forman sino un solo cuerpo, así también sucede con Cristo. Porque todos hemos sido bautizados en un solo Espíritu para formar un solo Cuerpo -judíos y griegos, esclavos y hombres libres- y todos hemos bebido de un mismo Espíritu.

Es Palabra de Dios

R/ Te alabamos, Señor.

SECUENCIA

Ven, Espíritu Santo, y envía desde el cielo un rayo de tu luz.

Ven, Padre de los pobres, ven a darnos tus dones, ven a darnos tu luz.

Consolador lleno de bondad, dulce huésped del alma, suave alivio de los hombres.

Tú eres descanso en el trabajo, templanza de las pasiones, alegría en nuestro llanto.

Penetra con tu santa luz en lo más íntimo del corazón de tus fieles.

Sin tu ayuda divina no hay nada en el hombre, nada que sea inocente.

Lava nuestras manchas, riega nuestra aridez, sana nuestras heridas.

Suaviza nuestra dureza, elimina con tu calor nuestra frialdad, corrige nuestros desvíos.

Concede a tus fieles, que confían en Ti, tus siete dones sagrados.

Premia nuestra virtud, salva nuestras almas, danos la eterna alegría.

 

EVANGELIO

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO   

Aleluya.

Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Aleluya.

EVANGELIO

Como el Padre me envió a mí, yo también los envío a ustedes: Reciban el Espíritu Santo.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 20, 19-23
Al atardecer del primer día de la semana, los discípulos se encontraban con las puertas cerradas por temor a los judíos. Entonces llegó Jesús y poniéndose en medio de ellos, les dijo: “¡La paz esté con ustedes!”
Mientras decía esto, les mostró sus manos y su costado. Los discípulos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor.
Jesús les dijo de nuevo:
¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí, Yo también los envío a ustedes”.
Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió:
Reciban el Espíritu Santo.  Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan”.
Palabra del Señor.
R/ Gloria a ti, Señor Jesús.


MENSAJE DE LA SOLEMNIDAD DE PENTECOSTÉS

Ascendiendo al cielo, el Señor envía el Espíritu Santo prometido. Este evento marca una nueva etapa en la historia de la revelación de Dios a la humanidad. Dentro de su discurso en la Última Cena, Jesús anuncia que aparecerá y regresará no sólo al final de los tiempos, sino también después de la resurrección, momento en el que el corazón de sus discípulos se llenará de gozo. Sin embargo, la existencia de Jesús después de la resurrección ya no pertenece al mundo de los sentidos ordinarios, sino al orden espiritual.

 El Espíritu Santo Paráclito acompaña y obra activamente desde el inicio en la primitiva comunidad apostólica. Como abogado y defensor glorifica a Jesús, dando vida y pleno sentido a todas las enseñanzas del Señor. Así como el Hijo es testigo de las obras de su Padre, el abogado defensor testimonia y hace recordar todo lo que Jesucristo dijo e hizo. 

 El Espíritu de la promesa guía a los discípulos en todos los aspectos de la verdad. Mientras arroja la luz que ilumina los eventos del pasado y la resurrección, da cuenta de las verdaderas intenciones y significados confirmando todo lo anunciado y realizado por Cristo, para que los discípulos tengan el poder de testificar al Señor Jesús como el Hijo de Dios.



 Los creyentes experimentan al Espíritu de la verdad en diversas maneras. En lugar de la ley del pecado, la ley del espíritu y la justicia, en lugar de las obras de la carne, los frutos del Espíritu Santo. En vez de la sentencia la ira de Dios de tribulación y agonía sobre los pecadores, se da la paz y el gozo por el Espíritu de gloria. Al nacer y recibir el Espíritu de Dios, una persona bautizada puede adorarlo como  Padre en espíritu y verdad, produciendo los frutos espirituales de vida. 

 Por lo tanto, los creyentes podemos crucificar las concupiscencias de la carne con sus deseos y sus obras que llevan a la muerte, y andar y actuar de acuerdo a las inspiraciones del Espíritu de adopción que ya habita en el interior de los corazones. Mientras más renunciamos a uno mismo, obramos más según el Espíritu.

 Que el Espíritu Consolador nos conceda en este tiempo de crisis por el covid 19, los dones de temor de Dios y de piedad para tenerlo siempre presente en primer lugar sobre todas las cosas sin apartarnos de sus doctrinas y enseñanzas. También sabiduría, inteligencia y ciencia para tener el discernimiento preciso ante los acontecimientos y las tribulaciones. La fortaleza para encarar con entereza los problemas y el consejo para ayudar, cuidar, guiar y señalar siempre el camino de la vida y la verdad. 

 Y que por su poder podamos dar sus frutos de alegría, bondad, generosidad, mansedumbre, fidelidad, modestia, castidad y sobre todo, imitando la caridad y la paciencia de Jesucristo, prestando constante atención a su ejemplo, corriendo pacientemente y con templanza, pese a las actuales condiciones en la carrera y la meta fijada. Tal paciencia y templanza como las obras de amor, bondad, generosidad y modestia son frutos del Espíritu del Señor, que cultivadas en las pruebas producen la esperanza que nunca defrauda. 

 Como enseña San Basilio Magno en su Tratado sobre el Espíritu Santo, demos gracias al Padre y al Hijo por enviar al Paráclito prometido, que nos ha permitido recuperar la adopción como hijos de la luz, la confianza de llamar a Dios como Padre, participar y compartir la gracia de su Unigénito Jesucristo, de reingresar al paraíso, acceder al Reino de los Cielos y permaneciendo en El logremos recuperar la gloria eternamente. Amén.

                                    Padre LUIS MAZEKINA OSHIRO, Arquidiócesis de Tokyo.

Credo
 
Oración Universal

Oremos, hermanos, e invoquemos a Cristo, que, entronizado a la diestra de Dios, ha recibido del Padre el Espíritu Santo prometido, y pidámosle que lo derrame sobre la Iglesia y sobre todo el mundo:

-       Oremos a Cristo, el buen pastor de la Iglesia, que nos mereció la efusión del Espíritu Santo, y pidámosle que sean iluminados por este mismo Espíritu el papa Francisco, nuestro obispo N. y todos los demás pastores de la Iglesia, a fin de que conduzcan su grey por las sendas de la salvación.

-       Pidamos también al Señor resucitado, que envió su Espíritu en forma de lenguas para destruir la división de Babel, que congregue en la unidad y conceda la paz a todos los pueblos y naciones del mundo.

-       Supliquemos al vencedor de la muerte que envíe el Consolador a los que sufren, para que encuentren fuerza y consuelo en la contemplación del misterio pascual, y les dé la firme esperanza de que están llamados a la resurrección y a la felicidad de su reino.

-       Pidamos al Hijo de Dios, que desde el Padre nos ha enviado el Espíritu Santo, que este mismo Espíritu nos recuerde constantemente sus palabras y nos dé la fuerza que necesitamos para dar testimonio de él hasta los confines del mundo.

-       Terminemos nuestra oración pidiendo al mismo Espíritu que resucitó a Cristo de entre los muertos, que permanezca en nosotros y nos disponga así para ser piedras vivas del templo eterno de Dios.

Escucha, Señor, las oraciones de tu pueblo y haz que quienes nos disponemos a clausurar, con la solemnidad de hoy, las fiestas pascuales, renovados y fortalecidos por tu Espíritu, vivamos continuamente la novedad pascual y lleguemos también a las fiestas de la Pascua eterna. Por Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina, inmortal y glorioso, por los siglos de los siglos.





Ascensión del Señor (B)

Domingo, 16 de mayo del 2021 


ORACIÓN   Concédenos, Dios todopoderoso, darte gracias con santa alegría, porque en la ascensión de Cristo, tu Hijo, nuestra humanidad es elevada junto a ti, ya que él, como cabeza de la Iglesia, nos ha precedido en la gloria que nosotros, su cuerpo, esperamos alcanzar. Por nuestro Señor Jesucristo.

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Lo vieron elevarse.

Lectura de los Hechos de los Apóstoles   1, 1-11

En mi primer Libro, querido Teófilo, me referí a todo lo que hizo y enseñó Jesús, desde el comienzo, hasta el día en que subió al cielo, después de haber dado, por medio del Espíritu Santo, sus últimas instrucciones a los Apóstoles que había elegido.

Después de su Pasión, Jesús se manifestó a ellos dándoles numerosas pruebas de que vivía, y durante cuarenta días se les apareció y les habló del Reino de Dios.

En una ocasión, mientras estaba comiendo con ellos, les recomendó que no se alejaran de Jerusalén y esperaran la promesa del Padre: La promesa, les dijo, que Yo les he anunciado. Porque Juan bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados en el Espíritu Santo, dentro de pocos días.

Los que estaban reunidos le preguntaron: Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino de Israel?

Él les respondió: No les corresponde a ustedes conocer el tiempo y el momento que el Padre ha establecido con su propia autoridad. Pero recibirán la fuerza del Espíritu Santo que descenderá sobre ustedes, y serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra.

Dicho esto, los Apóstoles lo vieron elevarse, y una nube lo ocultó de la vista de ellos. Como permanecían con la mirada puesta en el cielo mientras Jesús subía, se les aparecieron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron: Hombres de Galilea, ¿por qué siguen mirando al cielo? Este Jesús que les ha sido quitado y fue elevado al cielo, vendrá de la misma manera que lo han visto partir.

Es Palabra de Dios

R/ Te alabamos, Señor.

 

SALMO RESPONSORIAL 46, 2-3. 6-9

R/El Señor asciende entre aclamaciones.

Aplaudan, todos los pueblos, aclamen al Señor con gritos de alegría; porque el Señor, el Altísimo, es temible, es el soberano de toda la tierra.

El Señor asciende entre aclamaciones, asciende al sonido de trompetas. Canten, canten a nuestro Dios, canten, canten a nuestro Rey.

El Señor es el Rey de toda la tierra, cántenle un hermoso himno. El Señor reina sobre las naciones el Señor se sienta en su trono sagrado.

 

SEGUNDA LECTURA

Lo hizo sentar a su derecha en el cielo.

Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Éfeso   1, 17-23

Hermanos:

Que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, les conceda un espíritu de sabiduría y de revelación que les permita conocerlo verdaderamente. Que Él ilumine sus corazones, para que ustedes puedan valorar la esperanza a la que han sido llamados, los tesoros de gloria que encierra su herencia entre los santos, y la extraordinaria grandeza del poder con que Él obra en nosotros, los creyentes, por la eficacia de su fuerza.

Este es el mismo poder que Dios manifestó en Cristo, cuando lo resucitó de entre los muertos y lo hizo sentar a su derecha en el cielo, elevándolo por encima de todo Principado, Potestad, Poder y Dominación, y de cualquier otra dignidad que pueda mencionarse tanto en este mundo como en el futuro.

Él puso todas las cosas bajo sus pies y lo constituyó, por encima de todo, Cabeza de la Iglesia, que es su Cuerpo y la Plenitud de Aquél que llena completamente todas las cosas.

Es Palabra de Dios

R/ Te alabamos, Señor.

EVANGELIO

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO   Mt 28, 19a. 20b

Aleluya.

Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos. Yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo, dice el Señor. Aleluya.

EVANGELIO
Fue llevado al cielo y está sentado a la derecha de Dios.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos   16, 15-20
Jesús resucitado se apareció a los Once y les dijo:
Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación. El que crea y se bautice, se salvará. El que no crea, se condenará.
Y estos prodigios acompañarán a los que crean: arrojarán a los demonios en mi Nombre y hablarán nuevas lenguas; podrán tomar a las serpientes con sus manos, y si beben un veneno mortal no les hará ningún daño; impondrán las manos sobre los enfermos y los sanarán”.
Después de decirles esto, el Señor Jesús fue llevado al cielo y está sentado a la derecha de Dios.
Ellos fueron a predicar por todas partes, y el Señor los asistía y confirmaba su palabra con los milagros que la acompañaban.
Palabra del Señor.
R/ Gloria a ti, Señor Jesús.

MENSAJE DE LA SOLEMNIDAD DE LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR

Los cristianos al profesar nuestra fe creemos que Jesucristo resucitado ha ascendido y entrado en la gloria, pero es un misterio que trasciende la experiencia emocional y se fundamenta en el  testimonio de los apóstoles que lo vieron dejar la tierra y regresar a Dios. No se puede comprender este acontecimiento en su plenitud, considerando solo la escena del fenómeno en el monte de los Olivos.

 La parte de la Biblia que describe la Ascensión del Señor es la primera lectura de hoy, y ciertamente la intención del autor no era graficar la gloria que Cristo había demostrado desde el momento de su resurrección. Se puede decir que el Señor resucitado debía confirmar lo que había enseñado a sus discípulos durante todo este período para luego retirarse del mundo hasta su5 reapareció en la segunda venida.

"Jesús, que ha ascendido al cielo vendrá de nuevo, como lo han visto ir." Las palabras del ángel explican brevemente el significado de la ascensión. No solo lo hace, sino que transmite el estrecho vínculo de la Ascensión con la siguiente venida al final de los tiempos. La segunda venida de Cristo debe esperar la consumación futura. La estancia de Jesús en el cielo es decisiva, pero es una etapa temporal de cara a todo el plan de salvación.

El Señor Jesús permanece oculto a los ojos humanos y sube al cielo hasta que reaparezca en su siguiente venida. Cuando llegue ese momento, Cristo regresará como ha ascendido, en medio de las nubes y descenderá del cielo. Estas ideas dan lugar a la intuición de que Jesús, que ha vencido a la muerte, está comenzando la nueva forma de vida bajo la gracia de Dios. El mismo Señor ingresa como primogénito al cielo para preparar un lugar a todo el pueblo elegido, y luego regresará y los llevará allí y viviendo eternamente con él .

Nosotros los creyentes anhelamos este último día de la parusía, nos esforzamos constantemente para estar unidos con el Señor de la Gloria a través de la fe y los sacramentos. En cierto sentido estamos sentados en el cielo con el Cristo resucitado, pero en realidad vivimos ansiando lo que está arriba. Porque la verdadera vida está "escondida en Dios con Cristo". Y nuestra nacionalidad está en el cielo. La morada celestial donde nos espera Jesús y nos desea recibir, de hecho, el Cristo glorioso, la persona que pertenece al cielo.

A partir de aquí, se aclara el significado espiritual de la ascensión, que es la base de la esperanza cristiana. Porque, de esta manera, los creyentes vivimos en el mundo nuevo gobernado por Cristo. Sin embargo, todavía no estamos libres del viejo mundo que nos captura. Al contrario, estamos dotados de la gracia del bautismo, con la misión y el poder de vivir y dar testimonio de la nueva vida en este mundo y transformarlo en el estado de gloria, que Dios quiere invitar a toda la humanidad por los siglos de los siglos. Amén.

                                    Padre LUIS MAZEKINA OSHIRO, Arquidiócesis de Tokyo.

Credo

Oración Universal

Pongamos, hermanos, nuestra mirada en Jesús, nuestro gran sacerdote, que ha atravesado el cielo para interceder por nosotros, y pidámosle por las necesidades de todos los hombres:

-       Para que Cristo, desde el trono de su gloria, venga en ayuda de su Iglesia, que lucha en medio de las dificultades del mundo, y no permita que sus fieles se dejen cautivar por los bienes de la tierra, roguemos al Señor.

-       Para que Jesús, el Señor, que prometió que, al ser elevado sobre la tierra, atraería a todos hacia sí, revele su nombre a los hombres que aún no lo conocen, roguemos al Señor.

-       Para que el Señor, que con su triunfo ha glorificado nuestra carne colocándola cerca de Dios Padre, llene de esperanza a los que sufren enfermedades en el cuerpo o angustias en el espíritu, roguemos al Señor.

-       Para que el Señor, elevado al cielo, nos envíe el Espíritu Santo, para que nos enseñe a amar los bienes de arriba y a no dejarnos cautivar por las cosas de la tierra, roguemos al Señor.

Dios, Padre todopoderoso, que has resucitado a Cristo, tu Hijo, y lo has hecho Señor del universo, reconoce la voz de tu amado en las oraciones de la Iglesia y concédenos lo que, con fe, te hemos pedido. Por Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina, inmortal y glorioso, por los siglos de los siglos.





Sexto Domingo de Pascua (B)  9 de Mayo 2021. 


Primera lectura




Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (10,25-26.34-35.44-48):

 

Cuando iba a entrar Pedro, salió Cornelio a su encuentro y se echó a sus pies a modo de homenaje, pero Pedro lo alzó, diciendo: «Levántate, que soy un hombre como tú.»

Pedro tomó la palabra y dijo: «Está claro que Dios no hace distinciones; acepta al que lo teme y practica la justicia, sea de la nación que sea.»

Todavía estaba hablando Pedro, cuando cayó el Espíritu Santo sobre todos los que escuchaban sus palabras. Al oírlos hablar en lenguas extrañas y proclamar la grandeza de Dios, los creyentes circuncisos, que habían venido con Pedro, se sorprendieron de que el don del Espíritu Santo se derramara también sobre los gentiles.

Pedro añadió: «¿Se puede negar el agua del bautismo a los que han recibido el Espíritu Santo igual que nosotros?»

Y mandó bautizarlos en el nombre de Jesucristo. Le rogaron que se quedara unos días con ellos.

 

Palabra de Dios



Salmo

Sal 97,1.2-3ab.3cd-4

 

R/. El Señor revela a las naciones su salvación

 

Cantad al Señor un cántico nuevo,

porque ha hecho maravillas;

su diestra le ha dado la victoria,

su santo brazo. R/.

 

El Señor da a conocer su victoria,

revela a las naciones su justicia:

se acordó de su misericordia y su fidelidad 

en favor de la casa de Israel. R/.

 

Los confines de la tierra han contemplado 

la victoria de nuestro Dios.

Aclama al Señor, tierra entera,

gritad, vitoread, tocad. R/.



Segunda lectura



Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (4,7-10):

 

Amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Hijo único, para que vivamos por medio de él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como víctima de propiciación por nuestros pecados.

 

Palabra de Dios




Evangelio

 





Lectura del santo evangelio según San Juan (15,9-17):

 

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud. Éste es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure. De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé. Esto os mando: que os améis unos a otros.»


Palabra del Señor.    Gloria a Ti, Señor Jesús.

Reflexión Mensaje del sexto domingo de Pascua
La primera lectura narra como Pedro descubre y comprende asombrado que Dios no discrimina a las personas, y en cualquier nación el que le teme y practica la justicia le es grato. Por lo que bautizar en el nombre del Señor Jesús, significa que todos son llamados a convertirse en miembros de Cristo, revestirse, unirse íntimamente y volverse uno con Él en cuerpo y espíritu para entrar en el camino hacia la salvación por la fe.
 La segunda lectura describe el misterio de la redención que es esencialmente el amor de Dios, que muestra su compasión ante la realidad del pecado humano realizando su plan eterno de amor y como Padre amó tanto al mundo que dio a su único hijo como ofrenda de expiacion, quien, a su vez, con su obediencia y piedad filial ha correspondido como el hijo que ama, tanto al Padre como a sus hermanos los humanos. De hecho Dios es amor y Jesucristo lo ha revelado entregando su propia vida para purificar a la humanidad y sigue amando a todos hasta que vuelva, demostrando el mayor acto o el culmen del amor.
 Jesús revela el secreto de su Padre a sus discípulos y declara: "ya no os llamaré siervos, sino amigos". Al declarar la frase, "ustedes no me eligieron a mí sino, yo a ustedes", significa que los cimientos de la iglesia se han fundado por la elección de Dios. La selección de los doce muestra que el Señor Jesús trató de cumplir su misión reuniendo a los que Él quiso desde el principio. 
 Como dijo Jesús: "les he dado a conocer todo lo que escuché de mi Padre". Fue Jesucristo quien reveló el misterio de la verdadera imagen de Dios su Padre a los apóstoles. De hecho, Dios es amor y su ley es el amor del Padre revelada en Él y que los creyentes debemos imitar. Dado que Jesús llamó a la ley del amor: "mi ley", es por tanto, la nueva ley a seguir.
 El Señor Jesús, siendo inocente, con su muerte venció los pecados del mundo, demostrando ser la luz plena sin sombra de tinieblas, la verdad pura sin mancha de mentira. Él nos sigue amando hasta su vuelta, y su sacrificio por todos es el mayor acto de amor, y a la vez, significa la victoria sobre el dueño del mundo, el pecado y la muerte.
 Ya que Jesucristo dio su vida por todos y no hay otro don de amor mayor, perseveremos en su fidelidad, para que así, como Él ha guardado el precepto del Padre y permaneciendo en su amor, también podamos plenamente amar a nuestros hermanos. Es el ejemplo del amor que el mismo Señor Jesús nos ha dejado. En otras palabras, amarnos unos a otros y compartir el amor de la comunión entre el Padre y el Hijo, por los siglos de los siglos. Amen.

                                        Padre Luis Mazekina, Arquidiócesis de Tokyo.




QUINTO DOMINGO DE PASCUA DE PASCUA (B)

Domingo, 02 de mayo del 2021



LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Bernabé les contó en qué forma Saulo había visto al Señor en el camino.

Lectura de los Hechos de los Apóstoles   9, 26-31

En aquellos días:

Cuando Saulo llegó a Jerusalén, trató de unirse a los discípulos, pero todos le tenían desconfianza porque no creían que también él fuera un verdadero discípulo. Entonces Bernabé, haciéndose cargo de él, lo llevó hasta donde se encontraban los Apóstoles, y les contó en qué forma Saulo había visto al Señor en el camino, cómo le había hablado, y con cuánta valentía había predicado en Damasco en el nombre de Jesús. Desde ese momento, empezó a convivir con los discípulos en Jerusalén y predicaba decididamente en el nombre del Señor.

Hablaba también con los judíos de lengua griega y discutía con ellos, pero estos tramaban su muerte. Sus hermanos, al enterarse, lo condujeron a Cesarea y de allí lo enviaron a Tarso.

La Iglesia, entre tanto, gozaba de paz en toda Judea, Galilea y Samaria. Se iba consolidando, vivía en el temor del Señor y crecía en número, asistida por el Espíritu Santo.

Es Palabra de Dios

R/ Te alabamos, Señor.

 

SALMO RESPONSORIAL   4. 2. 4. 7. 9

R/Te alabaré, Señor, en la gran asamblea.

Cumpliré mis votos delante de los fieles: los pobres comerán hasta saciarse y los que buscan al Señor lo alabarán. ¡Que sus corazones vivan para siempre!

Todos los confines de la tierra se acordarán y volverán al Señor; todas las familias de los pueblos se postrarán en su presencia.

Todos los que duermen en el sepulcro se postrarán en su presencia; todos los que bajaron a la tierra doblarán la rodilla ante Él.

Mi alma vivirá para el Señor, y mis descendientes lo servirán. Hablarán del Señor a la generación futura, anunciarán su justicia a los que nacerán después, porque ésta es la obra del Señor.

 

SEGUNDA LECTURA

Su mandamiento es éste: que creamos y nos amemos.

Lectura de la primera carta de san Juan   3, 18-24

Hijitos míos, no amemos con la lengua y de palabra, sino con obras y de verdad. En esto conoceremos que somos de la verdad, y estaremos tranquilos delante de Dios, aunque nuestra conciencia nos reproche algo, porque Dios es más grande que nuestra conciencia y conoce todas las cosas.

Queridos míos, si nuestro corazón no nos hace ningún reproche, podemos acercarnos a Dios con plena confianza, y ÉI nos concederá todo cuanto le pidamos, porque cumplimos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada.

Su mandamiento es éste: que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos los unos a los otros como Él nos ordenó. ÉI que cumple sus mandamientos permanece en Dios, y Dios permanece en él; y sabemos que Él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado.

Es Palabra de Dios

R/ Te alabamos, Señor.

 

EVANGELIO

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO Jn 15. 4a. 5b

Aleluya.

Permanezcan en mí, como Yo permanezco en ustedes. El que permanece en mí, da mucho fruto.  Aleluya.

 

EVANGELIO

El que permanece en mí, y Yo en él, da mucho fruto.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 15, 1-8

Durante la Última Cena, Jesús dijo a sus discípulos:

Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. Él corta todos mis sarmientos que no dan fruto; al que da fruto, lo poda para que dé más todavía. Ustedes ya están limpios por la palabra que Yo les anuncié. Permanezcan en mí, como Yo permanezco en ustedes. Así como el sarmiento no puede dar fruto si no permanece en la vid, tampoco ustedes, si no permanecen en mí.

Yo soy la vid, ustedes los sarmientos. EI que permanece en mí, y Yo en él, da mucho fruto, porque separados de mí, nada pueden hacer. Pero el que no permanece en mí, es como el sarmiento que se tira y se seca; después se recoge, se arroja al fuego y arde. Si ustedes permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y lo obtendrán. La gloria de mi Padre consiste en que ustedes den fruto abundante, y así sean mis discípulos.

Palabra de Salvación.

R/ Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Credo

 

Oración Universal

Invoquemos a Cristo, camino, verdad y vida, y, como pueblo sacerdotal, pidámosle por las necesidades de todo el mundo:

-       Para que Cristo, esposo de la Iglesia, llene de alegría pascual a todos los que se han consagrado a la extensión de su reino, roguemos al Señor.

-      Para que Cristo, piedra angular del edificio, ilumine con el anuncio evangélico a los pueblos que aún desconocen la buena nueva de la resurrección, roguemos al Señor.

-       Para que Cristo, estrella luciente de la mañana, seque las lágrimas de los que lloran y aleje el dolor y las penas de los que sufren, roguemos al Señor.

-       Para que Cristo, testigo fidedigno y veraz, nos conceda ser, con nuestra alegría evangélica, sal y luz para los hombres que desconocen la victoria de la resurrección, roguemos al Señor.

Dios nuestro, que nos has unido a Cristo como sarmientos a la verdadera vid, escucha nuestra oración y danos tu Espíritu Santo, para que, amándonos los unos a los otros, demos frutos abundantes de santidad y de paz. Por Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina, inmortal y glorioso, por los siglos de los siglos.

Reflexión del Evangelio

En la quinta semana del tiempo pascual, la primera lectura de los Hechos narra cómo el temido Pablo se ha convertido y de perseguidor ha pasado a formar parte de la vid de Jesucristo, por lo que el fragmento concluye diciendo que la Iglesia entonces tenía paz por toda Judea, Galilea y Samaria, propagándose y  caminando en el temor del Señor, y llena del consuelo del Espíritu Santo. A lo largo de la historia los tiempos de paz han sido pocos y cortos. 


 Aunque suene paradójico, el sufrimiento y la persecución son parte del designio de Dios, por lo que no podemos rehuir, sino buscar el apoyo en el poder divino, porque en realidad, solamente Dios nos trae esperanza y salvación. Los humanos debemos aprender de la paciencia de Jesucristo y su Padre, que nos demuestran en la vida diaria como una prueba patente de su amor.


 En otras palabras, la fe inicia el paso decisivo hacia una nueva vida, que nos convierte en seres nacidos del Espíritu bajo la obra de la semilla de la verdad sembrada en nosotros. Los que permanecen por la fe en la palabra de Cristo conocen seriamente la verdad y de esta manera son internamente purificados y liberados del pecado, obteniendo también el poder de superar las adversidades. Permanecer unidos a Jesucristo, recibiendo y acogiendo la savia de su palabra, es el medio para ser santificados en la verdad y vencer los pecados.



CUARTO DOMINGO de Pascua - Ciclo B

Domingo, 25 de abril de 2021
Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (4,8-12):

 

En aquellos días, Pedro, lleno de Espíritu Santo, dijo: «Jefes del pueblo y ancianos: Porque le hemos hecho un favor a un enfermo, nos interrogáis hoy para averiguar qué poder ha curado a ese hombre; pues, quede bien claro a todos vosotros y a todo Israel que ha sido en nombre de Jesucristo Nazareno, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de entre los muertos; por su nombre, se presenta éste sano ante vosotros. Jesús es la piedra que desechasteis vosotros, los arquitectos, y que se ha convertido en piedra angular; ningún otro puede salvar; bajo el cielo, no se nos ha dado otro nombre que pueda salvarnos.»  Palabra de Dios.

Salmo

Sal 117,1.8-9.21-23.26.28-29

R/. La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular.

Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Mejor es refugiarse en el Señor
que fiarse de los hombres,
mejor es refugiarse en el Señor
que fiarse de los jefes. R/.
 
Te doy gracias porque me escuchaste
y fuiste mi salvación.
La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente. R/.
 
Bendito el que viene en nombre del Señor,
os bendecimos desde la casa del Señor.
Tu eres mi Dios, te doy gracias;
Dios mío, yo te ensalzo.
Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia. R/.


Segunda lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (3,1-2):


Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos! El mundo no nos conoce porque no le conoció a él. Queridos, ahora somos hijos de Dios y aun no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es. Palabra de Dios


Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Juan (10,11-18):

 


En aquel tiempo dijo Jesús: «Yo soy el buen Pastor. El buen pastor da la vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo hace estragos y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas. Yo soy el buen Pastor, que conozco a las mías y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas. Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a ésas las tengo que traer, y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño, un solo Pastor. Por esto me ama el Padre, porque yo entrego mi vida para poder recuperarla. Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente. Tengo poder para entregarla y tengo poder para recuperarla: este mandato he recibido de mi Padre.»  Palabra del Señor


Reflexión del mensaje del 4° domingo de Pascua

Padre Luis Mazekina, Arquidiócesis de Tokyo.

"Aparte del nombre de Jesucristo, no hay otro en ningún hombre por el que podamos salvarnos" dice tajantemente Pedro luego de haber realizado su primer milagro y testimoniar el poder del Señor Jesús resucitado en el templo de Jerusalén. La piedra desechada por los arquitectos se ha convertido en la angular y es la principal para la gloriosa renovación y edificación espiritual de la humanidad. La aparente derrota de Jesús crucificado y lo escandaloso que pudo ser su muerte para los discípulos, cambia totalmente a la luz de la experiencia de la resurrección y de recibir el Espíritu Santo.

 Convertidos en testigos del triunfo de Jesucristo sobre la muerte, pueden testimoniar que el sufrimiento de su Maestro crucificado no frustra el plan de salvación de Dios, sino que cumple plenamente lo profetizado en las Escrituras muriendo a sí mismo como el siervo, señal de que es el Mesías ansiosamente esperado, resucitado y glorificado que ha vencido al demonio introductor de la mentira, del pecado y de la muerte.

 En el día de la parusía, cuando Cristo aparezca en su gloria, los creyentes también seremos parte ella y llegaremos a ser como Dios, porque lo veremos tal como es. La felicidad prometida por el Dios de la esperanza a sus fieles no es más que la vida eterna que hace al ser humano como Él. Debemos vivir con la expectativa de estar con el Señor para siempre y el deseo de contemplar eternamente, "el rostro de Dios". 

 Y cuando el Señor venga, los creyentes seremos gloriosamente transformados. Porque se supone que reaparecerá para traer la salvación a los que lo han estado esperando y darles la corona de gloria inmortal, cumpliendo nuestra esperanza "sabemos que cuando Jesús aparezca, seremos como el Señor, porque lo vemos como es".

  Hoy en el domingo de Jesucristo el buen pastor, el evangelista Juan destaca que las ovejas reconocen la voz del Señor y lo siguen. La simple imagen de un pastor expresa una autoridad, basada en el amor y la entrega, como un jefe servidor y protector que ama, cuida, guía, llama a cada integrante de su rebaño, dispuesto a dar hasta su propia vida por cada ser encomendado y no huir ante amenazas y peligros, abandonando y dejando a merced del enemigo.

 En su sermón  del buen pastor, Jesús enseña que el único pastor profetizado no es otro que él mismo. El Señor Jesús es el único mediador, la puerta a la entrada del redil por donde las ovejas entran y salen para buscar pastos. Una nueva forma de relacionarse se construye en la humanidad sobre la base del reconocimiento mutuo entre el  pastor y las ovejas: el amor mutuo que vincula al padre y al hijo. 

 La victoria del Señor Jesús queda patente al entregar su vida, pero la recuperará, tal como lo hace un buen pastor con sus ovejas. En otras palabras, es el verdadero pastor perfecto porque cumple plenamente con las funciones de apacentar y proteger, sino que también da su propia vida por las ovejas, tanto de su pueblo Israel, como las que provienen de todas las naciones  extranjeras. Las ovejas reunidas se unirán para siempre en un solo rebaño. El amor del Padre Todopoderoso sostiene al rebaño de ovejas y garantiza la vida eterna. 

 Hoy también en la jornada mundial de oración, pidamos no solamente por los consagrados, sino también por cada uno de nosotros bautizados y ovejas de su rebaño,  para que podamos reconocer siempre la voz de Jesucristo Buen Pastor y obedecer, siguiendo sus enseñanzas coherentemente, a la vista y en lo secreto, -incluso en las elecciones-, para hacer su voluntad. También  roguemos para que las autoridades políticas velen por los intereses de su pueblo y dejen de aprovecharse egoístamente explotando y sirviendo la lana y la leche de su nación. Amén.




TERCER DOMINGO DE PASCUA DE PASCUA (B)

Domingo, 18 de abril del 2021

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Ustedes mataron al autor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos.

Lectura de los Hechos de los Apóstoles   3, 13-15. 17-19


En aquellos días, Pedro dijo al pueblo:

El Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, el Dios de nuestros padres, glorificó a su servidor Jesús, a quien ustedes entregaron, renegando de Él delante de Pilato, cuando este había resuelto ponerlo en libertad, Ustedes renegaron del Santo y del Justo, y pidiendo como una gracia la liberación de un homicida, mataron al autor de la vida. Pero Dios lo resucitó de entre los muertos, de lo cual nosotros somos testigos.

Ahora bien, hermanos, yo sé que ustedes obraron por ignorancia, lo mismo que sus jefes. Pero así, Dios cumplió lo que había anunciado por medio de todos los profetas: que su Mesías debía padecer.

Por lo tanto, hagan penitencia y conviértanse, para que sus pecados sean perdonados”.

Es Palabra de Dios

R/ Te alabamos, Señor.

 

SALMO RESPONSORIAL   4. 2. 4. 7. 9

R/Muéstranos, Señor, la luz de tu rostro.

Respóndeme cuando te invoco, Dios, mi defensor, Tú, que en la angustia me diste un desahogo: ten piedad de mí y escucha mi oración.

Sepan que el Señor hizo maravillas por su amigo: Él me escucha siempre que lo invoco. Hay muchos que preguntan: “¿Quién nos mostrará la felicidad, si la luz de tu rostro, Señor, ¿se ha alejado de nosotros?”

Me acuesto en paz y en seguida me duermo, porque sólo Tú, Señor, aseguras mi descanso.

 

SEGUNDA LECTURA

Él es la Víctima propiciatoria por nuestros pecados y por los del mundo entero.


Lectura de la primera carta de san Juan   2, 1-5a

Hijos míos, les he escrito estas cosas para que no pequen.

Pero si alguno peca, tenemos un defensor ante el Padre: Jesucristo, el Justo.

Él es la Víctima propiciatoria por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero.

La señal de que lo conocemos, es que cumplimos sus mandamientos.

El que dice:

Yo lo conozco”, y no cumple sus mandamientos, es un mentiroso, y la verdad no está en él. Pero en aquél que cumple su palabra, el amor de Dios ha llegado verdaderamente a su plenitud.

Es Palabra de Dios

R/ Te alabamos, Señor.

 

EVANGELIO

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO   Cf. Lc. 24, 32

Aleluya.

Señor Jesús, explícanos las Escrituras. Haz que arda nuestro corazón mientras nos hablas. Aleluya.

 

EVANGELIO


El Mesías debía sufrir, y resucitar de entre los muertos al tercer día.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 24, 35-48
Los discípulos, que retornaron de Emaús a Jerusalén, contaron lo que les había pasado en el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.
Todavía estaban hablando de esto, cuando Jesús se apareció en medio de ellos y les dijo: “La paz esté con ustedes”.
Atónitos y llenos de temor, creían ver un espíritu, pero Jesús les preguntó: “¿Por qué están turbados y se les presentan esas dudas? Miren mis manos y mis pies, soy yo mismo. Tóquenme y vean. Un espíritu no tiene carne ni huesos, como ven que Yo tengo”.
Y diciendo esto, les mostró sus manos y sus pies. Era tal la alegría y la admiración de los discípulos que se resistían a creer.
Pero Jesús les preguntó: “¿Tienen aquí algo para comer?” Ellos le presentaron un trozo de pescado asado; Él lo tomó y lo comió delante de todos.
Después les dijo: “Cuando todavía estaba con ustedes, Yo les decía: Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito de mí en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos”.
Entonces les abrió la inteligencia para que pudieran comprender las Escrituras, y añadió: “Así estaba escrito: el Mesías debía sufrir y resucitar de entre los muertos al tercer día, y comenzando por Jerusalén, en su Nombre debía predicarse a todas las naciones la conversión para el perdón de los pecados. Ustedes son testigos de todo esto”.
Palabra de Salvación.

R/ Gloria a ti, Señor Jesús.

MENSAJE DEL TERCER DOMINGO DE PASCUA

  Ingresando a la tercera semana del tiempo pascual, el evangelio de Lucas narra también la aparición de Cristo resucitado confirmando a los discípulos que las profecías de la Escritura acerca de Él deben cumplirse. Los que conocieron y vivieron con Jesús de Nazaret tienen la misión especial de anunciar que él es el Mesías, por lo que la fe de la Iglesia en Cristo se arraiga e inicia en hechos históricos. Por tanto, podemos asegurar que los discípulos vieron al Señor viviente luego de su muerte como una experiencia verdadera.
 Ciertamente como expresan los evangelios, las apariciones del resucitado se  realizaron durante las comidas comunitarias, el viaje a Emaús y la pesca. Entonces, de repente, encuentran a Cristo viviente y lo reconocen como Jesús de Nazaret por la gracia de Dios. De esta manera también obtuvieron el don de la fe, por lo que se puede decir que su fe fue el resultado de presenciar su resurgir de la muerte después de ser sepultado.
  En el evangelio de Juan de la semana pasada, la incredulidad de Tomás mira a las personas del futuro que adoran a Cristo sin haberlo visto resucitado. En  efecto, la posición de los creyentes de la posteridad no es en todos los aspectos la misma que la de los primeros testigos. En cierto sentido, la aparición de Cristo resucitado era necesaria para reforzar la fe de los discípulos que todavía era imperfecta.
Sin embargo, la situación es diferente para los creyentes que no hemos tenido el privilegio de presenciar directamente al Jesucristo resucitado. Los fieles confiamos en el testimonio transmitido por los discípulos directos de Cristo, testigos de sus apariciones. El Señor resucitado obra en los creyentes mismo, pero de lo que realmente está hablando hoy es de Cristo que obra a través del ministerio de la iglesia. 
 Los creyentes también reconocen a Jesús como el Hijo de Dios y continúan con la misión de los apóstoles de Cristo. Así lo sigue haciendo el Señor hoy trabajando siempre como intermediario en la iglesia viva, que es su cuerpo vivo y se le reconoce cada vez que escuchamos su palabra y celebramos su memorial en la liturgia.
 Cuando Juan describe la obra que Jesús ha realizado en la tierra mediante su muerte y su resurrección como mediador entre nosotros y el Padre Celestial, siendo el Señor Jesús una ofrenda de expiación, por el pecado humano. El Padre lo ofrece para que podamos arrepentirnos y convertirnos para alcanzar  nuestra salvación.
 Jesucristo, que murió y resucitó, es el "Señor de la vida". La misión de la iglesia es anunciar sin temor la buena noticia: "Cristo ha resucitado y vencido a la muerte, es la experiencia primordial de los cristianos y palabra que da vida. Como afirma Pedro al auditorio, Jesús es verdaderamente el santo y justo siervo de Dios, que asumió el sufrimiento hasta la muerte por el atrevimiento de la ignorancia de su pueblo, y siendo el Señor de la vida, resucita y recibe la gloria a la diestra del Padre. 
 Nosotros que hemos acogido y aceptado el testimonio transmitido a lo largo del tiempo, estamos llamados a seguir el camino de conversión, con el arrepentimiento y reconociendo nuestros pecados, para merecer la misericordia gratuita del Señor, y así continuar con la misión de darlo a conocer hasta que vuelva. Amén.

Padre LUIS MAZEKINA OSHIRO, Arquidiócesis de Tokyo


Credo
Oración Universal
Invoquemos, amados hermanos, a Cristo, triunfador del pecado y de la muerte, que siempre intercede por nosotros:
-       - Para que Cristo, el Señor, atraiga hacia sí el corazón de los fieles y fortalezca sus voluntades, de manera que busquen los bienes de allá arriba, donde él está sentado a la derecha de Dios, roguemos al Señor.
-       - Para que Cristo, amo supremo de la creación, haga que todos los pueblos gocen abundantemente de la paz que en sus apariciones otorgó a los discípulos, roguemos al Señor.
-       - Para que Cristo, el destructor de la muerte y el médico de toda enfermedad, se compadezca de los débiles y desdichados y aleje del mundo el hambre, las guerras y todos los males, roguemos al Señor.
-       - Para que Cristo, el Señor, salve y bendiga nuestra parroquia (comunidad), y conceda la paz, la alegría y el descanso en las fatigas a los que hoy nos hemos reunido aquí para celebrar su triunfo, roguemos al Señor.

Señor Dios, que, con la muerte gloriosa de tu Hijo, víctima de propiciación por nuestros pecados, has puesto el fundamento de la reconciliación y la paz, escucha las oraciones de tu Iglesia y haz de nosotros signo y levadura de una humanidad nueva, pacificada por tu amor. Por Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina, inmortal y glorioso, por los siglos de los siglos.




Lecturas del Domingo de Pascua o de la Divina Misericordia - Ciclo B


Domingo, 11 de Abril de 2021


Primera lectura



Lectura de los Hechos de los Apóstoles 4, 32-35

El grupo de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma: nadie llamaba suyo propio nada de lo que tenía, pues lo poseían todo en común.
Los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucho valor.
Y se los miraba a todos con mucho agrado. Entre ellos no había necesitados, pues los que poseían tierras o casas las vendían, traían el dinero de lo vendido y lo ponían a los pies de los apóstoles; luego se distribuía a cada uno según lo que necesitaba.



Salmo

Sal. 117, 2-4.16ab-18.22-24 

R/. Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia

Diga la casa de Israel:
eterna es su misericordia.
Diga la casa de Aarón:
eterna es su misericordia.
Digan los fieles del Señor:
eterna es su misericordia. R/.

«La diestra del Señor es poderosa,
la diestra del Señor es excelsa».
No he de morir, viviré
para contar las hazañas del Señor.
Me castigó, me castigó el Señor,
pero no me entregó a la muerte. R/.

La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente.
Este es el día que hizo el Señor:
sea nuestra alegría y nuestro gozo. R/.


Segunda lectura



Lectura de la primera carta del Apóstol San Juan 5, 1-6

Queridos hermanos:
Todo el que cree que Jesús es el Cristo ha nacido de Dios; y todo el que ama al que da el ser ama también al que ha nacido de él.
En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios: si amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos.
Pues en esto consiste el amor de Dios: en que guardemos sus mandamientos. Y sus mandamientos no son pesados, pues todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo. Y lo que ha conseguido la victoria sobre el mundo es nuestra fe.
¿Quién es el que vence al mundo sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?
Este es el que vino por el agua y la sangre: Jesucristo. No solo en el agua, sino en el agua y en la sangre; y el Espíritu es quien da testimonio, porque el Espíritu es la verdad.



Evangelio del día



Lectura del santo Evangelio según San Juan 20, 19-31


Al atardecer de ese mismo día, el primero de la semana, estando cerradas las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, por temor a los judíos, llegó Jesús y poniéndose en medio de ellos, les dijo: "¡La paz esté con ustedes!".

Mientras decía esto, les mostró sus manos y su costado. Los discípulos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor.

Jesús les dijo de nuevo: "¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí, yo también los envío a ustedes".

Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió: "Reciban el Espíritu Santo.

Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan".

Tomás, uno de los Doce, de sobrenombre el Mellizo, no estaba con ellos cuando llegó Jesús.

Los otros discípulos le dijeron: "¡Hemos visto al Señor!". El les respondió: "Si no veo la marca de los clavos en sus manos, si no pongo el dedo en el lugar de los clavos y la mano en su costado, no lo creeré".

Ocho días más tarde, estaban de nuevo los discípulos reunidos en la casa, y estaba con ellos Tomás. Entonces apareció Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio de ellos y les dijo: "¡La paz esté con ustedes!".

Luego dijo a Tomás: "Trae aquí tu dedo: aquí están mis manos. Acerca tu mano: Métela en mi costado. En adelante no seas incrédulo, sino hombre de fe".

Tomas respondió: "¡Señor mío y Dios mío!".

Jesús le dijo: "Ahora crees, porque me has visto. ¡Felices los que creen sin haber visto!".

Jesús realizó además muchos otros signos en presencia de sus discípulos, que no se encuentran relatados en este Libro.

Estos han sido escritos para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y creyendo, tengan Vida en su Nombre.


HOMILÍA - MENSAJE DEL 2° DOMINGO DE PASCUA

 Iniciando la segunda semana del tiempo pascual, celebramos el domingo de la misericordia. El Señor sopla su aliento sobre sus apóstoles concediendo la potestad de perdonar los pecados e instituyendo el sacramento del perdón. A través de su evangelio, el apóstol Juan desea llevar a los lectores a creer que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y fortalecer la fe en la Palabra de Dios hecha carne y resucitada que da vida derrotando a la muerte. 

 Al aparecer resucitado y soplar sobre sus discípulos el Espíritu Santo, como el aliento creador de su Padre, Jesucristo concede la nueva vida a su cuerpo la Iglesia y, sobre  todo, a los apóstoles les otorga el gobierno de su nuevo pueblo. Esta concesión del Espíritu Santo por parte de Cristo es el sello que marca la misión de enviarlos como su Padre lo había hecho con Él. Los apóstoles testigos de la resurrección predican el mensaje de fe que confiesa a Jesús como el Hijo de Dios y dan testimonio practicando la hermandad y manteniendo fidelidad a las instrucciones y mandatos, y practicando las enseñanzas, floreciendo y fructificando así, en una vida alejada del pecado. 

 Según la carta de Juan, el papel fundamental del Espíritu Santo es dar testimonio de Cristo, guiar a los discípulos para que comprendan todos los aspectos de la verdad de la Palabra de Cristo y queden grabados en sus mentes y corazones. Después de todo, la función del Espíritu Santo es confirmar, como testigo en la Iglesia, la verdad de Cristo en la fe, por lo que también se le llama "Espíritu de verdad", que da testimonio y crea fe en el interior de los creyentes.

 Desde la resurrección de Cristo, una vida llena de piedad filial hacia Dios, como muestra la oración del Padrenuestro, debe manifestarse naturalmente en la  fraternidad. Porque, como dice la Escritura: "cualquiera que ama a Dios Padre, también ama a su hijo". Lógicamente si amas al Padre, no puedes evitar amar a todos sus hijos, es decir, a los hermanos a pesar de las diferencias que puede haber. Después de todo, no hay palabra más elocuente, acerca del único amor, que la frase: "si amas a Dios y guardas su mandato de amor, entonces amas a los hijos de Dios". 

 El libro de los Hechos describe cómo los miembros de la iglesia primitiva reunida en Jerusalén y centrada en los apóstoles, imitan la pobreza como discípulos del Maestro. La unidad fraterna, en alma y corazón, vista entre los primeros cristianos es el resultado del progreso comunitario de la fe hacia el Señor Jesús y del deseo de imitarlo juntos, amando tanto a Él, como mutuamente entre ellos. El amor filial hacia Dios Padre y a su Hijo Jesucristo produce como fruto la fraternidad, como está escrito que "el grupo de creyentes unió sus corazones y pensamientos". Esta muestra de comunión entre los fieles se manifiesta por primera vez bajo la enseñanza de los apóstoles, las oraciones comunitarias y en la fracción del pan, compartiendo toda propiedad dentro de la iglesia en Jerusalén. 

 De hecho, Cristo restaura la unidad en todas las áreas. Ejemplos son la unidad interior de los seres humanos desgarrados por el pecado original que, bajo la guía del Espíritu Santo, convierte a todos en hijos de un mismo Padre. Que el modelo de la comunidad primitiva no quede como algo nostálgico en nosotros, sino que podamos hacer realidad lo que define la Lumen Gentium "la Iglesia es signo e instrumento de la íntima unión con Dios y de todo el género humano".

 Que luego de haber experimentado la resurrección, y por ende, la misericordia de Dios, podamos dar testimonio del amor y la unidad, y así ayudar a toda la humanidad, que en medio de la diversidad, pueda unir el corazón y el alma alabando al Único Dios, Padre  y Creador, en las buenas y en las malas, por los siglos de los siglos. Amen.

Padre LUIS MAZEKINA OSHIRO, Arquidiócesis de Tokyo




Oración de los fieles
Llenos de gozo por la resurrección del Señor, purificados nuestros sentimientos y renovado nuestro espíritu, supliquemos con insistencia al Señor, diciendo: Rey vencedor, escúchanos.
- A Cristo que, con su gloriosa resurrección, ha vencido la muerte y ha destruido el pecado, pidámosle que todos los cristianos sean siempre fieles a las promesas del bautismo que renovaron en la noche santa de Pascua.
- A Cristo, que, con su gloriosa resurrección, ha otorgado el perdón y la paz a los pecadores, supliquémosle que quienes han regresado al camino de la vida conserven íntegramente los dones que la misericordia del Padre les ha restituido.
- A Cristo, que, con su gloriosa resurrección ha dado al mundo la vida verdadera y ha renovado toda la creación, pidámosle por los que, por no creer en su triunfo, viven sin esperanza.
- A Cristo, que, con su gloriosa resurrección ha colmado de alegría a los pueblos, los ha enriquecido con sus dones y ha hecho vibrar de gozo nuestros corazones, pidámosle que renueve la esperanza de los que sufren y lloran, de manera especial, a aquellos que hoy se alimentarán con la santa comunión.
- A Cristo, que, con su gloriosa resurrección anunció la alegría a las mujeres, y por medio de las mujeres a los apóstoles, y por medio de los apóstoles al mundo entero, pidámosle por los que nos hemos reunido para celebrar su triunfo, en especial, estos hermanos nuestros que han sido bendecidos para ponerse al servicio de los más necesitados.

Dios nuestro, que en la Pascua de cada domingo nos haces revivir las maravillas de la salvación, escucha la oración de tu pueblo y haz que siempre sepamos reconocer a Cristo presente en la asamblea de los hermanos y que, juntamente con ellos, demos testimonio de la resurrección inaugurada por Cristo, tu Hijo. Él, que vive y reina, inmortal y glorioso, por los siglos de los siglos.





DOMINGO DE PASCUA DE RESURRECCION (B)

Domingo, 04 de abril del 2021

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Comimos y bebimos con Él, después de su resurrección.

Lectura de los Hechos de los Apóstoles 10, 34a. 37-43

Pedro, tomando la palabra, dijo: “Ustedes ya saben qué ha ocurrido en toda Judea, comenzando por Galilea, después del bautismo que predicaba Juan: cómo Dios ungió a Jesús de Nazaret con el Espíritu Santo, llenándolo de poder. Él pasó haciendo el bien y sanando a todos los que habían caído en poder del demonio, porque Dios estaba con Él.

Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en el país de los judíos y en Jerusalén. Y ellos lo mataron, suspendiéndolo de un patíbulo. Pero Dios lo resucitó al tercer día y le concedió que se manifestara, no a todo el pueblo, sino a testigos elegidos de antemano por Dios: a nosotros, que comimos y bebimos con Él, después de su resurrección.

Y nos envió a predicar al pueblo, y a atestiguar que Él fue constituido por Dios Juez de vivos y muertos. Todos los profetas dan testimonio de Él, declarando que los que creen en Él reciben el perdón de los pecados, en virtud de su Nombre”.

SALMO RESPONSORIAL  117, 1-2. 16-17. 22-23

R/. Este es el día que hizo el Señor: alegrémonos y regocijémonos en él.

¡Den gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterno su amor! Que lo diga el pueblo de Israel: ¡es eterno su amor!

La mano del Señor es sublime, la mano del Señor hace proezas. No, no moriré: viviré para publicar lo que hizo el Señor.

La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular. Esto ha sido hecho por el Señor y es admirable a nuestros ojos.

SEGUNDA LECTURA

Busquen los bienes del cielo, donde está Cristo.

Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Colosas  3, 1-4

Hermanos:

Ya que ustedes han resucitado con Cristo, busquen los bienes del cielo donde Cristo está sentado a la derecha de Dios. Tengan el pensamiento puesto en las cosas celestiales y no en las de la tierra. Porque ustedes están muertos, y su vida está desde ahora oculta con Cristo en Dios. Cuando se manifieste Cristo, que es la vida de ustedes, entonces ustedes también aparecerán con Él, llenos de gloria.

SECUENCIA

Cristianos, ofrezcamos al Cordero pascual nuestro sacrificio de alabanza. El Cordero ha redimido a las ovejas: Cristo, el inocente, reconcilió a los pecadores con el Padre.

La muerte y la vida se enfrentaron en un duelo admirable: el Rey de la vida estuvo muerto, y ahora vive.

Dinos, María Magdalena, ¿qué viste en el camino? He visto el sepulcro del Cristo viviente y la gloria del Señor resucitado.

He visto a los ángeles, testigos del milagro, he visto el sudario y las vestiduras. Ha resucitado Cristo, mi esperanza, y precederá a los discípulos en Galilea.

Sabemos que Cristo resucitó realmente; Tú, Rey victorioso, ten piedad de nosotros.

EVANGELIO

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO  1Cor. 5, 7b-8a

Aleluya.

Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado. Celebremos, entonces, nuestra Pascua. Aleluya.



EVANGELIO

Él debía resucitar de entre los muertos.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan  20, 1-9

El primer día de la semana, de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, María Magdalena fue al sepulcro y vio que la piedra había sido sacada. Corrió al encuentro de Simón Pedro y del otro discípulo al que Jesús amaba, y les dijo: “Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto”.

Pedro y el otro discípulo salieron y fueron al sepulcro. Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió más rápidamente que Pedro y llegó antes. Asomándose al sepulcro, vio las vendas en el suelo, aunque no entró. Después llegó Simón Pedro, que lo seguía, y entró en el sepulcro; vio las vendas en el suelo, y también el sudario que había cubierto su cabeza; este no estaba con las vendas, sino enrollado en un lugar aparte. Luego entró el otro discípulo, que había llegado antes al sepulcro: Él también vio y creyó. Todavía no habían comprendido que, según la Escritura, Él debía resucitar de entre los muertos.

Donde se celebre Misa vespertina, también puede leerse el siguiente Evangelio

Lo reconocieron al partir el pan.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 24, 13-35

El primer día de la semana, dos de los discípulos iban a un pequeño pueblo llamado Emaús, situado a unos diez kilómetros de Jerusalén. En el camino hablaban sobre lo que había ocurrido.

Mientras conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó y siguió caminando con ellos. Pero algo impedía que sus ojos lo reconocieran. Él les dijo: “¿Qué comentaban por el camino?”

Ellos se detuvieron, con el semblante triste, y uno de ellos, llamado Cleofás, le respondió: “¡Tú eres el único forastero en Jerusalén que ignora lo que pasó en estos días!”

“¿Qué cosa?”, les preguntó.

Ellos respondieron: “Lo referente a Jesús, el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y en palabras delante de Dios y de todo el pueblo, y cómo nuestros sumos sacerdotes y nuestros jefes lo entregaron para ser condenado a muerte y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que fuera Él quien librara a Israel. Pero a todo esto ya van tres días que sucedieron estas cosas. Es verdad que algunas mujeres que están con nosotros nos han desconcertado: ellas fueron de madrugada al sepulcro y al no hallar el cuerpo de Jesús, volvieron diciendo que se les habían aparecido unos ángeles, asegurándoles que Él está vivo. Algunos de los nuestros fueron al sepulcro y lo encontraron todo como las mujeres habían dicho. Pero a Él no lo vieron”.

Jesús les dijo: “¡Hombres duros de entendimiento, ¡cómo les cuesta creer todo lo que anunciaron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías soportara esos sufrimientos para entrar en su gloria?” Y comenzando por Moisés y continuando con todos los profetas, les interpretó en todas las Escrituras lo que se refería a Él.

Cuando llegaron cerca del pueblo adonde iban, Jesús hizo ademán de seguir adelante. Pero ellos le insistieron: “Quédate con nosotros, porque ya es tarde y el día se acaba”.

Él entró y se quedó con ellos. Y estando a la mesa, tomó el pan y pronunció la bendición; luego lo partió y se lo dio. Entonces los ojos de los discípulos se abrieron y lo reconocieron, pero Él había desaparecido de su vista.

Y se decían: “¿No ardía acaso nuestro corazón, mientras nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?”

En ese mismo momento, se pusieron en camino y regresaron a Jerusalén.

Allí encontraron reunidos a los Once y a los demás que estaban con ellos, y estos les dijeron: “Es verdad, ¡el Señor ha resucitado y se apareció a Simón!”.

Ellos, por su parte, contaron lo que les había pasado en el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.

Credo

ORACIÓN UNIVERSAL

Llenos de gozo por la santa resurrección del Señor, purificados nuestros sentimientos y renovado nuestro espíritu, supliquemos con insistencia al Señor, diciendo: Rey vencedor, escúchanos.

-       A Cristo, que, con su gloriosa resurrección, ha vencido la muerte y ha destruido el pecado, pidámosle que todos los cristianos sean siempre fieles a las promesas del bautismo que han renovado en esta santa noche (que renovaron en la noche santa de Pascua).

-       A Cristo, que, con su gloriosa resurrección, ha hecho renacer los nuevos hijos de la Iglesia, engendrándolos por el agua y el Espíritu Santo, pidámosle que afirme en ellos los dones que les ha concedido en esta Pascua.

-       A Cristo, que, con su gloriosa resurrección, ha dado al mundo la vida verdadera y ha renovado toda la creación, pidámosle por los que, por no creer en su triunfo, viven sin esperanza.

-       A Cristo, que, con su gloriosa resurrección, ha abierto las puertas de su reino a los que gemían en el abismo y ha otorgado la vida al hombre mortal, pidámosle por todos los que sufren.

-       A Cristo, que, con su gloriosa resurrección, anunció la alegría a las mujeres, y por medio de las mujeres a los apóstoles, y por medio de los apóstoles al mundo entero, pidámosle por los que nos hemos reunido para celebrar su triunfo.

Señor Jesucristo, que en el cielo eres glorificado por los ángeles y los santos y en la tierra eres enaltecido y adorado por tu Iglesia, en esta fiesta gloriosa de tu resurrección te pedimos que escuches nuestras plegarias y extiendas tu diestra misericordiosa sobre este pueblo que tiene puesta toda su esperanza en tu resurrección. Tú que vives y reinas, inmortal y glorioso, por los siglos de los siglos.

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Lecturas del Domingo de Pasión - Ciclo B

 

 

Domingo, 28 de marzo de 2021

Primera lectura

Lectura del libro de Isaías (50,4-7):


Mi Señor me ha dado una lengua de iniciado, para saber decir al abatido una palabra de aliento. Cada mañana me espabila el oído, para que escuche como los iniciados. El Señor me abrió el oído; y yo no resistí ni me eché atrás: ofrecí la espalda a los que me apaleaban, las mejillas a los que mesaban mi barba; no me tapé el rostro ante ultrajes ni salivazos. El Señor me ayuda, por eso no sentía los ultrajes; por eso endurecí el rostro como pedernal, sabiendo que no quedaría defraudado.

 

Palabra de Dios

 

 

Salmo

Sal 21,8-9.17-18a.19-20.23-24

 

R/. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?

 

Al verme, se burlan de mí, hacen visajes,

menean la cabeza: «Acudió al Señor,

que lo ponga a salvo;

que lo libre, si tanto lo quiere.» R/.

 

Me acorrala una jauría de mastines,

me cerca una banda de malhechores;

me taladran las manos y los pies,

puedo contar mis huesos. R/.

 

Se reparten mi ropa,

echan a suertes mi túnica.

Pero tú, Señor, no te quedes lejos;

fuerza mía, ven corriendo a ayudarme. R/.

 

Contaré tu fama a mis hermanos,

en medio de la asamblea te alabaré.

Fieles del Señor, alabadlo;

linaje de Jacob, glorificadlo;

temedlo, linaje de Israel. R/.

 

Segunda lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses (2,6-11):

 


Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.

 

Palabra de Dios

 

Evangelio

 

 


 

  • Pasión de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos (15,1-39):

 

C. Apenas se hizo de día, los sumos sacerdotes, con los ancianos, los escribas y el Sanedrín en pleno, se reunieron, y, atando a jesús, lo llevaron y lo entregaron a Pilato. Pilato le preguntó:

S. «¿Eres tú el rey de los judíos?»

C. Él respondió:

+ «Tú lo dices.»

C. Y los sumos sacerdotes lo acusaban de muchas cosas. Pilato le preguntó de nuevo:

S. «¿No contestas nada? Mira cuántos cargos presentan contra ti.»

C. Jesús no contestó más; de modo que Pilato estaba muy extrañado. Por la fiesta solía soltarse un preso, el que le pidieran. Estaba en la cárcel un tal Barrabás, con los revoltosos que habían cometido un homicidio en la revuelta. La gente subió y empezó a pedir el indulto de costumbre. Pilato les contestó:

S. «¿Queréis que os suelte al rey de los judíos?»

C. Pues sabía que los sumos sacerdotes se lo habían entregado por envidia. Pero los sumos sacerdotes soliviantaron a la gente para que pidieran la libertad de Barrabás. Pilato tomó de nuevo la palabra y les preguntó:

S. «¿Qué hago con el que llamáis rey de los judíos?»

C. Ellos gritaron de nuevo:

S. «¡Crucifícalo!»

C. Pilato les dijo:

S. «Pues ¿qué mal ha hecho?»

C. Ellos gritaron más fuerte:

S. «¡Crucifícalo!»

C. Y Pilato, queriendo dar gusto a la gente, les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de azotarlo, lo entregó para que lo crucificaran. Los soldados se lo llevaron al interior del palacio –al pretorio– y reunieron a toda la compañía. Lo vistieron de púrpura, le pusieron una corona de espinas, que habían trenzado, y comenzaron a hacerle el saludo:

S. «¡Salve, rey de los judíos!»

C. Le golpearon la cabeza con una caña, le escupieron; y, doblando las rodillas, se postraban ante él. Terminada la burla, le quitaron la púrpura y le pusieron su ropa. Y lo sacaron para crucificarlo. Y a uno que pasaba, de vuelta del campo, a Simón de Cirene, el padre de Alejandro y de Rufo, lo forzaron a llevar la cruz. Y llevaron a Jesús al Gólgota (que quiere decir lugar de «la Calavera»), y le ofrecieron vino con mirra; pero él no lo aceptó. Lo crucificaron y se repartieron sus ropas, echándolas a suerte, para ver lo que se llevaba cada uno. Era media mañana cuando lo crucificaron. En el letrero de la acusación estaba escrito: «El rey de los judíos.» Crucificaron con él a dos bandidos, uno a su derecha y otro a su izquierda. Así se cumplió la Escritura que dice: «Lo consideraron como un malhechor.» Los que pasaban lo injuriaban, meneando la cabeza y diciendo:

S. «¡Anda!, tú que destruías el templo y lo reconstruías en tres días, sálvate a ti mismo bajando de la cruz.»

C. Los sumos sacerdotes con los escribas se burlaban también de él, diciendo:

S. «A otros ha salvado, y a sí mismo no se puede salvar. Que el Mesías, el rey de Israel, baje ahora de la cruz, para que lo veamos y creamos.»

C. También los que estaban crucificados con él lo insultaban. Al llegar el mediodía, toda la región quedó en tinieblas hasta la media tarde. Y, a la media tarde, jesús clamó con voz potente:

+ «Eloí, Eloí, lamá sabaktaní.»

C. Que significa:

+ «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?»

C. Algunos de los presentes, al oírlo, decían:

S. «Mira, está llamando a Elías.»

C. Y uno echó a correr y, empapando una esponja en vinagre, la sujetó a una caña, y le daba de beber, diciendo:

S. «Dejad, a ver si viene Elías a bajarlo.»

C. Y Jesús, dando un fuerte grito, expiró. El velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo. El centurión, que estaba enfrente, al ver cómo había expirado, dijo:

S. «Realmente este hombre era Hijo de Dios.»

 

Palabra del Señor





QUINTO DOMINGO DE CUARESMA (B)

Domingo, 21 de marzo del 2021

LITURGIA DE LA PALABRA



PRIMERA LECTURA

Estableceré una nueva alianza y no me acordaré más de su pecado.

Lectura del libro de Jeremías 31, 31-34

Llegarán los días -oráculo del Señor- en que estableceré una nueva Alianza con la casa de Israel y la casa de Judá. No será como la Alianza que establecí con sus padres el día en que los tomé de la mano para hacerlos salir del país de Egipto, mi Alianza que ellos rompieron, aunque Yo era su dueño -oráculo del Señor-.

Ésta es la Alianza que estableceré con la casa de Israel, después de aquellos días -oráculo del Señor-: pondré mi Ley dentro de ellos, y la escribiré en sus corazones; Yo seré su Dios y ellos serán mi Pueblo.

Y ya no tendrán que enseñarse mutuamente, diciéndose el uno al otro: Conozcan al Señor. Porque todos me conocerán, del más pequeño al más grande -oráculo del Señor-. Porque Yo habré perdonado su iniquidad y no me acordaré más de su pecado.

Es palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL   50, 3-4. 12-15

R/. Crea en mí, Dios mío, un corazón puro.

¡Ten piedad de mí, Señor, por tu bondad, por tu gran compasión, ¡borra mis faltas! ¡Lávame totalmente de mi culpa y purifícame de mi pecado!

Crea en mí, Dios mío, un corazón puro, y renueva la firmeza de mi espíritu. No me arrojes lejos de tu presencia ni retires de mí tu santo espíritu.

Devuélveme la alegría de tu salvación, que tu espíritu generoso me sostenga: yo enseñaré tu camino a los impíos y los pecadores volverán a ti.

SEGUNDA LECTURA

Aprendió qué significa obedecer y llegó a ser causa de salvación eterna.

Lectura de la carta a los hebreos 5, 7-9

Hermanos:

Cristo dirigió durante su vida terrena súplicas y plegarias, con fuertes gritos y lágrimas, a Aquél que podía salvarlo de la muerte, y fue escuchado por su humilde sumisión. Y aunque era Hijo de Dios, aprendió por medio de sus propios sufrimientos qué significa obedecer. De este modo, Él alcanzó la perfección y llegó a ser causa de salvación eterna para todos los que le obedecen.

Es palabra de Dios.

EVANGELIO

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO Jn 12, 26

El que quiera servirme, que me siga, y donde Yo esté, estará también mi servidor, dice el Señor.

EVANGELIO



Si el grano de trigo que cae en tierra muere, da mucho fruto.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 12, 20-33

Había unos griegos que habían subido a Jerusalén para adorar a Dios durante la fiesta de Pascua. Estos se acercaron a Felipe, el de Betsaida de Galilea, y le dijeron: Señor, queremos ver a Jesús. Felipe fue a decírselo a Andrés, y ambos se lo dijeron a Jesús. Él les respondió:

Ha llegado la hora en que el Hijo del hombre va a ser glorificado. Les aseguro que, si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto.

El que tiene apego a su vida la perderá; y el que no está apegado a su vida en este mundo, la conservará para la Vida eterna.

El que quiera servirme que me siga, y donde Yo esté, estará también mi servidor.

El que quiera servirme, será honrado por mi Padre. Mi alma ahora está turbada. ¿Y qué diré: “¿Padre, líbrame de esta hora”? ¡Si para eso he llegado a esta hora! ¡Padre, glorifica tu Nombre!

Entonces se oyó una voz del cielo: Ya lo he glorificado y lo volveré a glorificar.

La multitud, que estaba presente y oyó estas palabras, pensaba que era un trueno. Otros decían: Le ha hablado un ángel.

Jesús respondió:

Esta voz no se oyó por mí, sino por ustedes. Ahora ha llegado el juicio de este mundo, ahora el Príncipe de este mundo será arrojado afuera; y cuando Yo sea levantado en alto sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí.

Palabra del Señor.

Credo. 

Oración Universal

Oremos, amados hermanos, y pidamos la misericordia del Señor para que, compadecido de su pueblo penitente, escuche nuestras plegarias:

-       Para que el Redentor del mundo, que se entregó a la muerte para vivificar a su pueblo, libere a la Iglesia de todo mal, roguemos al Señor.

-       Para que el Redentor del mundo, que oró en la cruz por quienes lo crucificaban, interceda ante del Padre por los pecadores, roguemos al Señor.

-       Para que el Redentor del mundo, que experimentó en la cruz el sufrimiento y la angustia, se compadezca de los que sufren, les dé fortaleza y paciencia y ponga fin a sus dolores, roguemos al Señor.

-       Para que el Redentor del mundo, a nosotros sus siervos, que en estos días nos disponemos a recordar con veneración su cruz, nos reconforte con la fuerza de su resurrección, roguemos al Señor.

Escucha, Padre, las súplicas de tu Hijo, que, para establecer la alianza nueva y eterna, se hizo obediente hasta la muerte de cruz; haz que, a través de las pruebas de la vida, sepamos participar íntimamente de su pasión y alcanzando la fecundidad del grano que muere, merezcamos ser reunidos, como cosecha buena, en los graneros de tu reino.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Reflexión del Evangelio:

Domingo 21 de marzo. Quinto Domingo de Cuaresma

Texto: Juan.12, 20-33

Idea Central:” Precisamente para esta hora he venido…”

Puntos de Reflexión:

-       Jesús consciente y libremente acepta el camino propuesto por su Padre para la salvación de la humanidad, con todas las consecuencias que conlleva ser también fiel a la realidad que vive la humanidad.

-       La fidelidad de Jesucristo es la fuente de su identidad como Hijo de Dios y Salvador de la humanidad, para cumplir la voluntad de su Padre, “el Padre del Amor”, ha venido al mundo para mostrarlo con su vida, con sus obras, con sus palabras, con todo su amor.

-       La fidelidad de Jesucristo es la enseñanza fundamental para todos sus discípulos, y “el camino” que se nos ofrece a todos.

-       ¿Crees tú que el camino que eligió Jesucristo es también tu camino en la vida diaria?

-       Agradece constantemente la luz y la guía que Jesús te regala para que tú también seas fiel y puedas hacer vida la voluntad del Padre para bien de los que te rodean y para bien de la sociedad.




Lecturas del Domingo 4º de Cuaresma - Ciclo B

Domingo, 14 de marzo de 2021

 Saludo 

Hemos sido salvados por la gracia, no por nada de nuestra cosecha, sino por un don de Dios.  Somos obra de arte de Dios, creados en Cristo Jesús. Que la gracia y la luz de Jesús, el Señor, esté siempre con ustedes.


Introducción
  1. Tanto Amó Dios al Mundo…
    Si fuéramos realmente conscientes de cuánto nos ama Dios ¿cómo podríamos permanecer indiferentes o rehusar nada a Dios? Si creemos firmemente que él nos encuentra dignos de amor, ¿cómo pudiéramos no poner nuestra confianza en él? Él no nos fuerza: simplemente nos invita: "Éste es mi amor hacia ti; ¿te gustaría aceptarme a mí y mi amor? ¿Te gustaría compartir mi amor con otros amándoles a ellos también?" ¿Qué respuesta le damos a Dios, por medio de Jesucristo?
  2. Mirando a la Cruz
    En nuestras Iglesias y en la mayoría de nuestros hogares damos al crucifijo un lugar de honor. ¿Quiere ello decir que debemos amar las cruces? No, pero indica que creemos en nuestro Señor crucificado y que le amamos de corazón. Él nos salvó por su cruz y resurrección. Él es la señal de que Dios nos ama tanto que nos entregó a su único Hijo para traernos perdón, vida y amor. Es a Cristo Jesús a quien alzamos nuestra mirada buscando fuerza para llevar las cruces que vienen a nosotros en las dificultades de la vida. También le miramos buscando alegría y felicidad en nuestro peregrinar y buscando vida eterna más allá de la muerte. Con Jesús celebramos ahora, en la eucaristía, el memorial de su sacrificio en la cruz y de su resurrección

Primera lectura

Lectura del segundo libro de las Crónicas (36,14-16.19-23):

En aquellos días, todos los jefes de los sacerdotes y el pueblo multiplicaron sus infidelidades, según las costumbres abominables de los gentiles, y mancharon la casa del Señor, que él se había construido en Jerusalén. El Señor, Dios de sus padres, les envió desde el principio avisos por medio de sus mensajeros, porque tenía compasión de su pueblo y de su morada. Pero ellos se burlaron de los mensajeros de Dios, despreciaron sus palabras y se mofaron de sus profetas, hasta que subió la ira del Señor contra su pueblo a tal punto que ya no hubo remedio. Los caldeos incendiaron la casa de Dios y derribaron las murallas de Jerusalén; pegaron fuego a todos sus palacios y destruyeron todos sus objetos preciosos. Y a los que escaparon de la espada los llevaron cautivos a Babilonia, donde fueron esclavos del rey y de sus hijos hasta la llegada del reino de los persas; para que se cumpliera lo que dijo Dios por boca del profeta Jeremías: «Hasta que el país haya pagado sus sábados, descansará todos los días de la desolación, hasta que se cumplan los setenta años.»

En el año primero de Ciro, rey de Persia, en cumplimiento de la palabra del Señor, por boca de Jeremías, movió el Señor el espíritu de Ciro, rey de Persia, que mandó publicar de palabra y por escrito en todo su reino: «Así habla Ciro, rey de Persia:

"El Señor, el Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra. Él me ha encargado que le edifique una casa en Jerusalén, en Judá. Quien de entre vosotros pertenezca a su pueblo, ¡sea su Dios con él, y suba!"»

Palabra de Dios

 Salmo Responsorial

Sal 136,1-2.3.4.5.6

 R/. Que se me pegue la lengua al paladar

si no me acuerdo de ti

Junto a los canales de Babilonia

nos sentamos a llorar con nostalgia de Sión;

en los sauces de sus orillas

colgábamos nuestras cítaras. R/.

 

Allí los que nos deportaron

nos invitaban a cantar;

nuestros opresores, a divertirlos:

«Cantadnos un cantar de Sión.» R/.

 

¡Cómo cantar un cántico del Señor

en tierra extranjera!

Si me olvido de ti, Jerusalén,

que se me paralice la mano derecha. R/.

 

Que se me pegue la lengua al paladar

si no me acuerdo de ti,

si no pongo a Jerusalén

en la cumbre de mis alegrías. R/.

 Segunda lectura

 

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (2,4-10):

Dios, rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó, estando nosotros muertos por los pecados, nos ha hecho vivir con Cristo –por pura gracia estáis salvados–, nos ha resucitado con Cristo Jesús y nos ha sentado en el cielo con él. Así muestra a las edades futuras la inmensa riqueza de su gracia, su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Porque estáis salvados por su gracia y mediante la fe. Y no se debe a vosotros, sino que es un don de Dios; y tampoco se debe a las obras, para que nadie pueda presumir. Pues somos obra suya. Nos ha creado en Cristo Jesús, para que nos dediquemos a las buenas obras, que él nos asignó para que las practicásemos.

 Palabra de Dios

 Evangelio


 
Lectura del santo evangelio según San Juan (3,14-21):

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: «Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna. Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios. El juicio consiste en esto: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra perversamente detesta la luz y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras. En cambio, el que realiza la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios.»

Palabra del Señor


Oración después de la Comunión


Oh Dios, paciente y misericordioso:
Tú no nos condenaste, sino que resucitaste a Jesús tu Hijo sobre nosotros y en medio de nosotros
para alzarnos de nuestra culpa y tristeza.
Que con él, y en gratitud a ti, seamos gracia y bondad, unos para con otros.
Ayúdanos a levantar a los caídos y desolados, a vendar sus heridas, y a hacer posible que sean
plenamente humanos y libres como hijos tuyos, en Jesucristo nuestro Señor.






TERCER DOMINGO DE CUARESMA (B)

Domingo, 07 de marzo del 2021

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA



La Ley fue dada por medio de Moisés.

Lectura del libro del Éxodo 20, 1-17

Dios pronunció estas palabras:

Yo soy el Señor, tu Dios, que te hice salir de Egipto, de un lugar de esclavitud. 

No tendrás otros dioses delante de mí.

No te harás ninguna escultura y ninguna imagen de lo que hay arriba, en el cielo, o abajo, en la tierra, o debajo de la tierra, en las aguas.

No te postrarás ante ellas, ni les rendirás culto, porque Yo soy el Señor, tu Dios, un Dios celoso, que castigo la maldad de los padres en los hijos, hasta la tercera y cuarta generación, si ellos me aborrecen; y tengo misericordia a lo largo de mil generaciones, si me aman y cumplen mis mandamientos.

No pronunciarás en vano el Nombre del Señor, tu Dios, porque Él no dejará sin castigo al que lo pronuncie en vano.

Acuérdate del día sábado para santificarlo. Durante seis días trabajarás y harás todas tus tareas; pero el séptimo es día de descanso en honor del Señor, tu Dios. En él no harán ningún trabajo, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tus animales, ni el extranjero que reside en tus ciudades. Porque en seis días el Señor hizo el cielo, la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, pero el séptimo día descansó. Por eso el Señor bendijo el día sábado y lo declaró santo.

Honra a tu padre y a tu madre, para que tengas una larga vida en la tierra que el Señor, tu Dios, te da.

No mataras.

No cometerás adulterio.

No robarás.

No darás falso testimonio contra tu prójimo.

No codiciarás la casa de tu prójimo: no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni ninguna otra cosa que le pertenezca.

 

SALMO RESPONSORIAL    18, 8-11

R/. Señor, Tú tienes palabras de Vida eterna.

La ley del Señor es perfecta, reconforta el alma; el testimonio del Señor es verdadero, da sabiduría al simple.

Los preceptos del Señor son rectos, alegran el corazón; los mandamientos del Señor son claros, iluminan los ojos.

La palabra del Señor es pura, permanece para siempre; los juicios del Señor son la verdad, enteramente justos.

Son más atrayentes que el oro, que el oro más fino; más dulces que la miel, más que el jugo del panal.

 

SEGUNDA LECTURA

Nosotros predicamos a un Cristo crucificado, escándalo para los hombres, pero sabiduría de Dios para los llamados.

Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto 1, 22-25

Hermanos:

Mientras los judíos piden milagros y los griegos van en busca de sabiduría, nosotros, en cambio, predicamos a un Cristo crucificado, escándalo para los judíos y locura para los paganos, pero fuerza y sabiduría de Dios para los que han sido llamados, tanto judíos como griegos. Porque la locura de Dios es más sabia que la sabiduría de los hombres, y la debilidad de Dios es más fuerte que la fortaleza de los hombres.

EVANGELIO

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO   Jn 3, 16

Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en Él tenga Vida eterna.



EVANGELIO

Destruyan este templo y en tres días lo volveré a levantar.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 2, 13-25

Se acercaba la Pascua de los judíos. Jesús subió a Jerusalén y encontró en el Templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas y a los cambistas sentados delante de sus mesas. Hizo un látigo de cuerdas y los echó a todos del Templo, junto con sus ovejas y sus bueyes; desparramó las monedas de los cambistas, derribó sus mesas y dijo a los vendedores de palomas:

Saquen esto de aquí y no hagan de la casa de mi Padre una casa de comercio.

Y sus discípulos recordaron las palabras de la Escritura:

El celo por tu Casa me consumirá.

Entonces los judíos le preguntaron: ¿Qué signo nos das para obrar así?

Jesús les respondió: Destruyan este templo y en tres días lo volveré a levantar.

Los judíos le dijeron: Han sido necesarios cuarenta y seis años para construir este Templo, ¿y Tú lo vas a levantar en tres días?

Pero Él se refería al templo de su cuerpo.

Por eso, cuando Jesús resucitó, sus discípulos recordaron que Él había dicho esto, y creyeron en la Escritura y en la palabra que había pronunciado.

Mientras estaba en Jerusalén, durante la fiesta de Pascua, muchos creyeron en su Nombre al ver los signos que realizaba. Pero Jesús no se fiaba de ellos, porque los conocía a todos y no necesitaba que lo informaran acerca de nadie: Él sabía lo que hay en el interior del hombre.

 

Credo. 

 

Oración Universal

Instruidos por el ejemplo de Jesús, el Señor, que en el desierto se entregaba a la oración, oremos también nosotros con insistencia a nuestro Dios:

·         Para que todos los fieles, por medio de las penitencias y prácticas cuaresmales, sean purificados de sus culpas y vean fortalecida su vida cristiana, roguemos al Señor.

·         Para que todos los pueblos alcancen la paz, la tranquilidad y el bienestar necesario y puedan así buscar más fácilmente los bienes del cielo, roguemos al Señor.

·         Para que el Señor conceda su fuerza a los que se ven tentados o se sienten turbados, infunda el deseo de la conversión a los pecadores y otorgue el consuelo del cielo a los que están tristes o abatidos, roguemos al Señor.

·         Para que infunda en todos nosotros el deseo de una verdadera conversión, a fin de que nos preparemos a celebrar debidamente el sacramento pascual de la penitencia, roguemos al Señor.

Señor nuestro, fuente de todo bien, que nunca dejas de ofrecernos el agua viva de la gracia que brota de la roca, que es Cristo, el Salvador, escucha nuestras oraciones y concédenos el don del Espíritu, para que manifestemos con valentía nuestra fe y anunciemos con gozo a nuestros hermanos las maravillas de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.


Reflexión del Santo Evangelio según San Juan.

Idea Central: “El Señor conoce lo que hay en lo más profundo de cada uno de nosotros”.

Puntos de Reflexión:

-       Jesús nos interpela en cuanto al significado profundo de nuestra identidad como sus discípulos y miembros de la comunidad de los creyentes.

-       ¿Cómo te identificas como católico en el ambiente donde vives?

-       ¿Ser católico es una identidad que es fuente de paz y esperanza, o es un pretexto para vivirla solamente en el ámbito personal, sin que se refleje en tu vida ordinaria en tus relaciones con los demás?

-       ¿Qué significa para ti, que Jesús sea la persona que mejor conozca todo lo que hay en tu corazón, en tus pensamientos, en tus deseos, en tus ilusiones y tus miedos?

-       Agradece humildemente a Jesús que sea tu amigo y compañero de camino, en las encrucijadas de tu día a día.


SEGUNDO DOMINGO DE CUARESMA (B)

Reflexión del Santo Evangelio según San Marcos.




Evangelio Diario

LITURGIA - 28 DE FEBRERO DE 2021

Ciclo B - Año Impar - Color Morado

II Domingo del Tiempo de Cuaresma

 

Primera lectura

 

 


Lectura del libro del Génesis (22,1-2.9-13.15-18):

 

En aquellos días, Dios puso a prueba a Abrahán, llamándole: «¡Abrahán!»

Él respondió: «Aquí me tienes.»

Dios le dijo: «Toma a tu hijo único, al que quieres, a Isaac, y vete al país de Moria y ofrécemelo allí en sacrificio, en uno de los montes que yo te indicaré.»

Cuando llegaron al sitio que le había dicho Dios, Abrahán levantó allí el altar y apiló la leña, luego ató a su hijo Isaac y lo puso sobre el altar, encima de la leña. 

Entonces Abrahán tomó el cuchillo para degollar a su hijo; pero el ángel del Señor le gritó desde el cielo «¡Abrahán, Abrahán!»

Él contestó: «Aquí me tienes.»

El ángel le ordenó: «No alargues la mano contra tu hijo ni le hagas nada. Ahora sé que temes a Dios, porque no te has reservado a tu hijo, tu único hijo.»

Abrahán levantó los ojos y vio un carnero enredado por los cuernos en la maleza. Se acercó, tomó el carnero y lo ofreció en sacrificio en lugar de su hijo.

El ángel del Señor volvió a gritar a Abrahán desde el cielo: «Juro por mí mismo –oráculo del Señor–: Por haber hecho esto, por no haberte reservado tu hijo único, te bendeciré, multiplicaré a tus descendientes como las estrellas del cielo y como la arena de la playa. Tus descendientes conquistarán las puertas de las ciudades enemigas. Todos los pueblos del mundo se bendecirán con tu descendencia, porque me has obedecido.»

 

Palabra de Dios

 

Salmo

Sal 115,10.15.16-17.18-19

 

R/. Caminaré en presencia del Señor en el país de la vida

 

Tenía fe, aun cuando dije: 

«¡Qué desgraciado soy!»

Mucho le cuesta al Señor 

la muerte de sus fieles. R/.

 

Señor, yo soy tu siervo,

siervo tuyo, hijo de tu esclava:

rompiste mis cadenas.

Te ofreceré un sacrificio de alabanza,

invocando tu nombre, Señor. R/.

 

Cumpliré al Señor mis votos

en presencia de todo el pueblo,

en el atrio de la casa del Señor,

en medio de ti, Jerusalén. R/.

 

Segunda lectura

 

 


Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (8,31b-34):

 

Si Dios está con nosotros, quién estará contra nosotros? El que no perdonó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, cómo no nos dará todo con él? ¿Quién acusará a los elegidos de Dios? ¿Dios, el que justifica? ¿Quién condenará? ¿Será acaso Cristo, que murió, más aún, resucitó y está a la derecha de Dios, y que intercede por nosotros?

 

 

 

Evangelio según San Marcos 9,2-10

 

 


 

La Transfiguración del Señor: “Seis días después, Jesús tomó a Pedro, Santiago y Juan, y los llevó a ellos solos a un monte elevado. Allí se transfiguró en presencia de ellos. Sus vestiduras se volvieron resplandecientes, tan blancas como nadie en el mundo podría blanquearlas. Y se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. Pedro dijo a Jesús: “Maestro, ¡qué bien estamos aquí! Hagamos tres carpas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías”. Pedro no sabía qué decir, porque estaban llenos de temor. Entonces una nube los cubrió con su sombra, y salió de ella una voz: “Este es mi Hijo muy querido, escúchenlo”. De pronto miraron a su alrededor y no vieron a nadie, sino a Jesús solo con ellos. Mientras bajaban del monte, Jesús les prohibió contar lo que habían visto, hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos. Ellos cumplieron esta orden, pero se preguntaban qué significaría “resucitar de entre los muertos”. Palabra del Señor.

 

PRIMER DOMINGO DE CUARESMA (B)

Reflexión del Santo Evangelio según San Marcos.



Domingo, 21 de febrero de 2021



LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Alianza de Dios con Noé, liberado del diluvio.

Lectura del libro del Génesis   9, 8-15

Dios dijo a Noé y a sus hijos:

Yo establezco mi Alianza con ustedes, con sus descendientes, y con todos los seres vivientes que están con ustedes: con los pájaros, el ganado y las fieras salvajes; con todos los animales que salieron del arca, en una palabra, con todos los seres vivientes que hay en la tierra. Yo estableceré mi Alianza con ustedes: los mortales ya no volverán a ser exterminados por las aguas del Diluvio, ni habrá otro Diluvio para devastar la tierra”.

Dios añadió: “Este será el signo de la Alianza que establezco con ustedes, y con todos los seres vivientes que los acompañan, para todos los tiempos futuros: Yo pongo mi arco en las nubes, como un signo de mi Alianza con la tierra. Cuando cubra de nubes la tierra y aparezca mi arco entre ellas, me acordaré de mi Alianza con ustedes y con todos los seres vivientes, y no volverán a precipitarse las aguas del Diluvio para destruir a los mortales”.

Es Palabra de Dios.

 

SALMO RESPONSORIAL   24, 4-5b. 6. 7b-9

R/. Tus senderos, Señor, son amor y fidelidad.

Muéstrame, Señor, tus caminos, enséñame tus senderos. Guíame por el camino de tu fidelidad; enséñame, porque Tú eres mi Dios y mi salvador.

Acuérdate, Señor, de tu compasión y de tu amor, porque son eternos. Por tu bondad, Señor, acuérdate de mí según tu fidelidad.

El Señor es bondadoso y recto: por eso muestra el camino a los extraviados; Él guía a los humildes para que obren rectamente y enseña su camino a los pobres.

 

SEGUNDA LECTURA

Todo esto es figura del bautismo, por el que ahora ustedes son salvados.

Lectura de la primera carta del Apóstol san Pedro 3, 18-22

Queridos hermanos:

Cristo padeció una vez por los pecados -el justo por los injustos- para que, entregado a la muerte en su carne y vivificado en el Espíritu, los llevara a ustedes a Dios. Y entonces fue a hacer su anuncio a los espíritus que estaban prisioneros, a los que se resistieron a creer cuando Dios esperaba pacientemente, en los días en que Noé construía el arca. En ella, unos pocos -ocho en total- se salvaron a través del agua.

Todo esto es figura del bautismo, por el que ahora ustedes son salvados, el cual no consiste en la supresión de una mancha corporal, sino que es el compromiso con Dios de una conciencia pura, por la resurrección de Jesucristo, que está a la derecha de Dios, después de subir al cielo y de habérsele sometido los Ángeles, las Dominaciones y las Potestades.

Es Palabra de Dios.

 

EVANGELIO

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO   Mt 4, 4b

El hombre no vive solamente de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.

EVANGELIO

Fue tentado por Satanás y los ángeles le servían.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 1, 12-15

El Espíritu llevó a Jesús al desierto, donde fue tentado por Satanás durante cuarenta días. Vivía entre las fieras, y los ángeles lo servían.

Después que Juan Bautista fue arrestado, Jesús se dirigió a Galilea. Allí proclamaba la Buena Noticia de Dios, diciendo: “El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la Buena Noticia”.

Palabra del Señor.

Credo. 

Oración universal

Intercedamos, amados hermanos, ante la divina clemencia, implorando la misericordia divina a favor de todos los hombres y suplicando el perdón para cuántos hemos pecado:

-       Para que, en este tiempo de Cuaresma, Dios conceda a todos los fieles la fuerza necesaria para luchar - contra el mal, convertirse de su mala conducta y retornar al camino del bien, roguemos al Señor.

-       Para que quienes abundan en bienes de la tierra sepan moderar el uso de sus propias riquezas en provecho de los necesitados y no vivan absortos en los bienes de este mundo, roguemos al Señor.

-       Para que quienes se han alejado de la Iglesia a causa de nuestros escándalos o de nuestra tibieza se reincorporen a la familia de Dios, y a nosotros el Señor nos perdone el pecado de escándalo, roguemos al Señor.

-       Para que nuestros corazones lleguen a ser, por medio de la penitencia cuaresmal, aquella tierra fecunda en la que la palabra de Dios produce fruto del ciento por uno, roguemos al Señor.

Dios nuestro, que conoces la fragilidad de la naturaleza humana, herida por el pecado de Adán, escucha las oraciones de tu pueblo y concédele iniciar el camino cuaresmal con la fuerza de tu palabra, para que venza las tentaciones del Maligno y llegue, con gozo, a las fiestas pascuales. Por Jesucristo, nuestro Señor.

MIERCOLES DE CENIZA

Miércoles, 17 de febrero de 2021



LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Desgarren su corazón y no sus vestiduras.

Lectura de la profecía de Joel 2, 12-18

Ahora dice el Señor:

Vuelvan a mí de todo corazón, con ayuno, llantos y lamentos.

Desgarren su corazón y no sus vestiduras, y vuelvan al Señor, su Dios, porque Él es bondadoso y compasivo, lento para la ira y rico en amor, y se arrepiente de sus amenazas.

¡Quién sabe si Él no se volverá atrás y se arrepentirá, y dejará detrás de sí una bendición: la ofrenda y la libación para el Señor, ¡su Dios!

¡Toquen la trompeta en Sión, prescriban un ayuno, convoquen a una reunión solemne, reúnan al pueblo, convoquen a la asamblea, congreguen a los ancianos, reúnan a los pequeños y a los niños de pecho!

¡Que el recién casado salga de su alcoba y la recién casada de su lecho nupcial!

Entre el vestíbulo y el altar lloren los sacerdotes, los ministros del Señor, y digan: “¡Perdona, Señor, a tu pueblo; no entregues tu herencia al oprobio, ¡y que las naciones no se burlen de ella! 

¿Por qué se ha de decir entre los pueblos: ¿Dónde está su Dios?” 

El Señor se llenó de celos por su tierra y se compadeció de su pueblo.

Es Palabra de Dios.

 

SALMO RESPONSORIAL   50, 3-6a. 12-14. 17

R/¡Ten piedad, Señor, ¡porque hemos pecado!

¡Ten piedad de mí, Señor, por tu bondad, por tu gran compasión, ¡borra mis faltas! ¡Lávame totalmente de mi culpa y purifícame de mi pecado!

Porque yo reconozco mis faltas y mi pecado está siempre ante mí. Contra ti, contra ti solo pequé e hice lo que es malo a tus ojos. 

Crea en mí, Dios mío, un corazón puro, y renueva la firmeza de mi espíritu. No me arrojes lejos de tu presencia ni retires de mí tu santo espíritu.

Devuélveme la alegría de tu salvación, que tu espíritu generoso me sostenga. Abre mis labios, Señor, y mi boca proclamará tu alabanza.

 

SEGUNDA LECTURA

Déjense reconciliar con Dios. Éste es el tiempo favorable.

Lectura de la segunda carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto   5, 20—6, 2

Hermanos:

Nosotros somos embajadores de Cristo, y es Dios el que exhorta a los hombres por intermedio nuestro. Por eso les suplicamos en nombre de Cristo: déjense reconciliar con Dios. A Aquél que no conoció el pecado, Dios lo identificó con el pecado en favor nuestro, a fin de que nosotros seamos justificados por Él.

Y porque somos sus colaboradores, los exhortamos a no recibir en vano la gracia de Dios. Porque Él nos dice en la Escritura: “En el momento favorable te escuché, y en el día de la salvación te socorrí.”

Éste es el tiempo favorable, éste es el día de la salvación.

Es Palabra de Dios.

 

EVANGELIO



VERSÍCULO ANTES DEL EVANGELIO Sal. 94, 8a. 7d

No endurezcan su corazón, sino escuchen la voz del Señor.

EVANGELIO

Tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 6, 1-6. 16-18

Jesús dijo a sus discípulos:

Tengan cuidado de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos: de lo contrario, no recibirán ninguna recompensa del Padre de ustedes que está en el cielo. Por lo tanto, cuando des limosna, no lo vayas pregonando delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser honrados por los hombres. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa. 

Cuando tú des limosna, que tu mano izquierda ignore lo que hace la derecha, para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

Cuando ustedes oren, no hagan como los hipócritas: a ellos les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos por los hombres. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa.

Tú, en cambio, cuando ores, retírate a tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como hacen los hipócritas, que desfiguran su rostro para que los hombres noten que ayunan. Les aseguro que, con eso, ya han recibido su recompensa.

Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, para que tu ayuno no sea conocido por los hombres, sino por tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

Palabra del Señor.

 

BENDICIÓN E IMPOSICIÓN DE LA CENIZA

Queridos hermanos: oremos a Dios, nuestro Padre, para que se digne bendecir con su gracia estas cenizas que vamos a imponer sobre nuestras cabezas en señal de penitencia.

Dios nuestro, que te conmueves ante quienes se humillan y hacen penitencia, escucha con bondad nuestra súplica y derrama la gracia de tu bendición sobre estos hijos tuyos que van a recibir las cenizas, para que sean fieles a las prácticas cuaresmales y así lleguen a celebrar, con un corazón puro, el misterio pascual de tu Hijo. Que vive y reina por los siglos de los siglos.

Amén.

Recuerda que eres polvo y en polvo te convertirás   Cf. Gn 3, 19

 

 Oración de los Fieles


       Al comienzo de este tiempo de conversión, esperamos con ilusión la reconciliación con Dios y con nuestro prójimo. Presentemos a nuestro Padre Dios nuestras preocupaciones y las necesidades de todos, y digamos:  R/ Ten misericordia de tu pueblo, Señor.

 

1.    Por la Iglesia de Jesucristo, para que se libere de defectos humanos, de forma que pueda mostrar a todos la luz y el poder del evangelio, roguemos al Señor. R/ Ten misericordia de tu pueblo, Señor.

2.    Por las personas -cercanas o lejanas- atrapadas en el pecado y en el desaliento, para que encuentren reconciliación con Dios, consigo mismas, y con los hermanos que les rodean, roguemos al Señor.  R/ Ten misericordia de tu pueblo, Señor.

3.    Por los endurecidos en su corazón a causa de las riquezas o del poder, e insensibles a las necesidades de otros, para que en estos cuarenta días de penitencia descubran caminos de verdadera felicidad a través de su sensibilidad y generosidad para con sus prójimos, roguemos al Señor.  R/ Ten misericordia de tu pueblo, Señor.

4.    Por todos los que llevan una pesada carga de preocupaciones y sufrimiento, para que sigan adelante con fortaleza por el camino del Señor Jesús, roguemos al Señor.  R/ Ten misericordia de tu pueblo, Señor.

5.    Roguemos unos por otros, para que cada uno de nosotros esté dispuesto a caminar por el camino de la paz y la reconciliación, del servicio desinteresado y de la entrega generosa a los demás, y así decimos:  R/ Ten misericordia de tu pueblo, Señor.

 

Señor Dios nuestro, cada año nos das nuevas oportunidades para crecer en amor hacia ti y hacia los hermanos. Danos la fuerza para vivir estos cuarenta días de gracia con las actitudes, la mentalidad y el espíritu de Jesucristo nuestro Señor.

Reflexión del Evangelio del domingo 14.



 6º Domingo del Tiempo Ordinario - Ciclo B

DOMINGO 14 DE FEBRERO 2021

Primera lectura



Génesis 3:16-19

A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido,[a] y él se enseñoreará de ti.

Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida.

 Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo. Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás

Palabra de Dios

Salmo

Sal 31,1-2.5.11

R/. Tú eres mi refugio, me rodeas de cantos de liberación

Dichoso el que está absuelto de su culpa,
a quien le han sepultado su pecado;
dichoso el hombre a quien el Señor
no le apunta el delito. R/.

Había pecado, lo reconocí,
no te encubrí mi delito;
propuse: «Confesaré al Señor mi culpa»
y tú perdonaste mi culpa y mi pecado. R/.

Alegraos, justos, y gozad con el Señor;
aclamadlo, los de corazón sincero. R/.

Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (10,31–11,1):
Cuando comáis o bebáis o hagáis cualquier otra cosa, hacedlo todo para gloria de Dios. No deis motivo de escándalo a los judíos, ni a los griegos, ni a la Iglesia de Dios, como yo, por mi parte, procuro contentar en todo a todos, no buscando mi propio bien, sino el de la mayoría, para que se salven. Seguid mi ejemplo, como yo sigo el de Cristo.
Palabra de Dios

Evangelio del domingo

Lectura del santo evangelio según san Marcos (1,40-45):

En aquel tiempo, se acercó a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas: «Si quieres, puedes limpiarme.»
Sintiendo lástima, extendió la mano y lo tocó, diciendo: «Quiero: queda limpio.»
La lepra se le quitó inmediatamente, y quedó limpio.
Él lo despidió, encargándole severamente: «No se lo digas a nadie; pero, para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés.»
Pero, cuando se fue, empezó a divulgar el hecho con grandes ponderaciones, de modo que Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo, se quedaba fuera, en descampado; y aun así acudían a él de todas partes.

Palabra del Señor






QUINTO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO (B)

Domingo, 07 de febrero de 2021



LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Soy presa de la inquietud hasta la aurora.

Lectura del libro de Job   7, 1-4. 6-7

Job habló diciendo:

¿No es una servidumbre la vida del hombre sobre la tierra?

¿No son sus jornadas las de un asalariado?

Como un esclavo que suspira por la sombra, como un asalariado que espera su jornal, así me han tocado en herencia meses vacíos, me han sido asignadas noches de dolor.

Al acostarme, pienso: “¿Cuándo me levantaré?”

Pero la noche se hace muy larga y soy presa de la inquietud hasta la aurora.

Mis días corrieron más veloces que una lanzadera: al terminarse el hilo, llegaron a su fin.

Recuerda que mi vida es un soplo y que mis ojos no verán más la felicidad.

 

SALMO RESPONSORIAL   146, 1-6

R/Alaben al Señor, que sana a los afligidos.

¡Qué bueno es cantar a nuestro Dios, qué agradable y merecida es su alabanza! El Señor reconstruye a Jerusalén y congrega a los dispersos de Israel.

Sana a los que están afligidos y les venda las heridas. Él cuenta el número de las estrellas y llama a cada una por su nombre.

Nuestro Señor es grande y poderoso, su inteligencia no tiene medida. El Señor eleva a los oprimidos y humilla a los malvados hasta el polvo.

 

SEGUNDA LECTURA

¡Ay de mí si no predicara el Evangelio!

Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto 9, 16-19. 22-23

Hermanos:

Si anuncio el Evangelio, no lo hago para gloriarme: al contrario, es para mí una necesidad imperiosa. ¡Ay de mí si no predicara el Evangelio!

Si yo realizara esta tarea por iniciativa propia, merecería ser recompensado, pero si lo hago por necesidad, quiere decir que se me ha confiado una misión.

¿Cuál es, entonces, mi recompensa? Predicar gratuitamente el Evangelio, renunciando al derecho que esa Buena Noticia me confiere.

En efecto, siendo libre, me hice esclavo de todos, para ganar al mayor número posible. Y me hice débil con los débiles, para ganar a los débiles. Me hice todo para todos, para ganar por lo menos a algunos, a cualquier precio.

Y todo esto, por amor a la Buena Noticia, a fin de poder participar de sus bienes.

EVANGELIO

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO Mt 8, 17

Aleluya.

Cristo tomó nuestras debilidades y cargó sobre sí nuestras enfermedades. Aleluya.

EVANGELIO


Sanó a muchos, que sufrían diversos males.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 1, 29-39

Jesús fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo dijeron de inmediato. Él se acercó, la tomó de la mano y la hizo levantar. Entonces ella no tuvo más fiebre y se puso a servirlos.

Al atardecer, después de ponerse el sol, le llevaron a todos los enfermos y endemoniados, y la ciudad entera se reunió delante de la puerta. Jesús sanó a muchos enfermos, que sufrían de diversos males, y expulsó a muchos demonios; pero a éstos no los dejaba hablar, porque sabían quién era Él.

Por la mañana, antes que amaneciera, Jesús se levantó, salió y fue a un lugar desierto; allí estuvo orando.

Simón salió a buscarlo con sus compañeros, y cuando lo encontraron, le dijeron: “Todos te andan buscando”.

Él les respondió: “Vayamos a otra parte, a predicar también en las poblaciones vecinas, porque para eso he salido”.

Y fue por toda la Galilea, predicando en las sinagogas de ellos y expulsando demonios.

Credo

Oración de los fieles

Oremos, hermanos, al Padre del Unigénito, al Hijo del Dios eterno y al Espíritu, fuente de todo bien:

Por la Iglesia inmaculada del Dios verdadero, extendida por todo el mundo, pidamos la plena riqueza del amor de Dios.

Para los que gobiernan los pueblos y tienen en su mano el destino de los hombres, pidamos el espíritu de justicia y el deseo de servir con dedicación a sus súbditos.

Por los débiles que se ven oprimidos y por los justos que sufren persecuciones, oremos a Jesús, el Salvador.

Por nosotros mismos, pidamos al Señor un temor filial, un amor ferviente, una vida feliz y una santa muerte.

Dios nuestro, que nos has manifestado tu amor por medio de tu Hijo, que soportó nuestras debilidades y cargó con nuestros dolores, escucha las oraciones de tu pueblo y haz que, siguiendo el ejemplo de Cristo, compartamos los sufrimientos de nuestros hermanos y animemos a los que sufren iluminándolos con la luz de la esperanza. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Reflexión del Evangelio

El Evangelio de ese quinto Domingo del tiempo ordinario del año B nos muestra muchas a Jesús aliviando el sufrimiento humano, sobre todo curando enfermedades y expulsando demonios. Cristo va comunicando su victoria contra el mal y la muerte, curando enfermos y liberando a los poseídos por el demonio. Luego Jesús sana a otros muchos enfermos y endemoniados. Jesús es el hombre para los demás, es el hombre para los otros, es el hombre del servicio, siempre está ayudando. Su vida es entrega permanente a Dios y a los hermanos. Jesús no se limitó a enseñarnos a orar de palabra sino también con el ejemplo. Le vemos a menudo en oración. Nos da ejemplo para que le sigamos. Si él, que era sin pecado, oraba sin cesar, con más razón los pecadores debemos orar. Si pasaba la noche en oración, con más razón nosotros debemos velar y orar sin cesar. En su relación con Dios se hace tiempos prolongados de oración. Se hace su tiempo para rezar a solas con su Padre. Eso te puede sorprender, pero Jesús sintió la necesidad de orar como manera de estar en contacto con su padre y de ahí saca fuerzas para la misión, para continuar predicando por otras aldeas. No se queda quieto. Siempre está llevando a los demás la Buena Noticia del Evangelio.

Jesús nos da un ejemplo de cómo conjugar la oración con el trabajo. El, que tantas ocupaciones, predicando, curando y atendiendo a todos, encuentra tiempo para la oración personal. Jesús es modelo de oración y de trabajo. En la oración encuentra la fuerza de su actividad misionera. Lo mismo deberíamos hacer nosotros: alabar a Dios en nuestra oración y luego estar siempre dispuestos a atender a los que nos necesitan ofreciéndoles nuestra mano acogedora.

  • Jesús era sensible con los que sufrían, era cercano con los que pasaban necesidad…, como discípulo debemos imitar sus actitudes y actuar como Él. ¿Eres capaz de ver la necesidad del que tienes a tu lado?, ¿te acercas a ellos y haces algo por ayudarlos o justificas tu indiferencia? ¿Qué haces para imitar la vida de Jesús?
  • El Señor buscaba tiempo para orar, para estar a solas con el Padre. ¿Te esfuerzas por tener cada día un tiempo de oración, dejarte inundar por el amor de Jesús y dejarte transformar por Él?
  • ¿Has logrado realizar en tu vida la síntesis entre oración y acción? ¿La oración te lleva al servicio a los hermanos y la acción te conduce a la intimidad con el Señor?
  • La gente quería que Jesús solucionara sus penas y enfermedades, pero Él sabía que tenía que anunciar la Buena Nueva. ¿Cómo participas en comunicar y anunciar el Evangelio? ¿Cómo colaboras para que el mensaje de Jesús sea conocido y vivido? 

CUARTO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO (B)

Domingo, 31 de enero de 2021

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Suscitaré un profeta y pondré mis palabras en su boca.

Lectura del libro del Deuteronomio   18, 15-20

Moisés dijo al pueblo:

El Señor, tu Dios, te suscitará un profeta como yo; lo hará surgir de entre ustedes, de entre tus hermanos, y es a Él a quien escucharán. Esto es precisamente lo que pediste al Señor, tu Dios, en el Horeb, el día de la asamblea, cuando dijiste: “No quiero seguir escuchando la voz del Señor, mi Dios, ni miraré más este gran fuego, porque de lo contrario moriré”.

Entonces el Señor me dijo: “Lo que acaban de decir está muy bien. Por eso, suscitaré entre sus hermanos un profeta semejante a ti, pondré mis palabras en su boca, y él dirá todo lo que Yo le ordene. Al que no escuche mis palabras, las que este profeta pronuncie en mi Nombre, Yo mismo le pediré cuenta. Y si un profeta se atreve a pronunciar en mi Nombre una palabra que Yo no le he ordenado decir, o si habla en nombre de otros dioses, ese profeta morirá”.

 

SALMO RESPONSORIAL   94, 1-2.6-9

R/Ojalá hoy escuchen la voz del Señor

¡Vengan, cantemos con júbilo al Señor, aclamemos a la Roca que nos salva! ¡Lleguemos hasta Él dándole gracias, aclamemos con música al Señor!

¡Entren, inclinémonos para adorarlo! ¡Doblemos la rodilla ante el Señor que nos creó! Porque Él es nuestro Dios, y nosotros, el pueblo que Él apacienta, las ovejas conducidas por su mano. 

Ojalá hoy escuchen la voz del Señor: “No endurezcan su corazón como en Meribá, como en el día de Masá, en el desierto, cuando sus padres me tentaron y provocaron, aunque habían visto mis obras”.

 

SEGUNDA LECTURA

La virgen se preocupa de las cosas del Señor, tratando de ser santa.

Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto   7, 32-35

Hermanos:

Yo quiero que ustedes vivan sin inquietudes.

El que no tiene mujer se preocupa de las cosas del Señor, buscando cómo agradar al Señor. En cambio, el que tiene mujer se preocupa de las cosas de este mundo, buscando cómo agradar a su mujer, y así su corazón está dividido.

También la mujer soltera, lo mismo que la virgen, se preocupa de las cosas del Señor, tratando de ser santa en el cuerpo y en el espíritu.

La mujer casada, en cambio, se preocupa de las cosas de este mundo, buscando cómo agradar a su marido.

Les he dicho estas cosas para el bien de ustedes, no para ponerles un obstáculo, sino para que ustedes hagan lo que es más conveniente y se entreguen totalmente al Señor.

 

EVANGELIO

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO    Mt 4, 16

Aleluya.

El pueblo que se hallaba en tinieblas vio una gran luz; sobre los que vivían en las oscuras regiones de la muerte, se levantó una luz. Aleluya.

 


EVANGELIO

Les enseñaba como quien tiene autoridad.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 1, 21-28

Jesús entró en Cafarnaúm, y cuando llegó el sábado, fue a la sinagoga y comenzó a enseñar. Todos estaban asombrados de su enseñanza, porque les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas.

Y había en la sinagoga de ellos un hombre poseído de un espíritu impuro, que comenzó a gritar; “¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido para acabar con nosotros? Ya sé quién eres: el Santo de Dios”.

Pero Jesús lo increpó, diciendo: “Cállate y sal de este hombre”. El espíritu impuro lo sacudió violentamente, y dando un alarido, salió de ese hombre.

Todos quedaron asombrados y se preguntaban unos a otros:

¿Qué es esto? ¡Enseña de una manera nueva, llena de autoridad; da órdenes a los espíritus impuros, ¡y éstos le obedecen!”

Y su fama se extendió rápidamente por todas partes, en toda la región de Galilea.

Credo

Oración de los fieles

Invoquemos, hermanos, con corazón unánime y plegaria ferviente, a Dios Padre, fuente y origen de todo bien: 

-       Por la santa Iglesia, reunida aquí en el nombre del Señor y extendida por todo el mundo, roguemos al Señor.

-       Por nuestra ciudad de Santiago, por su prosperidad y por todos los que en ella moran, roguemos al Señor.

-       Por los que están de viaje, por los enfermos y prisioneros, por los pobres y todos los que sufren, roguemos al Señor.

-       Por nuestros hermanos difuntos, para que Dios los reciba en su reino de luz y felicidad, roguemos al Señor.

Dios nuestro, que, en Cristo, tu Hijo, nos has dado el único maestro de sabiduría y el verdadero libertador de las fuerzas del mal, escucha nuestras oraciones y haznos fuertes en la confesión de la fe, para que proclamemos siempre, de palabra y de obra, tu verdad y demos testimonio de cómo son felices cuantos en ti ponen su esperanza. Por Jesucristo, nuestro Señor.





III Domingo del Tiempo Ordinario


Evangelio Diario

LITURGIA - 24 DE ENERO DE 2020

Ciclo B - Año Impar - Color Verde


Primera lectura
Lectura de la profecía de Jonás (3,1-5.10):




En aquellos días, vino la palabra del Señor sobre Jonás: «Levántate y vete a Nínive, la gran ciudad, y predícale el mensaje que te digo.»
Se levantó Jonás y fue a Nínive, como mandó el Señor. Nínive era una gran ciudad, tres días hacían falta para recorrerla.
Comenzó Jonás a entrar por la ciudad y caminó durante un día, proclamando: «¡Dentro de cuarenta días Nínive será destruida!»
Creyeron en Dios los ninivitas; proclamaron el ayuno y se vistieron de saco, grandes y pequeños.
Y vio Dios sus obras, su conversión de la mala vida; se compadeció y se arrepintió Dios de la catástrofe con que había amenazado a Nínive, y no la ejecutó.

Palabra de Dios

Salmo
Sal 24,4-5ab.6-7bc.8-9

R/. Señor, enséñame tus caminos

Señor, enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador. R/.

Recuerda, Señor, que tu ternura
y tu misericordia son eternas;
acuérdate de mí con misericordia,
por tu bondad, Señor. R/.

El Señor es bueno y es recto,
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes. R/.

Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (7,29-31):




Digo esto, hermanos: que el momento es apremiante. Queda como solución que los que tienen mujer vivan como si no la tuvieran; los que lloran, como si no lloraran; los que están alegres, como si no lo estuvieran; los que compran, como si no poseyeran; los que negocian en el mundo, como si no disfrutaran de él: porque la representación de este mundo se termina.

Palabra de Dios

Evangelio del domingo
Lectura del santo evangelio según San Marcos (1,14-20):



Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios.
Decía: «Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio.»
Pasando junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que eran pescadores y estaban echando el copo en el lago.
Jesús les dijo: «Venid conmigo y os haré pescadores de hombres.»
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Un poco más adelante vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. Los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon con él.

Palabra del Señor



Oración de los Fieles
Encomendemos a Dios nuestro Padre las necesidades y sufrimientos de este mundo, y digámosle:
R/.  Renueva nuestros corazones, Señor.
  • Por nuestra querida Iglesia, para que el Señor la ayude a seguir renovándose, para que permanezca en el camino del evangelio y ayude a los hombres a vivirlo como Buena Nueva de salvación, roguemos al Señor.
  • Por los que abandonan sus redes para seguir a Jesús, el Señor, para que vivan de tal manera el evangelio que lo hagan visible  y tangible, roguemos al Señor.
  • Por los que viven alegres y con gozo, para que encuentren tiempo para llevar alegría a otros, roguemos al Señor.
Por los que lloran, para que sigan esperando el día en que se sequen sus lágrimas, roguemos al Señor.
  • Y por todos nosotros, para que el Señor nos dé valor para tomar en serio el evangelio y para vivir en unión más íntima con Jesús, roguemos al Señor.
Sigue llamándonos, Señor, pero danos la fuerza para responder generosamente a tu llamado, por el poder de Jesucristo, nuestro Señor.




SEGUNDO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO (B)

Domingo, 17 de enero de 2021

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA



Habla, Señor, porque tu servidor escucha.

Lectura del primer libro de Samuel 3, 3b-10. 19

Samuel estaba acostado en el Templo del Señor, donde se encontraba el Arca de Dios. El Señor llamó a Samuel, y él respondió: “Aquí estoy”. Samuel fue corriendo adonde estaba Elí y le dijo: “Aquí estoy, porque me has llamado”. Pero Elí le dijo: “Yo no te llamé; vuelve a acostarte”. Y él se fue a acostar.

El Señor llamó a Samuel una vez más. Él se levantó, fue adonde estaba Elí y le dijo: “Aquí estoy, porque me has llamado”. Elí le respondió: “Yo no te llamé, hijo mío; vuelve a acostarte”. Samuel aún no conocía al Señor, y la palabra del Señor todavía no le había sido revelada. El Señor llamó a Samuel por tercera vez. Él se levantó, fue adonde estaba Elí y le dijo: “Aquí estoy, porque me has llamado”. Entonces Elí comprendió que era el Señor el que llamaba al joven, y dijo a Samuel: “Ve a acostarte, y si alguien te llama, tú dirás: Habla, Señor, porque tu servidor escucha”. Y Samuel fue a acostarse en su sitio.

Entonces vino el Señor, se detuvo, y llamó como las otras veces: “¡Samuel, Samuel!” Él respondió: “Habla, porque tu servidor escucha”.

Samuel creció; el Señor estaba con él, y no dejó que cayera por tierra ninguna de sus palabras.

Palabra de Dios.


SALMO RESPONSORIAL     39, 2. 4ab. 7-10

R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

Esperé confiadamente en el Señor: Él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor. Puso en mi boca un canto nuevo, un himno a nuestro Dios. R/

Tú no quisiste víctima ni oblación; pero me disté un oído atento; no pediste holocaustos ni sacrificios, entonces dije: “Aquí estoy”. R/

En el libro de la Ley está escrito lo que tengo que hacer: yo amo, Dios mío, tu voluntad, y tu ley está en mi corazón”. R/

Proclamé gozosamente tu justicia en la gran asamblea; no, no mantuve cerrados mis labios, Tú lo sabes, Señor. R/

 

SEGUNDA LECTURA



Los cuerpos de ustedes son miembros de Cristo.

Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto 6, 13c-15a. 17-20

Hermanos:

El cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor, y el Señor es para el cuerpo. Y Dios, que resucitó al Señor, nos resucitará también a nosotros con su poder.

¿No saben acaso que sus cuerpos son miembros de Cristo? El que se une al Señor se hace un solo espíritu con Él. Eviten la fornicación. Cualquier otro pecado cometido por el hombre es exterior a su cuerpo, pero el que fornica peca contra su propio cuerpo.

¿O no saben que sus cuerpos son templo del Espíritu Santo, que habita en ustedes y que han recibido de Dios?

Por lo tanto, ustedes no se pertenecen, sino que han sido comprados, ¡y a qué precio!

Glorifiquen entonces a Dios en sus cuerpos.

Palabra de Dios.

 

EVANGELIO

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO   Jn 1, 41. 17b

Aleluya.

Hemos encontrado al Mesías, es decir al Cristo; por Él nos han llegado la gracia y la verdad. Aleluya.

 

EVANGELIO



Vieron dónde vivía y se quedaron con Él.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 1, 35-42

Estaba Juan Bautista con dos de sus discípulos y, mirando a Jesús que pasaba, dijo: “Éste es el Cordero de Dios”.
Los dos discípulos, al oírlo hablar así, siguieron a Jesús. Él se dio vuelta y, viendo que lo seguían, les preguntó: “¿Qué quieren?”
Ellos le respondieron: “Rabbí -que traducido significa Maestro- ¿dónde vives?”
Vengan y lo verán”, les dijo.
Fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con Él ese día. Era alrededor de las cuatro de la tarde.

Uno de los dos que oyeron las palabras de Juan y siguieron a Jesús era Andrés, el hermano de Simón Pedro. Al primero que encontró fue a su propio hermano Simón, y le dijo: “Hemos encontrado al Mesías”, que traducido significa Cristo.

Entonces lo llevó a donde estaba Jesús. Jesús lo miró y le dijo:

Tú eres Simón, el hijo de Juan: tú te llamarás Cefas”, que traducido significa Pedro.

Palabra del Señor.

Oración de los Fieles

Oremos, hermanos, al Señor, y pidámosle que escuche compasivamente nuestras plegarias.

 - -   Por la santa Iglesia, para que Dios, nuestro Señor, le conceda la paz y la unidad y la proteja en todo el mundo, roguemos al Señor.

-       Por los gobernantes de nuestra patria y de todas las naciones, para que Dios, nuestro Señor, dirija sus pensamientos y decisiones hacia una paz verdadera, roguemos al Señor.

-       Por los que están en camino de conversión y por los que se preparan a recibir el Bautismo, para que Dios, nuestro Señor, les abra la puerta de su misericordia y les dé parte en la vida nueva de Cristo Jesús, roguemos al Señor.

-       Por nuestros familiares y amigos que no están ahora aquí con nosotros, para que Dios, nuestro Señor, escuche sus oraciones y lleve a la realidad sus deseos, roguemos al Señor.

Dios nuestro, que muestras los signos de tu presencia en la Iglesia, en nuestra asamblea y en todos los hermanos, escucha las oraciones de esta familia tuya y no permitas que nunca dejemos de estar atentos a ninguno de los signos que nos ofreces para manifestar tu plan de salvación, a fin de que nos convirtamos en apóstoles y profetas de tu reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.


Bautismo Del Señor

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DOMINGO - 10 DE ENERO DE 2021

Ciclo B - Año Impar - Color Blanco


Primera lectura



Lectura del libro de Isaías (42,1-4.6-7):

Así dice el Señor: «Mirad a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido, a quien prefiero. Sobre él he puesto mi espíritu, para que traiga el derecho a las naciones. No gritará, no clamará, no voceará por las calles. La caña cascada no la quebrará, el pábilo vacilante no lo apagará. Promoverá fielmente el derecho, no vacilará ni se quebrará, hasta implantar el derecho en la tierra, y sus leyes que esperan las islas. Yo, el Señor, te he llamado con justicia, te he cogido de la mano, te he formado, y te he hecho alianza de un pueblo, luz de las naciones. Para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la prisión, y de la mazmorra a los que habitan las tinieblas.»

Palabra de Dios

Salmo Responsorial
Sal 28,1a.2.3ac-4.3b.9b-10

R/. El Señor bendice a su pueblo con la paz

Hijos de Dios, aclamad al Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor,
postraos ante el Señor en el atrio sagrado. R/.

La voz del Señor sobre las aguas,
el Señor sobre las aguas torrenciales.
La voz del Señor es potente,
la voz del Señor es magnífica. R/.

El Dios de la gloria ha tronado.
En su templo un grito unánime: «¡Gloria!»
El Señor se sienta por encima del aguacero,
el Señor se sienta como rey eterno. R/.

Segunda lectura



Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (10,34-38):

En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo: «Está claro que Dios no hace distinciones; acepta al que lo teme y practica la justicia, sea de la nación que sea. Envió su palabra a los israelitas, anunciando la paz que traería Jesucristo, el Señor de todos. Conocéis lo que sucedió en el país de los judíos, cuando Juan predicaba el bautismo, aunque la cosa empezó en Galilea. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.»

Palabra de Dios






Lectura del santo evangelio según san Marcos (1,7-11):

En aquel tiempo, proclamaba Juan: «Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no merezco agacharme para desatarle las sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo.»
Por entonces llegó Jesús desde Nazaret de Galilea a que Juan lo bautizara en el Jordán. Apenas salió del agua, vio rasgarse el cielo y al Espíritu bajar hacia él como una paloma.
Se oyó una voz del cielo: «Tú eres mi Hijo amado, mi predilecto.»

Palabra del Señor

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Oración de los Fieles

Unidos por nuestro único Señor Jesucristo, oremos al Padre de todos, y digámosle: R/.  Señor, por medio de tu Hijo, escúchanos.
♣    Por todos los que creen que Jesús es realmente Hijo de Dios y por todos los que le buscan, a sabiendas o sin saberlo, roguemos al Señor.
♣    Por todos los que hemos recibido el bautismo, para que vivamos como hijas e hijos amados de Dios, roguemos al Señor.
♣    Por todos los que creen en Cristo, para que estén siempre unidos en una fe, una esperanza, un amor y un solo cuerpo, roguemos al Señor.
♣    Por los que llevan una vida aparentemente sin sentido, por los que se desesperan por sus faltas y fracasos, por los que viven en soledad, roguemos al Señor.
♣    Por todas las comunidades cristianas, en especial por la nuestra, para que sepamos buscar juntos la voluntad de Dios y sacar fuerzas de esta eucaristía, roguemos al Señor.

Padre, te damos gracias porque tú eres nuestro Padre. Otórganos tu Santo Espíritu y reúnenos para alabarte y amarte, ahora y por los siglos de los siglos.





La Epifanía del Señor

Domingo, 3 de enero de 2021



Primera lectura

Lectura del libro de Isaías   60, 1-6
¡Levántate, resplandece, porque llega tu luz y la gloria del Señor brilla sobre ti!

Porque las tinieblas cubren la tierra y una densa oscuridad, a las naciones, pero sobre ti brillará el Señor y su gloria aparecerá sobre ti. Las naciones caminarán a tu luz y los reyes, al esplendor de tu aurora.

Mira a tu alrededor y observa: todos se han reunido y vienen hacia ti; tus hijos llegan desde lejos y tus hijas son llevadas en brazos. Al ver esto, estarás radiante, palpitará y se ensanchará tu corazón, porque se volcarán sobre ti los tesoros del mar y las riquezas de las naciones llegarán hasta ti. Te cubrirá una multitud de camellos, de dromedarios de Madián y de Efá. Todos ellos vendrán desde Sabá, trayendo oro e incienso, y pregonarán las alabanzas del Señor.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 71, 1-2. 7-8. 10-13

R/. ¡Pueblos de la tierra alaben al Señor!

Concede, Señor, tu justicia al rey y tu rectitud al descendiente de reyes, para que gobierne a tu pueblo con justicia y a tus pobres con rectitud. R/. 

Que en sus días florezca la justicia y abunde la paz, mientras dure la luna; que domine de un mar hasta el otro, y desde el Río hasta los confines de la tierra. R/. 

Que los reyes de Tarsis y de las costas lejanas le paguen tributo. Que los reyes de Arabia y de Sabá le traigan regalos; que todos los reyes le rindan homenaje y lo sirvan todas las naciones. R/. 

Porque Él librará al pobre que suplica y al humilde que está desamparado. Tendrá compasión del débil y del pobre, y salvará la vida de los indigentes. R/.  

 

Segunda lectura

Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Éfeso 3,2-6
Hermanos:

Seguramente habrán oído hablar de la gracia de Dios, que me ha sido dispensada en beneficio de ustedes.

Fue por medio de una revelación como se me dio a conocer este misterio, tal como acabo de exponérselo en pocas palabras. Al leerlas, se darán cuenta de la comprensión que tengo del misterio de Cristo, que no fue manifestado a las generaciones pasadas, pero que ahora ha sido revelado por medio del Espíritu a sus santos apóstoles y profetas.

Este misterio consiste en que también los paganos participan de una misma herencia, son miembros de un mismo Cuerpo y beneficiarios de la misma promesa en Cristo Jesús, por medio del Evangelio.



Palabra de Dios

Aleluya: Mt 2:2

Aleluya.

Vimos su estrella en Oriente y hemos venido a adorar al Señor. Aleluya.

 

Evangelio

 


+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo   2, 1-12

Cuando nació Jesús, en Belén de Judea, bajo el reinado de Herodes, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén y preguntaron: “¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos su estrella en Oriente y hemos venido a adorarlo”.

Al enterarse, el rey Herodes quedó desconcertado y con él toda Jerusalén. Entonces reunió a todos los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo, para preguntarles en qué lugar debía nacer el Mesías. “En Belén de Judea, le respondieron, porque así está escrito por el Profeta:

“Y tú, Belén, tierra de Judá, ciertamente no eres la menor entre las principales ciudades de Judá, porque de ti surgirá un jefe que será el Pastor de mi pueblo, Israel””.

Herodes mandó llamar secretamente a los magos y, después de averiguar con precisión la fecha en que había aparecido la estrella, los envió a Belén, diciéndoles: “Vayan e infórmense cuidadosamente acerca del niño, y cuando lo hayan encontrado, avisen me para que yo también vaya a rendirle homenaje”.

Después de oír al rey, ellos partieron. La estrella que habían visto en Oriente los precedía, hasta que se detuvo en el lugar donde estaba el niño. Cuando vieron la estrella se llenaron de alegría y, al entrar en la casa, encontraron al niño con María, su madre, y postrándose, le rindieron homenaje. Luego, abriendo sus cofres, le ofrecieron dones: oro, incienso y mirra. Y como recibieron en sueños la advertencia de no regresar al palacio de Herodes, volvieron a su tierra por otro camino.

Palabra del Señor


Oración de los Fieles
Presentemos, hermanos, nuestras oraciones al Señor en este día santo en que Dios ha manifestado su poder a las naciones, la salvación a los pueblos y a nosotros la luz radiante de su gloria: R. Te lo pedimos Señor.

-       Por la santa Iglesia de Dios, para que ilumine a los hombres con la luz que resplandece en el rostro de Cristo, disipe las tinieblas de los que viven en el error y dé ánimo a los fieles, para que, con valentía hagan brillar la luz del Evangelio ante todas las naciones, roguemos al Señor. R.

-       Por las Iglesias que acaban de nacer en los diversos pueblos, para que su juventud y vigor sean levadura de vida para todas las comunidades cristianas, roguemos al Señor. R.

-       Por los pueblos que aún no han sido iluminados por el Evangelio y por aquellos que, habiendo conocido a Cristo, han abandonado el camino de la verdad, para que confiesen a Cristo como Señor y lo adoren como a Dios verdadero, roguemos al Señor. R.

-       Por nosotros, que hemos sido llamados de las tinieblas a la luz admirable de Cristo, para que nos afiancemos en la fe verdadera y sigamos con fidelidad las enseñanzas del Evangelio, roguemos al Señor. R.

Escucha nuestras oraciones, Dios todopoderoso y eterno, y haz que los que hemos conocido y adorado a tu Hijo, Rey y Señor de todos los pueblos, vivamos siempre como hijos de la luz y nos esforcemos para iluminar con la luz de Cristo a todos los pueblos y naciones. Por Jesucristo, nuestro Señor.



SOLEMNIDAD DE SANTA MARÍA, MADRE DE DIOS

Viernes, 1 de enero de 2021



Primera lectura

Lectura del libro de los Números (6,22-27):

EL Señor habló a Moisés:
«Di a Aarón y a sus hijos, esta es la fórmula con la que bendeciréis a los hijos de Israel:
“El Señor te bendiga y te proteja,
ilumine su rostro sobre ti
y te conceda su favor.
El Señor te muestre tu rostro
y te conceda la paz”.
Así invocarán mi nombre sobre los hijos de Israel y yo los bendeciré».

Palabra de Dios

Salmo

Sal 66

R/.
 Que Dios tenga piedad y nos bendiga.

V/. Que Dios tenga piedad nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación.
R/.

V/. Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia
y gobiernas las naciones de la tierra.
R/.

V/. Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
Que Dios nos bendiga; que le teman
todos los confines de la tierra.
R/.

Segunda lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas (4,4-7):

Hermanos:
Cuando llegó la plenitud del tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la Ley, para rescatar a los que estaban bajo la Ley, para que recibiéramos la adopción filial.
Como sois hijos, Dios envió a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo que clama: «¡“Abba”, Padre!». Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si eres hijo, eres también heredero por voluntad de Dios.

Palabra de Dios

Aleluya: Hb 1:1-2

Aleluya, aleluya.

Después de haber hablado a nuestros padres por medio de los Profetas, en este tiempo final, Dios nos habló por medio de su Hijo.

Aleluya.

 Evangelio



 Lectura del santo evangelio según san Lucas (2,16-21):


En aquel tiempo, los pastores fueron corriendo hacia Belén y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que se les había dicho de aquel niño.
Todos los que lo oían se admiraban de lo que les habían dicho los pastores. María, por su parte, conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.
Y se volvieron los pastores dando gloria y alabanza a Dios por todo lo que habían oído y visto, conforme a lo que se les había dicho.
Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidar al niño, le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción.


Palabra del Señor


Oración de los Fieles


Con la ayuda e intercesión de la Bienaventurada Virgen María,
recurrimos al Señor, para que derrame sus bendiciones sobre nosotros y sobre todos los hijos de Dios en el mundo entero. Digámosle en oración: R/ Señor, bendícenos y guárdanos en tu amor.

- Señor, derrama tus bendiciones sobre la Iglesia, para que todo el pueblo de Dios crezca en fe y en esperanza, y para que haya unidad y colaboración entre los ministros sagrados y los laicos. Por eso te rogamos: R/ Señor, bendícenos y guárdanos en tu amor.

- Señor, bendice a los sacerdotes, religiosos y misioneros, para que vivan más radicalmente el evangelio y lo proclamen con ardor; también para que su corazón esté abierto a todos, para que se preocupen especialmente de los últimos y de los que no cuentan en la sociedad. Por eso te rogamos: R/ Señor, bendícenos y guárdanos en tu amor.


- Señor, bendice a todos los padres y madres, para que sean amorosos y fieles, el uno para el otro, como tú eres fiel y tierno para con ellos, y que reflejen tu propio amor sobre sus hijos. Por eso rogamos: R/ Señor, bendícenos y guárdanos en tu amor.

- Señor, bendice a los niños y a los jóvenes, para que tengan padres que se preocupen de ellos, y que, en el hogar y en la escuela, aprendan a ser generosos y responsables. Por eso
te rogamos:  R/ Señor, bendícenos y guárdanos en tu amor.

- Señor, bendice a nuestro país, para que haya justicia y honestidad en medio de nosotros, empleos para todos, acceso para todos a la riqueza de los recursos de nuestra tierra, y paz y unidad en nuestra diversidad. Por eso te rogamos: R/ Señor, bendícenos y guárdanos en tu amor.

- Señor, bendice a los que te buscan y a los que dudan, a los enfermos, huérfanos y viudas, a los tristes y afligidos, a todos los que tienen que llevar pesadas cargas en la vida. Dales esperanza. Haz que tu pueblo les muestre tu solidaridad y
tu amor, y así te rogamos: R/ Señor, bendícenos y guárdanos en tu amor.

Señor, que este año sea para todos nosotros un año de gracia, de paz y de alegría, para que podamos afrontar el futuro con esperanza y vivamos en tu amor, ahora y por los siglos de los siglos.
A Jesús crecer en nosotros, pues él es nuestro Señor y Salvador por los siglos de los siglos.

 

Fiesta de la Sagrada Familia

Reflexión del mensaje de hoy.                    Padre Luis Mazekina, arquidiócesis de Tokyo.

Celebramos hoy la fiesta de la Sagrada Familia, modelo de vida para todas las familias, células básicas de la sociedad y que lamentablemente es atacada por el mundo actual que promueve, entre muchas cosas: el amor libre sin compromisos ni responsabilidad y el control de la natalidad, que atentan directamente con los mandatos divinos dados en la creación para que la humanidad viva eternamente.
La primera lectura narra la promesa de vida dada al matrimonio estéril de Abraham y Sara, que en la ancianidad verán cumplido su deseo de tener descendencia, por lo que experimentan lo que dice un salmo 127 "la herencia de Yahveh son los hijos, su recompensa el fruto del vientre". Y es que los hijos son el don más preciado y un medio de santificación, que Dios concede a los matrimonios.

Génesis: 15, 1-6; 21,1-3

En aquel tiempo, el Señor se le apareció a Abram y le dijo: "No temas, Abram. Yo soy tu protector y tu recompensa será muy grande". Abram le respondió: "Señor, Señor mío, ¿qué me vas a poder dar, puesto que voy a morir sin hijos? Ya que no me has dado descendientes, un criado de mi casa será mi heredero".
Pero el Señor le dijo: "Ése no será tu heredero, sino uno que saldrá de tus entrañas". Y haciéndolo salir de la casa, le dijo: "Mira el cielo y cuenta las estrellas, si puedes". Luego añadió: "Así será tu descendencia". Abram creyó lo que el Señor le decía y, por esa fe, el Señor lo tuvo por justo.
Poco tiempo después, el Señor tuvo compasión de Sara, como lo había dicho, y le cumplió lo que le había prometido. Ella concibió y le dio a Abraham un hijo en su vejez, en el tiempo que Dios había predicho. Abraham le puso por nombre Isaac al hijo que le había nacido de Sara. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

R/. Dichosos los que temen al Señor y siguen sus caminos.
Dichoso el que teme al Señor, y sigue sus caminos.
Comerás del fruto de tu trabajo, serás dichoso, te irá bien. R/.
Tu mujer, como parra fecunda, en medio de tu casa; tus hijos,
como renuevos de olivo, alrededor de tu mesa. R/.
Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor. Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida. R/.
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En la segunda lectura, la carta a los hebreos resalta la fe de Abraham al llevar al sacrificio al tan ansiado hijo, porque reconoce que no lo ha engendrado por su propia virilidad o fecundidad, sino por un don de la providencia de Dios, por lo que es el modelo para todos, de no considerar a los hijos como una propiedad, sino como hijos de Dios, llamados a hacer la voluntad divina y descubrir su propia vocación.

Carta a los hebreos: 11, 8.11-12.17-19

Hermanos: Por su fe, Abraham, obediente al llamado de Dios, y sin saber a dónde iba, partió hacia la tierra que habría de recibir como herencia.
Por su fe, Sara, aun siendo estéril y a pesar de su avanzada edad, pudo concebir un hijo, porque creyó que Dios habría de ser fiel a la promesa; y así, de un solo hombre, ya anciano, nació una descendencia, numerosa como las estrellas del cielo e incontable como las arenas del mar.
Por su fe, Abraham, cuando Dios le puso una prueba, se dispuso a sacrificar a Isaac, su hijo único, garantía de la promesa, porque Dios le había dicho: De Isaac nacerá la descendencia que ha de llevar tu nombre. Abraham pensaba, en efecto, que Dios tiene poder hasta para resucitar a los muertos; por eso le fue devuelto Isaac, que se convirtió así en un símbolo profético.

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Y el evangelio muestra hoy a José y María presentando a su hijo Jesús, como establecía la ley judía. Así esta santa familia constituye el ejemplo de obediencia a leyes legítimas y de responsabilidad en la vida comunitaria. Pero sobre todo de sumisión a la voluntad de Dios, ofreciendo al Hijo al Señor.
Para profundizar la realidad de la familia a la luz de la revelación, comparto algunos puntos de la Constitución Pastoral "Gaudium et spes" y el Catecismo de la Iglesia Católica, respecto a la importancia de la familia y su papel básico y fundamental en la sociedad.
La familia cristiana es una comunión de personas, reflejo e imagen de la comunión del Padre y del Hijo en el Espíritu Santo. Su actividad procreativa y educativa es reflejo de la obra creadora de Dios, por lo que puede llamar "iglesia doméstica" y es una comunidad de fe, esperanza y caridad, llamada a participar en la oración y el sacrificio de Cristo. La oración y la lectura de la Palabra de Dios fortalecen la caridad en la familia para la evangelización y misión. (CEC 2204-2205).
Lamentablemente la actual situación económica, social-psicológica y civil son origen de fuertes perturbaciones para la familia y su dignidad es amenazada por el llamado amor libre, el adulterio, la poligamia, el incremento de los divorcios y la homosexualidad con sus deformaciones y derivados. Por lo que los padres deben enseñar y guiar a los hijos a discernir para evitar y protegerse de los peligros y la corrupción que amenazan a la sociedad humana.
La familia hará partícipes a otras familias generosamente, de sus riquezas espirituales. Así es como la familia cristiana, originada en el matrimonio, imagen de la alianza de amor de Cristo y la Iglesia, testimonia a todos la presencia viva del Salvador en el mundo con el mutuo amor, la generosa fecundidad, la unidad y fidelidad de los esposos y la cooperación amorosa de todos sus miembros.

La familia constituye un medio natural para la iniciación del ser humano en la solidaridad y en las responsabilidades comunitarias, y a su vez, en la introducción a la educación de los misterios de la fe asociados vivirla en la iglesia, por lo que la educación en la fe por los padres debe comenzar desde la más tierna infancia y profundizarse con las catequesis parroquiales. Todos y cada uno de los miembros de la familia sin cesar ni cansarse deben perdonarse las ofensas, las querellas, las injusticias y omisiones mutuamente, como respuesta a la caridad de Cristo.

Los vínculos familiares, aunque son importantes, no son absolutos. Es preciso convencerse y tener claro que la vocación primera de todo cristiano es seguir al Señor Jesús y hacerse su discípulo es aceptar la invitación a pertenecer a la familia de Dios y vivir en conformidad con su enseñanza: "el que cumple la voluntad de mi Padre celestial, es mi hermano, mi hermana y mi madre"

Y como dijo San Paulo VI en Nazareth: "que la Sagrada Familia enseñe a todas las familias, su comunión de amor, su sencilla y austera belleza, su carácter sagrado e inviolable, lo dulce e irremplazable que es su pedagogía y lo fundamental e incomparable que es su función en el plano social".

Roguemos al Señor Jesús por todas las familias cristianas para que con la gracia del Espíritu puedan cumplir la voluntad de Dios: que un hombre y una mujer sean una sola carne y puedan crecer y multiplicarse contribuyendo así con el plan de Dios que desea salvar a toda la humanidad para que viva eternamente reflejando su único, infinito e indisoluble amor por los siglos de los siglos. Amén.




Lecturas del La Sagrada Familia: Jesús, María y José - Ciclo B

Domingo, 27 de diciembre de 2020

Primera lectura
Lectura del libro del Eclesiástico (3,2-6.12-14):
Dios hace al padre más respetable que a los hijos y afirma la autoridad de la madre sobre su prole. El que honra a su padre expía sus pecados, el que respeta a su madre acumula tesoros; el que honra a su padre se alegrará de sus hijos y, cuando rece, será escuchado; el que respeta a su padre tendrá larga vida, al que honra a su madre el Señor lo escucha. Hijo mío, sé constante en honrar a tu padre, no lo abandones mientras vivas; aunque chochee, ten indulgencia, no lo abochornes mientras vivas. La limosna del padre no se olvidará, será tenida en cuenta para pagar tus pecados.
Palabra de Dios

Salmo
Sal 127
R/. Dichosos los que temen al Señor
y siguen sus caminos
Dichoso el que teme al Señor,
y sigue sus caminos.
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás dichoso, te irá bien. R/.
Tu mujer, como parra fecunda,
en medio de tu casa; tus hijos,
como renuevos de olivo,
alrededor de tu mesa. R/.
Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida. R/.

Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses (3,12-21):
Como pueblo elegido de Dios, pueblo sacro y amado, sea vuestro uniforme la misericordia entrañable, la bondad, la humildad, la dulzura, la comprensión. Sobrellevaos mutuamente y perdonaos, cuando alguno tenga quejas contra otro. El Señor os ha perdonado: haced vosotros lo mismo. Y por encima de todo esto, el amor, que es el ceñidor de la unidad consumada. Que la paz de Cristo actúe de árbitro en vuestro corazón; a ella habéis sido convocados, en un solo cuerpo. Y celebrad la Acción de Gracias: la palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza; enseñaos unos a otros con toda sabiduría; exhortaos mutuamente. Cantad a Dios, dadle gracias de corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados. Y, todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él. Mujeres, vivid bajo la autoridad de vuestros maridos, como conviene en el Señor. Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas. Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, que eso le gusta al Señor. Padres, no exasperéis a vuestros hijos, no sea que pierdan los ánimos.
Palabra de Dios

Aleluya: Lc 1:38
Aleluya, aleluya.
En distintas ocasiones habló Dios antiguamente a nuestros padres por los profetas. Ahora, en esta etapa final, nos ha hablado por el hijo.
Aleluya.

Evangelio


Lectura del Santo Evangelio según san Lucas (2,22-40):
Cuando llegó el tiempo de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén, para presentarlo al Señor. (De acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: "Todo primogénito varón será consagrado al Señor"), y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: "un par de tórtolas o dos pichones". Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre honrado y piadoso, que aguardaba el Consuelo de Israel; y el Espíritu Santo moraba en él. Había recibido un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo.
Cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo previsto por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: «Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.»
Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño.
Simeón los bendijo, diciendo a María, su madre: «Mira, éste está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera discutida: así quedará clara la actitud de muchos corazones. Y a ti, una espada te traspasará el alma.»
Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana; de jovencita había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo día y noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Acercándose en aquel momento, daba gracias a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén. Y cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y robusteciéndose, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios lo acompañaba.
Palabra del Señor

Oración de los fieles
En esta fiesta de la Sagrada Familia de Nazaret, oremos a Dios nuestro Padre como una familia de hijos e hijas de Dios. A cada petición responderemos:
R/ Escucha a tu pueblo, Señor.

Por la Iglesia, familia de Dios, para que siga defendiendo el respeto a la vida, el llamado a la fidelidad y al amor, y lo sagrado del vínculo matrimonial, roguemos al Señor.

Para que haya madres como María, con corazón afectuoso y espíritu de servicio; madres que sigan cuidando a sus hijos y enseñándoles los grandes valores cristianos, como la generosidad y el amor, roguemos al Señor.

Para que haya padres como José, laborioso, sacrificado y servidor de Dios; padres que preparan a sus hijos a ser adultos libres y responsables, roguemos al Señor.

Por las parejas que viven juntos, pero como extraños, para que se descubran unos a otros con paciencia, perdón y confianza mutua, roguemos al Señor.

Por los hijos, para que, conforme crecen, aprecien a sus padres y les sean agradecidos; por los abuelos, para que los hijos y nietos les ayuden y los amen en el atardecer de su vida, roguemos al Señor.

Por todos nosotros, reunidos todos juntos como hermanos en la Eucaristía, para que sepamos compartir unos con otros nuestras vidas y preocupaciones como una familia grande y llena de cariño y afecto, roguemos al Señor.

Señor Dios nuestro, Jesús creció en una familia humana. Que María y José nos enseñen a permitir a Jesús crecer en nosotros, pues él es nuestro Señor y Salvador por los siglos de los siglos.


Lecturas del Solemnidad de la Natividad del Señor (Misa de medianoche)

Viernes, 25 de diciembre de 2020

 


Primera lectura


Lectura del Profeta Isaías 9, 2-7.

El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande;
habitaban tierras de sombras, y una luz les brilló.
Acreciste la alegría, aumentaste el gozo:
se gozan en tu presencia, como gozan al segar,
como se alegran al repartirse el botín.
Porque la vara del opresor, el yugo de su carga,
el bastón de su hombro, los quebrantaste como el día de Madián.
Porque la bota que pisa con estrépito y la túnica empapada de sangre
serán combustible, pasto del fuego.
Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado:
lleva al hombro el principado, y es su nombre:
Maravilla de Consejero,
Dios guerrero,
Padre perpetuo, Príncipe de la paz.
Para dilatar el principado con una paz sin límites,
sobre el trono de David y sobre su reino.
Para sostenerlo y consolidarlo con la justicia y el derecho,
desde ahora y por siempre. El celo del Señor lo realizará.


Palabra de Dios

 Salmo

Salmo responsorial Sal 95, 1-2a. 2b-3, 11-12. 13

R/. Hoy nos ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor.
V/. Cantad al Señor un cántico nuevo, cantad al Señor, toda la tierra; cantad al
Señor, bendecid su nombre. R/.

V/. Proclamad día tras día su victoria. Contad a los pueblos su gloria, sus
maravillas a todas las naciones. R/.

V/. Alégrese el cielo, goce la tierra, retumbe el mar y cuanto lo llena; vitoreen los
campos y cuanto hay en ellos, aclamen los árboles del bosque.  R/.

V/. Delante del Señor, que ya llega, ya llega a regir la tierra. .R/.

 

Segunda lectura

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a Tito 2, 11-14.

Ha aparecido la gracia de Dios, que trae la salvación para todos los hombres;
enseñándonos a renunciar a la vida sin religión y a los deseos mundanos, y a llevar
ya desde ahora una vida sobria, honrada y religiosa, aguardando la dicha que
esperamos: la aparición gloriosa del gran Dios y Salvador nuestro: Jesucristo. Él se
entregó por nosotros para rescatarnos de toda impiedad, y para prepararse un
pueblo purificado, dedicado a las buenas obras.

Palabra de Dios

 Aleluya: Lc 2”10-11

Aleluya, aleluya.

Os traigo la buena noticia: nos ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor.

Aleluya.

 

Evangelio



Lectura del santo Evangelio según San Lucas 2, 1-14

En aquel tiempo salió un decreto del emperador Augusto, ordenando hacer un
censo del mundo entero.
Este fue el primer censo que se hizo siendo Cirino gobernador de Siria. Y todos
iban a inscribirse, cada cual a su ciudad.
También José, que era de la casa y familia de David, subió desde la ciudad de
Nazaret en Galilea a la ciudad de David, que se llama Belén, para inscribirse con su
esposa María, que estaba encinta. Y mientras estaba allí le llegó el tiempo del parto
y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre,
porque no tenían sitio en la posada.
En aquella región había unos pastores que pasaban la noche al aire libre, velando
por turno su rebaño.
Y un ángel del Señor se les presentó: la gloria del Señor los envolvió de claridad y
se llenaron de gran temor.
El ángel les dijo:
—No temáis, os traigo la buena noticia, la gran alegría para todo el pueblo: hoy,
en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor. Y aquí tenéis
la señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.
De pronto, en torno al ángel, apareció una legión del ejército celestial, que
alababa a Dios, diciendo:
Gloria a Dios en el cielo,
y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad.


Palabra del Señor


Oración de los Fieles
Que nuestra oración, esta noche, se abra a todos los hombres a los que Dios ama.: R/ Te rogamos. óyenos.

  • Da tu paz, Señor, a los pueblos que se hallan sumergidos en la noche de la guerra: R/ Te rogamos. Óyenos.
  • Da tu paz, Señor, a las familias todas, a las que se hallan sumergidas en la noche del sufrimiento y a las que buscan la esperanza. R/ Te rogamos. óyenos.
  • Da tu paz, Señor, a los que se encuentran solos, lejos de los suyos; a los que se sienten olvidados y en la noche de la soledad. R/ Te rogamos. óyenos.
  • Da tu paz, Señor, a todos los que nos rodean, a todos los que, a su manera, se alegran en tu nacimiento. R/ Te rogamos. óyenos.
  • Da tu paz, Señor, a los que esta noche nos reunimos, a nuestras familias, a nuestros enfermos, a todos los que están ausentes. R/ Te rogamos. óyenos.

En esta noche, Padre, te rogamos que tu Espíritu nos transforme en testigos de tu luz y mensajeros de tu paz, que es Jesucristo, Señor Nuestro.



Lecturas del Solemnidad de la Natividad del Señor (Misa del día)

Viernes, 25 de diciembre de 2020


Primera lectura

Lectura del libro de Isaías (52,7-10):

¡QUÉ hermosos son sobre los montes
los pies del mensajero que proclama la paz,
que anuncia la buena noticia,
que pregona la justicia,
que dice a Sión: «¡Tu Dios reina!».
Escucha: tus vigías gritan, cantan a coro,
porque ven cara a cara al Señor,
que vuelve a Sión.
Romped a cantar a coro,
ruinas de Jerusalén,
porque el Señor ha consolado a su pueblo,
ha rescatado a Jerusalén.
Ha descubierto el Señor su santo brazo
a los ojos de todas las naciones,
y verán los confines de la tierra
la salvación de nuestro Dios.

Palabra de Dios

 

Salmo

Sal 97,1.2-3ab.3cd-4.5-6

R/. Los confines de la tierra han contemplado la salvación de nuestro Dios.

V/. Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas.
Su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R/.

V/. El Señor da a conocer su salvación,
revela a las naciones su justicia.
Se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel. R/.

V/. Los confines de la tierra han contemplado
la salvación de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad. R/.

V/. Tañed la cítara para el Señor,
suenen los instrumentos:
con clarines y al son de trompetas,
aclamad al Rey y Señor. R/.

 

Segunda lectura

Lectura de la carta a los hebreos (1,1-6):

En muchas ocasiones y de muchas maneras habló Dios antiguamente a los padres por los profetas.
En esta etapa final, nos ha hablado por el Hijo, al que ha nombrado heredero de todo, y por medio del cual ha realizado los siglos.
Él es reflejo de su gloria, impronta de su ser. Él sostiene el universo con su palabra poderosa. Y, habiendo realizado la purificación de los pecados, está sentado a la derecha de la Majestad en las alturas; tanto más encumbrado sobre los ángeles, cuanto más sublime es el nombre que ha heredado.
Pues, ¿a qué ángel dijo jamás: «Hijo mío eres tú, yo te he engendrado hoy»; y en otro lugar: «Yo seré para él un padre, ¿y el será para mí un hijo»?
Asimismo, cuando introduce en el mundo al primogénito, dice: «Adórenlo todos los ángeles de Dios».

Palabra de Dios

 

Aleluya:

Aleluya, aleluya.

Nos ha amanecido un día sagrado: venid, naciones, adorad al Señor, porque hoy una gran luz ha bajado a la tierra. Aleluya

Os traigo la buena noticia: nos ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor.

Aleluya.

Evangelio



Lectura del santo evangelio según san Juan (1,1-18):

En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba junto a Dios, y el Verbo era Dios.
Él estaba en el principio junto a Dios.
Por medio de él se hizo todo, y sin él no se hizo nada de cuanto se ha hecho.
En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
Y la luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no lo recibió.
Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio d él.
No era él la luz, sino el que daba testimonio de la luz.
El Verbo era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre, viniendo al mundo.
En el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de él, y el mundo no lo conoció.
Vino a su casa, y los suyos no lo recibieron.
Pero a cuantos lo recibieron, les dio poder de ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre.
Estos no han nacido de sangre, ni de deseo de carne,
ni de deseo de varón, sino que han nacido de Dios.
Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.
Juan da testimonio de él y grita diciendo:
«Este es de quien dije: el que viene detrás de mí se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo».
Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia.
Porque la ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad nos ha llegado por medio de Jesucristo.
A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios Unigénito, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.

Palabra del Señor


Oración de los Fieles


Dios nos habla su palabra viva, la persona de Jesús. Digamos ahora nuestras balbucientes palabras a Jesús, nuestro Señor y hermano, y digámosle: R/ Háblanos tu Palabra, Señor.


  • Señor, Jesús, por todos los que proclaman al Pueblo de Dios la palabra liberadora de tu Evangelio, para que ellos mismos se sientan llenos de ella y así la proclamen con ardor y convicción. Por eso te decimos: R/ Háblanos tu Palabra, Señor.
  • Señor Jesús, por todos los que oyen tu palabra viva, para que la reciban, la atesoren en su corazón y dé frutos de justicia y amor en sus vidas. Por eso te decimos: R/ Háblanos tu Palabra, Señor.
  • Señor Jesús, por todos los que no te conocen todavía, para que la vida de muchos cristianos convencidos abra sus ojos a ti, verdadera luz del mundo. Por eso te decimos: R/ Háblanos tu Palabra, Señor.
  • Señor Jesús, por los que hablan palabras de amargura y gritan su soledad y miseria, para que nosotros les hablemos palabras confortantes de esperanza. Por eso te decimos: R/ Háblanos tu Palabra, Señor.
  • Señor Jesús, por tu cuerpo visible en la tierra -nuestras comunidades cristianas-, para que sepamos vivir en paz con Dios y con los hermanos, y así seamos un solo corazón y una sola alma. Por eso te decimos. R/ Háblanos tu Palabra, Señor.

Señor Jesús, tú viniste a nuestro mundo y conoces nuestras necesidades, deseos y aspiraciones. No nos des siempre lo que te pedimos, sino lo que realmente necesitamos, y quédate siempre con nosotros, ahora y por los siglos de los siglos.


Lecturas y Reflexión del Domingo 4º de Adviento - Ciclo B

Domingo, 20 de diciembre de 2020

 



                                                                             Padre Luis Mazekina, Arquidiócesis de Tokyo.

 Llegamos al último domingo de adviento acercándonos ya a celebrar nuevamente, el nacimiento de Jesucristo, que "es la revelación de un misterio mantenido en secreto durante siglos eternos pero manifestado al presente por las Escrituras que lo predicen", como escribe Pablo finalizando su carta a los romanos.

 En la primera lectura, a través del profeta Natán, Dios promete a David permanecer siempre con sus descendientes, incluso corrigiendo si cometen males, pero que nunca abandonará, ni apartará su amor a su pueblo. Todas estas promesas se cumplirán, con una respuesta simple textualmente, pero que encierra en sí, la disponibilidad que le debemos a nuestro Dios, Padre y Creador: "He aquí la esclava del Señor, hágase en mi según tu palabra, según tu voluntad".
 San Bernardo, describe muy bien la excelencia y la trascendencia del consentimiento dado por María al arcángel Gabriel: "y es que toda la humanidad condenada infelizmente a muerte por la divina sentencia, espera que la Virgen conteste con misericordia al mensajero de Dios. En sus labios está el precio de la salvación y con su breve respuesta los miserables hallarán consuelo, los cautivos la redención, los condenados la libertad, en suma, todos seremos restablecidos para ser llamados de nuevo a la vida y obtener la salvación".

 La crisis mundial del corona virus es una corrección de Dios a toda la humanidad que lamentablemente sigue viviendo como si Él no existiera, buscando solamente el ser dioses absolutos de su propia vida. Y el mejor y sencillo ejemplo lo tenemos con los teléfonos móviles o celulares o inteligentes, - como quieran nombrarlo-, que facilita muchas cosas, pero tiene como efecto negativo el encerrar y aislar a cada uno, como dioses y amos de su propio mundo, virtualmente vivos, pero muriendo lenta y silenciosamente en sí mismos, perdiendo realmente la noción de riqueza de las relaciones personales.

 Dios es un ser que desea relacionarse con la humanidad que ha creado, por lo que su poder divino  busca la participación del hombre para realizarse efectivamente en la historia. María es la mejor modelo de disponibilidad ante el designio de Dios. Gracias a su respuesta afirmativa ha permitido que el plan salvífico se extienda a todos, mostrando que para Dios nada es imposible y que el único impedimento es la negación humana derivada de un errado sentido de la libertad individual, que a pesar del escepticismo y la incredulidad, el Señor en su infinito amor y misericordia, respeta sin forzar a nadie.

 Que la proximidad de la celebración del natalicio de nuestro Señor y Salvador, nos ayude a no perder la fe ni la esperanza, en medio de la actual incertidumbre mundial, y tengamos siempre presente que cada uno de los efectos de nuestras decisiones de cara a Dios, afectan y repercuten no solamente en la propia vida, sino también de todos los que nos rodean.

 Preparémonos a recibir la salvación, en medio de la pandemia y sus graves consecuencias sanitarias, laborales, económicas, sociales y mortales. Recordemos siempre que el poder del Señor nos cubre con su sombra y nada es imposible para Dios, que crea de la nada, saca bien del mal y vida de la muerte, por lo que todo es posible para el que cree y confía en Él. Tengamos presente que la fuerza sobrenatural de Dios es la que hace posible la elevación de la limitada naturaleza humana, por lo tanto, si acogemos su palabra y aceptamos hacer su voluntad muchas cosas podrán cambiar para bien, sin olvidar tampoco que cumple todas sus promesa ya que su fidelidad y misericordia son eternas.

  Y dirigiéndonos a nuestra Virgen Madre María, dediquémosle con inmensa gratitud la siguiente plegaria: "Ave María, gracias a tu libre decisión la humanidad ganó y no perdió aquel día. Que nuestras decisiones puedan responder afirmativa y libremente a la gracia de Dios como lo hiciste Ave Maria". (Cualquier parecido con el coro de una canción, puede ser esta vez, pura coincidencia). Ave Maria".
Amén.



Primera lectura

Lectura del segundo libro de Samuel (7,1-5.8b-12.14a.16):

Cuando el rey David se estableció en su palacio, y el Señor le dio la paz con todos los enemigos que le rodeaban, el rey dijo al profeta Natán: «Mira, yo estoy viviendo en casa de cedro, mientras el arca del Señor vive en una tienda.»
Natán respondió al rey: «Ve y haz cuanto piensas, pues el Señor está contigo.»
Pero aquella noche recibió Natán la siguiente palabra del Señor: «Ve y dile a mi siervo David: "Así dice el Señor: ¿Eres tú quien me va a construir una casa para que habite en ella? Yo te saqué de los apriscos, de andar tras las ovejas, para que fueras jefe de mi pueblo Israel. Yo estaré contigo en todas tus empresas, acabaré con tus enemigos, te haré famoso como a los más famosos de la tierra. Daré un puesto a Israel, mi pueblo, lo plantaré para que viva en él sin sobresaltos, y en adelante no permitiré que los malvados lo aflijan como antes, cuando nombré jueces para gobernar a mi pueblo Israel. Te pondré en paz con todos tus enemigos, y, además, el Señor te comunica que te dará una dinastía. Y, cuando tus días se hayan cumplido y te acuestes con tus padres, afirmaré después de ti la descendencia que saldrá de tus entrañas, y consolidaré su realeza. Yo seré para él padre, y él será para mí hijo. Tu casa y tu reino durarán por siempre en mí presencia; tu trono permanecerá por siempre.»

Palabra de Dios

Salmo

Sal 88,2-3.4-5.27.29

R/. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor

Cantaré eternamente las misericordias del Señor,
anunciaré tu fidelidad por todas las edades.
Porque dije: «Tu misericordia es un edificio eterno,
más que el cielo has afianzado tu fidelidad.» R/.

«Sellé una alianza con mi elegido,
jurando a David, mi siervo:
"Te fundaré un linaje perpetuo,
edificaré tu trono para todas las edades."» R/.

Él me invocará: «Tú eres mi padre,
mi Dios, mi Roca salvadora.»
Le mantendré eternamente mi favor,
y mi alianza con él será estable. R/.

 

Segunda lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (16,25-27):

Al que puede fortaleceros según el Evangelio que yo proclamo, predicando a Cristo Jesús, revelación del misterio mantenido en secreto durante siglos eternos y manifestado ahora en los escritos proféticos, dado a conocer por decreto del Dios eterno, para traer a todas las naciones a la obediencia de la fe al Dios, único sabio, por Jesucristo, la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Palabra de Dios

Aleluya: Lc 1:38

Aleluya, aleluya.

Aquí está la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra.

Aleluya.

 

Evangelio

 


Lectura del santo evangelio según san Lucas (1,26-38):

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María.
El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.»
Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél.
El ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.»
Y María dijo al ángel: «¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?»
El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.»
María contestó: «Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.»
Y la dejó el ángel.

Palabra del Señor


Oración de los Fieles
Abramos nuestros corazones al Señor Jesús para que viva en nosotros y esté con nosotros. Y digámosle confiados:
R/. Señor, planta tu tienda en nosotros.

  • Señor, siéntete cómodo en tu Iglesia, para que ella pueda abrirse a ti en los pobres, y para que todos los que te buscan encuentren en ella tu perdón, tu vida, tu verdad y tu alegría, y así te decimos:
  • Señor, siéntete cómodo con tus sacerdotes y con las personas consagradas, para que vivan a la perfección la palabra que una vez te dieron, y para que te rinden humilde servicio en el pueblo que les has encomendado a su cuidado, y así te decimos:
  • Señor, siéntete cómodo en nuestro mundo, para que las culturas y los pueblos se comprendan unos a otros, busquen juntos la paz, y promuevan la justicia y el amor, y así te decimos:
  • Señor, siéntete cómodo en nuestras familias, únelas con fidelidad y ternura, guía a los padres para que eduquen a sus hijos de forma que crezcan hasta ser adultos maduros como tú, y así te decimos:
  • Señor, siéntete cómodo en nuestras comunidades cristianas, en las que acojamos a todo el que tenga necesidad, en las que nos sirvamos unos a otros con alegría, y te hagamos visible y palpable por medio de nuestro amor incansable, y así te decimos:

Señor, ¡Qué bueno estar contigo y ser conscientes de que tú vives en medio de nosotros! Te pedimos que, como María, no guardemos nada para nosotros mismos, sino que te entreguemos a otros para que así puedan ellos conocerte y amarte, ahora y por los siglos de los siglos.




Reflexión del Domingo 13 de diciembre de 2020 3º de Adviento - Ciclo B

                                                                                             Padre Luis Mazekina, Arquidiócesis de Tokyo.

"Estad siempre gozosos.  Orad sin cesar. En todo dad gracias, -recomienda el apóstol Pablo a los tesalonicenses-, porque que esta es la voluntad de Dios en Jesucristo para todos nosotros". Hoy en medio de la crisis mundial del covid 19, no despreciemos las palabras proféticas de la segunda lectura, ni apaguemos el Espíritu, para discernir y reconocer lo bueno, a pesar de todas las dificultades y penurias que estamos atravesando. 

 Mientras que en la primera lectura, el profeta Isaías anuncia al ungido (mesías) por Yahveh, enviado para anunciar la buena nueva a los pobres, curar, consolar, liberar y pregonar el tiempo de gracia, prometiendo además la justicia y la salvación en todas las naciones, que finalmente lo alabarán, exultando desde lo profundo de sus almas. 

 A su vez, el evangelio presenta como protagonista nuevamente a Juan Bautista reconociéndose, a sí mismo, simplemente como la voz que resuena en el desierto invitando a todos a enderezar el rumbo hacia el Señor. Por eso no se aprovecha del error de los que creen que es un profeta, Elías o el Mesías, aclarando humildemente su papel de precursor. 

  San Agustín refiriéndose al fragmento de hoy del evangelista Juan, destaca la humilde actitud del Bautista, resaltando que comprendió de quien venía la salvación, y que solamente era una antorcha que podía apagarse por el viento fuerte de la soberbia. Es necesario por eso hoy que tomemos como modelo el ejemplo del primo del Señor Jesús, que no busca su propio interés, ni colgarse de la fama ajena, sino que en la sencillez de la verdad busca realizar plenamente su misión, cumpliendo simplemente la voluntad de Dios. 

 Hoy las lecturas nos exhortan a esperar con gozo la ya cercana natividad de Jesucristo, y a mantener la esperanza en la fidelidad de Dios, confiando que sus promesas de justicia, salvación y santificación de todo nuestro ser, -cuerpo y alma-, se cumplirán sino rechazamos su Espíritu. Por eso, la mejor preparación es acoger sus palabras, que a través de los profetas, apóstoles y evangelistas, llegan a nosotros con todo el poder y la fuerza para actualizarse y cumplirse en medio de las tinieblas en las que nos hallamos por la crisis mundial, si las ponemos en práctica y nos pueden iluminar y guiar, no únicamente a nosotros, sino también a muchos que nos rodean y están a oscuras en medio de la incredulidad y la desesperanza, para que el testimonio pueda ser el medio del encuentro con el Señor que quiere salvar a toda la humanidad. Amén.



Lecturas del Domingo 3º de Adviento - Ciclo B

Domingo, 13 de diciembre de 2020
Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (61,1-2a.10-11):



El Espíritu del Señor está sobre mí, porque el Señor me ha ungido. Me ha enviado para dar la buena noticia a los que sufren, para vendar los corazones desgarrados, para proclamar la amnistía a los cautivos, y a los prisioneros la libertad, para proclamar el año de gracia del Señor. Desbordo de gozo con el Señor, y me alegro con mi Dios: porque me ha vestido un traje de gala y me ha envuelto en un manto de triunfo, como novio que se pone la corona, o novia que se adorna con sus joyas. Como el suelo echa sus brotes, como un jardín hace brotar sus semillas, así el Señor hará brotar la justicia y los himnos ante todos los pueblos.

Palabra de Dios

Salmo
Lc 1,46-48.49-50.53-54

R/. Me alegro con mi Dios

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones.

R/. Me alegro con mi Dios

Porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

R/. Me alegro con mi Dios

A los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia.

R/. Me alegro con mi Dios

Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (5,16-24):



Estad siempre alegres. Sed constantes en orar. Dad gracias en toda ocasión: ésta es la voluntad de Dios en Cristo Jesús respecto de vosotros. No apaguéis el espíritu, no despreciéis el don de profecía; sino examinadlo todo, quedándoos con lo bueno. Guardaos de toda forma de maldad. Que el mismo Dios de la paz os consagre totalmente, y que todo vuestro espíritu, alma y cuerpo, sea custodiado sin reproche hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo. El que os ha llamado es fiel y cumplirá sus promesas.

Palabra de Dios


Evangelio

Lectura del santo evangelio según San Juan (1,6-8.19-28):



Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz.
Y éste fue el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a Juan, a que le preguntaran: «¿Tú quién eres?»
Él confesó sin reservas: «Yo no soy el Mesías.»
Le preguntaron: «¿Entonces, qué? ¿Eres tú Elías?»
El dijo: «No lo soy.»
«¿Eres tú el Profeta?»
Respondió: «No.»
Y le dijeron: «¿Quién eres? Para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado, ¿qué dices de ti mismo?»
Él contestó: «Yo soy la voz que grita en el desierto: "Allanad el camino del Señor", como dijo el profeta Isaías.»
Entre los enviados había fariseos y le preguntaron: «Entonces, ¿por qué bautizas, si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?»
Juan les respondió: «Yo bautizo con agua; en medio de vosotros hay uno que no conocéis, el que viene detrás de mí, y al que no soy digno de desatar la correa de la sandalia.»
Esto pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde estaba Juan bautizando.

Palabra del Señor

 Lecturas del Domingo 2º de Adviento - Ciclo B

 


Domingo, 6 de diciembre de 2020

                                                                                      Padre Luis Mazekina, Arquidiócesis de Tokyo.

"Ante el Señor un día es como mil años y, mil años, como día". Así inicia la lectura de la segunda carta del apóstol Pedro. Ahora, a poco de cumplir un año de la aparición del covid 19, creo que es propicio reconsiderar a Dios como dueño del tiempo y la historia de la humanidad.

 A través de un ínfimo virus, ha quedado patente la fragilidad de las bases donde nosotros los humanos, dejando de lado a Dios, nos hemos estado afirmando. Podemos acotar la interpretación del profeta Daniel al sueño del rey Nabucodonosor, cuando una simple piedra destruye una imponente estatua de oro, plata, bronce y hierro con pies de arcilla. 

 Pues en medio de la incertidumbre mundial, aparece una voz en el desierto como profetiza Isaías, que exhorta a abrir y allanar el camino a Dios para ir a su encuentro, porque viene para consolar y pastorear a su rebaño. Todo eso se cumplirá como narra exactamente el evangelista Marcos. 

 En el comienzo del evangelio, la voz de Juan Bautista en el desierto nos advierte a la humanidad entera a bajar de la sofisticada soberbia actual y a aplanar con humildad una vía, senda o camino que nos permita encontrarnos con Jesucristo que viene descendiendo hasta nuestro pobre y débil nivel. 

 Juan Bautista como pregonero anuncia que después de él viene un ser excepcionalmente superior en todo sentido. Así pues, preparémonos en este tiempo esperando la venida del Señor y tengamos presente siempre que pese a los vaivenes de la historia (e histeria) de la humanidad, lo único inalterable es la paciencia de Dios que desea la conversión de todos para conceder la salvación eterna. Amén.




 Mario Yamanouchi ,Obispo de Saitama
Responsable de APALA

¡VEN; VEN ;SEÑOR NO TARDES! (del Himno de Laudes de Adviento)

 ¡Ya estamos en el mes de diciembre y este domingo es el segundo de Adviento! ¡Y pronto empezaremos con la tradicional novena de Navidad!

A pesar de seguir conviviendo con el coronavirus, el ambiente de las ciudades del Japón, con sus iluminaciones y los colores rojos del Santa Claus o Papá Noel, pero sobre todo, por los pesebres o belenes de navidad que ya lucen, especialmente por la noche, en la entrada de las iglesias, vamos sintiendo que pronto llegará, también en este año, la Navidad.

Presiento que algo novedoso nos espera en estas próximas fiestas, por más que el coronavirus siga actuando fuertemente tanto en Estados Unidos, India, Brasil, Perú, en el resto de América Latina como en Europa y en nuestro continente asiático. Pero, por otra parte, no pocos, seguramente estarán preguntando: “¿dónde está Dios en este tiempo? ¿Por qué, Dios, no detiene esta pandemia?" Pero, yo me encuentro entre la gente que sigue creyendo en la presencia viva de Dios en medio de esta pandemia, sintiendo que este año también nacerá el Niño Dios como nuestro salvador y muchos se acercarán a la Iglesia para saludarlo y adorarlo.

 ¡Cómo preparar el nacimiento del Niño Dios!

Navidad es la fiesta que más gente convoca en el mundo cristiano, aunque la Pascua litúrgicamente es más importante. Hasta, aún los no cristianos sienten atraídos por la noche del 24 de diciembre para ir a alguna Iglesia cristiana para celebrar la Navidad, el nacimiento de Dios en medio de nosotros. Y en el mundo, millones de personas conmemoran que Jesús vino al mundo en una pobre gruta de animales de un pueblo de Israel: Belén.

   Recuerdo que cuando estaba de director en el seminario salesiano de Chofu, tuve el primer recuerdo de Navidad que me quedó muy grabado en mí, aquí en Japón. Era un día antes de mi cumpleaños del año 2007, sino me equivoco. Yo estaba limpiando los vidrios de mi oficina que estaba en el segundo piso. Y abajo, junto a un pino de unos 3 metros de altura  donde había bastante césped, allí, un grupo de seminaristas vietnamitas habían armado un pesebre de unos dos metros de altura.

 Mientras yo limpiaba la ventana, llegaron un grupo de chicos del equipo de beisbol del seminario que, eran chicos del quinto grado de la primaria de la zona. Ninguno era cristiano, pero cada tanto participaba de la misa del seminario y rezaban el Ave María delante de la gruta de la Virgen Lourdes.


 Al ratito, comenzaron a gritar preocupados y desde abajo mirándome, muy desesperadamente, empezaron a gritarme : “Director, director, nos han robado al Niño Jesús, hay que ir a buscarlo...”.    Yo bajé hacia donde estaban ellos y miré dentro de la casita; en el medio estaba el pesebre pero, como decían ellos, el Niño no estaba. Les pregunté:” ¿Quién habrá robado al Niño?” Mientras ellos seguían preguntándose por el posible robo, los llamé y les dije que miraran bien el pesebre (la cuna de paja).

 Todos se arrodillaron. Entonces, les dije: “El Niño Jesús, el Dios con nosotros, nace el 24 de diciembre por la noche”. Al instante, los chicos dijeron: “Director, ya entendimos, el Niño todavía no ha llegado, está por nacer, por eso no está aquí. Ya sabemos que nadie nos ha robado al Niño Jesús. El ya vendrá pronto.”

 Al domingo siguiente tuvimos la fiesta de Navidad (anticipada) con todos los chicos y yo me hice de Santa Claus. En lugar de entrar arriba de un reno o de un camello, entré en una bicicleta. Hubo un silencio de sorpresa, pero enseguida la algarabía, porque comencé a repartir los regalos, mientras cantábamos los villancicos.

 En medio de los chicos que recibían los regalos, estaban aquellos que visitaron el pesebre del seminario. Y enseguida uno de ellos sospechó que yo era el Santa Claus disfrazado, se acercó hasta mí y muy convencido me dijo: “Usted ¿es el director? “ Yo, le dije, todo poseído como si fuera un verdadero Santa Claus y con voz de viejo, moviendo la barba blanca de algodón :” No, soy el Santa Claus”. Y el chico quedó sorprendido y me dijo :” Yo lo quiero mucho Santa san, pero no se olvide de traernos al Niño Jesús, que sin El, no tenemos ninguna Navidad”.

Navidad: el día del nacimiento de Jesús, el nuevo Sol

 Seguramente todos ustedes tendrán, no pocos, sino muchos recuerdos de cómo han vivido algunas navidades. Yo, tengo muchos recuerdos familiares, de amigos y especialmente con los chicos, todos muy lindos, como este hecho que les compartí.

 Desde muy antiguo (siglo 4) se dice que la fiesta del nacimiento de Jesús surgió en la Iglesia, no tanto para contrarrestar el mito pagano del sol que vence a las tinieblas, sino a las ideas de un tal Arrio que se había difundido muchísimo entre los cristianos. Arrio decía que Jesús, al nacer , era un hombre común y que solo después, Dios lo adoptó con la fuerza de su Espíritu convirtiéndolo en otro Dios. Se decía que más de medio mundo cristiano era arriano. Por eso, fue necesario convocar un concilio que se realizó en un pequeña ciudad de Asia Menor, ubicada casi frente a Constantinopla llamada Nicea (325). Allí se reunieron unos 300 obispos y reconocieron que las ideas de Arrio estaban equivocadas y declararon que Jesús era Dios desde el mismo momento de su nacimiento. Así acuñaron el famoso credo Niceno constantinopolitano donde se afirma: “ Creemos en un solo Señor Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos. Dios verdadero de Dios verdadero. Engendrado, no creado.”

  Finalmente el arrianismo fue condenado, pero Arrio y sus partidarios no se amedrentaron, continuaron sembrando sus pensamientos, tanto así que 30 años después casi todo el mundo se había hecho arrianos, incluso muchos obispos y sacerdotes.

Ante este panorama el papa Julio I para contrarrestar las enseñanzas de Arrio, propuso celebrar la fiesta del nacimiento de Jesús, poco conocida hasta ese momento. Pues si se celebraba el nacimiento del Niño Dios, la gente dejaría de pensar que Jesús llegó a ser Dios solo de grande. Y como fecha tomó una fiesta popular del folclore romano, llamada del Día del Sol Invicto”, que era una celebración pagana muy antigua traída desde el Oriente.

  La primera mención directa de Navidad en esta fecha la tenemos en el calendario litúrgico romano en el año 354: “el 25 de diciembre nació Cristo en Belén de Judea”.

Gracias a la celebración de la Navidad, la gente fue tomando conciencia de que quien había nacido en Belén no era un niño común, sino un Niño-Dios, es decir, Jesús ya era Dios desde su nacimiento, y no después cuando comenzó su vida pública en el bautismo o cuando resucitó.

 Y aún más, en el evangelio de Juan dice en su prólogo de que, Jesús es Dios desde antes de la creación del mundo, es Dios desde siempre. Y la Navidad es la fiesta del nacimiento o el cumpleaños del Niño Dios en medio de nosotros.


Y algo sobre el fútbol, de un chico que nació muy pobre...

 En estos días las noticias del mundo hablan de un futbolista argentina que nació hace 60 años en un barrio muy pobre de la periferia de Buenos Aires, Argentina, llamado barrio Fiorito.

 Se trata de Diego Armando Maradona. Desde hace una semana que muchas personas me preguntan sobre él ya que soy argentino y le llevaba tan solo 4 años.

 Vi, directamente por la televisión, su “mano de Dios” y el mejor gol del mundial en el partido de Argentina contra Inglaterra en el año 1986 que se hizo en México.

 Y en el mes de febrero de 2013 fui por primera vez a la ciudad de Nápoles, al sur de Roma, con unos 200 salesianos de paseo dominical. Iba caminando con dos argentinos por una avenida y nos topamos con un gran poster de Maradona que nos sorprendió muchísimo porque una palabra allí escrita, explicaba quién era él para la ciudad de Nápoles : “¡Nuestro salvador!” 

Por supuesto, los tres argentinos, enseguida sacamos varias fotos con ese poster de fondo.

 Por eso, la semana pasada cuando, apenas se trasmitió de que Diego había fallecido, la ciudad de Nápoles, tanto como Argentina, hicieron de él una leyenda, es decir, como de alguien que vive ya eternamente en medio de ellos, como si Maradona hubiese “resucitado” en medido de su pueblo. Miles y miles, dicen, tal vez, hasta un millón de personas intentaron dar el adiós colocándose en las avenidas por donde pasaba el coche fúnebre.

  Unos de mis colegas, tanto el obispo de La Plata como de San Justo de Argentina, donde yo estuve unos como maestro de novicios salesianos (1991 al 1997), dijeron más o menos, lo siguiente de Maradona: su mamá Tota le transmitió la fe viva de la presencia de Dios en Diego. Y siendo ya uno de los mejores del fútbol mundial, cada vez que entraba a la cancha hacía la señal de la cruz y cuando hacía un gol también y mirando al cielo daba gracias a Dios. Dicen que Diego nunca tuvo vergüenza de mostrase un sencillo católico; su vocación era el fútbol y la cancha un templo donde reunía a multitudes

.

 La fe de Diego era lo que, hoy llamamos: “Religiosidad popular”, es decir, la fe encarnada en forma de vivir de la gente común del pueblo, especialmente de los pobres que, están convencidos de que Dios está siempre con ellos, con su familia, con sus amigos, en las buenas y en las malas.

 Por eso, ahora entiendo mejor de por qué Diego, cuando se hizo director técnico de la selección argentina, al clasificarse “milagrosamente” para el mundial de Sudáfrica (2010), llevó a todo el plantel de la selección a la Basílica de Luján para agradecerle a la Virgen.

  Pidamos por su eterno descanso y para que su figura no ensucie las manos de los herederos ni lo hermoso del fútbol que atrae a multitudes, desde el Papa Francisco y al más pobre de los argentinos y latinoamericanos, especialmente a los niños y jóvenes más pobres. Ojalá que nazcan muchos buenos y santos futbolistas, aunque puedan ser débiles humanamente, nunca ensucien lo hermoso que es el fútbol y nunca quiten el sueño de tantos niños que vienen al mundo de querer ser un día un futbolista de vocación y darle al mundo un poco más de felicidad.

 Termino con mi bendición navideña, ya que este mes, seguramente, no podrán más, mis otras homilías o sermones. Aprovecho para desearles a todos ustedes, un muy feliz Navidad y un buen inicio de año nuevo 2021.

Que el Señor, lleno de misericordia y amor, los bendiga, en el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Recen también por mí.
Con un fuerte abrazo.
 
+ Don Mario, obispo.





Primera lectura

Lectura del libro de Isaías (40,1-5.9-11):

«Consolad, consolad a mi pueblo, –dice vuestro Dios–; hablad al corazón de Jerusalén, gritadle, que se ha cumplido su servicio, y está pagado su crimen, pues de la mano del Señor ha recibido doble paga por sus pecados.»
Una voz grita: «En el desierto preparadle un camino al Señor; allanad en la estepa una calzada para nuestro Dios; que los valles se levanten, que montes y colinas se abajen, que lo torcido se enderece y lo escabroso se iguale. Se revelará la gloria del Señor, y la verán todos los hombres juntos –ha hablado la boca del Señor–.»
Súbete a un monte elevado, heraldo de Sión; alza fuerte la voz, heraldo de Jerusalén; álzala, no temas, di a las ciudades de Judá: «Aquí está vuestro Dios. Mirad, el Señor Dios llega con poder, y su brazo manda. Mirad, viene con él su salario, y su recompensa lo precede. Como un pastor que apacienta el rebaño, su brazo lo reúne, toma en brazos los corderos y hace recostar a las madres.»

Palabra de Dios

Salmo

Sal 84,9ab-10.11-12.13-14

R/. Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación

Voy a escuchar lo que dice el Señor:
«Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos.»
La salvación está ya cerca de sus fieles,
y la gloria habitará en nuestra tierra. R/.

La misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la tierra,
y la justicia mira desde el cielo. R/.

El Señor nos dará la lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él,
la salvación seguirá sus pasos. R/.

Segunda lectura

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pedro (3,8-14):

No perdáis de vista una cosa: para el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. El Señor no tarda en cumplir su promesa, como creen algunos. Lo que ocurre es que tiene mucha paciencia con vosotros, porque no quiere que nadie perezca, sino que todos se conviertan. El día del Señor llegará como un ladrón. Entonces el cielo desaparecerá con gran estrépito; los elementos se desintegrarán abrasados, y la tierra con todas sus obras se consumirá. Si todo este mundo se va a desintegrar de este modo, ¡qué santa y piadosa ha de ser vuestra vida! Esperad y apresurad la venida del Señor, cuando desaparecerán los cielos, consumidos por el fuego, y se derretirán los elementos. Pero nosotros, confiados en la promesa del Señor, esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva en que habite la justicia. Por tanto, queridos hermanos, mientras esperáis estos acontecimientos, procurad que Dios os encuentre en paz con él, inmaculados e irreprochables.

Palabra de Dios

Aleluya: Lc 3:4,6

Aleluya, aleluya.

Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos. Todos los hombres verán la salvación de Dios.

Aleluya.

 

Evangelio

 


Lectura del santo evangelio según san Marcos (1,1-8):

Comienza el Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. Está escrito en el profeta Isaías: «Yo envío mi mensajero delante de ti para que te prepare el camino. Una voz grita en el desierto: "Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos."»
Juan bautizaba en el desierto; predicaba que se convirtieran y se bautizaran, para que se les perdonasen los pecados. Acudía la gente de Judea y de Jerusalén, confesaban sus pecados, y él los bautizaba en el Jordán. Juan iba vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre.
Y proclamaba: «Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no merezco agacharme para desatarle las sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo.»
Palabra del Señor

Oración de los Fieles

Pidamos a nuestro Señor Jesucristo que nos dé la gracia de estar atentos a su presencia y que su salvación venga a todo nuestro mundo.  Y digámosle:   
R/. ¡Señor, ven a salvanos!

  • Enriquece a tu Iglesia con mucha ternura, Señor, para que muestre tu camino a todos los que buscan, acoja con compasión a los pecadores y sea refugio y defensora de los pobres, y así te decimos:
  • Enriquece con tu sabiduría a los líderes de nuestro mundo, Señor, para que trabajen eficazmente por la paz y la justicia en sus respectivas naciones y a nivel internacional, y así te decimos:
  • Enriquece a los que sufren, fuertemente esperanzados en ti, Señor, para que perciban cuánto les amas, y para que puedan encontrar a hermanos que te siguen en tu compasión y comprensión, y así te decimos.
  • Enriquece con tu espíritu de fidelidad, Señor, a esposos y esposas que se estén distanciando, a sacerdotes y religiosos que hayan perdido el sentido de dirección en su vida, a amigos frustrados en su confianza y mutuo apoyo, y así te decimos:
  • Enriquece nuestras comunidades con tu amor, Señor, para que nos respetemos y apreciemos unos a otros, estemos unidos en toda nuestra diversidad, y estemos atentos a las necesidades y expectativas de los demás, y así decimos:   

     Señor Jesucristo, tú eres quien va a venir a renovarnos a nosotros y a nuestro mundo. Sé nuestra alegría, nuestra paz, toda nuestra esperanza, ahora y por los siglos de los siglos.




Lecturas del Domingo 1º de Adviento - Ciclo B

Domingo, 29 de noviembre de 2020



Primera lectura

Lectura del libro de Isaías (63,16b-17.19b;64,2b-7):

Tú, Señor, eres nuestro padre, tu nombre de siempre es «Nuestro redentor». Señor, ¿por qué nos extravías de tus caminos y endureces nuestro corazón para que no te tema? Vuélvete, por amor a tus siervos y a las tribus de tu heredad. ¡Ojalá rasgases el cielo y bajases, derritiendo los montes con tu presencia! Bajaste y los montes se derritieron con tu presencia, jamás oído oyó ni ojo vio un Dios, fuera de ti, que hiciera tanto por el que espera en él. Sales al encuentro del que practica la justicia y se acuerda de tus caminos. Estabas airado, y nosotros fracasamos; aparta nuestras culpas, y seremos salvos. Todos éramos impuros, nuestra justicia era un paño manchado; todos nos marchitábamos como follaje, nuestras culpas nos arrebataban como el viento. Nadie invocaba tu nombre ni se esforzaba por aferrarse a ti; pues nos ocultabas tu rostro y nos entregabas en poder de nuestra culpa. Y, sin embargo, Señor, tú eres nuestro padre, nosotros la arcilla y tú el alfarero: somos todos obra de tu mano.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 79,2ac.3b.15-16.18-19

R/. Oh Dios, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve

Pastor de Israel, escucha,
tú que te sientas sobre querubines, resplandece.
Despierta tu poder y ven a salvarnos. R/.

Dios de los ejércitos, vuélvete:
mira desde el cielo, fíjate, ven a visitar tu viña,
la cepa que tu diestra plantó,
y que tú hiciste vigorosa. R/.

Que tu mano proteja a tu escogido,
al hombre que tú fortaleciste.
No nos alejaremos de ti;
danos vida, para que invoquemos tu nombre. R/.

 

Segunda lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (1,3-9):

La gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo sean con vosotros. En mi acción de gracias a Dios os tengo siempre presentes, por la gracia que Dios os ha dado en Cristo Jesús. Pues por él habéis sido enriquecidos en todo: en el hablar y en el saber; porque en vosotros se ha probado el testimonio de Cristo. De hecho, no carecéis de ningún don, vosotros que aguardáis la manifestación de nuestro Señor Jesucristo. Él os mantendrá firmes hasta el final, para que no tengan de qué acusaros en el día de Jesucristo, Señor nuestro. Dios os llamó a participar en la vida de su Hijo, Jesucristo, Señor nuestro. ¡Y él es fiel!

Palabra de Dios

 

Aleluya: Sal 85:8

Aleluya, aleluya.

Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.

Aleluya.


  

Evangelio

 

Lectura del santo evangelio según san Marcos (13,33-37):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Mirad, vigilad: pues no sabéis cuándo es el momento. Es igual que un hombre que se fue de viaje y dejó su casa, y dio a cada uno de sus criados su tarea, encargando al portero que velara. Velad entonces, pues no sabéis cuándo vendrá el dueño de la casa, si al atardecer, o a medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer; no sea que venga inesperadamente y os encuentre dormidos. Lo que os digo a vosotros lo digo a todos: ¡Velad!»

Palabra del Señor

 

Oración de los Fieles
 Pidamos a nuestro Señor Jesucristo que nos   dé la gracia de estar atentos a su presencia y que su salvación venga a todo nuestro mundo.  Y digámosle:                                                 R/. ¡Señor, ven a salvarnos!

  • Enriquece a tu Iglesia con mucha ternura, Señor, para que muestre tu camino a todos los que buscan, acoja con compasión a los pecadores y sea refugio y defensora de los pobres, y así te decimos:
  • Enriquece con tu sabiduría a los líderes de nuestro mundo, Señor, para que trabajen eficazmente por la paz y la justicia en sus respectivas naciones y a nivel internacional, y así te decimos:
  • Enriquece a los que sufren, fuertemente esperanzados en ti, Señor, para que perciban cuánto los amas, y para que puedan encontrar a hermanos que te siguen en tu compasión y comprensión, y así te decimos.
  • Enriquece con tu espíritu de fidelidad, Señor, a esposos y esposas que se estén distanciando, a sacerdotes y religiosos que hayan perdido el sentido de dirección en su vida, a amigos frustrados en su confianza y mutuo apoyo, y así te decimos:
  • Enriquece nuestras comunidades con tu amor, Señor, para que nos respetemos y apreciemos unos a otros, estemos unidos en toda nuestra diversidad, y estemos atentos a las necesidades y expectativas de los demás, y así te decimos:  

     Señor Jesucristo, tú eres quien va a venir a renovarnos a nosotros y a nuestro mundo. Sé nuestra alegría, nuestra paz, toda nuestra esperanza, ahora y por los siglos de los siglos.



Lecturas del Domingo 33º del Tiempo Ordinario - Ciclo A

Domingo, 15 de noviembre de 2020



Primera lectura

Lectura del libro de los Proverbios (31,10-13.19-20.30-31):

Una mujer hacendosa, ¿quién la hallará? Vale mucho más que las perlas. Su marido se fía de ella, y no le faltan riquezas. Le trae ganancias y no pérdidas todos los días de su vida. Adquiere lana y lino, los trabaja con la destreza de sus manos. Extiende la mano hacia el huso, y sostiene con la palma la rueca. Abre sus manos al necesitado y extiende el brazo al pobre. Engañosa es la gracia, fugaz la hermosura, la que teme al Señor merece alabanza. Cantadle por el éxito de su trabajo, que sus obras la alaben en la plaza.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 127,1-2.3.4-5

R/. Dichoso el que teme al Señor

Dichoso el que teme al Señor
y sigue sus caminos.
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás dichoso, te irá bien. R/.

Tu mujer, como parra fecunda,
en medio de tu casa; tus hijos,
como renuevos de olivo,
alrededor de tu mesa. R/.

Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida. R/.

Segunda lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (5,1-6):

En lo referente al tiempo y a las circunstancias no necesitáis, hermanos, que os escriba. Sabéis perfectamente que el día del Señor llegará como un ladrón en la noche. Cuando estén diciendo: «Paz y seguridad», entonces, de improviso, les sobrevendrá la ruina, como los dolores de parto a la que está encinta, y no podrán escapar. Pero vosotros, hermanos, no vivís en tinieblas, para que ese día no os sorprenda como un ladrón, porque todos sois hijos de la luz e hijos del día; no lo sois de la noche ni de las tinieblas, Así, pues, no durmamos como los demás, sino estemos vigilantes y despejados.

Palabra de Dios

Aleluya: Jn 15: 4,5

Aleluya, aleluya.

Permaneced en mi y yo en vosotros, dice el Señor, el que permanece en mi vida da fruto abundante.

Evangelio

 

Lectura del santo evangelio según san Mateo (25,14-30):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: «Un hombre, al irse de viaje, llamó a sus empleados y los dejó encargados de sus bienes: a uno le dejó cinco talentos de plata, a otro dos, a otro uno, a cada cual según su capacidad; luego se marchó. El que recibió cinco talentos fue en seguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio, el que recibió uno hizo un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor. Al cabo de mucho tiempo volvió el señor de aquellos empleados y se puso a ajustar las cuentas con ellos. Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo: "Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco." Su señor le dijo: "Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor." Se acercó luego el que había recibido dos talentos y dijo: "Señor, dos talentos me dejaste; mira, he ganado otros dos." Su señor le dijo: "Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor." Finalmente, se acercó el que había recibido un talento y dijo: "Señor, sabía que eres exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces, tuve miedo y fui a esconder mi talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo." El señor le respondió: "Eres un empleado negligente y holgazán. ¿Con que sabías que siego donde no siembro y recojo donde no esparzo? Pues debías haber puesto mi dinero en el banco, para que, al volver yo, pudiera recoger lo mío con los intereses. Quitadle el talento y dádselo al que tiene diez. Porque al que tiene se le dará y le sobrará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese empleado inútil echadle fuera, a las tinieblas; allí será el llanto y el rechinar de dientes."»

Palabra del Señor

 

Oración de los Fieles


 Todo lo que somos y todo lo que tenemos pertenece a Dios. Oremos para que sepamos ponerlo todo al servicio de la Iglesia y de los hermanos, y así digamos:
R/. Señor, que todas nuestras obras te alaben.

•    Para que la Iglesia no tenga miedo de arriesgarse aceptando el sufrimiento que conlleva la renovación en Cristo y llevando a todos los hombres su mensaje de esperanza y de vida, roguemos al Señor.

•    Para que todos los seres humanos participen de los recursos de la tierra con justicia, amistad y paz; y también para que los poderosos de este mundo cooperen para lograr el desarrollo humano y económico de todas las naciones y de todas las clases sociales, roguemos al Señor.

•    Para que las mujeres alcancen con honor su legítimo lugar en la Iglesia y en el mundo; y para que su cordialidad, tacto, sensibilidad y amabilidad den calor a este nuestro mundo duro y frío, roguemos al Señor.

•    Para que una buena educación y el hogar, inspirador del bien, preparen a nuestros jóvenes para poner sus cualidades y talentos al servicio de la Iglesia y de nuestro pueblo, roguemos al Señor.

•    Por todos nosotros, para que seamos responsables ante Dios por nuestras vidas y por la felicidad de todos; y para que progresemos en servicio y unidad, y nos enriquezcamos unos a otros con amor, roguemos al Señor.

Señor Dios nuestro, tú nos has regalado tan generosamente nuestros talentos. No permitas que seamos tacaños y egoístas, sino ayúdanos a dar generosamente lo mejor de nosotros mismos al servicio de la Iglesia y de la humanidad, por medio de Jesucristo nuestro Señor.





Lecturas del Domingo 32º del Tiempo Ordinario - Ciclo A


Domingo, 8 de noviembre de 2020
Primera lectura
Lectura del libro de la Sabiduría (6,12-16):


La sabiduría es radiante e inmarcesible, la ven fácilmente los que la aman, y la encuentran los que la buscan; ella misma se da a conocer a los que la desean. Quien madruga por ella no se cansa: la encuentra sentada a la puerta. Meditar en ella es prudencia consumada, el que vela por ella pronto se ve libre de preocupaciones; ella misma va de un lado a otro buscando a los que la merecen; los aborda benigna por los caminos y les sale al paso en cada pensamiento.

Palabra De Dios

Salmo
Sal 62,2.3-4.5-6.7-8
R/. Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío

Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansía de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua. R/.

¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios. R/.

Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos. R/.

En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas
canto con júbilo. R/.

Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (4,13-17):
No queremos que ignoréis la suerte de los difuntos para que no os aflijáis como los hombres sin esperanza. Pues si creemos que Jesús ha muerto y resucitado, del mismo modo, a los que han muerto, Dios, por medio de Jesús, los llevará con él. Esto es lo que os decimos como palabra del Señor: Nosotros, los que vivimos y quedamos para cuando venga el Señor, no aventajaremos a los difuntos. Pues él mismo, el Señor, cuando se dé la orden, a la voz del arcángel y al son de la trompeta divina, descenderá del cielo, y los muertos en Cristo resucitarán en primer lugar. Después nosotros, los que aún vivimos, seremos arrebatados con ellos en la nube, al encuentro del Señor, en el aire. Y así estaremos siempre con el Señor. Consolaos, pues, mutuamente con estas palabras.

Palabra de Dios

Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Mateo (25,1-13):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: «Se parecerá el reino de los cielos a diez doncellas que tomaron sus lámparas y salieron a esperar al esposo. Cinco de ellas eran necias y cinco eran sensatas. Las necias, al tomar las lámparas, se dejaron el aceite; en cambio, las sensatas se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas. El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron. A medianoche se oyó una voz: "¡Que llega el esposo, salid a recibirlo!" Entonces se despertaron todas aquellas doncellas y se pusieron a preparar sus lámparas. Y las necias dijeron a las sensatas: "Dadnos un poco de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas." Pero las sensatas contestaron: "Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis." Mientras iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta. Más tarde llegaron también las otras doncellas, diciendo: "Señor, señor, ábrenos." Pero él respondió: "Os lo aseguro: no os conozco." Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora.»

Palabra del Señor


Lecturas del Conmemoración de los fieles difuntos          Lunes 2 de Noviembre 2020




 Lunes, 2 de noviembre de 2020

Primera lectura

Lectura del libro de las Lamentaciones (3,17-26):

Me han arrancado la paz, y ni me acuerdo de la dicha; me digo: «Se me acabaron las fuerzas y mi esperanza en el Señor.» Fíjate en mi aflicción y en mi amargura, en la hiel que me envenena; no hago más que pensar en ello y estoy abatido. Pero hay algo que traigo a la memoria y me da esperanza: que la misericordia del Señor no termina y no se acaba su compasión: antes bien, se renuevan cada mañana: ¡qué grande es tu fidelidad! El Señor es mi lote, me digo, y espero en él. El Señor es bueno para los que en él esperan y lo buscan; es bueno esperar en silencio la salvación del Señor.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 129,1-2.3-4.5-6.7-8

R/. Desde lo hondo a ti grito, Señor

Desde lo hondo a ti grito, Señor;
Señor, escucha mi voz;
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica. R/.

Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón
y así infundes respeto. R/.

Mi alma espera en el Señor,
espera en su palabra;
mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela la aurora. R/.

Aguarde Israel al Señor,
como el centinela la aurora;
porque del Señor viene la misericordia,
la redención copiosa. R/.

Y él redimirá a Israel
de todos sus delitos. R/.

Evangelio



Lectura del santo evangelio según san Juan (14,1-6):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Que no tiemble vuestro corazón; creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias; si no fuera así, ¿os habría dicho que voy a prepararos sitio? Cuando vaya y os prepare sitio, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo, estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino.»
Tomás le dice: «Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?»
Jesús le responde: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre sino por mí.»

Palabra del Señor

Oración de los Fieles

- Oremos a nuestro Dios vivo, que nos creó para la vida y la felicidad. Dios no nos va a entregar a la muerte definitiva, sino que nos va a dar vida eterna. Oremos diciéndole: R/ Señor de vida, escucha bondadoso a tu pueblo.

- Por los difuntos de nuestras familias y de nuestra comunidad, por todos los que significaban mucho para nosotros en la vida, para que Dios, que los llamó por su nombre, sea su alegría sin fin, roguemos al Señor: R/ Señor de vida, escucha bondadoso a tu pueblo.

- Por los que tuvieron que sufrir mucho en la vida a causa de la enfermedad, de la injusticia o de la pobreza, para que sus penas se acaben ya ahora, y para que su felicidad no tenga fin, roguemos al Señor: R/ Señor de vida, escucha bondadoso a tu pueblo.

- Por los difuntos que tuvieron que caminar en la vida en triste soledad, porque nadie o muy pocos se cuidaron de ellos, o porque ellos mismos eran personas inadaptadas y solitarias, o porque sus hijos o compañeros les abandonaron; también por aquellos por quienes nadie llora, para que ahora puedan descubrir y gozar la alegría de la amistad de los santos en el cielo, roguemos al Señor. R/ Señor de vida, escucha bondadoso a tu pueblo.

- Y finalmente por nosotros mismos, para que sepamos ayudarnos y apoyarnos unos a otros en el viaje a través de la vida, para que vayamos juntos por los caminos del Señor y compartamos penas y alegrías, vida y muerte, roguemos al Señor: R/ Señor de vida, escucha bondadoso a tu pueblo.

Oh Dios de vida, te damos gracias por la certeza que nos das de que los muertos están en tus manos y que nosotros estamos llamados y destinados a la vida eterna, gracias a tu Hijo Resucitado, Jesucristo. No permitas que se inquiete nuestro corazón, y reúnenos un día con gozo con todos los que hemos conocido y amado. Llévanos a todos hacia ti por medio de aquél que es nuestro camino, Jesucristo nuestro Señor.



Lecturas del Todos los Santos                    Domingo 1° de noviembre de 2020

 


Primera lectura

Lectura del libro del Apocalipsis (7,2-4.9-14):

Yo, Juan, vi a otro Ángel que subía del Oriente y tenía el sello de Dios vivo; y gritó con fuerte voz a los cuatro Ángeles a quienes había encomendado causar daño a la tierra y al mar: «No causéis daño ni a la tierra ni al mar ni a los árboles, hasta que marquemos con el sello la frente de los siervos de nuestro Dios.»
Y oí el número de los marcados con el sello: ciento cuarenta y cuatro mil sellados, de todas las tribus de los hijos de Israel. Después miré y había una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, razas, pueblos y lenguas, de pie delante del trono y el Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos.
Y gritan con fuerte voz: «La salvación es de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero.»
Y todos los Ángeles que estaban en pie alrededor del trono de los Ancianos y de los cuatro Vivientes, se postraron delante del trono, rostro en tierra, y adoraron a Dios diciendo: «Amén, alabanza, gloria, sabiduría, acción de gracias, honor, poder y fuerza, a nuestro Dios por los siglos de los siglos, amén.»
Uno de los Ancianos tomó la palabra y me dijo: «Esos que están vestidos con vestiduras blancas quiénes son y de dónde han venido?»
Yo le respondí: «Señor mío, tú lo sabrás.»
Me respondió: «Esos son los que vienen de la gran tribulación; han lavado sus vestiduras y las han blanqueado con la Sangre del Cordero.»

Palabra de Dios

Salmo

Sal 23,1-2.3-4ab.5-6

R/. Este es el grupo que viene a tu presencia, Señor

Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos. R/.

Quién puede subir al monte del Señor?
Quién puede estar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes y puro corazón,
que no confía en los ídolos. R/.

Ése recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Éste es el grupo que busca al Señor,
que viene a tu presencia, Dios de Jacob. R/.

Segunda lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (3,1-3):

Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos! El mundo no nos conoce porque no le conoció a él. Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él porque le veremos tal cual es. Todo el que tiene esta esperanza en él se purificará a sí mismo, como él es puro.

Palabra de Dios

 

Aleluya: Mt 11:28

Aleluya, aleluya.

Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré – dice el Señor.

Aleluya.



Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Mateo (5,1-12):

Viendo la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le acercaron. Y tomando la palabra, les enseñaba diciendo: «Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros.»

Palabra del Señor

Oración de los Fieles
Nos llamamos hijos de Dios, y eso es precisamente lo que somos. Oremos, pues, a Dios nuestro Padre con toda confianza y amor, y digámosle: R/ Oh Dios, Padre santo, escucha nuestra súplica.

  • Por todos los hombres y mujeres de la tierra, para que su amistad, amor y felicidad sea un signo y un anticipo de la felicidad eterna que tú quieres concedernos a todos, roguemos al Señor.
    R/ Oh Dios, Padre santo, escucha nuestra súplica.
  • Por todas las Iglesias cristianas, para que crezcan en solidaridad y se acerquen unas a otras en reconciliación y unidad, roguemos al Señor.
    R/ Oh Dios, Padre Santo, escucha nuestra súplica.
  • Por los que sufren por la pobreza, calamidades naturales, desgracias, injusticia y persecución, para que estén convencidos de que Cristo está de su lado, roguemos al Señor.
    R/ Oh Dios, Padre Santo, escucha nuestra súplica.
  • Por los que no tienen valor para romper con la tentación y el pecado, y por los que no se atreven a comprometerse a seguir el evangelio de Cristo, para que los santos les inspiren a ellos y también a nosotros, roguemos al Señor.
    R/ Oh Dios, Padre Santo, escucha nuestra súplica.
  • Por todos nosotros, para que construyamos comunidad, y para que las semillas de santidad crezcan en nuestros corazones y en nuestras obras, roguemos al Señor.
    R/ Oh Dios, Padre Santo, escucha nuestra súplica.
  • Por nuestros seres queridos, difuntos ya, para que descansen seguros en el amor y la alegría del Señor, roguemos al Señor.
    R/ Oh Dios, Padre Santo, escucha nuestra súplica

Señor Dios nuestro, tú quieres que seamos felices con tu propia felicidad. Llena nuestra vida de cada día con tu presencia salvadora. Indúcenos a buscar la clase de felicidad que es auténtica y que dura hoy, mañana y por los siglos de los siglos. Amén.


REFLEXION DEL EVANGELIO

Hermana Ana María Gonzales, MNDA, diócesis de Yokohama 

HOY DOMINGO 25 DE OCTUBRE: 30° DEL TIEMPO ORDINARIO
AMAR A DIOS ES AMAR AL PRÓJIMO, AMAR COMO DIOS AMA
El Tema de “Amar a Dios sobre todas las cosas y amar al prójimo como a sí mismo” parece ser muy conocido por todos. En tiempos de Jesús, existía todo un sistema de leyes, normas, costumbres, para asegurar la observancia de los Diez Mandamientos: más de 610 normas y leyes, de tal manera que surge la pregunta ¿Cuál es el mandato más importante? La respuesta de Jesús es clara: Amar a Dios por encima de todo, sin medidas, sin condiciones (parece que somos hábiles en poner condiciones a Dios). Hay una segunda respuesta que no le fue pedida, el segundo mandamiento del amor al prójimo. El amor a Dios, tanto en el Antiguo Testamento, como en la época de Jesús, y como en nuestros tiempos, es un tema que puede esconderse en teorías, o en actitudes piadosas que no responden al Corazón de Dios.
Jesús nos habla que para verificar el amor de Dios, a quien no vemos, se ha de pasar por el prójimo, a quien vemos y es concreto. Como muchos santos han expresado, el amor de Dios es real y verdadero en la medida que se concreta en el amor al prójimo: amar a todos!
El amor al prójimo que nos propone la primera lectura, no son los que nos resulta más fácil querer pues nos brindan su amor y bondad. Se trata de amar a los que nada nos retornan, a los que no esperamos, los que piden, los que son diferentes de nosotros... : los extranjeros, viudas, huérfanos, pobres, pues cuando el pequeño que sufre le suplica a Dios, Dios escucha su clamor: Dios se deja vencer por el grito de los pobres y los que sufren, Él está muy cercano de ellos, y tal vez no responderá como ellos piden, pero su clamor de justicia, de paz, hambre, fraternidad, igualdad, llegan al corazón de Dios, porque DIOS ES MISERICORDIOSO.
Cada uno de nosotros, en los momentos más difíciles de la vida, hemos clamado a Dios. Sólo con el tiempo vemos que Dios no se ha olvidado, más aún, nos concede cosas y gracias mayores que ni habíamos pedido. Estamos invitados a dar un paso más: tender la mano, o sea, convertirme en la mano que Dios necesita para ayudar al que sufre, al que clama a Dios!

PRÓJIMO no son sólo los de mi clan, familia, país, especialidad o trabajo. Cuando Jesús nos propuso la parábola del Buen Samaritano (Lucas 10,29-37) hace unos domingos, nos dijo... HAY MIL MANERAS DE AMAR AL PRÓJIMO, SÓLO HAY UNA MANERA DE AMAR A DIOS: AMANDO AL PRÓJIMO




Evangelio Diario
LITURGIA - 25 DE OCTUBRE DE 2020
Ciclo A - Año Par - Color Verde
XXX Domingo del Tiempo Ordinario
Lectura del santo evangelio según san Mateo (22,34-40):
En aquel tiempo, los fariseos, al oír que Jesús había hecho callar a los saduceos, formaron grupo, y uno de ellos, que era experto en la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba: «Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley?»
Él le dijo: «"Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser." Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es semejante a él: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo." Estos dos mandamientos sostienen la Ley entera y los profetas"
Reflexión
El tema de hoy es el amor de Dios, el amor por las personas, como "El amor de Dios, el amor por las personas" y "Toda la ley y el Profeta se basan en estas dos reglas".
Si lee las palabras de hoy, que se expresan como reglas, desde la primera hasta la tercera lectura, podrá observar los hechos históricos del amor de Dios. Entonces, puede ver que los sentimientos y la gratitud por Dios que se desbordaron de allí fueron expresados ​​y recibidos como "reglas".
 Las dos reglas son importantes porque conectan el verdadero espíritu de adoración con la mente abierta a la sociedad.
Por qué no participas en la Eucaristía ritual de gratitud) con este sentimiento de que Dios tiene los hechos concretos de la gracia vertida en cada persona, el amor de Dios y el amor de los demás?
El debate sobre los "mandamientos más importantes" que se leen hoy es la controversia planteada por el pueblo Fariseo sobre Jesús que entró en Jerusalén.
Podemos recibir la pregunta a Jesús sobre el "mandamiento más importante" sin ninguna incomodidad.
La proclamación, que dice: "Debes esforzarte al máximo, hacer de tu alma, el amar al Señor tu Dios" , explica claramente por qué. Era que los judíos más respetaban y recordaban en sus oraciones diarias.
Jesús claramente colocó esto como el primero. Y aquí está la novedad de Jesús, combinando las reglas del amor al prójimo como equivalentes. También fue la forma de vida de Jesús.
Los pasajes leídos hoy también se describen en otros evangelios comprensivos, pero el contexto, la ubicación, etc. son significativamente diferentes. Te recomiendo que aproveches esta oportunidad para leerlo.
Mateo sostiene que la enseñanza de Jesús no es abolir la ley, sino completarla. "Toda la ley y el profeta se basan en estas dos reglas".

Los mandamientos de Dios provienen de una viva conciencia de la gracia de Dios, pero antes que nada, debemos ser conscientes del amor de Dios por nosotros mismos.

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