Un Plan a desarrollar


 Para los que han estado siguiendo estos temas, creo que han notado el aire de “introducción”, con la cual hemos pretendido hacer un repaso general sobre la creación, la alianza, los profetas y Jesucristo. Pero también creo que, las algunas personas deseosas de transmitir el mensaje del Evangelio a sus hermanos, pueden surgir ciertas dudas sobre el ¿cómo transmitir todo esto a otras personas?, ¿qué metodología se puede seguir?

 Por eso, a partir de ahora, vamos a centrarnos en una forma de enseñanza, que, aunque no es la única, es una que considero bastante efectiva; porque vamos a tomar el Credo, tal y como nos lo presenta el Catecismo de la Iglesia Católica, porque esta oración es la que contiene el fundamento de nuestra fe, desde el cual vamos a ir conectando con temas más amplios, relacionados con acontecimientos de la vida cotidiana familiar o sociedad, pero leídos desde la doctrina de la Iglesia Católica.

 Cuando nos disponemos a dar una catequesis, de cualquier tipo, necesitamos tres cosas:

1.      preparar el mensaje (clase), 

2.      tener alguien a quien transmitir el mensaje

3.      captar la atención de quien nos escucha.

Este tercer punto es siempre el más difícil, porque no es solo que la persona nos escuche, sino que sienta interés por lo que va escuchar. Para lograr captar su atención es recomendable iniciar hablando sobre una experiencia humana, algo que sea cotidiano y que el interlocutor sienta que es algo que conoce o que desea conocer. Una vez captada la atención y el interés por esta experiencia humana podemos pasar a la experiencia de fe, donde creamos una relación con la anécdota contada con el tema de nuestra catequesis, para lograr una suave pero efectiva transición entre la experiencia humana y la experiencia de fe. Dicho de otra forma será como construir un puente que nos ayude a pasar de lo humano a lo divino.

 Para lograr ese paso, entre lo humano y lo divino, a partir de la próxima semana, iremos desarrollando cada uno de los puntos del Credo, basándonos es esta forma de enseñanza.

Para que nuestra labor sea efectiva no olvidemos que el catequista tienes que:

1.      Ser persona de oración

2.      Conocedor del Evangelio y la doctrina de la Iglesia

3.      Conocer y conectar con su interlocutor .

 Así que vamos a ir poco a poco, poniendo todo en las manos de Dios, mientras trabajamos en los diversos temas, que son la base para cualquier catequesis.

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