LA TRADICION ES PALABRA VIVA DE DIOS

1. La Tradición es Palabra Viva 

 

Pero cuando hablamos de TRADICIÓN, no nos estamos refiriendo a esas costumbres, sino a la Palabra Viva de Dios, que es la enseñanza misma de Cristo, su Vida, Muerte y Resurrección vivida y comunicada, de una generación a otra, por la predicación apostólica, por sus sucesores y por las comunidades cristianas, gracias a la acción apostólica, por sus sucesores y por las comunidades cristianas, gracias a la acción del Espíritu Santo. Sabemos que Jesús envió a sus apóstoles y en ellos a toda la Iglesia, a ser sus testigos en todo el mundo: El día de su Ascensión al cielo, Jesús les dijo a sus apóstoles: van a recibir una fuerza, la del Espíritu Santo, que vendrá sobre ustedes, y serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria y hasta los límites de la tierra (Hechos 1,8). 

 

La Revelación de Dios, su Palabra, es trasmitida de dos formas: por medio de la Tradición oral y por medio de la Sagrada Escritura 

 

La Tradición oral no es un conjunto inmóvil de verdades que se transmiten, sino la experiencia de Dios, la vida de fe que se prolonga y se comunica en la Iglesia con la asistencia del Espíritu Santo. Esta asistencia del Espíritu se manifiesta, particularmente, en la guía de los Pastores (Papa y Obispos), quienes garantizan una transmisión auténtica, sin errores. Así, la Tradición es la transmisión viva de la Revelación por medio del ministerio de la Iglesia. 

 

Las dos formas, Tradición y Escritura, están íntimamente unidas y compenetradas; surgen de la misma fuente y tienden a un mismo fin. Una y otra hacen presente y fecundo en la Iglesia el mensaje de Cristo, que ha prometido estar con los suyos para siempre, hasta el fin del mundo (Mateo 28,20).  El Espíritu ayuda a la Iglesia, en cada generación a acoger la experiencia de adhesión a Jesús, nos ayuda a penetrar qué significado tiene la Palabra escrita, en tiempos y situaciones distintos. En este sentido, la Tradición es necesaria para leer la Escritura y entender su significado verdadero y profundo. En realidad, prolonga hasta nosotros el contexto comunitario en donde fue acogida primeramente la Palabra de Dios. 

 

2. Guarden fielmente las tradiciones que les enseñamos 

 

Para que haya orden y armonía en un hogar, el padre y la madre proponen las normas y todo el grupo familiar las acepta y las vive. En una empresa los responsables indican las políticas por seguir y el personal pone en práctica con responsabilidad sus indicaciones. 

 

En la Familia de Dios, cada grupo, cada hogar, cada comunidad, atiende la Palabra de Dios presente en la Tradición viva de la Iglesia y en la Biblia; acepta el mensaje y sabe que, si quiere ser fiel, es preciso vivir según ese mensaje que ha llegado a nuestros oídos y a nuestros corazones. Porque la Palabra de Dios no es solamente para escucharla o verla escrita. Es Palabra de vida. Nos resulta muy expresiva y motivadora la palabra del apóstol Pablo en su segunda carta a los Tesalonicenses (3,6-7), cuando les recomienda “Hermanos: les ordenamos en nombre de Cristo Jesús, el Señor, que se aparten de todo hermano que vive sin control ni regla, a pesar de las tradiciones que les transmitimos. Ya saben cómo tienen que imitamos, pues no vivimos sin control ni regla mientras estuvimos entre ustedes. Guarden fielmente las tradiciones que les enseñamos”. 

 

3. De palabra o por escrito 

 

El apóstol Pablo (2 Tesalonicense 2, 15) no deja claro también que no sólo la Biblia es Palabra de Dios: ...manténgase firmes y guarden fielmente las tradiciones que les enseñamos de palabra y por carta. De palabra, porque muchas veces les predicó y los catequizó. Por carta, porque cuando estaba ausente, enviaba sus enseñanzas por escrito a las diferentes comunidades. 

 

Es importante tener claro que la Palabra de Dios no se encuentra únicamente en la Biblia. Este es uno de los aspectos que no comparten las sectas fundamentalistas no católicas. Para ellos. Sólo la Biblia contiene la Palabra de Dios. Las primeras comunidades cristianas no contaban con los escritos del Nuevo Testamento. ¿Cómo escuchaban entonces la Palabra de Dios? Precisamente de la Tradición viva de los Apóstoles y discípulos de Jesús. El Nuevo Testamento, como Palabra escrita, nació en comunidades que ya conocían la Palabra de Dios por medio de las tradiciones orales que les transmitieron los apóstoles y los discípulos de Jesús, a través de la predicación. 

 

Además, sabemos que no todo lo que hizo y dijo Jesús su puso por escrito. Se escribió lo esencial; aquello que ayuda a la fe de los cristianos de entonces. Por eso, el evangelista Juan escribe que, ...muchas otras señales milagrosas hizo Jesús, en presencia de sus discípulos, que no están escritas en este libro al final de su evangelio afirma que… Jesús hizo muchas otras cosas. Que, si se escribieran una por una, creo que no habría lugar en el mundo para tantos libros (Juan 20,30 y 21,25).

 


 

 

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